13. Si estás conmigo.

 Tras la profunda y oscura noche

el canto de tu voz

invoca al rojizo amanecer.

Un paso y otro más.

[...]


Si había algo que le gustaba a Taehyung de las personas, era verlas felices; sobre todo a las parejas felices.

Le gustaba por muchas razones, para empezar, sus padres no eran los padres que todo niño quisiera; eran tan ariscos y frívolos como un par de cubos de hielo en el antártico. Todo radicaba en las condiciones de su casamiento; la familia y la jerarquía social. Ambas familias provenían de grandes clanes, familias ostentosas y llenas de arrogancia por su posición social, por lo que no hallaron nada mejor que unir ambos clanes -empresas- con el casamiento de sus padres. Todo frívolo y calculado, sus padres no se conocieron hasta el día de su casamiento y hasta entonces, ambos llevan un profundo resentimiento hacia la familia del otro. 

Si bien sus padres no eran de los que se peleaban y discutían a cada minuto -llevan muchos años de casados-, eran de los que nunca demostraban su afecto, por lo menos en público (Porque, ¿Cómo explica Taehyung sus seis hermanos, dos de ellos ya casados, uno viviendo por su cuenta, una ya queriendo irse y uno pequeño si no hubiera aunque sea un poco de amor -pasional- entre ellos?) por eso, siempre le ha parecido adorable ver parejas siendo melosas y demostrando su amor al mundo.

Él de por sí ya era bastante sensible y amoroso; aún recordaba a su nodriza, la señora Nawu, esa adorable mujer que le dio de comer y amor cuando su madre se había quedado sin leche porque, en esa época, su abuela había fallecido. Gracias a ella, Taehyung había crecido como un niño feliz, mimoso, juguetón y encantador.

Además, cabe mencionar, que Taehyung nunca ha tenido una novia -o novio Omega-, por más que sus padres han tratado de juntarle con hijas de otras familias igual de ricas. Incluso con la hermana pequeña de Hoseok que tiene su misma edad, pero no es en absoluto amable (Taehyung recuerda cuando ella rompió su casa de legos que construía con Hoseok; les había costado una semana armarlo, ¡Y ella lo derriba con una patada! Era una Omega malévola, hasta le escondía los zapatos y se reía mientras Hoseok lo ayudaba a encontrarlos, pero de eso hace tiempo. Aún así, a Taehyung no le agradaba).

Para Taehyung, a pesar de que le guste ver parejas, encuentra que tenerla es una total perdida de tiempo, él prefiere ser el campeón de natación de Corea. El mejor nadador del mundo.

No tiene tiempo para Omegas, no tiene tiempo para pensar en amores, ni en casamientos, ni en conocer a su pareja predestinada, ni enamorarse, ni siquiera procrear...

En realidad, eso le gusta creer.

Porque la verdad es que está enamorado de alguien.

Y otra verdad más grande; envidia muchísimo a esas parejas que demuestran su amor, como por ejemplo: a Jimin y a Yoongi, que no han dejado de coquetear con la mirada mientras caminan por la cancha hacia la cafetería donde se encuentra. Hace cinco minutos que ha estado mirándolos por la ventana sin quitarles el ojo de encima, viendo como han terminado por echarse en el pasto, justo debajo de un árbol y Yoongi se ha puesto a descansar con la cabeza en el regazo de Jimin, quien no deja de darle besos a cada pestañeo.

Minutos antes, Jimin estaba frente suyo comiendo su postre de tres leches con un batido de frutilla, pero dejó todo a medio comer y se fue corriendo al ver a lo lejos que Yoongi venía con su bolso y libros por la cancha (Taehyung admira la capacidad que tiene Jimin de poder ver a Yoongi a varios metros de distancia, si fuera él ya lo hubiera confundido con un poste de luz).

Y ya habían pasado casi un mes desde el incidente de Yoongi y ese Alfa engreído; gracias a Hoseok, que es muy amigo del consejo estudiantil de estudiantes universitarios, logró que expulsaran a Jonghyun por unas fotos prohibidas. Taehyung no tenía ni idea de qué podrían haber contenido esas fotos, por más que insistió, Hoseok se negó a decirle, diciéndole <<Es mejor que no sepas los trucos de un mago>>.

Hoseok era un idiota, pero un idiota que tenía poder, incluso más que él. Tal vez de dónde habrá sacado tales fotos... pensó, intrigado.

Pero Taehyung ya no quería pensar en eso, en cambio, siguió succionando a pequeños sorbos el chocolate caliente que se había traído de casa mientras veía como ahora Yoongi se paraba, se sentaba detrás de Jimin y lo abrazaba por la espalda, haciéndole cosquillas en el cuello -como si estuviera mordiéndole- y haciendo que el Omega se retorciera a carcajadas entre sus brazos.

Son adorables... pensó.

- Ah -suspiró soñador, para luego fruncir el ceño y hacer una mueca de asco; a fin de cuentas, no podría imaginarse a él en una situación como esa, porque si bien Taehyung era mimoso, pensar que pudiera a estar así con cierta persona le hacía querer morirse por la vergüenza- ¿A quién engaño? Es asqueroso.

- Concuerdo contigo, pequeño tigre.

Taehyung pegó un salto ante la voz y la presencia que se hallaba, ya sentado, frente suyo. En la cafetería no había casi nadie, ni siquiera sus amigos estaban. Ni Minjae, ni Sung Jae, ni Hyuk... todos Alfas y amigos -entre muchos- que había hecho a lo largo del primer año, porque se encontraban practicando o en otro horario de clases.

