capitulo 10
Historia del Astro Detainer y su Contexto
Después de los intensos eventos de Deika City, el caos y la confusión continuaron afectando a los héroes y villanos en el mundo de My Hero Academia. En este escenario, Twice, con su capacidad de crear dobles, ideó un plan para que el doble de Rikiya Yotsubashi (el Presidente de Detnerat) asumiera su papel mientras el verdadero Rikiya se centraba en sus actividades con el Frente de Liberación Paranormal.
Durante una reunión en la sede de la Comisión de Seguridad Pública de Héroes, el doble de Rikiya logró burlar las sospechas de los presentes. Sin embargo, lo que se presentaba como un encuentro de negocios pronto se convirtió en una trampa mortal cuando varios héroes y policías intentaron arrestarlo. Aparentemente desprotegido, el doble aprovechó el momento para lanzar un ataque sorpresa, causando una masacre en el edificio y dejando claro que sus intenciones eran mucho más oscuras de lo que aparentaba. Con la declaración de que su "pueblo" deseaba "orden sin orden" y que "las semillas ya han sido sembradas", se desvaneció entre las heridas, dejando a la Comisión y a los héroes atónitos.
La Recuperación de los Héroes
En el hospital, Katsuki Bakugo se despertó entre sus compañeros, quienes lo recibieron con alegría. Mientras tanto, los héroes heridos se encontraban en un estado crítico, y muchos de ellos eran atendidos en el Hospital Central, un lugar de vanguardia que ofrecía tratamientos médicos avanzados. Katsuki se preocupó por el estado de sus amigos y compañeros, especialmente tras enterarse de que muchos de ellos habían sufrido heridas graves en la batalla.
Gran Torino, aunque vivo, se encontraba en cuidados intensivos, reflexionando sobre decisiones pasadas y la carga emocional de su historia. En otro lugar del hospital, Shota Aizawa y otros estudiantes discutían el caos que se había desatado tras la última batalla, con protestas de la población que exigían respuestas y reclamaban la seguridad de los héroes.
La Tensión Familiar
El ambiente se tornó aún más tenso con la presencia de la familia de Shoto Todoroki, quienes lidiaban con el escándalo relacionado con Endeavor y Dabi. Shoto, preocupado por lo que sucedería con su padre y la repercusión de su relación con Dabi, reflexionó sobre su propia identidad y lo que significaba enfrentarse a su hermano. Se dio cuenta de que la lucha no era solo contra Dabi, sino una batalla interna por su propia aceptación.
El Pasado de Hawks
Mientras tanto, el héroe Hawks luchaba contra los recuerdos de su infancia abusiva y el impacto que tuvo en su vida. Recordó cómo sus padres lo habían traicionado, y cómo el encuentro con Endeavor le dio una nueva perspectiva de esperanza. Sin embargo, a medida que se desarrollaban los eventos, Hawks se vio obligado a jugar un juego peligroso al colaborar con Dabi y su plan, incluyendo un engaño que involucraba su propia "muerte".
Con Best Jeanist a su lado, Hawks reflexionó sobre su estado actual y la delgada línea que separaba la vida de la muerte, gracias a los avances médicos del Hospital Central. La conexión entre el pasado y el presente se volvió un tema recurrente, mientras los héroes y villanos navegaban por un mundo donde la lealtad y la traición coexistían.
Creación del Astro Detainer Mejorado Mini
En este contexto tumultuoso, la creación del Astro Detainer Mejorado Mini se volvió fundamental. Este dispositivo fue diseñado por Izuku (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai), Senjuro y Eri (Nezuko), quienes, tras experimentar las secuelas de la batalla y las pérdidas, comprendieron la necesidad de contar con una herramienta eficaz para luchar contra las amenazas emergentes.
El Astro Detainer Mejorado Mini no solo se convirtió en un arma versátil en combate, sino también en un símbolo de la esperanza y la determinación de los héroes para enfrentar a aquellos que buscan sembrar el caos en el mundo. Con su tecnología avanzada y su diseño optimizado, representaba la capacidad de los héroes para adaptarse y superar las adversidades, estableciendo un nuevo estándar en la lucha contra el mal.
Escena en el laboratorio de la Comisión de Héroes
La luz fluorescente parpadeaba levemente en el laboratorio de la Comisión de Héroes, donde Maeda, Mizudaira y Makoto Yaorozu se reunieron en torno a una mesa llena de pantallas y mapas. Los rostros de los tres eran una mezcla de determinación y emoción al trazar un plan para atrapar a sus nuevos enemigos: Izuku (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai), Senjuro y Eri (Nezuko).
Makoto: (con voz firme) Ellos no les interesan ni a los héroes ni a los villanos. Lo que buscan es destruir a los demonios, a Muzan y a las seis Lunas. Pero no pueden seguir haciéndolo a nuestro lado. Necesitamos detenerlos.
Mizudaira: (riendo con desdén) Jaja, eso es verdad. Tan pronto como esos bastardos caigan, los héroes y la sociedad volverán a ser nuestras perras, como siempre lo han sido. Imagínate, Maeda. Capturaremos a Izuku (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai), Senjuro y Eri (Nezuko) para obtener su tecnología y sus armas.
Maeda observó el mapa desplegado frente a ellos, destacando los puntos de contacto de los cinco. Había algo en su disposición que lo hacía sentir inquieto, pero también emocionado. Sabía que si lograban atraparlos, no solo recuperarían su control, sino que también tendrían una ventaja inmensa en la lucha contra Muzan y sus demonios.
Maeda: (pensativo) Necesitamos ser astutos. No podemos subestimar sus habilidades. Han demostrado ser increíblemente fuertes y estratégicos. La última vez que se enfrentaron a nosotros, sus habilidades estaban más allá de lo que cualquier villano o héroe ha mostrado.
Makoto: (sonriendo) Exactamente. Por eso debemos aprovechar sus debilidades. Hay rumores de que están buscando una forma de desmantelar a Muzan y a las Lunas. Si podemos hacer que se enfrenten entre ellos, será más fácil atraparlos.
Mizudaira: (con una mirada maliciosa) Sí, y mientras tanto, podemos infiltrarnos en su red. No podemos permitir que sigan ganando poder. Cada día que pasa, se hacen más fuertes. ¡Es hora de actuar!
Mientras los tres discutían sus planes, las luces del laboratorio brillaban intensamente, iluminando los rostros de los que pronto se convertirían en sus enemigos. La tensión en el aire era palpable, con la promesa de traición y estrategia.
La captura de Izuku (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai), Senjuro y Eri (Nezuko) estaba en marcha, y la Comisión de Héroes estaba decidida a recuperar el control de la situación a toda costa.
Escena en el mercado y el laboratorio de la Comisión de Héroes
El coche de Best Jeanist se detuvo abruptamente en el bullicioso mercado, donde se oían gritos y el caos reinaba. Al salir, se encontró con Hawks, quien le informó rápidamente sobre un grupo de villanos causando problemas: la Pandilla del Dios Glotón. Best Jeanist, conocido por su habilidad para atrapar villanos con su tela, se preparó para actuar.
Best Jeanist: (con voz decidida) No podemos permitir que esto continúe. ¡Vamos a detenerlos!
Con rapidez y eficiencia, Best Jeanist capturó a los villanos, envolviéndolos en su tela y dejándolos incapacitados. Sin embargo, al mirar a su alrededor, notó la expresión de desconfianza en muchos de los rostros de los transeúntes.
Best Jeanist: (frustrado) ¿Dónde está la policía? ¿Dónde están los héroes locales?
Un transeúnte se acercó, sus ojos llenos de preocupación.
Transecto: La policía está ocupada lidiando con prisioneros fugados, y la mayoría de los Pro Heroes han cerrado sus agencias después de todas las críticas que les han lanzado.
Best Jeanist sintió un nudo en el estómago. No solo había capturado a los villanos, sino que su imagen como héroe estaba siendo cuestionada. Se dio cuenta de que la crisis actual había minado la confianza de la población, y muchos lo miraban con desprecio.
Best Jeanist: (pensando para sí mismo) La situación ha empeorado más de lo que imaginaba. Necesitamos actuar, pero... ¿cómo?
Decidió enviar a algunos de sus compinches a patrullar el vecindario y tomar nota de la respuesta mixta de los ciudadanos. Mientras tanto, la atmósfera de desconfianza continuaba creciendo. Muchos ciudadanos ya no confiaban en los héroes, y algunos habían perdido toda esperanza.
Escena en la casa de Hawks
Más tarde, Hawks llevó a Best Jeanist a su casa, su mente llena de dudas y pesares. Quería confirmar algo antes de volver a mostrar su rostro al público. Entró y llamó a su madre, pero no hubo respuesta. En su lugar, encontró una carta.
Hawks: (leyendo la carta) "Mis queridos, he decidido irme para no ser una carga para ti. Algunos hombres me obligaron a hablar sobre nuestra familia, y no puedo permitir que eso te afecte. Siempre estaré orgullosa de ti. Crece fuerte, como siempre quise."
Las palabras le golpearon con fuerza. Hawks cerró los ojos, sintiendo un torrente de emociones. Había pensado que la filtración provenía de su madre, pero ahora entendía la verdad.
Hawks: (con voz quebrada) Pensé que eras tú... Pero, ¿cómo pude ser tan egoísta?
Best Jeanist intentó consolarlo, pero Hawks se sintió cada vez más abrumado.
Hawks: Cuando abandoné el nombre 'Takami', esencialmente la abandoné a ella. Es un alivio saber la verdad, pero el peso de la culpa sigue aquí. Ahora que la Comisión de Seguridad ha cerrado, estoy libre de grilletes.
Mientras se quitaba el collarín, recordó el día en que su madre le compró un peluche de Endeavor.
Hawks: (reflexionando) Cuando las personas son arrinconadas, es cuando muestran su verdadera naturaleza. Por eso consideraba a Twice una buena persona. Quería ayudar a los demás, como debería ser.
Best Jeanist: (intrigado) Entonces, ¿qué planeas hacer ahora?
Hawks: (decidido) Voy a abordar mis orígenes. Tengo que ayudar a Endeavor. Sabe que está en problemas, y yo debo hacer algo.
Caos en las áreas urbanas
Mientras tanto, en todo el país, el caos se desataba. La fuga de villanos agravaba la situación, y grupos como la Pandilla Cider House empezaban a robar en medio del desorden. Los ciudadanos, desesperados, intentaban defenderse, pero su falta de entrenamiento solo provocaba más desgracias.
Wash, alertado por los disturbios, corrió hacia Shinjuku, pero llegó demasiado tarde. Los destrozos eran evidentes, y los gritos de pánico resonaban en el aire.
Wash: (frustrado) ¿Por qué siempre llego tarde?
Un civil lo golpeó con una sartén, culpándolo de su llegada tardía.
