8. Reencuentros Desagradables.
Pero ahora puedes abrir los ojos.
Como en una película, como una escena,
el mundo se tiñe de azul
bajo la luz de la luna.
[...]
Hay tantas personas que conocemos a lo largo de nuestra vida, y tantas que nos faltan por conocer. A veces hay personas que se van tan rápido como aparecieron, otras se quedan un buen tiempo para dejar su huella en ti y otras se quedan y nunca sabes cuando se irán, porque parecen que siempre estarán allí y no puedes imaginar un mundo en el que no estén.
Jimin conoció a varias personas en su vida, compañeros de clase, vecinos, profesores y la familia de su madre que está en Busan a la cual van a visitar en navidad o año nuevo.
Hay personas a las que Jimin aún recuerda pero que ya no están en su vida, como el primer amigo Beta que tuvo en primaria llamado Eunwoo o la chica Alfa llamada Jihyo que era presidenta de su clase, o su profesora favorita de Educación física llamada Tsuzu y la lista sigue, recordándolos con cariño y nostalgia.
Como también hay personas a las cuales le gustaría jamás haber conocido.
Una de ellas es Min Jonghyun.
Puede recordarlo en su época de secundaria, siendo un Alfa hiperactivo, arrogante y molesto. La rivalidad entre ambos empezó ese día en el que Jimin se mojó en los pantalones y terminó cuando se cambió de instituto y de casa por lo que nunca lo volvió a a ver.
Aunque la rivalidad entre ambos llegó a su punto máximo cuando el tío de Jonghyun fue el culpable de la muerte de su padre por querer tener a su madre, que era una Omega fértil y con un aroma deseable al igual que su padre era un Alfa de alto rango. En ese entonces ningún Alfa desertaba de una pelea y su padre luchó, luchó con garras y dientes contra ese horrible Alfa que también era igual de fuerte, pero murió en una emboscada y un descuido. El tío de Jonghyun fue a la cárcel gracias a que su madre era parte de la Revolución pacífica entre Alfas que recién ya se estaba implementando. Le dieron cargos por homicidio, atentar contra la seguridad social, ser un Alfa violento y murió en la cárcel tiempo después, pero Jimin nunca supo el porqué, aunque decían que se había suicidado porque se había convertido en un Delta.
Jonghyun defendía a tu tío pese a todo, porque era el Alfa que siempre lo había cuidado cuando su padre Alfa lo abandonó. Y Jimin estaba tan enojado que cuando Jonghyun se burló de su padre, no dudo en molerlo a golpes y ser echado del instituto por lo mismo.
Ahora que lo volvía a ver frente a él, con esa sonrisa burlona y apática en el rostro, podía recordar a ese chico Alfa que le hacia trancaidas, escondía sus cosas, se burlaba de su físico y le pegaba chicles en el cabello.
La rabia y el resentimiento empezó a emerger dentro de él, porque si bien su aspecto físico había cambiado volviéndolo un Alfa alto y fornido, de piel tostada y cabello corto al estilo militar con un olor agradable y fuerte para un Omega, sus ojos color miel eran los mismos. Y para Jimin eso solo podía significar que no había cambiado en absoluto.
- ¿Qué haces aquí? -preguntó Jimin, incrédulo al volverlo a ver.
- ¿Eso importa?, ¡Hablemos de nuestra vida! - exclamó con una sonrisa tan falsa como sus buenas intenciones-. Porque veo que no has cambiado ni un poco, tu desagradable olor sigue siendo el mismo.
¿Olor? Jimin se había echado mucho spray y supresores antes de ir a la universidad, era imposible que él pudiera olerlo. Supuso que lo estaba molestando como siempre y lo miro con fastidio.
- Disculpa, tengo que irme -dijo Jimin entre dientes, poniéndose la mochila al hombro y levantándose del asiento.
Jonghyun lo agarró del brazo deteniéndolo cuando iba a irse, dándole una mirada venenosa mezclada con ironía.
- ¿Por qué te vas tan rápido, Omega?
- No me toques -farfullo Jimin, fulminando al Alfa con la mirada mientras trataba de quitar su fuerte agarre de él.
- ¿Por qué no me das un abrazo de bienvenida? -sonrió con sarcasmo, de una forma burlona que a Jimin lo enojaba de sobremanera-. ¿O acaso sigues con esa actitud tuya de creerte un Alfa? Y yo que pensaba que ya lo habías superado.
El agarre de Jonghyun se mantenía estable, pero Jimin lo empujó sin ningún cuidado, apenas moviendo al Alfa que parecía tan fuerte como una roca. Las personas a su alrededor empezaron a dirigir su mirada hacia ellos y a cuchillear.
- He dicho que me sueltes, excremento de lobo.
La sonrisa burlona de Jonghyun cambió por una expresión de ira y tensión, con su entrecejo fruncido y su dedo pinchando fuertemente el pecho de Jimin.
- ¿Cómo me has dicho, Omega estúpido?
Jimin esbozó una sonrisa ladeada y retadora, haciendo crujir los nudillos y el cuello. La adrenalina empezó a recorrer todo su cuerpo y ya no se sentía en absoluto decaído.
- Oh, no debiste haber dicho eso.
Jimin agarro con sus garras el fuerte brazo del Alfa que lo señalaba y lo dobló con fuerza para luego golpearlo en el mentón. Jonghyun se fue para atrás pero inmediatamente se abalanzó contra Jimin, agarrando sus muñecas a la vez que el Omega pateaba su estómago haciéndolo doblarse en sí aprovechando para golpear su espalda reiteradamente con el codo y patear el costado de su cuerpo, cuando el Alfa agarró su tobillo jalándolo hacia él haciendo que se cayera al suelo, golpeando toda su espalda baja y su cabeza contra el piso. Jonghyun empezó a escupir improperios y a gatear encima de Jimin, pero el Omega lo alejó propinando una patada certera en su mentón haciendo que cayera de espaldas. Jimin a comparación de muchos Alfas siempre fue más ágil que fuerte, por eso cuando Jonghyun se recompuso rápidamente para abalanzarse hacia él, Jimin enrollo sus piernas alrededor de su cuello y empezó asfixiarlo con sus muslos poniéndose encima de él. Jonghyun lo empezó a golpear en la espalda para que lo soltara pero Jimin estaba más concentrado en propinarle un puñetazo directo en la sien que en el dolor. Estaba enfurecido por tantas cosas y agradecía poder desquitarse con ese imbécil.