A pesar de tener muchos amigos, a Taehyung le gustaba pasar más tiempo con Jimin, tal vez porque no lo retaba a hacer cosas como escalar una muralla como lo hacían sus otros amigos Alfas. Taehyung era competitivo, pero no al extremo de pasar toda una hora de descanso tratando de escalar una muralla para saber quién de todos los Alfas era el mejor en escalar una...

En fin, ahí estaba sentado, con el estómago ya lleno pero disfrutando del dulce sabor del chocolate caliente cuando Hoseok se sentó sin ningún cuidado frente suyo, tan sonriente y brillante como el sol. Si había algo que Taehyung enviaba de Hoseok, era la capacidad que tenía de imponerse ante todos como un líder, pero que aún así no le importase. 

Hoseok podría haber sido perfectamente presidente del consejo de alumnos de la universidad, podría perfectamente haber sido capitán de cualquier equipo de deportes, podría haber sido el mejor líder en cualquier cosa que se propusiera.

Pero eligió el periodismo. Incluso cuando su padre casi lo mata.

Taehyung siempre admiró a Hoseok. Era su Hyung favorito, su persona favorita, su modelo a seguir... hasta su otra mitad, cuando se pone tristemente romántico.

Como ahora.

- ¿Qué?, ¿Aún sigues enojado luego de que te compré todo un set de pinturas y pinceles? -dijo Hoseok, apoyándose en la mesa y cruzado de brazos. Hizo aquella tierna mueca que siempre suele hacer cuando está triste; abultar los labios y fruncir un poco el ceño.

¿Por qué, a pesar de todos sus intentos, su corazón seguía latiendo con tanta fuerza cuando sus ojos se encontraban con los suyos? Para Taehyung, quien no tiene ninguna experiencia en el amor, es casi insoportable.

- No estoy enojado, Hoseokie -desvío la mirada Taehyung, volviendo a tomar un pequeño sorbo, para luego mirarle indignado y fruncir el ceño también-. ¡Y yo no te pedí nada, tú mismo compraste todo eso!

Hoseok levantó la barbilla, levantando una ceja y dándole una media sonrisa, con ese aire santurrón y de dominancia que Taehyung no sabe si odiar o envidiar. Al fin y al cabo, él también es Alfa.

- Pero te encantó, así que mírame cuando te hablo o voy a morderte.

Taehyung resopló y volvió a mirar a la pareja de melosos que ahora se encontraban medio dormidos en el césped. Yoongi apoyado en el árbol con Jimin descansando en su pecho; ni siquiera se movían, por lo que supuso que ambos habían caído rendidos de tanto beso y mordiscos cariñosos.

- Me alegra mucho que Yoongi por fin haya encontrado a su pareja, son asquerosos, pero muy adorables. -comentó Hoseok, mirando hacia ellos. Taehyung se preguntaba cómo era posible que Hoseok tuviera tan hermoso y masculino perfil. 

- Sí, lo son... -congenió Taehyung, cruzándose de brazos en la mesa mientras movía la cañita que tenía su termo con chocolate caliente-. Siempre supe que tenían algo, la primera vez que vi a Jimin pude darme cuenta que se querían.

- ¿Cómo lo supiste?, ¿Sexto sentido de Tae Tae? -preguntó Hoseok, divertido y curioso.

- No, lo vi. Vi como se miraban, además... el lobo de Jimin me lo dijo -Hoseok lo miró sin entender al mismo instante que Taehyung recordaba como la primera vez que se conocieron, sin que Jimin se diera cuenta, su lobo ya estaba rechazándolo-. Me dijo que no podía estar conmigo porque su humano estaba enamorado.

- ¿Cómo dices?, ¿Tú lobo y el de Jimin...? -esbozó incrédulo.

- No, no somos parejas predestinadas ni nada de eso -se apresuró en negar Taehyung, a lo que extrañamente vio como Hoseok suspiraba aliviado-. Solo éramos muy compatibles, demasiado compatibles... cuando lo conocí por primera vez yo estaba próximo a mi celo y quise cortejarlo, sé que lo hubiera logrado... sé que Jimin me hubiera aceptado como su Alfa. Pero no quise porque vi como se miraban... y jamás podría interponerme en una relación así.

- Aún así Yoongi me dijo que inventaste esa estúpidez, de que tú y Jiminnie eran parejas predestinadas, ni creas que no lo supe... gruñó Hoseok, inclinándose sobre la mesa para, con los dedos de su mano derecha, dar un golpecito a la frente de Taehyung-. ¡Eres un mocoso insensible!

- ¿Qué? -se quejó con un puchero, llevándose la mano a la frente y sobándose por el golpe-. ¡Pero sirvió mucho, Hyung no despabilaba, alguien tenía que darles el empujón! Claro, alguien que no fuera ese sujeto...

- Sí... -congenió Hoseok, volviendo a mirar hacia la ventana y apoyando su mentón en la palma de su mano derecha-. Yoongi tiene suerte, encontró a su otra mitad. Es tan obvio que son el uno para el otro... Pero aún no entiendo como Yoongi puede oler a Jimin o como Jimin puede dejar ese olor a frambuesa en él, ¡Porque es tan obvio que Jimin era el que olía a Frambuesa! Yo pensé que era un Omega mujer... 

- Pues por la misma razón por la que Yoongi hyung tiene aroma, porque es un Beta especial. -señaló Taehyung, afirmando para sí-. La relación que ambos tienen es especial.

- El nacer de padres Alfa y Omega, aunque seas Beta, puede darte un aroma, ¿No? 

- Tengo entendido que sí, pero que no se ve con frecuencia. -respondió Taehyung, viendo como Hoseok le quitaba su termo y empezaba a beber de la misma cañita que él-. Hay Betas que nacen de padres no Betas y aún así no tienen olor...