Civil: ¡Estábamos en nuestras casas! ¿Por qué no pudiste llegar a tiempo?
A pesar de su rabia, Wash se mantuvo firme y utilizó su Don para crear burbujas que desinfectaban a los heridos y los transportaban al hospital.
Renuncias y desesperación de los héroes
Al mismo tiempo, el Héroe Equipado: Yoroi Musha, anunció su repentino retiro, alegando que la constante destrucción lo había dejado sin otra opción. En realidad, su decisión se debió a que el amor y el respeto que había ganado como héroe se estaban desvaneciendo. Sus palabras provocaron una ola de descontento entre sus fanáticos, quienes veían su renuncia como un acto de cobardía.
El ambiente se tornó tenso. Los héroes comenzaron a renunciar uno tras otro, sintiendo que la sociedad pacífica que habían luchado por proteger se desmoronaba. La figura de Endeavor se convirtió en el blanco de la ira popular, mientras un villano liberado sonreía al reclamar sus armas, sintiendo que su ambición estaba por fin al alcance.
En Kamino, la estatua de All Might fue vandalizada, simbolizando la caída de la esperanza en el corazón de la sociedad.
La lucha entre héroes y villanos continuaba, pero la confianza de la gente en los héroes se desvanecía, y el futuro parecía más oscuro que nunca.
La Base del Futuro
En un mundo donde los héroes luchan por recuperar la confianza del pueblo, un grupo de jóvenes inadaptados se une para formar un equipo inusual en su laboratorio clandestino. Izuku, también conocido como Rui Ayaki, había reunido a Kota, Katsuma, Senjuro y Eri para diseñar armas que pudieran ayudar a proteger a los inocentes de la creciente amenaza de los villanos. Cada uno de ellos, con sus propias habilidades y talentos, se había convertido en un experto en el diseño y creación de armamento, trabajando incansablemente en su base secreta.
El laboratorio, una mezcla de tecnología avanzada y un ambiente familiar, estaba lleno de planos y prototipos. Las paredes estaban decoradas con mapas de la ciudad y diagramas de armas. Un gran centro de trabajo en el medio contenía una variedad de herramientas y materiales, desde metales brillantes hasta componentes electrónicos. La atmósfera era intensa, pero también se sentía un aire de camaradería entre ellos.
Un Día de Trabajo
Izuku, Kota, Katsuma y Senjuro trabajaban en bragas, sintiendo el calor de la actividad y el deseo de estar cómodos mientras se concentraban en sus tareas. Eri, en cambio, prefería llevar unos shorts y una camisa sin mangas, que le permitían moverse libremente mientras ayudaba a mezclar componentes químicos. A pesar de su juventud, Eri era increíblemente inteligente y aportaba ideas brillantes que sorprendían a todos.
Mientras tanto, el Scientist TV Man, el cerebro detrás de la operación, supervisaba el progreso de su equipo. Con su bata de laboratorio blanca y un bolsillo que ostentaba una etiqueta que decía "TV Woman's TV", era el centro de atención. Su cabeza recordaba a la de Normal TV Man, pero con un toque más científico. Era un líder carismático, capaz de inspirar a sus jóvenes colegas a trabajar con dedicación y creatividad.
El camarógrafo científico jefe, con su cámara oscura que recordaba a un ojo y brazos metálicos expuestos, documentaba cada momento del trabajo del equipo. Vestía una camisa de oficina blanca, jeans negros y llevaba una pequeña cámara en el pecho que brillaba con un resplandor azul. Él se encargaba de asegurar que cada invento quedara registrado para futuras mejoras y análisis.
La Creación de un Nuevo Armamento
En una esquina del laboratorio, el Chief Láser Scientist Bots, un inodoro Contriver Skibidi, estaba equipado con armamento de última tecnología. Con cañones láser a los lados y un teclado adjunto, podía acceder a habilidades avanzadas. Este inodoro robot era tanto un ingeniero como un combatiente, listo para asistir en cualquier situación de peligro. A pesar de su apariencia inusual, el equipo había aprendido a confiar en él por su astucia y su inteligencia artificial avanzada.
Mientras trabajaban, las conversaciones eran animadas. Izuku compartía sus ideas sobre un nuevo tipo de arma que podría ayudar a neutralizar a los villanos sin causar daño permanente. Kota y Katsuma discutían sobre la mejora de las defensas de su laboratorio, mientras Senjuro ayudaba a Eri con el diseño de un dispositivo que podría desactivar las explosiones. La colaboración era clave, y todos estaban comprometidos en crear algo verdaderamente innovador.
Una Nueva Amenaza
Sin embargo, la paz en su laboratorio no duró mucho. Rumores de una nueva ola de ataques de villanos comenzaban a circular. La Pandilla del Dios Glotón había sido avistada en el mercado, y la incertidumbre llenaba el aire. Con la fe de la gente en los héroes tambaleándose, Izuku y su equipo sabían que su trabajo era más importante que nunca.
Decididos a hacer una diferencia, el grupo se preparó para salir al mundo exterior y poner a prueba sus creaciones. Con el Scientist TV Man liderando la carga, se armaban con sus nuevas armas, listos para enfrentar a cualquier villano que se interpusiera en su camino. Sabían que la verdadera batalla estaba por comenzar, pero estaban listos para luchar no solo por ellos mismos, sino también por aquellos que ya no creían en los héroes.
El Comienzo de una Nueva Era
Mientras se dirigían a la superficie, Izuku miró a sus amigos y supo que, a pesar de las adversidades, juntos podían superar cualquier obstáculo. Su determinación brillaba más que cualquier arma que pudieran crear. En ese momento, no solo eran un grupo de jóvenes inventores; eran un equipo de héroes, dispuestos a recuperar la fe de la gente y demostrar que la verdadera valentía no reside solo en los poderes, sino en el deseo de proteger a los demás.
La Broma de Eri
Mientras Izuku, Kota, Katsuma y Senjuro continuaban trabajando en su laboratorio, el ambiente estaba lleno de risas y camaradería. Los cuatro amigos, ataviados solo con sus bragas, se concentraban en un nuevo proyecto, discutiendo las especificaciones de su último invento. Era un día cálido, y la comodidad de la ropa ligera les permitía moverse con facilidad.
Eri, quien estaba a su lado con su camisa sin mangas y shorts, observaba con una mezcla de diversión y curiosidad. Aprovechando un momento de distracción, decidió hacer una pequeña broma. Con una sonrisa traviesa, se acercó sigilosamente a los cuatro chicos.
"¡Tortugas!", exclamó de repente, dando una nalgada a cada uno de ellos al mismo tiempo.
El sonido de los golpes resonó en el laboratorio, y los cuatro chicos soltaron un gemido unísono de sorpresa y confusión. "¡Eri!" gritaron al unísono, sus caras enrojeciéndose instantáneamente. Las miradas de sorpresa se transformaron rápidamente en sonrisas mientras se sonrojaban aún más, sintiéndose un poco avergonzados.
Eri, riendo a carcajadas, los miró con alegría. "¡Vaya, son tortugas!" dijo, disfrutando de la reacción de sus amigos. La risa contagiosa de Eri llenó el laboratorio, y poco a poco, los chicos comenzaron a reírse también, aunque aún se sintieran algo avergonzados.
Izuku (Rui Ayaki) intentó recuperar la compostura. "Eso no fue justo, Eri. ¡Estamos trabajando aquí!" dijo, aunque su tono no podía ocultar su diversión.
Kota y Katsuma intercambiaron miradas cómplices y, después de un momento de duda, decidieron que sería divertido seguir con la broma. "¡Deberías hacerlo de nuevo!" sugirió Katsuma, provocando una nueva oleada de risas.
Senjuro, sonrojado, miró a Eri y dijo entre risas, "Tal vez deberíamos ponernos más ropa antes de que decidas que somos tortugas de nuevo".
Eri sonrió ampliamente, disfrutando de su pequeña broma y de la alegría que había traído al grupo. "¡Está bien! Pero solo porque son mis tortugas favoritas", respondió, divertida.
La atmósfera del laboratorio se llenó de risas y calidez, recordándoles a todos que, a pesar de las dificultades del mundo exterior, siempre podían contar con la amistad y la diversión en su pequeño refugio.
Un Momento Travieso en el Laboratorio
Después de una larga jornada de trabajo en su laboratorio, Izuku (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai) y Senjuro se reunieron para una pequeña celebración. Con risas y buen humor, decidieron que se merecían un descanso especial.
"¡Hemos trabajado mucho hoy!" dijo Izuku, sonriendo. "Creo que es hora de relajarnos un poco con algunos... accesorios divertidos."
Kota se rió al escuchar esto. "Sí, ¡vibradores para todos!" agregó, disfrutando de la broma.
Senjuro se rascó la cabeza, un poco confundido, mientras Katsuma reía con ganas. "Solo no te metas, Eri", dijo, guiñándole un ojo.
Eri (Nezuko) se puso a reír al ver la emoción de sus amigos. "¡Está bien! Pero si se pasan las horas, ya saben lo que pasa", dijo, bromeando y poniendo una mano en la cadera.
Los chicos, en un arrebato de diversión, decidieron seguir adelante. Con risas y un aire de travesura, cada uno se puso un vibrador dentro de sus bragas. La risa era contagiosa y, aunque se sintieron un poco avergonzados, la diversión del momento les hizo olvidar cualquier incomodidad.
"¡Esto es genial!" exclamó Kota, disfrutando de la situación. "Nunca pensé que sería así de divertido trabajar con amigos."
"¡Sólo espera hasta que empiece a funcionar!" dijo Katsuma, con una sonrisa traviesa en su rostro.
Eri, viendo la reacción de sus amigos, no pudo evitar reírse aún más. "¡Es como una fiesta secreta de tortugas!", exclamó.
Mientras se reían y compartían momentos de alegría, la atmósfera del laboratorio se llenó de energía. Sabían que, a pesar de las adversidades del mundo exterior, siempre podían encontrar un momento de diversión y camaradería entre ellos.
Las Tortugas Traviesas
Izuku (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai) y Senjuro, en medio de su pequeña fiesta, comenzaron a gemir al unísono, riéndose entre sí mientras gritaban: "¡No... s...o...mos tor...tugas!" Cada uno se sonrojaba más con cada palabra, y sus rostros se volvían cada vez más rojos.
Eri (Nezuko) no pudo contener la risa al ver a sus amigos actuar de esa manera. "¡Sí, tortugas traviesas!" exclamó entre risas, disfrutando del momento y la locura de la situación. La risa de Eri resonaba por todo el laboratorio, y el ambiente se volvía cada vez más festivo.
Los cuatro amigos se miraron, sintiendo una mezcla de vergüenza y diversión. "¡No somos tortugas! ¡Somos héroes!" gritó Kota, intentando defender su honor mientras se tapaba la cara con las manos, aún riendo.