Todo el barullo de las personas a su alrededor haciendo porras y alentando a Jimin eran ensordecedoras, jamás se había visto una pelea semejante en el comedor de la universidad, por eso ni siquiera se dio cuenta cuando las manos de Taehyung lo agarraron por la cintura y lo alejaron del Alfa.
- ¡Suéltame, Taehyung! -exclamó Jimin, totalmente rojo y con el rostro contraído. Taehyung lo ignoró y lo sostuvo contra si, emitiendo un olor tranquilizador que a Jimin empezaba a relajar tanto que sus ojos se empezaron a humedecer, pero no lo suficiente como aplacar la masa de ira dentro de sí.
- ¡Jimin-ssi, tranquilízate o va a venir la directora, tonto! -advirtió Taehyung en su oído, agarrándolo con más fuerza mientras Jimin daba patadas al aire hacia un Jonghyun que tosía y trataba de volver a respirar con normalidad en el piso.
- ¡Yah, suéltame estúpido Alfa! -gruñó Jimin-. ¡Voy a convertir a este imbécil en comida para perro!
Jonghyun se paró con dificultad e hizo ademán de caminar hacia él pero su profesor de carrera Alfa apareció, halándolo del brazo.
- ¡Min Jonghyun, detente!, ¡¿Se puede saber qué estás haciendo?! -lo regañó el profesor, lo que hizo a Jimin recordar el aviso que habían dicho hace una semanas atrás en su clase de atletismo, que iba a venir un talentoso estudiante transferido de China pero de nacionalidad Coreana. Jimin no quería creer que fuera él, pero ahí estaba su profesor que además era el entrenador.
Tratando de soltarse ya débilmente de Taehyung, vio como Yoongi aparecía entre las personas con una expresión totalmente asustada, jadeando como si hubiera corrido varios kilómetros. Jimin se quedó paralizado al encontrarse con la mirada decepcionada y dolida del Beta, porque ahora se daba cuenta como su progreso de ser menos violento, de ir a las sesiones de la señorita Lee y de tratar de aceptar a su lobo no habían avanzado en absoluto.
- ¡¿Qué está pasando aquí?!, ¡Vuelvan a su lugar! -gritó la directora, apareciendo entre todas las personas, paseando la mirada escrutadora desde Jonghyun, que estaba sujeto del brazo del profesor, hasta Jimin, que estaba entre los brazos de Taehyung.
Todos empezaron dispersarse como hormigas. La directora era un Alfa de temer y respetar porque tenía un historial militar, por eso todos agachaban la cabeza incluso Jimin. Sólo bastó un movimiento de su mano y una mirada para que Taehyung arrastrara a Jimin detrás de ella.
- Alfa Min Jonghyun, después tú vendrás directo a mi oficina cuando termine con Park Jimin -dictó autoritaria con voz de mando hacia el Alfa, para luego dirigirse hacia el profesor-. Entrenador Kang, venga conmigo también.
El entrenador asintió yendo detrás de la directora. Yoongi y todos allí veían como Jimin se alejaba con la cabeza gacha junto a Taehyung.
Yoongi estaba en el campo de césped cuando vio todo.
Iba por las gradas camino a la biblioteca, porque había salido tarde de su clase de historia universal cuando vio desde lo alto a través del cristal de la cafetería, el como Jimin le daba una patada a un Alfa (Jimin jamás golpeaba a alguien que no fuera un Alfa).
Cuando llegó y vio como estaba entre los brazos de Taehyung además del Alfa golpeado, se sintió tan dolido y a la vez tan desilusionado, porque cuando había conversado con la mamá de Jimin ese día que lo había ido a dejar a su habitación, ella sonaba tan feliz pensando que Jimin estaba superándose y aceptando a su lobo interior, dejando las peleas impulsivas de lado, que ver a Jimin peleándose otra vez era sencillamente decepcionante.
Yoongi dirigió la mirada hacia Jonghyun, que se sobaba el mentón con un gruñido de dolor. Se acercó hacia él con paso seguro e intimidante, cuando Jonghyun se dio cuenta de su presencia y lo fulminó con la mirada.
- ¿Qué tanto me ves?
- Aléjate de Park Jimin -advirtió Yoongi, acercándose lo suficiente como para que solamente él lo escuchase.
- ¿Y tú quién te crees para exigirme algo, sucio Beta?
Yoongi siguió impasible, pero Jonghyun podía ver como apretaba la mandíbula y su mirada se volvía más filosa. Yoongi acercó su cara a sólo centímetros de la de él, sin importarle que Jonghyun fuera más alto porque el aura amenazante del Beta provocaba en el Alfa cierta inquietud que nunca había sentido. Como si estuviera a punto de ser acuchillado por la espalda, lo que hacía al Alfa gruñir por la sensación de peligro.
- Dime Min Jonghyun, ¿Tu familia y tu entrenador saben que tú... ingieres y haces ciertas cosas?
Jonghyun abrió los ojos de par en par, totalmente perplejo. Era imposible que ese desconocido Beta con aspecto de gato, pálido y delgado, pudiera conocer en absoluto lo que él hacía.
- ¿Q-qué?, ¿Qué estás diciendo, imbécil? -farfulló, agarrando la polera de Yoongi amenazadoramente.
- Sé de ti lo suficiente como para obligarte hacer lo que yo quiero -dijo Yoongi con frialdad, sin perder la compostura ante el agarre del Alfa-. Y lo que quiero es que te alejes a diez mil kilómetros de él, no quiero que le hables, ni que te acerques y que ni siquiera lo mires - Yoongi sacó su celular del bolsillo mostrándolo frente a la nariz de Jonghyun, mostrando una foto comprometedora de él. Hablaba con tanta autoridad que el Alfa hirvió de rabia e impotencia y cuando iba a quitarle el celular, el Beta lo guardo rápidamente en su bolsillo trasero-. O haré una llamada y créeme que ni siquiera vas a poder ir a una competencia si es que algún día llegas a graduarte.
