Extra: d i m p L E.
¿Esto ha sido el error de un ángel
o un beso intenso?
Taehyung estaba estúpidamente equivocado.
Cuando conoció a Park Jimin, tuvo cierta esperanza de que fuera su Omega, es decir, ese dulce aroma que inundaba todo el lugar, que lo envolvía como estar en una fabrica de dulces. Y era tan diferente a cualquier Omega que hubiera olido o conocido. Cuando estaba cerca de Jimin, todo era dulce y su lobo bullía de emoción por todas las hormonas que le incitaban a seguirlo... hasta que lo conoció mejor.
¿Park Jimin siendo su Omega?
No.
Ni que quisiera morir a manos de Yoongi hyung, quien era el amigo (Taehyung juraba que eran algo más) de él. Fue una gran sorpresa saber que Yoongi lo conocía y verlo asustado en la forma en la que conoció a Jimin, era la primera vez que conocía esa fase de él, esa fase asustada y fuera de control cuando vio al Omega herido.
Y además, sus esperanzas de encontrar a alguien para olvidar a Hoseok eran tan nulas y dolorosas como la patada en el estómago que recibió al defender a Jimin de aquellos bravucones que le estaban dando una paliza. Taehyung sabía pelear gracias a un taller de Taekwondo que asistió con Hoseok cuando el había cumplido los dieciocho.
Recuerda su primera pelea, cuando un Alfa trató de golpearlo porque le había tirado chocolate caliente encima por accidente ( ¡Hoseok tuvo la culpa! Él fue quien quería beber de su vaso cuando tenía el suyo propio, aunque el suyo era cappucino y lo correteó por la calle haciendo que Taehyung chocara con el Alfa). Aunque no fue su pelea, más bien el Alfa lo empujó e iba a darle un puñetazo cuando Hoseok se interpuso y le dio una patada directo en la quijada. Desde ese momento, Taehyung insistió en aprender Taekwondo igual que Hoseok. ¡Había sido genial! Él también quería dar patadas así, porque lo único que sabía era morder.
Así que ahora era cinturón negro y siempre defendía a cuanta persona viera en apuros. Tal como Hoseok, y se sentía genial. Hoseok era su ejemplo a seguir y Taehyung dudaba si estaba confundiendo admiración con amor de pareja, pero luego recuerda sus besos, sus caricias desenfrenadas en aquel baño y la única liberación que encuentra es encerrarse en su pieza a hacer esas cosas que, ya con el tiempo, ni siquiera se avergüenza en hacer. Sabe que debería conseguirse una novia Omega, pero jamás encuentra a nadie... a nadie como Hoseok, ni siquiera como Jimin, que huele de maravilla cuando está en celo. Y Jimin ya tenía a alguien.
Luego recuerda lo primero que pensó al conocer a Jimin, que fue lo mismo que pensó al conocer a Yoongi.
<< Que chico tan bajito >>
Pero definitivamente Jimin era más adorable, aunque te fulminara la mayoría del tiempo con la mirada. En realidad lo había visto algunas veces en el campus y en los salones, porque tenían clases juntos, pero Taehyung siempre estaba rodeado de varios chicos/as a su alrededor la mayoría del tiempo por lo que siempre se le olvidaba su nombre y nunca le habló hasta ese momento con la pelea con los Alfas. Jimin había logrado llamar toda su atención, haciendo que dejara de pensar tanto en lo que había pasado con Hoseok y, luego de que lo convenciera de que fueran amigos (Jimin tiene una terrible percepción de los Alfas, ¡Pero Taehyung estaba seguro que podría cambiar eso!) él había aceptado y ahora llevaban siendo amigos más de un mes. Jimin era encantador, aun con su carácter dominante y posesivo; Taehyung lo era también por ser Alfa, pero nunca tanto como Jimin. Jimin siempre observaba a Yoongi, siempre. Y Yoongi también. Por eso estaba seguro que ambos se querían de esa forma en la que los padres de Hoseok se quieren. De esa forma tan especial que le gustaría ver en sus padres.
Y en cuanto a Hoseok, el único recuerdo que tenía de esa noche era que no dejaba de decir que había conocido a una chica Omega que besaba de maravilla y que tenía su número. Taehyung quería matarlo. A besos. A mordidas. A patadas. Como sea.
Dolía tanto ver a Hoseok con Omegas últimamente.
¿Pero qué podía hacer? Nada en absoluto, Taehyung no quería ser un Delta, nunca había visto o conocido uno, pero sabía que existían cada vez que en la televisión mencionaban un caso excepcional, comúnmente en las cárceles del país referente a esa nueva relación Alfa-Alfa que había nacido y ello le aterra, él no quería ser repudiado por todos pero... pero luego recuerda los besos de Hoseok, la seguridad con la que él jamás se dejaría dominar y no está tan seguro de no serlo. ¿Sería tan malo dejarse llevar? Era tan difícil para su lobo perder, volverse sumiso, a veces no sabía como lograba que su lobo aceptara que Hoseok le gane en la mayoría de los juegos. Tal vez porque sabe que Hoseok es mucho más fuerte que él.
A veces habían Omegas que llamaban demasiado su atención, tal como Jimin, haciendo que sus hormonas revoloteen como mariposas, haciendo que sólo quiera una cosa de ellas. Pero no podía, no podía ser como Hoseok y tener aventuras estando ebrio. Taehyung era tan sensible que necesitaba algo más profundo, algo no tan carnal. A veces Taehyung se sentía tan fuera de lugar en su propia piel. Más aun cuando Hoseok le dice que tal vez debería tratar de salir con Omegas.
