Extra: D I M P L E.
Esos hoyuelos son ilegales
No, son peligrosos, sí.
Suni era una chica Omega con hoyuelos que hacían derretir el corazón de Taehyung. Amaba sus hoyuelos porque le hacían recordar a Hoseok.
Su padre era americano y su madre era coreana, por lo que ella sabía ambos idiomas. La conoció en su nueva academia, cuando iba a bañarse en la piscina y sin darse cuenta chocó contra ella de espaldas. Era casi como el destino y ambos empezaron a practicar juntos todo el tiempo, tenían la misma edad y los mismos gustos por la pintura.
Suni era tan agradable que también se ganó el corazón de Jimin, por lo que los tres la pasaban juntos para todos lados y en cualquier lugar. Suni les había enseñado a hablar con más fluidez el inglés y lugares que ninguno de ellos se imaginó que podían existir. Como el gran cañón de colorado. Y cada lugar que visitaba, Taehyung siempre le sacaba una foto y se las enviaba a Hoseok, quien volvía a sacar fotos de lo que sea que estuviera haciendo.
A veces, Taehyung le enviaba fotos increíbles, como la estatua de Walt Disney y Hoseok le enviaba una foto del paisaje que veía desde la ventana de su nuevo lugar de trabajo, una cadena de televisión en Seúl. Era periodista y aunque recién estaba empezando, para Taehyung lo hacía genial.
En ese instante, Suni les había invitado a una fiesta de un amigo pero Jimin no pudo ir porque dijo que se sentía cansado. Taehyung estaba seguro que era más porque se quedaba conversando por teléfono todas las noches con Yoongi; siempre le oía reírse en la habitación de al lado, ya que compartían departamento. Jihyun había conseguido un intercambio por lo que ahora dormían en la misma habitación, en un camarote. Y ambos estaban contentos con ello, aunque su hermano no lo dijera.
Suni bailaba como pez en el agua, con tal fluidez que Taehyung no pudo evitar negarse cuando ella lo arrastró a la pista de baile y paso sus brazos por sus hombros, acercando su nariz a la de él hasta rozarse juguetonamente. Ella una cabeza más baja, por lo que tenía que ponerse de puntas y eso era adorable. Suni, con su cabello cobrizo y ojos verdes, era adorable. Hasta su aroma era demasiado agradable, tanto que Taehyung simplemente no pudo alejarse cuando ella le dio un beso en la comisura de la boca.
- Tae, si te beso, ¿Vas a alejarte? -musito cerca de su boca, emitiendo ese aroma a ciruela.
Taehyung pudo ver sus ojos inseguros, pudo verse en ellos y no pudo evitar apoyar su frente en el hombro de ella, cerrando los ojos y tratando de no pensar en Hoseok. Siempre era él en su mente aunque no quisiera, a veces era tan irritante tenerlo en la mente todo el tiempo que deseaba tener un accidente solo para olvidarle. Pero luego se arrepentía enormemente por desear eso, ¿Qué haría él sin esos recuerdos? Porque esos recuerdos eran todo lo que él era. Todos esos recuerdos valían cada pedazo de su vida.
- Suni, si me besas, voy hacer que te vuelvas miserable.
- ¿Es porque estás enamorado de alguien más? -dijo con voz trémula, apenas separándose un poco para ver su expresión. Taehyung no se sentía capaz de mirarla, solo veía un punto invisible más allá de ella.
- Lo estoy... y soy miserable porque nunca dejaré de estar enamorado de esa persona. -una sonrisa amarga apareció en su rostro-. Incluso, si supieras quién es, me odiarías...
- ¿Es Jimin? -preguntó ella, acariciando su mejilla y haciendo que le mirara-. Porque si es Jimin, yo puedo hacer...
- No es Jimin... no es nadie que tu conozcas.
- ¿Ni siquiera... ni siquiera el tal Hoseok? Hablas tanto de él que casi siento que lo conozco... pero él es un Alfa... -dijo ella, agarrándolo por sorpresa. No supo que decir, solo se quedo mirando fijamente sus ojos verdes y entonces ella lo supo, arrugando la frente y repitiéndolo con voz seria, una seriedad que le dolió-: Taehyung, él es un Alfa.
- Lo sé... ¿Me odias?
Suni no respondió por unos segundos, en cambio, se quedo asimilando en su rostro la verdad. Y cuando lo hizo, negó con la cabeza y le dio una pequeña sonrisa comprensiva. Taehyung no pudo evitar aferrarse a ella en ese instante.
- Si me dieras una oportunidad, puedo hacer que ya no seas miserable. -Suni junto su frente con la de él, cerrando los ojos, con la voz tan temblorosa que en cualquier momento ambos se ponían a llorar-. Haré que me ames con todo tu corazón que no habrá ni un rincón para Hoseok, te lo aseguro, solo dame... dame una oportunidad.
- ¿Y si no lo logras?, ¿Y si rompo tu corazón?
- Pues será mi decisión, yo decidiré ser miserable por ti. -respondió ella, entre abriendo los ojos brillosos-. Y es porque estoy tan enamorada de ti que ya nada me importa.
Entonces Suni lo besó, delicadamente, casi con miedo y vacilación. Fue un beso cálido y dulce, que si bien Taehyung aceptó, aun así negó con la cabeza y sintió su pecho retorcerse. Su lobo adoraba a Suni, pero...
- No puedo, Suni... no puedo hacerte esto.
- Pero... ¿Me dejarías quedarme a tu lado? Es lo único que me hace feliz, Taehyung... tú eres lo único que me hace feliz ahora.
Suni volvió a besarlo y él... él sencillamente quería una casa en la cual refugiarse de la lluvia.
[...]
- Hola, habla Jung Hoseok, si no es Kim Taehyung el que quiere hablar conmigo entonces corte.
La voz monótona de Hoseok a través del auricular le hizo reír.
- Hoseokie, hola, ¿Estás despierto, no? -preguntó en un murmullo. Él se encontraba en su cama, bajo la litera, en medio de la noche. Allá en Corea debería ser de día, por lo que se sintió tonto al preguntarlo.
Hoseok se oía realmente contento. No como él.
- Sí, sí, hola pequeño tigre, casi nunca llamas últimamente, ¿Qué pasa?
- Nada realmente... es decir... yo... -titubeo, nervioso-. ¿Te conté de Suni, verdad?
- Sí, tu amiga Omega, la chica media coreana que le gusta comer pizza con piña, lo que es muy, muy raro -río Hoseok-. La recuerdo.
- Bueno, ella...ella dijo... ella dijo que estaba enamorada de mí...
- ¿Y? -la voz de Hoseok se volvió ronca, casi seria-. ¿Qué le dijiste?
- Le dije que no quería romper su corazón.
- ¿Vas a hacerlo?, ¿Le romperás el corazón?
- No porque quiera... ella es una chica genial, es muy extrovertida y graciosa, me gusta mucho pero... no sé si sabré quererla como ella a mí.
- Taehyungie... en realidad, nadie quiere a nadie de la misma forma -suspira Hoseok, lo que hace que Taehyung se meta aun más adentro de las sábanas-. Dices que te gusta, a ella le gustas... si ella te hace feliz, entonces tú también deberías hacerla feliz... por lo que me has contado, ella... parece ser... una chica genial.
- Lo es, pero no es tan genial como tú.
- Lo sé. Young Mi tampoco es tan genial como tú.
-...
-...
- ¿Eso quiere decir que me extrañas mucho?
- Exactamente... te extraño todos los días.
- ¿En qué momento? -sonríe emocionado Taehyung, mordiéndose el labio y sintiendo las cosquillas en su estómago, eran muy agradables en esos instantes-. ¿Cuáles son los momentos en los que me extrañas tanto que quisieras tomar un vuelo para venir a verme?
- Fácil. -ríe Hoseok, tan despacio que acaricia su oído-. Ahora mismo, mientras escucho tu voz, quisiera estar abrazándote, haciéndote cosquillas en la barriga y morderte... Tengo mucha ganas de hacer eso ahora mismo.
- ¿Dónde quieres morderme?
- En el cuello o en tu hombro... Me gusta tu cuello, es largo...
- ¿Largo?, ¿Cómo una jirafa?
- ¡Como un avestruz! -bromeó Hoseok, haciendo que ambos se rieran. Taehyung se tapo la boca, tratando de no despertar a Jihyun.
- ¡Prefiero ser una jirafa! -exclama susurrando-. Los avestruz son feos...
- Entonces serías la salvación de los avestruz, porque serías el más hermoso avestruz de todos.
Por unos segundos se quedan callados, solo escuchando la respiración del otro. Taehyung recuerda el beso de Hoseok y no puede evitar decir lo que piensa impulsivamente.
- Yo también quiero morderte...
- ¿Dónde? -pregunta Hoseok, con rapidez, tanto que ni siquiera pensó en lo que estaba diciendo. Tal vez era el sueño que le empezaba a llegar despacio-, ¿Dónde quieres morderme?
- En la boc-
Pero una voz desconocida través del auricular le interrumpió.
- ¡Hoseokie, ven aquí!, ¡Rápido, apúrate!
- ¿Esa es Young Mi? -pudo discernir Taehyung, escuchando con más cuidado.
- Oh, sí, sí -escuchó como suspiraba Hoseok, con cansancio-. Qué quiere ahora... Por todos los lobos, perdón, Taehyungie, te llamaré después, ¿Está bien? Hablamos luego, no lo olvides.
- No lo olvido... -respondió tristemente Taehyung, antes de que colgara. Se quedo viendo la oscuridad de sus sábanas, en el silencio absoluto siendo llenado por el pitido del teléfono en su oreja y segundos después, cuando se iba a quedar dormido, murmuró-: Te amo mucho... no lo olvides.