- ¿Me estás amenazando?
- Sí -afirmó Yoongi, ante la incredulidad del Alfa-. Si con eso dejas en paz a mi Jiminnie entonces es precisamente lo que estoy haciendo.
- ¿Tú Jiminnie? -exclamó el Alfa con una carcajada seca, para luego soltar el agarre de la camisa de Yoongi en un empujón-. Eres un Beta y él un Omega, ni en mil años va a fijarse en ti.
- Tal vez, pero por lo menos a mí no me golpea.
Los orbes de Jonghyun refulgeron con rabia, sonriendo con superioridad.
- Park Jimin va a ser mi Omega, que te quede claro.
- Escúchame, Min Jonghyun, puedo hacer de tu vida un infierno y no estoy bromeando. Sé que tu padre te dejó cuando eras pequeño, que tu madre se volvió a casar y que trabajas de medio tiempo en la tienda de tu tío, a quien le robas del cajero para... tú sabes -la voz del Beta empezó a sonar más ronca e intimidante, a medida que volvía avanzar hacia el Alfa-. Desde el primer día que llegaste preguntaste por Park Jimin, te oí... y no sé qué querrás de él, pero le pones un dedo encima y te destruiré.
El Beta hablaba en serio, Jonghyun lo podía sentir en su aura que empezaba a formarse tan densa, volviendo su olor pesado. Los Betas casi no emanan olor, por lo que a Jonghyun le dio un escalofrío al oler como ese Beta imponía tal dominio solo con su aura.
- ¿Quién demonios eres?
Yoongi se encogió de hombros indiferente, volviendo a guardar su celular en el bolsillo.
- Yo sólo soy un Beta común y corriente ayudante de la bibliotecaria.
Jonghyun vio incrédulamente como se fue, interceptado por unas Betas cambiando esa actitud fría y calculadora por una cálida y acogedora, sin volver la vista hacia atrás.
[...]
- Cuéntame tu versión, Omega Park Jimin -dijo la directora, mirando al susodicho con una seriedad que erizaba los vellos del Omega, quien estaba sentado frente a su ancho y pulcro escritorio.
Taehyung estaba en la esquina del despacho a su lado izquierdo, inmóvil como un guardia atento a todo lo que pasase. El entrenador estaba sentado al lado de Jimin, expectante.
- Me estaba molestando... le dije que me soltara y no quería hacerlo, así que solamente me defendí, no de la mejor forma, lo sé, pero usted sabe como son de impulsivos los Alfas, no... no pensé en otra cosa -se excusó, mirando de reojo a la directora.
- Sabes las políticas de esta universidad, Park. No aceptamos las peleas, ni una vez, ni siquiera usamos el método de la suspensión porque esta universidad tiene un prestigio que mantener. No aceptaré que dos cachorros violentos ensucien la imagen de esta universidad.
- Directora, con todo el respeto, creo que la suspensión o la expulsión no es la mejor solución para este problema -intervino el profesor serenamente-. Min Jonghyun tiene un historial impecable, puede verlo en su expediente y él sería alguien con el que ganaríamos trofeos internacionales, por eso se ha transferido. Jimin-ssi es uno de los mejores alumnos de la clase, es uno de los más esforzados y ágiles, incluso ha ganado competencias contra otras universidades siendo de primer año y aún cuando su condición de Omega debería darle desventaja ante nuestra clase llena de Alfas. Tal vez la pelea no hubiera ocurrido si Min Jonghyun hubiera sabido que Jimin es un Omega, Directora. Un Alfa jamás daña a un Omega -la voz del profesor se vuelve más condescendiente, agachando la cabeza como una sutil suplica-. Creo que debería darles una oportunidad, no son malos chicos, solo han empezado con mal pie.
La directora observó pensativa y de hito en hito a todos los presentes, con un lapicero entre sus dedos.
- Esto no es así de fácil, entrenador, entenderá que no puedo darle favoritismo a ciertos estudiantes porque sí -dijo la directora, para luego mirar de forma penetrante a Jimin-. Hemos mantenido oculta tu naturaleza, Omega Park, porque eres un buen chico y vemos potencial en ti y no queríamos que se desperdiciara por la discriminación que podría haber entre tus compañeros de clases. Nunca estuve de acuerdo con eso, pero nos lo pediste y te lo terminamos concediendo, por lo que me decepciona bastante el hecho de que te veas involucrado en algo así. Los Omegas no van golpeando a los Alfas, ni viceversa, por lo que me sorprende tu actitud -Jimin agachó la cabeza, deseando porque no lo echaran de la universidad. Se sentía terrible al pensar que su madre se enterase de ello y todo por dejarse llevar por la impulsividad-. Pero debo aceptar que tanto como tú y como Min Jonghyun son buenos chicos... no estoy a favor del favoritismo, pero tampoco ha sido tan grave, por lo tanto serán suspendidos por dos semanas y harán un ensayo de 10,000 palabras sobre la historia de la Revolución Pacífica entre Alfas y el rol de los Omegas durante esta.
Todos los presenten abrieron los ojos de par en par por diferentes motivos. El entrenador no quería que sus mejores estudiantes no entrenaran, Taehyung encontraba terrible la idea del ensayo porque él odiaba escribir ensayos y Jimin, que no quería faltar más a la universidad porque su beca por alumno de excelencia podría verse afectada (Si bien Jimin siempre peleaba con Alfas, jamás lo hacía dentro de la universidad o en sus alrededores).
- Directora, en dos meses se vienen las olimpiadas de verano en Daegu, Park y Min concursaran en ella -objetó el entrenador, un poco nervioso-. ¿No podría poner otro castigo que no sea la suspensión?
