capitulo 7

Cuando Senjuro llegó con los Pilares, notó sus miradas curiosas, pero con su rostro sereno, decidió encubrir lo que realmente había pasado.

Senjuro: "Oh, todo estuvo bien. Solo pasamos el rato jugando videojuegos, especialmente Minecraft. Fue bastante relajado."

Los Pilares, aunque algo desconfiados, no vieron motivo para dudar de su historia. Tomioka se cruzó de brazos, asintiendo ligeramente, mientras que Rengoku dejó escapar una risa sonora y amistosa.

Rengoku: "¡Jajaja! Minecraft, eh. ¡Eso suena divertido! Me alegra que se hayan relajado, Senjuro."

Shinobu, con una sonrisa astuta en su rostro, lo miró con una leve sospecha, pero decidió no decir nada más.

Shinobu: "Vaya, qué tranquilos entonces. ¡Qué bueno!"

Muichiro, por su parte, simplemente observó en silencio, mientras Tengen comentó con entusiasmo.

Tengen: "¡Qué bajo perfil! Yo esperaba algo más extravagante, pero está bien."

Senjuro, sintiéndose aliviado por haber logrado ocultar lo sucedido, lanzó una sonrisa nerviosa a Evan (Rui Ayaki), Kota (Enmu) y Katsuma (Kyogai), quienes agradecieron en silencio que no se descubriera lo que realmente habían estado haciendo.

Muichiro, siempre observador y algo distante, levantó una ceja al escuchar la respuesta de Senjuro. Aunque no solía hablar mucho, algo en su instinto le decía que había más detrás de esa simple afirmación.

Muichiro: "Hmm, ¿solo Minecraft? Si estaban tan relajados... ¿Qué otros juegos jugaron?"

Senjuro, nervioso pero decidido a mantener la historia, intentó no parecer sospechoso y respondió rápidamente.

Senjuro: "Bueno, también probamos algunos otros juegos... como, uh... Mario Kart y algunos de pelea, creo. ¡Nada fuera de lo común!"

Muichiro lo miró por unos segundos en silencio, notando cierta incomodidad en su tono. Sin embargo, decidió no insistir más.

Muichiro: "Ya veo. Supongo que se divirtieron entonces."

Aunque Muichiro parecía aceptar la respuesta, Senjuro sabía que el joven Pilar aún tenía dudas. Sin embargo, por el momento, había logrado esquivar más interrogantes. Evan (Rui Ayaki), Kota (Enmu) y Katsuma (Kyogai) intercambiaron miradas de alivio, sabiendo que habían logrado salir airosos de una situación potencialmente complicada.

Senjuro, mientras cerraba la puerta con llave, respiró hondo. Sentía la incomodidad de su prenda mojada y sabía que necesitaba cambiarse antes de que alguien más sospechara. En su mente, trataba de mantener la calma mientras buscaba una braga limpia.

Senjuro (pensando): "No puedo dejar que nadie se entere de lo que realmente pasó... Es mejor cambiarme rápido."

Mientras se cambiaba, al otro lado de la puerta, Muichiro seguía hablando con los otros pilares.

Muichiro: "No sé, algo no encaja del todo. Un 50% de lo que dice Senjuro es verdad, pero siento que el otro 50%... algo están ocultando."

Rengoku, siempre positivo, intervino.

Rengoku: "¡Senjuro es un buen chico! Si hay algo más, tal vez solo estaban divirtiéndose de una manera que no nos quieren contar. No debemos presionarlo."

Shinobu, por su parte, sonrió con picardía.

Shinobu: "Bueno, si están ocultando algo, seguro se enterará tarde o temprano."

Mientras tanto, dentro de la habitación, Senjuro terminó de cambiarse, sintiéndose más cómodo. Ahora, su mayor preocupación era cómo mantener la historia intacta sin levantar más sospechas.

Después de que Senjuro se cambiara rápidamente, se tomó un momento para calmarse. Sabía que no podía levantar más sospechas, pero también se daba cuenta de que Muichiro y los otros pilares estaban comenzando a dudar de su versión.

Al salir de la habitación, Senjuro sonrió como si todo estuviera normal.

Senjuro: "Listo, ya estoy más cómodo. ¿De qué estaban hablando?"

Muichiro lo miró con una expresión neutral, pero inquisitiva.

Muichiro: "Solo hablábamos de cómo se divirtieron. ¿Qué otros juegos mencionaste que jugaron?"

Senjuro, tratando de sonar lo más natural posible, respondió.

Senjuro: "Ah, jugamos un poco de Mario Kart, luego cambiamos a Super Smash Bros. Y después de eso, nos pusimos a construir cosas en Minecraft."

Rengoku, siempre animado, se rió.

Rengoku: "¡Suena como una tarde divertida! Me alegra que te hayas distraído."

Sin embargo, Shinobu no dejaba de observarlo atentamente, y Muichiro seguía con la sensación de que algo no cuadraba del todo.

Mientras tanto, en la otra parte de la mansión, Evan (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai) y Eri Nezuko también estaban tratando de recomponerse después de lo ocurrido. El ambiente se sentía extraño entre ellos, especialmente después de lo que había pasado con los vibradores y la telequinesis de Eri.

Evan (Rui Ayaki): "Creo que necesitamos asegurarnos de no levantar sospechas... No quiero que esto llegue a los pilares ni a Muzan."

Kota (Enmu) asintió, todavía un poco avergonzado.

Katsuma (Kyogai): "Sí, debemos ser más cuidadosos. No quiero problemas."

Eri Nezuko, por su parte, solo sonreía, satisfecha con el caos que había causado.

El grupo sabía que tenían que mantener un perfil bajo, pero ahora que los pilares y otros héroes estaban comenzando a sospechar, las cosas podrían complicarse si no jugaban bien sus cartas.

Evan (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai) y Senjuro estaban decididos a mantener en secreto lo ocurrido con los vibradores, la telequinesis de Eri Nezuko, y las bragas mojadas. Sabían que, si alguien descubría la verdad, podrían enfrentarse a burlas, castigos, o una incomodidad mayor de la que ya sentían.

Cada uno trató de actuar con normalidad en los días siguientes, asegurándose de no hacer nada que levantara sospechas. Sin embargo, los recuerdos del incidente permanecían en sus mentes, especialmente cuando se encontraban a solas.

Senjuro se aseguraba de ser discreto, y siempre cerraba la puerta con llave cuando se cambiaba de ropa. El más joven del grupo, aunque era honesto por naturaleza, había decidido que este era un secreto que no podía compartir con nadie, ni siquiera con los pilares. A veces se sentía culpable, pero recordaba cómo había salido de la situación mintiendo y no podía arriesgarse a que alguien descubriera la verdad.

Evan (Rui Ayaki), con su naturaleza más calculadora y fría, simplemente lo veía como otro de los momentos que debía mantener oculto, usando su intelecto para controlar la situación. Kota y Katsuma, por su parte, también estaban un poco más en guardia, asegurándose de no hablar demasiado del tema cuando estaban en presencia de otros.

Eri Nezuko, aunque era joven, sabía lo que había hecho y disfrutaba del caos que había causado, aunque no comprendía del todo por qué los demás lo mantenían en secreto. Cada vez que los veía, sonreía de manera traviesa, lo que les recordaba el incidente y les hacía sonrojarse involuntariamente.

Con el tiempo, aunque el grupo continuaba con sus actividades diarias, siempre había un pequeño nivel de tensión cuando estaban juntos, sabiendo que compartían un secreto que jamás podrían revelar a los demás.

Con el tiempo, Senjuro se volvió cada vez más cercano a Evan (Rui Ayaki), Kota (Enmu) y Katsuma (Kyogai), desarrollando una amistad genuina con ellos. A pesar del incidente anterior, su lazo se fortaleció debido a la confianza mutua y las experiencias compartidas. Los cuatro jóvenes compartían no solo secretos, sino también una lealtad profunda.

Un día, como símbolo de su amistad y lealtad, Evan (Rui Ayaki), Kota y Katsuma decidieron hacerle un regalo especial a Senjuro. Le entregaron una pulsera especial que, al activarse, le permitía teletransportarse a cualquier lugar que deseara. Esta habilidad era increíblemente útil, ya que Senjuro podía evitar el peligro o acudir rápidamente en ayuda de sus amigos cuando fuera necesario.

Además de la pulsera, decidieron ir un paso más allá para asegurarse de que su amigo estuviera siempre a salvo. Usando un método avanzado de modificación biológica demoníaca, inyectaron en Senjuro un suero de inmortalidad, similar al que ellos mismos habían adquirido. Este suero no solo le otorgaba una vida eterna, sino que también le brindaba habilidades de regeneración rápida. Las heridas que hubiera sufrido en batalla o en cualquier situación se sanarían en cuestión de segundos.

Pero el regalo no terminaba ahí. También le proporcionaron poderes adicionales, como la capacidad de manipular llamas de dragón, que podía invocar y controlar a voluntad. Estas llamas eran extremadamente poderosas y destructivas, lo que convertía a Senjuro en un aliado formidable en combate.

Por último, como toque final, le otorgaron la habilidad de manifestar látigos negros hechos de energía oscura, los cuales podía usar para atacar, defenderse o atrapar a enemigos con gran velocidad y precisión. Estos látigos tenían una fuerza extraordinaria y podían atravesar la mayoría de las defensas con facilidad.

Con estos nuevos poderes, Senjuro no solo se convirtió en un aliado más poderoso, sino que también se sintió profundamente agradecido por la confianza que Evan, Kota y Katsuma depositaron en él. Sabía que estos regalos no eran solo habilidades, sino un símbolo de la profunda amistad y lealtad que compartían. Desde ese momento, Senjuro juró proteger a sus amigos con su nueva fuerza y estar siempre a su lado, sin importar los desafíos que enfrentaran.

Evan (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai) y Senjuro estaban en una situación un tanto incómoda. Todos estaban en bragas, disfrutando de una sesión de videojuegos en su habitación secreta, donde podían relajarse y dejar de lado las presiones del mundo exterior.

De repente, los pilares llegaron, preocupados por el paradero de los cuatro. Eri Nezuko, que había estado jugando con ellos, les dijo que estaban en una zona secreta, jugando videojuegos. Aunque su respuesta fue honesta, no podía evitar sonreírse ante la imagen que pintaba.

Al escuchar esto, Evan, Kota, Katsuma y Senjuro se dieron cuenta de que debían salir. Se apresuraron a cubrirse con mantas para ocultar sus bragas antes de dirigirse a donde estaban los pilares. Con cada paso, la tensión aumentaba, especialmente porque no sabían cómo reaccionarían los pilares al verlos en esa situación.

Cuando finalmente salieron de la habitación, los pilares los miraron con expresiones de sorpresa y confusión. Senjuro, tratando de mantener la calma, sonrió y dijo: "¡Solo estábamos jugando y nos olvidamos del tiempo!".

Los pilares intercambiaron miradas, y aunque había un aire de incomodidad, también había un sentido de camaradería. Era un momento curioso, y la risa pronto llenó el espacio mientras intentaban entender cómo había sucedido todo. Eri Nezuko, sin embargo, no podía evitar reírse de la situación, aliviando la tensión en el aire.

"Bueno, al menos ahora sabemos lo que hacen en sus ratos libres", comentó Muichiro con una sonrisa juguetona, mientras los demás pilares se unían a la risa. A pesar de lo extraño de la situación, era un recordatorio de que, a pesar de ser guerreros, también eran jóvenes que necesitaban disfrutar de la vida de vez en cuando.

Los pilares, al ver la situación en la que se encontraban Evan (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai) y Senjuro, comenzaron a reaccionar de diferentes maneras. La mezcla de sorpresa y curiosidad era evidente en sus rostros.

Giyū Tomioka, siempre el más serio, levantó una ceja y dijo: "No esperaba ver esto. Pero, ¿es necesario jugar en ropa interior?".

Shinobu Kōchō soltó una risa suave y agregó: "¡Oh, vamos! ¡Al menos son creativos en su forma de relajarse! Sin embargo, espero que tengan cuidado. Las bragas no son precisamente un equipo de batalla".

Kyōjurō Rengoku se rió y comentó: "¡Esto es lo que se llama vivir! Pero deben tener cuidado. No quiero que se distraigan durante una misión". Su tono era amistoso, pero su mirada era seria.

Mitsuri Kanrōji sonrió con timidez. "Es genial ver que están disfrutando, pero... tal vez la próxima vez, elijan un lugar más apropiado", sugirió con un tono cariñoso.

Obanai Iguro, con su habitual seriedad, añadió: "Asegúrense de que esta 'zona secreta' no se convierta en un punto de distracción durante sus entrenamientos".

Sanemi Shinazugawa soltó una risa burlona. "¿Qué pasa, chicos? ¿No se sienten un poco expuestos así? Deberían ser más cuidadosos, no quiero que el enemigo se ría de ustedes".

Gyōmei Himejima mantuvo su tono calmado y sereno, diciendo: "Lo importante es que están juntos. La camaradería es vital para nuestro combate contra los demonios".

Tengen Uzui, con su personalidad exuberante, exclamó: "¡Esto es genial! ¡La próxima vez, invítenme! Me encantaría unirme a ustedes en sus juegos, aunque tal vez con un poco más de vestimenta", bromeó con una sonrisa.

Finalmente, Muichirō Tokito se cruzó de brazos, con una mirada pensativa. "Es bueno ver que, a pesar de todo lo que hemos pasado, aún pueden encontrar tiempo para divertirse. Solo asegúrense de que no interfiera en su entrenamiento", concluyó.

El ambiente se llenó de risas y un sentido de camaradería mientras los pilares comenzaron a relajarse, dándose cuenta de que, a pesar de su rol como cazadores de demonios, también necesitaban momentos de ligereza y diversión.

Mitsuri Kanrōji, con su habitual curiosidad y entusiasmo, se acercó a Evan (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai) y Senjuro, con una sonrisa amable en su rostro. "¡Oigan! Disculpen que pregunte, pero... ¿qué tipo de ropa interior están usando? Se ven muy... cómodos", dijo, un poco sonrojada pero intrigada.

Evan fue el primero en responder, tratando de mantener la compostura. "Ah, sí, solo son calzoncillos. Los más cómodos que pudimos encontrar", mintió, con una sonrisa nerviosa.

Kota asintió rápidamente, apoyando a Evan. "Sí, sí, calzoncillos. Son ideales para... jugar videojuegos", añadió, intentando mantener la farsa.

Katsuma, tratando de actuar natural, agregó: "Exacto, son ligeros y nos permiten movernos con libertad. ¡No hay nada mejor para la comodidad!"

Senjuro, aunque un poco sonrojado, se unió a la mentira. "Sí, no hay nada como un buen par de calzoncillos. Muy prácticos, la verdad", afirmó, intentando sonar convencido.

Mitsuri los miró con curiosidad, pero una pequeña risa se escapó de sus labios. "¡Qué interesante! Siempre he creído que la comodidad es muy importante. Tal vez deberían considerar variar un poco sus elecciones de ropa interior, solo para probar algo nuevo", sugirió con un guiño, sin sospechar que no estaban diciendo la verdad.

Los cuatro intercambiaron miradas nerviosas, aliviados de que Mitsuri no hubiera ahondado más en el tema, mientras la atmósfera seguía siendo ligera y amigable.

Muichiro Tokito, con su mirada seria pero perceptiva, no tardó en desenmascarar la mentira de los chicos. "No me engañen. Siempre los he visto usar bragas y tangas. No son calzoncillos, son mentirosos", declaró, señalando con un dedo mientras fruncía el ceño.

Evan (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai) y Senjuro intercambiaron miradas nerviosas, intentando mantener la calma. "¡Estás loco, Tokito!", exclamó Evan, tratando de cambiar de tema. "No sabemos de qué hablas."

Los pilares miraron con sorpresa a los cuatro, mientras Eri Nezuko no podía contener la risa. "¡Es cierto! ¡Se ven tan divertidos tratando de mentir!", exclamó entre risas, disfrutando del momento.

Mitsuri Kanrōji se unió a la risa, tapándose la boca con las manos. "¡No puedo creer que hayan tratado de ocultarlo! Eso es tan gracioso", dijo con un brillo en sus ojos.

Giyū Tomioka solo los observó con una expresión neutral, aunque una leve sonrisa asomó en su rostro. "Lo importante es que estén cómodos, ¿verdad?", comentó, tratando de mantener el tono ligero.

Sanemi Shinazugawa se cruzó de brazos, sonriendo con diversión. "Así que en realidad son un grupo de mentirosos, ¿eh? Interesante", dijo, disfrutando de la dinámica del grupo.

Muichiro, sin embargo, no parecía dispuesto a dejarlo pasar. "Está bien, si no quieren admitirlo, al menos no mientan sobre ello. La verdad siempre sale a la luz", dijo, encogiéndose de hombros con desinterés.

Mientras los otros pilares seguían riéndose, Evan, Kota, Katsuma y Senjuro se sintieron atrapados, pero al mismo tiempo aliviados de que la situación no se tornara más seria. Era solo un momento de diversión entre amigos y rivales.

Evan (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai) y Senjuro corrieron rápidamente hacia su zona secreta, riendo mientras cerraban la puerta con un código de acceso. La adrenalina corría por sus venas, aliviados de haber evitado la curiosidad de los pilares.

Eri Nezuko se quedó atrás, riéndose a carcajadas al ver a Muichiro Tokito intentando abrir la puerta. "¡No pueden entrar! ¡Es nuestra zona secreta!", exclamó, disfrutando de la situación.

Muichiro, con su expresión impasible, continuó presionando los botones del panel de acceso, pero sin éxito. "No importa qué tan secreto sea, siempre hay una manera de entrar", dijo con determinación.

Sanemi Shinazugawa se acercó y se rió. "Déjalo, Tokito. Si se escapan, al menos nos divertimos un poco", comentó, viendo cómo sus amigos intentaban acceder.

Mitsuri Kanrōji, aún riendo, se unió a ellos. "¿Qué tal si les damos un poco de tiempo? No creo que nos hagan daño. Solo quieren jugar", sugirió, mientras todos compartían risas.

Eri Nezuko aprovechó para agregar: "Además, si se quedan ahí, no podrán meterse en más líos". Se recostó contra la puerta, disfrutando de la situación.

Mientras tanto, dentro de la habitación secreta, los chicos se miraron entre ellos, riendo y sintiéndose un poco aliviados por la pequeña escapada. "No puedo creer que nos hayan atrapado así", dijo Kota, aún con una sonrisa en su rostro.

Senjuro, todavía algo sonrojado, asintió. "Pero al menos tenemos nuestro espacio seguro", respondió, mirando a sus amigos con complicidad.

Afuera, los pilares seguían intentando abrir la puerta, mientras que Muichiro seguía concentrado en encontrar una manera de entrar, determinado a descubrir qué estaban haciendo exactamente los cuatro.

Muichiro Tokito se sentó en la silla, pensando en cómo abrir la puerta cuando de repente sintió algo extraño debajo de él. Al levantarse rápidamente, quedó sorprendido al ver cuatro vibradores en el asiento.

Los pilares, al darse cuenta de lo que había sucedido, quedaron atónitos. La expresión de Giyū Tomioka pasó de la confusión a la incredulidad, mientras que Shinobu Kōchō apenas pudo contener la risa. "¿Qué demonios son esas cosas?", preguntó, señalando los vibradores.

Mitsuri Kanrōji, con sus mejillas sonrojadas, se tapó la boca para ahogar una risa. "¿Están seguros de que esto no es parte de su entrenamiento?", bromeó, haciendo que los demás se rieran aún más.

Eri Nezuko, que observaba desde el lado, no pudo contener la risa y se dejó llevar por una risa contagiosa. "¡Esto es demasiado gracioso!", exclamó entre risas, disfrutando del caos que había causado.

Muichiro, aún sorprendido, se sonrojó al darse cuenta de lo que había encontrado. "Esto no puede ser... ¿de quién son?", murmuró, tratando de mantener la compostura.

Los pilares intercambiaron miradas, todos con una mezcla de sorpresa y diversión. shinobu, con una sonrisa burlona, dijo: "Parece que nuestros amigos están teniendo un tiempo más interesante del que imaginamos".

Mientras tanto, Tokito se quedó en silencio, intentando decidir qué hacer con los vibradores, mientras la risa de Eri Nezuko resonaba en el aire, creando una atmósfera divertida y caótica.

Eri Nezuko, sosteniendo el control remoto con una sonrisa traviesa, dijo: "¡Espero que no lo usen! Saben por qué..."

Evan (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai) y Senjuro la miraron con una mezcla de incredulidad y diversión. "¡Eres una loca manipuladora!", exclamaron al unísono, intentando contener las risas mientras se cubrían de nuevo con mantas.

"¿Y qué piensas hacer con esos controles?", preguntó Katsuma, arqueando una ceja mientras se acercaba a Eri. La tensión era palpable, pero el ambiente seguía siendo ligero y juguetón.

Eri se encogió de hombros, disfrutando de la atención. "Tal vez solo quiero ver cómo reaccionan cuando subo la intensidad", dijo con una sonrisa pícara. Los chicos intercambiaron miradas nerviosas, sintiendo la mezcla de emoción y temor que venía con la idea.

"Esto es un peligro en sí mismo", murmuró Senjuro, aunque una sonrisa traicionera se asomaba en su rostro. "Tal vez deberíamos escondernos".

Los cuatro amigos comenzaron a reírse y a moverse en dirección opuesta, tratando de encontrar un lugar donde escapar del alcance de Eri y su control, mientras ella los seguía con una risa juguetona.