Te llamo "chico ilegal"
Tu existencia es un crimen.
Si bien Jimin había regresado a Corea luego de que terminaran todas las competencias y la beca de dos años, Taehyung se había quedado un año más solo por Jihyun... y tal vez por Hoseok.
Porque Hoseok se había casado.
Le habían enviado la invitación cuando decidió que iba a quedarse un año más, porque Jihyun aun le quedaba tiempo del intercambio. Un año más y Jihyun podía volver, por consecuencia, él también. Aunque se le sumaba en su estadía a Suni, con la que había terminado saliendo y ahora llevaban un año juntos.
Aunque Taehyung sabía que Hoseok lo quería ahí en la ceremonia, porque incluso le había llamado para saber si volvería para ese día, él no quiso. Sencillamente no podía estar presente, era demasiado doloroso.
Por lo que se quedó en Estados Unidos, viendo las fotos del casamiento que le había enviado Hoseok. En el casamiento incluso estaba Jimin y Yoongi, Minjae y Donghae y varios amigos de Hoseok, luego muchas personas que no conocía.
Young Mi se veía preciosa, realmente preciosa.
Y Taehyung lloró todo ese día, en los brazos de Suni. Suni lo entendía mejor que nadie y solo por la sencilla razón de que ella lo amaba. Taehyung también quería amarla.
Por todos los lobos, él de verdad quería amarla tan profundamente como amaba a Hoseok.
[...]
Un año y medio después, Taehyung recién se animó a volver a Corea, con Suni y Jihyun (que se negó a volver sin Taehyung) a su lado.
A veces en las vacaciones volvía a ver a sus padres, a Jimin, a Yoongi y a Hoseok con Young Mi. Una vez volvió para la graduación de Jimin, para el casamiento de la madre de Jimin, para los cumpleaños de sus padres, para el cumpleaños de Hoseok, etc.
Esta vez volvía por el casamiento entre Yoongi y Jimin.
Había sido realmente precioso el como Yoongi le había pedido matrimonio a Jimin. Había escrito un libro por años solo para él de una historia de amor preciosa, titulada "4 O'clock", que Taehyung tuvo la suerte de leer (Jimin le envió una copia) y en la última página, decía:
<< Si has leído desde el comienzo hasta la última página tú solo, ¡Felicidades, por fin! Si has entendido a través de estas páginas que el amor no tiene ningún tipo de límite, que es magia pura que ambos creamos, si has entendido que una persona puede amar a otra por siempre como yo te amo a ti a pesar de todo, que quiero estar contigo incluso en la más espesa oscuridad, entonces... ¿Te casarías conmigo, Park Jimin?, ¿Quieres crear a mi lado una nueva historia?>>
Hasta Taehyung le hubiera dicho que sí.
Así que ahora estaba de la mano con Suni, que no dejaba de sonreír y grabar con su celular como Jimin decía sus votos y los ojos llorosos de Yoongi y los de todos. Hoseok estaba en la otra hilera de sillas, con Young Mi. Taehyung también lloraba de pura felicidad, en esa pequeña capilla en las orillas del mar de Busan, donde vivía la familia de Jimin.
- ... Yo, Park Jimin, juro amarte a ti, Min Yoongi, cada día, cada hora, minuto y segundo de mi vida hasta que mi cuerpo se desvanezca, hasta volverte ceniza y solo quede mi alma y la tuya. Haré que todos los días sean las cuatro en punto, para ti y para mí... haré que nuestro mundo sea infinito y fuerte como ningún otro... Lucharé cada día porque esto funcione, esto que sucede en este momento y que es tan maravilloso entre nosotros dos... -Jimin mordía su labio inferior, con los ojos llorosos y las manos temblorosas; se sabía los votos de memoria-. Haré que cada día seas el hombre más afortunado del mundo y... haré que esta bolita de luz que tengo en mi vientre sea la bolita de luz más brillante del mundo, porque la creamos los dos y con todo nuestro amor...
Taehyung se quedó mudo igual que todos en la capilla. Lo único que se escuchaba eran las olas del mar. Si bien Yoongi le había comentado que olía algo raro en Jimin, Taehyung jamás pensó...
- Ji-ji...min... ¿Ha-hablas... en... serio? -tartamudeó Yoongi, incapaz de dejar de mirar el vientre de Jimin con una mano en la boca y las mejillas empapadas de lágrimas.
- Sí, amor... -afirmó Jimin sonriendo con cariño, acunando el rostro de Yoongi entre sus manos y rozando sus narices-. No pienses que es otra broma de Taehyung, ¿Está bien? No es otra broma de Taehyung.
- ¡S-sí, no fue cosa mía! -gimoteó Taehyung entre sollozos, secándose las lágrimas y sorbiéndose la nariz. Algunos se rieron y los demás seguían aun desconcertados por la noticia.
Aun recordaba cuando había llegado de Estados Unidos y los tres se juntaron en un restaurante, entonces Taehyung bromeó con Yoongi diciendo que olía un hijo suyo en Jimin y que por eso había tenido nauseas (y en realidad solo era porque Jimin odiaba el ajo), luego volvió a hacer la misma broma cuando Jimin se mareó en el autobús, ganándose un zape en la nuca que casi le saca los ojos. Nunca más volvió a bromear con eso.
Y ahora era real, tan real cuando todos empezaron a aplaudir mientras Yoongi abrazaba a Jimin y besaba todo su rostro, tan feliz como nunca lo había visto. Ambos brillaban con fuerza y Taehyung jamás vio algo más hermoso en toda su vida.
Excepto al chico que ahora estaba a su lado y que le sonreía, le sonreía como nunca antes nadie le había sonreído. Nadie podría sonreír jamás como Hoseok a su lado, donde la luz de los rayos del sol daban contra su cabello, dándole un aspecto angelical.
Nadie podría tener nunca hoyuelos más encantadores.
[...]
El nacimiento de Jae, como le gustaba decirle a la pequeña cachorra de Jimin y Yoongi, había sido lo mejor. Ser el padrino de una cachorra adorable y pequeñita como Jimin le había cambiado la vida, ahora todo su dinero se iba en comprarle regalos, mimarla y pasar tardes enteras en el departamento de su amigo cuando no tenía que trabajar ni practicar.
Aunque había sido realmente difícil su nacimiento, con un cuerpo débil, pero al año la pequeña ya no tenía ni un problema. Estaba creciendo saludable y fuerte como el amor de sus padres, todo estaba yendo bien. Incluso su hermano Jihyun había empezado a salir con la hermana de Yoongi, Lehyun, quien estaba estudiando Ballet. Suni había vuelto a los Estados Unidos por sus padres, por lo que no la había visto hace varias semanas pero hablaban por teléfono. Hoseok y él habían vuelto a hablar, seguían hablando de sus intereses, de lugares que querían conocer y cosas que querían hacer juntos como comprar un barco o una casa rodante e irse de vacaciones por ahí. Taehyung había ganado competencias, perdido otras, pero seguía optimista.
Todo estaba realmente bien, normalmente bien... hasta que Young Mi quedó embarazada.
[...]
Taehyung había recibido la noticia cuando fue a la cabaña de verano de los padres de Hoseok.
En ese último tiempo no había visto a Young Mi ni a Hoseok porque había viajado a Japón para una competencia de natación por unos cuantos meses. El día en que volvió, extrañaba tanto a Hoseok que quiso ir a verle (¡Ellos amaban las películas animadas japonesas!) y pidió prestado un auto para ir a la cabaña de verano donde pasaban horas y horas en aquel lago nadando y jugando cuando niños. Estaba muy feliz, porque había traído regalos, incluso para Young Mi.
Pero al entrar a la casa en medio del atardecer y ver la pequeña barriga de la Omega...
Taehyung quiso morirse.
No fue bonito como con Jimin y Yoongi. Fue tan doloroso que quiso arrancarse el corazón y quemarlo en la chimenea. ¿Por qué estaba tan sorprendido? Hoseok y Young Mi estaban casados, estaban juntos, pero aun así Taehyung nunca quiso aceptarlo. Hoseok le hacía sentir como si nunca pudiese aceptarlo.
Apenas saludó a los padres de Hoseok, a todos los parientes y cuando fue a ver a Young Mi... ella lo abrazó. Y Taehyung sintió que algo se movía dentro de ella.
Un cachorro de Hoseok y de ella.
Le dijo que Hoseok había salido a comprar frutillas, porque se le habían antojado. Y ella lo arrastró a una de las habitaciones porque Taehyung no dejaba de llorar y sobar la barriga de la Omega con delicadeza.
Cuando entraron a una de las habitaciones del segundo piso, donde había una ancha cama de madera y un hermoso balcón (Taehyung juraba que esa habitación era donde él y Hoseok jugaban a los espías). Young Mi lo sentó en la cama y ella se sentó a su lado, tomando sus manos entre las suyas y acariciándolas como si fuera un niño pequeño. Taehyung quiso mover las manos, alejarse, pero el pequeño cachorrito moviéndose en el vientre de ella le impedía si quiera respirar.
- Taehyung... hay algo que siempre he querido decirte...-la Omega se mordía los labios, totalmente nervosa-. Quiero decirte que lo siento mucho, siento mucho... haberle mentido a Hoseok... Lo siento mucho porque mentí y te alejé de él... en realidad, no lamento haber mentido, lamento haberte hecho daño en ese tiempo... yo lo sabía y no hice nada, pero entiéndeme, no tuve la tolerancia suficiente como para aceptar que tú... que tú...