- Usted de verdad está pasándose de la raya, entrenador Kang -se quejo la directora, frunciendo el ceño. El mencionado trago grueso, disculpándose con la mirada.
- Discúlpeme.
- Está bien -suspiró la directora. Jimin podía darse cuenta que era tan joven como su madre-. ¿Qué cree usted que sería un buen castigo?
- Servicio comunitario dentro del establecimiento -sonrió encantado el entrenador, bajo la mirada curiosa de la directora y Taehyung, y la expresión perpleja de Jimin-. Como pintar las gradas, regar el pasto, limpiar y ordenar las bodegas con los balones, en fin. Todo sería obviamente después de clases y bajo mi propia vigilancia además del señor Han, el guardia.
- ¿Sería capaz de vigilar a estos cachorros impulsivos? -preguntó tajante, escudriñando con la mirada al entrenador quien sonrió confianzudo y seguro.
- ¡Por supuesto! Déjemelo a mí.
La directora volvió la vista hacia Jimin, quien no podía dejar de mirar sus propios pies tratando de calmar el temblor de sus manos por el nerviosismo.
- Y usted, Omega Park Jimin -el Omega levantó la mirada hacia la Alfa-. ¿Está dispuesto a hacer lo que le decimos o prefiere la expulsión?
- N-no, yo... está bien para mí -respondió Jimin, tratando de no lucir tan intimidado-. Sé que hice mal, no voy a volver a pelear.
Por lo menos dentro de la universidad, ¿Cómo puedo ser tan impulsivo?, pensó.
- Está bien, el profesor se encargará de tu castigo -dijo parándose de la silla y señalando la puerta-. Min Jonghyun va a venir y veremos si comparte el castigo contigo, ahora puedes retirarte con tu Alfa a clases.
¿Alfa? Jimin la miró desconcertado cuando se dio cuenta que hablaba de Taehyung, quien se encontraba mirando embobado los diplomas y trofeos del mueble a su lado, haciendo ademán de tocar uno de ellos.
- Alfa Kim Taehyung, mantenga sus manos inmóviles sino quiere que lo suspenda -lo reprendió la directora, a lo que Taehyung se exaltó y puso las manos detrás de su espada.
- Perdón.
- Me retiro ahora... muchas gracias por su comprensión... -musito Jimin, mirando de hito en hito a la directora y al entrenador.
Se levanto de la silla, inclinándose hacia ellos para despedirse y salir de allí seguido por Taehyung.
[...]
Caminaba por el césped, sin importarle que los chicos de cursos mayores se le quedarán mirando a él y a Taehyung, que no dejaba de seguirlo a pasos lentos y cortos en cambios a los suyos, que eran rápidos y largos.
- Jimin-ssi, ¿A dónde vas? -preguntó Taehyung, tratando de llamar su atención-. Tienes clases de ética ahora, ¿No?
- No tengo ganas de ir a clases... - mascullo cabizbajo, totalmente ido-. Quiero hacer ejercicio... no quiero pensar...
Taehyung supuso que iba a la sala de pesas, porque a esa hora no había nadie allí. Jimin se veía realmente mal, él Alfa no lo había golpeado en ningún lugar que Taehyung pudiera ver, pero tenía unas ojeras muy notorias, como si no hubiera dormido en semanas.
- ¿Quién era él cabeza de musculo? -se atrevió a preguntar.
Jimin no quería hablar de eso, pero se sentía tan cansado para las constantes preguntas de Taehyung que simplemente lo dijo en un murmullo cansado y consumido.
- Es... es un idiota que me molestaba cuando iba en primaria...
Taehyung entre abre la boca y asiente, indeciso sobre si seguir preguntando, pero de verdad estaba preocupado por el Omega.
- Oh...y... ¿Qué pasa con Yoongi Hyung? No te he visto perseguirlo por la biblioteca... ni sacarle fotos cuando pasa por las gradas... ni gruñirle a las personas que se le acercan...
Era doloroso para Jimin, no hablar ni perseguir a Yoongi porque el tan sólo verlo le duele el pecho. Se quedó despierto toda la noche viendo su celular, tratando de buscar las palabras adecuadas para disculparse con el Beta, pero no venía ninguna a su cabeza. Era tan doloroso que ni siquiera podía contener las lágrimas que ya se avecinaban a sus ojos al recordar el desastre que había vuelto su amistad con el mayor. Nunca había sido bueno arreglando las cosas, el que era bueno en eso siempre era Yoongi. Yoongi siempre arreglaba todo por arte de magia, incluso las cosas que él rompía por accidente.
- Él... él está enojado conmigo... y lo peor... es que tiene razón para estarlo... y no sé qué hacer para que me perdone por ser tan... estúpido... soy un... mentiroso...
Jimin llegó a la sala de pesas y se sentó en la colchoneta que estaba en el piso. Taehyung vio como ocultaba su rostro entre sus brazos, apegando sus piernas contra su pecho y haciéndose pequeño. Parecía tan frágil que Taehyung se acuclillo frente a él y puso una mano encima de su cabeza acariciando su cabello con suavidad.
- Oye, no, no, tú no eres estúpido... tal vez un poco mentiroso, pero eso lo haces para protegerte, Jimin-ssi, ¿No es así? - dijo preocupado, para luego agarrar suavemente los brazos de Jimin y tratar de moverlos para ver su rostro-. Ven aquí, un abrazo te hará sentir mejor.
- Los abrazos... de Yoongi Hyung me... hacen sentir mejor... -sollozo Jimin, con la voz quebrada.
- Puedes pensar que yo soy él.
- Tú no eres él... nadie es como él.
- Lo sé -sonrió Taehyung, aún cuando Jimin seguía con la cara escondida entre sus piernas-. Pero un abrazo de un amigo te hará sentir mejor.