Los pilares, junto con Tanjiro y Zenitsu, se quedaron en shock al escuchar lo que Eri dijo. La atmósfera se volvió tensa de inmediato, con todos mirando hacia la puerta de la zona secreta.

Muichiro, frunciendo el ceño, dijo: "¿Vibradores? ¿Qué tipo de cosas están haciendo ahí adentro?"

Tanjiro se rascó la cabeza, intentando procesar la información. "No puedo creer que tengan eso... ¿Por qué? ¿Para qué lo usan?"

Zenitsu, pálido, apenas pudo articular: "¡Esto es una locura! ¡¿Cómo es que nadie se ha dado cuenta de esto antes?!"

Eri, con una sonrisa astuta, levantó su control modificado. "¿Ven? Este es el control que creé. ¡Ahora voy a activar la intensidad!"

El sonido de un zumbido repentino llenó el aire, y las risas de Evan, Kota, Katsuma y Senjuro se convirtieron en gritos de sorpresa y confusión. Desde la habitación secreta, se escucharon una serie de exclamaciones y risas nerviosas, mientras los chicos intentaban lidiar con lo que Eri había desatado.

Muichiro, ahora claramente preocupado, dijo: "Debemos detener eso. No sabemos qué va a pasar." Los demás asintieron, listos para intervenir antes de que las cosas se salieran de control.

Tanjiro y Zenitsu se prepararon para abrir la puerta, mientras que los demás pilares formaban un plan para entrar en la habitación y ver qué estaba sucediendo realmente. ¡La situación se volvía cada vez más caótica!

Eri Nezuko, con un tono de burla, miró a los chicos mientras se acercaban con sus mantas, tratando de mantener la dignidad a pesar de la situación.

"Ustedes cuatro son unos idiotas y pervertidos", les dijo, con una sonrisa traviesa. "Espero que no piensen usar eso. No quiero tener que lidiar con las consecuencias de sus travesuras."

Evan (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai) y Senjuro intercambiaron miradas nerviosas, intentando contener la risa y mantener la compostura.

"¡Nosotros no hicimos nada!", protestó Katsuma, intentando sonar inocente. "¡Solo estábamos jugando videojuegos, como dijimos!"

Senjuro agregó rápidamente: "Sí, solo estábamos aquí disfrutando un rato entre amigos. No hay nada malo en eso."

Eri, levantando una ceja, replicó: "¿Y qué fue eso que escuché antes? ¿Ruidos extraños? ¿Y por qué tienen esas mantas? La verdad no cuadra."

Kota se rascó la cabeza, nervioso. "Uh... eso era solo el sonido del juego. Sí, eso, ¡el juego!"

Mientras tanto, los pilares y los demás se habían reunido alrededor, esperando a ver cómo se desarrollaba la situación.

Muichiro, con su mirada seria, dijo: "Quizás deberíamos entrar y asegurarnos de que todo esté bien."

Tanjiro asintió. "Sí, sería mejor asegurarnos de que no haya problemas."

Eri miró a los cuatro chicos con una sonrisa cómplice. "No se preocupen, no los voy a delatar... por ahora. Pero si usan esos juguetes en mi presencia, les prometo que no será divertido."

Zenitsu, que se había mantenido en silencio hasta ahora, murmuró: "¡Por favor, no dejen que se enteren los demás de esto!"

La tensión se mantenía en el aire mientras todos esperaban a ver qué pasaría a continuación.

Izuku (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai) y Senjuro intentaron salir del atolladero, buscando maneras de calmar a Eri Nezuko y, al mismo tiempo, evitar que los pilares y el resto se enteraran de más detalles sobre su situación.

"¡Hey, Eri! No es lo que parece", comenzó Evan, tratando de mantener la compostura. "Lo que pasó fue un malentendido. Solo estábamos bromeando, y no teníamos intención de usar esos... cosas."

Kota añadió rápidamente: "Sí, sí, pagaremos por los daños. Solo no le digas a nadie. No queremos causar problemas."

Katsuma se unió al intento de apaciguar la situación: "Exacto, ¡no es necesario que esto se convierta en un escándalo! Podemos limpiar y reparar todo, solo danos una oportunidad."

Senjuro, intentando ser el voz de la razón, miró a Eri con seriedad. "Por favor, no le digas a nadie. Sabemos que estamos en una situación complicada, pero podemos resolverlo. Somos amigos, ¿no?"

Eri Nezuko, cruzando los brazos y con una sonrisa traviesa, parecía disfrutar de su pequeño juego de poder. "¿Y qué obtengo a cambio de mantener el secreto?" preguntó, disfrutando de la atención.

Los pilares, mirando la escena con sorpresa y confusión, intercambiaron miradas. Tanjiro, por su parte, no podía creer lo que estaba viendo. "Eri, por favor... ¿no puedes dejarlo pasar? Esa es mi hermana, y esto es un poco embarazoso."

Muichiro, aún con su mirada seria, dijo: "No puedo creer que esto esté sucediendo. ¿Cómo se metieron en este lío?"

Shinobu, con una sonrisa burlona, comentó: "Parece que han estado ocupados. Tal vez deberían pensar dos veces antes de hacer algo así en el futuro."

Mientras tanto, la tensión en el aire se mantenía, y todos esperaban a ver cómo se resolvería la situación entre Eri, los chicos y los demás pilares.

Eri Nezuko, con una sonrisa pícara, se cruzó de brazos mientras miraba a Evan (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai) y Senjuro. "Así que, primero, quiero que me traigan algunos dulces de la tienda de la esquina", dijo con los ojos brillantes de emoción. "Y luego, podrían ayudarme a limpiar la sala de entrenamiento. A veces se pone desordenada." Al terminar su oración, apagó el control remoto con un gesto triunfante.

Evan se sintió aliviado de que la situación no fuera peor, pero aún le preocupaba cómo podrían salir de esto. "¿Dulces? Bueno, supongo que podemos conseguir algunos. Pero, ¿por qué no los traemos juntos, como un equipo?" sugirió, tratando de mantener la situación ligera.

Kota, emocionado por la idea, asintió. "¡Sí! ¿Qué tipo de dulces quieres, Eri? Podemos hacer una pequeña aventura de eso."

Katsuma, tratando de hacer reír a todos, agregó: "Y prometo no romper nada en el camino esta vez. Aunque, sabiendo cómo han sido las cosas, seguro que algo saldrá mal."

Senjuro, siempre el más responsable del grupo, miró a Eri con seriedad. "Está bien, lo haremos. Pero debemos ser rápidos. No quiero que los pilares se pongan más curiosos de lo que ya están."

Los pilares, observando la escena, comenzaron a murmurar entre ellos. Tanjiro, al ver la camaradería entre ellos, se sintió un poco más tranquilo. "Siempre es bueno verlos divertirse, pero aún me preocupa que esto se salga de control."

Mitsuri Kanrōji sonrió con ternura. "Parece que Eri ha encontrado una manera de mantener a todos ocupados y divertidos. Quizás deberíamos unirnos a ellos para asegurarnos de que todo salga bien."

Mientras tanto, Eri Nezuko parecía disfrutar de tener el control de la situación, su expresión era de pura alegría. "¡Genial! Entonces, vamos a la tienda primero. ¡Y no se olviden de traerme mis favoritos!"

Con ese nuevo plan en mente, Evan, Kota, Katsuma, y Senjuro se prepararon para salir, cada uno cubierto con mantas, sintiendo que tenían que cumplir con las exigencias de Eri si querían evitar problemas mayores. Los pilares, aún un poco incrédulos, decidieron seguirlos, preguntándose qué locuras les esperarían en la tienda.

Eri Nezuko, con una sonrisa traviesa en su rostro, miró a Evan (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai) y Senjuro y dijo: "Así como están, con las mantas y todo. ¡Es perfecto! Vamos a la tienda así. Será divertido y nadie se dará cuenta de nada raro."

Kota se rió, viendo lo absurda que era la situación. "¡Esto va a ser un espectáculo! ¿Quién diría que íbamos a salir de esta manera?"

Katsuma, entusiasmado, asintió. "Sí, es como si fuéramos un grupo de superhéroes en misiones secretas... aunque, probablemente, seamos más como un grupo de tontos."

Senjuro sonrió, pero también se sentía un poco incómodo. "Esto es un poco extraño, pero, si Eri quiere que lo hagamos así, supongo que no hay problema."

Eri los miró con satisfacción. "¡Exacto! Además, será nuestra pequeña aventura secreta. Ahora, ¡vamos!"

Los cuatro se dirigieron hacia la puerta, todavía cubiertos por las mantas, mientras los pilares los observaban con expresiones de incredulidad y diversión.

Tanjiro, sonriendo, no pudo evitar comentar: "A veces, creo que la vida en la sede de los cazadores de demonios es más emocionante de lo que debería ser."

Mitsuri Kanrōji se rió, agregando: "Y también más divertida. Deberíamos unirnos más a menudo a estas locuras."

Así, con un sentido de camaradería y algo de vergüenza, el grupo salió en su extraña misión de dulces, con Eri liderando el camino y riéndose a medida que avanzaban.

Al llegar a la tienda con las mantas cubriendo sus cuerpos, Evan (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai) y Senjuro se acercaron al mostrador. La tienda estaba llena de colores y olores dulces, y la emoción de Eri Nezuko era contagiosa.

Mientras pedían "¡100 dulces, por favor!", un chico curioso que estaba mirando desde un rincón no pudo evitar preguntar: "¿Por qué están así, envueltos en mantas? ¿Acaso están escondiendo algo?"

Kota trató de mantener la calma y sonrió, diciendo: "No es nada. Solo estamos teniendo un día divertido. ¿Verdad, chicos?" Miró a los demás, buscando apoyo.

Katsuma rápidamente añadió: "Sí, solo es una nueva moda. ¡Es lo más cool ahora!" Se esforzó por parecer despreocupado, pero su tono tembloroso lo delataba.

Evan (Rui Ayaki), sintiéndose un poco incómodo, intervino: "Es solo un... experimento social. Queremos ver cómo reacciona la gente." Se rascó la nuca, sintiendo que no convencía a nadie.

Senjuro, intentando ser un poco más sincero, sonrió y dijo: "Estamos ayudando a Eri a recoger dulces, y nos pareció divertido hacerlo así. No se preocupen, todo está bien." Su voz tenía un tono amistoso, como si intentara calmar cualquier sospecha.

El chico lo miró con una ceja levantada, claramente escéptico, pero al final decidió no hacer más preguntas. "Está bien... si ustedes lo dicen. Solo espero que no sea algo raro."

Mientras tanto, Eri estaba emocionada y no pudo evitar sonreír al ver la variedad de dulces en la tienda. "¡Rápido! ¡Elige los mejores para mí!" decía, saltando de un lado a otro, completamente ajena a las miradas curiosas de los demás.

Finalmente, Evan, Kota, Katsuma y Senjuro comenzaron a seleccionar los dulces, disfrutando de la pequeña aventura, aunque un poco avergonzados por la situación.

Las noticias no tardaron en cubrir el peculiar suceso. Las cámaras mostraron a Evan (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai) y Senjuro envueltos en mantas, con rostros sonrojados mientras salían de la tienda de dulces. La escena fue bastante ridícula, y la narradora no pudo evitar reírse al comentar: "Parece que tenemos a nuestros propios superhéroes en una situación un tanto vergonzosa."

Mientras tanto, en la Liga de Villanos, la risa era contagiosa. Dabi y Himiko Toga se burlaban de la situación. "¡Miren a esos idiotas! ¡¿Qué se creen, estrellas de cine o algo así?!", exclamó Dabi mientras se reía a carcajadas. Toga, con su característica risa loca, añadía: "¡Quiero un autógrafo de los nuevos íconos del 18+!"

Regresando al grupo, Eri Nezuko miró a Evan, Kota, Katsuma y Senjuro con una mezcla de diversión y reproche. "Esto fue tu culpa", dijo, señalando a Evan (Rui Ayaki). "Ustedes son los que decidieron hacer esto en primer lugar. ¡Ahora estoy en problemas también!"

Los cuatro se miraron entre sí, tratando de contener las risas, pero sabían que tenían que dar una explicación a los Pilares, quienes observaban desde lejos, claramente sorprendidos.

Muichiro Tokito frunció el ceño, intentando entender la situación. "¿Estrellas de 18+? ¿Qué significa eso exactamente? ¿Por qué están en mantas? ¿Y por qué Eri está involucrada en esto?"

Shinobu Kōchō añadió con un tono serio pero divertido: "Me pregunto si eso afectará su imagen como cazadores de demonios... o tal vez no les importe en absoluto."

Mientras tanto, Sanemi Shinazugawa simplemente se cruzó de brazos y soltó un suspiro frustrado. "No puedo creer que estén haciendo esto. ¿Qué demonios les pasa?"

Al escuchar los comentarios de los Pilares, Evan (Rui Ayaki) trató de defenderse. "¡No fue tan grave! Solo estábamos divirtiéndonos... Eri solo quería dulces." Sin embargo, su expresión mostró que sabía que era difícil convencer a los Pilares.

Con la situación descontrolada, Eri simplemente sonrió y dijo: "¡Vamos, chicos! ¡Todo esto es solo un juego divertido!"

Los Pilares miraron a Evan (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai) y Eri Nezuko con una mezcla de incredulidad y diversión.

Muichiro Tokito, aún algo confundido, preguntó: "¿Qué tiene que ver ser estrellas de 18+ con venir a una ciudad? ¿No deberían estar luchando contra demonios?"

Evan (Rui Ayaki) se encogió de hombros, intentando mantener una expresión seria. "Es parte de nuestro entrenamiento. Queremos ser las mejores estrellas de acción, y eso incluye hacer presentaciones en playas y parques acuáticos. ¡Pero nunca habíamos estado en una ciudad antes!"

Eri Nezuko, riendo, agregó: "Sí, pero a veces nos mandan a hacer cosas que no queremos, como ir a la tienda a comprar dulces. ¡No era parte del plan original!"

Kota (Enmu) intervino: "Además, Senjuro estaba tan emocionado por unirse a nosotros en esta aventura que no pudimos decir que no. Ahora estamos atrapados en esta situación ridícula."

Mitsuri Kanrōji, sonriendo de manera comprensiva, comentó: "Bueno, todos merecemos un poco de diversión de vez en cuando, incluso ustedes. Pero no pueden seguir así, ¡se están ganando la atención de todos!"

Tanjiro, quien había estado observando en silencio, finalmente dijo: "Lo importante es que estén todos a salvo y se diviertan. Pero deben recordar que hay un tiempo y un lugar para cada cosa."

Shinobu Kōchō asintió, sugiriendo con un guiño: "Quizás podríamos hacer una reunión formal para discutir este 'nuevo plan de carrera' que tienen. Pero por ahora, tal vez deberíamos pensar en una forma de salir de esta situación."

Mientras los Pilares discutían cómo manejar la situación, Eri Nezuko miró a Evan, Kota y Katsuma con una sonrisa traviesa. "Quizás podríamos hacer que todo esto sea parte de un espectáculo. ¡Podemos hacer una presentación en la U.A.! ¿Qué les parece?"

Los cuatro amigos comenzaron a reírse, imaginando un evento donde podrían mostrar sus "habilidades" como estrellas de 18+, todo mientras mantenían su posición como cazadores de demonios.

Mientras Izuku, Evan (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai), Senjuro, y Eri (Nezuko) jugaban al golf en una isla lejana, no pudieron resistir la tentación de mostrar su fuerza. Cada vez que golpeaban la pelota, lo hacían con tanta potencia que las pelotas salían disparadas hacia el cielo a gran velocidad. Sin embargo, lo que no sabían era que la isla no estaba tan lejos de la U.A. como pensaban.

Al cabo de unos minutos, las pelotas de golf comenzaron a impactar en las ventanas y paredes de la U.A., rompiendo los cristales y causando daños en las estructuras del edificio. Los estudiantes y maestros dentro de la U.A. quedaron atónitos cuando las ventanas explotaron de repente y fragmentos de vidrio cayeron al suelo. Los pilares, los héroes y los demás estudiantes se alarmaron al ver lo que estaba sucediendo.

All Might, aún en su forma debilitada, salió al exterior para investigar el ruido, seguido de Aizawa. Ambos miraron con asombro los agujeros en las paredes y los cristales rotos. "¿Qué demonios está pasando?", dijo Aizawa, frotándose la sien con frustración.

En ese momento, Nezu, el director de la U.A., también apareció, observando los destrozos y preguntándose qué estaba sucediendo. Mientras tanto, otra pelota de golf voló a toda velocidad, rompiendo otra ventana, y todos los presentes se dieron cuenta de que algo fuera de lo común estaba ocurriendo.

"¡Esas pelotas vienen de la isla!" gritó Sero, mientras señalaba en la dirección desde donde habían llegado los impactos.

Bakugo, furioso por los destrozos, gritó: "¡Voy a destrozar a quien sea que esté haciendo esto!"

Mientras tanto, en la isla, Izuku, Evan, Kota, Katsuma, Senjuro y Eri se estaban divirtiendo, golpeando las pelotas sin darse cuenta de las consecuencias de su fuerza descomunal. No se daban cuenta de que sus golpes estaban destrozando la U.A. a kilómetros de distancia.

Finalmente, Nezu, con calma pero firmeza, sacó su teléfono y marcó un número. "Es mejor que los detengamos antes de que destruyan toda la escuela. Enviaremos un equipo a la isla. Parece que algunos estudiantes están jugando demasiado fuerte."

Mientras tanto, Eri, riendo traviesamente, dio un golpe especialmente fuerte y exclamó: "¡Ups! ¡Creo que esa fue demasiado lejos!"

Mientras Izuku, Evan (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai), Senjuro, y Eri (Nezuko) continuaban su enérgico juego de golf en la isla, el impacto de su fuerza comenzó a causar problemas graves en otras partes. Sin que ellos lo supieran, las pelotas estaban viajando kilómetros de distancia a velocidades increíbles.

De repente, cinco pelotas de golf golpearon a Hawks en pleno vuelo. Cuatro de ellas impactaron su cabeza, dejándolo aturdido, mientras que la última se estrelló contra su espalda, haciéndolo perder el equilibrio y casi caer del cielo. "¡Qué demonios...!" gritó Hawks mientras intentaba recuperar el control de sus alas. Desconcertado, miró a su alrededor buscando la fuente de los proyectiles.

Mientras tanto, los estudiantes de la U.A. y los héroes pro se estaban congregando en la finca de Rengoku, donde los pilares y Kagaya Ubuyashiki estaban reunidos para discutir asuntos importantes. Justo en medio de la conversación, otra pelota de golf llegó volando y golpeó a Rengoku en la cabeza. "¡Qué golpe tan glorioso!" exclamó Rengoku, aún sonriente a pesar del impacto, aunque claramente aturdido por el dolor.

Otra pelota fue directo hacia Muichiro Tokito, quien, con su aguda percepción, desenvainó su katana justo a tiempo para cortarla en dos mitades perfectas antes de que lo golpeara. "Esto no es normal...", murmuró Muichiro, mirando las dos mitades de la pelota de golf caer al suelo.

Los pilares, alarmados y sorprendidos, comenzaron a reaccionar. Sanemi frunció el ceño y apretó los puños con frustración. "¿De dónde demonios vienen estas cosas?"

Mientras tanto, Mitsuri Kanroji, con una expresión preocupada, agregó: "¡No puede ser coincidencia! Alguien debe estar haciendo esto a propósito".

Kagaya, siempre calmado, comentó: "Esto parece una broma que está yendo demasiado lejos. Debemos investigar."

Sin perder tiempo, los héroes pro y los estudiantes de la U.A. decidieron rastrear el origen de las pelotas. Siguieron la trayectoria de los proyectiles y descubrieron que provenían de una isla donde Izuku, Evan, Kota, Katsuma, Senjuro, y Eri estaban jugando su "inocente" partida de golf.

De vuelta en la isla, el grupo seguía riéndose y disfrutando sin saber el caos que estaban causando, hasta que de repente, vieron acercarse a Hawks, todavía frotándose la cabeza dolorida, y detrás de él, una delegación de héroes y pilares listos para poner fin a la diversión descontrolada.

"¿Qué creen que están haciendo? ¡Casi me tiran del cielo!" gritó Hawks, enojado y con una mano en la espalda.

Rengoku, aún sonriendo a pesar del golpe que había recibido, comentó: "¡Jugar al golf es una gran idea, pero deben controlar su fuerza! ¡Ah! ¡Qué día más interesante!"

Muichiro, tranquilo como siempre, simplemente miró al grupo de jóvenes. "Espero que no sigan causando problemas, o no tendré más opción que cortar más pelotas en el futuro."

Mientras la situación en la finca de Rengoku se calmaba, de repente, una nueva pelota de golf voló a gran velocidad directamente hacia Tanjiro. Sin pensarlo dos veces, con sus instintos afilados por el combate, Tanjiro dio un cabezazo certero a la pelota, haciendo que rebotara y volara de vuelta, sorprendiendo a todos a su alrededor.

Zenitsu, con los ojos completamente abiertos, gritó: "¡¿Qué demonios?! ¡¿Tu cabeza está hecha de acero o qué?!"

Tanjiro, con su característica sonrisa modesta, respondió: "No es nada, solo... reflejos de entrenamiento."

Los alumnos de la Clase 1-A, que observaban desde la distancia, quedaron boquiabiertos por la hazaña. Bakugo, frunciendo el ceño, murmuró: "¿Cómo puede alguien dar un cabezazo a una pelota a esa velocidad y salir ileso?"