- ¿Q-qué... quieres... decir? -musito Taehyung, viendo la cabeza gacha de Young Mi, tan arrepentida que no entendía nada.
- Yo... yo le dije a Hoseok que esa chica con la que se había besado en la fiesta hace años... había sido yo en vez de tú.
- ¿Q-qué? -balbuceó boquiabierto.
- Taehyung... yo sé que amas a Hoseok... sé que lo amas como yo lo amo a él -sonrió ella, amargamente-. Sé que ese día ambos se besaron, estuve esperando a que salieran todo ese momento, pero tú no me viste. Te vi salir y luego... Hoseok me preguntó si yo me había besado con él, que recordaba todo borroso y yo... le dije que sí... me dijo que le gustaba que le dijera Hoseokie y que volviera hacerlo. Y yo lo hice... yo siempre amé a Hoseok, él me salvó de un Alfa cruel el día en que nos conocimos, si lo hubieras visto... parecía un héroe... y yo no pude evitar caer totalmente enamorada de él.
La Omega había empezado a llorar despacio, apenas unas lágrimas. No como Taehyung, que era como si tuviera una tormenta en su interior.
- ¿Por qué... me lo dices ahora?
- Porque... sé que va a sonar cruel y malvado, pero te lo digo ahora porque sé que Hoseok ya no me va a dejar por ti -respondió con la voz trémula la Omega, tocándose el vientre y en ese momento, Taehyung sintió tanta rabia. ¿Cómo ella podía haber pensado aquello? Alejó sus manos de las de ella como si tocara el fuego y se levantó con brusquedad.
- Eres una estúpida, porque yo jamás se lo dije -gimoteó Tahyung, escupiendo las palabras-. Jamás iba a decirle nada, ¡Nunca!
Taehyung salió corriendo de la habitación, cruzo la sala de estar ignorando a todos los de la casa y fue hacia el jardín, saltó la valla que ahora lo separaba del bosque y corrió hacia el lago aunque el sol estuviera desapareciendo, con apenas unos rayos iluminando el cielo anaranjado con tonos violetas y celestes. No le importó estar con pantuflas, no le importo nada en absoluto y se quedó arrodillado en la orilla del río, viendo el movimiento calmo del agua. Recordó todos esos veranos, todas las risas, todas las miradas de Hoseok en él, todos esos abrazos, todas esas caricias, todos esos maravillosos momentos en los que Hoseok le hizo sentirse querido... Mientras veía su reflejo, esperó por él.
Sabía que llegaría, sabía que iba a buscarlo cuando se enterase que había vuelto y así fue, cuando sintió el ruido de hojas secas crujir a sus espaldas y luego una voz, totalmente insegura que por un momento Taehyung pensó que no sería Hoseok. Pero era él.
- ¿T-taehyung?
Le daba la espalda acuclillado, pero lentamente se levantó y se dio la vuelta. Los pocos rayos de sol le daban en el rostro a Hoseok, quien lo miraba preocupado y tenía el cabello desordenado, como si hubiera corrido o una ventisca lo hubiera azotado. Y no había viento en absoluto.
- No me lo dijiste... -musito Taehyung, tan triste que su tono de voz se iba llenando de amargura y rabia-. ¿Qué más no me has dicho?, ¿Por qué tengo que ser el último en enterarme de lo que pasa en tu vida?, ¿Acaso no te importo?
Taehyung apretaba los puños, sin quitarle la vista a Hoseok, totalmente inmóvil.
- Porque sabía que ibas a ponerte así... -dijo Hoseok, con una triste sonrisa ladeada-. Lo sabía... sabía que no ibas alegrarte.
- ¡No, tú no sabes nada! -exclamó Taehyung tan exaltado que las lágrimas habían vuelto con más fuerza-. ¡No sabes nada, Hoseok!
Hoseok estaba a unos cinco pasos de él, pero no acortaba la distancia. Ni siquiera él, que se secaba las lágrimas con brusquedad. La voz del mayor titubeaba y sus ojos estaban brillosos, de algo que Taehyung no sabía explicar. ¿Qué escondía Hoseok?
- Sé más de lo que piensas, Taehyungie... -musito, en voz tan baja que por un momento casi no le oía. Pero le escuchó.
- ¡¿Qué sabes?! -gimoteó Taehyung, incapaz de contenerse por más tiempo. Todo el veneno que se acumuló por años y años en su corazón de ese amor que empezaba a pudrirse dentro de él porque no podía mostrar, empezaba a salir sin ningún permiso-, ¡Sé que lo sabes todo, incluso el jodido maldito misterio del universo!, ¡Sé que sabes como funcionan las jodidas empresas de mierda de nuestros padres!, ¡Sé que sabes como funciona el mundo!, ¡Sé que sabes como funcionan las jodidas personas porque eres bueno en ello!, ¡Sé que sabes como ser un buen hijo, como ser un maldito Alfa!, ¡Sé que sabes todo lo que yo no sé! Pero hay algo que no sabes -se detiene Taehyung, en un último grito-: ¡Y es que te amo!
Ninguno de los dos dice nada, por lo menos durante eternos segundos donde solo existen ellos dos mirándose a los ojos, segundos donde Taehyung se siente tan desprotegido que quiere tirarse en el lago, así el agua lo cubre por completo, sin dejar que nadie lo dañe. Ni él mismo. Ni su irremediable amor por Hoseok. Y se siente tan patético.
Están así, mirándose, hasta que Hoseok rompe el silencio casi en un suspiro.
- Eso también lo sé.
- No, no lo sabes -arrugo el rostro Taehyung, sintiendo como la garganta se le cerraba y los ojos empezaban a arderle por todas esas lágrimas-. No sabes cuánto te amo.
- Claro que lo sé, Taehyung... jamás te lo dije, pero yo lo sé -confesó detenidamente, con tanta tristeza que Taehyung empezó a dudar y nada le hizo sentido-. ¿Recuerdas que te dije que soñaba siempre contigo? En todos mis sueños, siempre estás tú... y siempre están tus besos.
Taehyung se quedó paralizado, sin respirar, solo viendo como Hoseok tenía tanta tristeza en sus ojos que le dolía como a él mismo.
- ¿Qué?
- Sé que nos besamos -Hoseok empezó acercarse, lentamente, pisando con cuidado cada centímetro que les separaba hasta llegar frente a él y tocar su mejilla con suavidad, pasando un pulgar por sus labios-. Sé que te besé cuando estaba borracho... sé que... sé que te besé... lo sé. Todo este tiempo lo supe.
Todo empezó a revolverse dentro de Taehyung, incluso esas lágrimas y todos esos sentimientos. La tormenta se había convertido en un huracán silencioso y se sentía perdido. ¿Hoseok lo sabía?, ¿Sabía todo?, ¿Siempre supo de sus sentimientos?, ¿Siempre?, ¿Cuándo es siempre?
- ¿Desde cuándo?
- Desde el primer momento en que pisaste ese baño, Taehyung.
Apenas bastaron dos segundos para que Taehyung sintiera la mano de Hoseok como una brasa caliente y la apartara de su rostro, totalmente estupefacto y ya sin mirarle.
- Y tú hiciste como que no había pasado nada... todos estos años...
- Perdóname, perdón, perdón... -empezó a balbucear Hoseok, pasándose las manos por el rostro y con una expresión de angustia y desesperación que nunca había visto-. Yo no sabía qué hacer con todo lo que sentía, ¡Estaba aterrado, Taehyung! Sentí tantas cosas por ti desde el momento en que volviste aparecer en mi vida y todos esos sueños, me sentía tan perdido y confundido -Hoseok acuna su rostro entre sus manos, juntando sus frentes con delicadeza, casi respirando el mismo aire-. ¡Tantos sueños en mi mente, tantos sentimientos por ti que no podía poner en orden! Sentía que estaba volviéndome loco, Taehyung, porque no es normal, todos dicen que no es normal, ¡Un Alfa enamorado de otro Alfa!, ¿Dónde se ha visto eso?, ¿Es normal?, ¿No lo es?, ¿Cómo siempre arruino todo lo maravilloso que tenemos? Quiero estar contigo, siempre quise estar contigo pero no pude, no pude... Estaba aterrado e hice... hice como si nada hubiera pasado, ignoré todos mis sentimientos y me casé con una chica que adoro pero que jamás amaré como te amo a ti... y ahora sencillamente no podía hacer como si no lo recordase, no cuando dices que me amas.
Hoseok se aleja de Taehyung, lo mira a los ojos y sin dejar de acunar sus mejillas lo besa.
Lo besa con tanta desesperación, como si hubieran vuelto a ese baño, como si ambos estuvieran ebrios del otro. Taehyung cierra los ojos, sollozando entre el profundo beso que están compartiendo y lo abraza del cuello apegando más su pecho al de él, sintiendo como las manos de Hoseok lo alzan hasta estamparlo contra uno de los árboles. Se besan con tanto deseo, como si buscaran el aire en la boca del otro, como si besarse vorazmente fuera la única forma de demostrar todo lo que se amaban, todo ese deseo contenido, todos esos años separados y llenos de silencios. En esos momentos, en donde sentían los dientes del otro en sus labios, su saliva, su lengua, sus jadeos y el roce de sus manos y la calidez del cuerpo del otro, ninguna cosa del mundo que dijese que estaba mal existía. Para ellos, en ese momento, era el mejor momento de sus vidas y no podía ser malo. En ese momento, nada que ellos pudieran hacer era malo... era perfecto.