"¡Tortugas héroes, entonces!" agregó Katsuma, tratando de calmarse mientras reía a carcajadas. Senjuro se unió a la broma, "¡Sí! ¡Defendemos el mundo a nuestra manera!"
La diversión continuó mientras Eri, completamente encantada por sus amigos, decidió unirse al juego. "¡Entonces, tortugas héroes, a la acción!" dijo, levantando los brazos como si estuvieran en una épica batalla.
Mientras las risas y los gritos llenaban el laboratorio, cada uno se olvidó, aunque sea por un momento, de la dura realidad que enfrentaban en el mundo exterior. La amistad y la diversión eran lo que realmente importaba en ese instante.
Un Momento Inesperado
Eri (Nezuko) observó a Izuku (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai) y Senjuro sentados en el sillón, un poco más tensos de lo habitual. Con una sonrisa traviesa, dijo: "¿Lo metiste más? ¡Esa cosa está más profunda en nuestras bragas!"
Los cuatro se miraron con una mezcla de sorpresa y incomodidad, sonrojándose aún más al darse cuenta de lo que Eri había insinuado. "¡Es solo un poco de diversión!" protestó Izuku, intentando restarle importancia mientras se ajustaba nerviosamente.
"¡Sí, solo estamos... probando algunas cosas!" agregó Kota, intentando mantener la compostura, aunque su voz temblaba un poco.
Eri soltó una risa que resonó en el laboratorio, disfrutando del momento. "¡Son unos tortugas nerviosas!", exclamó, cubriéndose la boca para ahogar otra risa.
Katsuma, sintiéndose un poco abrumado, intentó cambiar de tema. "Eh, ¿alguien quiere hacer algo divertido? ¡Podríamos jugar a algún juego!"
"¡Sí, buena idea!" dijo Senjuro, buscando una salida de la situación incómoda. "¿Qué tal un juego de mesa? ¡Eso siempre es divertido!"
Eri asintió emocionada. "¡Sí! ¡Pero primero, todos deben prometer que dejarán de quejarse de las 'tortugas'!"
A medida que todos comenzaron a reírse nuevamente, la incomodidad se disipó y comenzaron a planear su próximo juego, disfrutando del tiempo que pasaban juntos y olvidando por un momento las preocupaciones del mundo exterior.
El Caos de los Pilares
Eri (Nezuko) salió de la habitación con una sonrisa amplia, sintiéndose un poco traviesa tras lo que había ocurrido. Cuando los pilares llegaron, la miraron con curiosidad.
"¡Hola, Eri!" saludó Tokito, el Pilar de la Niebla, mientras que Mitsuri, la Pilar del Amor, sonreía con amabilidad.
Los pilares preguntaron en coro: "¿Dónde están Izuku (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai) y Senjuro?"
Eri, disfrutando de la oportunidad de jugar un poco más, respondió: "Están usando algo que les hace gemir como tortugas."
De repente, un grito resonó desde la habitación: "¡NO SOMOS TORTUGAS!" Sin embargo, la frase se vio interrumpida por un gemido que escapó de los cuatro al mismo tiempo, llenando el aire con una mezcla de confusión y sorpresa.
Los pilares se miraron entre sí, sin saber si reír o preocuparse. "¿Qué está pasando aquí?" preguntó Rengoku, el Pilar de la Llama, con una ceja levantada.
"Eri, ¿estás bien? ¿Ellos... están bien?" inquirió Mitsuri, intentando contener una risa mientras su rostro se sonrojaba.
Eri, con un aire de inocencia, solo asintió y dijo: "¡Están bien! Solo están un poco... distraídos."
Los cuatro chicos, ahora más sonrojados que nunca, salieron de la habitación, tratando de lucir lo más tranquilos posible. "Todo está bajo control...", murmuró Senjuro, aunque su voz delataba su incomodidad.
"¡Definitivamente no somos tortugas!" agregó Kota, todavía un poco avergonzado.
Los pilares no pudieron contener la risa ante la escena, y Tokito, aunque normalmente serio, sonrió levemente al ver a los chicos en tal apuro. "Bueno, parece que no necesitamos preocuparnos por la misión en este momento", dijo con una ligera sonrisa.
"Solo asegúrense de no causar problemas", advirtió Rengoku, riendo mientras se daba la vuelta. "Pero si lo hacen, asegúrense de que sean tortugas felices."
La escena se volvió aún más caótica y cómica cuando Tanjiro y Zenitsu llegaron al lugar.
Eri, quien seguía disfrutando de la broma, gritó desde la habitación: "¡Son tortugas!" provocando otra oleada de risas entre los pilares.
Desde el otro lado de la habitación, Izuku (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai) y Senjuro, aún sonrojados y envueltos en mantas para cubrir sus cuerpos, gritaban desesperadamente: "¡No somos tortugas!", pero una vez más sus voces fueron interrumpidas por gemidos entrecortados, lo que solo intensificó la confusión.
Zenitsu, con los ojos llenos de lágrimas de tanto reírse, exclamó: "¡¿Dónde está la fiesta?! ¡Quiero ver a esas tortugas!" Se agarraba el estómago de tanto reírse, mientras intentaba asomarse por la puerta, lo que solo hacía que los cuatro chicos se cubrieran más con las mantas.
Tanjiro, más confundido que divertido, miró a Eri y luego a sus compañeros, rascándose la cabeza. "¿Qué está pasando aquí?" preguntó, tratando de entender el caos.
Izuku (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai) y Senjuro intentaban mantener la compostura, pero con otro gemido escapando de ellos, las risas de Zenitsu y los pilares solo aumentaban. "¡NO somos tortugas!", gritaron una vez más, pero el tono nervioso y entrecortado no ayudaba a su defensa.
"¡Ya basta, Zenitsu!" gritó Senjuro, tapándose más fuerte con la manta, pero esto solo hizo que Zenitsu se riera aún más fuerte.
Finalmente, Tanjiro, con una sonrisa comprensiva, dijo: "Vamos, chicos. Denles un respiro." Y aunque trataba de mantener la calma, incluso él no pudo evitar una pequeña risa por la escena cómica.
Eri, viendo el caos que había provocado, se echó a reír otra vez. "¡Tortugas traviesas!" murmuró entre risas, mientras los demás seguían entretenidos por la situación.
Izuku, Kota, Katsuma y Senjuro solo pudieron suspirar, resignados al hecho de que no podrían escapar de la broma fácilmente.
Eri (Nezuko), todavía riendo por la broma que les había jugado a Izuku (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai) y Senjuro, cerró la puerta con una sonrisa burlona y dijo en voz alta: "Adiós, tortugas", mientras los gemidos amortiguados seguían desde el cuarto.
Tras caminar hasta otro lugar, bastante lejos del cuarto donde sus amigos seguían lidiando con su situación, Eri se encontró con los pilares que habían llegado a la base. Con su actitud tranquila y algo juguetona, preguntó: "¿A qué vinieron, pilares?"
Giyū Tomioka (pilar del agua), Shinobu Kōchō (pilar del insecto), Kyōjurō Rengoku (pilar de la llama), Mitsuri Kanrōji (pilar del amor), Obanai Iguro (pilar de la serpiente), Sanemi Shinazugawa (pilar del viento), Gyōmei Himejima (pilar de la roca), Tengen Uzui (pilar del sonido) y Muichirō Tokito (pilar de la niebla) se miraron entre sí, y fue Rengoku quien, con su voz entusiasta y poderosa, dijo: "¡Hemos venido por los cañones que prepararon para nosotros!"
Eri sonrió y, sin perder tiempo, tocó una parte de la pared. Al hacerlo, una sección oculta de la pared se abrió lentamente, revelando una línea de poderosos cañones, diseñados especialmente para los pilares.
Los cañones eran impresionantes, con detalles intrincados que reflejaban las habilidades y personalidades de cada uno de los pilares. Tengen, con su estilo extravagante, observó su cañón con una sonrisa brillante: "¡Explosivo y deslumbrante, justo como a mí me gusta!"
"Excelente trabajo", comentó Giyū, con su tono serio pero agradecido, mientras revisaba el equipo.
Muichirō, siempre con su aire distraído, se limitó a asentir, mientras Mitsuri exclamaba con alegría: "¡Son tan hermosos!"
Eri los observaba con una pequeña sonrisa, sabiendo que tanto esfuerzo había valido la pena al ver las reacciones de los pilares. "Espero que les sirvan bien en la batalla", dijo con confianza.
Los pilares asintieron, sabiendo que los cañones serían de gran ayuda en sus próximas misiones.
Eri (Nezuko), divertida y juguetona, decidió activar el dispositivo a la máxima potencia, subiendo a 80. Desde el cuarto, los gemidos amortiguados de Izuku (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai) y Senjuro se intensificaron rápidamente, hasta que, entre gemidos entrecortados, gritaron al unísono: "¡Eri, apaga eso!"
Los pilares, que aún estaban presentes, intercambiaron miradas curiosas y algunas risas reprimidas. Mitsuri Kanroji no pudo evitar sonrojarse ligeramente, mientras Shinobu lanzaba una risita traviesa. Tengen Uzui comentó en voz baja con una sonrisa amplia: "Vaya, parece que están en una situación explosiva, ¿eh?"
Tanjiro, sorprendido, se rascó la cabeza y preguntó con una inocente preocupación: "¿Qué está pasando allá adentro?"
Zenitsu, por otro lado, no pudo contenerse y soltó una gran carcajada: "¡Definitivamente quiero ver a esas tortugas ahora!"
Eri, sin poder contener su propia risa, finalmente decidió bajar la intensidad del dispositivo y apagó el aparato. Con una sonrisa aún en su rostro, se dirigió a los pilares, Tanjiro y Zenitsu, diciendo entre risas: "No se preocupen, ya los dejé en paz... por ahora."
Los pilares sonrieron, algunos aún con curiosidad, pero decidieron no hacer más preguntas. La atmósfera estaba ligera, a pesar de las bromas y situaciones incómodas, y el grupo se preparó para concentrarse nuevamente en las misiones y el equipamiento que tenían entre manos.
Izuku (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai) y Senjuro estaban visiblemente sonrojados, con sus prendas interiores mojadas, tratando de ocultar su incomodidad. La situación se había vuelto aún más embarazosa con la entrada de los pilares.
Eri (Nezuko), con una sonrisa traviesa, dijo: "No quieren probar ese yogur en sus prendas interiores, ¿verdad?" Su tono era juguetón, pero los demás se quedaron en silencio, sorprendidos por la revelación.
Los pilares, al escucharla, intercambiaron miradas de asombro y confusión, exclamando al unísono: "¿WTF?" La atmósfera se había vuelto aún más extraña, y no podían evitar sentir que habían interrumpido algo que no deberían haber visto.