- Pero Yoongi tiene ese olor, una pizca... como a cacao...-menciona Hoseok, entrecerrando los ojos, como si estuviera recordando ese olor tan peculiar y sorbiendo despacio. Taehyung veía como se pasaba la lengua por los labios y sentía su propia garganta secarse.

- Como a Alfa... -opina Taehyung, un poco nervioso al sentir como, de repente, las piernas de Hoseok están rodeando las suyas. Le hace recordar cuando eran más pequeños y solían sentarse uno frente al otro y solía hacer lo mismo...- C-claro, si es que fuera Alfa...

- De todas formas es desafortunado, suele enfermarse demasiado, aun recuerdo cuando el año pasado casi vivía en la enfermería, se desmayaba en clases y apenas podía caminar -río, indiferente al pestañeo nervioso de Taehyung-. Jimin solía venir en un segundo, como si lo hubiera sentido o llamado, ¡Y yo ni siquiera había llamado a su familia! -exclamó asombrado, para luego hacer una mueca y volver a tomar un sorbo del chocolate y mirar, a lo lejos, con un poco de melancolía por la ventana-. Me dan un poco de envidia...

- ¿En serio? -preguntó Taehyung, extrañado. De la boca de Hoseok nunca habían salido temas referentes al amor, sólo sobre las relaciones normales (como cuando sus padres le obligaban a salir con alguna chica Omega hija de sus amigos de trabajo, Hoseok solía ir a quejarse con él) y es que para el mayor eso nunca sería un problema; las mujeres Omegas corrían detrás de él.

- Claro, yo también quisiera tener una relación así... -esbozo por lo bajo, tomando la mano de Taehyung sin ninguna expresión que delatase alguna emoción, no como Taehyung, que se había puesto tenso y las orejas le quemaban igual que su mano izquierda, esa con la que Hoseok entrelazo sus dedos y con los que, ahora, se encontraba jugando.- Me gustan tus manos, Taehyungie, me gustaría morderlas...

Taehyung trago saliva nerviosamente, viendo como Hoseok en ningún momento cruzo miradas con él; sólo estaba pendiente de tocar sus manos con delicadeza. Con la misma delicadeza de cuando, en primaria, Hoseok lo besó porque quería saber qué se sentía besar a alguien que querías, como su papá besaba a su mamá.

Taehyung recordó y esperó que, tal vez, Hoseok también lo hiciera.


[...]



Si había algo que tenía ensimismado a Jimin estos días, era aquello que él y Yoongi no habían probado. Y no, no hablaba sobre comer pizza con piña o chocolate con zanahorias. No, nada por ese estilo.

Jimin hablaba del sexo.

Si bien, antes la insinuación de cualquier tema que tuviera que ver con el << sexo >> de parte del mayor le daba una timidez sofocante, porque no tenía claro los sentimientos del contrario y no quería malentendidos, pero ahora era distinto.  Ahora que conocía sus sentimientos, el deseo de probar todo con él se intensificaba cada vez más. Lo quería todo. Y como Jimin es la clase de Omega que no le teme a nada -o casi nada-, y la mayoría de las veces es tan despistado que olvida su propia vergüenza, se encontraba ahora viendo una página sobre sexo -porno- en el laptop de Yoongi mientras él lee en su cama un libro sobre filosofía. Había pasado ya un mes desde que Yoongi salió del hospital y, ahora que ya se habían puesto al día con los exámenes parciales y Yoongi había vuelto a trabajar en la librería del centro (Yoongi era muy querido por todos allí), todo lo que le interesaba a Jimin en esos instantes era hacer algo nuevo con él. 

Pero el porno -y todo de lo que se había informado sobre el sexo- lo estaba aburriendo de sobremanera; Yoongi no tenía ni la más mínima intención en hacer algo parecido, porque por más que Jimin pusiera esos vídeos como los de ahora con él presente, Yoongi ni se inmutaba. Y estaba empezando a dormirse cuando escuchó su voz.

- Jimin, avísame si te vas a masturbar con eso, digo, para darte más privacidad -dijo Yoongi con una sonrisa ladeada, mirándole por sobre su libro que tiene apoyado en su abdomen, mientras acomoda su cabeza en la almohada. 

- ¡No me voy a masturbar! -gruñe Jimin, bufando y cerrando la laptop con brusquedad. Sus mejillas enrojecieron y se apoyo en el respaldo de la silla, levantando sus piernas y abrazando sus rodillas. Estaba empezando a sentirse enfurruñado y no quería eso; las cosas entre Yoongi y él nunca habían ido mejor, no quería estropearlo.

- ¿Oh, enserio? -ironizó Yoongi, dejando aun lado su libro para prestarle la total atención-. ¿Y entonces qué haces viendo una porno? Últimamente lo haces mucho... ¿Tu celo está cerca, no?

- Estoy analizando el vídeo... ya que tú no quieres enseñarme hacer el sexo, tendré que aprenderlo de alguna forma... -dijo Jimin haciendo un puchero y desviando la mirada casi indignado. Yoongi río despacio y se sentó en la cama, apoyado en el respaldo.

- ¿Te has preguntado por qué no quiero enseñarte el sexo?

- En realidad no... -musito Jimin, para luego mirar sorprendido y casi espantado al Beta-. ¿No quieres tener sexo conmigo, Hyung?

Yoongi vuelve a reírse y antes de poder decir algo Jimin se levanta de la silla y camina a la cama, gateando hasta el regazo de Yoongi y sentándose encima de él con las piernas abiertas. La sonrisa del Beta se borra y cambia a una incrédula mientras el Omega lo mira frunciendo el ceño.

- Por todos los lobos... ¿Qué haces?