Lo cierto era que ya no quería seguir hablando con Hoseok de esos temas de amor, no podía... no desde ya llevar años enamorado de él. Antes era fácil porque no pensaba sobre ello, pero ahora que estaba seguro... ahora que los celos estaban presentes como una bola de avispas en su corazón, simplemente no se sentía capaz.
Sentía su propio corazón hecho trizas.
Y luego pensaba que tal vez era hora de conseguir un empleo, así podría pagarse un pasaje para irse al otro lado del mundo y alejarse lo más posible de sí mismo. También de Hoseok, pero lo extrañaría demasiado por lo que de seguro volvería a casa al pisar el aeropuerto.
Taehyung estaba camino al despacho de su padre para conversar sobre ello, tocó la puerta con los nudillos cuando llegó y esperó a que su padre dijera que pudiese pasar. Tardo unos segundos y cuando escuchó su voz, abrió la puerta para entrar y encontrarse con él.
Su padre era tan alto y tan imponente que daba un poco de miedo, pero Taehyung ya estaba acostumbrado a su grandeza, a su gran porte de Alfa, por lo que no le importó cerrar la puerta de una patada y desplomarse cansado en la silla frente a él, subiendo las piernas al felpudo de la silla a su lado.
- Taehyung, baja las piernas y siéntate bien. -demandó su padre con la misma voz monótona de siempre, sin despegar un ojo de sus hojas. Siempre se pregunto si su padre tenía un ojo invisible en la frente.
Con el tiempo, Taehyung se volvía toda una montaña rusa; podía ser el hijo más encantador del mundo, el más responsable y al otro día podía mandar todo a los caracoles sin importarle en absoluto. De todas formas sus padres nunca se preocupaban de él más que por sus notas en la universidad. Tal como ahora, cualquiera que fuera la respuesta de su padre, no le importaría.
- Padre, quiero que me des tu consentimiento para trabajar en una empresa de servicios de alimentación con el objetivo de satisfacción veloz. -dice Taehyung sonriente, entrelazando los dedos en su regazo. Ahora que está en un taller de actuación se le da bien las expresiones falsas, es realmente útil. Además, esa formalidad la moldeó su mismo padre en él a base de golpes.
- ¿Hablas de trabajar en un lugar de comida rápida?
Su padre sigue sin mirarle, con la expresión neutra, hojea sus papeles.
- En efecto, específicamente en una pizzeria.
- No. -responde secamente, su voz gruesa resonando por la habitación-. Ningún hijo mío va a ensuciarse con grasa ni le va a servir a otros.
La sonrisa de Taehyung se ensanchó aun más.
- Sabía que dirías eso, por lo que en realidad, sólo te he venido avisar. -aclara, irguiéndose en el asiento-. Quiero trabajar en algo por mi cuenta.
Esta vez su padre levanta la mirada hacia él; es tan seria y profunda que no puede evitar que su lobo empiece a temblar del miedo.
- Hace tiempo te pedí que vinieras a la empresa conmigo, Taehyung, y no quisiste. -dice su padre, hablando despacio. Como si estuviera tratando de no perder la paciencia; siempre era así cuando hablaba con él.
- En efecto, no quise, pero usted, padre, no es de los que piden. -replica Taehyung, sin poder detener las palabras que se desbordan de su boca-. Aunque yo pidiese trabajar en su empresa es usted quien no me quiere ahí.
Su padre frunce el ceño y apoya la espalda en el respaldo de la silla, mirándole tan fijamente que Taehyung tiene que desviar la mirada.
- ¿Qué te sucede? No es no, Taehyung. No vas a trabajar en un cuchitril para ensuciar nuestro apellido. Ahora vete a estudiar y déjame seguir con mi trabajo. -con severidad, su padre hace ademán de volver a sus papeles.
- Pues me disculpo de antemano, pero haré lo que me apetezca.
Taehyung va hacer ademán de levantarse, pero es su padre quien lo hace y una cachetada cruza su cara, dejando la marca de una palma en su mejilla sonrojada. Hacía tiempo que su padre no lo golpeaba, porque estaba siendo un buen hijo. Estaba siendo como Hoseok.
- A mí no me hablas así. -demanda su padre fríamente-. Soy tu padre, te he dejado hacer lo que tú quieras.
- Porque nada de lo que hago lo hace enojar. -dice con rapidez Taehyung, con una mano en su mejilla. La mitad de su cara arde y sin ser capaz de mirarle, solo escucha el gruñido amenazante que viene de la garganta de su padre-. Lo siento...
- Taehyung. Deja de llorar. Ahora. -exige su padre, esta vez usando voz de mando. Taehyung se remueve en la silla, secando las lágrimas que han mojado sus mejillas sin permiso y se hace más pequeño en el asiento, apretando los puños con fuerza-. Los Alfas no actuamos así, no lloramos como un débil Omega... aunque bueno... tú eres...-titubea, despectivamente-... siempre has sido especial. Tal vez sea la crianza de la señora Nawu, esa criada... ella siempre te sobre-protegió demasiado...
Cuando escucha el nombre de la señora Nawu, esa mujer Omega que lo crió como si fuera su hijo, Taehyung siente que se le escapa un gruñido y su lobo se enrabia. Levanta la mirada y ve sin expresión a su padre sentarse de nuevo en la silla.
- ¿Y por qué cree que me sobre-protegió? Porque no había nadie para cuidarme de verdad, ¿No? Porque mamá nunca quiso cuidarme.
- ¿Quieres te de otra cachetada, Taehyung? -espeta su padre-. Deja de decir estupideces. Te hemos cuidado de la mejor forma posible.
