74. COMPROMISO APRESURADO.
Psst... revisen primer comentario.
Su cuerpo se sentía mucho más relajado después de aquel baño, con el dolor de sus caderas desapareciendo por unos breves momentos.
Se sentía un poco mal por disfrutar de esa manera las atenciones que Steve le daba debido a que el rubio sentía un poco de culpa por el estado en el que había dejado al millonario.
Sin embargo, era muy bueno en lo que hacía, con esos masajes tan revitalizantes y esos besos llenos de cariño que dejaba en cada marca de dedos o dientes que encontraba.
Pero había algo que no dejaba a Tony solo disfrutar y olvidarse de todo lo demás, estando muy serio y pensativo la mayor parte del baño, apenas si reaccionando cuando recibía un beso en su boca, por muy preocupado que estuviera, esos besos eran muy difíciles de ignorar.
-Steve-lo llamó el millonario apenas logro reunir la convicción necesaria para apartar sus bocas-no me siento bien-
-¿qué ocurre? ¿quieres llame un médico?-quiso saber de inmediato el super soldado, buscando en el rostro de Tony alguna pista de lo que lo hacía sentir así.
-no, me refiero a que no me siento bien disfrutando de esta calma, me encanta, pero creo fue una mala idea dejar ir a Peter-
El rubio sonrió al escucharlo, un poco aliviado de que no fuera algo físico y que además fuera sencillo de resolver, enjuagando de su cuerpo el jabón antes de empezar a hablar.
-lo escuchaste anoche, llegó bien, incluso nos dijo que Wade ya se había ido...-
-sí, pero quiero ayudarlo de otra forma, solo es un chico, no tiene por qué quedarse solo en un departamento con alguien como Deadpool acosándolo-se quejó el millonario, en realidad lo de el mercenario podía aceptarlo, el problema era que Peter no parecía querer dejarlo ayudarle-al menos me hubiera dejado comprarle un pent-house-
-hay que entenderlo, Tony, no quiere nada demasiado llamativo y tampoco creo se sienta bien aceptando tu dinero, creerá que es por lastima-le dijo Steve, pues era la misma razón por la que al principio se había negado a que el millonario le pagara un sitio en Brooklyn-y lo de Deadpool ya lo hablamos, tampoco dejara lo alejemos de su vida, nosotros no tenemos ese derecho-
-no, ya sé que no, no somos sus padres...-dijo el castaño a regañadientes, de pronto ocurriéndosele una idea, con el rubio habiendo tomado una toalla para envolverlo con ella antes de cargarlo de vuelta hasta la habitación.
-exacto, no lo somos-
-Steve-
-¿sí?-
-¿y si lo adoptamos?-el rubio dejo de sacudir el cabello del millonario al escuchar eso, tomando del rostro al millonario.
-Tony-
-aún le faltan varios años para la mayoría de edad, no tiene ningún familiar que pueda cuidarlo y quedara bajo el cuidado del estado, podemos adoptarlo, nadie lo va a adoptar siendo un adolescente y si lo hacen nada nos garantiza que no sea un pedófilo pervertido que además sea mercenario-
-no creo que Wade...-
-yo creo que si-lo interrumpió de nuevo, con el millonario abrazando al rubio mientras le miraba con un gesto de súplica-di que si... ¡o seré padre soltero!-
-no estamos casados-
-pues entonces seré padre soltero-se quejó Tony, poniéndose luego sobre una de sus rodillas, algo gracioso ya que estaba sobre la cama-Steve Grant Rogers ¿te casas conmigo para ser muy felices y adoptar un niño araña?-
* * *
Lo escuchaba tocando su violín desde hace más de cuatro horas, no le sorprendía en absoluto, había estado muy pensativo desde que volvieron a Londres, donde por alguna razón, el estar dentro de su departamento, solo les hizo recordar la razón por la que habían estado tanto tiempo lejos de casa.
John trato de respetar su privacidad como lo hacía antes, acostumbrado a comer solo cuando Sherlock se encerraba en su palacio mental y solo tocaba, pero al volver a mirar la hora y recordar que en realidad era casi ocho las horas que habían pasado sin que probara bocado, fue como decidió ir a interrumpirlo en su habitación.