Taehyung gimió contra la boca de Hoseok, tan ebrio de él, tan perdido con esos besos que empezaban a recorrer su cuello y el roce de los dientes de Hoseok contra su hombro. Taehyung se aferraba a Hoseok como si fuera la última vez que lo fuera a ver y volvió a besarlo tratando de grabar cada sensación en su mente. El mejor recuerdo de su vida. De reojo, vio el lago a unos metros de ellos y los sollozos volvieron aparecer en su garganta, por lo que dejó de besar a Hoseok, respirando entrecortado y juntando su frente con la de él.
- ¿Estás enamorado de mí? -preguntó Taehyung contra su boca, casi un susurro. Hoseok abrió los ojos al igual que él y ambos se miraron con tanto amor que podían verse reflejados en el otro.
- Lo estoy... estoy enamorado de ti -sonrío Hoseok, con voz temblorosa y ronca, como si estuviera a punto de echarse a llorar aunque no lo pareciera-. Siempre he estado enamorado de ti, siempre estaré enamorado de ti...
Taehyung le da un último beso, la última probada al sabor dulce de Hoseok, a la suavidad de sus labios, la última mordida juguetona, el último roce de sus labios y se aleja, todo lo que puede mientras Hoseok lo mira boquiabierto, anonado con los labios hinchados de tanto besar, sin saber qué hacer. Era la primera vez que veía a Hoseok con la guardia baja.
- ¿Sabes, Hoseok? Siempre he pensado que eras el chico más valiente y fuerte del mundo... pero me equivoqué -Taehyung mordió su labio, aunque este ya estaba bastante rojo y mordido-. Sólo eres un cobarde, un cobarde mucho peor que yo... porque yo jamás olvidé esos besos como lo hiciste tú, jamás juré amar a alguien que no iba a poder amar y jamás... jamás olvidé.
Taehyung empezó a retroceder, despacio, lo que hizo que Hoseok pestañeara e hiciera ademán de ir hacia él.
- Taehyung, espera, espera... -suplica, tratando de agarrar sus manos. De alcanzarle.
- ¡No me toques! -espeta Taehyung, en un gruñido lastimero que hace que Hoseok se quede inmóvil en el mismo lugar, como si hubiera puesto una pared invisible en medio de ellos-. Espero que tú y Young Mi sean felices con su cachorro, estoy seguro que nacerá sano y... lleno de amor... Haz que Young Mi le de mucho amor, sino no les perdonaré, a los dos, no los voy a perdonar...
- Taehyung, por favor -gimoteó Hoseok, casi tan sumiso que Taehyung estuvo a punto de arrepentirse. Pero no lo haría-, ¿A dónde vas?, ¡Taehyung!
- Adiós, Hoseokie.
Y eso fue lo último que dijo antes de echarse a correr con todas sus fuerzas hacia la casa.
[...]
Taehyung había aparcado en el costado de la carretera en medio de la noche cuando vio por el espejo retrovisor un auto de policía estacionarse detrás de él. De seguro le darían una multa por haberse estacionado ahí, pero a Taehyung no le importaba. Se sentía vacío y solo, podía ver su propio reflejo roto en el vidrio de la ventana del auto.
El mundo había dejado de importar, él mismo incluido, todo, solo necesitaba estar solo en aquel auto sin sentir su corazón y ni siquiera le importó cuando el policía que estaba a su lado en la ventanilla fuera el mismísimo Min Jonghyun. ¿Y es que cómo olvidarle, si parecía el hombre de piedra de los cuatro fantásticos? Le sorprendió, sí, pero no le importó. Ni siquiera cuando recibió el papel de multa y Jonghyun se le quedó mirando un buen rato.
- Disculpa, ¿Te conozco?
Taehyung ni siquiera lo miraba, solo veía algo invisible frente a él. Se sentía desecho, como una bolsa de basura a la deriva del viento.
- Sí... si nos conocemos -respondió Taehyung, secamente-. Hice que te echaran de la universidad.
- No, definitivamente no sé... -musito dudoso Jonghyun, apoyándose en la ventanilla mientras se acaricia el mentón-. Hubieron dos chicos, ¿Pero cuál...?
- Kim Taehyung, amigo de Park Jimin, tu gran amor....-aclaró, casi burlón.
- ¡Oh, el amigo de Jimin! -Taehyung pensó que el tipo le iba a dar otra multa, pero en cambio se rió y le quito el papel de las manos-. Entonces devuélveme esa multa, joder, gracias. Si no fuera por ustedes seguiría en esa mierda de lugar, nunca me gustó mucho la universidad...
- Y ahora eres policía... es respetable... si recordamos que eras un imbécil.
Taehyung lo miró de reojo, esperando que el tipo se enojara y ambos se pusieran a pelear, para así por lo menos desahogarse de alguna forma sin tener que llorar. Pero Jonghyun se encogió de hombros, asintiendo y le sonrió.
- Lo sigo siendo, pero ahora soy padre de un cachorro Alfa, es mi orgullo y trato de no ser un hijo de puta solo por él -dijo sacándose la billetera del bolsillo y mostrando una pequeña foto de un bebé y una mujer desaliñada pero hermosa. Taehyung sonrió casi sin fuerzas, solamente al recordar a Jae, esa pequeña cachorra que le hacía feliz.
- ¿En serio? Te felicito, es precioso... Jimin también tuvo una cachorra, va a cumplir dos años ya.
- Me hace feliz escuchar eso, ¿Quién es el padre?, ¿Tú?
- Ya quisiera serlo -bufo Taehyung-. El padre es Yoongi.
Vio como la mandíbula de Jonghyun se desencajaba y abría los ojos tan sorprendido, provocando una pequeña sonrisa en Taehyung. Su expresión era realmente divertida.
- ¿Ese patas de fideo dejó en cinta a Jiminnie? Joder, no volveré a subestimar a un Beta en mi puta vida -resoplo Jonghyun, para luego mirar a Taehyung incrédulo-. ¿Cómo lo logró?
- Mucho sexo y amor, supongo... -y ambos se rieron, Jonghyun más estrepitosamente que él. De repente, Taehyung no sabe porqué, pero le pregunta-: Oye... ¿Cómo lograste olvidar a Jimin? Estabas muy obsesionado con él...
Jonghyun lo miró extrañado y se quedo dubitativo, pensando en la pregunta, para luego volver a sonreír entre un suspiro casi nostálgico.
- Nunca lo olvidé, Taehyung, solo lo deje ir. Esa también puede ser una muestra de amor.
[...]
Suni estaba en el balcón de su departamento cuando Taehyung volvió a casa, había vuelto en la noche a Corea. Fumaba un cigarrillo de menta y veía las pocas estrellas en el cielo. Cuando le vio en la lejanía, se adentró en la habitación y fue a su encuentro.
Taehyung no tenía ganas de vivir, tenía ganas de ocultarse dentro de su habitación y no salir jamás. Suni lo abrazo todo el tiempo, lo acunó en sus brazos como la señora Nawu y se acostó con él en la misma cama, acariciando su cabello mientras Taehyung le contaba todo y lloraba hasta quedarse seco por dentro.
Tenía tantas tormentas dentro de él que no podía controlar.
- ¿Y si tú y yo tenemos un cachorro, Taehyung-ah? -bromeó Suni, secándole una risa seca a Taehyung-. Podríamos hacer una competencia... estoy segura que tendríamos unos gemelos preciosos.
- Cállate, Suni... -sonrío Taehyung contra su pecho, secándose las lágrimas y volviendo a su expresión melancólica-. Deberías enamorarte de alguien que te ame tanto como tu me amas...
- Pero si tú me amas... no como yo quiero, pero lo haces, ¿No? -Suni hizo que levantara la vista, encontrándose con esos bonitos ojos verdes-. Si yo estuviera en un edificio en llamas, ¿Me salvarías?
- Te salvaría todas las vidas que tuviese -respondió Taehyung sin titubear.
- Y yo con eso soy feliz, Taehyungie...
Suni lo besó toda la noche y aunque Taehyung no dejo de sentirse miserable, se sintió querido. Y eso era mucho mejor a sentirse miserable. En la pequeña casita en la que estaba, podía refugiarse de la lluvia.
¿Esto ha sido el error de un ángel
o un beso intenso?
Había pasado un año y medio desde que Taehyung ya no había vuelto hablar con Hoseok.
Por más que él lo intento contactar, siempre lograba escabullirse aunque le doliera. Volvió con Suni a Estados Unidos por un tiempo, pero no pudo estar tan alejado de Jihyun ni de Jae, incluso de Jimin y Yoongi, quienes habían sido un pilar fundamental toda su vida. Y volvió a Seúl con ella, aunque con el tiempo parecían más como dos mejores amigos que como dos novios.
Ahora Taehyung estaba en el salón del departamento de Jimin y Yoongi con Jae entre sus brazos. Habían jugado toda la tarde y ahora ella había caído rendida en sus brazos, con todos los mimos que le hacía Taehyung. Yoongi estaba en su habitación escribiendo su libro mientras Jimin hacía abdominales en el felpudo frente a él.
- Oh, por favor, Jiminnie, ¡Jae ya tiene cuatro años! Suni y yo la cuidaremos, tú podrías salir con Yoongi a tener otro cachorro por ahí, juro que será un día inolvidable en Everland para ella -trataba de convencerlo Taehyung, emocionado con la idea de llevarse a Jae un día con Suni. Como si fueran una familia.
- Tiene tres años y medio -aclaró Jimin, levantándose de la alfombra y tomando un trago de su botella de agua-, por lo que no va a recordar nada de su viaje cuando sea grande, Taehyung, no insistas...
- Pero sé que quieres tener una noche lujuriosa con Yoongi, déjamela durante un tiempo.