Izuku, todavía rojo y con la cabeza gacha, dijo: "¡Cállate, Eri!" No podían evitar sentirse avergonzados y, al no levantarse del sillón, continuaron diciendo: "Nos podemos cambiar, solo... un momento, por favor."
Eri, aún riéndose, asintió y dijo: "Está bien, pero no tarden demasiado, tortugas." Mientras los pilares intentaban contener sus risas, la situación se tornó un poco más liviana, aunque la incomodidad seguía presente en el aire.
En el laboratorio de la Comisión de Héroes, Maeda, Mizudaira y Makoto estaban sentados alrededor de una mesa llena de documentos, pantallas y mapas que mostraban la ubicación de Izuku (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai), Senjuro y Eri (Nezuko). La atmósfera era tensa mientras discutían su próximo movimiento.
"Necesitamos un plan sólido para atraparlos", dijo Maeda, frunciendo el ceño al revisar los datos. "Sabemos que tienen habilidades extraordinarias, y no podemos subestimar su capacidad para escapar."
Mizudaira asintió, añadiendo: "Además, hay rumores de que han desarrollado nuevas armas. Si son ciertas, esto se vuelve mucho más complicado."
Justo en ese momento, Ozaki María, la cazadora traidora, entró en el laboratorio con una expresión preocupada. "Tengo información crucial", dijo, atrayendo la atención de todos. "Los pilares han estado trabajando en armas de sol diseñadas específicamente para combatir a los demonios. Eso les dará una ventaja significativa."
Los ojos de Maeda se agrandaron ante la noticia. "¿Armas de sol? ¿Estás segura?"
"Sí", confirmó Ozaki. "He escuchado que han sido bastante efectivos en sus pruebas. Pero eso no es todo. La base de Izuku, Kota, Katsuma, Senjuro y Eri está en una montaña, lo que les da un terreno elevado. Tendremos que ser estratégicos si queremos sorprenderlos."
Makoto, que había estado silencioso hasta ahora, finalmente habló: "Si logramos localizarlos y aprovechar esas armas de sol, podríamos debilitarlos lo suficiente como para atraparlos. Pero necesitaremos un plan de infiltración."
Maeda se cruzó de brazos, pensando. "Primero, necesitamos reunir más información sobre la base y el número de personas que están allí. No podemos arriesgarnos a una confrontación directa sin conocer sus movimientos."
"Voy a hacer algunas verificaciones en la red de informantes", dijo Mizudaira, sacando su dispositivo para enviar mensajes. "Mientras tanto, Ozaki, mantente cerca de nosotros. Tu conocimiento sobre ellos es invaluable."
La reunión continuó, cada uno aportando ideas y estrategias para su misión, mientras el peligro inminente de Izuku y sus amigos se cernía sobre ellos como una sombra.
En una reunión secreta dentro del laboratorio de la Comisión de Héroes, Maeda Yaoyorozu, su hijo Makoto Yaoyorozu, el ministro de héroes Mizudaira, y la cazadora de demonios traidora Ozaki María se encontraban discutiendo su próxima estrategia para enfrentar a Izuku (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai), Senjuro y Eri (Nezuko). Cada uno de ellos era un Nomu, seres modificados con poderes más allá de los límites humanos, lo que hacía la situación aún más peligrosa.
"Nos enfrentamos a una amenaza sin precedentes", comenzó Maeda, su rostro serio mientras miraba el mapa proyectado en la mesa. "No solo son demonios, sino que ahora han sido convertidos en Nomus, lo que les otorga una fuerza y habilidades monstruosas. Izuku, Kota, Katsuma y Eri son extremadamente poderosos. Y lo peor de todo, Senjuro ha sido modificado para ser inmortal."
"Eso complica todo", añadió Mizudaira, cruzando los brazos. "Si no encontramos una manera de neutralizar su inmortalidad, podrían resistir cualquier ataque, incluso con nuestras armas de sol. Y si logramos debilitarlos, los Nomus son difíciles de capturar debido a sus regeneraciones rápidas."
Makoto, observando el holograma de la base en la montaña donde residían los cinco, interrumpió: "El problema con enfrentarse a Nomus es que no basta con derrotarlos físicamente. Necesitamos una estrategia que ataque su mente o los incapacite de alguna otra forma."
Ozaki María, la cazadora de demonios traidora, intervino: "Conozco algunas debilidades que podríamos explotar. Aunque son Nomus, siguen teniendo aspectos demoníacos. Las armas de sol funcionarán si logramos debilitarlos lo suficiente. Senjuro es el más complicado debido a su inmortalidad, pero con suficiente poder, podría ser retenido temporalmente."
Mizudaira asintió y añadió: "Pero no podemos subestimarlos. Izuku (Rui Ayaki) es uno de los más peligrosos debido a su habilidad para copiar quirks y su manipulación de hilos. Eso lo hace impredecible en combate, y con su inmortalidad, es una amenaza aún mayor. Eri (Nezuko), aunque más joven, tiene una regeneración monstruosa. Y tanto Kota como Katsuma pueden usar habilidades demoníacas."
"Necesitamos una distracción", sugirió Makoto, golpeando suavemente la mesa. "Si logramos distraer a Eri y Senjuro, podríamos concentrar nuestras fuerzas en los otros tres. Pero tendríamos que hacer un movimiento rápido, antes de que puedan reorganizarse."
"Y no podemos permitirnos errores", añadió Maeda. "No hay margen para fallar, especialmente con el riesgo que corremos enfrentando a Nomus tan poderosos."
Ozaki María, viendo la duda en los ojos de los demás, habló con determinación: "He sido cazadora de demonios durante años. Conozco su naturaleza, y aunque se han vuelto Nomus, aún podemos usar su arrogancia y la sobreconfianza que les otorga su inmortalidad en nuestra contra. Solo necesitamos encontrar una abertura."
Mizudaira hizo una pausa y luego asintió, mirando a los otros conspiradores. "Entonces, estamos de acuerdo. Prepararemos las armas de sol, y nuestras fuerzas estarán listas. Atacaremos su base en la montaña, los atraparemos con una distracción y neutralizaremos sus habilidades uno por uno."
La tensión en la sala era palpable mientras cada uno se preparaba mentalmente para el peligroso enfrentamiento que estaba por venir. Sabían que si fallaban, se enfrentaban a seres inmortales y poderosos que podrían acabar con ellos y la paz que habían luchado por mantener.
Ozaki María, la cazadora de demonios, interrumpió la discusión estratégica, con una expresión seria y decidida. "Hay algo que creo que hemos pasado por alto, y podría darnos una ventaja decisiva contra esos Nomus-demonios. Las Flores de Glicina."
"Hay una planta que puede ser nuestra mejor arma en esta batalla," dijo con firmeza. "La glicina. Sus flores liberan un aroma que es sumamente tóxico para los demonios. Aunque sean Nomus ahora, siguen teniendo vulnerabilidades demoníacas, y este veneno natural podría debilitarlos lo suficiente para que no puedan utilizar todas sus habilidades."
Maeda Yaoyorozu, su hijo Makoto y el ministro de héroes Mizudaira la miraron con interés. María continuó: "La glicina es mortal para los demonios. Su aroma es insoportable para ellos y tiene efectos debilitantes. Aunque ahora son Nomus, siguen teniendo esa naturaleza demoníaca en su esencia. Si logramos dispersar el aroma de la glicina en el área donde se encuentran, podríamos debilitarlos significativamente antes de iniciar el ataque."
"¿Pero cómo podemos usar eso en nuestra estrategia?" preguntó Makoto, inclinado hacia adelante. "No podemos simplemente lanzar glicina y esperar que funcione. Ellos estarán alerta."
María asintió. "Lo sé. Pero si usamos las flores de manera estratégica, como en trampas ocultas o como parte de una nube tóxica, podríamos hacer que el área alrededor de su base sea casi inhabitable para ellos, forzándolos a salir o debilitándolos antes de que puedan usar sus poderes con todo su potencial."
Mizudaira reflexionó sobre la idea y finalmente dijo: "Eso podría funcionar. Podríamos combinar la glicina con nuestras armas de sol para tener un impacto devastador. El aroma los debilitaría, y las armas los harían más vulnerables. Si logramos neutralizar a Izuku (Rui Ayaki), quien es el más peligroso debido a su habilidad para copiar quirks y habilidades demoníacas, el resto sería más fácil de controlar."
Maeda Yaoyorozu padre intervino: "Podemos desarrollar una dispersión controlada de glicina. Con los recursos del laboratorio, podríamos crear bombas de humo o esparcidores de aroma que podrían liberar la glicina de manera eficaz."
María sonrió ligeramente. "Exactamente. Si logramos llenar el área con suficiente glicina, será casi imposible para ellos resistir mucho tiempo sin verse gravemente afectados."
Makoto asintió. "Entonces combinamos ambas fuerzas: las flores de glicina y las armas de sol. Pero debemos tener cuidado. Incluso debilitados, siguen siendo peligrosos."
"Exactamente", respondió Ozaki María. "La glicina podría dejarlos en un estado vulnerable, sin importar cuán poderosos sean. Si podemos hacer que inhalen el aroma lo suficiente, estarán más lentos, menos precisos, y su regeneración se vería afectada."
Makoto Yaoyorozu intervino con una idea: "Podríamos crear una dispersión aérea del aroma de las flores de glicina usando drones. Eso cubriría un área más amplia sin exponer a nuestras fuerzas a riesgos innecesarios."
Mizudaira, que había estado escuchando atentamente, sonrió con satisfacción. "Parece que tenemos un plan. Al debilitar a Izuku (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai), Senjuro y Eri (Nezuko) con las flores de glicina, podremos atacarlos en su estado más frágil."
Maeda añadió: "Necesitamos asegurarnos de que tengan suficiente exposición al aroma antes de lanzar un ataque directo. Si lo hacemos bien, podría ser nuestra mejor oportunidad para capturarlos."
Ozaki María asintió, satisfecha de que el plan tomara forma. "Solo asegúrense de que estemos preparados para moverse rápido. No podemos subestimar a estos demonios, pero con la glicina de nuestro lado, tenemos una oportunidad real."
Así, el equipo de conspiradores comenzó a planear los detalles de cómo introducir las flores de glicina en la base de la montaña sin alertar a Izuku y sus aliados. Sabían que estaban enfrentando enemigos formidables, pero también confiaban en que esta debilidad natural de los demonios podría ser su mayor ventaja en la batalla que se avecinaba.
El ministro de héroes Mizudaira, con una expresión calculadora y fría, se dirigió a su equipo de élite conformado por Kurome, Ozaki María, Makima y Ace. Sabía que este sería un operativo delicado, y no podía permitirse errores.