Midoriya estaba fascinado: "Tanjiro-san realmente tiene una resistencia impresionante. ¡Qué fuerza física tan increíble!"

Todoroki, mirando la situación con una mezcla de curiosidad y asombro, comentó: "No muchos podrían resistir un golpe así, y menos con la cabeza."

Mientras tanto, Zenitsu, aún en shock, seguía refunfuñando: "¡Yo moriría si me golpeara una pelota así! ¡Definitivamente!"

El ambiente se llenó de risas y murmullos de admiración. Incluso los pilares se miraban entre sí, impresionados por el insólito golpe de Tanjiro, mientras que Rengoku, fiel a su estilo, exclamó: "¡Qué espíritu tan ardiente, Tanjiro! ¡Tu determinación es tan fuerte como una llama!"

La situación había pasado de tensa a cómica en cuestión de segundos, y aunque todos sabían que la partida de golf de Izuku, Evan, Kota, Katsuma, Senjuro, y Eri había causado problemas, ahora no podían evitar reírse de la serie de eventos ridículos que habían sucedido.

Mientras el ambiente en la finca de Rengoku se relajaba con la inesperada comedia, Tomioka se encontraba en el borde del bosque cercano, siempre atento a cualquier amenaza. De repente, vio una figura oscura entre los árboles: era un demonio que parecía estar observando en silencio desde las sombras. Al notar la presencia hostil, Tomioka inmediatamente se preparó para atacar, desenvainando su espada con precisión.

Pero, justo cuando estaba a punto de lanzar su corte, una pelota de golf apareció de la nada, volando a toda velocidad y, en un giro completamente inesperado, impactó directamente en el cuello del demonio. En un segundo, el demonio fue decapitado por la fuerza de la pelota, y su cuerpo comenzó a desintegrarse en polvo ante los ojos de Tomioka.

Los pilares, que aún se recuperaban de los eventos en la finca, miraron asombrados la escena. Rengoku, con su usual entusiasmo, gritó: "¡Increíble! ¡Hasta una pelota de golf puede ser una herramienta para la justicia si se usa con el espíritu adecuado!"

Muichiro, que también había presenciado el momento, murmuró para sí mismo: "Esto es... simplemente surrealista."

Mitsuri dejó escapar una risa nerviosa: "¡Nunca pensé que vería algo así!"

Sanemi, cruzando los brazos, frunció el ceño y dijo: "Es ridículo, pero... efectivo."

Mientras tanto, Tomioka, aún con su típica expresión impasible, guardó su espada, claramente sin palabras por lo que acababa de presenciar. No era el tipo de evento que esperaba durante una misión de caza de demonios, pero era innegable que el demonio había sido eliminado de una manera completamente inesperada.

El resto de los pilares y los alumnos de la Clase 1-A, al enterarse de lo sucedido, quedaron boquiabiertos. Era algo que nadie hubiera predicho: una partida de golf se había convertido, de manera accidental, en una cacería de demonios exitosa.

Sanemi y Tomioka, siempre con una tensión latente entre ellos, se encontraron de pie, uno frente al otro, después del extraño incidente de la pelota de golf. No pudieron evitar que su competitividad aflorara, y lo que comenzó como una discusión sobre quién era más eficaz, rápidamente escaló en un desafío de combate.

Sanemi, con su temperamento volátil, desenvainó su espada y lanzó un gruñido: "¡Te lo demostraré de una vez, Tomioka! ¡Los cazadores de demonios somos mejores que cualquiera de esos héroes de la U.A.!"

Tomioka, siempre calmado y en control, apenas respondió con un asentimiento, desenvainando su espada también. "No tiene sentido discutir... pero si esto te calmará, adelante."

Los héroes profesionales como Hawks, Endeavor y Eraserhead, junto con los alumnos de la Clase 1-A de la U.A., formaron un círculo alrededor de ellos, intrigados por lo que estaba a punto de suceder. Izumi, Bakugo y el resto observaban con asombro cómo dos de los más poderosos Pilares del Cuerpo de Cazadores de Demonios se preparaban para un duelo amistoso pero intenso.

Sanemi cargó primero, usando su estilo de respiración del viento, desatando ráfagas violentas de viento cortante que se arremolinaban a su alrededor. Tomioka, en respuesta, adoptó una postura tranquila, invocando la serenidad de su Respiración del Agua para contrarrestar los ataques de Sanemi con movimientos fluidos y precisos.

Obanai Iguro y Muichiro Tokito observaban desde la distancia, intrigados pero sin intervenir. Obanai, con su serpiente enroscada alrededor de su cuello, susurró: "Esto va a ponerse interesante... siempre he querido ver cómo termina un duelo entre esos dos."

Muichiro, sin embargo, miraba con una expresión casi vacía, aunque en el fondo, se mantenía atento a los movimientos, siempre buscando aprender algo nuevo.

De repente, Kagaya Ubuyashiki, el líder del Cuerpo de Cazadores de Demonios, llegó con su familia. Su presencia inmediatamente calmó parte de la tensión en el aire. "Sanemi, Tomioka, ya basta," dijo Kagaya con su voz suave pero autoritaria. "No necesitamos probar nada hoy. Ya sabemos quiénes son ustedes."

Los dos cazadores detuvieron sus movimientos, pero el aire aún estaba cargado de energía. Tomioka miró a Kagaya y bajó su espada con respeto, mientras que Sanemi, con algo más de resistencia, también retrocedió, aunque aún gruñía bajo su aliento.

Kagaya sonrió levemente y miró a los héroes y a los estudiantes de la U.A., que estaban claramente impresionados. "Cazadores y héroes, debemos aprender unos de otros. Hoy hemos demostrado que, aunque vengamos de mundos diferentes, podemos ser más fuertes juntos."

Los alumnos de la U.A., junto con los héroes, no podían dejar de sentir respeto por la demostración de poder y habilidad que acababan de presenciar. Izumi susurró para sí mismo: "Ellos realmente son impresionantes... el nivel de control que tienen es asombroso."

Cuando Izuku (Evan Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai), Senjuro, y Eri (Nezuko) llegaron a la finca, comenzaron a buscar las pelotas de golf que habían lanzado con tanta fuerza. La situación aún tenía a los héroes pro y a los cazadores de demonios sorprendidos por el caos que habían causado. En ese momento, Tanjiro se acercó con una sonrisa amigable, sosteniendo cinco trozos de bambú en sus manos.

"Les tengo una oferta", dijo Tanjiro con tono juguetón. "Si se ponen estos trozos de bambú como los de Nezuko, les daré 1,000 yenes." Los ojos de los cinco se iluminaron con curiosidad y diversión.

Izuku (Evan Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai), Senjuro, y Eri (Nezuko) aceptaron el desafío con una risa. Se colocaron los trozos de bambú en sus bocas como si fueran parte de un disfraz divertido. Las chicas presentes, incluyendo a las alumnas de la Clase 1-A y las heroínas, soltaron risas suaves y miradas encantadas al ver lo adorables que se veían.

"¡Ah, qué tiernos!", exclamaron algunas de las chicas, acercándose para acariciar las cabezas de los cinco. Incluso Mitsuri Kanroji, el Pilar del Amor, no pudo resistirse y se unió, dándoles una suave palmadita a cada uno con una gran sonrisa. "¡Se ven adorables con esos bambús!"

Mientras las chicas les acariciaban la cabeza, los chicos se sonrojaron levemente, sintiendo el calor de la atención, aunque sabían que todo era en broma. Senjuro, en particular, parecía nervioso pero también divertido, sonriendo tímidamente. Eri (Nezuko), aunque estaba acostumbrada a llevar el bambú, también se rió, contagiándose de la buena vibra del momento.

Al fondo, Muichiro Tokito observaba con una ligera sonrisa, mientras que Giyu y Sanemi seguían cruzados de brazos, intentando no mostrar ninguna emoción, pero con los ojos fijos en el caos amable que se había formado. Kagaya Ubuyashiki, que había llegado con su familia, miraba con calma y serenidad, disfrutando de la escena tan pacífica y cómica que se había desarrollado.

Los héroes y los cazadores de demonios por un momento olvidaron las tensiones y se sumieron en la ligereza del momento.

Izuku (Evan Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai), Senjuro, y Eri (Nezuko), aún con los trozos de bambú en la boca, respondieron con un sonoro "Mmmm" mientras miraban a Iida, quien los estaba presionando de manera arrogante.

Iida, con su actitud siempre estricta y perfeccionista, continuó con su tono condescendiente. "¡Deberían compartir esa tecnología tan avanzada con los futuros héroes para mejorar el combate contra los villanos! ¿No creen que es su responsabilidad? ¡Ja ja ja!", soltó con una risa de arrogancia, convencido de que estaba haciendo un punto válido.

Sin poder responder verbalmente por el bambú, Izuku (Evan Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai), Senjuro, y Eri (Nezuko) se miraron entre sí, intercambiando sonrisas cómplices detrás de los trozos de bambú. Y de repente, casi en sincronía perfecta, levantaron sus manos y, sin decir una palabra, mostraron el dedo del medio a Iida. El gesto fue tan inesperado que todos los presentes se quedaron en silencio por un segundo.

Las expresiones de asombro en los rostros de los alumnos de la U.A. y de los héroes pro fueron instantáneas. Iida, al darse cuenta de lo que acababa de suceder, retrocedió un poco, completamente escandalizado. "¡Eso es inaceptable! ¡Es un comportamiento totalmente inapropiado para quienes aspiran a ser héroes!", exclamó, agitando los brazos frenéticamente.

Mientras tanto, los demás héroes y cazadores de demonios no pudieron contener la risa. Incluso Tengen Uzui, el Pilar del Sonido, soltó una carcajada fuerte, admirando el atrevimiento del grupo. "¡Eso sí que fue llamativo!", dijo, con su usual entusiasmo.

Eri (Nezuko), aunque tenía el bambú en la boca, seguía riendo a través de sus ojos, disfrutando de la reacción de Iida y de la manera en que ella y los demás habían manejado la situación.

Kagaya, observando desde la distancia, no podía evitar sonreír sutilmente ante la ligereza del momento.

Isouke, con su típica arrogancia, se cruzó de brazos y declaró con desdén: "Así que los héroes creen que son tan geniales. ¡Yo, el rey de las montañas, derrotaría a ese cuatro ojos fácilmente, igual que con el apodo de Tanjiro!" Su actitud desafiante hizo que algunos se rieran, mientras otros lo miraban con incredulidad.

Kagaya, manteniendo su serenidad habitual, intervino para establecer la estructura del entrenamiento. "Los que no son arrogantes serán entrenados por los pilares. Pero tú, Iida, y Bakugo, seréis entrenados por Sanemi." Su tono era firme, pero con una ligera sonrisa en sus labios.

Zenitsu, con su habitual nerviosismo, levantó la mano y dijo: "¡No! Ese tipo los destrozará, no tendrá piedad en absoluto." Su preocupación por sus amigos era genuina, pero no podía evitar que su voz temblara.

Kagaya asintió, sabiendo que las cosas podían volverse difíciles para ellos. "Kirshima y Tetsutetsu serán entrenados por el Pilar de la Roca." Hizo una pausa para asegurarse de que todos comprendieran la importancia del entrenamiento que se les venía.

Con una mirada decidida, Kagaya continuó, "Cada uno de ustedes será entrenado por un Pilar. Tú, Izumi, serás entrenado por Muichiro." Las palabras resonaron en el aire, y algunos comenzaron a murmurar entre sí, emocionados por la idea de aprender de los más fuertes.

"Kagaya dijo que Tokoyami y Shoto serán entrenados por Obanai," agregó, señalando a los dos chicos que se veían nerviosos pero emocionados ante la idea de estar bajo la tutela de uno de los pilares.

Finalmente, Kagaya miró a las chicas con una sonrisa. "Y todas ustedes, serán entrenadas por Mitsuri. Estoy seguro de que aprenderán mucho de ella." Las chicas comenzaron a hablar entre ellas, emocionadas por el entrenamiento que les esperaba.

La atmósfera era de expectación y emoción, cada uno de los estudiantes sabía que este entrenamiento podría cambiar el rumbo de sus habilidades y su futuro como héroes o cazadores de demonios. La risa y la arrogancia de Isouke se desvanecieron, reemplazadas por una creciente seriedad mientras se preparaban para lo que estaba por venir.

Izuku, Evan (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai), Senjuro y Eri (Nezuko) se quedaron con sus bambúes en la boca, mirándose entre ellos con sorpresa cuando Aizawa apareció de repente, acompañado por los nueve pilares y Kagaya. El ambiente se volvió tenso y expectante al instante.

Aizawa, con su expresión característica de cansancio, les lanzó una mirada de evaluación y dijo: "Al fin te entrenamos muy bien. ¿Cuántos demonios eliminaste, Aizawa?"

"620 demonios," respondió Aizawa con una calma que sorprendió a todos.

Los alumnos se quedaron boquiabiertos, procesando la revelación de que su profesor era un cazador de demonios. El murmullo comenzó a correr entre ellos.

"¿Aizawa es un cazador de demonios?" preguntó uno de los alumnos de 1-A, aún sin poder creerlo.

"¡620 demonios! ¿Cómo es posible?" añadió otro, visiblemente impresionado.

Los pilares intercambiaron miradas de respeto hacia Aizawa. Muichiro fue el primero en romper el silencio. "Eso es impresionante. Sabía que eras fuerte, pero no tanto."

Kagaya sonrió con orgullo. "Aizawa ha sido un aliado valioso en nuestra lucha contra los demonios. Su habilidad es comparable a la de los mejores cazadores."

Eri, que había estado escuchando atentamente, miró a Aizawa con admiración. "¡Wow, Aizawa-sensei! Eso es increíble. ¡Eres un verdadero héroe!"

Izuku y los demás también expresaron su asombro, y Evan (Rui Ayaki) no pudo evitar sentir un atisbo de respeto por Aizawa. "Si él pudo eliminar tantos demonios, entonces debemos esforzarnos aún más en nuestro entrenamiento," comentó.

"Vamos, todos," dijo Aizawa, tomando la delantera. "Si quieres convertirte en un verdadero cazador de demonios, necesitarás entrenamiento riguroso. Están a punto de enfrentarse a desafíos que nunca imaginaron."

Mientras seguían a Aizawa y los pilares, la emoción y la anticipación llenaron el aire. Cada uno de ellos sabía que este sería un momento decisivo en su camino como héroes.

Aizawa abrazó a Izuku, Evan (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai) y Eri (Nezuko) con fuerza, demostrando un afecto inesperado. Luego, se volvió hacia Senjuro, quien estaba un poco sonrojado, y lo incluyó en el abrazo, tratándolo como a un hijo.

Toshinori, Endeavor, Mirko, Hawks, Present Mic y Nezu observaron la escena, completamente sorprendidos. La revelación de que Aizawa era el décimo pilar no era algo que esperaban. Mirko levantó una ceja, claramente intrigada. "¿Desde cuándo Aizawa se ha convertido en un pilar? Esto es nuevo."

"Es increíble," murmuró Present Mic. "Aizawa siempre ha sido un enigma, pero ser un pilar... eso es impresionante."

Mientras los murmullos de sorpresa llenaban el aire, Aizawa dirigió su atención a Kagaya. "Los vigilantes The Crawler, Pop☆Step y Knuckleduster han estado entrevistando a varios villanos sobre Muzan. Uno de ellos reveló que Muzan creó seis nuevas Lunas Inferiores para capturar a Izuku, Evan, Kota, Katsuma, Senjuro y Eri. Quiere su tecnología y controlarlos."

La revelación dejó a todos boquiabiertos. Toshinori fue el primero en reaccionar, frunciendo el ceño. "Eso es un gran problema. No podemos permitir que Muzan tenga acceso a esa tecnología."

Endeavor asintió. "Debemos prepararnos. Si quiere capturarlos, eso significa que está planeando algo grande."

Los ojos de Mirko brillaron con emoción. "¡Esto es una oportunidad para aplastarlo! No podemos dejar que se salga con la suya."

Sin embargo, la mayoría de los presentes miraron a Izuku, Evan, Kota, Katsuma, Senjuro y Eri, esperando su reacción. A pesar de que la noticia sorprendió a los demás, los cinco amigos parecían más relajados de lo que deberían.

"Ya sabíamos que Muzan estaba detrás de nosotros," dijo Evan (Rui Ayaki) con una sonrisa confiada. "Pero no tenemos miedo. Estamos listos para enfrentarlo."

Eri asintió enérgicamente. "Sí, hemos enfrentado muchas cosas juntos. No vamos a dejar que nos controlen."

La determinación en sus ojos inspiró a los demás. Aizawa, sintiéndose orgulloso, miró a Kagaya. "Debemos actuar rápidamente. Si Muzan tiene un plan, no podemos quedarnos de brazos cruzados."

Kagaya asintió. "Entonces es hora de reunir a todos los pilares y trazar un plan. No dejaremos que Muzan nos derrote."

Con ese espíritu, todos comenzaron a prepararse para lo que sería una nueva y peligrosa confrontación.

Los héroes pro y los alumnos de la U.A. estaban visiblemente sorprendidos por la revelación de Aizawa sobre Muzan y sus 12 Lunas Demoníacas. La magnitud de la amenaza era abrumadora, y todos comprendieron que no estaban tratando solo con un villano común.

Toshinori, ajustándose las gafas, fue el primero en hablar. "¿12 Lunas Demoníacas? Eso suena mucho más complicado de lo que pensábamos. Necesitaremos un plan sólido."

Endeavor, con una expresión seria, añadió: "No podemos subestimar a Muzan ni a sus Lunas. Cada uno de ellos tiene habilidades únicas y son extremadamente poderosos. Si Aizawa pudo derrotar a Muzan, eso significa que también hay una forma de vencer a las Lunas."

Mirko, con su energía habitual, comentó con una sonrisa desafiante: "Entonces, ¿qué estamos esperando? ¡Vamos a hacer un plan de ataque! Estoy lista para darles una buena paliza."

Los alumnos de la U.A. se miraban entre sí, compartiendo la mezcla de temor y determinación. Izuku levantó la mano, interrumpiendo las conversaciones. "Si Aizawa ha derrotado a Muzan, eso significa que nosotros también podemos hacerlo. Pero necesitamos entrenar y prepararnos juntos. ¡No podemos permitir que nos dividan!"

mirko asintió con fervor. "¡Sí! Si unimos nuestras fuerzas, podemos enfrentarlos y proteger a nuestros seres queridos!"

shoto, siempre tranquilo, añadió: "No debemos olvidar la importancia de la estrategia. Debemos conocer a nuestros enemigos y sus debilidades."

izumi, sintiéndose un poco asustada pero decidida, dijo: "¿Podemos trabajar juntos? Todos somos fuertes a nuestra manera, y juntos somos más poderosos."

Los pilares miraron a los jóvenes, sintiendo la energía y la determinación en sus palabras. Kagaya sonrió y se dirigió a todos. "Exactamente. Cada uno de ustedes tiene un papel que desempeñar en esta lucha. No estamos solos en esto; somos un equipo."

Con la resolución en el aire, los héroes pro y los alumnos comenzaron a hacer planes. Se organizaron en grupos, cada uno asignado a tareas específicas para prepararse para la próxima batalla. Sabían que enfrentarse a Muzan y a sus 12 Lunas Demoníacas sería una tarea monumental, pero su determinación de proteger a aquellos que amaban les daba fuerzas.

Obanai, observando la camaradería que se formaba, comentó a Muichiro: "Me gusta ver a estos jóvenes tan motivados. Están listos para luchar."

Muichiro, en su habitual tono sereno, respondió: "La juventud trae consigo una energía que puede ser muy poderosa. Debemos guiarlos para que puedan aprovechar ese potencial."

La situación se volvió tensa en un instante. Izuku, Evan (Rui Ayaki), Kota (Enmu) y Katsuma (Kyogai) se miraron entre sí, el peso de su pasado volviendo a aplastarlos. Sin una palabra más, decidieron que no podían quedarse y enfrentarse a la realidad que los perseguía. Comenzaron a correr, dejando a Senjuro detrás, quien, alarmado, intentó alcanzarlos.

Senjuro gritó, "¡Espera! ¡No pueden huir de esto! ¡Tienen que enfrentarlo!" Pero sus palabras se perdieron en el aire mientras sus amigos desaparecían de su vista.

Los pilares, héroes pro y alumnos de la U.A. miraban con sorpresa y preocupación. No sabían cómo responder a la huida de los jóvenes. Tanjiro, que había luchado contra Kota y Kyogai en el pasado, sintió una punzada en el corazón. Había eliminado a esos amigos, pero nunca había imaginado que un día se verían así, tan perdidos y atormentados.

Tomioka, quien había tenido su propia batalla contra Rui Ayaki, estaba igualmente afectado. Recordaba el momento en que había tenido que acabar con la vida de Rui, sintiendo que había hecho lo correcto, pero ahora se preguntaba si realmente había salvado a alguien o simplemente había destruido una parte de ellos.

"¿Qué hemos hecho?", murmuró Tanjiro, mientras se acercaba a Tomioka. "Luchamos contra ellos, pero nunca pensamos en lo que pasaría después. No se merecen esto... no después de todo lo que han pasado."

Tomioka asintió, su mirada perdida en el horizonte. "Lo sé. Pero ahora deben enfrentarse a sus demonios, literalmente. No podemos dejar que su pasado los consuma de nuevo."