- Vamos, ¿Por qué no quieres hacerlo? -se cruza de brazos el Omega, mirándole con una ceja alzada y un aura retadora; por más que Jimin haya aceptado su naturaleza, aquella ruda apariencia jamás se iría, aunque a eso Yoongi no le molestase; le parecía adorable-. ¡Somos novios, tenemos que hacerlo en algún momento!, ¿Por qué no quieres?, ¿No soy un Omega bonito?, ¡Las chicas Omegas decían que yo era muy lindo como Alfa! -termina alzando la voz, molesto. Yoongi quería reír, porque a pesar de que ambos estén llenos de exámenes, competencias, trabajos y demás, el Omega no hace más que preocuparse por eso.

- ¡Claro que quiero, idiota! -exclama Yoongi, apretando las mejillas de Jimin mientras éste bufa y se retuerce entre sus manos-. Pero eres... eres muy pequeño para que hagamos esas cosas... eres tan... eres un cachorro, no... no sé...-musita inseguro, soltando su rostro y volviendo a tomar el libro que dejo a su lado en la cama. Jimin vuelve hacer una mueca de disgusto y aparta el libro de un manotazo, provocando una carcajada al Beta.

- ¡No soy un cachorro! -vuelve a gruñir, para luego inclinarse encima del beta y apoyar el mentón en su pecho-. Además te recuerdo que ya hicimos algo parecido al sexo, creo... ese día de mi celo... espera -lo detiene, consternado-. ¿Eso fue hacer el sexo?

Jimin se rascó la nuca, confuso, y Yoongi volvió a reír; era tan divertido ver lo despistado que podía ser. Era uno de sus tantos encantos que le fascinaban. 

- ¡Esas fueron preliminares! -aclara Yoongi, conteniendo la risa que amenaza con salir de su garganta. Sus mejillas duelen porque no puede dejar de sonreír, aunque siempre es lo mismo; cuando está con Jimin nunca puede dejar de estar completamente feliz. Tanto que ni siquiera piensa en que algo malo podría pasar como antes, está totalmente sumergido en todas las buenas sensaciones; no hay miedo, ni inseguridades, sólo Jimin acostado encima suyo haciendo un puchero con la mejilla reposando en su pecho.

- ¡Entonces podemos hacerlo otra vez! -sonríe Jimin, acercándose cada vez más a su cuello y olfateando el débil olor a cacao del Beta-. Mi celo está por llegar... 

- ¿Cómo puedes insinuarte de forma tan descarada cuando te sonrojabas siempre que te decía que eras un Alfa medio promiscuo? -bromeó, agarrando el rostro de Jimin y empezando a besar su cuello desde su clavícula hasta su mandíbula, haciendo que el Omega estallara en risas.

- ¡No hagas eso! -río Jimin, tratando de alejarse pero terminando acostado de espaldas en la cama y con Yoongi encima de él, con ambos codos a los lados de su rostro y una pierna entre las suyas-. ¡Y yo nunca fui un Alfa promiscuo!

- Claro que sí, mira que juntarte en su mayoría con puros Omegas... -confiesa Yoongi en un gruñido, sin pensar, pasando la nariz por el cuello del Omega, embriagándose del aroma a frambuesa, mientras lo besa de a poco, tan suavemente que logra  sacarle un estremecimiento-. ¿Acaso querías darme celos?

Jimin giró la cabeza para mirar la expresión de Yoongi, logrando que ambas narices se rosaran y ambos se quedaran mirando fijamente a los ojos; uno con una expresión sorprendida y el otro inexpresivo, tratando de ocultar el puchero involuntario que estaban formando sus labios. Jimin no podía creer que Yoongi tuviera celos, el Beta era casi imperturbable y nunca lo había visto de esa forma.

- ¿Te daban celos?

- Un poco... -musito Yoongi, cohibiéndose y volviendo a besar con delicadeza la mandíbula de Jimin-. Pero en parte era mi culpa, te he presentado a todas las personas que conozco.

- Y no me agradaba ninguna, ¿Por qué te ponías celoso?

- Bueno... -Yoongi detiene los besos, volviendo a mirar a Jimin que le devuelve la mirada debajo de él, totalmente curioso-. Jungkook era encantador y SeokJin es demasiado atractivo...

- ¡Jungkook es un Beta y yo un Alfa en ese entonces! -exclama Jimin, incrédulo al pensar que Yoongi podía haberse sentido intimidado siquiera por alguno de sus amigos o conocidos. No podía creerlo.- SeokJin tiene a Namjoon y primero lo conocí yo... -Jimin resopla, poniendo los ojos en blanco y desviando la mirada hacia el escritorio a su lado-. Acéptalo, de entre los dos, yo soy el más celoso.

- No he dicho lo contrario. -ríe Yoongi, provocando que Jimin se removiera un poco disgustado y gruñendo avergonzado debajo suyo. Yoongi vuelve a reír entre dientes, admirando el delgado cuello del Omega, su piel tersa, sus labios gruesos y rosados y embriagado del aroma que desprende y que, últimamente, es capaz de sentir sin siquiera esforzarse. Vuelve a besar su cuello, su clavícula al descubierto, y pasa una de sus manos por debajo de la polera de Jimin, acariciando con la yema de los dedos los costados de su abdomen, deleitándose por la suavidad de su piel, para luego morder el lóbulo de su oreja juguetonamente-. Me gusta que seas así... en realidad, podrías tener una doble personalidad asesina y aún así me gustarías. Incluso hasta podría ayudarte a esconder los cuerpos...

- Eres raro...-dice Jimin, riéndose entre suspiros, disfrutando de los toques, los roces de los dientes de Yoongi en su cuello y sus manos que empiezan a recorrer su cuerpo por debajo de la ropa. Se vuelve para mirarle y junta sus labios en un beso profundo, sintiendo su lengua enrollarse con la suya y sintiendo la pelvis del Beta rozar la suya en vaivenes lentos pero profundos.