El Alfa se levantó, rodeando a Jimin y sentándose detrás de él con el Omega entre sus piernas para luego atraerlo hacia sí y poner su mentón encima de su cabeza. El Omega empezó a hipar y a llorar desconsoladamente, escondido en el pecho del Alfa, porque si bien el calor de Taehyung era acogedor, no podía compararse a los especiales abrazos de Yoongi que siempre los da cargados de amor, con palmaditas delicadas en la espalda, caricias en el cabello y la suave y tranquilizadora sensación que le hace sentir cuando pega su mejilla a la suya y empieza a ronronearle como un gato para sacarle una sonrisa.
- Taehyung, no hace... falta... que me abraces...
- ¿Entonces por qué estás llorando más, Jimin-ssi?
Jimin levantó la mirada de a poco, mostrando sus ojos llorosos y un puchero que temblaba cuando se sorbía la nariz. Sus mejillas estaban sonrojadas y Taehyung no pudo evitar estrecharlo contra su pecho encantado con la ternura del Omega.
- L-los... abrazos... me dan... alergia -puchereó, pero contrario a lo que decía se dejo abrazar.
- Entonces te daré más alergia.
Taehyung volvió apretujarlo contra sí, y aunque Jimin sabía que no era Yoongi, su lobo se mecía contra los brazos del Alfa totalmente sereno y deseoso de más mimos.
- Gracias...
Taehyung sonrió de oreja a oreja, porque lo había escuchado, ese susurro lleno de gratitud contra su pecho. Quería escucharlo más claro.
- ¿Dijiste algo? No te entendí...
Jimin se sonrojó aún más, porque no estaba costumbrado a dar las gracias ni llorar en frente de alguien que no fuera Yoongi o su madre. Pero Taehyung, en cierta parte de su ser, le hacía confiar en él a pesar de ser un Alfa.
- No lo... diré... otra vez... tonto.
[...]
Yoongi estaba loco buscando a Jimin por la universidad, luego de terminar su clase de idiomas fue a buscarlo por todas partes. Baño, su salón de ética, comedor, las gradas, el gimnasio, el despacho de la directora, los pasillos y sólo faltaba un lugar, el cual debió haber sido el primero porque Yoongi sabía que era el lugar donde el menor pasaba más tiempo para desestresarse.
La sala de pesas, así que fue hacia ella y se alivio al encontrar la puerta media abierta.
Y al ver aquel paisaje dentro del salón, vuelve a corroborar que odia sentirse celoso.
La típica actitud indiferente y a la vez agradable que suele adoptar se destruye y lo único que quiere es esconder a Jimin de todos, incluso de él mismo.
Sentía todos los músculos de su cara tensarse y bufo fuertemente, arrepintiéndose por el ruido, pero se tranquilizo al ver que Jimin seguía dormido, en los brazos de Taehyung quien lo mecía como un bebé, pero dormido de todas formas.
Odiaba eso, tanto, que la sofocante sensación de querer ser un Alfa lo pone de mal humor aún más. Si tan solo fuera un Alfa, podría hacer que Jimin fuera suyo. Pero no lo era, y Jimin no iba a enamorarse de él. Ni siquiera confiaba en él para decirle que en verdad era un Omega y eso lo hería profundamente.
- Hola, Yoongi Hyung... -murmuró Taehyung al darse cuenta de su presencia-. Jimin-ssi estaba muy triste por tu culpa, lloró mucho y se durmió... ¿Por qué estás enojado con él?
- Es... difícil de explicar... -musito, tratando de controlar los celos que emergían de su estómago, arrugando la cara con fastidio-. ¿Por qué estás...? Sal de ahí.
- ¿Por qué? -dijo Taehyung, desentendido ante la mirada desesperada de Yoongi-. No es tu Omega.
- Tampoco el tuyo.
Taehyung se quedo callado, mordiendo su labio inferior nerviosamente. Suspiró pesadamente, quitándose delicadamente de encima el inmóvil cuerpo de Jimin para recostarlo lentamente en el colchón. El Omega se removió unos momentos, gruñendo por la ausencia de calor, para volver a quedarse quieto con el ceño apacible. Yoongi podía ver la nariz roja, los ojos humedecidos e hinchados del Omega y un aguijonazo de dolor atravesó su pecho.
- No te enojes, Yoongi Hyung... pero...
- ¿Qué? -graznó entre dientes, irritado ante la mirada de compasión de Taehyung.
- Jimin-ssi... él... es mi pareja predestinada...
Yoongi abrió los ojos de par en par, incrédulo. Sus padres le habían hablado sobre eso, sobre la pareja predestinada, pero más como una linda historia de amor entre Omegas y Alfas. Nunca había conocido a alguien tan afortunado como para encontrar a su pareja predestinada, que básicamente es encontrar a tu alma gemela entre miles de personas en el mundo, lo que es casi imposible. No conocía a nadie que hubiera encontrado a su pareja predestinada, solamente oía las historias de otras personas y éstas siempre suelen ser entre relación Omega-Alfa. No podía creer en lo que le decía Taehyung, él no podía ser...
- ¿Estás jodiéndome?
- No, mi lobo lo sintió la primera vez que lo vi y lo olí -respondió Taehyung, parándose del suelo-. Es mi pareja, lo sé... pero Jimin-ssi ama a otra persona y tal vez su lobo también.
Yoongi lo miró horrorizado. Jimin jamás había dado señales sobre que le gustase alguien, porque siempre se la pasaba peleando o corriendo en la cancha, jugando y estudiando en su habitación. A veces salía a fiestas, pero el mayor siempre lo acompañaba o lo hacía Seokjin, un Omega que es amigo de Jimin o el Beta Jungkook, con el que suele hablar también cuando va al departamento de Jimin. Además de ellos dos, no podía pensar en alguna persona que le gustase. Ni siquiera recordaba oírle decir a Jimin que le gustaba alguien además de Taeyang, su cantante favorito.
- ¿A quién?
- ¿De verdad no sabes a quién ama Jimin-ssi? -dijo Taehyung incrédulo mientras se golpeaba la frente-. Pensé que eras inteligente, por todos los lobos...
- Sé claro, Taehyung -espetó el Beta.
- Yoongi hyung, te pido esto con todo el amor que te tengo, así que... -el Alfa se cruzó de brazos, cambiando de tema y señalando la puerta detrás del Beta con el mentón-. ¿Puedes irte?