- Si de la mejor forma se refieren a dejarme siempre con la criada en vez de pasar tiempo conmigo y solo venir a mí cuando quieren algo, igual como lo hacen con Jihyun... no los entiendo. -resopla Taehyung, con rabia-. Eso no es cuidar. A Jihyun le gustaría pasar tiempo con ustedes y no con sus sombras en forma de dinero.
- ¿Por qué no vas a decirle eso a tu madre? Estoy trabajando, Taehyung. Para alimentarlos a ti y a tus hermanos. Sino quieres que te de una paliza para que aprendas a pensar, déjame solo y ve a molestarla a ella.
Taehyung se levanta rápidamente de la silla, aun con lágrimas escurridizas en sus mejillas. Pero no se las seca, porque se siente vacío.
- Mi madre está en casa de sus amigas, Jihyun está practicando en su habitación y mi hermana-
- Sé donde están.
- Que bien...-dice irónico, haciendo ademán de irse, pero se detiene. Su padre ni siquiera lo ve-. Yo estoy aquí, solo para que lo sepas, pero no por mucho tiempo.
- ¿Eso qué quiere decir? -pregunta su padre, esta vez mirándole intimidante. Taehyung se queda callado, devolviéndole la mirada, pero no por mucho tiempo porque siente que se quebrara en pedazos si su padre sigue mirándole de esa forma. Taehyung no es tan fuerte como Hoseok.
- Nada. -le responde, secamente-. Iré a comprar una pizza con tu dinero, si me disculpas.
Y se va de la habitación, mucho más triste que cuando ingresó.
[...]
- Hola, me llamo Kim Taehyung y quisiera trabajar aquí.
- ¿Disculpa? -la Beta levanta la mirada, descolocada, detrás del mostrador.
- ¿Y tal vez pedir una pizza familiar? -musita Taehyung, viendo el panel donde están todas las pizzas encima de su cabeza-. De seguro a Jimin le gustan también...
- Perdón, creo que no te escuché bien. -río la Beta-. ¿Quieres una pizza?
- Y trabajar aquí. -aclara él.
- ¿Quieres trabajar aquí?
- Sí. Me gusta este lugar, queda cerca de la piscina municipal.
La Beta se queda unos segundos mirándole desconcertada mientras Taehyung le sonríe como un niño pequeño. Luego se da la vuelta y habla por la pequeña ventana que da a la cocina.
- Oh Dan, creo que tenemos un cliente especial por aquí...
- ¿Por dónde podría comenzar? -pregunta Taehyung, sin haberla escuchado con claridad. En una esquina ve como han dejado un bote con un trapeador y lo saca; a visto varias veces a las criadas limpiar con eso. De seguro es fácil-. Puedo empezar ahora mismo si quiere.
- ¡¿Ahora?! -la Beta se vuelve hacia él, patidifusa-. E-espera, q-qué estás...
Taehyung ve como un hombre alto y fornido aparece detrás de ella, dos cabezas más grande. Tiene una malla en el cabello y un uniforme igual al de ella; rojo y negro. A Taehyung le gustaba el uniforme. Empezó a limpiar el piso con agua tal como le veía hacer a las criadas mientras oía como ellos tenían una platica; menos mal no habían clientes porque si hubieran no podría escucharlos.
- ¿Este chico está molestando?, ¿Quieres que lo eche a patadas o cómo?, ¿Llamo a la policía?
- No, no, es que quiere trabajo... y Junhee pidió vacaciones la semana pasada, podrías hablar con la gerente y-
- ¿Por qué tengo yo que hablar con el gerente?
- Pues porque ella me da miedo...
- ¿Y tú crees que a mí no? La otra vez casi me-
- Bueno, como sea ¿Sabes? Mejor le diré al chico.
- No creo que lo contrate, míralo, se ve tan... delgado y...
- Da igual, de seguro se asusta y se va... Oye, chico -Taehyung levantó la mirada, dejando devuelta el trapeador-. Ven aquí, te llevaré donde la gerente.
- ¡Oh, que bien, muchas gracias! -sonrío Taehyung, siguiéndola por la puerta a un costado del mostrador.
Pasaron varios minutos donde conoció a una Alfa imponente, tan joven como su madre pero igual de amenazante que su padre. Le hizo un par de preguntas, en donde Taehyung las contestó todas y pidió que le trajera un curriculum mañana. Tendría que preguntarle a Jimin que caracoles era un curriculum. Luego le pasó un uniforme -que le quedaba un poco chico- y le dijo que empezaba su día de inducción en ese momento y le hizo firmar un papel. Taehyung aceptó encantado porque esa tarde no tenía nada que hacer: la piscina estaba cerrada.
Salió fuera, con una sonrisa brillante que mostraba todos sus dientes y tanto la Beta como el Alfa se le quedaron mirando boquiabiertos.
- ¿Lo contrataron?
- Al parecer sí...
Esos hoyuelos son ilegales
pero los quiero de todas formas
Taehyung ya estaba harto de llorar.
A veces se pregunta si no habrá elegido natación porque así nadie puede saber cuando llora. Antes se sentía un chico feliz, un poco solitario y fuera de lugar, pero feliz... ahora se siente miserable. El amor por Hoseok le ha hecho miserable, tanto como los celos y la distancia que ha impuesto entre ellos él mismo... porque ya no puede estar cerca de él sin querer besarlo.
Y porque Hoseok ya no es el mismo. Ahora se vive detrás de las omegas cuando antes se vivía en su habitación con él haciendo cualquier cosa; estudiando, escribiendo, viendo películas o vídeo-juegos, bailando o... cualquier cosa. Pero ahora sus amistades son mucho más de las que alguna vez él mismo tuvo y lo siente tan lejano que duele.