Kagaya, viendo la angustia en los rostros de los pilares y héroes, intentó aportar claridad. "Debemos encontrarlos y ayudarles a enfrentar lo que sienten. Ellos necesitan nuestro apoyo, no solo en la batalla, sino en su viaje personal hacia la redención."

Mirko se cruzó de brazos, decidida. "Entonces no perdamos más tiempo. ¡Vamos a encontrarlos! No podemos dejar que huyan de su verdadero potencial."

Con la determinación renovada, los pilares y los héroes pro comenzaron a organizarse para buscar a Izuku Evan, Kota y Katsuma, dispuestos a demostrarles que había un camino hacia la redención, y que no estaban solos en su lucha. Senjuro, por su parte, se unió a la búsqueda, comprometido a alcanzar a sus amigos y guiarlos de regreso.

Mientras Izuku Evan (Rui Ayaki), Kota (Enmu) y Katsuma (Kyogai) se escondían en la cueva, la realidad de su pasado los abrumaba. Lloraban, dejando que las emociones reprimidas fluyeran. Recordaban las atrocidades que habían cometido, el dolor que habían causado, y cómo habían sido eliminados por aquellos a quienes una vez consideraron enemigos.

Senjuro, al ver a sus amigos en ese estado tan vulnerable, sintió su corazón romperse. Sin pensarlo dos veces, se acercó a ellos y los abrazó con fuerza. "No están solos", susurró con ternura. "Siempre estaré aquí para ustedes."

Con un gesto rápido, Senjuro cerró la entrada de la cueva con un poco de chatarra, creando un refugio seguro. Los cuatro se acurrucaron juntos, sintiendo la calidez y el apoyo de su amigo en medio de su dolor.

Afuera, los héroes, alumnos y pilares se detenían ante una imponente montaña de chatarra. Tanjiro se acercó, observando atentamente. "¿Están aquí?", preguntó, con una mezcla de preocupación y esperanza en su voz.

Kagaya asintió. "Podrían estar escondidos dentro. Debemos ser cautelosos y mostrarles que no venimos a lastimarlos."

Tomioka y Sanemi intercambiaron miradas serias. "Si están dentro, tenemos que encontrar la manera de acercarnos sin asustarlos", dijo Sanemi.

Mientras tanto, en la cueva, Evan respiró profundamente y trató de calmarse. "No sé si podemos enfrentar todo esto", murmuró, sus ojos aún llenos de lágrimas. "Siento que hemos fallado en todo."

Kota le dio una ligera palmadita en la espalda. "No estamos solos, como dijo Senjuro. Tenemos que encontrar una manera de seguir adelante, juntos."

Katsuma se secó los ojos. "Sí, no podemos dejar que nuestro pasado nos defina. Debemos luchar por un futuro diferente."

Senjuro sonrió levemente, animado por sus palabras. "Exacto. Cualquiera que sea nuestro pasado, podemos cambiar nuestro futuro. Estoy aquí con ustedes, siempre."

Mientras tanto, los héroes comenzaron a discutir cómo abordar la montaña de chatarra. Mitsuri sugirió suavemente: "Podríamos intentar hablar con ellos desde fuera, hacerles saber que nos preocupamos. No queremos que se sientan amenazados."

Los demás estuvieron de acuerdo y se prepararon para hacer contacto con Izuku, Evan, Kota y Katsuma, con la esperanza de que pudieran escucharlos y abrirse a la posibilidad de un nuevo comienzo.

Los héroes, alumnos y pilares observaron el depósito de chatarra, lleno de vehículos viejos y descompuestos. Era un lugar perfecto para esconderse, pero también un recordatorio de lo que alguna vez habían sido. Izuku, Evan (Rui Ayaki), Kota (Enmu) y Katsuma (Kyogai) sintieron el pánico apoderarse de ellos y se movieron más profundo en la cueva, buscando refugio y seguridad. Senjuro los acompañó, intentando calmar sus nervios.

Tanjiro, con su agudo sentido del olfato, pudo percibir el miedo que emanaba de la cueva. "Los encontré", dijo con determinación, acercándose a la entrada. Se detuvo, sintiendo la tensión en el aire. "No tienen que tener miedo. No venimos a hacerles daño", declaró, tratando de tranquilizarlos.

Los héroes y alumnos se miraron entre sí, sorprendidos por la habilidad de Tanjiro para detectar a sus amigos ocultos. "¿Cómo supiste que estaban aquí?", preguntó Katsuki, claramente impresionado.

Tanjiro sonrió. "Mi olfato me dice que están asustados. Debemos hablar con ellos y hacerles saber que no están solos."

Mientras tanto, Izuku, Evan, Kota y Katsuma se miraron entre sí, sintiendo la presión del momento. Senjuro, tratando de suavizar la situación, dijo: "Escuchen, están aquí para ayudar. Confíen en ellos."

Afuera, los héroes comenzaron a murmurar entre ellos. Mitsuri sugirió: "Podríamos compartir nuestras propias historias, mostrarles que también hemos enfrentado el miedo y el dolor."

Tanjiro asintió. "Eso es. Tal vez si les contamos lo que hemos pasado, se sientan más cómodos."

Aizawa, observando la escena, decidió intervenir. "Chicos, seamos sinceros y abiertos. Nadie los juzgará aquí. Ustedes son más que su pasado. Todos hemos tenido momentos oscuros."

Con un gesto amable, se acercó un poco más a la entrada de la cueva. "Estamos aquí para apoyarlos, no para hacerles daño. Ustedes son parte de este equipo ahora, y queremos que lo sientan."

Dentro de la cueva, Izuku y los demás se miraron. La voz de Tanjiro resonaba en sus corazones. "¿Deberíamos hablar con ellos?" preguntó Kota, un poco más tranquilo.

"Sí", respondió Evan. "Tal vez esto pueda ser un nuevo comienzo."

Senjuro sonrió y asintió. "Vamos a salir y darles una oportunidad. No podemos seguir huyendo."

Finalmente, los cuatro amigos se reunieron, tomando una respiración profunda antes de salir de la cueva, dispuestos a enfrentar sus temores y abrirse a una nueva posibilidad.

Izuku, Evan (Rui Ayaki), Kota (Enmu) y Katsuma (Kyogai) se adentraron aún más en el centro de la montaña de chatarra, sintiendo la necesidad de esconderse del mundo exterior y de las miradas curiosas. El miedo y la confusión los envolvieron, y en un rincón oscuro y seguro, se abrazaron, tratando de encontrar consuelo entre ellos.

Mientras tanto, Senjuro decidió que era el momento de salir y enfrentar a los demás. Con determinación, se acercó a la entrada de la cueva y dijo con voz firme: "No van a salir, ¡no mientras estén asustados! Ustedes son fuertes, y no tienen que esconderse."

Sin embargo, sus amigos, sintiendo la presión de la situación, se acurrucaron aún más, intentando ignorar la voz de Senjuro. "¿Por qué tienen que hacer esto?", murmuró Kota. "No podemos enfrentarlos. Ellos son... son los pilares, son más fuertes que nosotros."

Evan asintió, con la mirada baja. "No queremos volver a ser lo que éramos. Ya no somos demonios. No podemos volver a esa vida."

Senjuro, sintiendo la tristeza de sus amigos, intentó encontrar las palabras adecuadas. "No se trata de volver a esa vida. Se trata de enfrentar lo que hemos sido y encontrar un camino hacia adelante. Ustedes no están solos en esto. Estoy aquí para apoyarlos."

Mientras tanto, afuera, los héroes, alumnos y pilares intercambiaban miradas preocupadas. Tanjiro se acercó más a la entrada de la cueva y, con una voz suave, dijo: "Sabemos que están ahí. No los estamos atacando. Solo queremos hablar. No los juzgaremos. Ustedes son parte de esta familia, y queremos ayudarlos."

Aizawa añadió: "No hay razón para temer. Todos hemos tenido experiencias difíciles. Entendemos el miedo. Pero ahora tienen la oportunidad de comenzar de nuevo."

Dentro de la cueva, la voz de Tanjiro resonó en el corazón de Izuku, Evan, Kota y Katsuma. Evan miró a los demás y dijo: "¿Y si lo intentamos? Tal vez podamos darles una oportunidad."

Kota suspiró y, aunque aún dudoso, asintió. "De acuerdo, pero solo si estamos juntos en esto."

Finalmente, con un poco más de confianza, Senjuro hizo un gesto hacia la salida. "Vamos, salgan. No están solos en esto. Juntos, podemos enfrentar lo que venga."

Con un último vistazo entre ellos, los cuatro amigos decidieron dar el primer paso hacia el exterior, listos para enfrentar lo desconocido con la esperanza de un nuevo comienzo.

Eri (Nezuko), con una sonrisa traviesa, se acercó a Tanjiro y puso las tres cajas iguales en el suelo. "Mira lo que traigo", dijo con entusiasmo, haciendo que todos los ojos se centraran en ella.

Tanjiro recordó un momento del pasado. "Sí, me acuerdo cuando te metías en esas cajas para protegerte del sol. ¡Eras tan astuta, Nezuko! Siempre encontrabas la forma de esconderte."

Eri (Nezuko) asintió, riendo suavemente. "Era mi manera de mantenerme a salvo. A veces, incluso me las arreglaba para quedarme dormida en ellas."

Senjuro miró las cajas con curiosidad. "¿Por qué trajiste tres? ¿Para qué son?"

Eri (Nezuko) sonrió aún más y explicó: "Pensé que podríamos hacer algo divertido. Estas cajas son como las que usaba Tanjiro, pero son más grandes. Pueden ser refugios o incluso una forma de jugar. Podemos ver quién puede quedarse dentro más tiempo sin salir."

Izuku, Evan (Rui Ayaki), Kota (Enmu) y Katsuma (Kyogai) se miraron entre sí, sintiendo que la idea de Eri podría ser una buena manera de romper el hielo. Katsuma dijo: "Eso suena divertido. Podría ser una buena manera de distraernos de todo lo que ha pasado."

Tanjiro se rió, recordando los momentos en que Nezuko se escondía en su caja. "¡Está bien! Pero hay que asegurarnos de que todos estén a salvo. Después de todo, no quiero que nadie se asuste."

Los demás asintieron, y Eri (Nezuko) empezó a explicar las reglas. "Vamos a jugar a un juego de escondidas. El que esté en la caja tiene que permanecer en silencio, y el resto tiene que intentar encontrarlo. Si alguien se encuentra, el que está en la caja tiene que salir y buscar un nuevo lugar."

Así, el grupo comenzó a divertirse, riendo y disfrutando de un momento de alegría en medio de la confusión y la tensión. Aunque había cicatrices del pasado, este momento les permitió acercarse y recordar que, incluso en las situaciones más oscuras, siempre había espacio para la luz y la diversión.

Aizawa miró las cuatro cajas con una mezcla de preocupación y afecto. Sabía que Izuku, Evan (Rui Ayaki), Kota (Enmu) y Katsuma (Kyogai) necesitaban un poco de tiempo para relajarse y procesar sus sentimientos, pero no podía dejar que se quedaran en una montaña de chatarra.

"Chicos, tienen que salir de ahí", dijo Aizawa, mirando hacia las cajas. "No podemos quedarnos aquí para siempre. Deben enfrentar sus miedos, pero también tienen que estar a salvo."

Mientras colocaba las cajas en la parte trasera de su camioneta, Senjuro se quedó atrás, preocupado por sus amigos. Se sintió culpable por no haber podido ayudarles a lidiar con sus emociones. Con una expresión decidida, decidió que no iba a dejar que se quedaran en el pasado. Tenía que encontrar la manera de guiarlos hacia la esperanza.

"Voy a quedarme con ellos", dijo Senjuro a Aizawa, mientras se acercaba a la montaña de chatarra. "No quiero que se sientan solos."

Aizawa asintió, comprensivo. "Está bien, pero no te alejes demasiado. Estaremos cerca si nos necesitas." Con eso, se dirigió a la camioneta y se aseguró de que los demás estuvieran listos para irse.

Senjuro se arrodilló junto a las cajas y habló suavemente. "Chicos, sé que están asustados. Pero no están solos. Siempre estaremos aquí para apoyarlos."

Dentro de las cajas, Izuku, Evan, Kota y Katsuma se miraron entre sí, sintiéndose un poco más reconfortados por las palabras de Senjuro. Sabían que, a pesar de su pasado, aún tenían un futuro por delante y personas que se preocupaban por ellos.

Finalmente, Izuku rompió el silencio. "Senjuro, ¿podrías abrir la caja un poco? No puedo respirar bien aquí adentro."

Senjuro sonrió y se puso de pie, abriendo ligeramente una de las cajas. "Está bien, pero solo un poco. No quiero que salgan de aquí hasta que estén listos."

Los demás asintieron, sintiendo que, aunque tenían que enfrentar su pasado, también podían encontrar consuelo y amistad en el presente. Mientras tanto, Aizawa y los héroes se preparaban para llevarlos a un lugar donde pudieran sentirse seguros y empezar a sanar.

Aizawa, al ver a Evan (Rui Ayaki), Kota (Enmu) y Katsuma (Kyogai) durmiendo en la cama en sus bragas moradas, no pudo evitar un suspiro. Aunque la situación era extraña, lo importante era que finalmente estaban en un lugar seguro y, por lo menos, estaban descansando.

Aizawa se quedó mirando a los chicos mientras dormían, asegurándose de que estuvieran cómodos y protegidos. Se sintió aliviado al ver que finalmente parecían más tranquilos. La cama era lo suficientemente grande para que todos se acomodaran, y su apariencia relajada le dio un poco de paz.

"Sí, están dormidos", respondió Aizawa con un tono suave pero firme, tratando de evitar que los demás interrumpieran su descanso. "Han pasado por mucho y necesitan tiempo para recuperarse. No quiero que los molesten."

Los pilares, los héroes y los alumnos de la U.A. intercambiaron miradas de sorpresa y comprensión. Tengen, el Pilar del Sonido, rompió el silencio. "Nunca pensé que Aizawa se preocupara tanto por ellos. ¿Está realmente en su modo de padre ahora?"

Shinobu sonrió. "Creo que está haciendo lo que cree que es mejor para ellos. Todos necesitamos un poco de apoyo a veces."

Tanjiro, recordando el sufrimiento de sus amigos, asintió. "Es cierto. Debemos dejar que descansen. Todos hemos tenido nuestros propios momentos difíciles."

Nezuko, quien estaba cerca de ellos, miró hacia las cajas, sintiendo un fuerte vínculo con sus amigos. "Ellos necesitan esto. Este tiempo para relajarse es importante."

Mitsuri, emocionada por el cuidado de Aizawa, dijo: "Es lindo ver cómo se cuidan entre ellos. Son como una pequeña familia."

Kagaya, observando desde un rincón, sonrió con satisfacción. "La familia es lo más importante. Espero que con el tiempo, puedan encontrar la paz que tanto necesitan."

Con eso, todos decidieron mantener el silencio y darles el espacio que merecían. Mientras tanto, Aizawa se acomodó en una silla cercana, decidido a vigilar a los chicos y asegurarse de que tuvieran una buena noche de sueño.

Los héroes y los alumnos de la U.A. escucharon atentamente a Aizawa mientras compartía su experiencia. Su voz, llena de emoción y frustración, resonó en la habitación.

"Sí, yo salvé a Izuku, a Evan (Rui Ayaki), a Kota (Enmu) y a Katsuma (Kyogai), así como a Eri Nezuko. Cuando destruyeron el laboratorio, estaban atrapados en medio de todo ese desastre. Yo los cuidé, les di un hogar y los llevé a la U.A. Pero después, las cosas se salieron de control en la USJ, y ese maldito ministro de héroes quería usarlos como armas."

La tensión en el ambiente aumentó mientras Aizawa recordaba los momentos difíciles. "All Might me dejó inconsciente, y en ese momento, me llevaron a mí, a Evan, a Kota y a Katsuma, así como a Eri Nezuko, de regreso al laboratorio. Fue la Liga de Villanos quienes nos salvaron. Sin ellos, no sé qué habría pasado."

Toshinori (All Might) se sintió culpable. "Lo siento, Aizawa. Si hubiera estado más alerta, tal vez las cosas habrían sido diferentes. Nunca quise que eso les ocurriera a ellos."

Endeavor, con su habitual seriedad, intervino. "Debemos encontrar una manera de asegurarnos de que no vuelvan a ser utilizados como herramientas por el sistema. Necesitamos protegerlos y darles el apoyo que necesitan."

Shinobu asintió. "Tienen derecho a vivir sin el peso de ser considerados armas. Ellos son mucho más que eso."

Tanjiro se acercó a Aizawa, mostrando empatía. "Es admirable que hayas estado allí para ellos. Todos merecen un lugar seguro y un sentido de pertenencia."

Kagaya miró a Aizawa con respeto. "Gracias por cuidar de ellos y por asegurarte de que estén a salvo. Esa es la verdadera esencia de ser un héroe."

Aizawa asintió, sintiéndose algo reconfortado por el apoyo de los demás. "Haremos todo lo posible para asegurarnos de que encuentren su camino y que nunca más sean tratados como objetos. Tienen un futuro por delante, y lo protegeremos."

Mientras todos reflexionaban sobre la situación, se sintió un nuevo sentido de unidad entre ellos, decididos a defender a aquellos que habían pasado por tanto.


William, Mike, Elizabeth y Gregory estaban sentados en la sala de estar, una atmósfera tensa en el aire mientras discutían el pasado de Gregory y su conexión con Izuku (Rui Ayaki).

William rompió el silencio. "Nunca me arrepentí de vender a Izuku Evan. Era una cuestión de supervivencia. Ese doctor mencionó a All For One, y sabía que si no tomaba una decisión, todos estaríamos en peligro."

Gregory, que había escuchado la historia muchas veces, sintió una mezcla de emociones. "Pero... ¿realmente creías que era lo correcto? Era un niño, William. ¿Cómo pudiste hacer algo así?"

William lo miró con dureza. "Lo hice para protegerte. Izuku tenía habilidades que lo hacían un objetivo, y All For One lo quería por su don. Tenía tres quirks: Arañar, crear hilos afilados, y una inteligencia sobrehumana. Además, era inmortal. Si lo mantenía con nosotros, lo que podría haberle pasado nos habría afectado a todos."

Mike intervino, tratando de mediar. "No estoy diciendo que fuera la mejor decisión, pero en ese momento, William estaba pensando en la supervivencia. No había otra opción."

Elizabeth, que había permanecido en silencio, finalmente habló. "¿Y qué hay de la vida de Izuku? No había nada que pudiera hacer para protegerlo, y tú lo entregaste a un villano. Eso no es algo que se pueda justificar."

Gregory sintió que la tensión aumentaba, pero se mantuvo firme. "No puedo seguir pensando en eso. Soy parte de esta familia ahora, y necesito aceptar lo que sucedió, pero también necesito saber quién soy realmente."

William suspiró, sintiendo el peso de sus decisiones pasadas. "Lo que hicimos, lo hicimos por razones que en ese momento parecían válidas. Pero ahora que hemos visto cómo han cambiado las cosas, quizás sea hora de encontrar una manera de redimirnos."

Gregory lo miró, sorprendido. "¿Redimirse? ¿Cómo puedes pensar en eso después de lo que hiciste?"

William asintió, reconociendo la lucha interna de Gregory. "Porque todos merecen una segunda oportunidad, incluso nosotros. Y si hay alguna forma de ayudar a Izuku, debemos hacer todo lo posible para lograrlo."

La conversación dejó a todos reflexionando sobre sus decisiones, el pasado que los unía y la necesidad de reparar los errores que habían cometido.

William se pasó la mano por el cabello, su expresión grave mientras recordaba.

William: "No solo Izuku Evan, también Kota y Katsuma fueron víctimas de esta cruel realidad. Ambos tenían habilidades excepcionales que los hacían altamente deseables para cualquier villano que buscara obtener poder. Kota podía controlar los sueños, y Katsuma tenía la habilidad de alterar la realidad dentro de una casa con sus tambores. Sus poderes eran impresionantes, y, sin embargo, sus padres decidieron venderlos."

La sala se llenó de un silencio tenso. Gregory, al escuchar los nombres de Kota y Katsuma, sintió un nudo en el estómago.

Gregory: "¿Pero qué pasó con ellos? ¿Saben si están bien?"

William: "Lo último que escuché fueron rumores sobre experimentos. No sé si sobrevivieron a lo que les hicieron. Las organizaciones que se encargan de este tipo de cosas no suelen ser amables. Solo intentan aprovecharse de sus habilidades."

Mike: "Es desgarrador. No podemos quedarnos de brazos cruzados mientras Izuku, Kota y Katsuma sufren por nuestras decisiones. Necesitamos encontrar la manera de rescatarlos, o al menos averiguar qué les pasó."

Elizabeth: "¿Pero cómo? ¿Quiénes somos nosotros para enfrentarnos a esos villanos?"

William: "Quizás no seamos héroes, pero podemos intentar arreglar nuestras propias miserias. Necesitamos reunir información, hablar con aquellos que podrían saber más. Y si es posible, encontrar a Kota y Katsuma. Tal vez aún haya una oportunidad para ellos."

Gregory asintió, sintiéndose más decidido. "Quiero ayudar. Quiero que sepan que no están solos. No lo merecen."

La conversación se desvió hacia la planificación, con la esperanza de que pudieran redimir sus pasados y encontrar una forma de rescatar a sus amigos. Mientras tanto, William se dio cuenta de que su camino hacia la redención no solo dependía de ellos, sino también de las decisiones que tomarían para cambiar el rumbo de sus vidas.