- ¿De verdad piensas que te dejaré solo con Jiminnie?
- Sí -dijo Taehyung, con un tono altanero y burlón que empezó a sacar de quicio al Beta-. ¿O qué harás para evitarlo? Es mi pareja predestinada.
Yoongi apretó la mandíbula, sintiendo como sus mejillas empezaban a quemar de puro coraje al ver como Taehyung actuaba de esa forma tan fanfarrona, como si Jimin ya le perteneciera. Así que sin pensarlo, soltó lo primero que se le vino a la mente.
- ¿Y Hoseok?
Taehyung se exaltó, cambiando a una expresión totalmente afectada. Era un tema delicado, lo sabía, estaba tocando un punto sensible en el Alfa.
- No te atrevas... -exclamó a regañadientes, furioso y acercándose a zancadas al mayor.
- Si no te vas voy a ir donde Hoseok y le diré todo lo que sientes por él, ¿Crees que volverá hablarte de la misma forma?
Sabía que estaba siendo malo, incluso antes de que Taehyung agachara la cabeza y una lágrima cayera recorriendo su mejilla lentamente hasta su mentón. Era el Alfa más sensible que había conocido en toda su vida, lloraba incluso cuando estaba enojado y por eso a Yoongi le agradaba. Era especial, pero eso no evitó que fuera duro con él y por eso odia sentirse celoso.
- ¿Cómo puedes ser tan cruel, Yoongi hyung? -masculló el Alfa, limpiándose las lágrimas y tragando saliva-. No pensé que eras así, Jimin de seguro cree que eres un ángel, hasta te ves como uno, pero eres un manipulador...
Esas palabras definitivamente se habían clavado en lo profundo de su conciencia. Yoongi sabía que tenía la mala costumbre de investigar sobre todas las personas que conociese o que le resultaran extrañas, los investigaba tan bien que podía saber cosas que ellos mismos no quieren que nadie sepa y la mayoría del tiempo, usa esa información para ayudar a Jimin. Puede recordar a esa Alfa rapada, la cual investigó toda su vida delictiva y la cual amenazó para que dejase a Jimin en paz. Y lo logró, por eso no se arrepentía. Quería a Jimin a salvo, incluso si se volvía un manipulador, pero Taehyung es diferente, Taehyung es su amigo, él no debería haber usado eso en su contra y lo tenía más que claro. A veces la desesperación de tener a Jimin a salvo, en secreto, lo pone de los nervios, igual de tonto que un Alfa. Pero él era un Beta, él no se dejaba llevar por esos sentimientos, él los controlaba. Todos sus impulsos. Todo.
- Solo... solo trato... de que nadie dañe a Jimin... -susurró.
- Yo no lo voy a dañar, seré su Alfa, de hecho eres tú quien le está haciendo daño ahora...
Yoongi se tapó los ojos con las manos, se sentía muy cansado porque tampoco había podido dormir anoche pensando en Jimin y en como podía ayudarle para que se aceptara, para que confiara en él como pensó que lo hacía. Tal vez las clases de la universidad los había separado más, además de su trabajo y él no quería eso.
- Yo... no sé que hacer... -confesó Yoongi, con aspereza-. Yo quiero hacerlo feliz...
Taehyung suspiró cansinamente, posando su mano en el hombro del mayor tratando de consolarlo a pesar de todo.
- ¿Por qué no le dices que estás enamorado de él de una vez?
- Cállate... tú sabes que confesarse a alguien que quieres más que a ti mismo no es fácil, no es ir y decirle todo lo que sientes, porque sabes que podría ser una carga pesada. El amor es una carga pesada, es sentir como tu pecho se llena de cosas que no puedes controlar y eso da miedo. Hemos vivido la vida amando a la ligera y cuando alguien viene y llena todos los espacios de ti, da miedo. La gente te dice ve y ama, pero nunca te enseñan a hacerlo bien, a no estropearlo. No digas esas cosas cuando amas a alguien que sabes que tal vez nunca te llegue a amar ni siquiera un tanto de lo que tu lo amas.
- Tienes razón... aún así eres un idiota que no ve su propia nariz -masculló, ante la mirada fulminante de Yoongi-. Jimin es mi pareja predestinada, sino puedes con ello, entonces olvídalo, no me importará que le digas a Hoseok hyung...
- Sabes que jamás le diría a Hoseok, no seas estúpido...
Taehyung infló las mejillas, arrugando el entrecejo ante la cara de fastidio de Yoongi que era como si le estuviera diciendo estúpido. Taehyung de verdad se preguntaba como al principio de conocerlo Yoongi ni siquiera le decía idiota, y ahora que ha agarrado confianza hasta le pega palmazos.
- Mira, Yoongi Hyung, sino te decides sobre lo que quieres ser de Jimin, voy a arrebatártelo, así que piensa muy bien lo que vas a hacer. Jimin-ssi puede ser mi pareja predestinada, pero tanto como tú y como yo sabemos que el destino no lo es todo. ¿Quieres a Jimin? Sé valiente y no lo dejes ir por algo que tiene solución.
Yoongi asintió, desviando la mirada hacia el Omega en el colchón, que seguía profundamente dormido. Exhaló y susurró con pesadez.
- Me mintió, Taehyung...
- ¿Y lo odias por eso?
- Nunca odiaría a Jimin, sólo me duele que no confíe en mí.
- Gánate su confianza, él siempre está persiguiéndote como un bebé patito para todas partes aunque no te das ni cuenta, tonto -se río Taehyung, despacio para no despertar al Omega.
Yoongi abrió los ojos de par en par, incrédulo. Sinceramente, nunca se puso a pensar que Jimin podía estar persiguiéndolo, aunque sí aparecía muchas veces de repente, como cuando va a la cafetería en la esquina del departamento, o en la biblioteca, o cuando sale a jugar solo, o...
- ¿Lo hace?, ¿En serio?
Taehyung abrió la boca, bufando y golpeando el piso con frustración.