Taehyung ya no tenía tantos amigos, con el tiempo empezaba a sentirse más diferente, tanto que no podía controlarlo como antes... y los demás se daban cuenta. No era un Alfa normal. Los Alfas no se ponen a llorar por cada cosa triste que ocurre, como el canario que murió en la cancha de césped porque le llegó un pelotazo. Podía ser un Alfa rudo cuando se enojaba, pero era tan sensible que la mayoría de los Alfas se incomodaban y se iban. Y la mayoría de amigos que tenía eran Alfas... y ahora solo quedaba Jimin y tal vez Minjae con Donghae. Y sólo porque eran compañeros de natación. Taehyung ya no sonreía tanto como antes.
- Tal vez deberías hablar con mi psicóloga, ella es realmente buena aclarando tus sentimientos. -le dijo Jimin cuando ambos salieron de clase de pesas y Taehyung había empezado a llorar porque oyó una noticia triste sobre la muerte de un familiar del profesor.
- ¿Crees que me diga que estoy loco?, ¿Que mis lagrimales están fallados?
- Creo que te dirá que eres un bebé llorón y que eso no está mal. -sonrió Jimin, tratando de consolarlo mientras le da un pañuelo tras otro.
Taehyung de verdad adora a Jimin, tanto que no se contuvo para poner a Yoongi celoso diciendo que ambos eran pareja predestinada. Un cuento que le gustaba creer porque Jimin era tan bonito para Taehyung, insoportable a veces, pero muy bonito y encantador. Y quería que fuera feliz con el chico que quería, ¿Por qué tenía que ser difícil? E inventó una mentira, porque de verdad le gustaba creer ello y porque así lograría que el lado dominante del Beta saliera a la luz un día de estos. Incluso Yoongi, que era un Beta pacifico, se volvía loco cuando le quitaban algo suyo; como un libro, por ejemplo.
Además, hasta se puso feliz cuando Hoseok empezó a oler el aroma de Jimin en él -fue el día del celo, cuando se conocieron- y le preguntó si ahora había salido con una omega; se lo dijo tan brusco y huraño que no creyó que fuera el mismo Hoseok que antes le había dicho que intentara salir con una meses atrás. Era inescrutable. No lo entendía y le dijo que sólo era Jimin, el Omega amigo de Yoongi y Hoseok cambió de inmediato a una expresión normal, sonriente y como si no hubiera pasado nada. Desde ahí Hoseok ya estaba raro y distante.
Pero fue un día en especifico cuando Taehyung decidió ignorar a Hoseok.
Había terminado de nadar y practicar en la piscina de la universidad, estaba hablando con Donghae cuando se acordó que ese día era el partido del equipo de béisbol favorito de Hoseok y él, por lo que se vistió rápido y fue a la casa del mayor, porque sabía que él estaría en casa a esa hora, que era el único día cuando no tenía que trabajar en las tardes en la empresa de su padre. Estaba totalmente ansioso, porque ese día lo llevaba esperando hace tiempo y extraña muchísimo pasar tiempo con Hoseok. Quería que las cosas entre ellos volvieran a ser tan cercanas como antes y estaba esperanzado conque así sería, ni siquiera cuando la criada de Hoseok le dijo << El señorito Jung está ocupado >> pudo desanimarlo, ¿En qué estaría ocupado ese idiota?, ¡Si ese era el día de ambos! E ignorando sus advertencias, fue sigilosamente hasta su cuarto para darle una sorpresa, pero antes se le ocurrió llamar.
Habían ruidos raros dentro de la habitación de Hoseok, de hecho hasta creyó que estaba haciendo ejercicio y que por eso no contestaba su celular.
Pero luego escuchó una voz femenina.
Y luego la voz de Hoseok.
Y luego los aromas... ese aroma de Alfa que Taehyung amaba y que estaba más fuerte que nunca.
Taehyung siempre fue impulsivo, siempre... y en esos instantes lo odió.
Porque abrió la puerta despacio, sin hacer el mínimo ruido y lo que vio lo dejó paralizado.
La espalda desnuda de Hoseok, siendo araña por unas uñas rosadas. Un cabello largo, parecido a su color café claro de su cabello. Ambos se mezclaban entre sí con tanto deseo y lujuria que Taehyung lo odió. Se odio así mismo por querer ser la chica. Se odio así mismo por querer destrozar su cuello. Se odio porque no estaba feliz y quería morirse ahí mismo. Se odio por querer a Hoseok de esa manera.
Y se odio por llorar, pero cuadras lejos de ahí.
Siguió llamando a Hoseok, pero este nunca contestó. Aunque Taehyung no lo lamentó mucho. Su equipo favorito de béisbol había perdido.
Y con él todo su corazón.
Así que meses después, cuando tuvo dinero suficiente como para ir a una sesión con la psicóloga de Jimin y los problemas entre él y el Alfa Min Jonghyun (¡Taehyung no tenía ni idea de donde había salido ese tipo! Apareció para arruinarlo todo y sintió tanta rabia que casi lo golpea, pero como siempre, Hoseok hace el trabajo sucio por él) se habían aplacado un poco, incluso su relación con Hoseok.
Hoseok le había regalado un set de pinturas al oleo, un abrazo y una noche solo para ellos como antes para que lo perdonase y aunque Taehyung lo perdonó, no dejo de sentirse miserable. Y con rencor. Hoseok había elegido a la Omega en vez de a él y eso le dolió más de lo que pensó que le dolería. Hasta una parte de él le hizo sentido a lo que había hablado con la psicóloga Lee ese día, que por cierto, era demasiado encantadora. A Taehyung le gustaba porque no le vio raro cuando se puso a llorar luego de contarle lo que sentía por Hoseok, un chico Alfa y lo que le hizo. Aún gruñía mientras le decía << maldito traidor >>, pero sin odio como pensaba. Sólo tenía mucha pena.