William se quedó parado, su mente procesando la información que Gregory acababa de soltar. La revelación sobre los chicos y su conexión con el mundo del entretenimiento 18+ no solo era sorprendente, sino que también parecía implicar una complejidad aún mayor en sus vidas.

William: "¿Qué? ¿Evan, Kota, Katsuma y Eri Nezuko son actores y modelos en esa industria? Eso no tiene sentido. ¿Por qué estarían en un lugar así si tienen poderes tan impresionantes?"

Gregory: "Lo sé, suena loco, pero las noticias son claras. Y lo más inquietante es que, a pesar de ser nomus, todavía tienen sus dones originales y múltiples quirks. Eso significa que no han perdido su humanidad completamente, lo cual es un buen signo."

Mike: "Esto puede ser una oportunidad para encontrarlos. Si son modelos y actores, tal vez haya una manera de acercarnos a ellos. Podríamos investigar más sobre esa industria y averiguar cómo están. Pero también significa que probablemente estén en peligro, rodeados de personas que podrían querer explotarlos."

Elizabeth: "Necesitamos ser cuidadosos. Si son realmente nomus, podrían estar bajo el control de alguien, y no sabemos qué tipo de situaciones han enfrentado. No podemos arriesgarnos a que se lastimen más."

William: "Entonces nuestra misión es clara: encontrar a Evan, Kota, Katsuma y Eri Nezuko. Necesitamos saber cómo están y si podemos ayudarles a salir de esa vida. No podemos permitir que su pasado defina su futuro."

Gregory se sintió aliviado de tener un objetivo, algo en lo que concentrarse. Sabía que sería un camino difícil, pero con la determinación de ayudar a sus amigos, estaba dispuesto a enfrentar cualquier obstáculo que se presentara.

Gregory: "Vamos a empezar a investigar y a buscar pistas sobre dónde pueden estar. No importa lo que cueste, los vamos a encontrar."

Con ese espíritu de determinación, el grupo se preparó para actuar, conscientes de que el camino hacia la redención no solo se trataba de ellos, sino también de aquellos que una vez habían sido como ellos, atrapados en circunstancias que no habían elegido.

Gregory no pudo evitar soltar una risa al pensar en la situación. Con su habitual sentido del humor, decidió hacer una broma para aliviar la tensión.

Gregory: "Bueno, parece que Izuku, Evan (Rui Ayaki), Kota (Enmu) y Katsuma (Kyogai) tienen un cuerpazo, ¡y esas prendas interiores de bragas son algo de otro mundo! Estoy seguro de que hasta Mineta y Denki de la U.A habrían gastado todo su dinero solo para estar cerca de ellos. ¡Imagina la fila de fans!"

William: "¡No me digas que esos dos se quedaron sin dinero por eso! Mineta y Denki no tienen límites cuando se trata de cosas así. ¡Seguramente nunca pensaron que su dinero se iría en fotos de sus 'héroes'!"

Gregory: "Sí, al parecer, cuando vieron a Evan, Kota y Katsuma en el parque acuático, se volvieron locos. Escuché que hasta se formó una cola para conseguir fotos con ellos. ¡Los chicos no solo son fuertes, también tienen su atractivo!"

Mike: "No puedo creer que gastaran tanto dinero por unas fotos. ¡Deberían haberlo usado para algo más inteligente! Aunque, por otra parte, eso podría ser un buen indicativo de cuán populares se han vuelto."

Elizabeth: "Lo curioso es que, si se están haciendo famosos, tal vez también tengan un gran grupo de seguidores que podrían estar al tanto de su situación. Si logramos encontrar esa información, podríamos tener una pista sobre su paradero."

William: "No hay duda de que necesitan ayuda. Si Mineta y Denki están tan interesados en ellos, tal vez podamos usar eso a nuestro favor. Pueden servir como un enlace para comunicarnos con los chicos."

Gregory sonrió, sabiendo que a pesar de la gravedad de su situación, siempre había espacio para una buena broma que aliviara la tensión.

Gregory: "Bueno, tal vez deberíamos empezar a investigar sobre el parque acuático y cómo podemos acercarnos a los seguidores de Evan, Kota y Katsuma. Pero no olvidemos a esos dos. ¡Podrían ser útiles para nuestro plan!"

Así, con un nuevo objetivo en mente y una chispa de humor para iluminar el camino, el grupo se preparó para su próxima misión. Sabían que no sería fácil, pero con la determinación de encontrar a sus amigos, estaban listos para cualquier desafío.

Tanjiro caminaba con paso decidido, disfrutando de la brisa del día, cuando se encontró con William, Mike, Gregory y Elizabeth. Los vio conversando animadamente, pero algo en la actitud de Zenitsu llamó su atención. Zenitsu estaba pálido, temblando y murmurando.

Zenitsu: "¡Voy a morir! No puedo casarme, no estoy listo para eso..."

Tanjiro, sin pensarlo dos veces, se acercó y le dio un suave coscorrón en la cabeza.

Tanjiro: "¡Despierta, Zenitsu! No es el fin del mundo. Casarse no es algo de lo que debas tener miedo. Es una oportunidad para ser feliz."

Zenitsu: (frotándose la cabeza) "¡Aouch! Pero... ¿y si me rechaza? ¿Y si no le gusto? ¡Estoy aterrado!"

William, Mike, Gregory y Elizabeth no pudieron evitar reírse ante la escena.

William: "Vaya, parece que tienes un fanático de los dramas románticos aquí. Pero en serio, Zenitsu, ¿qué te hace pensar que no le gustarás a ella?"

Mike: "Sí, tal vez deberías relajarte un poco. Con esa actitud, la única cosa que atraerás son problemas."

Gregory: "¡Oye! ¿Y si en vez de pensar en lo malo, te enfocas en lo que puedes hacer bien? Recuerda que eres un buen chico. Seguro que hay alguien ahí fuera que te querrá."

Elizabeth: "Además, no está de más recordar que las relaciones son una parte importante de la vida. ¡Date una oportunidad!"

Tanjiro sonrió al ver cómo sus amigos intentaban animar a Zenitsu. A pesar de su naturaleza nerviosa, él sabía que Zenitsu tenía un buen corazón.

Tanjiro: "Y si necesitas ayuda, puedes contar con nosotros. No estás solo en esto, amigo."

Zenitsu tomó un profundo respiro y miró a su alrededor, sintiéndose un poco más apoyado.

Zenitsu: "Gracias, chicos. Lo intentaré... aunque me da miedo. Pero con ustedes a mi lado, tal vez pueda hacerlo."

La conversación se tornó más ligera, con risas y bromas, mientras continuaban caminando, y Tanjiro sintió que había hecho bien en ayudar a su amigo, incluso en los momentos más inciertos.

Tanjiro, aún con la sensación de haber animado a Zenitsu, se percató de un movimiento en la oscuridad. Sus instintos se activaron al instante; había un demonio acechando en las sombras, observando a su grupo. Sin pensarlo dos veces, se acercó rápidamente.

Tanjiro: "¡No lo permitiré!"

Con su katana en mano, se lanzó hacia el demonio, que apenas tuvo tiempo de reaccionar. Con un movimiento certero y preciso, Tanjiro le dio un corte en el cuello. El demonio, sorprendido, abrió los ojos de par en par mientras el filo de la espada cortaba su carne.

Demonio: "¡No! ¡Esto no puede ser—!"

Antes de que pudiera terminar su frase, su cuerpo se desintegró en cenizas, como si nunca hubiera existido. Tanjiro se quedó mirando los restos del demonio, sintiendo una mezcla de alivio y tristeza. Sabía que, a pesar de la lucha constante, cada demonio caído era una vida perdida en su camino hacia la redención.

Tanjiro: (susurrando) "Lo siento. Pero esto es por el bien de todos."

El resto del grupo se quedó en silencio, sorprendidos por la rapidez con la que Tanjiro había acabado con la amenaza. Zenitsu tragó saliva, aún temblando, pero esta vez, había un nuevo brillo en sus ojos.

Zenitsu: "¿Eso fue... un demonio? ¡Increíble, Tanjiro! Pero... ¿no deberías tener más cuidado?"

William, Mike, Gregory y Elizabeth miraron a Tanjiro con admiración.

William: "Ese fue un movimiento impresionante. Eres un verdadero cazador de demonios."

Gregory: "Sí, en serio. ¡Eso fue brutal!"

Tanjiro, sintiéndose un poco avergonzado por la atención, sonrió tímidamente.

Tanjiro: "Gracias, pero aún hay muchos demonios a los que tenemos que enfrentar. No podemos bajar la guardia."

A medida que el grupo continuaba su camino, Tanjiro se sintió más seguro de sí mismo, sabiendo que contaba con el apoyo de sus amigos mientras luchaban juntos contra las sombras que amenazaban su mundo.

Douma, la segunda luna superior, apareció con una sonrisa despreocupada, pero su expresión cambió rápidamente cuando cinco pelotas de golf impactaron en su cabeza y uno en su boca, interrumpiendo su entrada dramática. Se tambaleó hacia atrás, confundido, mientras los demás lo observaban, sorprendidos por lo inesperado de la situación.

Douma: (escupiendo la pelota de golf) "¿Qué demonios...? ¿Quién se atreve a interrumpir mi gran entrada?"

Tanjiro, Zenitsu, William, Mike, Gregory y Elizabeth no pudieron contener la risa al ver a Douma en ese estado, pero pronto se dieron cuenta de que estaban frente a un poderoso adversario.

Zenitsu: (temblando) "¿Eso es... un demonio de verdad? ¡No puedo creer que estemos tan cerca de uno!"

William: "Mantente tranquilo, Zenitsu. Si fue capaz de resistir esas pelotas, debemos prepararnos."

Evan (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai), Senjuro y Eri Nezuko se miraron entre ellos, listos para la acción. Rui, con una sonrisa desafiante, levantó su palo de golf.

Evan (Rui Ayaki): "Si este tipo cree que puede interrumpirnos, ¡le enseñaremos lo contrario!"

Kota: "Sí, ¡no dejaremos que se salga con la suya!"

Katsuma: "A la carga, entonces. ¡Usaremos nuestros poderes!"

Douma se sacudió la confusión de su rostro y adoptó una postura de pelea, su sonrisa volviéndose más amenazante.

Douma: "Así que quieren jugar, ¿eh? Me encanta un buen desafío. Pero, ¿realmente creen que pueden vencerme? Soy la segunda luna superior, ¡y no tengo piedad!"

Mientras Douma se preparaba para atacar, Tanjiro dio un paso adelante, empuñando su katana.

Tanjiro: "No te subestimes. Juntos, somos más fuertes de lo que piensas."

Con una ráfaga de movimientos coordinados, el grupo se lanzó hacia Douma, cada uno dispuesto a luchar con todo lo que tenían. La batalla estaba a punto de comenzar, y la tensión en el aire era palpable.

Douma fue lanzado por el ataque conjunto de Evan (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai), Senjuro y Eri Nezuko, pero rápidamente se recompuso en el aire y activó su arte de sangre, creando una neblina de hielo que cubrió el área, dejando a todos con una sensación de frío penetrante.

Douma: (con una sonrisa siniestra) "¿Creyeron que eso sería suficiente? No conocen mi verdadero poder. ¡Hielo, ven a mí!"

Mientras la niebla de hielo se extendía, Douma comenzó a comunicar telepáticamente con Muzan.

Douma: Muzan, he encontrado a los chicos que buscamos. Su tecnología es prometedora, y creo que podríamos usarlos a nuestro favor. Están más cerca de lo que pensábamos.

En ese momento, Akaza apareció, su presencia imponente llenando la cueva. Con una mirada desafiante, se unió a Douma, lista para enfrentar a los nuevos oponentes.

Akaza: "¿Ya empezaron sin mí? Parece que tengo un poco de diversión por delante. He oído que estos chicos son fuertes. ¡Voy a disfrutar de esto!"

Los ojos de Akaza brillaron con entusiasmo mientras se preparaba para la batalla. Tanjiro, viendo cómo la situación se intensificaba, se enderezó y se unió a sus amigos.

Tanjiro: "No podemos dejar que se salgan con la suya. ¡Debemos luchar juntos!"

Evan, Kota y Katsuma se miraron, sintiendo la presión del momento, pero la determinación brillaba en sus ojos.

Evan (Rui Ayaki): "No dejaré que se interpongan en nuestro camino. ¡Activemos el cañón de aire de nuevo!"

Los cinco se agruparon, listos para combinar sus poderes una vez más, mientras Douma y Akaza se preparaban para contrarrestar. La tensión aumentó y la batalla entre los cazadores de demonios y las lunas superiores estaba a punto de desatarse en todo su esplendor.

La batalla se intensificaba mientras Evan (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai), Senjuro y Eri Nezuko luchaban ferozmente contra Akaza y Douma.

Evan y sus amigos comenzaron a activar sus habilidades, desatando rayos de energía y espinas de carne que cortaban el aire. La combinación de sus poderes era impresionante, pero Akaza, con su velocidad y habilidad, logró desviar algunos de los ataques.

Akaza: (sonriendo) "¿Eso es todo lo que tienen? ¡Pueden hacer mucho más!"

Con un movimiento rápido, Akaza golpeó a Evan, Kota y Katsuma, enviándolos a volar hacia atrás. Senjuro, sintiendo el impacto, se apresuró a intentar ayudar a sus amigos, pero no era suficiente para detener el embate.

Senjuro: "¡No! ¡No pueden rendirse ahora!"

Justo cuando parecía que todo estaba perdido, Eri Nezuko se lanzó hacia Douma con una determinación feroz. Aprovechando un momento de distracción, le dio un fuerte golpe en la entrepierna, lo que hizo que Douma se encogiera en un grito de dolor.

Douma: (con una mueca) "¡Eso duele! ¿Quién te crees, niña?"

Eri, sin perder el tiempo, continuó atacando con su fuerza, mientras sus amigos se reponían de los golpes que habían recibido. La sorpresiva acción de Eri había cambiado el ritmo de la batalla, y ahora todos estaban más motivados que nunca para luchar juntos.

Evan (Rui Ayaki): (recuperándose) "¡Eri, eso fue increíble! ¡Sigamos atacando juntos!"

Los cinco se reagruparon, listos para hacer frente a Douma y Akaza, con un nuevo enfoque en sus movimientos y una determinación renovada para salir victoriosos. La pelea estaba lejos de terminar, pero con su unión, tenían una oportunidad.

La batalla se intensificó aún más cuando Evan (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai), Senjuro y Eri Nezuko unieron sus fuerzas para activar sus poderes.

Evan: "¡Senjuro, aléjate! ¡Vamos a hacer esto!"

Kota: "¡Manipulación del clima, ahora!"

Con un poderoso estallido, los jóvenes controlaron el clima a su alrededor, robando la habilidad de Nine. Un rayo de energía se disparó, golpeando a Douma y Akaza con fuerza, enviándolos a volar y dejándolos aturdidos.

Senjuro, viendo la oportunidad, concentró su poder de fuego. "¡Esto es para proteger a todos!" Lanzó llamas ardientes que se unieron a la tormenta que habían creado, envolviendo a Douma y Akaza en un fuego intenso.

Eri Nezuko, sin perder tiempo, activó su fuego rosa de sangre, creando un torrente de llamas que se unió a las de Senjuro. "¡Esto es por todo el dolor que nos han causado!" Su voz resonó con determinación mientras las llamas danzaban a su alrededor.

Desde la distancia, William, Mike, Gregory y Elizabeth observaban con una mezcla de asombro y preocupación.

William: "¡Increíble! No puedo creer el poder que tienen ahora. Han superado nuestras expectativas."

Mike: "Están luchando con todo lo que tienen. Si esto sigue así, pueden tener una oportunidad."

Gregory: "¡Vamos, chicos! ¡Muestren lo que valen!"

Elizabeth: (con una expresión de temor) "Pero no subestimen a Douma y Akaza. Ellos también son poderosos."

Tanjiro y Zenitsu, al ver el ímpetu de sus amigos, sintieron una oleada de esperanza.

Tanjiro: "¡Ellos pueden hacerlo! Tienen el espíritu de luchadores. No se rendirán."

Zenitsu: (temblando de emoción) "¡Sí! ¡Eso es! ¡Deben seguir así!"

La batalla continuó, y los cinco amigos, impulsados por la fe de aquellos que los observaban, lucharon con todo su ser, dispuestos a demostrar que eran más que los demonios que habían sido. Cada ataque, cada movimiento, era una declaración de que no se dejarían vencer.

La llegada de Kokushibo fue como una sombra que cubrió el campo de batalla. Su presencia imponente y el aura de poder que irradiaba hicieron que todos se detuvieran. Con un movimiento elegante, desenvainó su katana, y el aire a su alrededor se tornó pesado.

Kokushibo: "¿Qué tenemos aquí? Un grupo de chicos intentando desafiar a las Lunáticas... ¡No permitiré que sigan adelante!"

Con un giro fluido, desató su técnica de Respiración Lunar, una serie de cortes mortales que parecían desafiar la lógica. Las ondas de energía cortante se extendieron hacia Evan, Kota, Katsuma, Senjuro y Eri Nezuko, interrumpiendo su ataque combinado contra Douma y Akaza. El poder del ataque de Kokushibo fue devastador, dejando a los jóvenes luchadores incapaces de completar su ofensiva.

Evan: (gritando) "¡No! ¡No podemos dejar que nos detenga!"

Kota: (con desesperación) "¡Tenemos que encontrar la forma de detenerlo!"

Katsuma: "¡Nos necesitamos unos a otros! ¡No dejemos que separemos!"

Senjuro, a pesar del miedo que sentía, tomó la iniciativa. "¡Eri, usa tu poder de sangre! ¡Yo te cubro!"

Eri Nezuko, con determinación en sus ojos, concentró su energía. "¡Voy a hacerlo, Senjuro! ¡No podemos dejar que nos derrote!"

Mientras tanto, Douma y Akaza se recuperaban de los efectos del ataque de clima y fuego, listos para volver a la pelea.

Douma: "Parece que ahora tenemos compañía. ¿No es emocionante?"

Akaza: "¡Vamos a acabar con ellos de una vez!"

Con el campo de batalla lleno de tensión, los chicos tuvieron que unir todas sus fuerzas para enfrentarse a Kokushibo y los otros demonios. Se dieron cuenta de que necesitarían no solo sus habilidades individuales, sino también su trabajo en equipo y su valentía para sobrevivir.

La batalla estaba lejos de terminar, y cada uno sabía que tendría que dar lo mejor de sí para proteger a sus amigos y vencer a los demonios que amenazaban su futuro.

La atmósfera se tornó aún más oscura cuando Muzan Kibutsuji apareció ante ellos, emergiendo de las sombras como un pesadilla hecha realidad. Su risa resonaba en el aire mientras los cinco se preparaban para atacar, pero antes de que pudieran moverse, cuatro tentáculos emergieron del suelo, atravesándolos y paralizándolos con un dolor punzante.

Muzan: (con una sonrisa siniestra) "Al fin. Ustedes cinco eran mis objetivos desde el principio. ¡Nomu demonios, así es como los llamaré!"

Mientras los tentáculos inyectaban su sangre en sus cuerpos, cada uno de ellos sintió un ardor que se extendía rápidamente, llenándolos de poder pero también de terror.

Evan (Rui Ayaki): (gritando) "¿Qué has hecho, Muzan?"

Kota: (con miedo) "¡Esto no puede estar sucediendo!"

Katsuma: (tratando de liberarse) "¡No dejaremos que nos controles!"

Muzan los observó con desdén. "Ustedes son los primeros en experimentar mi creación: el suero de la inmortalidad. Y Senjuro, tú eres una prueba. Un híbrido entre humanos y demonios, el siguiente paso en la evolución."

Senjuro: (enojado y confundido) "¡No seré tu experimento! ¡Lucharemos contra ti!"

Eri Nezuko, a pesar de la inyección de sangre que estaba sufriendo, no se quedó atrás. "¡No te dejaremos ganar, Muzan! ¡Lucharemos hasta el final!"

Muzan se acercó a ellos, el aire alrededor de él pulsando con poder. "¿Luchar? No son más que marionetas en mis manos. Con este suero, se volverán más fuertes, pero también estarán atados a mí. No hay escape."

Mientras tanto, el resto de los héroes y alumnos de la U.A. observaban desde lejos, horrorizados por lo que estaba ocurriendo.

Tanjiro: (con determinación) "¡No podemos dejar que Muzan se salga con la suya! ¡Debemos ayudar a Senjuro y los demás!"

Zenitsu: (temblando) "¿Cómo vamos a enfrentarnos a un monstruo así?"

Aizawa, junto a los pilares, estaba decidido a intervenir. "No podemos esperar más. ¡Debemos atacar antes de que sea demasiado tarde!"

A medida que el conflicto se intensificaba, la esperanza de los cinco luchadores se reducía, pero la determinación de no rendirse nunca era más fuerte que el miedo que Muzan les imponía. Tendrían que encontrar una manera de liberarse de la influencia de Muzan y luchar por su libertad y la de sus amigos.

A medida que la oscuridad los envolvía, Evan (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai), Senjuro y Eri Nezuko perdían la conciencia, luchando en un torbellino de dolor y confusión. La sangre de Muzan fluía a través de sus venas, transformándolos en lo que él había deseado: verdaderos demonios Nomu.

La Transformación

La agonía era abrumadora. Cada uno sentía cómo sus cuerpos cambiaban, como si su humanidad se desvaneciera y diera paso a una nueva forma, a una nueva existencia. Los quirks que llevaban dentro de ellos comenzaron a manifestarse de maneras desconocidas, fusionándose con sus nuevas habilidades demoníacas.