- Que padrino tan pesado eres -rió Jimin, resoplando cansado y tomando el control remoto que estaba encima de la televisión-, pero está bien, tienes razón. Jae parece una babosa al lado de Yoongi y odia dormir en su cuna, por lo que... tu sabes.
- Lo sé -afirmó Taehyung, captando su insinuación-, tienen que hacer otro cachorro, ¿Está bien? Y yo me quedo con Jae.
- Voy a patear tu culo si sigues insinuando que quieres secuestrar a mi hija, Taehyung.
- Perdón, es que es tan linda... -gimoteó mirándola dormir, sonriendo como un niño pequeño mientras Jimin cambiaba el canal a la televisión-. ¡Yo también quiero una!
- Bueno, para tener una tienes que dejar de comerte su papilla.
Se rió Jimin, mirando de reojo a Taehyung pero algo llamo su atención en la televisión, por lo que dejo de cambiar el canal y fue la imagen en las noticias. Taehyung no se había dado cuenta porque seguía meciendo a Jae en sus brazos, que ronroneaba apaciblemente y se chupaba el dedo gordo, pero luego la voz del interlocutor llenó todo el departamento y llamó su atención.
<< En otras noticias, ya se sabe quiénes son los fallecidos en el incendio del salón de gastronomía en Insa-dong, si bien hubo una sobreviviente, Young Mi, la hija del empresario de los edificios Sky, esta murió en urgencias la noche anterior, por lo que entre los nombres de los fallecidos están...>>
Taehyung había dejado de mecer a Jae, totalmente entumecido y miró a Jimin buscando una explicación, porque no podía ser la Young Mi que él conocía, pero luego apareció su foto en pantalla y todo quedo tan claro que la sangre se le heló en las venas. Se quedó paralizado mientras Jimin se tapaba la boca y lo miraba aterrado, tan afectado como él.
- Voy a llamar a Hoseok... -anunció Jimin, corriendo hacia la habitación y llamando a Yoongi a gritos.
La pequeña Jae se despertó de golpe y empezó a sollozar por el ruido, tanto de Jimin como de la televisión, por lo que Taehyung volvió a mecerla en sus brazos, apegándola a su pecho, acariciando su cabello y susurrando entre besos en su coronilla que todo estaba bien.
Pero él sabía que era una mentira. Nada estaría bien.
[...]
Taehyung fue al velorio de Young Mi y lo que vio lo dejó destrozado.
¿Cómo vez al chico que amas desmoronarse frente a tus ojos?, ¿Cómo se soporta eso? Si de algo estaba seguro Taehyung, era que no importara con quien estuviera Hoseok, siempre que él estuviera feliz así se sentiría él. Él quería que Hoseok fuera feliz y no como estaba en esos momentos.
Por eso, cuando entró en la capilla donde todos estaban callados, escuchando las palabras del padre de Young Mi, lo primero que hizo fue buscar a Hoseok entre todas las personas.
Y ahí estaba, a un lado del ataúd con un bebé dormido en sus brazos.
Miraba el ataúd con ojos vacíos y el aspecto tan deplorable que no dudo en ir hacia él cuando el padre de Young Mi había terminado de hablar, llamando la atención de algunos curiosos. Todo el mundo vestía de negro, excepto el pequeño cachorro que tenía envuelto en una manta azul. Recordaba esa manta; Taehyung la había comprado de regalo cuando supo por Yoongi el día en el que el nació y que había nacido un Alfa.
Cuando Hoseok lo vio, fue como un estallido en todo su pecho. Fue como si hubieran prendido un interruptor de luz en medio de la oscuridad, porque inmediatamente sus ojos cobraron vida, pasando al pequeño cachorro entre sus brazos a su madre y esperando a que Taehyung viniera hacia él, porque sabía que no tenía fuerzas.
Lo primero que hizo Taehyung fue abrazarlo, con todas sus fuerzas, tratando de recoger todos los pedazos de Hoseok que se deshacían en sus brazos. Fue la primera vez que le vio llorar con tanto dolor.
[...]
Taehyung estaba en la pequeña casa de campo de Hoseok y Young Mi, acostado en la cama matrimonial que ambos tenían con el pequeño cachorro de ellos acostado boca bajo en su pecho, mientras le daba suaves caricias en la espalda. Tenía la boca en forma de corazón igual que Hoseok y un lunar en su mejilla, igual que Young Mi. Era el cachorro más hermoso que había visto en su vida y se enamoró de él incluso más de lo que estaba por Jae.
Cuando terminó el entierro y toda la ceremonia, los padres de Hoseok habían insistido en que se fueran a su casa y durmieran allí. Pero Hoseok no quiso y llevándose a su hijo en un brazo y a Taehyung de la mano, volvieron a la casa de campo. Ninguno quiso manejar, por lo que le pidieron a Yoongi y a Jimin que los dejaran en la casa, quienes también insistieron en hacerles compañía pero Hoseok volvió a negarse. Tenía los ojos hinchados de tanto llorar, incluso más de lo que estaban los ojos de Taehyung luego de haberse puesto a llorar un poco cuando la madre de Hoseok le pasó al niño y lo sostuvo entre sus brazos.
Al llegar a la casa, lo primero que hicieron fue darle de comer al pequeño Alfa, que consistía en una papilla que le había visto a Jimin darle a Jae y leche materna que la madre de Hoseok se había conseguido con una nodriza. Luego ambos fueron a la habitación, con apenas unas luces prendidas y se cambiaron de ropa por unas más cómodas. Taehyung le tuvo que pedir ropa a Hoseok y cuando acabó de vestirse, fue a la habitación donde estaba él sentado en la orilla de la cama matrimonial, viendo como su hijo dormía apaciblemente otra vez. Taehyung fue hasta él y lo abrazó durante largo rato, con su rostro escondido en su pecho y sin importarle que sus lágrimas mojaran la camiseta, hasta que el bebé volvió a despertarse y Taehyung lo tomó en brazos, meciéndolo y acostándose en la cama apoyado en el respaldo, tal como estaba en ese momento, viendo como Hoseok estaba sentado a sus pies, sin dejar de mirarle con los ojos brillosos y muy, muy triste. Pero había dejado de llorar y le miraba igual que hace tiempo, como si nunca hubiera cambiado nada. Le miraba con amor.
- ¿Cómo se llama? -preguntó Taehyung en un susurro, tocando entre sus dedos las pequeñas orejitas del bebé. Vio como Hoseok sonreía apenas en una curvatura débil de labios, pero era algo.
- Se llama Taehyung.
- ¡¿Qué?! -exclamó asombrado, quedándose inmediatamente callado y tranquilizándose cuando el bebé no se despertó.
- Sí, como lo oíste... tiene tu nombre -le sonrió Hoseok, mirando un punto alejado frente a él, fuera de la ventana, donde los árboles no dejaban entrever nada más que la oscuridad y donde solo se podía ver en la habitación por la lámpara en la mesa de noche al lado de Taehyung. Todo lo demás estaba oscuro y Hoseok se quedó pensativo, cuando empezó a negar con la cabeza, como si hubiera recordado algo gracioso pero estuviera muy cansado como para reírse-, A Young Mi le gustaba hacerme sufrir con sus malas bromas, ni siquiera habló conmigo cuando le puso tu nombre... me dijo <<pensabas en Taehyung cuando lo hacíamos, así que te jodes porque su nombre será ese>>, estoy seguro que fue en uno de sus ataques de celos y porque le agradabas...
- ¿Estaba celosa?, ¿De mí?, ¿Mucho? -Hoseok asintió, con desgana-, ¿Y cómo lo soportó?
- Bueno, ella terminó casándose conmigo, no había porque...-se encogió de hombros Hoseok, borrando todo ápice de sonrisa-. Habían veces en las que se enojaba mucho, peleábamos demasiado pero luego todo volvía a la normalidad... ¿Sabes? Con el tiempo me dijo que ella también tenía un amor prohibido, pero que gracias a mí lo había olvidado...
- La amabas -afirmó Taehyung, al ver como Hoseok se quedaba callado, como perdido en la semi oscuridad.
- Sí, claro que sí... ella me amaba a mí, estuvo todo este tiempo conmigo aunque sabía que pensaba en alguien más.
- En alguien prohibido... -murmuro Taehyung, volviendo a mirar al pequeño bebé en su pecho.
Hoseok volvió asentir y le miró inseguro, con los ojos suplicantes y temerosos.
- ¿Vas a quedarte? Entenderé si no... debe estar esperándote Suni, ¿No es así?
La voz de Hoseok se había vuelto ronca, casi siempre como cuando se enojaba o algo le irritaba. En ese momento Taehyung se dio cuenta todas esas veces en las que Hoseok apenas saludaba a Suni con una sonrisa (esa en la que mostraba sus hoyuelos) con ese tono de voz ronco, como si estuviera indeciso sobre gruñir o no, la expresión incómoda y luego no volvía hablarle. En ese momento Taehyung supo desde antes que Hoseok también se ponía celoso, incluso ahora se daba cuenta todas esas veces en las que Suni le abrazaba y Hoseok se había metido en medio, rodeando su cintura con posesividad.
- Me quedaré... por supuesto que me quedaré, aunque sea un crimen -dijo Taehyung, mirándole fijamente-. Me quedaré incluso si tus padres me echan a patadas.
