Capítulo 24


El día 46 fui llamado a la oficina de Recursos Humanos, al llegar ahí Mey estaba con el Gerente y Zee llegó después de mí.

- Buen día, Saint.

- Buen día, Gerente.

- Nos falta alguien…

- ¡Aquí estoy! ¡Perdóneme por retrasarme! – Dijo Ann.

- Ya que estamos todos, les daré unos contratos… Mey este es suyo, dice que a partir de hoy, usted será la asistente personal del arquitecto.

- ¿Por qué fui llamado? – Preguntó Zee.

- En un momento le contesto Director… Saint, este es tuyo, dice que a partir de hoy tienes un contrato por el tiempo que tú quieras estar laborando al lado del Director Pruk.

- ¿Puedo leerlo?

- ¡Adelante, léelo!... Ann, este es para usted. Esta es la razón por la que usted está aquí Director, porque fue usted quien solicitó que aumentáramos el salario de Ann.

Mientras leía el contrato noté que había una cláusula que decía: “Solicitud del Director Pruk” y decía lo siguiente, “Saint Sup será asistente permanente del Director Zee Pruk, si se realiza un cambio de departamento, el asistente se irá con él”.

No importa donde esté Zee, porque yo estaré con él. Además, el contrato dejaba en claro que la empresa no me despediría, a menos que por voluntad propia decidiera retirarme, pero eso no pasará.

Después de firmar los contratos fuimos los tres a la oficina y Mey se retiró al nuevo departamento de la empresa donde desempeñaría su labor como asistente personal del arquitecto…

En verdad agradezco que ese sujeto no volverá.

- Director Pruk, de todo corazón le agradezco por pedir el aumento para mí. En nombre de toda mi familia… ¡Muchas gracias!

- Ann… Soy yo quien está agradecido contigo. Debiste ver la expresión de Saint esa noche…

- ¡Zee! – Parece que ya es costumbre que yo le grite así.

- Jajajajaja, otra vez tratándome de tú, delante de Ann.

- Director Pruk, no se preocupe. Yo sé todo, pero si alguien pregunta, no vi, no escuché, no entendí y no lo sé… Bueno, me retiro, con permiso.

- ¡Adelante Ann!

- ¿Saint, no irás a trabajar aún?

- Mi trabajo está aquí, Ann. – Guiñé mi ojo.

Ann, se puso a reír muy fuerte y después salió, me levanté y puse el seguro en la puerta, la silla de Zee es sumamente acolchonada y cómoda, además no tiene la parte para recargar los brazos. Así que fui directamente a su silla y me senté sobre él con mis piernas abiertas.

- ¿Si te cambian de departamento en la empresa, me voy contigo? – Se puso muy nervioso y hasta tragó en seco.

- ¡Saint, quítate de encima! – Me miraba con intenciones de quitarme la ropa, pero no me había tocado.

- No has contestado mi pregunta…

- Te contestaré. Pero, levántate primero.

- ¿Por qué no me respondes? – Puso sus manos en mi cintura y haló mi cuerpo, me dio un suave beso en el pecho para después decir…

- ¡Saint, te lo suplico, muévete!

Me levanté, decidí dejar de torturarlo, aunque no niego que esta posición fue bastante excitante, creo que me gustó desde que la usamos en mi departamento.

- Ya no estoy dispuesto a separarme de ti, Saint.

- Yo tampoco… ¿Te gusto esa posición, cierto?

- ¡Eso no es divertido!

- Bueno, aunque tu boca no lo dijo, hay algo en tus pantalones que no miente…

En ese momento, Zee vio hacia abajo y rápidamente tomó una carpeta que estaba sobre su escritorio y la puso sobre aquel bulto en sus pantalones. Me reí muy fuerte, mientras salía de la oficina…

Un par de días después de la reunión donde sus padres anunciaron nuestra relación, me llegaron unos documentos notariados, uno de esos indicaba que yo era el dueño del helicóptero y el otro me acreditaba como dueño del auto que dijo el padrastro de Zee.

El auto lo puse a nombre de mi madre para que el negocio ahora tuviese entrega a domicilio, y eso incrementó sus ventas y tiene más empleados para ayudarle…

Luego de unos meses, nos enteramos de que el arquitecto fue despedido por actitud inmoral y un nuevo arquitecto fue contratado.

Ann y Ming se convirtieron en cómplices de Zee, para darme hermosas sorpresas. Un par de años pasaron y tuve una conversación con mi suegra y me dijo esto:

- Madre, usted decidió anunciar mi relación con Zee, muy pronto ¿Por qué?

- Sabes Saint, cuando me casé con el padre de Zee, lo único que sentía por él, era cariño y respeto… Mi familia estaba pasando por una situación económica difícil.

- ¿Usted no era feliz?

- Él y yo nos esforzamos por estar juntos y ser felices… Pero, el amor no se puede forzar… Zee, es lo más maravilloso que me dejó ese matrimonio.