- Tú me pones raro. -gime Yoongi entre el beso, sintiendo las manos de Jimin escabullirse por debajo de su ropa y acariciar toda su espalda mientras abre más las piernas para que se acomode entre ellas. Las piernas de Jimin lo rodean tan bien, calzando y rozando en todas partes, que siente que va perdiendo la razón cuando el beso no hace más que volverse más lujurioso y desesperado y de repente la boca de Yoongi se escabulle en su cuello y roza su oído.- Eres como un ángel, tu piel me hace llorar, flotas como una pluma en un mundo hermoso, desearía ser especial, tú eres tan jodidamente especial... *

Jimin siente su corazón palpitar con más fuerza, su sangre en sus venas y la voz grave y sensual de Yoongi recorriendo todo su cuerpo, acariciando sus sentidos y él en respuesta lo besa porque no sabe de qué otra forma decirle lo feliz que se siente en ese instante cuando Yoongi canta canciones para él en su oído; con esa voz grave y profunda que derrite sus sentidos, incluso cuando lee algo para él. Para Jimin, la voz de Yoongi es como meterse en su propio mundo, uno maravilloso en donde sólo pueden ingresar los dos. Ambos sonríen sumergidos en descubrirse, prestando atención a cada detalle, a cada expresión, a cada suspiro del otro.

Jimin empieza a sentirse más acalorado a medida que Yoongi intensifica el roce donde están sus entrepiernas, causándole un hormigueo por todo el cuerpo y que el pantalón empiece a apretarle. Todo su cuerpo arde en donde él lo toca, un estallido a cada célula de su cuerpo y todo en él se llena de deseo cuando ve como Yoongi se separa sólo para sacar su polera y la de él, empezando a besar su pecho, mordisquear sus pezones y pasar toda su lengua por cada rincón de su abdomen hasta llegar al comienzo de su pantalón, admirando la perfecta anatomía del otro, cada cicatriz, cada relieve, cada lunar, todo lo veían y todo lo adoraban.

Sin dejar de mirarse fijamente a los ojos, ambos jadeantes y con la boca entreabierta, los labios húmedos e hinchados por los besos, Yoongi sonríe de lado, mirando de forma lasciva y tan penetrante a Jimin que el solo ver como se muerde el labio inferior hace que el Omega vuelva a estremecerse de placer y más aún cuando siente los dedos del Beta deshacerse de su pantalón y liberar todo el desastre que tenía en su ropa interior; duro y húmedo, Yoongi empieza a masturbarlo mientras vuelve a besarle, gimiendo en su boca y quitándole la respiración.

Jimin no se queda atrás, hecho un total desastre de gemidos y sudor por el intenso placer que empieza a recorrer su cuerpo hasta la punta de los pies, va a llevar las manos al pantalón de Yoongi para desabrochar su pantalón también y poder darle el mismo placer que estaba recibiendo él. Pero de repente, Yoongi deja de besarlo y mete su dedo pulgar a su boca, pasándolo por sus dientes y su labio inferior, sorprendiéndolo.

- Chupa, pequeño koala. -gruñe Yoongi, con la voz ronca y tan profunda que los vellos de su nuca se erizan y lo obedece sin rechistar. Chupa su pulgar hasta que queda lleno de su saliva.

Ni siquiera alcanza a preguntar cuando ve como Yoongi sonríe de lado, mirándole obscenamente, a la vez que siente como su pulgar empieza a rozar su entrada y a entrar en ella lentamente, una intromisión tan extraña pero tan placentera que no puede evitar cerrar los ojos y disfrutar la sensación. Puede sentir como sus propios fluidos empiezan a escurrirse por sus muslos y Yoongi, agachándose entre sus piernas y sacando su bóxer completamente, empieza a morder sus muslos y lamer con parsimonia sin dejar de mirar como Jimin jadea y muerde su labio, tratando de no gemir tan fuerte porque la respiración de Yoongi, sus dedos acariciando su entrepierna y sus dientes, su lengua recorrer las partes más sensibles de él estaba empezando a volverlo un revoltijo de sensaciones. Además, la forma en la que Yoongi lo miraba era como si ya estuviera completamente desnudo y volviéndolo sumiso ante él.

- Y-yoon...gi... uh, aah... ¿V-vamos a...?, aa-ah, H-hyung... -vuelve a gemir entre balbuceos, a medida que Yoongi acelera más el ritmo de su mano en su miembro, cortando su respiración en destellos de intenso placer que lo dejan anonado. Jimin alza su mano hacia la mejilla de Yoongi, acariciando su rostro porque el Beta le parece tan hermoso y necesita tocarlo para sentir que es real. Yoongi vuelve a sonreír, con los ojos igual de brillosos que los suyos y soba su mejilla aun más contra la palma de su mano, depositando un beso tierno en ésta.

- Si tú quieres... -le escucha decir, entendiendo a la perfección lo que el Omega quería decirle.

Jimin asiente, tomando la nuca de Yoongi y atrayendo su cara hacía él para besarle con pasión, morder y succionar sus labios hasta dejarlos aún más rojos. Yoongi se deshace de su pantalón, sin romper el beso y junta ambos miembros, moviéndose en vaivenes rápidos que le hacen gemir a los dos en la boca del otro. El pulgar de Yoongi no deja de dar pequeñas estocadas a la entrada de Jimin, moviendo en círculos para que no este tan estrecho.

Ambos están tan perdidos en el placer, tan sumidos en todo lo que el otro le hace sentir, que ni siquiera escuchan la puerta de la sala abrirse, solo el conocido grito de la hermana de Yoongi cada vez que llega de su clase de Ballet.