- Tienes un complejo de Omega. -sentenció la Beta.
- ¿Qué? -balbuceo Taehyung, sin entender ni un ápice qué era eso.
La Beta estaba sentada a su lado y él estaba semi acostado en el sillón de felpa.
- Es irónico si sabemos que eres amigo de Park Jimin, aunque él tiene un complejo de Alfa grave y tu complejo es bastante leve... -la Beta sonreía con los ojos, casi nunca expresaba con su cara cómo se sentía. Pero a Taehyung le gustaban sus ojos, eran expresivos y vivos-... la relación es hasta graciosa. Pero no me reiré, no es ético. Déjame explicarte.
- Por favor. -pidió Taehyung, en un gimoteo.
- Me contaste sobre la relación de tus padres, como ellos no demuestran su amor ni ningún tipo de afecto hacia ti, ningún interés. También me contaste sobre tu nodriza, que fue casi como tu madre y tu único pilar cuando eras cachorro... -empezó a explicar, pausadamente para que Taehyung le entendiera-. Suele pasar que cuando un cachorro no se cría con su madre, se siente desprotegido, perdido e incluso hasta la mayoría se vuelve débil, enfermizo, no importa si es un Alfa, Omega u Beta. Cuando un cachorro crece sin el pilar de su madre, sin ese calor que le da la lactancia y el afecto, el cachorro no tiene quien lo guíe. Tuviste a una nodriza, sí, por eso no eres enfermizo, pero el afecto es diferente. Naciste buscando afecto, un cachorro desde el vientre de su madre ya sabe quién es su progenitora y como ella no estuvo ahí para ti, ese lazo roto hizo que empezaras a buscar ese halo de protección en otras personas, dime, Taehyung, ¿Siempre fuiste un niño muy afectuoso?
- Sí... -puchereó Taehyung, cabizbaja-. Mis hermanos y mis padres se enojaban conmigo por eso, excepto la señora Nawu y Hoseok.
- Pues ahí está, eras un chico afectuoso porque la señora Nawu te enseñó que si lo eras, ibas a recibir el amor y la protección que tanto buscabas, pero al ver que nadie te devolvía ese amor que dabas empezaste a sentirte confundido, buscando en otras personas lo que tu familia no te dio.
- ¿Y qué tiene que ver Hoseok?
- Hoseok es para ti como una casa en medio de la lluvia, Taehyung... -la psicóloga Lee carraspeo, acomodándose en la silla-. Véelo así, cuando alguien está hambriento y ve un buffet en una mesa, sin que nadie le prohíba tocarlo, ¿Qué hace?
- Se lo come. -responde Taehyung, con simpleza. Aún no entendía el punto.
- Se lo come -repite ella-,¿Pero cómo se lo come?, ¿Qué come exactamente?, ¿Un plato?, ¿Dos? No, se come todo lo que encuentra ferozmente, aun si está lleno quiere más porque sabe lo que es sentirse hambriento y le aterra. Hoseok es todo el amor que siempre buscaste, es esa casa segura que nadie te brindó, ni siquiera la señora Nawu.
- ¿Y mi deseo... mi deseo de ser una... Omega... y así...? -musito tímidamente.
- Es porque quieres más amor del que puedes tener y piensas que siendo Omega Hoseok te seguiría tratando como antes. -respondió ella, suspirando mientras arregla sus gafas-. A complejo de Omega, me refiero a que no tienes problema con ser un lobo sumiso si con eso obtienes toda la seguridad que necesitas y que no puedes crear por ti mismo. Y Hoseok te da esa seguridad.
- ¿Y qué... qué puedo hacer para dejar de sentirme así? -pregunto con angustia Taehyung; ahora recién entendía a lo que se refería la psicóloga-. Hoseok nunca me querrá de esa manera y yo... yo quiero ser feliz. No quiero sentirme vacío, ¿Qué tengo que hacer?
- Salir de la casa, enfrentarte a la lluvia y mojarte. -sonríe ella, cálidamente. Taehyung le sorprendió, era la primera sonrisa que le veía hacer-. Eso tienes que hacer, Taehyung-ah. Tienes que ver más allá de Hoseok... y tal vez encuentres un lugar cálido al cual pertenecer.
Cada vez que los veo,
mi corazón se vuelve peligroso.
Fueron dos años ajetreados para Taehyung.
Entre su trabajo en la pizzeria, los exámenes y las competencias, ni siquiera tenía tiempo para pensar en Hoseok. No tenía tiempo ni siquiera para pensar en sí mismo y la mayoría del tiempo se juntaba con Jimin, Minjae y Donghae, haciendo que el tiempo pasara tan fugaz que ni siquiera se diera cuenta de lo que pasaba en la vida del chico que amaba.
Porque Hoseok ahora tenía una novia. Y estaban comprometidos.