Porque sí, para colmo, se había encerrado ahí, como si de alguna manera su habitación pudiera suprimir los sonidos de su violín, algo que estaba seguro no era la intención, al menos no cuando estaba tocando así de bien, con ese ritmo y elegancia que tanto le caracterizaban.
-Sherlock-lo llamo al tocar por primera vez la puerta, de forma suave, pero no recibió ninguna respuesta, por lo que intento tocar más fuerte-Sherlock-
-ocupado-fueron las únicas palabras que se escucharon, haciendo a John parpadear un poco, sin imaginarse lo que podría ser.
-¿es de un caso?-
-no-
-¿un experimento?-
-no-
-¿alguien depende de lo que estás haciendo?-volvió a intentar, recibiendo otra negativa, pero esta vez un poco más malhumorada-está bien-le dijo, alejándose para salir al pasillo y bajar las escaleras, llevando una breve conversación con la señora Hudson antes de volver a subir y dirigirse directo a la habitación del pelinegro, usando la llave recién adquirida para abrir la puerta y entrar.
La señora Hudson subió momentos después, solo escuchando las quejas con una sonrisa mientras dejaba el nuevo plato de comida en la mesa, sin intentar ocultar su buen humor cuando John salió con el violín en sus manos y Sherlock siguiéndole el paso.
-¡Vamos, John! Era importante-se quejó el detective, usando solo una bata al salir.
-no me sonó a que lo fuera-le respondió John-llevas casi todo el día metido ahí y necesitas comer algo... gracias, señora Hudson-
-no hay de que, avísenme si... ya saben-les dijo la mujer mientras bajaba de nuevo, aun manteniendo esa gran sonrisa en el rostro.
-si lo era-se defendió de nuevo el pelinegro, aunque esta vez con un susurro que el doctor apenas y alcanzo a oír.
Lo miro sentarse a la mesa, jugando con lo que serían unos huevos revueltos, durando así algunos minutos antes de que se decidiera a probar bocado.
-¿ocurre algo?-le pregunto John, su silencio y seriedad podían ser habituales, pero lo miraba cada cierto tiempo, desviando la vista de inmediato.
-¿eres consiente que ahora estamos en una relación?-le pregunto Sherlock de pronto, haciendo que el doctor asintiera un tanto confundido-las normas sociales indican que el estado de la relación debe establecerse en un mutuo acuerdo-
-ehh Sherlock, creo que no estoy entendiendo-
-es lo habitual, pero esfuérzate un poco-se quejó el detective-¿y bien?-
-¿que?-
-¿qué somos ahora? Amigos, novios, amantes, en una relación abierta, cerrada...-
-o complicada-añadió John, pues así era todo con Sherlock, riéndose un poco al observar las dudas en su compañía, algo seguro que jamás había visto, al menos no por temas que él consideraba tan triviales-somos una pareja, solo eso, no hay que darle muchas vueltas-
-no, pero si alguien pregunta ¿cómo se supone que contestare?-
-que somos... ¿novios?-
-oh, no lo sé jamás me lo preguntaste-le respondió el detective, un poco malhumorado por ese hecho.
-¿y eso es todo? Está bien, Sherlock, tengo algo que pedirte ¿quisieras compartir tu vida conmigo?-
-se más específico, John, no sé si me pidas una vida de amistad indefinida y cercana o matrimonio, pídeme bien que sea tú novio-
-Bien, entonces, Sherlock Holmes ¿me harías el honor de ser mi esposo?-le dijo John de inmediato con una gran sonrisa cuando Sherlock acepto sin pensarlo, riéndose un poco antes de dar media vuelta-excelente, le diré a la señora Hudson y luego llamare a tu hermano-le aviso mientras salía al pasillo.
A Sherlock le tomo un momento el analizar el por qué le resultaba tan divertido a John su respuesta, tomando un poco de su té mientras repasaba toda la conversación en su mente hasta que llego a la parte de la pregunta y su respuesta, casi ahogándose al darse cuenta de que acababa de comprometerse.
-John ¡John!-lo llamó, apenas si girando un poco el rostro en dirección a la escalera-¿eso significa que si somos novios?-le pregunto, un poco consternado, pues siempre supuso el noviazgo iba antes de la boda.
-¡John!-volvió a llamarlo después de unos segundos-¡faltó el anillo! Empiezo a creer que desconoces el ritual humano para lo que llaman compromiso-
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