Evan (Rui Ayaki): Sentía el poder de la manipulación de hilos intensificarse, sus habilidades para crear hilos cortantes ahora se complementaban con una fuerza y agilidad sobrenaturales. La sangre de Muzan le otorgaba un aura oscura que hacía que sus habilidades fueran aún más mortales.

Kota (Enmu): Su control de sueño se amplificó, permitiéndole manipular no solo el sueño de otros, sino también influir en sus mentes y crear ilusiones. El sufrimiento por el que había pasado ahora se convertía en su arma.

Katsuma (Kyogai): Sus tambores resonaban en su interior, cada golpe se sentía como un latido de un nuevo corazón demoníaco. Su habilidad para controlar la realidad dentro de su entorno se volvió más poderosa, permitiéndole alterar el espacio a su alrededor de maneras que nunca había imaginado.

Senjuro: La herencia del fuego que poseía se entrelazó con la sangre demoníaca, convirtiendo su fuego en una llama oscura que podía consumir y regenerar. Su espíritu de lucha nunca había sido tan fuerte, aunque la lucha entre su humanidad y su nueva naturaleza era intensa.

Eri Nezuko: La transformación la hizo más poderosa, su fuego rosa de sangre ahora era capaz de consumir a sus enemigos de manera voraz. Cada vez que usaba su poder, podía sentir cómo una parte de su humanidad se alejaba, dejándola atrapada entre el deseo de proteger y el instinto de destrucción.

Despertar

Cuando finalmente despertaron, se encontraron en una nueva realidad. Sus cuerpos estaban cubiertos de marcas oscuras, pero la luz en sus ojos seguía brillando. Sabían que eran diferentes, que estaban atrapados en un conflicto interno. La influencia de Muzan era fuerte, pero no podían permitir que él dictara sus acciones.

Al despertar, se miraron entre sí, reconociendo que, aunque ahora eran demonios, todavía conservaban sus recuerdos y la esencia de quienes eran. Senjuro, al ver la angustia en los rostros de sus amigos, habló con determinación:

Senjuro: "No dejaremos que Muzan nos controle. Usaremos este poder para luchar por lo que creemos, por los que amamos. No somos solo armas en sus manos."

Con un nuevo propósito y una fuerza renovada, se prepararon para enfrentar lo que vendría. Aunque ahora eran demonios, sabían que podían ser más que simples sirvientes de Muzan; podían ser la clave para un nuevo comienzo. Y con cada paso que daban, se sentían más en sintonía con sus nuevas habilidades, listos para desafiar su destino y luchar contra el verdadero enemigo.

El ambiente era tenso, lleno de incertidumbre mientras los pilares, los héroes profesionales, los alumnos de la U.A., Tanjiro, Zenitsu, William, Mike, Gregory y Elizabeth observaban la escena. Evan (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai) y Senjuro, recién transformados en Nomus por los experimentos de All For One, eran un recordatorio escalofriante de la manipulación y el sufrimiento que habían experimentado. A pesar de haber sido ex Lunas Inferiores, la lucha por su humanidad era más intensa que nunca.

La Lucha

Eri Nezuko, con su espíritu indomable, tomó la iniciativa. Su fuego rosa de sangre brillaba intensamente mientras atacaba a Muzan, llena de furia y determinación por proteger a sus amigos. Con movimientos rápidos, lanzaba llamas hacia él, pero la fuerza de Muzan era abrumadora. Aun así, Eri se negaba a rendirse, luchando con todo lo que tenía.

Muzan, con su fría mirada, simplemente sonrió ante el ataque. Era evidente que disfrutaba de la batalla, especialmente al ver a Eri luchar por sus amigos, quienes yacían inconscientes en el suelo, atrapados entre su nueva naturaleza y su antiguo yo.

La Caída

Mientras Eri atacaba, Evan, Kota, Katsuma y Senjuro intentaron levantarse para ayudarla, pero la influencia de la sangre de Muzan los mantenía atados a su nueva forma. Cada intento de levantarse era frustrante, como si un peso invisible los aplastara.

Eri miró a sus amigos y gritó, "¡No! ¡Despierten! ¡No pueden dejar que Muzan gane!"

Sin embargo, no podían hacer nada. A medida que la lucha se intensificaba, Muzan utilizó su poder para desatar un ataque devastador. Evan (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai) y Senjuro cayeron nuevamente, inconscientes, luchando contra el dolor que sentían en sus corazones y cuerpos.

La Huida

Con un gesto de la mano, Muzan llamó a Nakime, quien apareció con su característica calma. "Es hora de irnos," dijo Muzan, mientras observaba cómo Eri intentaba, desesperadamente, salvar a sus amigos.

Eri Nezuko se abalanzó hacia Muzan en un último esfuerzo, pero él se desvaneció en las sombras, llevándose consigo a Evan, Kota, Katsuma y Senjuro, dejándola sola.

La Reacción

Los pilares, los héroes y los alumnos miraban atónitos cómo el enemigo se desvanecía, llevándose a sus amigos con él. Tanjiro, sintiéndose impotente, murmuró: "No podemos dejar que se lo lleve. ¡Debemos hacer algo!"

William, Mike, Gregory y Elizabeth estaban en shock, comprendiendo que sus hijos estaban atrapados en una lucha mucho mayor de lo que habían imaginado. Zenitsu se dejó llevar por la desesperación, gritando, "¡No puede ser! ¡No podemos dejarlos!".

La Resolución

A pesar de la desesperación, Tanjiro dio un paso adelante. "No podemos rendirnos. Debemos unirnos y encontrar una forma de traerlos de vuelta. Si hay una manera de salvarlos, debemos descubrirla."

Aizawa, con su habitual calma, dijo: "Deberemos prepararnos para la siguiente batalla. Ellos no son solo Nomus. Todavía tienen en su interior parte de quienes eran. La esperanza no está perdida."

Con ese espíritu, los grupos comenzaron a trazar un plan. No solo tenían que enfrentar a Muzan, sino también encontrar una manera de salvar a sus amigos, transformados en los demonios que nunca quisieron ser. La lucha estaba lejos de haber terminado, y la determinación por rescatar a Evan (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai) y Senjuro se convertía en su nuevo objetivo.

Muzan había cometido un error al pensar que podía controlar a Evan (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai) y Senjuro. A pesar de sus esfuerzos, el vínculo entre ellos era más fuerte de lo que había anticipado. Sin embargo, para asegurarse de que no escaparan, decidió encadenarlos con pesadas cadenas de acero en una celda oscura y fría, ubicada en el interior de una montaña.

La Celda Oscura

La celda era lúgubre, con paredes de piedra y un ambiente opresivo. Las cadenas, que parecían impenetrables, limitaban cualquier movimiento, asegurando que los cuatro permanecieran prisioneros. A pesar de estar en bragas, la humillación era el menor de sus problemas; la desesperación por escapar y recuperar su libertad dominaba sus pensamientos.

Evan, con su característico coraje, miró a sus amigos. "No podemos dejar que esto nos rompa. Aún tenemos el poder de luchar. Si estamos juntos, podemos encontrar una forma de salir."

Kota asintió, aunque sus ojos mostraban el miedo que sentía. "Pero, ¿cómo vamos a hacerlo? Estamos encadenados y no tenemos idea de dónde estamos."

Katsuma intentó mover las cadenas, pero fue en vano. "Debemos mantener la calma y pensar. Si Muzan nos subestima, puede que haya una forma de sorprenderlo."

Senjuro, con su inquebrantable espíritu, sonrió y dijo: "Recuerden, tenemos el poder de nuestros quirks y el vínculo que nos une. Muzan no puede romper eso."

La Determinación

A pesar de las cadenas y la opresión del lugar, el deseo de liberarse y luchar contra Muzan se intensificaba. Evan comenzó a concentrarse, utilizando su inteligencia para evaluar su situación. "Si podemos concentrarnos y unir nuestros poderes, tal vez podamos romper estas cadenas."

Kota miró a Senjuro y a Evan. "¿Qué tal si combinamos nuestras habilidades? Quizás hay una forma de liberar nuestra energía y romper estas cadenas."

Katsuma sonrió al escuchar la idea. "Sí, ¡eso es! Podemos usar la energía de nuestros quirks para liberarnos. Juntos, somos más fuertes."

La Concentración

Los cuatro comenzaron a concentrarse, cada uno de ellos sintiendo la energía de su quirk fluir a través de ellos. Evan utilizó su capacidad para manipular hilos y, aunque estaba encadenado, visualizaba cómo podría utilizarlos para crear una forma de liberarse.

Kota cerró los ojos, concentrándose en su control del sueño, deseando crear un estado en el que todos pudieran trabajar juntos sin distracciones.

Katsuma comenzó a golpear suavemente los tambores de su mente, creando un ritmo que resonara con la energía de sus amigos, mientras Senjuro recordaba sus entrenamientos y la conexión que compartía con ellos.

El Momento de la Verdad

A medida que su energía se acumulaba, comenzaron a sentir que las cadenas se aflojaban levemente. Era un pequeño destello de esperanza, pero lo suficiente como para motivarlos a seguir adelante.

Evan gritó con determinación: "¡Ahora! ¡A la cuenta de tres! Uno... dos... ¡tres!"

Los cuatro desataron su poder al mismo tiempo, la combinación de sus habilidades creando una explosión de energía que resonó en toda la celda. Las cadenas de acero comenzaron a romperse, y la luz llenó la oscura prisión, iluminando su camino hacia la libertad.

La Escape

Con un último esfuerzo, Evan, Kota, Katsuma y Senjuro se liberaron de sus cadenas, sintiendo la adrenalina fluir a través de ellos. Se miraron con determinación; no solo estaban libres, sino que ahora estaban listos para enfrentarse a Muzan y cualquier desafío que se interpusiera en su camino.

Evan sonrió con confianza. "Ahora es nuestro turno de luchar. ¡Vamos a acabar con Muzan de una vez por todas!"

Con la resolución renovada y su vínculo fortalecido, los cuatro se dirigieron hacia la salida, listos para confrontar su destino.

Muzan, sabiendo que su control sobre Evan (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai) y Senjuro era más débil de lo que esperaba, decidió intensificar el dolor para asegurar que no pudieran escapar. Activó los cables que había colocado en sus cuerpos, inyectando descargas eléctricas que aumentaban a más de 1000 voltios.

El Dolor Insoportable

La electricidad corría a través de sus cuerpos, causando que cada fibra de su ser se retorciera en agonía. Evan gritó, mientras el dolor lo consumía. "¡No podemos dejarnos vencer por esto! ¡Debemos concentrarnos!"

Kota, con lágrimas en los ojos, luchaba por mantener la conciencia. "No... no podemos rendirnos ahora. ¡Tenemos que encontrar una forma de contrarrestarlo!"

Katsuma intentó canalizar su energía a través de sus tambores mentales, pero el dolor hacía que fuera casi imposible concentrarse. "¡Esto no puede ser el final! ¡Debemos luchar juntos!"

Senjuro, a pesar del sufrimiento, mantuvo su mente centrada. "¡Recuerden por qué luchamos! ¡No solo por nosotros, sino por todos los que sufrieron a manos de Muzan!"

La Resistencia

Mientras la corriente aumentaba, cada uno de ellos buscó el poder que aún tenían, recordando sus momentos de lucha y camaradería. Evan, a través del dolor, comenzó a recordar la conexión que tenían entre ellos, el vínculo que los hacía más fuertes.

"¡Ustedes son más que solo demonios! ¡No somos sus marionetas!" gritó Evan, con todas sus fuerzas. A pesar de las descargas, sintió que algo dentro de él se encendía, una chispa de determinación que no podía extinguirse.

Unión de Fuerzas

A medida que el dolor se intensificaba, decidieron unir sus fuerzas en un último intento de liberarse. Kota cerró los ojos y comenzó a visualizar un estado de calma y control, intentando soñar en un espacio donde pudieran estar libres de las cadenas y del dolor.

Katsuma empezó a golpear un ritmo en su mente, resonando con el pulso de su energía, intentando sincronizar sus poderes con sus amigos. "¡Vamos, juntos! ¡En la cuenta de tres!"

Senjuro sintió cómo la conexión entre ellos se fortalecía a pesar de las descargas. "¡Uno! ¡Dos! ¡Tres!"

El Poder de la Amistad

Juntos, liberaron toda la energía que habían estado acumulando. La electricidad que Muzan había intentado usar en su contra se volvió un catalizador. La combinación de su poder y la fuerza de su vínculo creó una explosión de luz y energía que destrozó las cadenas y los cables.

Un rayo de luz iluminó la celda, y el dolor se desvaneció momentáneamente, dejándolos aturdidos pero libres. Las descargas se detuvieron, y por primera vez en mucho tiempo, sintieron una sensación de alivio.

Muzan, furioso, retrocedió, dándose cuenta de que sus intentos de control habían fallado. "¡No! ¡No pueden liberarse de mí!"

La Decisión

Aprovechando el momento de confusión de Muzan, Evan, Kota, Katsuma y Senjuro se levantaron, listos para luchar. Se miraron, sabiendo que habían superado un obstáculo enorme juntos.

"Ahora, es nuestra oportunidad," dijo Evan, con determinación. "Vamos a luchar con todo lo que tenemos."

Con una nueva fuerza y resolución, se lanzaron hacia Muzan, preparados para enfrentar lo que fuera necesario para recuperar su libertad y derrotarlo de una vez por todas.

La situación se tornó aún más crítica cuando Douma, con su arte de sangre, lanzó una gran cantidad de agua sobre Evan (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai) y Senjuro. Sin que pudieran reaccionar, Kokushibo aprovechó la oportunidad y colocó un cable en el agua, inyectando descargas eléctricas que atravesaron sus cuerpos una vez más.

La Tortura Continua

El dolor era insoportable; cada descarga era como un rayo que les atravesaba, mezclándose con el agua fría que ahora los envolvía. Evan gritó en agonía, luchando por mantenerse consciente. "¡Basta! ¡No podemos seguir así!"

Kota, con los dientes apretados, intentó liberarse, pero el frío y la electricidad combinados eran demasiado abrumadores. "¡No, no podemos rendirnos! ¡Debemos encontrar una manera de luchar!"

Katsuma, con su fuerza debilitada, comenzó a sentir cómo su cuerpo se congelaba. "¡Esto es horrible! ¡No puedo soportar el frío!"

Senjuro, aunque dolorido, gritó: "¡Concéntrense! ¡No podemos dejar que esto nos venza! ¡Debemos encontrar una salida!"

La Confinación en el Frío

Cuando finalmente la descarga cesó, Nakime apareció, usando su poder para teletransportarlos a una zona fría. Al instante, los cinco se dieron cuenta de que el frío era penetrante, y las prendas que llevaban, húmedas por el agua, comenzaron a congelarse. La temperatura era extrema, y sus cuerpos temblaban de frío.

"¡No puedo moverme! ¡Todo me duele!" exclamó Kota, sintiendo el hielo cubriendo su piel.

"¡Quédense juntos! ¡Debemos mantenernos calientes!" ordenó Evan, aunque su voz temblaba por el frío. Intentaron agruparse, pero el frío seguía apoderándose de ellos.

Luchando por Sobrevivir

Día tras día, soportaron la agonía del frío extremo. El hielo formaba una capa sobre sus cuerpos, y la desesperanza comenzaba a apoderarse de ellos. Sin embargo, a pesar de las circunstancias, cada uno de ellos se aferraba a la idea de que tenían que seguir luchando.

"¡No podemos dejar que nos derroten! ¡Recuerden quiénes somos! ¡Lo que hemos superado!" dijo Katsuma, intentando motivar a sus amigos.

Con cada intento, se desafiaron mutuamente a recordar su pasado, su lucha y su amistad. El vínculo que los mantenía unidos se hizo más fuerte, aunque la desesperación y el dolor parecieran abrumadores.

Una Chispa de Esperanza

En un momento de lucidez, Evan comenzó a pensar en sus habilidades, recordando cómo habían fusionado sus poderes en el pasado. "Si logramos unir nuestras habilidades, podríamos encontrar una forma de escapar de este lugar helado," sugirió.

"¡Sí! ¡Podríamos crear un rayo de energía o algo que nos permita romper el hielo!" respondió Senjuro.

Así que, concentrándose en sus habilidades individuales y apoyándose mutuamente, comenzaron a formar una estrategia. Aun en la penumbra del frío extremo y con sus cuerpos temblando, sabían que el verdadero desafío no era el ambiente helado, sino lo que debían enfrentar en su lucha contra Muzan y sus Lunas.

El Plan de Escape

"En el próximo intento, combinaremos nuestras energías. Juntos, podemos superar este frío y recuperar nuestra fuerza," afirmó Evan, sintiendo que la determinación comenzaba a brotar de su interior nuevamente. Se miraron entre ellos, sintiendo una renovada esperanza en sus corazones.

Así, en esa fría prisión, juraron que no se rendirían. Con cada día que pasaba, más fuerte se volvía su resolución, y sabían que pronto tendrían la oportunidad de liberarse y enfrentar a Muzan y sus aliados.

La situación se volvió desesperada a medida que el frío extremo se hacía más intenso y la falta de alimento debilitaba aún más a Evan (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai) y Senjuro. La combinación de las bajas temperaturas y la inactividad había llevado a sus cuerpos al límite.

La Congelación Final

Con el frío envolviéndolos como una pesada manta de hielo, comenzaron a sentirse cada vez más débiles. Sus fuerzas se esfumaban lentamente, y la desesperación se adueñaba de ellos. Sin poder soportar más el sufrimiento, Evan tomó la iniciativa y, acercándose a sus amigos, los abrazó fuertemente.

"¡No dejemos que esto nos derrote! ¡Estamos juntos en esto!" exclamó, aunque su voz sonaba apagada por el frío. Kota, Katsuma y Senjuro se unieron a él, abrazándose en un intento de encontrar algo de calor humano en medio de la helada.

A medida que se abrazaban, sintieron cómo el calor de sus cuerpos se desvanecía. Poco a poco, la oscuridad se apoderó de ellos, y cayeron inconscientes. El frío y la privación de alimento habían logrado lo que ninguna batalla había podido: los había llevado a un estado de letargo profundo.

La Inmortalidad en Juego

Sin embargo, a pesar de su estado de inconsciencia, sus cuerpos eran inmortales. No podían morir, pero sus consciencias se hundieron en la oscuridad, y el frío continuó apoderándose de ellos. La sensación de congelamiento se convirtió en una trampa en la que el tiempo parecía no avanzar.

Mientras Muzan y sus Lunas observaban desde lejos, la indiferencia de Muzan era evidente. Para él, Evan, Kota, Katsuma y Senjuro eran herramientas, y si caían en la congelación, era simplemente un inconveniente. "Son inútiles en ese estado," murmuró con desdén.

Un Rescate en la Oscuridad

En el silencio de la celda helada, los recuerdos de sus pasados como Lunas Inferiores y su lucha contra los cazadores comenzaron a surgir en los sueños de Evan, Kota, Katsuma y Senjuro. En medio de su letargo, recordaron las risas, las batallas y el compañerismo que habían forjado juntos.

"¡No podemos rendirnos! ¡Luchamos demasiado para terminar así!" resonaba la voz de Evan en su mente, un eco de la determinación que aún ardía en sus corazones.

A pesar de estar congelados y a merced del frío, la chispa de su inmortalidad seguía viva. Las memorias de su fuerza, amistad y valentía empezaron a entrelazarse con el frío, buscando la manera de resurgir.

El Rescate y la Esperanza

Después de más de 100 semanas de búsqueda, Eri y Nezuko finalmente lograron activar las pulseras rastreadoras que llevaban Evan (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai) y Senjuro. Su ubicación había sido una pista difícil, pero con la ayuda de los héroes, los pilares y los alumnos de la U.A., lograron dar con el lugar exacto donde estaban.

El Bloque de Hielo

Cuando encontraron a Evan, Kota, Katsuma y Senjuro abrazados, congelados en un bloque de hielo, la escena fue agridulce. Era un testimonio de su resistencia, pero también del sufrimiento que habían soportado. Tanjiro y Zenitsu, junto con otros héroes, sintieron una punzada en el corazón al ver a sus amigos en ese estado.

"¡Tenemos que sacarlos de aquí!" exclamó Tanjiro, su voz llena de determinación. Juntos, los héroes utilizaron sus habilidades para liberar a los cuatro de su prisión helada. Con esfuerzo y cuidado, lograron llevarse el bloque de hielo a la U.A., donde la tecnología avanzada podría ayudarles a descongelarlos.

50 Días de Descongelación

Durante los siguientes 50 días, los pilares, los héroes y los estudiantes de la U.A. trabajaron incansablemente en un proceso de descongelación. El equipo de Recovery Girl y otros expertos estaban en constante vigilancia para asegurarse de que Evan, Kota, Katsuma y Senjuro no solo volvieran a la vida, sino que lo hicieran sin sufrir daños permanentes.

Mientras tanto, la ansiedad y la esperanza llenaban el aire en la U.A.. Eri, Nezuko y otros amigos se reunían a diario, esperando noticias sobre el estado de sus seres queridos. La conexión que compartían era palpable, y cada día se sentían más cerca de ver a sus amigos volver a despertar.

El Despertar

Finalmente, después de 50 largos días de tratamiento, algo comenzó a cambiar. Un brillo sutil emanaba del bloque de hielo, y los presentes sintieron que la energía de Evan, Kota, Katsuma y Senjuro empezaba a regresar. Un profundo suspiro resonó entre ellos.