Al principio sabía que mantenía una relación cercana con la chica de la fiesta, esa que tenía su mismo color de cabello y con la que se había acostado ese día. Se llamaba Young Mi y tenía la misma edad que Hoseok. Estudia gastronomía y era hija única. Pertenecía a unas de las familias afiliadas con la empresa del padre de Hoseok, por lo que tenía casi el mismo sistema financiero que ellos. Taehyung hasta podía deducir que eran mucho más ricos y poderosos que su propia familia. Ella era una Omega preciosa, reía de los chistes de Hoseok igual que él y tenía un humor bastante parecido al suyo, siempre sonreía y era caprichosa, mucho más que él con Hoseok. Buscaba llamar la atención en todo momento pero no de forma irritante como lo es en otras Omegas. Taehyung podía darse cuenta de porqué le gustaba a Hoseok; era tan radiante como él, sumisa pero inteligente. Tan inteligente que Taehyung tenía envidia de ella, mucho más cuando en la fiesta que hicieron para celebrar su <<compromiso>> él se quedó en el jardín, esperando a que Hoseok terminara de hablar con sus <<suegros>> y viniera hablar con él para que le explicase que caracoles significaba que ahora tenía una novia y porqué solo había recibido una invitación en vez de que él mismo se lo dijera. Hoseok nunca había tenido una novia al igual que él, Taehyung pensaba que ella sería una chica más en su vida, pero al parecer se equivoco. Esa chica era especial, tanto que hasta él mismo se daba cuenta de eso cuando de repente la chica apareció en el jardín y se sentó con timidez a su lado en el césped.
- Hoseok es increíble, ¿no? -le sonrío la chica, pero la ignoro-. Tienes suerte de que sean amigos de infancia, hay tantas cosas que no sé de él y que me gustaría saber.
- ¿Te conozco? -pregunto ariscamente Taehyung, incapaz de contener el veneno rabioso que estaba destinado a Hoseok. ¿Cómo podía hacerle eso? Él se creía lo suficientemente importante como para ser el primero en enterarse de la relación y del... compromiso. La Omega ni siquiera titubeó, solo sonrió más.
- Soy Young Min, comprometida de tu mejor amigo. Y sé más de ti de lo que crees, de verdad me gustaría que fuéramos amigos y nos lleváramos bien.
- Tú y yo nunca nos vamos a llevar bien... -dijo Taehyung, casi impulsivamente. La chica podía tener muchas cualidades buenas y la odiaba por eso, ¿Qué otra razón había para odiarla?, ¡Muchas!, ¡Era demasiado perfecta para Hoseok y él no! Taehyung no odiaba a las personas, pero aquel sentimiento iba más allá de él. La chica ahora tendría lo que él no y Hoseok... él era un idiota.
- ¿Lo dices porque Hoseokie y yo ahora pasamos más tiempo juntos en vez de tú con él? -replicó la chica. Taehyung frunció más el ceño, sintiendo como la rabia estaba empezando a brotar de sus poros-. Porque no tienes que estar celoso, Hoseokie siempre habla de ti y-
- Si no quieres que te muerda, vete ahora. -espetó interrumpiéndola.
La Omega suspiró pesadamente, como si hubiera esperado esa reacción y hace ademán de pararse, pero Taehyung la agarra de la muñeca y con brusquedad hace que vuelva a sentarse. La chica gimotea asustada: la mirada de Taehyung era tan fría y cortante como un cuchillo.
- Se me olvidaba... -murmuró a sólo centímetros de su rostro-. Vuelves a decirle Hoseokie y te degollaré... no me va a importar que seas una Omega.
En ese instante la puerta corredera de la casa se abre, apareciendo un sonriente Hoseok. Taehyung la suelta al instante y ahora su mirada filosa se dirige a él, quien al ver la escena borra esa sonrisa y traga saliva con dificultad.
- L-los dejaré... para que... hablen... -musito la Omega, agachando la cabeza y huyendo dentro de la casa. Hoseok asiente y confronta a Taehyung, quien no ha dejado de matarlo en su mente y eso él lo sabe.
- ¿Qué puedo hacer para que me perdones?
- Tengo una sugerencia; haces un hoyo, te tiras de un árbol y te entierras en él. -dijo Taehyung tan fríamente que le sorprendió.
Él no solía ser así, menos con Hoseok, pero se sentía tan enojado y dolido. Y era tanto el enojo que ya ni sentía ganas de llorar; ya bastante había llorado antes de ir a la fiesta. Taehyung se levantó e hizo ademán de caminar hacia la valla que separaban las casas, pero Hoseok ya estaba frente suyo impidiéndole el paso.
- Lo siento, de verdad -suplicó Hoseok, tan afligido que Taehyung sintió un poco de compasión... solo un poco-. Perdón por no decirte pero no sabía cómo, es decir, sabía que te enojarías y no quiero que te enojes conmigo, no quiero que nos alejemos más y...
- Hoseok, cállate y come tierra.
Taehyung ni siquiera lo miraba, solo miraba su pies tratando de evitar a Hoseok pero este seguía impidiéndole el paso. Sabía que si seguían así iban a ponerse a pelear y no terminaría bien, no con sus emociones a flor de piel. Así que lo empujó aun lado de camino a la casa pero no supo en que momento terminó de cabeza en el hombro de Hoseok.
- ¡Bájame, idiota, bájame! -espetó Taehyung, golpeando su espada y dando patadas. Pero Hoseok ni siquiera se inmutaba, solo empezó a dar vueltas por el jardín como si estuviera dando un paseo.
- ¡No, no voy a bajarte hasta que dejes de estar enojado conmigo!
- ¡Pues ojalá se te quiebre la espalda, jodido idiota!
- ¡¿Cómo me has llamado?! -exclamó Hoseok deteniéndose, para luego sentir como le pegaban una fuerte nalgada-. ¡Dilo de nuevo!
- ¡Eso dolió, jodido idiota!, ¡Déjame en paz, maldito!
Y otra nalgada que le sacó un gemido. Taehyung estaba tan enfurecido que ni siquiera le importaba que Young Mi estuviera conteniendo la risa en la puerta.