"Escuchen bien," comenzó Mizudaira, su voz autoritaria resonando en la sala de planificación. "Izuku (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai), Senjuro y Eri (Nezuko) están descansando en su base en la montaña. Este es el momento perfecto para atacarlos. Quiero que sean capturados vivos. Para eso, vamos a utilizar la glicina. Su debilidad ante las flores de glicina nos dará la ventaja que necesitamos. No deben matarlos; su poder es demasiado valioso para desperdiciarlo. Los necesitamos bajo nuestro control."
Kurome, conocida por su precisión y sigilo, asintió con calma, sus ojos brillando con determinación. "Usaremos el elemento sorpresa. Con la glicina debilitándolos, no tendrán tiempo de reaccionar."
Ozaki María, quien ya había proporcionado la información sobre las flores de glicina, añadió: "Podemos esparcir el aroma a través de dispositivos que colocaremos cerca de su base. Si lo hacemos correctamente, los efectos serán inmediatos. Estarán confundidos, débiles, y no podrán escapar."
Makima, siempre controladora y estratega, sonrió con esa expresión fría que la caracterizaba. "Tendremos que ser precisos. Si se les da la oportunidad de reaccionar, podrían destruirnos. Haré lo necesario para garantizar que su voluntad quede completamente sometida."
Ace, conocido por su habilidad en combate y capacidad de improvisar, simplemente hizo un gesto con la cabeza. "Ellos no tendrán escapatoria."
Mizudaira, confiado en las capacidades de su equipo, dio la orden final. "Ustedes cuatro tienen una misión clara. No quiero excusas. Capturen a esos Nomus demoníacos y tráiganlos de vuelta. Las flores de glicina harán el trabajo pesado, pero ustedes deben asegurarse de que no puedan resistir. Movilícense de inmediato."
Con el plan trazado, Kurome, Ozaki María, Makima y Ace comenzaron a coordinar los detalles para su ataque. Sabían que no era tarea fácil enfrentarse a seres tan poderosos como Izuku, Kota, Katsuma, Senjuro y Eri, pero con la glicina de su lado, tenían una ventaja estratégica.
Mientras tanto, en la base de la montaña, Izuku y los demás descansaban sin sospechar que el equipo de élite estaba a punto de lanzar una emboscada letal.
Kurome, Ozaki María, Makima y Ace se desplazaron sigilosamente por el bosque que rodeaba la base de Izuku (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai), Senjuro y Eri (Nezuko). El aire estaba cargado de tensión mientras cada miembro del equipo movía las piezas de su plan con precisión. Sabían que no podían cometer un solo error, ya que estaban a punto de enfrentarse a poderosos Nomus.
Cuidadosamente, Kurome se deslizó entre los árboles, observando cada detalle del perímetro. Ella fue la encargada de asegurarse de que no hubiera alarmas ni defensas activadas. "El área está despejada," susurró por el comunicador. "Procedan."
Ozaki María, con su conocimiento de las flores de glicina, comenzó a colocarlas estratégicamente alrededor de la base, esparciendo pequeñas cápsulas que liberarían el aroma mortal para los demonios. "El olor será lo suficientemente fuerte para debilitarlos en minutos," dijo en voz baja mientras las flores comenzaban a liberar su fragancia.
Makima, observando desde una posición elevada, aseguraba que el equipo se moviera con precisión y sincronía. Su control sobre la situación era total, y cada decisión estaba cuidadosamente calculada. "Asegúrense de no dejarlos respirar. El aroma debe estar concentrado."
Ace, en tanto, se encargaba de las rutas de escape. "Si intentan huir, ya tengo los puntos clave cubiertos. No hay salida para ellos."
Las flores de glicina comenzaron a liberar su potente fragancia en el aire, rodeando la base donde descansaban los Nomus. Dentro, Izuku, Kota, Katsuma, Senjuro y Eri comenzaron a notar que algo andaba mal. El olor los afectaba rápidamente. La glicina era un veneno para los demonios y Nomus como ellos, debilitando su fuerza y nublando sus sentidos.
Izuku (Rui Ayaki), el primero en percibir el peligro, intentó levantarse, pero el poder de las flores lo hizo tambalear. "Algo... no está bien... el olor...", murmuró, mientras sus piernas fallaban.
Kota (Enmu) se agarraba la cabeza, sintiendo un mareo abrumador. "Es... glicina. Nos están atacando."
Katsuma (Kyogai) y Senjuro también sentían el peso de la debilidad, sus cuerpos luchando por mantenerse en pie. Eri (Nezuko), aunque más resistente que los demás, también comenzaba a sucumbir al efecto debilitante de las flores. "No podemos quedarnos aquí... tenemos que movernos," dijo con dificultad, intentando ayudar a los demás a reaccionar.
Mientras tanto, afuera, el equipo de captura estaba listo para entrar. La fragancia de las flores ya había hecho su trabajo. Kurome dio la señal a Makima y Ace. "Están debilitados. Es el momento de entrar."
Izuku (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai) y Senjuro, debilitados por las flores de glicina, sabían que no podrían resistir mucho tiempo más. El aroma era insoportable y su fuerza disminuía rápidamente. A pesar de todo, entendieron que Eri (Nezuko) todavía tenía una oportunidad.
Con esfuerzo, Izuku (Rui Ayaki) susurró: "Eri... tienes que escapar. Activa el plan especial. No podemos dejar que te atrapen...".
Kota (Enmu), con los ojos entrecerrados por el dolor, asintió, su voz apenas un susurro: "Hazlo rápido, Eri... antes de que sea demasiado tarde..."
Katsuma (Kyogai) y Senjuro, aunque tambaleándose, apoyaron la idea. "Ve ahora... nosotros los retrasaremos," dijo Senjuro, con los puños apretados.
Eri (Nezuko), aunque temerosa por sus amigos, sabía que tenía que obedecer. Sus ojos se llenaron de lágrimas, pero comprendía la importancia de lo que le pedían. "No los dejaré... pero volveré por ustedes," prometió con determinación. Luego, activó el plan especial, un mecanismo que habían preparado como último recurso en caso de una emergencia.
Eri corrió tan rápido como pudo, sintiendo el viento en su rostro y el corazón latiendo a mil por hora. Sabía que no había tiempo que perder, y mientras se alejaba de la base, sus ojos reflejaban la angustia de abandonar a sus compañeros, pero también la esperanza de poder salvarlos más adelante.
Mientras tanto, Kurome, Ozaki María, Makima y Ace ya se preparaban para entrar a la base. Sin embargo, al notar la huida de Eri (Nezuko), rápidamente intentaron reaccionar.
"¡La niña está escapando!" gritó Ace, apuntando en dirección a Eri.
Makima, tranquila pero calculadora, ordenó: "No importa. Que se vaya. Nuestra prioridad son los que quedan. Que no nos detenga."
Kurome y Ozaki María se concentraron en la base, listos para capturar a los debilitados Izuku, Kota, Katsuma y Senjuro, mientras el plan especial de Eri activaba una serie de trampas defensivas que dificultarían la entrada del equipo enemigo, ganando un valioso tiempo para que ella se pusiera a salvo.
Izuku (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai) y Senjuro, debilitados por las flores de glicina y atrapados por Kurome, Ozaki María, Makima y Ace, se encontraban encadenados y privados de su capacidad para hablar, con pedazos de bambú atados a sus bocas. Fueron trasladados hacia el lugar donde los esperaban Maeda Yaorozu padre, Makoto Yaorozu hijo y el ministro de héroes Mizudaira.
La tensión en el ambiente era palpable. Los cuatro, aún atados y débilmente conscientes, intentaban luchar contra las cadenas y las restricciones, pero la fuerza de las flores de glicina y las fuertes ataduras los mantenían bajo control.
Maeda Yaorozu, con una expresión calculadora, observaba detenidamente a cada uno de los prisioneros. "Así que estos son los demonios que han causado tantos problemas. Debilitados por la glicina, no son más que sombras de lo que una vez fueron", comentó con frialdad.
Makoto Yaorozu, el hijo, miraba con una mezcla de curiosidad y desprecio. "¿Qué piensas hacer con ellos, padre? ¿Realmente son tan peligrosos ahora?"
Mizudaira, el ministro de héroes, caminó hacia los cuatro, su rostro serio y autoritario. "Estos demonios tienen habilidades que necesitamos. Pero primero, deben ser sometidos completamente. No deben ser tratados con piedad."
Izuku (Rui Ayaki), tratando de hablar a pesar del bambú que le impedía hacerlo, solo emitió sonidos apagados. Su mirada, sin embargo, estaba llena de desafío, mientras intentaba mantener la compostura frente a sus captores.
Senjuro, por su parte, aunque visiblemente más débil, intentaba mantenerse firme, aunque sabía que sus fuerzas estaban agotadas. Sus ojos estaban clavados en los Yaorozu, esperando el momento adecuado para hacer algo, cualquier cosa que pudiera liberarles.
Kota (Enmu) y Katsuma (Kyogai) intercambiaron miradas de preocupación. Sabían que su situación era crítica, y sin la posibilidad de comunicarse, su destino estaba ahora en manos de sus captores.
Mizudaira se dirigió al grupo: "Les haremos algunas preguntas. Espero que sean... cooperativos." Pero antes de que pudiera continuar, Kurome intervino.
"¿Qué hacemos con la niña, Eri? Ella escapó, pero no está lejos," dijo Kurome con frialdad, esperando instrucciones.
Mizudaira, sin mostrar emoción alguna, respondió: "No importa por ahora. Nos ocuparemos de ella después. Primero, debemos asegurarnos de que estos demonios estén completamente bajo control."
La situación se volvía más sombría para Izuku, Kota, Katsuma y Senjuro, mientras sus captores planeaban su próximo movimiento.
Izuku (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai) y Senjuro se encontraban en una situación desesperada, encadenados y con su resistencia debilitada por las flores de glicina. A pesar de estar en bragas y sufrir descargas eléctricas que Maeda Yaorozu padre, Makoto Yaorozu hijo y el ministro de héroes Mizudaira les infligían, los cuatro se mantenían en silencio, tratando de soportar el dolor sin dejar que sus voces traicionaran su sufrimiento.
Maeda Yaorozu, con una mirada fría y calculadora, observaba sus reacciones. "¿No tienen nada que decir, demonios? ¿Pensaron que podrían escapar tan fácilmente?" Su tono era despectivo, disfrutando de la impotencia de los prisioneros.
Makoto, más curioso que malicioso, se acercó un poco más, intentando ver el temor en sus ojos. "Es interesante verlos así, pero creo que aún tienen algo de fuerza. ¿Por qué no se quejan? ¿Es que tienen algún tipo de orgullo demoníaco?" Sus palabras estaban llenas de una mezcla de burla y desafío.
El ministro de héroes Mizudaira cruzó los brazos, observando cómo sus prisioneros resistían. "Es un desperdicio tenerlos aquí así. Deberíamos empezar a extraer información. Estoy seguro de que saben cosas que no nos han contado," dijo con voz autoritaria.