- ¡Por todos los lobos, ustedes si son unos idiotas! -exclamó, disgustado.
Yoongi vio de reojo como Jimin empezaba a moverse en el colchón, arrugando la nariz como siempre que está a punto de despertarse.
- ¡Cállate o va a despertarse! -gruñó al Alfa entre dientes, justo cuando el sonido de notificación de un celular llenó la habitación. Taehyung levantó el dedo indice, esbozando un inaudible << un momento >> y sacando su celular del pantalón. Yoongi puso los ojos en blanco y mirando fijamente al Omega, que aun seguía con la nariz arrugada.
- Oh, me llegó un mensaje... es de Hoseok hyung... me está esperando fuera...-dijo Taehyung, de repente emocionado y empezando a dar saltitos en su posición-. Bien, me iré... más te vale que cuides a Jimin-ssi o lo marcaré.
- No digas estupideces o de verdad usaré esa cuchara y te la meteré por el a-
Taehyung caminó hacia la puerta y la cerró de un portazo, sin dejarlo terminar. A los segundos oyó un bostezo y un gruñido soñoliento bastante conocido.
- ¿Y-yoongi H-hyung...?
La voz de Jimin sonaba insegura a la par que débil. Su voz era tan grave al despertarse que a Yoongi le daba ganas de apretar sus mejillas y besarlo.
- Hola, Jiminnie...
- Hola...
Jimin se sobaba los ojos, acostado de espaldas en el colchón mientras parpadeaba lentamente. Yoongi caminó hacia él y se acostó de lado en el colchón, poniendo su mano como apoyo para la cabeza. El Omega pegó un pequeño saltito al sentirlo tan cerca, pero de a poco, y con la cara roja, se dio la vuelta quedando frente a frente con el mayor.
- ¿Con quién te peleaste ahora, Park? -susurró Yoongi, tan cerca que el Omega podía sentir su cálida respiración-. Y no quiero mentiras o te encerraré en mi baúl.
Jimin sonrió de lado, porque se acordaba de esa vez cuando estaba tan aburrido en casa de Yoongi porque su mamá había salido y lo había dejado a su cuidado, que le dieron ganas de jugar a las escondidas con Yoongi -tuvo que rogarle para que dijese que sí- y se escondió en el gran baúl que está en la esquina de la habitación de Yoongi, en ese entonces repleto de libros viejos y ropa sin uso. Esperó por horas a que Yoongi lo encontrara, de hecho, hasta se durmió dentro porque en ningún momento se dio cuenta que el mayor pidió una pizza y se quedó sentado al lado del baúl, preguntándose cuánto soportaría estar el menor dentro. Al final, lo sacó de allí -temía que se muriera por falta de aire- y le compró una pizza para él solo.
Jimin volvió a sonreír con nostalgia, para luego morder su labio inferior con aflicción y volver a ponerse inexpresivo. Siente que nunca va a poder hablar de su padre sin que le duela el pecho.
- Es... ¿Te acuerdas cuando te conté... del Alfa culpable de la muerte de mi papá?
- Sí, lo recuerdo...
- Ese chico era su sobrino, cuando iba en secundaria íbamos en el mismo curso y él solía molestarme mucho... incluso antes de mí... desagrado por los Alfas...
Yoongi frunció el ceño, viniendo a su mente conversaciones que tuvo con el menor hace tiempo pero que aún recordaba.
- ¿No estarás hablando de Jong papanatas? Me contaste de él una vez, que te pegaba chicles en el cabello...
- Sí, sí, él... -río Jimin, divertido ante el apodo, para luego volver a suspirar-. No pensé que iba a reconocerme después de tantos años...
- ¿Te dijo algo?
Jimin negó con la cabeza, ensimismado.
- Solo estaba molestándome, sigue igual de papanatas, el maldito cabeza de rábano.
- Tranquilo, no va a volver a acercarse a ti -le consoló Yoongi, viendo el temor en los ojos del Omega, pero no era por eso por lo que ponía esa expresión. Jimin levantó la mirada, fijándola en los ojos profundos y café oscuros del mayor.
- Yoongi hyung... ¿S-sigues enojado conmigo? -vacilo, a lo que el Beta respondió inexpresivamente.
- Sí.
Jimin hizo un puchero inconscientemente y se arrastró más cerca del mayor, dirigiendo su vista hacia sus manos.
- ¿Qué tengo que hacer para que ya no estés enojado?
<< Tienes que amarme de la forma en la que yo te amo... >> pensó el Beta, para luego sonreír con tristeza hacia el menor.
- Tienes que invitarme al cine y la comida -dijo burlón, tratando de sonar convincente-. Y por sobre todo, no me ocultes cosas...
- Yoongi hyung... -Jimin frunció el ceño, para luego mirarle perspicaz-. ¿Tú no me ocultas nada?
- No... -mintió, nervioso. ¿Y si Jimin hubiera escuchado la conversación? Estúpido Taehyung...
- Está bien... -suspiró pesadamente el Omega, dándole la espalda al mayor-. No quiero ir a clases así que me quedaré aquí, tengo mucho sueño...
- ¿No dormiste anoche?
- No... nunca encuentro la solución a mis problemas por mí mismo, es muy estresante.
- Si conversas sobre ellos conmigo, podemos buscar una solución juntos.
- Pero tú estabas enojado conmigo -refunfuñó el menor.
Yoongi sonrió, porque le gustaba los mohines que hacía el menor cuando estaba enfurruñado. Abultaba la boca y sus mejillas se ven tan apretables como los de un bebé regordete. Totalmente encantador.
- Sabes que yo no puedo enojarme contigo, tonto Snorlax -bromeó.
El menor lo ignoró y se dio la vuelta para volver a mirarle disgustado.
- Pero tampoco me envíaste un mensaje y acabas de decirme que sí lo estás, ¿Por qué eres tan contradictorio, Min?
- Porque leo muchos libros, tú no lo entiendes porque ni siquiera abres los de tu materia -bromeó.
- ¡Si que lo hago! -exclamó, para luego volver a darle la espalda-. Tú no puedes saberlo, no vives conmigo.