- ¡Yoongi Oppa, ya llegué!, ¡¿Me compraste el disco que te pedí?!, ¡Necesito el disco!, ¡Yoongi Oppa!, ¡¿Estás en tu cuarto?! -grita su hermana, como siempre.

Yoongi se queda paralizado, mirando aterrado la puerta cerrada de la habitación que él mismo ha cerrado con pestillo porque odia cuando Lehyun se mete a su habitación sin tocar la puerta. Jimin está tan sumido en el placer que ni siquiera la escuchó y Yoongi tuvo que tapar su boca para evitar que se escuchen los gimoteos del Omega al sentir la ausencia de intromisión dentro de él.

Jimin se sentía tan bien en ese momento que ni siquiera le importaba Lehyun, sólo seguía moviendo su pelvis para tener más roce entre sus miembros y seguir sintiendo ese cosquilleo fogoso en su entrepierna y en todo su cuerpo.

- A-ah, Jimin, detente... -gruño ronco Yoongi en su oído, perdiendo toda su capacidad para apartarse por voluntad propia. Si Jimin no dejaba de moverse debajo de él, afirmando el agarre de sus piernas alrededor de sus caderas, Yoongi lo iba a follar ahí mismo. Sin protección y sin importarle una mierda que Lehyun esté al otro lado de la puerta.

Con su mano en la boca de Jimin, Yoongi no podía entender lo que el Omega quería decirle así que la apartó, dejando ver sus labios hinchados y el sudor en su barbilla. Sin poder contenerse, lamió la saliva que se escurría por las comisuras de la boca del Omega.

- ¡Yoongi Oppa, abre la puerta! -exclamó su hermana, aporreando la puerta al ver que no abría-. ¡Sé que estás aquí, están tus zapatos!, ¡Dame mi disco!

- A-ah... ¿Podemos... volver a hacerlo... después? -susurra Jimin, sin dejar de besar y lamer el cuello de Yoongi, quien se estremeció, mordiendo su labio inferior para no gemir y con toda la fuerza de voluntad que le quedaba se alejó de Jimin, pero éste en cambio afianzo más su agarre en él, rodeando sus hombros con sus brazos y las piernas alrededor de su cintura, quedando encima del regazo del Beta quien lo sujetaba de las caderas-. No te dejaré ir hasta que digas que sí. -murmuro el Omega, con una voz tan hipnotizante y sensual, rozando la nariz contra su mejilla como un cachorro.

- S-sí, pero deja-

- ¡Yoongi Oppa, abre de una vez! -siguió gritando su hermana, hasta podía escuchar sus resoplidos-. Ah, como sea, ¡Más te va-!... -se hizo el silencio y Yoongi frunció el ceño, tratando de agudizar el oído-... Espera, esos zapatos... ¡¿Estás con Park Jimin en tu habitación?!, ¡Min Yoongi!

- ¡Lehyun, ya cállate de una vez! -gritó Jimin, tan alto que hasta juró que el vecino los había oído. Definitivamente Jimin ya no veía a Lehyun como una cachorra como lo hacía antes, sino que la veía como la Omega que no dejaba de molestar a su Beta, la que últimamente no dejaba de estorbar cuando ambos estaban en la habitación.

Yoongi escondió su cara en el cuello de Jimin y contuvo la risa que se desbordaba de su garganta hasta hacerle lagrimear. Le parecía tan divertido ver a Jimin y a Lehyun pelear por él, porque ambos se parecían. Cuando se enojaban, por lo menos con él, tenían un carácter de los mil demonios y aún podía recordar como años atrás ambos se unían para lograr que les leyera un libro que les daba demasiada pereza leer por sí mismos.

- ¡Estúpido Omega, deja a mi hermano en paz!, ¡Oppa, abre la puerta! -chilló su hermana, completamente molesta.

- ¡Yoongi es mío, mocosa, acéptalo de una vez! -rebatió burlón Jimin, arrugando la nariz y abrazándolo con más fuerza, restregando su rostro en el cabello del Beta, tratando de dejar su olor a frambuesa en él que era mucho más fuerte que el débil aroma a cacao de Yoongi.

- ¡Ah, basta!, ¡Voy a llamar a papá!

- ¡Pues hazlo si te atreves! -exclamó Jimin, ignorando la tensión y como del rostro del Beta desapareció cualquier atisbo de sonrisa.

- ¡No, espera, Lehyun! -gritó Yoongi, tratando de agarrar sus pantalones que habían caído a un lado de la cama, pero en vano, porque Jimin seguía abrazándolo con fuerza.

- ¡Eres un Omega tonto! -siguió gritando, enfurecida-. ¡Ya vas a ver como mi hermano te va a dejar cuando se mude a su departamento a fin de mes!

Y ambos se quedan totalmente callados y quietos, solo escuchando los pasos de Lehyun alejarse por el pasillo. Yoongi traga saliva nerviosamente y ve de soslayo como la mirada de Jimin se endureció, apretando los labios en una fina línea.

- ¿Qué tú que?

- Iba a decírtelo. -respondió Yoongi con rapidez, temeroso por la reacción del Omega y fue tal como lo esperaba; se separó de él, sin mirarle, tomando su ropa que había caído al piso y poniéndosela con brusquedad, sin siquiera limpiarse los restos de fluidos de entre sus piernas. Yoongi seguía tan duro como al principio, igual que Jimin, pero al ver como se iba tan molesto ni siquiera le importó el problema que había entre sus piernas y se vistió igual de rápido que él. Si Jimin iba a enojarse con él, era mejor tener ropa porque ni siquiera podrían terminar lo que empezaron si Lehyun estaba en casa.