A pesar de las descargas y la situación humillante, Izuku, Kota, Katsuma y Senjuro se negaban a gritar o a mostrar debilidad. Sabían que cualquier reacción podría ser interpretada como una señal de vulnerabilidad, algo que no podían permitirse. Se intercambiaron miradas de comprensión, decididos a mantenerse firmes ante sus captores.
Las descargas continuaban, y aunque el dolor era intenso, los cuatro amigos concentraron su energía en resistir y encontrar una oportunidad para liberarse. Sabían que Eri (Nezuko) había escapado, y esperaban que ella pudiera encontrar ayuda.
Con cada descarga, sentían que su determinación se reforzaba. No podían permitir que sus captores los quebraran; era una batalla tanto mental como física. Si podían mantener su silencio y resistir, quizás habría una manera de escapar o, al menos, proteger a los demás.
Izuku (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai) y Senjuro estaban en una celda oscura y fría, visiblemente vulnerables y sin nada más que bragas. La situación era desesperante, pero en lugar de rendirse, se esforzaban por mantener la calma y buscar una forma de escapar.
Mientras se sentaban en el suelo, la tensión era palpable. "No podemos quedarnos aquí indefinidamente," dijo Rui, su voz grave y decidida. "Eri (Nezuko) está buscando la manera de ayudarnos. Solo tenemos que mantenernos firmes."
Kota asintió, aunque su rostro reflejaba preocupación. "¿Y si no puede? ¿Y si los pilares vienen aquí a hacernos daño?" Su voz temblaba un poco, pero Rui lo miró con una firmeza que buscaba infundir valor.
"Debemos creer en ella," respondió Katsuma, tratando de alentar al grupo. "Eri es más fuerte de lo que parece. Además, no somos solo demonios; tenemos habilidades que podemos usar para salir de aquí si se presenta la oportunidad."
Senjuro, aunque aún se sentía vulnerable, se unió a la conversación. "Sí, y tenemos que pensar en cómo podemos usar lo que tenemos. Tal vez podamos hacer algo con las cadenas o encontrar un punto débil en esta celda."
Los cuatro comenzaron a revisar la celda, explorando el entorno en busca de cualquier herramienta o posible forma de escape. Aunque se sentían incómodos por su falta de ropa, se concentraron en el objetivo principal: salir de allí y reunirse con Eri.
Mientras tanto, en el exterior, la situación se intensificaba. Eri (Nezuko) estaba tratando de encontrar aliados que pudieran ayudar a liberar a sus amigos. Sabía que no podía rendirse, no cuando había tanto en juego.
La esperanza mantenía a Izuku, Kota, Katsuma y Senjuro en alto, mientras esperaban la llegada de Eri y la oportunidad de liberarse de sus captores.
otro lugar
En ese momento, Hawks y Best Jeanist llegan a la habitación donde se encuentra Izumi. Best Jeanist, con su característica seriedad, informa que Katsuki está bien, lo que provoca un leve suspiro de alivio entre los presentes. Hawks, en su estilo despreocupado pero firme, expresa su deseo de hablar con Izumi, pero Tenya interrumpe, mencionando que All Might ha solicitado un tiempo a solas con él. Esta declaración hace que Hawks reflexione sobre la situación, entendiendo la importancia de ese momento.
Dentro del hospital, All Might se sienta junto a un Izumi inconsciente, inmerso en pensamientos. Se siente intrigado por la presencia de Izumi y por cómo puede percibir al Izumi del pasado dentro de One For All, así como a los antiguos portadores de este poder. Es un momento lleno de nostalgia y reflexión, donde All Might reconoce la conexión entre su legado y la lucha que Izuku enfrenta.
Izumi despierta en el mundo de los vestigios, donde se encuentra con los antiguos herederos de One For All, todos ellos sentados en sillas, listos para hablar. Este encuentro se convierte en un momento revelador, donde se discute el crecimiento exponencial de su poder y la importancia de su determinación frente a los desafíos que tiene por delante.
La conversación con los antiguos usuarios es intensa y profunda. Hikage Shinomori, el cuarto usuario, comparte su experiencia con el Don y los sacrificios que hizo para evitar que All For One se apoderara de él. Izuku escucha atentamente, sintiendo la presión de su legado mientras reflexiona sobre sus propias decisiones y emociones.
La revelación de que Izumi podría ser el último sucesor de One For All añade un peso considerable a su responsabilidad. La conversación se torna aún más emotiva cuando Nana le pregunta directamente si tiene la determinación para matar a Tomura Shigaraki. Este cuestionamiento lo lleva a una introspección profunda sobre su propia moralidad y las consecuencias de sus acciones.
A lo largo de esta experiencia, Izumi se da cuenta de que su propósito ha evolucionado; ya no es solo destruir a All For One, sino también salvar a aquellos que se han perdido en el camino. A pesar de los crímenes de Tomura, mantiene la esperanza de que pueda ser redimido, reflejando su propia lucha interna y la creencia en el poder de la salvación.
Este diálogo no solo establece el tono para lo que vendrá, sino que también refuerza el vínculo entre Izumi y los antiguos usuarios de One For All, quienes están ahí para apoyarlo en su búsqueda por un futuro mejor.
Título: La Verdad Detrás del Héroe
El aire estaba cargado de tensión en la sala de la U.A. cuando All Might sintió la conexión con Izumi dentro de One For All. Mientras el joven héroe luchaba internamente, All Might sabía que pronto se levantaría. Sin embargo, su mente estaba ocupada por las preocupaciones que lo rodeaban. En ese momento, Hawks y Best Jeanist se acercaron, sus rostros reflejando la inquietud de la situación actual.
—All Might, ¿qué está pasando realmente con Izumi y One For All? —preguntó Hawks, su mirada intensa y seria.
—No podemos ocultarlo más —respondió All Might, con un suspiro resignado—. La verdad debe salir a la luz antes de que cause más pánico.
Se dirigieron a un lugar apartado, donde All Might reveló la historia completa de One For All, sus orígenes, y el oscuro legado que lo seguía. Los tres héroes entendieron que no solo luchaban contra los villanos, sino también contra las crecientes expectativas de la sociedad que exigían respuestas.
El principio del fin
Tres días después, la tensión en la ciudad era palpable. Endeavor, Hawks y Best Jeanist se prepararon para una conferencia de prensa destinada a calmar a la población. El ambiente estaba tenso; el público se sentía inseguro y asustado.
Endeavor tomó la palabra, revelando la verdad detrás del escándalo de Dabi y su propia familia. Las reacciones del público fueron mixtas; algunos se sintieron traicionados, mientras otros mostraban comprensión. Hawks intervino para aclarar que la muerte de Best Jeanist había sido una estrategia para infiltrarse en la Liga de Villanos, y que, aunque se habían tomado decisiones difíciles, era necesario para proteger a la sociedad.
Un reportero se atrevió a preguntar, con una mezcla de indignación y dolor, sobre la falta de acción de los héroes y las consecuencias devastadoras que los civiles habían enfrentado. La emoción era palpable cuando mencionó a su madre, herida por la locura de Gigantomachia. Endeavor, con la mirada fija y un tono decidido, asumió la responsabilidad, prometiendo que haría lo que fuera necesario para expiar sus errores.
Best Jeanist, reconociendo la creciente desesperación, anunció un plan para utilizar los campus de la U.A. y otros programas heroicos como refugios para los civiles que habían perdido sus hogares. Era un paso necesario, aunque lleno de incertidumbre.
—Debemos enfrentar esto juntos. Solo mírame —finalizó Endeavor, su determinación brillando en sus ojos.
La Soledad de un Héroe
Mientras tanto, en Heights Alliance, la clase 1-A se enfrentaba a la impactante verdad a través de las cartas personalizadas de Izumi. Cada mensaje revelaba la conexión de Izumi con One For All, la amenaza constante de All For One y Tomura, y su decisión de alejarse para protegerlos. Las reacciones variaron desde la confusión hasta la inquietud, pero todos compartían un mismo sentimiento: preocupación por su amigo.
En una ciudad lejana, un solitario Izumi, abatido y con aparatos ortopédicos en los brazos, sentía el peso de la responsabilidad sobre sus hombros. La bufanda de Gran Torino, un símbolo de su lucha, colgaba de su cuello mientras observaba cómo un gigante villano arrasaba la ciudad. Sin entusiasmo, sabía que debía enfrentarse a esta nueva amenaza, no solo como un héroe, sino como el portador del legado de One For All.
A medida que el villano se acercaba, la determinación de Izumi comenzó a arder. A pesar de la soledad y el dolor, sabía que no estaba solo en su lucha. Las palabras de All Might resonaban en su mente, recordándole que el verdadero valor no solo radicaba en ser fuerte, sino en proteger a aquellos que no podían hacerlo. Con el corazón en llamas y el deseo de luchar, Izuku se lanzó al combate, listo para demostrar que incluso en los momentos más oscuros, siempre hay esperanza.
Título: La Inusual Alianza en la Celda
La celda era oscura y húmeda, con una atmósfera opresiva que parecía aplastar a los prisioneros. Izuku, conocido ahora como Rui Ayaki, se encontraba en una esquina, sumido en sus pensamientos mientras sus compañeros de celda se movían inquietos a su alrededor. En ese momento, la incomodidad de estar solo en bragas era lo de menos. La verdadera preocupación era cómo escapar de ese lugar.
Kota, con su cabello desordenado y ojos ansiosos, examinaba los restos de comida que habían dejado. —No podemos quedarnos aquí sin hacer nada —dijo, su voz temblorosa.
—Tienes razón —respondió Katsuma, mirando a su alrededor—. Necesitamos encontrar algo para defendernos. Tal vez podamos improvisar un arma.
Senjuro, siempre sereno, se acercó a un montón de desechos. —Miren, hay huesos de pollo y algunas espinas de pescado. También encontré una cuchara y un tenedor. Tal vez podamos usarlos.
Izuku sintió un destello de esperanza. Juntos, comenzaron a reunir los materiales. Katsuma recogió los huesos y las espinas, mientras Kota unía los trozos de pasta que quedaban. Senjuro, con su habilidad para improvisar, empezó a dar forma a los materiales.
—Podemos hacer algo realmente efectivo —dijo, sus ojos brillando con determinación.
Mientras trabajaban, el ambiente en la celda se transformó. Las risas nerviosas comenzaron a reemplazar la tensión, y la creatividad fluyó. Usando la cuchara como base, unieron los huesos con los restos de espinas y pasta, creando una estructura que, aunque rudimentaria, podía funcionar como un arma improvisada.
—Esto podría ser útil si nos encontramos con algún guardia —murmuró Kota, admirando su creación.
De repente, un ruido resonó fuera de la celda, y el grupo se congeló. La puerta se abrió lentamente, revelando a un guardia que los miraba con desdén. Rui, sintiendo una mezcla de adrenalina y miedo, levantó su improvisada arma.