"¡Están volviendo!" gritó Tanjiro, su corazón lleno de alegría.

En ese instante, el hielo comenzó a romperse, y el equipo de la U.A. se preparó para recibir a sus amigos. Con cada fragmento que caía, la esperanza crecía. Y, al final, el hielo se desvaneció por completo, revelando a Evan, Kota, Katsuma y Senjuro, aún adormecidos, pero vivos.

El Reencuentro

Mientras el equipo se apresuraba a revisar sus signos vitales, Eri y Nezuko se acercaron, llenas de emoción. Eri se arrodilló junto a ellos, con lágrimas de alegría en los ojos, deseando que despertaran pronto.

"No se preocupen, están a salvo ahora," murmuró Nezuko, mientras acariciaba suavemente la mano de Evan.

Finalmente, uno a uno, Evan, Kota, Katsuma y Senjuro empezaron a abrir los ojos, rodeados de amigos que habían estado luchando por ellos todo este tiempo. La luz de la esperanza brillaba en el aire, y aunque el camino hacia la recuperación sería largo, sabían que estaban juntos una vez más.

Nuevos Comienzos

Con el apoyo de sus amigos y el cariño de todos en la U.A., Evan, Kota, Katsuma y Senjuro estaban listos para enfrentar el siguiente capítulo de sus vidas, dejando atrás su oscuro pasado y forjando un nuevo futuro, lleno de posibilidades y de redención.

Evan (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai) y Senjuro, aún adormecidos y en ropa interior tras haber sido descongelados, se sentían algo incómodos. Evan, mirando a su alrededor con una leve sonrisa tímida, fue el primero en hablar:

"¿Podríamos tener una manta, por favor? Estamos... algo expuestos."

Eri y Nezuko, que estaban a su lado, se dieron cuenta de la situación y rápidamente buscaron algo para cubrirlos. Eri, con su siempre dulce y preocupada expresión, tomó una manta grande y la colocó con cuidado sobre los cuatro chicos, asegurándose de que estuvieran cómodos.

"Gracias, Eri," murmuró Senjuro, con una ligera sonrisa de gratitud.

Nezuko también les ayudó a ajustarse la manta, justo a tiempo, ya que desde el pasillo se escuchaban pasos acercándose. Los pilares, los héroes, Kagaya, Nezu y los alumnos de la U.A. estaban a punto de entrar para ver cómo estaban sus compañeros.

Tanjiro y Zenitsu, que habían estado esperando cerca, sonrieron al ver que sus amigos ya estaban algo cubiertos antes de que llegara el grupo.

"¡Uf! Menos mal que Eri y Nezuko actuaron rápido," pensó Tanjiro, relajado pero aliviado.

Justo en ese momento, las puertas se abrieron y los pilares, héroes y demás entraron, encontrándose con los cuatro muchachos arropados y más cómodos, mientras Eri y Nezuko les daban apoyo cercano. Fue un alivio para todos ver que estaban a salvo.

Cuando Kagaya y los demás entraron a la sala, encontraron a Evan (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai) y Senjuro cubiertos por una gran manta, todos visiblemente cansados pero aliviados. El ambiente en la sala se volvió tenso cuando Kagaya, con su característico tono calmado pero preocupado, preguntó:

"¿Qué sucedió con ustedes?"

Evan fue el primero en hablar, con una expresión seria y mirada algo perdida, pero decidido a contar todo. Tomando aire, comenzó a relatar las horribles experiencias que habían soportado. Kota y Katsuma lo siguieron, aportando detalles de lo que habían vivido bajo las manos de Muzan.

"Nos capturó... y trató de controlarnos," empezó Evan (Rui Ayaki). "Nos encadenó con cables de acero y... usó corriente, intentando someternos. Cada vez que intentábamos resistir o liberarnos, aumentaba el voltaje. Llegó a usar más de 1000 voltios."

Kota, que solía ser más tranquilo, añadió con un tono sombrío: "Y no solo eso... Douma nos arrojó agua mientras estábamos encadenados, y luego Kokushibo conectó los cables al agua para darnos una descarga aún peor."

Katsuma asintió, con la voz un poco temblorosa. "Después de eso, nos mandaron a una zona fría... estábamos mojados y sin ropa... nuestras prendas se congelaron. Estuvimos allí durante 15 días... sin comida, sin calor... solo queríamos sobrevivir."

Senjuro, quien había sido el más afectado emocionalmente por la experiencia, susurró: "Nos abrazamos para mantenernos vivos, pero el frío fue demasiado... Nos congelamos completamente, y si no fuera por nuestra inmortalidad... no estaríamos aquí."

La sala quedó en silencio, mientras los pilares, héroes y alumnos de la U.A., incluidos Tanjiro y Zenitsu, escuchaban horrorizados el relato de las torturas que estos chicos habían soportado. La expresión de Kagaya permaneció serena, pero era evidente que estaba profundamente afectado por lo que escuchaba.

Nezu, con su mente analítica, también parecía estar procesando cada detalle, mientras los héroes pro presentes murmuraban entre ellos, discutiendo cómo pudieron haber sido sometidos a tales atrocidades.

Tanjiro se acercó con cuidado a los cuatro muchachos, una expresión de dolor en su rostro. "Lo siento tanto... lo que han pasado es horrible, pero están aquí ahora. Sobrevivieron."

Zenitsu, visiblemente afectado, murmuró: "Eso suena como una pesadilla. No puedo creer que hayan soportado tanto..."

Kagaya, con su habitual calma y sabiduría, se inclinó hacia los cuatro muchachos y les habló suavemente: "Lo importante ahora es que están a salvo. Vamos a asegurarnos de que nadie más tenga que pasar por lo que ustedes han soportado. Gracias por su fortaleza."

La atmósfera estaba cargada de emociones, pero también de determinación. Evan (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai) y Senjuro sabían que, a pesar de todo lo que habían soportado, no estaban solos en esta lucha.

Los alumnos de la U.A. que estaban presentes, al escuchar el relato de Evan (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai) y Senjuro, quedaron profundamente impactados. No solo por las terribles torturas y el sufrimiento que estos habían soportado, sino especialmente cuando escucharon la parte en la que los cuatro se habían congelado completamente durante 15 días.

Izumi Midoriya, siempre empático, se adelantó con los ojos llenos de preocupación. "¿Congelados durante tanto tiempo...? No puedo imaginar cómo fue eso... el dolor y el frío debieron ser insoportables."

Ochaco Uraraka miró a los muchachos con lágrimas en los ojos. "Es horrible... Nadie debería pasar por algo así."

Shoto Todoroki, con una expresión más seria de lo habitual, se quedó en silencio, pero sus ojos revelaban una mezcla de emociones. Como alguien que había experimentado el frío extremo por sus propias habilidades, entendía al menos una parte del tormento que los cuatro habían soportado. "Sobrevivir a ese nivel de frío... después de todo lo que les hicieron... es increíble," dijo finalmente con admiración en su voz.

Kirishima, con el puño apretado, agregó: "¡Eso es brutal! Pero lo que hicieron, el no rendirse, es lo más fuerte que he escuchado. ¡Son inquebrantables!"

Bakugo, aunque más reservado, murmuró algo entre dientes, claramente afectado. "Tch... esos malditos... Hacerles pasar por eso... Voy a aplastarlos."

Mineta, usualmente más despreocupado, estaba visiblemente perturbado. "C-congelados en ropa interior por 15 días... Eso es inhumano."

Denki Kaminari añadió, con una expresión de preocupación: "Es una locura lo que pasaron, y con esas descargas también... Aún no puedo creer que hayan sobrevivido."

Incluso los más tranquilos, como Tokoyami y Momo Yaoyorozu, mostraban signos de consternación. Tokoyami, con su voz grave, dijo: "Lo que han soportado es una prueba de su increíble fuerza de voluntad... pero esas torturas son una oscuridad que debe ser erradicada."

Momo asintió, su mente ya pensando en posibles maneras de ayudarlos a recuperarse. "Debemos asegurarnos de que tengan todo lo necesario para sanar, física y mentalmente. Nadie debería pasar por algo así."

Aoyama, con su usual actitud teatral, expresó: "¡Qué sufrimiento tan grande! Pero brillaron con su perseverancia, mes amis."

Los alumnos de la U.A., ahora más conscientes que nunca del peligro que representaba Muzan y sus seguidores, sintieron una mezcla de horror y admiración por la fuerza y resistencia de los cuatro. Aunque sabían que estaban enfrentando una amenaza enorme, ver a sus compañeros sobrevivir a tal nivel de tortura los hizo más determinados en su deseo de luchar por el bien y proteger a quienes amaban.

Cuando Evan (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai) y Senjuro corrigieron a los presentes, explicando que no habían sido 15 días, sino 15 semanas sin comer ni beber agua, la atmósfera en la sala se volvió aún más tensa. La noticia de que eran inmortales y no podían morir jamás dejó a todos impactados.

Izuku Midoriya miró a los cuatro con los ojos muy abiertos. "¡¿Quince semanas?! No puedo... no puedo imaginar cómo sobrevivieron tanto tiempo... ¡Es inimaginable!"

Ochaco Uraraka se llevó las manos a la boca, conteniendo las lágrimas. "Eso es aún peor... no poder morir, pero seguir sufriendo todo ese tiempo. Es horrible..."

Shoto Todoroki, siempre calmado, cerró los ojos por un momento, procesando lo que acababan de decir. "La inmortalidad puede ser una bendición o una maldición, pero en su caso, parece haber sido un castigo cruel."

Bakugo, notablemente afectado, aunque intentando mantener su actitud, murmuró entre dientes: "Malditos monstruos... No importa qué tan fuertes sean, nadie debería pasar por eso."

Kirishima, apretando los puños con fuerza, agregó con intensidad: "¡Quince semanas sin comida ni agua, y aún así aquí están! ¡Son increíblemente fuertes!"

Denki Kaminari, con una expresión de asombro, comentó: "Y nosotros nos quejamos de no tener suficiente comida a veces... ¡Esto es de otro nivel completamente!"

Momo Yaoyorozu comenzó a pensar en posibles formas de ayudarlos: "Deben haber sufrido no solo físicamente, sino mentalmente... Necesitamos asegurarnos de que reciban el mejor apoyo posible. Nadie debería soportar algo así."

Nezu, el director de la U.A., los observaba con una mezcla de interés y preocupación. "La inmortalidad... es una carga terrible cuando se enfrenta a torturas tan horribles. Pero también significa que su resiliencia y fortaleza son inigualables. Debemos aprender de ellos y asegurarnos de que nunca vuelvan a pasar por algo así."

Tanjiro, siempre empático, sintió un profundo dolor por ellos. "El sufrimiento que han soportado es inimaginable. Pero sigan siendo fuertes... sé que encontrarán una forma de superar todo esto."

Zenitsu, temblando de solo escuchar la historia, gritó: "¡¿QUINCE SEMANAS?! ¡¿SIN COMIDA, NI AGUA?! ¡Voy a morir solo de pensar en eso! ¡¿Y ustedes sobrevivieron?! ¡Eso es aterrador!"

El hecho de que Evan, Kota, Katsuma y Senjuro fueran inmortales, y que, a pesar de ello, hubieran soportado 15 semanas de sufrimiento extremo sin comida ni agua, impresionó profundamente a los presentes. Sus palabras no solo mostraban la magnitud de lo que habían vivido, sino también la dureza de la inmortalidad cuando se enfrentan a torturas tan inhumanas.

Los héroes, pilares, alumnos y el propio Kagaya entendieron que el daño psicológico y físico que habían sufrido era mucho más profundo de lo que imaginaban. Esto fortaleció la determinación de todos para apoyarlos, protegerlos y derrotar a Muzan y sus seguidores, para evitar que otros pasen por algo tan brutal.

La noticia de lo que le había sucedido a Evan (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai) y Senjuro resonó en todo el país, llegando incluso a los oídos de la Liga de Villanos.

Tomura Shigaraki, el líder, escuchó la historia con una mezcla de incredulidad y rabia. "¿Quince semanas? ¡¿Mojados y en ropa interior?! ¡Esos malditos pilares son unos inútiles! No pueden dejar que unos inmortales sufran así. No entiendo cómo se atreven a llamarse héroes."

Dabi, cruzado de brazos y con una mirada fría, comentó: "Parece que Muzan y sus lunas superiores son peores de lo que pensábamos. Pero eso también significa que esos chicos tienen una resistencia impresionante. Si aún están vivos, hay algo que los hace especiales."

Toga, emocionada por la historia, sonrió con picardía. "¡Esos tipos son geniales! ¡Sobrevivieron a todo eso! Me pregunto si todavía están tan guapos. ¡Tal vez podamos reunirnos con ellos de nuevo!"

Twice, que estaba a un lado, se sintió aliviado al escuchar que habían sobrevivido. "¿Y si los llevamos a nuestro lado otra vez? Ellos eran parte de nosotros antes de unirse a los héroes. Seguro que tienen una razón para haberlo hecho."

Spinner, que escuchaba atentamente, intervino: "A veces, la línea entre héroes y villanos se vuelve difusa. Si han pasado por tanto sufrimiento, quizás podamos ofrecerles una alternativa. Después de todo, todos merecen un lugar donde pertenecer."

Shigaraki, pensando en la situación, dijo: "Podría ser útil. Si están en condiciones de pelear después de todo lo que han pasado, podrían ser valiosos aliados. Pero debemos tener cuidado. No podemos permitir que los pilares y los héroes se interpongan en nuestro camino de nuevo."

La Liga de Villanos comenzó a planear cómo podrían acercarse a Evan, Kota, Katsuma y Senjuro. Sabían que, a pesar de su reciente sufrimiento, su potencial como aliados podría darles una ventaja considerable en su lucha contra los héroes y la sociedad que los había tratado tan mal.

Mientras tanto, en la U.A., la atmósfera seguía siendo tensa, y los héroes se preparaban para lo que podría ser una batalla crucial. Evan, Kota, Katsuma y Senjuro eran ahora una fuerza inigualable, no solo por su inmortalidad, sino por todo lo que habían soportado y la determinación de no dejar que sus torturadores salieran con la suya. ¿Podría la Liga de Villanos convertirse en sus aliados de nuevo? La posibilidad estaba en el aire, y el futuro seguía siendo incierto.

Después de su descongelación, Evan (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai) y Senjuro fueron llevados rápidamente a un manicomio, donde los médicos esperaban ayudarles a lidiar con el trauma que habían experimentado. La brutalidad de las torturas que sufrieron a manos de Muzan y las Lunas Superiores dejó marcas imborrables en sus psiques, llevándolos a un estado de locura y desasosiego.

Pasaron más de 70 semanas en el manicomio, donde intentaron recibir tratamiento, pero los recuerdos de su sufrimiento se aferraban a ellos con una tenacidad desgarradora. Sus noches eran interrumpidas por gritos y pesadillas, y sus días estaban marcados por episodios de pánico y agresividad. Los médicos luchaban por encontrar una forma de ayudarles, pero el dolor emocional que llevaban era profundo.

Mientras tanto, Eri Nezuko se convirtió en su cuidadora. A pesar de su propia historia dolorosa, ella estaba decidida a ayudar a sus amigos. Pasaba horas a su lado, hablando con ellos, tratando de hacer que se sintieran cómodos. Eri usaba su poder para ayudar a calmar sus mentes, pero el camino hacia la recuperación era largo y difícil.

La mansión donde vivían los cinco amigos estaba oculta, lejos de las miradas curiosas de los héroes y la sociedad. Era un refugio, un lugar donde podrían encontrar un poco de paz. Sin embargo, la oscuridad de su pasado seguía acechándolos. Eri, aunque luchaba con sus propios traumas, se dedicaba a cuidar de ellos, recordándoles que no estaban solos.

Mientras tanto, los pilares y los héroes de U.A. se mantenían al tanto de su estado. Aunque deseaban ayudar, no estaban seguros de cómo abordar la complejidad de su sufrimiento. En las sombras, la Liga de Villanos observaba, sabiendo que los cuatro tenían el potencial de unirse a su causa. Sin embargo, la decisión de los chicos sobre qué camino tomar era algo que debían encontrar por sí mismos.

A medida que pasaba el tiempo, los recuerdos de sus experiencias traumáticas comenzaron a mezclarse con visiones de venganza. La locura los consumía, pero Eri se convirtió en una luz en su oscuridad. Con su ayuda, empezaron a enfrentar sus demonios internos, poco a poco.

La batalla interna de Evan, Kota, Katsuma y Senjuro se estaba gestando, y aunque el camino hacia la recuperación era incierto, la esperanza brillaba en el horizonte.

La vida en el manicomio se volvió un reto diario para Evan (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai) y Senjuro. A pesar de los esfuerzos de los médicos por proporcionarles una vestimenta más adecuada y cómoda, ellos siempre se negaron a usar cualquier cosa que no fueran bragas. La sensación de la tela sobre su piel les recordaba demasiado a las torturas sufridas, y preferían la libertad de no llevar ropa.

Cuando los médicos les ofrecieron batas de laboratorio, los chicos las rechazaron con desdén, prefiriendo permanecer en su estado de comodidad, aunque eso significara incomodar a quienes estaban a su alrededor. Esto llevó a los médicos a tener que instalar ventiladores en la sala, ya que el aire acondicionado provocaba que se sintieran atrapados y ansiosos. La temperatura debía ser controlada para evitar que se sintieran aún más vulnerables.

Cada vez que veían cables con picos, una oleada de pánico les invadía. Recordar las descargas eléctricas que sufrieron a manos de Muzan y su manipulación los hacía abrazarse entre sí, buscando consuelo en la cercanía del otro. Estos momentos de vulnerabilidad eran frecuentes, pero también eran una señal de la conexión que habían formado en medio de su sufrimiento.

Eri Nezuko, al ver sus reacciones, se aseguraba de estar a su lado en esos momentos, ofreciendo palabras tranquilizadoras y abrazos cálidos. Ella era su ancla en medio del caos, y aunque no siempre podía aliviar sus miedos, su presencia les brindaba un rayo de esperanza y un sentido de protección.

Los días en el manicomio se convertían en un ciclo de lucha y apoyo mutuo. A medida que cada uno enfrentaba sus miedos y recuerdos traumáticos, el grupo aprendía a navegar juntos por el camino de la sanación, un paso a la vez. La amistad y el amor que compartían les daban la fuerza para enfrentar el pasado, y aunque los recuerdos a menudo eran dolorosos, también había momentos de risa y conexión que ayudaban a aliviar la carga.

Los pilares y los alumnos de la U.A. observaron con preocupación cómo Evan (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai) y Senjuro lidiaban con los traumas provocados por Muzan. A medida que pasaban los días en el manicomio, la intensidad de sus reacciones se volvía más palpable y violenta.

Cada vez que alguno de ellos escuchaba palabras o sonidos que les recordaban a su captor—"Muzan", "frío", "pinza de carro", "cubeta", "lunas"—se refugiaban rápidamente en un rincón de la sala, intentando esconderse de lo que percibían como una amenaza inminente. Los recuerdos de sus torturas volvían a atormentarlos, y en esos momentos, la sensación de impotencia y miedo se apoderaba de ellos, haciendo que se sintieran como si estuvieran reviviendo su dolor.

Los pilares, que habían sido guerreros valientes en el pasado, se sentían frustrados al ver a estos jóvenes luchando por sobrevivir a sus traumas internos. Muchos de ellos intentaban ofrecer consuelo, hablando suavemente y tratando de convencer a los chicos de que estaban a salvo. Sin embargo, las palabras de aliento a menudo se perdían en el pánico que les envolvía.

Tanjiro y Zenitsu, al igual que otros héroes, se esforzaban por entender lo que estaban viviendo. Se sentaban cerca de los rincones donde los chicos se refugiaban, hablando en voz baja y recordando momentos de calidez y amistad que habían compartido antes. Su objetivo era ayudarles a reconstruir esas memorias positivas y recordar que ya no estaban en peligro.

Eri Nezuko no se apartaba de su lado, siempre lista para ofrecer un abrazo reconfortante cuando sus amigos caían en la desesperación. Su apoyo era fundamental; era un recordatorio tangible de que había esperanza y luz incluso en los momentos más oscuros.

Los pilares y alumnos de la U.A. sabían que su camino hacia la recuperación sería largo y difícil, pero estaban decididos a no rendirse. Se comprometieron a estar al lado de Evan, Kota, Katsuma y Senjuro en cada paso del proceso, dispuestos a pelear con ellos contra sus demonios internos, tanto como lo habían hecho en batallas pasadas

Muzan, desde las sombras, se enteró de que Evan (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai) y Senjuro habían sucumbido a la locura a causa de las torturas que les había infligido. Una sonrisa de satisfacción se dibujó en su rostro al pensar que su plan había dado resultados. Aunque no podía controlar a los jóvenes como lo había hecho antes, verlos quebrantados le proporcionaba un placer retorcido.

Sabía que su locura significaba que habían perdido no solo su libertad, sino también la capacidad de luchar contra él. En su mente, eso era una victoria. "Mientras estén atrapados en sus propios demonios, nunca podrán desafiarme", reflexionó.

Muzan se regocijó al pensar que sus enemigos, los pilares, los alumnos de la U.A. y los pro héroes, estaban atrapados en un dilema. Aunque habían encontrado a los jóvenes, el verdadero desafío era ayudarlos a sanar y enfrentar sus traumas. La estrategia de Muzan había cambiado, ya que ahora podría atacar a los héroes de manera indirecta, desestabilizando su moral y su fuerza de combate.