Hoseok volvió a sonreír, con los ojos llorosos e hinchados, mordiéndose los labios nerviosamente y mirando hacia todas partes menos a él. Se le veía tan destrozado, tan indefenso, toda esa dominancia que conocía de él desde siempre se había esfumado, dejando a un Hoseok frágil y lleno de cicatrices. Taehyung se preguntó si él también había llorado cuando le dijo que estaba saliendo con Suni y en ese momento supo que sí. Por eso después no le había llamado de vuelta y Hoseok siempre le llamaba devuelta. Taehyung se preguntó cómo habían sido tan ciegos todos esos años, como habían sido tan cobardes por los prejuicios de la sociedad, como habían podido contener el amor que se tenían en un baúl junto a todos los recuerdos. Taehyung se preguntó si en otra vida ellos podrían ser felices juntos. Y deseo en ese momento, con todo su corazón, que fuera posible.
Por eso, palmeó el lugar a su lado, llamando la atención de Hoseok y le sonrió cálidamente, como si nada hubiera cambiado. Como si hubieran vuelto a ser esos niños que jugaban en el lago.
- Ven aquí, Hoseokie.
Hoseok fue hasta él, sin titubear, como si estuviera esperando a que Taehyung le dijera eso para poder moverse. Se acostó a su lado, mirándole de lado y Taehyung abrió su brazo, invitándole a que se acercara mucho más; y eso hizo, apoyando su cabeza en el hueco del cuello y el hombro de Taehyung, quien le acariciaba el cabello haciendo que se relajara por completo.
Ambos estaban ya quedándose dormidos, cuando Taehyung oyó la voz amortiguada de Hoseok en su cuello.
- Gracias por volver...
[...]
Semanas después, Taehyung se había ido a vivir a la casa de campo de Hoseok.
Él se lo había pedido porque amaba esa casa, pero no soportaba estar solo con su hijo en ella y le había dicho que lo necesitaba, mucho más que a nadie en el mundo y él no pudo negarse, porque además se había quedado totalmente prendido del pequeño Tae, de sus risas, sus pucheros, inclusive sus llantos y la forma en la que pestañeaba. Ese pequeño se había ganado todo su corazón en tan poco tiempo que incluso si Hoseok no se lo pedía, el mismo iba a quedarse en esa casa a cuidar de él. Algo había aprendido todos esos años cuidando a Jae cuando Jimin y Yoongi tenían cosas que hacer y se la dejaban.
Taehyung tenía su propia habitación, una de invitados, que daba al jardín y en la cual los tres, tanto Hoseok como el bebé, dormían. Odiaban la cama matrimonial porque era muy grande y porque aun seguía manteniendo el olor de Young Mi, lo que hacía que siempre se pusieran a llorar de la nostalgia. La recordaban todos los días con cariño, pero cuando ambos percibían su aroma en algunas cosas no podían evitar ponerse sumamente tristes.
Habían conseguido una nodriza que amamantara al bebé todas las tardes y solían dividirse el tiempo para cuidar de él. O a veces, venía de visita Jimin, Yoongi y Jae, Jihyun y Lehyun, la madre de Jimin, hasta una vez vino Seokjin con Namjoon con su hija Omega, que ya tenía cinco años y que venían de vacaciones porque se habían mudado a Ilsan. También venía Suni, pero ella había conocido a un Alfa en su trabajo, por lo que últimamente solo se la pasaba con él y rara vez visitaba a Taehyung, sin contar el hecho de que Hoseok le gruñía cuando Suni lo besaba en la boca como saludo, lo cual era una muestra de cariño vuelta costumbre entre ellos dos.
En ese momento, la familia de Hoseok había venido a visitarles y todos se encontraban en la sala de estar, con el pequeño Taehyung en los brazos de su abuela. Todos reían y conversaban, con Hoseok llevando los postres para cada uno, que consistía en un pedazo de pastel de almendras con chocolate.
Taehyung estaba atento a las historias de la hermana de Hoseok, quien había viajado a uno de los pueblos menos conocidos de Corea, escuchando historias de fantasmas y demás. Estaba tan metido en la conversación mientras comía, que ni siquiera se fijo que tenía toda la boca embarrada con chocolate.
- Taehyungie, tienes toda la boca embarrada, déjame limpiarte... -dijo Hoseok cuando llego a su lado, inclinándose hacia el y agarrando su mentón para luego besar y lamer toda la comisura de su boca, enfrente de toda la familia.
Taehyung se quedó hecho piedra, con las mejillas sonrojadas y calientes como el fuego, sin siquiera pestañear, porque aquello había salido tan natural (y no era como que no lo hubieran hecho cuando eran más niños) pero en ese momento, donde estaban todos ahí mirándoles, hizo que Taehyung quisiera tirarse por la ventana. O tirar a Hoseok.
- ¿Se puede saber qué es esa forma de limpiar, Jung Hoseok? -exclamó su hermana, frunciendo el ceño y mirándoles de una forma tan asesina que Taehyung se achicó en el asiento. El ambiente se había vuelto incómodo de repente y Hoseok los miraba como si todos ahí estuvieran locos, menos él.
- Tenía ganas de limpiarle así, ¿Algún problema, mocosa?
- ¡Claro que sí! -exclamó su hermana, incrédula-. Ustedes son Alfas, no pueden andar haciendo esas cosas.
- Pues te callas porque esta es mi casa y yo hago lo que quiero -espetó fríamente Hoseok, con su conocida dominancia. Ese era su territorio, su casa, por lo que Taehyung no se sorprendió al ver como su hermana se encogía en el sillón-. Si quiero besar a Taehyung lo voy a hacer.
- Hoseok, tu hermana tiene razón -intervino su padre, igual de alterado-, ¿Qué estás haciendo?
- ¡¿Besarlo?! -terminó por gritar ella, parándose del asiento de un salto-, ¡¿Qué tipo de relación tienen?!
- ¡Pues somos... somos...! -exclamó Hoseok, tratando de buscar las palabras pero sin éxito. Desde que habían vuelto a verse, ninguno de los dos se besaba o hablaba del tema de su relación, por lo que Taehyung se preguntaba si tal vez estuviera soñando-. No sé exactamente qué somos pero... pero... estoy enamorado de él.
Se hizo el total silencio en la habitación, incluso el pequeño Tae había dejado de llorar en los brazos de su abuela y había empezado a chuparse la mano hecha puño.
- ¿Qué? -dijo su hermano mayor, con la cara llena de desprecio-, ¿Quieres ser un jodido Delta?, ¿Acaso perdiste la razón, Hoseok?
- ¡No! -exclamó Hoseok con brusquedad, cruzándose de brazos y enfrentando la mirada enrarecidas de todos ellos-. Lo que pasa es que ya no quiero ser un jodido cobarde que vive su vida a base de lo que piensen los demás, incluso si esas personas son mis seres queridos. Los amo, a cada uno, son mi familia... pero me callé mucho tiempo por ustedes, porque no quería perderles, pero ahora... ahora que Young Mi no está, me di cuenta de que si sigo alejado de Taehyung, si sigo negando lo que siento, seguiré cometiendo el peor error de mi vida.
Los ojos de Hoseok se llenaron de furia y tristeza, tanto que Taehyung no veía ni una pizca de duda o inseguridad en ellos.
- Hoseok, por favor, hijo, piensa un momento -dijo su madre, aun con el pequeño Tae en sus manos y hablando duramente entre dientes-. ¿Acaso quieres ser un sucio Delta?, ¡No te críe para ser un Delta, Hoseok!, ¡Eres un Alfa, no puedes hacer esto!
- Siempre traté de ser un buen hijo, mamá, pero ya no más -replicó, señalando la puerta tras su espalda casi con cansancio -. Ya no me importa, si no lo aceptan, pueden irse, la puerta es ancha y ya saben donde queda.
- Hoseok... no hagas esto -balbuceo su hermana, aterrada, mirando a Hoseok y al bebé de hito en hito-. ¿Cómo vas a criar al pequeño Tae?, ¡No puedes cuidarlo!, ¡Te has vuelto loco!
Y eso basto para que Hoseok les gruñera, con los ojos como brasas, tan enfurecidos que hasta el mismo Taehyung, que se había mantenido inmóvil en el sillón observando la disputa de la familia de Hoseok, le dio miedo. Hasta a su madre, que dejo que le quitara a regañadientes al pequeño Tae, que se había quedado dormido.
- Váyanse. Ahora. No los quiero aquí -amenazó Hoseok, mirando a todos los presentes despectivamente-. Ninguno de ustedes me va a quitar a mi hijo, así que váyanse.
- Pues si no te lo quitamos nosotros -dijo su padre, parándose del sillón con superioridad, enfrentando la mirada rabiosa de su hijo-, será la familia de Young Mi si se entera de tu relación con... él.
Taehyung ni siquiera se sintió dolido por el tono de voz que uso al referirse a él, solo estaba paralizado viendo como todos se paraban, como si estuvieran decididos a atacarle. Entonces Taehyung se levantó, dejando el pastel a un lado y atento a cualquier cosa que pudiesen hacer.
- ¿Crees que los dejaré? -se río casi altaneramente Hoseok, para luego hacer ademán de irse del salón-. Primero tendrán que matarme y ni eso hará que me separen de él. Ahora váyanse de una vez y no vuelvan hasta que acepten que sigo siendo su hijo, sea como sean mis jodidos sentimientos.
Hoseok se fue desapareciendo por el pasillo a su habitación, con el pequeño Tae en brazos, dejando solamente a Taehyung y a toda la familia de Hoseok que se fue, sin siquiera dedicarle una mirada excepto la hermana menor de Hoseok, que le miro con odio puro. Taehyung se preguntó cómo todo podía cambiar en tan solo segundos, hace unos momentos estaban riéndose y ahora...
- Siempre supe que algo estaba mal contigo, desde que te vi... -dijo ella, casi escupiéndole las palabras-. Y ahora has arrastrado a Hoseok, eres un maldito bastardo.