—¡No nos subestimes! —gritó, con una valentía inesperada.
El guardia, sorprendido, retrocedió un paso. Fue suficiente para que Izuku y sus amigos se dieran cuenta de que tenían una oportunidad. Sin pensarlo dos veces, se lanzaron hacia el guardia, listos para luchar por su libertad.
La celda que había sido un lugar de desesperanza se transformó en un campo de batalla improvisado. Con la unión de sus fuerzas, Rui Ayaki, Kota, Katsuma y Senjuro no solo estaban luchando por su escape, sino también por la esperanza de un futuro mejor, incluso en las circunstancias más inusuales.
Título: El Último Susurro de Resistencia
La celda era un lugar oscuro y opresivo, donde la desesperanza parecía haberse asentado. Izuku, conocido ahora como Rui Ayaki, se encontraba junto a Kota, Katsuma y Senjuro, todos en bragas, con la tensión del momento aplastando cualquier intento de humor. En sus manos, tenían su arma improvisada hecha de huesos y espinas, pero sabían que eso no sería suficiente.
De repente, la puerta se abrió con un chirrido ominoso. Un guardia se asomó, con una sonrisa burlona en el rostro. En sus manos, sostenía un pequeño dispositivo. Sin aviso, presionó un botón y de él salió una nube de humo denso que comenzó a llenar la celda.
—¿Qué es esto? —gritó Katsuma, cubriéndose la boca con el brazo, pero el humo rápidamente se escurrió en sus pulmones.
Rui Ayaki, Kota y Senjuro intentaron correr, pero el humo los envolvió. Izuku sintió su cuerpo debilitándose, los efectos de la glicerina y el humo lo atravesaban, nublando su mente.
—¡No...! —exclamó Rui con dificultad, tratando de mantenerse en pie, pero su visión comenzó a oscurecerse.
Kota y Katsuma se tambalearon, cayendo de rodillas. Senjuro, que siempre parecía ser el más fuerte, luchó por mantenerse consciente, pero el gas los superó rápidamente.
—Lo lamentará el ministro de héroes... y también Yaorozu... —musitó Rui, sus palabras apenas audibles mientras sus ojos se cerraban lentamente.
Con un último esfuerzo, los cuatro miraron hacia el guardia, quienes en ese momento solo se reía de su debilidad. Rui sintió una profunda frustración mientras su cuerpo cedía.
—No... podemos rendirnos... —fue lo último que pensó antes de que todo se volviera negro.
Silencio.
El mundo a su alrededor se desvaneció, y la oscuridad lo envolvió por completo. El último susurro de resistencia quedó atrapado en el aire, una promesa de venganza que aún no se había olvidado.
Título: Rescate en la Oscuridad
La celda estaba envuelta en la penumbra, y la sensación de desesperanza parecía abrumar a Izuku (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai) y Senjuro. Sin embargo, una nueva esperanza surgió en forma de Eri, que había activado el Titán Contraataque Mejorado.
El titán, colosal y formidable, se alzaba por encima de la estructura, su armadura negra y morada brillando bajo la luz tenue. Sus ojos, ocho orbes morados que recordaban a insectos, se movían con una inteligencia inquietante. Con tentáculos armados y garras que sobresalían de su cuerpo, el titán parecía una amalgama de poder y terror.
Desde su posición, Eri observó la celda donde estaban sus amigos, su determinación fortalecida. Con una voz decidida, ordenó:
—¡Salven a Izuku, Kota, Katsuma y Senjuro! ¡Ahora!
Los tentáculos del Titán Contraataque Mejorado se movieron con agilidad, rompiendo las paredes y destruyendo los obstáculos que se interponían en su camino. A su alrededor, los orbes de energía flotaban, vibrando con un poder ominoso mientras se preparaba para el combate.
Los guardias, atónitos ante la aparición de este titán, intentaron organizarse, pero el titán, con su agilidad inhumana, avanzó, arremetiendo contra ellos con un rugido resonante. Los efectos de sonido característicos del Depredador llenaban el aire, sumergiendo el entorno en una atmósfera de peligro inminente.
Dentro de la celda, Izuku, Kota, Katsuma y Senjuro sentían la energía vibrante que emanaba de su salvador.
—¿Es...? —murmuró Kota, su corazón latiendo con fuerza al reconocer la figura del titán.
—Eri lo ha traído —respondió Rui, la esperanza renaciendo en su pecho—. ¡Vamos, tenemos que salir de aquí!
El titán, obedeciendo las órdenes de Eri, comenzó a desatar su furia contra los guardias que intentaban contenerlo. Tentáculos con armas de destrucción se lanzaron hacia ellos, aplastando y desarmando a los enemigos en un solo movimiento. La armadura morada y negra del titán era casi impenetrable, permitiéndole resistir los ataques mientras continuaba su avance hacia la celda.
A medida que los obstáculos se desvanecían, Rui y los demás se prepararon para salir. Sintieron que el poder del titán resonaba en ellos, alentándolos a levantarse y luchar. Con una estrategia en mente, comenzaron a formular un plan para escapar.
—Si podemos llegar a Eri, podremos fusionar nuestros poderes y abrirnos camino —dijo Senjuro, sus ojos fijos en el titán.
Finalmente, con una explosión de energía, el titán rompió las puertas de la celda, revelando el camino hacia la libertad. Rui, Kota, Katsuma y Senjuro avanzaron rápidamente, guiados por el poder de su amiga y el titán que les brindaba protección.
Mientras salían, el titán se giró, dispuesto a enfrentar cualquier amenaza que se interpusiera en su camino. Con cada paso, resonaban los ecos de la batalla, mientras se dirigían hacia su libertad.
—¡Lucharemos juntos! —gritó Rui, mientras se unía al titán, sabiendo que su fuerza combinada podría superar cualquier desafío.
Eri, desde su posición, sonrió al ver cómo sus amigos avanzaban, sabiendo que su decisión de activar el Titán Contraataque Mejorado había cambiado el curso de la batalla.
Título: La Confrontación Final
El Ministro de Héroes Mizudaira llegó corriendo al lugar, apenas consciente del caos que se desataba ante él. Cuando vio al Titán Contraataque Mejorado alzando su imponente figura, sintió que un escalofrío le recorría la espalda. Izuku (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai) y Senjuro se encontraban liberados, listos para enfrentar la adversidad.
—¡No! —exclamó Mizudaira, comprendiendo que la situación había escalado de manera inesperada—. Debo llamar a un héroe de inmediato.
Sin embargo, antes de que pudiera activar su comunicación, Rui y sus compañeros decidieron que ya era hora de actuar. Con una determinación renovada, todos activaron sus poderes en un movimiento sincronizado.
—¡Puñalada de Remache! —gritaron al unísono.
De inmediato, sus dedos se transformaron en zarcillos negros, cubiertos de líneas rojas agrietadas que pulsaban con una energía oscura. El Ministro observó, horrorizado, mientras los zarcillos se alargaban y se preparaban para atacar.
Mizudaira, consciente de que estaba en una situación desesperada, intentó retroceder, pero fue demasiado tarde. Los cuatro amigos, impulsados por su deseo de liberarse de las garras de All For One, apuñalaron el aire con sus zarcillos, atravesando la distancia entre ellos y el Ministro.
Los zarcillos se hundieron en la piel de Mizudaira, atravesando sus pulmones y su corazón con una precisión letal. El ministro se quedó sin aliento, sus ojos reflejando la sorpresa y la traición mientras la vida se desvanecía de su rostro.
—Lo lamentarás... —susurró Rui, mientras la esencia vital de Mizudaira se desvanecía ante ellos.
Kota, Katsuma y Senjuro miraron a su alrededor, la adrenalina bombeando en sus venas. El titán, todavía en pie, miraba hacia el horizonte, listo para proteger a sus amigos de cualquier amenaza que pudiera surgir. Pero ya no había más obstáculos en su camino.
Con la muerte del Ministro de Héroes, un silencio inquietante se apoderó del lugar. Rui, sintiendo el peso de sus acciones, miró a sus amigos.
—Hemos cruzado una línea —dijo, su voz llena de conflicted—. No hay vuelta atrás ahora.
Senjuro asintió, mientras los zarcillos desaparecían, su poder consumido por el esfuerzo. La transformación había llevado su toll, pero su determinación seguía intacta.
—No podemos permitir que lo que hemos hecho se convierta en vano. Debemos seguir adelante —respondió Katsuma, con la mirada fija en el horizonte.
Con un último vistazo al cuerpo caído de Mizudaira, el grupo se unió, decididos a luchar no solo por su libertad, sino también por el futuro que les esperaba. El Titán Contraataque Mejorado, como un faro de fuerza, se preparó para guiarlos hacia la próxima batalla, mientras el eco de sus acciones resonaba en el aire.
Título: Renacimiento en el Caos
La devastación comenzó a desplegarse en la ciudad cuando el Titán Contraataque Mejorado, junto a Izuku (Rui Ayaki), Kota (Enmu), Katsuma (Kyogai) y Senjuro, se lanzaron al ataque, destruyendo el edificio del Ministro de Héroes con una ferocidad desmedida. Los cimientos temblaban, y las estructuras se desmoronaban a su alrededor, atrapadas en un torbellino de energía oscura y determinación.
Eri, sintiendo la energía del caos que la rodeaba, se unió a sus amigos, canalizando su propio poder para amplificar el Titán. Juntos, liberaron toda la ira y el dolor acumulados a lo largo de los años. Con cada golpe y cada grito, liberaron sus traumas, convirtiendo el dolor en fuerza.
—¡No más huir! —gritó Rui, mientras la energía se acumulaba a su alrededor—. ¡Esta es nuestra hora!
Kota, aún con el ardor de la traición reciente, sintió cómo su rabia se transformaba en una llama que lo impulsaba. La memoria de aquellos que habían sufrido a manos del sistema lo llevó a luchar con todo su ser.
—¡Vamos! ¡Dejemos atrás el pasado! —añadió Katsuma, mientras sus habilidades se expandían, cada golpe resonando con el eco de sus antiguas batallas.
Senjuro, siempre el más calmado, cerró los ojos un momento y respiró hondo. En ese instante, recordó su viaje, sus luchas y sus pérdidas, y dejó que la tristeza se convirtiera en un arma. Cuando abrió los ojos, había una resolución clara en ellos.
Eri, iluminada por una luz purpúrea, elevó sus manos y amplificó el poder del Titán, haciéndolo crecer en tamaño y fuerza. Los orbes de energía morada giraban a su alrededor, creando un espectáculo de luz que cegaba a los que aún quedaban en el lugar.
La Evolución de los Quirks
Mientras la destrucción continuaba, cada uno de los amigos sintió una ola de energía recorrer sus cuerpos. Los traumas que habían guardado, las inseguridades y los miedos, empezaron a desvanecerse. En ese proceso de liberación, sus quirks evolucionaron a nuevas formas, fusionando sus habilidades de maneras que nunca imaginaron.