Además, Yoongi no quería hacer eso con Jimin en su casa, quería que fuera especial, en un lugar memorable en donde pudiera hacerle gemir cuanto quisiese, pero siguió sus impulsos tal como Jimin y no pensó en nada más. Tenía que ser especial; iba a ser la primera vez del Omega. Y en ese instante, Yoongi se da cuenta que por poco arruina las cosas, aunque a Jimin poco le importe donde hacerlo con tal de hacerlo con él, pero él quería que fuera especial, y en su habitación era todo lo contrario.

- Jiminnie, déjame explicarte. -dice Yoongi, terminando de vestirse y viendo como Jimin hace ademán de caminar a la puerta-. Iba a decirte, es decir, aun no es seguro, aun me falta elegir el departamento y el lugar y... -se queda callado al ver como Jimin ni siquiera lo ve, solo niega con la cabeza y trata de esquivarlo para cruzar la puerta, pero Yoongi se interpone y no lo deja-. Jiminnie, no te enojes, cachorro.

- No me digas cachorro. -balbuceo Jimin, abultando las mejillas de forma inconsciente. Yoongi sintió su corazón oprimirse siempre que Jimin se pone de esa forma con él, distante y triste.

- ¿Puedes escucharme? -pide Yoongi con voz suave, agarrando el rostro de Jimin entre sus manos y acercándose a su rostro, tratando de ver los ojos del Omega que no dejan de esquivar su mirada-. Por favor...

Y ante esa pequeña suplica la distancia que siempre antepone Jimin cuando se enoja o está muy triste por algo se acorta, pero aún así el Omega se aleja y saca el pestillo de la puerta detrás del Beta para salir.

- Ya, pero no quiero hablar aquí... -masculla y sale de la habitación, con Yoongi siguiéndole los pasos. Pasan por la sala, sin detenerse, incluso cuando Lehyun está sentada en el sillón frente al televisor.

- ¡Oye tú, Omega tonto! -grita la Omega, ganándose la mirada fulminante de Yoongi que la hizo achicarse en el sillón. 



{...}



Cuando Jimin abrió la puerta de su casa, esperó encontrarse con el típico sonido de la música de relajación que suele poner su madre cuando no tiene que trabajar, pero en cambio se sorprende al escuchar un parloteo ruidoso proveniente del salón. En la entrada, ve como unos zapatos de hombre que desconoce totalmente están al lado de los de su madre y no puede evitar arrugar la nariz para oler alguna presencia extraña.

Y lo huele; un aroma a almendras, fuerte pero tan débil que apenas pudo olerlo. Su cuerpo se tensa y, sin siquiera esperar a que Yoongi cierre la puerta tras él, se saca los zapatos y camina a zancadas hacia el salón.

Grande es su sorpresa cuando ve a su madre con un Alfa, sentados en el sillón y comiendo en la mesilla del salón una torta que ella misma preparó y vino en copas medias vacías. Ambos sonríen como viejos amigos y Jimin arruga la frente, tan desconcertado por ver a ese hombre ahí que ni se inmuta en saludar.

- ¡¿Se puede saber qué hace el oficial Kyung aquí?! -pregunta exaltado Jimin, mirando más al oficial que a su madre. Ambos dejan de reírse pero no borran esa sonrisa media borracha y el brillo juguetón en sus ojos.

- ¡Hola, mi cachorro! -saluda su madre, parándose y yendo hacia él para besarle la frente-. Estábamos hablando de ti, de hecho.

- Que bueno que estás vivo, Park. -dice el Oficial Kyung con una dentadura perfecta, con ese porte de Alfa adulto joven; tiene la misma edad que su madre y hasta parece más jovial, con el cabello engominado y sin ningún tipo de barba o vello de la nariz. Hasta podía decirse que era guapo, pero eso nunca pasó por la mente de Jimin excepto al verlo en el salón de su casa, con ropa informal y sonriendo a su madre tan embobado que le daba cierta repulsión.

- ¿Qué pasa? -apareció Yoongi por detrás, agarrándolo de las caderas cuando vio al Oficial Kyung y sonrió contento hacia él-. Oh, ¡Oficial Kyung! Un gusto verlo aquí.

- Hola, Yoongi, tiempo que no te veía, ¡Y me alegra mucho verte también!

- Uh, de verdad -bufo irritable Jimin, pasándose las manos por la frente sin entender porqué aquel caballero estaba allí-. ¿Qué hace aquí el Oficial, mamá?, ¡No he vuelto a meterme en ningún lío!

Su madre río y sobo su brazo cariñosamente, sonriendo hacia el oficial como si se conocieran de toda la vida. ¡Pero Jimin sólo sabía que ellos hablaban cuando su madre lo iba a sacar de la comisaria! Jimin sabía que habían sido muchas veces, aunque la mayoría había ido Yoongi, pero no creía que bastara solo esos encuentros para que su madre y el oficial se hicieran tan cercanos.

- Lo sé, lo sé, en realidad vino porque nos volvimos amigos cercanos por ti y quería saber cómo estabas, si ya no te metías en peleas. -explicó su madre, para luego cruzarse de brazos y mirarlo con la ceja alzada-. Además, ¿Cuántas veces acabaste en comisaria, Chim? Un poco más de respeto con el hombre que evitaba que te fueras a reclusión. 

Su madre le pegó un palmazo en la nuca y él se sobo enfurruñado, viendo como el Oficial se reía de forma inocente y Yoongi asentía con la cabeza, dándole la razón. Sí, ese hombre le había salvado de muchas, pero aún así Jimin nunca confió en él, ¡Obviamente porque era un Alfa! Aunque las cosas cambiaron ahora, aún seguía sin agradarle esa imagen tan amable del Oficial, no como su madre y Yoongi, que le sonreían como si fuera viejo amigo.