- Tendré que hacerlo algún día -se le escapó, mordiéndose la lengua al instante. El menor ni siquiera podía imaginar las ganas que tenía el Beta de que vivieran en el mismo departamento cuando tuviera el dinero suficiente.
- ¿Por qué? -exclamó con curiosidad, dándose la vuelta otra vez.
- Porque si sigues golpeando a los Alfas nunca tendrás pareja... -mintió descaradamente mientras el menor bufaba con molestia-. Eres un Omega, tienes que estar con un Alfa, Park.
- Min... ¿Qué dijimos sobre lo de ser Omega? Por eso no quería decírtelo, me haces dudar de tu inteligencia.
- Pero... es lo correcto... además entre más hablamos de ello, más rápido lo aceptaras.
- No es así de fácil... -masculló mientras Yoongi no pudo evitar pellizcar su nariz y hacer gruñir al Omega con vergüenza-. ¿Quieres pelear otra vez, Min?
- Sí, me encantaría -sonrió divertido, porque no aguantaba que Jimin estuviese tan inexpresivo, más si habían vuelto a hablar. Ellos solamente peleaban por tonterías, nunca por algo tan serio-. No porque seas un Omega voy a dejar que me derrotes en la lucha libre.
Yoongi se puso a horcajadas encima del menor, quien trataba de empujarlo hacia un lado. Jimin empezó a reírse por las manos del mayor que mientras sujetaban sus manos jugaba con su cabello y le apretaba la nariz.
- ¡Yah, Hyung, bájate!, ¡Pesas!, ¡Tu huesudo trasero me quita el aire!
- No, es tu castigo por ser un lindo Omega, ¡Lindo Omega, Omega, Omega! -canturreó, mientras apretaba las mejillas de Jimin formando un puchero-. Y eres muy dulce, si sabes a lo que me refiero.
Jimin lo miró totalmente avergonzado ante la insinuación del Beta, zafándose de su agarre y poniendo sus manos en la boca de Yoongi quien se reía burlonamente.
- ¡Cállate, cállate, cállate!, ¡No te conozco!, ¡Mi hyung no dice esas cosas!, ¡Y eso nunca pasó!
- Mira, Omega Park Jimin -dijo Yoongi, sujetando las manos de Jimin contra su pecho-. Me importa una materia fecal de que naturaleza seas, eres la mejor persona que he conocido en mi vida. Sabes que no soy de decir estas cosas, pero... de verdad, de verdad, te quiero con todo y defectos y tus increíbles virtudes. Te quiero incluso si te conviertes en una hormiga o si eres un alienigena o si te convirtieras en una flor...Eres muy importante para mí... eres tan importante que me gustaría meterte entre las líneas de mis libros y poder leerte todo el tiempo...
Jimin lo miraba con los ojos húmedos, con el corazón conmovido y la garganta en un nudo asfixiante. No sabía que decir porque si bien le gustaba que Yoongi le dijera que le quería, no era lo que él quería oír.
La opresión en su pecho no se iba y no sabía como hacer para derribar aquella barrera de secretos que los tenía ahogándose a los dos, porque tampoco se sentía capaz. No sabía que decir, porque decirle << Te quiero >> a alguien que amas con toda tu irrevocable existencia y sentimientos es como mentir y se siente totalmente falso.
Jimin no se siente capaz de responderle, aunque quiere, claro que quiere, pero opta por desviar la mirada de la del mayor y alejar sus manos de las de él, ganándose una mirada triste y resignada del Beta.
- Hyung... bájate... no me estás dejando respirar... -susurró, dándole una pequeña sonrisa que acabó como un temblor de sus labios. Yoongi se quedó unos segundos callado, tratando de descifrar la mente del menor, pero al no lograrlo pareció despertar de su revuelo por la falta de expresividad del menor. No le había dicho << yo también te quiero >> y eso empezaba a angustiarle.
- Oh, claro, perdón.
El Beta se hizo a un lado, para volver acostarse al lado del menor y observar su rostro con una mezcla de emociones que el Beta se le hacía difícil de descifrar; tristeza, nostalgia, felicidad, alegría, inquietud, nerviosismo y todo eso en las orbes de Jimin. Había más, mucho más, pero el Beta no podía descifrar todos los sentimientos dentro de él por más que quisiera.
Estuvieron varios minutos callados, hasta que Jimin se dio la vuelta sonriendo con ternura al Beta.
- Yoongi-ah.
Al mencionado se le escapó una risilla incrédula por como le había dicho. Sólo le decía << Yoongi-ah >> cuando estaba enojado de verdad, tan enojado como cuando Yoongi rompió la pecera de su pez hace un año atrás, pero no parecía estar enojado ahora.
- ¿Quieres que te golpee?
- Yoongi-ah -volvió a repetir, sonriente.
- Voy a golpearte.
- Yoon-
El mayor tapó la boca del menor con su mano, interrumpiéndole. Le gustaba que le dijera << Yoongi-ah >>, pero no lo iba admitir, excepto si algún día Jimin termina con un anillo en su dedo anular igual al suyo.
- Cállate o atentaré contra tu seguridad.
- Te amo... -balbuceó el Omega, contra la palma del Beta.
Yoongi frunció el ceño, confundido, y destapó la boca del menor.
- ¿Qué dijiste?
Jimin volvió a reír con decepción, una dolorosa decepción disfrazada de burla. Se levantó y se puso a horcadas encima del mayor, para luego entrelazar sus manos con las suyas.
Jimin quería que lo entendiera, quería que lo supiera sin tener que decirlo.
- Yoongi-ah -exclamó.
Así le pegó Jimin a Jonghyun 😂😂😂 tarde pero quería subir el cap... Si hay un error me avisan, tengo sueño:c
Gracias por leer, las amo 💞
Pd: Si hay algo que no entienden de la historia, pregúntenme o háganme saber;; 💞 thanks u 💞
Y no se esperaban esa del yoongi 🌚 también tiene sus encantos, ah dkdk
baiz💞
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