Desde su escondite, comenzó a tramar un nuevo plan. Si no podía controlar a Evan, Kota, Katsuma y Senjuro, podría utilizar su locura para sembrar desconfianza y división entre ellos y sus aliados. Las noticias de su estado mental se propagarían, y Muzan sabía que eso podría hacer que los héroes se cuestionaran su capacidad para proteger a otros, especialmente a aquellos que habían sido sus amigos.

En el manicomio, los pilares y héroes luchaban por ayudar a los jóvenes, y Muzan se deleitaba con la idea de que, a pesar de sus esfuerzos, la sombra de su influencia seguía presente. Sin embargo, aunque la oscuridad parecía dominar, había una chispa de esperanza en los corazones de quienes creían en la recuperación. Así, la batalla entre la luz y la oscuridad continuaría, mientras los héroes luchaban no solo contra Muzan, sino también contra el trauma y la locura que él había sembrado.

En el manicomio, la desesperación de Evan (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai) y Senjuro había llegado a un punto crítico. Consumidos por la locura y el trauma, se dejaron llevar por un instinto primario de supervivencia, atacando a los médicos que intentaban ayudarlos. Con un frenesí incontrolable, se lanzaron sobre ellos, devorando a quienes solo buscaban su bienestar.

El caos que se desató fue aterrador. Gritos de terror y desesperación llenaron el aire mientras el personal médico intentaba contener la situación. Pero la fuerza y la furia de los cuatro jóvenes superaron cualquier intento de control. Sus instintos demoníacos habían despertado, y la violencia era la única respuesta que conocían.

Tras este violento episodio, fueron capturados nuevamente y enviados al Tártaro, la prisión más temida, donde se guardaban a los villanos más peligrosos del mundo. La atmósfera era densa y opresiva, con grilletes y cadenas que resonaban en cada movimiento.

All For One, el maestro del engaño y la manipulación, estaba allí, observando a los cuatro jóvenes con una sonrisa satisfecha en su rostro. Encadenados y con camisas de fuerza, Evan, Kota, Katsuma y Senjuro eran un espectáculo para él. La forma en que habían caído de la gracia y sucumbido al instinto salvaje era una fuente de deleite.

"¿Ven esto? Este es el futuro de aquellos que se atreven a desafiarme," dijo All For One, su voz suave y llena de poder. "Son sombras de lo que eran, pero eso es lo que los hace útiles. La locura puede ser un gran aliado, si se sabe cómo aprovecharla."

Los gritos de los jóvenes resonaban en el frío silencio de la prisión, una mezcla de frustración, ira y un toque de dolor. Aunque estaban atrapados, All For One sabía que podría manipular su locura en su beneficio. En su mente, estos cuatro ex aliados eran herramientas que podría usar en su búsqueda de poder.

Afuera, los pilares, los héroes y los alumnos de la U.A. seguían luchando por entender la magnitud del sufrimiento que habían soportado Evan, Kota, Katsuma y Senjuro. Pero mientras ellos se esforzaban por encontrar una solución, All For One tramaba un plan más oscuro, uno que podría significar la caída de los héroes y el resurgimiento de su propio dominio.

All For One observaba a través del cristal con una sonrisa enigmática mientras las sombras de sus pensamientos se tejían en su mente. "Muy pronto seré libre," musitó, su voz resonando con una mezcla de confianza y anticipación. "Y en ese momento, mi recipiente, el verdadero sucesor del All For One original, robará el One For All de mi hermanito, Yoichi."

Mientras hablaba, su mirada se centró en Evan (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai) y Senjuro, quienes estaban atrapados en sus camisas de fuerza, aún luchando contra las secuelas de las torturas que habían sufrido. "Estos cuatro son más que simples armas. Son mis armas biológicas, con un potencial inmenso. Con su poder, puedo reescribir el destino de esta guerra."

Muzan, que se encontraba al lado de All For One, frunció el ceño. "No olvides que esos cuatro son un producto de tus propios experimentos. Su lealtad y locura podrían volverse en tu contra. La locura que les has infligido puede hacer que no te obedezcan cuando más lo necesites."

All For One giró la cabeza, mirándolo con desdén. "No te preocupes, Muzan. He manejado peores situaciones. La locura puede ser útil. Solo necesito darles un propósito. Cuando estén listos, los utilizaré para ejecutar mis planes. Y, una vez que roben el One For All, la balanza se inclinará a nuestro favor."

Las lunas superiores escucharon en silencio, sabiendo que la ambición de All For One era peligrosa, pero también intrigante. Si lograba controlar a Evan, Kota, Katsuma y Senjuro, podrían convertirse en las armas que cambiarían el rumbo de la lucha contra los cazadores y los héroes.

"Además," continuó All For One, su voz cargada de malicia, "mientras ellos estén bajo mi control, no hay nada que los héroes puedan hacer. Y cuando finalmente me libere, el mundo entero conocerá mi verdadero poder. Esta es solo la primera etapa de mi regreso."

Muzan asintió lentamente, sintiendo que la tensión entre ellos se mantenía. Aunque había logrado hacer un trato con All For One, siempre existía el peligro de que sus intereses chocaran. Sin embargo, en ese momento, ambos sabían que el futuro era incierto y que el destino de muchos estaba en juego.

Kokushibo miró a All For One con una mezcla de interés y desdén. "Tu quirk original, junto con todos los que has robado, te hacen poderoso, pero no tan invulnerable como crees. Siempre hay un precio que pagar por el poder." Su voz era profunda y resonante, reflejando la historia de su propia transformación en un demonio.

All For One sonrió, sin inmutarse ante el desafío. "Tienes razón, Kokushibo. Pero no se trata solo de poder; se trata de control. Mi doctor ha logrado duplicar mi All For One y todos mis quirks. Mientras yo tenga la copia, el original será otorgado a mi sucesor, Tenko Shimura, conocido como Tomura. Él será mi recipiente y, juntos, forjaremos un nuevo mundo."

La ambición de All For One era palpable en el aire. "Con su cuerpo perfecto, seré el rey demonio de este mundo, y el One For All será mío. Todo lo que he perdido, todo lo que he anhelado, estará finalmente al alcance de mi mano."

Kokushibo, sintiendo que la conversación se tornaba hacia un lugar oscuro, desvió la mirada hacia Evan (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai) y Senjuro. "Lamento que estos cuatro vayan a volver a congelarse en ese lugar que enviaste, Muzan. Pero a veces, el sufrimiento puede ser un poderoso catalizador para la transformación."

Muzan, que estaba escuchando en silencio, finalmente habló. "Sus cuerpos pueden ser inmortales, pero sus mentes son frágiles. Lo que has hecho con ellos puede ser útil, pero también pueden volverse en tu contra, All For One." Su tono era calculador, y la tensión entre los tres se intensificaba con cada palabra.

"Mientras estén bajo mi control, no habrá ningún problema," afirmó All For One con confianza. "Una vez que recuperen su poder y su mente, estarán listos para convertirse en los soldados que necesito en esta nueva era. Y cuando tome el One For All, nadie podrá detenerme."

Kokushibo, viendo cómo la conversación se movía hacia la paranoia y la ambición desmedida, se preguntó si realmente estaban preparados para lo que vendría. La unión de sus fuerzas podría ser una doble espada de filo, y el tiempo diría quién prevalecería en esta oscura lucha por el poder.

Mientras Evan (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai) y Senjuro se encontraban en sus celdas, una chispa de lucidez comenzó a encenderse en sus mentes. A pesar de la tortura sufrida y el trauma que los había dejado al borde de la locura, el instinto de supervivencia era más fuerte.

En un momento de claridad, activaron un pequeño dispositivo oculto en sus muñecas, que habían logrado ocultar de los guardias. Este dispositivo emitía ondas de radio que interferían con la comunicación de los que los vigilaban. Así, pudieron cortar la conexión y evitar que los guardias escucharan el plan de All For One.

"Si logramos desactivar las comunicaciones, podemos actuar sin que nadie lo sepa," murmuró Evan, su voz apenas audible pero llena de determinación. Kota, con su habilidad para manipular sueños, comenzó a planear cómo podrían utilizar sus poderes en conjunto una vez liberados.

"Tal vez podamos crear una distracción," sugirió Katsuma, con la mente trabajando a mil por hora. "Podemos usar el ambiente a nuestro favor, hacer que el lugar se vuelva caótico y aprovechar el momento para escapar."

Senjuro, sintiendo que la adrenalina comenzaba a fluir en su cuerpo, asintió. "No podemos quedarnos aquí. Si Muzan y All For One piensan que somos sus armas, entonces usaremos eso en su contra."

Con su conexión ahora asegurada, los cuatro comenzaron a murmurar estrategias, ideando un plan para liberar sus poderes y escapar de la celda. Sabían que una vez fuera de esa prisión, podrían unir fuerzas y hacer frente a sus captores.

Mientras tanto, Muzan, All For One y Kokushibo seguían hablando, inconscientes de que su conversación había sido escuchada. La tensión crecía en el aire, y la posibilidad de una traición inminente comenzaba a tomar forma.

"Recuerden, una vez que salgamos, debemos actuar rápido y con precisión," dijo Evan. "No podemos permitir que nos atrapen de nuevo."

Kota sonrió levemente. "Esta vez, seremos nosotros quienes controlen el juego."

Con sus corazones latiendo al unísono, los cuatro se prepararon para lo que sería su lucha más difícil hasta el momento. La esperanza de la libertad brillaba en sus ojos, mientras el plan para recuperar su destino se gestaba en sus mentes.

All For One, al darse cuenta de que Evan (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai) y Senjuro habían logrado cortar las comunicaciones, sintió una mezcla de irritación y admiración. "Parece que esos cuatro locos son más astutos de lo que pensaba", dijo con una sonrisa sardónica. "Nadie oyó nada de nuestra conversación gracias a ellos."

Muzan, al escuchar esto, frunció el ceño. "No subestimes su capacidad. Pueden haber perdido la cordura, pero aún tienen instintos de supervivencia. Deberíamos asegurarnos de que no tengan la oportunidad de escapar."

Kokushibo, cruzando los brazos, agregó: "Si esos cuatro se liberan, podrían ser un peligro. Sus poderes son inusuales y han demostrado ser más fuertes de lo que aparentan."

"Sí, pero no tenemos tiempo que perder," respondió All For One, su voz llena de confianza. "Aprovechemos este momento. Voy a enviar a unos de mis mejores esbirros a investigar. Si descubren qué planean, podremos deshacernos de ellos antes de que se conviertan en un problema."

Muzan asintió, y en su mente, una oleada de estrategia comenzó a tomar forma. "Mientras tanto, voy a reforzar las celdas. Nadie se escapará de mis garras otra vez."

Con ese plan en marcha, los tres villanos comenzaron a preparar sus movimientos, sin saber que Evan, Kota, Katsuma y Senjuro ya estaban trazando su propia estrategia para liberarse y enfrentar a sus captores.

El tiempo se volvía crítico, y mientras All For One y Muzan comenzaban a actuar, el grupo de cuatro se preparaba para dar un golpe inesperado. La tensión en el aire era palpable, y ambos lados sabían que la batalla que se avecinaba podría cambiar el rumbo de la historia.

Evan (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai) y Senjuro, tras sufrir el ataque de locura, sintieron un estallido de energía recorriendo sus cuerpos. Era como si la desesperación y el sufrimiento acumulado durante semanas les hubieran otorgado un impulso inesperado. Con un esfuerzo conjunto, lograron liberarse de las camisas de fuerza que los mantenían atados.

Mientras la comunicación de Tartaro volvía a la normalidad, el grupo, aunque aún tambaleándose, se miró entre sí con una mezcla de determinación y confusión.

"¡Ahora! ¡No podemos dejar que nos atrapen de nuevo!" gritó Evan, su voz resonando con fuerza en la celda.

Kota asintió, sintiendo cómo la locura se convertía en claridad. "Debemos salir de aquí antes de que regresen. Ellos no pueden controlarnos si estamos juntos."

Katsuma, sintiendo la adrenalina, empezó a buscar una salida. "Hay que encontrar alguna forma de romper estas cadenas. Si somos inmortales, al menos podemos resistir un poco más."

Senjuro, aún recuperándose del impacto, se concentró en su entorno. "Tal vez podamos usar nuestros poderes de alguna manera. Si combinamos nuestras habilidades, podríamos crear una distracción o incluso desatar un ataque que nos ayude a escapar."

Mientras el grupo se preparaba para actuar, una voz resonó a través de los altavoces de Tartaro, interrumpiendo sus pensamientos. "¡Atención, prisioneros! Se detectó un intento de fuga. Activando protocolos de seguridad."

Los grilletes en sus pies comenzaron a electrificarse, y las luces de la celda parpadearon. Sin perder un segundo, los cuatro se miraron, sus miradas llenas de resolución.

Evan (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai) y Senjuro rompieron el vidrio de la celda con un poderoso golpe, el sonido del cristal estallando resonando por los oscuros pasillos de Tartaro. Sin dudarlo, comenzaron a correr, el impulso de la libertad guiándolos a través del laberinto de la prisión.

Mientras All For One observaba, una risa retumbó en sus labios. "¡Impresionante! Pero no se emocionen demasiado, porque no escaparán tan fácilmente."

Los guardias, alertados por el estruendo, se lanzaron tras ellos. Sin embargo, los cuatro no se detuvieron. En un acto sincronizado de desesperación y determinación, activaron el don de Kurogiri, creando una niebla espesa que envolvió su entorno. La habilidad de manipular la oscuridad les permitió abrir un portal hacia la libertad.

"¡Sigan corriendo!" gritó Evan, guiando a sus compañeros hacia el portal que se había formado. Con cada segundo que pasaba, la presión de ser atrapados aumentaba. Sintieron la presencia de los guardias acercándose, pero ya era demasiado tarde.

Kota fue el primero en atravesar el portal, seguido de Katsuma y Senjuro. Antes de que Evan pudiera cruzar, escuchó un grito a sus espaldas.

"¡Deténganse!"

Pero era demasiado tarde. Con un último salto, Evan se lanzó a través del portal, y un momento después, se encontraron en un lugar desconocido, lejos de la prisión.

Cayendo al suelo, el grupo se tomó un momento para recuperar el aliento. Senjuro miró a su alrededor, reconociendo que estaban en un bosque denso. "¿Dónde estamos?"

"No lo sé, pero estamos libres," respondió Evan, todavía sintiendo el eco de la prisión en su mente.

"Debemos movernos antes de que nos encuentren," dijo Kota, la adrenalina aún fluyendo por sus venas.

Katsuma asintió, con su mirada fija en el camino por delante. "Vamos. No miren atrás. Solo sigan corriendo."

Con eso, comenzaron a avanzar, usando su velocidad y habilidades para esconderse en la naturaleza. Mientras se alejaban, el bosque se convirtió en su refugio temporal, y el sonido de la prisión se desvaneció, pero sabían que la batalla estaba lejos de terminar. Muzan y All For One no se detendrían hasta haberlos recuperado, y ellos debían prepararse para enfrentar a sus antiguos captores, esta vez con más fuerza y determinación que nunca.

La noticia de que Evan (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai) y Senjuro habían logrado escapar de Tartaro corrió como la pólvora. Los medios de comunicación estaban al borde de la histeria, y los titulares llamaban la atención de todos: "Los cuatro prisioneros legendarios escapan de la prisión más segura del mundo".

Los Pilares, alumnos de la U.A., y los Pro Heroes se reunieron en la sala de estrategia del cuartel general. Las expresiones de incredulidad y sorpresa llenaban la habitación.

"¿Es cierto? ¿Realmente escaparon?" preguntó Kagaya, con un brillo de esperanza en sus ojos.

Tanjiro, siempre el optimista, asintió. "Sí, lo han hecho. He oído que su vínculo les dio la fuerza suficiente para liberarse de las camisas de fuerza y romper el vidrio de su celda. Es increíble lo que han logrado."

Zenitsu casi se cae de su asiento de la emoción. "¡Esto es asombroso! Pero... ¿y si Muzan y All For One están detrás de ellos? ¡Podrían estar en peligro!"

William, Gregory, Mike y Elizabeth estaban entre la multitud, con rostros serios. Gregory cruzó los brazos y dijo: "Debemos reunir a todos los héroes y prepararnos para cualquier eventualidad. No podemos permitir que esos dos los encuentren."

Kanao, que había estado escuchando en silencio, se adelantó. "Si logran mantenerse unidos, tienen una oportunidad. Pero necesitamos hacer un plan para protegerlos y, si es necesario, luchar junto a ellos."

Mientras tanto, en otro rincón de la sala, Eri y Nezuko se miraban entre sí, con preocupación reflejada en sus ojos. "Espero que estén bien," murmuró Eri. "No sé qué les hicieron allí."

Nezuko asintió, apretando los puños. "Haremos todo lo posible para ayudarles. No están solos."

El ambiente en la sala se tornó más serio. Sabían que, aunque la noticia de la fuga era esperanzadora, también representaba un peligro inminente. Muzan y All For One seguramente no se quedarían de brazos cruzados. Era hora de prepararse para lo que estaba por venir, y cada uno tenía un papel que desempeñar en esta nueva batalla.

La salida de Evan, Kota, Katsuma y Senjuro no solo había alterado el orden del día, sino que había encendido una chispa de determinación entre los héroes y los cazadores, listos para enfrentar cualquier desafío que se presentara. La esperanza renació, y el trabajo en equipo se convirtió en su prioridad.

Después de su fuga de Tartaro, Evan (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai) y Senjuro se encontraron buscando refugio en un mundo que, aunque lo conocían, había cambiado drásticamente para ellos. La sensación de libertad era abrumadora, pero el miedo a ser recapturados los mantenía en alerta.

Encontraron un depósito de chatarra abandonado, un lugar lleno de sombras y silencio. Era perfecto para esconderse mientras planificaban su siguiente movimiento. La estructura estaba repleta de piezas de metal viejas y objetos olvidados, lo que les daba un aire de protección. Decidieron establecer su nuevo hogar allí, creando un espacio cómodo entre los escombros.

En un arranque de locura y necesidad de recuperar algo de normalidad, decidieron explorar la ciudad en busca de ropa, especialmente aquellas prendas que les daban un sentido de conexión con su pasado. Así fue como, en una escapada a una tienda cercana, robaron una cantidad considerable de bragas y ropa interior. La adrenalina del robo, aunque era un acto desesperado, les provocó risas nerviosas. Era un alivio momentáneo en medio del caos que habían experimentado.

Mientras estaban en el depósito de chatarra, comenzaron a crear un pequeño refugio. Con el tiempo, recolectaron cosas útiles y encontraron formas creativas de reutilizar los materiales que les rodeaban. Aunque su situación era precaria, la camaradería entre ellos se fortaleció. A menudo compartían historias de sus experiencias y se apoyaban mutuamente en sus momentos de debilidad.

"Esto no es tan malo," dijo Kota, acomodándose en una esquina llena de mantas improvisadas. "Podríamos hacer de esto un hogar."

Senjuro, con una sonrisa, agregó: "Al menos estamos juntos. No importa dónde estemos, siempre que estemos juntos, eso es lo que importa."

A pesar de los desafíos que enfrentaban, este refugio en el depósito de chatarra se convirtió en un símbolo de su nueva vida. Aunque tenían que estar en constante movimiento y alertas, la unidad que habían forjado les daba la fuerza necesaria para seguir adelante. Con el tiempo, también comenzaron a planear cómo podrían volver a unirse con sus amigos y aliados, sabiendo que su lucha estaba lejos de terminar.

Evan (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai) y Senjuro, tras su escape de Tartaro y su asentamiento en el depósito de chatarra, decidieron que era esencial mantener sus preciadas prendas de ropa interior a salvo, especialmente después de la conmoción que habían vivido. Con su poder de manipulación de dimensiones, cada uno de ellos utilizó sus quirks para crear una dimensión de bolsillo donde pudieran guardar sus pertenencias.

La dimensión era un espacio seguro y oculto, lleno de luz suave que parecía sacada de un sueño. Allí, cada uno tenía su propio rincón para organizar y cuidar sus cosas. Rui se encargó de colocar las prendas con delicadeza, asegurándose de que estuvieran bien dobladas y protegidas. La habitación parecía un pequeño armario, con estanterías llenas de ropa interior de diversos colores y estilos, reflejando su personalidad y la conexión que tenían con su vida anterior.

"Este lugar es genial," comentó Kota mientras miraba el espacio que habían creado. "Es como un pequeño secreto solo para nosotros."

"Y lo mejor es que nadie puede encontrarlo," añadió Senjuro con una sonrisa, sintiéndose aliviado de tener un refugio seguro para sus cosas más personales.

Katsuma, emocionado, comenzó a organizar su sección. "¡Miren esto! Este es mi favorito," dijo, sosteniendo una prenda con un diseño llamativo de galaxias. La camaradería y la risa llenaban el espacio mientras compartían sus historias y recordaban momentos pasados.

La dimensión de bolsillo no solo se convirtió en un lugar para guardar su ropa, sino también en un símbolo de su unidad y su nueva vida. Sabían que aún tenían que enfrentar muchos desafíos, pero al menos en ese pequeño rincón del mundo, podían encontrar consuelo y compañía, libres de las sombras del pasado. Cada vez que abrían la puerta a su dimensión, era un recordatorio de su fortaleza y de los lazos que los unían, listos para enfrentar lo que viniera.


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