- Amar no es arrastrar a nadie, Jiwoo.
Pero ella no le hizo caso. Solo se dio la vuelta y salió de la casa dando un portazo detrás de sí.
[...]
- ¿Qué fue eso, Hoseok?
Fue lo primero que le pregunto Taehyung al entrar en la habitación, donde Hoseok había terminado de cambiarle los pañales al pequeño Tae. Lo tomó en brazos y empezó a mecerlo en sus brazos hasta que el pequeño se hubo calmado.
- Sabes que no me gusta que me digas Hoseok... -refunfuño, sin mirarle.
- ¿Cómo quieres que te diga si estoy enojado contigo?, ¿Estúpido idiota?, ¿Cabeza de escremento? -Taehyung se cruzo de brazos, con el ceño fruncido, porque no entendía a Hoseok-, ¿Qué te pasaba por la cabeza al hacer... eso?
Hoseok caminó hasta la cuna, que estaba entre la cama y la pared y acostó al pequeño Tae, arropándolo y poniéndole música de piano de Chopin, Debussy, etc. Taehyung y él odiaban las tonadas de mar de bebé, por lo que le solían poner música clásica.
- Perdón por siempre joderla, entonces... -musito molesto, alejándose de la cuna y acercándose a Taehyung, quien lo tomo de la muñeca y lo arrastró hacia el baño, solo entrecerrando la puerta por si el pequeño Tae lloraba.
- ¡Es que no te entiendo!, ¡¿A qué juegas?!, ¡¿Por qué das por hecho mis sentimientos?! -exclamó Taehyung, tan molesto que ni se daba cuenta que estaba gritando hasta que Hoseok señaló la puerta, por lo que tuvo que bajar la voz y acercarse más a él-. ¿Crees que te sigo amando a pesar de todo y ahora que estás libre vamos a tener algo?, ¿De verdad crees eso?
La cara de Hoseok se descompuso, como la caída de un puzzle. Lo agarro tan de imprevisto que Taehyung también se sorprendió, pero por su reacción. Como si jamás hubiera esperado que dijera eso.
- ¿A-acaso no lo haces? -preguntó inseguro, acercándose a Taehyung y haciendo que retrocediera hasta chocar contra el lavamanos-, ¿Ya no me amas?
- ¡No es eso! -negó él, en un gruñido, sin ser capaz de devolverle la mirada porque estaba demasiado cerca, tanto que Hoseok apoyó sus manos a cada lado del lavamanos, dejándolo encerrado con su cuerpo y con las piernas en medio de las suyas.
- ¿Entonces qué es? -susurro Hoseok, tan cerca de su rostro que las palabras le rozaban la mejilla-. Ya no me importa, Taehyung... no me importa si me amas o no... porque voy a estar contigo hasta que ya no me pueda las jodidas piernas, porque siempre he estado enamorado de ti y no quiero perder el tiempo como lo llevo haciendo todos estos años porque estaba aterrado de lo que pudiese pasar -Taehyung volvió la mirada hacia él, otra vez tan triste que no pudo evitar sentir un nudo asfixiante en su garganta-. Si algo aprendí con la muerte de Young Mi, es que tú eres lo primero en mi vida y no quiero perderte ya de ninguna forma. Te perdí tantas veces, Taehyung y todas ellas fueron tan dolorosas, tan dolorosas que olvidarlas fue lo mejor que se me ocurrió hacer... ya no quiero ser un cobarde, ya no me importa que mi familia se aleje, no me importan los comentarios de las personas. Pensé en que hubiese pasado si en vez de Young Mi hubieras sido tú el que estuviera muerto y eso me dio tanto miedo, mucho más miedo que cualquier otra cosa en el mundo. Hasta ahora, jamás estuve tan consciente de que podría perderte definitivamente y nunca más verte, porque siempre que estabas lejos, yo sabía que ibas a volver, yo sabía que iba a volver a verte... y ya no quiero perder el tiempo. Todo lo que me importa ahora eres tú y el pequeño Tae -Hoseok posa una mano en su mejilla, acariciando su rostro, pasando el pulgar por todo el contorno de su mentón, su boca, su mejilla, esas lineas que se le hacen al sonreír y Taehyung sintió como le temblaban las piernas, porque cada terminación nerviosa empezaba a responder cuando él lo tocaba de esa forma-. Tú eres todo lo que necesito... no necesito a nadie más para ser feliz. Tú eres mi hogar ahora, Taehyung, ¿Puedo ser tu hogar también?
Taehyung cierra los ojos, sintiendo como la nariz de Hoseok roza la suya y luego sus labios atrapan los suyos en un beso lento, suave, que empieza a cobrar ritmo a medida que siente el roce de sus dientes, su lengua abriéndose paso a su boca, lo dulce y adictivo que es, cada toque profundo no hacía más que volverse más adictivo el uno al otro, queriendo mucho más. Hoseok le saca la camiseta por encima de su cabeza y la tira al piso, igual como se deshace de la suya y ambos vuelven a fundirse en un beso lleno de lujuria y amor, sintiendo la tibia piel del otro y encontrando en eso una de las mejores maravillas del mundo. Taehyung sentía como las manos de Hoseok recorrían por completo su cuerpo, como si lo estuviera esculpiendo con la yema de los dedos, metiéndose dentro de su pantalón y acariciando el bulto en su ropa interior. Taehyung gimió de placer, siendo levantado de un tirón por Hoseok para sentarlo encima del lavado, con la espalda contra el espejo y quitarle el pantalón de chándal con rapidez, atacando su cuello en mordidas y lamidas que le hacían estremecer. Taehyung buscó a tientas el cierre del pantalón de Hoseok y cuando lo encontró, lo desabrochó y liberó lo que estaba igual de duro que él, incluso más. Empezó acariciarlo con la mano, de arriba abajo, al igual que Hoseok hacía con el suyo mientras gemían hechos un desastre en la boca del otro. Hoseok bajó hasta su pecho, chupando por todas partes, sus pezones, su abdomen, hasta llegar a su miembro y lamer toda su extensión, provocando que Taehyung se deshiciera en gemidos, empezara a sudar por el placer, con el cabello pegado a la frente y llegara al orgasmo, hinchándose y liberando su esencia entre sus muslos, siendo lamido por la lengua de Hoseok.
Taehyung podía sentir como el corazón golpeaba con fuerza su pecho, con el orgasmo haciéndole sentir en el mismo cielo mientras Hoseok sigue gruñendo con dominancia en su cuello, marcando sus clavículas con sus dientes y envolviendolo con su olor. El lobo de Taehyung nadaba en la sensación de seguridad, amor y placer que estaba recibiendo, por lo que ni siquiera podía sentir su propio aroma. Todo en él era Hoseok por completo y eso no le molestaba en absoluto.
Hoseok lo miró a traves de sus pestañas, lamiendo su mentón mientras Taehyung recobraba el aliento y volvía a besarle, enredando sus brazos en su cuello y acercándolo más, envolviendo sus piernas en él. De repente sintió tanto, pero tanto amor, que ya no sollozaba de placer, sino de pura felicidad.
Hoseok empezó a besar sus lágrimas, a lamerlas despacio mientras le abrazaba, cubriéndolo por completo. Taehyung lo miró a los ojos y antes de besarle, susurró-:
- Siempre lo has sido, idiota... siempre has sido mi hogar para refugiarme de la lluvia.
Esos hoyuelos son ilegales
pero los quiero de todas formas.
Era verano y la gran laguna detrás de la casa de campo de Hoseok estaba casi tibia por el sol, con las aguas tranquilas y cristalinas a comparación de las épocas en otoño, cuando las hojas de los árboles caían al agua. Taehyung estaba en el muelle, mojándose los pies mientras veía como algunos peces nadaban cerca de la superficie. El sol estaba en el punto máximo donde los rayos del sol hacían que la laguna brillara en haces de luz y su piel empezara a broncearse.
A unos metros detrás de él, podía ver a Jimin, Yoongi, Minjae y su novia (¡Por fin se había regresado de Japón, el maldito!), Jihyun y Lehyun (¡Taehyung no podía dejar de sorprenderse al ver que aun seguían juntos!), la pequeña Jae, con ya ocho años y el pequeño Tae con cinco años, en los hombros de Hoseok. En un rato más, incluso llegaría Jungkook y su hermano, quien había terminado la universidad y aun seguía en contacto con Jimin. Taehyung le hubiera gustado que estuvieran SeokJin y Namjoon con su pequeña, pero ellos habían vuelto a Ilsan.
Taehyung estaba feliz, porque después de que Hoseok le dijera a su familia el tipo de relación que tenían, nunca volvieron a ocultar lo que sentían y, con los años, su actitud hacia ellos ya no era tan arisca. Todos lo sabían, incluso los padres de Young Mi años después, quienes trataron de quitarles al bebé pero no lo lograron gracias al padre de Hoseok, aunque Taehyung le había pedido que al menos tuvieran visitas restringidas (Hoseok estaba tan enojado que no quería que vieran al pequeño Tae nunca más).
Taehyung sabía que el amor que tenían los padres de Hoseok por su hijo era demasiado grande como para que estuvieran enojados con él por tanto tiempo. No como sus padres, que al enterarse cortaron la poca comunicación que tenían. Pero eso a Taehyung ya dejo de importarle y ahora que él iba a cumplir los veintiocho y Hoseok tenía treinta y dos, las cosas estaban mejores que nunca. Sólo faltaba trabajar un poco más y tanto él como Hoseok se comprarían una casa rodante (¡Porque las casas rodantes son lo más genial del mundo!) pero costaban demasiado caro. Taehyung iba a trabajar como un esclavo, él quería la maldita casa rodante.