Después de unos minutos dejo de patalear, dejo de luchar y dejo de estar enojado. Hoseok le había dado tantas nalgadas por cada insulto que le dolía, pero no tanto como el corazón. Así que cuando dejó de insultarlo, Hoseok lo bajo, sin sorprenderse al encontrarse con el rostro de Taehyung empapado en lágrimas, sollozando y haciendo pucheros lastimeros.
- No voy a alejarme de ti, Taehyungie, no tienes porque estar tan triste, siempre voy a estar contigo... -dijo Hoseok mientras le secaba las lágrimas con los pulgares, acunando su rostro en sus manos-. Siempre.
- N-no es e-eso... n-no es e-eso... -siguió sollozando, negando reiteradamente. Hoseok lo abrazó, besando su cabeza con tanto cariño que le dolía aun más.
- ¿Entonces?, ¿Por qué lloras, pequeño tigre? -preguntó Hoseok, de forma tan dulce que Taehyung no hizo nada más que devolverle el abrazo y llorar.
Taehyung nunca le dijo porqué lloraba, sólo repetía entre balbuceos <<no es eso, no es eso>>. Y porque en realidad, no era eso. Taehyung lloraba porque ahora él ya no sería el único que iba a hace feliz a Hoseok, ya no sería el único y eso le ponía triste.
Ya no iba a ser especial para nadie nunca más.
Cada vez que los veo,
todo se vuelve más peligroso.
Es demasiado peligroso para este mundo.
Taehyung estaba feliz.
Luego de que su universidad tuviera una competencia y él ganara una medalla de primer lugar en natación (¡Su esfuerzo había valido la pena, tanto dolor de ojos por el cloro de las piscinas había tenido su recompensa!), él y Jimin habían logrado estar entre los diez cupos de una beca de intercambio para Los Ángeles, en Estados Unidos. Iban a ir a la misma academia por dos años e iba a estar todo ese tiempo alejado de Hoseok...
Pero pensar en ello volvía a ponerlo triste.
A veces hablaba con Young Mi, cuando se encontraban en fiestas entre sus familias. Y todas esas veces hablaban de Hoseok, porque en realidad no tenían mucho en común excepto lo caprichosos que podían ser cuando se trataba del mayor. Ambos luchaban por su atención y la mayoría de las veces, siempre lograba tenerla Taehyung con sus chistes, sus imitaciones de películas o sus bailes raros. Young Mi solo tenía su atención cuando se enfurruñaba y se cruzada de brazos, pero al final solía reírse de Taehyung por sus tonteras y los tres terminaban riéndose como si fueran viejos amigos.
Con el tiempo, a Taehyung le fue más fácil tratar con ella entremedio. La mayoría de las veces en las que se juntaba con Hoseok, Young Mi nunca solía estar ahí. Era como si no existiera y eso le ponía feliz, porque en esos momentos sentía que tenía a Hoseok solo para él.
Pero ahora que se iba a ir por dos años, todo era más difícil. Más aun cuando Hoseok estaba a su lado en el aeropuerto y lo abrazaba de la cintura, diciéndole en el oído que no se fuera.
- Si te quedas te compraré una casa, un auto y muchas piscinas para ti solo. -decía Hoseok tan cerca de su rostro que podía sentir su respiración en su mejilla, apretando tanto su cintura que Taehyung sentía que se iba a quedar sin aire. Young Mi solo estaba sentada en una silla detrás de ellos, junto a Minjae y Donghae que habían venido a despedirlos y los tres se encontraban charlando sobre comida. El punto fuerte de Young Mi. Jimin y Yoongi aun no llegaban y faltaban diez minutos para abordar. Jihyun, su hermano menor, también lo estaba acompañando pero se había ido hace unos minutos a comprar donas de chocolate para él y coca cola. Jihyun estaba tan obsesionado con la coca cola igual que Taehyung con las donas de chocolate.
- ¿Y podré tener un venado en casa?
- Y un tigre, un oso y un caballo -respondió Hoseok, con seriedad. Taehyung se río.
- El caballo ya está, te tengo a ti -bromeó Taehyung.
Hoseok arrugo el entrecejo disgustado y lo próximo que sintió fue una nalgada.
- ¡No me nalguees! -se quejó Taehyung en voz alta, sonrojándose, llamando la atención de varios a su alrededor, pero Hoseok solo lo miraba con ojos tristes. Taehyung resoplo y entrelazo su mano con la mano de Hoseok que estaba envuelta en su abdomen, quien lo miro sorprendido al ver como escondía ambas manos dentro de su abrigo para que nadie se diera cuenta. La mano de Hoseok era más ancha que la de él, pero sus dedos eran largos en comparación y más cálidos.
- Si te olvidas de mí otra vez no voy a perdonarte, Hoseok... -musito Taehyung, mirándole con seriedad. Quería llorar y Hoseok no estaba haciéndole las cosas más fáciles: él quería ser un chico fuerte. Por lo menos esa vez. Porque así sabría que podría abandonar la casa definitivamente y mojarse. Tenía que hacerlo.
- No me digas Hoseok, sabes que no me gusta que me digas así... -refunfuño en respuesta, haciendo ese puchero que tanto le gustaba a Taehyung cuando se molestaba. Taehyung volvió a suspirar, viendo como de la puerta aparecía un Jimin y un Yoongi corriendo con maletas y sudados. Yoongi estaba más pálido de lo normal y Jimin no se había peinado, siendo seguidos por la madre de Jimin y su pareja, un Alfa que era policía junto con la hermana de Yoongi, Lehyun.