Izuku (Rui Ayaki): Su capacidad de manipulación de hilos se amplificó, permitiéndole crear estructuras más complejas y afiladas, capaces de atrapar y desmembrar a sus enemigos. Los hilos ahora pulsaban con la energía de sus emociones liberadas, haciéndolos más mortales.
Kota (Enmu): Su quirk, que le permitía controlar los sueños , se transformó en una habilidad para crear pesadillas dentro de su mente de sus victimas a su voluntad. Se sintió más conectado con su pasado, utilizando su dolor como una fuente de poder.
Katsuma (Kyogai): Su habilidad de controlar el sonido evolucionó, permitiéndole crear ondas sonoras destructivas que resonaban a través de los edificios, desestabilizando a los enemigos y a la vez fortaleciendo a sus amigos. Cada nota era una liberación de su dolor.
Senjuro: Su quirk se amplificó a niveles inimaginables, permitiéndole no solo manipular su entorno, sino también crear campos de energía que podían absorber ataques y redirigirlos. La tristeza que había sentido se convirtió en una armadura protectora.
Eri: Su habilidad de reversión se convirtió en una capacidad de restauración total, no solo para ella misma sino para sus aliados, permitiéndoles recuperar energía y sanar las heridas más profundas mientras luchaban.
Con sus nuevas habilidades, el grupo se volvió imparable, su energía creando un maremoto de destrucción que arrasaba todo a su paso. La figura del Titán Contraataque Mejorado se alzaba orgullosa en medio del caos, un símbolo de su renacimiento.
La Caída del Edificio
Con un último grito de unidad, lanzaron su ataque final hacia el edificio del Ministro de Héroes. Las paredes crujieron y se partieron bajo el peso de su poder combinado. En un instante glorioso, el edificio se desplomó, una nube de polvo y escombros envolviendo todo a su alrededor.
Cuando el polvo se asentó, se hizo evidente que un nuevo camino se había forjado. Ya no eran los mismos. Habían enfrentado sus traumas, se habían liberado del pasado y ahora eran guerreros renovados, listos para enfrentar el futuro, sin miedo y sin remordimientos.
Rui, Kota, Katsuma, Senjuro y Eri se miraron entre sí, un destello de determinación en sus ojos.
—No hemos terminado —dijo Rui, una sonrisa en sus labios—. Esto es solo el comienzo.
Y así, como un nuevo amanecer, comenzaron su camino hacia lo desconocido, llevando consigo no solo su poder, sino también la promesa de un nuevo futuro.
El Eco de la Libertad
El polvo se asentó lentamente, revelando el caos que había dejado a su paso la caída del edificio del Ministro de Héroes, Mizudaira. Mientras los escombros se apilaban, un silencio inquietante llenó el aire, seguido de murmullos que comenzaron a crecer en volumen. Los civiles, al principio atónitos, comenzaron a asimilar lo que había ocurrido.
Algunos de ellos, que habían sido testigos de la transformación de los experimentos en guerreros, comenzaron a celebrar. Habían visto cómo el Ministro, en su afán de mantener el control, había convertido a personas inocentes en herramientas de su ambición. Aquellos que habían sido llamados "héroes" en realidad eran marionetas, manipuladas para cumplir los deseos de un hombre sin ética ni moral.
—¡Él se lo merecía! —gritó una mujer desde la multitud, su voz resonando con un fervor que sorprendió a muchos. Otros comenzaron a unirse a ella, gritando frases similares de aprobación y alivio.
Los murmullos de aprobación se convirtieron en vítores a medida que más personas se unían a la causa. Los civiles, que antes temían al sistema heroico y a sus líderes, comenzaron a liberarse de ese miedo. La revelación de que el Ministro de Héroes había estado involucrado en experimentos oscuros y tenía falsos héroes entre sus filas dejó una huella profunda en la conciencia colectiva de la sociedad.
La Caída del Sistema Heroico
Un grupo de jóvenes, antes temerosos de hablar en voz alta, se unieron para formar un círculo. Se abrazaban entre sí, compartiendo la liberación de un peso que habían llevado durante demasiado tiempo.
—¡Esto no es solo un final! —dijo uno de ellos, alzando su voz—. ¡Es un nuevo comienzo! ¡Ya no más experimentos! ¡Ya no más mentiras!
La multitud estalló en vítores, sintiendo que la muerte de Mizudaira era un símbolo de la caída de un sistema corrupto que había mantenido a la sociedad atrapada en un ciclo de miedo y manipulación. La imagen de héroes falsos se desvanecía, dejando espacio para una nueva era donde la verdad y la justicia podían florecer.
Los nuevos guerreros, Rui (Izuku), Kota, Katsuma, Senjuro y Eri, se convirtieron en íconos de este cambio. Al ver su valentía y determinación, los civiles los reconocieron como los verdaderos héroes de la historia, no por sus poderes o habilidades, sino por su lucha contra un sistema opresor.
El Nacimiento de una Nueva Era
Mientras los vítores resonaban en el aire, Rui y sus amigos se dieron cuenta de que su misión no solo era liberar a los cautivos, sino también ofrecer una nueva esperanza a todos aquellos que habían sufrido a manos del Ministro y su régimen.
—¡Miren hacia el futuro! —gritó Rui, su voz resonando a través de la multitud—. No se dejen engañar por aquellos que pretenden ser héroes. Ustedes tienen el poder para forjar su propio destino. ¡Juntos, podemos construir un mundo donde la verdad prevalezca!
Las palabras de Rui resonaron en los corazones de los presentes. Con cada grito de celebración y cada mirada llena de esperanza, se sentía que el mundo había cambiado. Ya no eran simples civiles atrapados en un sistema, sino que se habían convertido en un movimiento, una fuerza que se levantaría contra cualquier opresión.
Con la caída del edificio del Ministro y la revelación de sus crímenes, se encendió una chispa de revolución. Rui, Kota, Katsuma, Senjuro y Eri no solo habían liberado a los prisioneros, sino que también habían liberado a la sociedad misma.
Un Futuro por Construir
Mientras la multitud aclamaba a sus nuevos héroes, Rui miró a sus amigos y vio el mismo destello de determinación en sus ojos. Habían superado sus traumas, pero sabían que la lucha estaba lejos de terminar.
Con un nuevo propósito, decidieron que era hora de ir más allá, de seguir luchando por aquellos que aún sufrían, por aquellos que habían sido olvidados. Con el eco de los vítores a sus espaldas, se adentraron en la nueva era que habían ayudado a forjar, listos para enfrentar cualquier desafío que pudiera surgir.
El futuro era incierto, pero ahora tenían la fuerza de su historia, la unidad de su comunidad y el poder de su liberación.
El Eco de la Caída
La noticia de la caída del edificio del Ministro de Héroes y la muerte de Mizudaira llegó rápidamente a los oídos de Muzan Kibutsuji y las Seis Lunas Superiores. Un silencio ominoso se apoderó de la sala donde se encontraban, interrumpido únicamente por el sonido de la respiración de los demonios. La tensión en el aire era palpable.
Reacción de Muzan
Muzan observó a sus subordinados con una mezcla de sorpresa y desdén. Su rostro, normalmente imperturbable, mostraba una chispa de interés.
—Estos experimentos, I.Z.U-19, K.O.T.A-20, E.R.I-21 y K.A.T.S.U.M.A-23, han demostrado ser más problemáticos de lo que anticipé —murmuró Muzan, su voz suave pero cargada de amenaza—. La muerte de un Ministro de Héroes podría desestabilizar el equilibrio del poder, y eso no es algo que pueda permitirse.
Las Lunas Superiores se Preparan
Kaigaku, que se encontraba entre ellos, sonrió con desprecio.
—¿Así que ahora ellos son los héroes? Patéticos. Solo son demonios en busca de venganza. —Daki, por su parte, cruzó los brazos, observando a los demás con desdén.
—No subestimen su capacidad. Están evolucionando. —Gyutaro agregó, su voz rasposa cargada de preocupación—. Han liberado sus traumas y parecen más poderosos que antes.
Nakime, que siempre había mantenido su distancia, miró al resto con curiosidad.
—Esto podría ser una oportunidad. Si los dejáramos avanzar, podríamos usar su poder en nuestro beneficio, o eliminarlos antes de que se conviertan en una amenaza real.
Hantengu, que había permanecido callado, finalmente habló, su voz temblorosa.
—Pero... ¿quién se encargará de ellos? No podemos simplemente dejarlos libres.
El Concilio de Demonios
Muzan se adelantó, sus ojos oscuros centelleando con intensidad.
—No os preocupéis. No permitiré que estas criaturas interrumpan mis planes. Akaza, Doma, Kokushibo... preparen a sus fuerzas.
—Deberíamos usar nuestra fuerza colectiva para aplastarlos antes de que se conviertan en un verdadero desafío —dijo Akaza, sus ojos brillando con ansias de batalla.
—Estaré encantado de destruir a esos demonios imperfectos —respondió Doma, una sonrisa torcida en su rostro.
Kokushibo, el más poderoso entre ellos, asintió lentamente.
—No solo debemos eliminarlos, sino también asegurarnos de que el caos que han creado se convierta en nuestro beneficio. Si los héroes se vuelven ineficaces, el mundo se volverá más dependiente de nosotros.
El Viaje de los Protagonistas
Mientras tanto, Rui, Kota, Katsuma, Senjuro y Eri, tras su liberación de traumas, sintieron cómo sus cuerpos y mentes se llenaban de poder. Sus múltiples quirks evolucionaron, surgiendo en formas que nunca habían imaginado.
Rui, ahora más fuerte y decidido, miró a sus amigos con una sonrisa.
—No solo hemos liberado a los prisioneros, sino que hemos liberado a nosotros mismos. No hay vuelta atrás. —Kota, al lado de él, sintió que su conexión con el grupo se fortalecía.
—Estamos listos para enfrentar lo que venga —dijo, su voz resonando con determinación.
La Nueva Era de Héroes y Demonios
Con sus nuevos poderes, decidieron que era hora de enfrentarse a aquellos que habían intentado someterlos, comenzando con Muzan y las Seis Lunas Superiores. Sabían que se acercaba una batalla monumental, una que definiría no solo su futuro, sino el destino de todos.
—Es hora de demostrarles que somos más que simples experimentos. Somos una fuerza que no pueden ignorar —declaró Senjuro, empuñando su quirk con orgullo.
Mientras la noche caía, un aire de determinación envolvía al grupo. Con la caída del edificio del Ministro y la liberación de sus traumas, se sentían invencibles. Cada uno de ellos, como demonios evolucionados, estaba listo para reclamar su lugar en el mundo, ya no como marionetas, sino como verdaderos guerreros.
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