Entre sus pensamientos, ni siquiera se dio cuenta cuando su hermano y Lehyun corrieron a su lado y se tiraron a la laguna, salpicando agua en todo su rostro.
- ¡Tata Hyung, ven a nadar!, ¡A que te gano nadando hasta la otra orilla!
- ¿Disculpa? -dijo indignado Taehyung-. ¡Tu hermano es uno de los mejores nadadores de Corea, para tu información!
- Oh, ¿En serio?, ¿Desde cuándo mi hermano es Park Tae-hwan?
- ¡No voy a caer en tus trucos, sucio manipulador! -refunfuño Taehyung, viendo como su hermano se reía con Lehyun-. Ve y nada con tu novia, deja a tu viejo hermano descansar.
De repente escuchó unos pasos detrás de él y ahora era la pequeña Jae quien se había tirado a la laguna y empezó a nadar como pez en el agua. Taehyung le había enseñado a nadar desde bebé, por lo que era realmente rápida.
- ¡Oh, vamos, tío Tata! -dijo Jae, salpicando agua entre risas-. ¡Nada conmigo!, ¡Conmigo!
- ¡Jae, no seas como el sucio manipulador de tu tío Jihyun!
- ¡Jihu sucio manipulador! -repitió riéndose la Alfa, señalando con el dedo a Jihyun, quien abrió la boca sorprendido y se giro hacia la orilla, donde estaba Yoongi, Hoseok y el pequeño Tae sentados, menos Jimin, quien había ido al baño.
- ¡Yoongi hyung, mi hermano le está enseñando malas palabras a Jae!
- ¡Taehyung, cierra la puta boca! -gritó Yoongi.
- ¡Min Yoongi! -le reprendió Lehyun, su hermana.
Taehyung se rió y vio como unos peces se aglomeraban alrededor de sus pies, por lo que empezó a mover sus dedos y se levantó, sacando los pies del agua y despidiéndose con una mano de los pequeños peces.
- Me voy, adiós, adiós pececitos.
Iba a darse la vuelta para volver al comienzo del muelle, pero inmediatamente siente como alguien lo levanta y todo está de cabeza. En seguida sabe que es Hoseok, por la forma de su trasero, lo que le hace imposible no tocárselo, apretárselo y ganarse una nalgada en compensación. Las nalgadas de Hoseok eran fuertes.
- ¿A dónde crees que vas, pequeño tigre?
- ¡Hoseokie, no! -negó Taehyung, viendo como Hoseok lo llevaba a la orilla del puente mientras su hermano y Jae insistían en que lo tiraran a la laguna-. ¡No, no, bájame!
- ¿Qué dices?, ¡No te escucho! -se burló Hoseok, para luego dirigirse a la pequeña Alfa-, Jae, ¿Qué dice tu tío Tata? No entiendo qué dice.
- ¡Dice que quiere ser un pez! -grita ella, riéndose inocente-. ¡Un pez como Jae!
- ¿Un pez?, ¿Y qué hace un pez en tierra? -decía Hoseok a Jae, sobre dramatizando e ignorando los quejidos de Taehyung-, ¡Hay que devolverlo al agua de inmediato o se va a morir!
- ¡No, Hoseokie, bájame! -volvió a gritar-. ¡No soy un pez!, ¡No!
Y antes de volver a patalear siente como toda el agua lo cubre, lo que hace que contenga la respiración hasta que tanto él como Hoseok nadan hacia la superficie. Cuando saca la cabeza, siente como todo el flequillo se le pega en la frente y mira con seriedad a Hoseok, quien no deja de reírse.
- Eres un traidor, Hoseokie.
- ¿Dónde se ha visto un nadador huyendo del agua? -dice Hoseok, nadando hacia él hasta rodear su cintura. Taehyung lo mira enfurruñado y empieza a salpicarle agua en la cara.
- ¡No quería nadar porque recién me teñí el cabello de gris!, ¡Se va a estropear!
- Nah, te verás bien de todas formas -sonríe Hoseok, agarrando con una mano ambas muñecas de Taehyung y con la otra acercando su cuerpo al de él mientras reparte besos por todo su rostro diciendo entre ellos-: Siempre te ves bien, genial, maravilloso, esplendido, increíble...
Taehyung amaba cuando lo llenaba de besos, pero aún así pensaba en su cabello y el nuevo color que de seguro se había arruinado e hizo un puchero, quien luego fue besado castamente por Hoseok.
- No cambies el tema, sucio traidor.
- ¿Cómo me has dicho? -se hizo el ofendido, para luego girarse hacia Jae quien intentaba atrapar un pez con las manos-, ¡Jae, ayúdame a darle una lección a este pez malo!
Taehyung vio como Jae nadaba velozmente hacia ellos, sacándole un chillido y tratando de huir, pero Hoseok lo tenía bien agarrado de la cintura y cuando Jae llegó hasta él, sintió como ambos lo zambullían al agua. No era gran problema para Taehyung, podría estar mucho tiempo sin aire, pero temía por su cabello. Entre risas y un Taehyung tratando de recuperar el aliento, oyen como Jimin aparece desde la casa, moviéndose de un lado a otro totalmente emocionado hacia Yoongi, quien tenía al pequeño Tae en brazos.
- ¡Oh, por todos los lobos!, ¡Yoongi, joder, amor, no era un jodido gas!, ¡No era un jodido gas!
Jimin gritaba, llamando la atención de todos quienes se quedaron observando su ataque de emoción y felicidad. Daba pequeños saltitos y se sobaba la barriga riéndose.
- ¿Qué demonios? -enarcó una ceja Hoseok, ganándose una palmada de Taehyung en la boca porque Jae estaba presente (y se le había quedado eso de no decir groserías frente a los menores).
- ¡Vamos a ser padres otra vez! -gritó finalmente Jimin, algo coherente que hizo que todos quedaran boquiabiertos-, ¡Lo acabo de sentir!
El lugar quedo en silencio y todos miraban la expresión de Yoongi, con la boca tan abierta que el pequeño Tae se rió y trato de meter su dedito índice dentro. Jimin recibió al pequeño Tae en brazos mientras Yoongi se tapaba la boca totalmente emocionado, brillando como el sol.
- ¡Oh, mierda, oh, mierda!, ¿Otro más?, ¡Oh, te amo, joder! -exclamó besándolo, para luego, aun atónito acuclillarse y pegar la mejilla en la barriga de Jimin-. Oh, por todos los lobos, ¡Lo sentí, lo sentí!, ¡Se movió, como una bola de arroz! -volvió a gritar, parándose, gritando de emoción igual que todos los presentes. Estaba tan emocionado que no hallo nada mejor que correr hacia el muelle y tirarse con todo y ropa y al salir del agua, señalar acusadoramente a Taehyung-. ¡Esta va para ti, Taehyung, en tu cara!, ¡Te dije que iba a tener otro antes de morir!, ¡Te lo dije!
- ¡Felicidades por el nuevo bebé, Oppa! -exclamó Lehyun, nadando hacia Yoongi y abrazándolo, igual como Jihyun se acercó a felicitarlo. Minjae se había mantenido aplaudiendo en todo momento y ahora también se había metido a la laguna.
La pequeña Jae no entendía nada de lo que pasaba, por lo que seguía pescando pececitos con las manos hasta que Taehyung gritó.
- ¡Pues como tienen nuevo bebé, secuestraré a Jae! -se rió, haciendo ademán de nadar hacia Jae, quien aun sin entender nadó entre risas hacia Yoongi-. ¡Ven aquí, ven aquí!, ¡Voy atraparte!
- Tú ven aquí, tigre-piraña -dijo Hoseok a sus espaldas, agarrando su muñeca y tirando de él hasta tenerlo otra vez totalmente apegado a su cuerpo. Hoseok se veía hermoso con el cabello revuelto, mojado, las gotas de agua cayendo por su rostro haciendo que brillara más que cualquier estrella y solo necesito esa imagen para que Taehyung lo abrazara por el cuello y envolviera sus piernas alrededor de sus caderas. Hoseok le dio un beso casto en la boca y muy cerca de su rostro susurró-: Te amo demasiado, ¿Ya te lo dije? Porque creo que se me olvidó.
- Sí, tonto, me lo dices todo el tiempo, claro que lo sé -dijo Taehyung, sonriendo tan conmovido cada vez que Hoseok le decía que lo amaba, que era a cada día y segundo y aunque lo hiciera seguido, Taehyung nunca se cansaba de escucharlo-. Yo también te amo.
- Sabes, tengo curiosidad... ¿Qué fue lo que hizo que te enamoraras de mí?
Hoseok empezó a dar vueltas en el agua, con Taehyung en sus brazos, mientras él echaba la cabeza hacia atrás disfrutando del viento fresco en su piel y los rayos del sol. Cuando volvió a mirarle, sonrió mostrando todos dientes y recordó cada detalle del cuerpo de Hoseok, cada actitud suya, cada gesto, cada detalle de su alma, todo lo que él era. Y no pudo decidirse.
- ¿Lo que hizo que me enamorara de ti? -repitió, e iba a responder <<Todo>>, pero luego recordó la primera vez que conoció a Hoseok y desde ese instante lo supo en el fondo de su corazón-. Si tuviera que elegir algo, definitivamente... serían tus hoyuelos.
[ FIN DEL EXTRA VHOPE ]
Me encantó este comentario LKDJLKASJD así que te dediqué el capítulo final <3
Déjame decirte que te aMO laskjdakljsd
[ The best comentario, luego del "rita la perrita" LKSAJDLKASJD ]
Gracias por todo Y SIGAN LEYENDO~
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