- ¡Nos quedamos dormidos! -anunció Jimin, dejando las maletas en el piso y dirigiéndose a Minjae, que no dejaba de reírse por un chiste sobre ardillas que le había contado Donghae-. ¡Muchas gracias, Minjae! Si no me hubieras llamado...
- No hay problema, Taehyung también trato de llamarlos pero se quedó sin bateria, el muy idiota. -se río Minjae, señalando al nombrado mientras Hoseok se ponía detrás de su espalda, con el mentón en su hombro.
- Yo también los llame -mencionó Hoseok, recibiendo un pulgar arriba de parte de Yoongi, como diciendo <<buen chico>> mientras trataba de regular su respiración.
- ¡Pero si yo creí que lo había cargado! -se excuso Taehyung, lamentándose al ver que en la mañana su celular tenía cinco por ciento de batería, ¡Si no fuera por su hermano Jihyun, también se hubiera quedado dormido! Quien por cierto, dijo que también optaría un intercambio para que ambos vivieran juntos esos dos años, porque no confiaba en él y tenía que cuidarle cuando en verdad Taehyung estaba seguro que era porque no podía vivir lejos de él. Así de tsundere* era su hermano menor. Taehyung ni siquiera pensaba en sus padres, ellos solamente dijeron que sí a la beca y se despidieron en la puerta con un simple adiós. Taehyung estaba seguro que Jihyun en menos de un mes conseguiría un intercambio; era mucho más inteligente que él y sus padres tenían dinero. Y sabía inglés a la perfección, mucho mejor que Taehyung.
Jimin se dejó caer en la silla al lado de Young Mi, quien lo saludo con una inclinación de cabeza al igual que los recién llegados.
- De todas formas estoy seguro que fue Yoongi el culpable de que se quedaran dormidos, de seguro le quitó las baterías al despertador o que se yo. -dijo Taehyung, burlón.
- ¡No hice eso, mocoso! -revoloteo los ojos Yoongi, a lo que Jimin lo miró con una ceja alzada-. Bueno, lo pensé, pero no lo hice. -rectificó.
Después todos escucharon los altavoces que el vuelo 145 a los Ángeles estaba por partir, por lo que agarraron sus maletas y los primeros en despedirse fueron Jimin y Yoongi, que no dejaban de abrazarse con fuerza. Su madre lloraba y le decía que pronto iría ella a Estados Unidos, mientras Lehyun también trataba de no echarse a llorar.
Tanto Taehyung como Jimin se despidieron de todos, pero él seguía esperando a Jihyun que aun no llegaba de comprar las donas. Jimin fue a ponerse a la fila, conversando apartado con todos los demás mientras Taehyung esperaba al lado de Hoseok que su hermano menor apareciese. De repente, sintió como Hoseok volvía a tomar su mano con delicadeza.
- Taehyungie... quiero darte un regalo.
- ¿Un regalo? -se extraño, atento a la mirada que les daba Young Mi en la lejanía.
- Me gustó mucho el collar de tigre a juego que me diste, aun lo uso... -dijo Hoseok sonriendo nostálgico, sacando dentro de su camisa el pequeño tigre de color rojo, igual al que tenía él pero de color verde. Hoseok rebuscó con su mano libre en el bolsillo de su propio abrigo-. Por eso me gustaría darte algo significativo, así que... cierra los ojos.
Taehyung le hizo caso, pero era tanta su curiosidad que cuando iba a mirar Hoseok se los cerraba con el pulgar y ambos terminaban riéndose. Estuvieron así unos segundos hasta que Taehyung decidió no abrirlos por los gruñidos impacientes del mayor y segundos después algo estaba rodeando su muñeca derecha.
- Ábrelos ahora. -dijo Hoseok, acariciando su mano de una forma tan suave que no pudo evitar estremecerse. Taehyung abrió los ojos, miró su muñeca y esta vez no pudo evitar sollozar, bajo la dulce mirada del mayor-. Es para que siempre tengas presente que a cada segundo que pasa, menos tiempo queda para que volvamos a vernos.
- ¿E-es mío? Yah, es tan bonito, Hoseokie. -dijo Taehyung, tan emocionado al ver el reloj con correas de cuero y un tigre en medio de todos los colores del arco-iris. Era precioso. Hoseok acariciaba su mejilla, sonriendo con una calidez, haciéndole sentir que quería quedarse ahí con él por siempre. Hasta que mencionó algo casi impulsivamente.
- Pensé en comprar un Walkie Talkie para los dos, como en los viejos tiempos...
- ¿Lo recuerdas? -preguntó Taehyung levantando la mirada, anonado.
- Aun tengo sueños, Taehyungie... -confesó Hoseok, con una voz suave y melodiosa, casi triste-. Y en la mayoría siempre estás tú.
Taehyung quiso preguntarle que sueños seguía teniendo, qué más recordaba, pero justo en ese momento Hoseok gruño y se alejó al recibir un golpe en el estómago de su mismo hermano menor. No fue tan fuerte pero sí lo suficiente como para que Hoseok le mirara fastidiado.
- ¿Qué te dije de hacer llorar a mi hermano, Hoseok Hyung? -dijo Jihyun, con una expresión fría que se le caracterizaba. Siempre era así con todos, menos con la gente a la que podía sacarles algo -como Yoongi- y obviamente a Taehyung. En la otra mano, traía una caja de donas.
Ese día Taehyung se fue con un regalo y con donas, las cuales la mayoría se comió Jimin. Taehyung se preguntaba cuánto cambiaría su vida ahora y se durmió todo el viaje, apenas sacando fotos por la ventana.
Y luego, meses después, conoció a Suni.
[el que sigue es el último si o si, salio laaargo]
comenten que creen que pasará luego asdjlakjsdlj
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top