Decidió ignorarlos cuando empezaron a hablar de como había cambiado él durante este tiempo y se fue a su habitación, aún molesto por el tema de Yoongi y sin mirarlo ni un segundo. Jimin no quería que Yoongi se fuera, simplemente la palabra mudarse aun no estaba dentro de su cabeza, no podía aceptar que las cosas cambiaran y que Yoongi se fuera a vivir lejos de él. No quería, tenía miedo de que si Yoongi se iba él no pudiera estar ahí si pasaba algo; si Yoongi se enfermaba o si es que conocía nuevas personas, o si...

- Pequeño koala, no te enojes...-le oyó decir a Yoongi cuando entró detrás de él a la habitación, cerrando la puerta. El Omega se sentó en la cama y abrazó su almohada, sin mirarle, mientras Yoongi se acercaba a él y se sentaba detrás, acariciando su espalda de arriba hacia abajo y viceversa, acariciando su cabello, tratando de consolarlo; porque aunque se viera como si estuviera enojado, Yoongi sabía que Jimin estaba triste-. No voy alejarme de ti si eso piensas, jamás me alejaría de ti.

- Pero no me dijiste que iba a suceder tan pronto... -mascullo Jimin con la voz temblorosa, abrazando con más fuerza la almohada.

- Es porque iba a decírtelo cuando tuviera las opciones, aún no sé que departamento elegir ni qué sector, sólo tengo listo el dinero y... -Yoongi suspiró, acercándose al Omega y abrazándolo por la cintura para depositar suaves besos en su nuca-. Jiminnie, no te pongas así, no llores...

- ¡N-no estoy llo-llorando! -exclama Jimin con voz amortiguada por tener la cara hundida en la almohada. Está empezando a sollozar despacio y no puede evitar echarse a llorar como un cachorro; la llegada de su celo siempre lo pone más sensible, o tal vez sólo sea porque no quiere alejarse nunca de Yoongi. 

- ¿Estás sudando por los ojos? 

- ¡Sí! -asintió Jimin, ignorando el tono burlón pero dulce de Yoongi-. Y sudo mucho...

Yoongi volvió a besar la nuca de Jimin, ganándose un pequeño jadeo del menor y acercó su boca a su oído.

- Oye, Pequeño Koala -empezó a susurrar, aunque Jimin ni siquiera se inmutara y siguiera con la cara en la almohada-. ¿Y si te vienes a vivir conmigo? Tú podrías elegir todo, incluso el-

- ¡¿Lo dices en serio?! -gritó Jimin interrumpiéndole, totalmente emocionado y volteándose hacia él. Tenía las pestañas húmedas y su nariz estaba roja, haciendo que el corazón de Yoongi se derritiera por completo. Era tan adorable, ¿Cómo iba a lograr sobrevivir a él todos los días de su vida?

- Claro que sí, estúpido Park. 

- ¡¿Quieres que nos casemos?! -siguió gritando Jimin, tapándose la boca con las manos totalmente asombrado-. Y-yo-yoongi, perdón, pero yo apenas tengo...es decir, no es que no quiera, pero yo... -empezó a balbucear inseguro, tan sonrojado como Yoongi quien frunció el ceño y empezó a negar con la cabeza.

- ¡No, claro que no! -exclamó el Beta, tomando las manos del Omega y haciendo que se sentara en su regazo para mirarle de frente-. Sólo piénsalo, yo tampoco quiero estar tan alejado de ti... además, si consigo un departamento lejos tendré que gastar en autobús para venir a verte y no soy tan millonario.

Jimin se mordía el labio inferior, tan emocionado como nervioso mientras abrazaba a Yoongi por el cuello y ambos se miraban a solo centímetros del rostro del otro.

- ¿De verdad quieres que me vaya a vivir contigo? -preguntó Jimin, un poco inseguro al principio, pero luego con curiosidad al ver como Yoongi asentía mirándole completamente seguro-. ¿Por qué?

- Porque si estás conmigo todo es un millón de veces mejor. -respondió Yoongi con seriedad, dándole un casto beso en los labios-. Y te amo, ¿Hay alguna mejor razón que esa?

Jimin negó, seguro de eso, y sintió como su corazón se derretía dentro de su pecho, por una felicidad tan intensa que se le desbordaba por los ojos y hacía que no dejase de sonreír hasta que sus mejillas dolieron. Estaba tan emocionado que empezó a chillar, mordiéndose el labio inferior y lanzándose encima de Yoongi para besar su rostro repetidas veces, ni siquiera podía imaginarse todo lo que podrían hacer si vivieran juntos. Y eso lo ponía tan feliz que se sentía en una nube de algodón, adorando el rosado abochornado de las mejillas de Yoongi y queriendo comérselo ahí mismo, en su habitación, sin importarle quien estuviera.

Yoongi lo hacía tan feliz que se sentía a punto de explotar en miles de pedazos y todos esos pedazos serían para él.

- ¡Ah, no me muerdas! -exclamó el Beta y ambos rieron.













*Creep, Radiohead. ES MI HIMNO, I DONT FCKN CARE, BAI.

No me acuerdo si puse este fanart o no, pero NO ME IMPORTA PORQUE ESTÁ PRECIOSO.

Y eso, perdónenme vkook shippers, pero el vhope me puede LJDLKASJD 

Gracias por esperar, lxs amo muxo <3

PD: Se supone que debería estar estudiando pero estoy viendo momentos Yoonmin porque me siento laurasad y pos, qué mejor que ver a tu shipp darse amor.

https://youtu.be/gCDVZR0rggc

HAN VISTO ESTE VIDEO?!! WEON YO LLORÉ LA MADRE QUE ME PARIÓOOOOOOOOOOOOOOO (lo vi hace tiempo pero quería compartir mi dolor y qué mejor que aquí jaja).

*muerta*

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top