- ¡Zee, es lo mejor que me ha pasado en la vida!

- Cuando conocí a mi actual esposo, mi relación fue tan rápida como la tuya… Tenemos 17 años de matrimonio y aún nos amamos como la primera vez que nos vimos, por eso supe, que ustedes estaban destinados a estar juntos.

- ¿Su relación fue rápida?

- Sí… Recuerdo que le pregunté si él sentía que íbamos muy rápido…

- Jajajajajajaja – Me reí muy fuerte.

- ¿Te estás burlando de mí, Saint?

- No, madre… Es solo que… Me parece que acabo de escuchar a Zee.

Actualmente…


Narra Zee:


Cuando encuentre a Saint, juro que lo voy a castigar, porque ha tomado la mala costumbre de perderse a propósito, ni los empleados saben dónde está. Por el momento, solo Ming puede saber…

- ¡Ming! Al fin te encuentro… - Ella me interrumpió.

- Está buscando al Joven Sup, de nuevo.

- Por favor, no te burles. Creo que hemos pasado mucho tiempo en la Villa.

- Jajajajajaja… Lo vi hace un momento en el muelle…

- Gracias, Ming.

- Oh, Joven Pruk… Trajeron el nuevo barco que compró y tal como lo pidió, los empleados tuvieron el día libre. Regresarán hasta mañana.

- Perfecto, muchas gracias… Me voy…

Como dijo Ming, Saint estaba en el muelle, así que fui directamente y lo abracé por detrás. En verdad, tenía muchas ganas de agarrarlo y darle un par de nalgadas para que aprenda a no perderse…

- Estás mejorando. Hoy me encontraste más rápido…

- No le veo la gracia… Deja de hacer eso…

- Por cierto, ya vi que compraste un nuevo barco… ¿Qué tenía de malo el otro?

- Le faltaba algo, por eso lo cambié.

- ¿Y qué le faltaba?

- ¡Ven y te mostraré!

Lo llevé dentro del barco, en realidad no era tan diferente, el anterior, era igual de grande y espacioso, pero hay algo en este barco que estrenaré con Saint…

Narra Saint:


No sé por qué, pero me parece que este barco no es necesario, el otro me gustaba mucho y lo quiero de regreso… A menos que me muestre algo bueno. Juro que pediré que lo devuelva. Llegamos a un pasillo y había una puerta al final, él la abrió…

- ¿Una habitación?... ¿Compraste un barco, solo por una habitación?

- ¡Oye, pensé que te gustaría!

- ¿Nunca te enseñaron a cuidar el dinero?

- ¡Ya cállate, ven aquí!

En ese momento, me metió en la habitación, cerró la puerta y me arrojó sobre la cama, puso todo su cuerpo sobre el mío y pude sentir toda su excitación…

- Zee… Los empleados…

- Ming, les dio el día libre, no te preocupes…

- ¡Tuviste mucho tiempo para planear esto!

- Por supuesto que sí. Estrenaremos este barco ahora… Te haré el amor, en todas las rondas que quieras…

Rápidamente, me besó, me quitó la ropa y claro, me hizo la primera ronda. Mi Hombre sigue siendo tan ardiente como siempre…

Aún me enloquece con su lengua y el toque de sus manos... Cuando me besa el cuerpo y me enciende...

- Te amo, Saint.

- Yo también te amo, Zee...

- ¿Quieres decir algo más?

- ¡Ven, házmelo de nuevo!

Me desea aún y me lo ha demostrado muchas veces, hasta cuando estaba enojado con él.

Ahora que recuerdo esa ocasión, en verdad fue excitante. Creo que hacer el amor, mientras estaba enojado fue muy apasionado.

La manera como me agarró, sin intención de que yo me librara de él, y cuando entró en mí… ¡Wow! Cualquiera creería que él estaba castigándome…

Increíblemente, el tiempo ha pasado, estamos en la Villa, celebrando que llevamos juntos 5 años y 45 días.

Aún me parece que fue ayer la primera vez que lo vi, que sentí su aroma, que estuve entre sus brazos, la primera vez que nuestros labios se tocaron.

Definitivamente, amor no es algo que puedas tocar, pero siempre lo vas a sentir. Amo a Zee con todo mi corazón, me siento feliz solo con pensar en él, me siento seguro entre sus brazos…

Nuestro amor es muy sólido y ya no imagino mi vida sin él…

Desde niños nos enseñan a caminar y dar un paso a la vez, pero cuando conocí a Zee quise correr con él y aunque nuestro amor se desarrolló en 45 días, seguimos juntos, sigo siendo su asistente, somos mejores amigos, novios, amantes y todo lo que el otro necesite.

El amor de Zee llena mi corazón y sin importar cuanto tiempo pase, deseo que nuestro amor perdure para siempre…

FIN.

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