two


—Amor... ¿me pasas la sal?

Jisoo parpadeó confundida, para luego volver a la realidad y mirar a su novio, quien estaba comiendo de su plato con la vista fija en el televisor. Totalmente atrapado y sumergido en el televisor, sin ser consciente de la actitud extraña de Jisoo.

Jisoo en silencio sujetó el pequeño frasco salado y se lo dejó frente a él.

La llamada sospechosa a las 4 a.m le resultó extraña. Inquietante. Podía ser una estúpidez, un tipo que se equivocó de número y decidió cortar la línea antes que hablar ¿Pero porque no habló y preguntó si estaba la persona con la que quería hablar? Le daba un poco de miedo esas cosas. Así que para mantener un poco su mente serena, se dirigió a Jin.

—Cariño anoche pasó algo extraño mientras tú trabajabas en el hotel.

Jin se dio media vuelta y la miró extrañado.

—¿Qué cosa? ¿Tu jefe otra vez se pasó de listo contigo?

—No fue eso, si no que...—no sabía como explicarlo, pensó un instante las palabras correctas—me llamó un número a las 4 a.m en punto. No dijo nada cuando hablé y luego cortó. Me parecio inquietante.

—Seguro se equivocaron de número. Ya cuando ven que atiende alguien diferente a la persona que buscan se resignan.—le restó importancia—oh, no sabes que sucedió hoy en el trabajo.

Y así sin más, comenzó a hablar de un tema totalmente diferente. Jisoo lo dejó hablar y decidió prestar atentamente la atención hacia su novio. Aunque su mente seguía en aquel llamado. Nadie podía culparla de tener miedo y ser paranoíca. Podía ser una llamada tan inocente como así peligrosa. Hoy en día usan muchas llamadas telefónicas para amenazas, extorsiones o rastreo de personas.

Sin embargo decidió desistir de ese pensamiento. No le hacía bien.

Luego de almorzar junto a Jin se dedicó a lavar los platos. Jin le dio un beso en los labios antes de irse al trabajo y la dejó allí sola con los quehaceres de la casa. La verdad es que no le molestaba hacer las cosas ella sola, pero Lalisa se quejaba de que debía exigirle a Jin ayudarla de vez en cuando. Jisoo no quería molestar más de la cuenta a Jin, suficiente con que trabajaba y con ello mantenía la casa. No es que ella no tuviera un buen ingreso acomodando estantes en la librería, pero desde luego era un sueldo mínimo. No era un buen trabajo tampoco, pero le resultaba mejor que quedarse en la casa aburrida sin hacer nada todos los días.

Jisoo iba a comenzar la universidad, o al menos tenía en mente hacerlo. En el pasado le había pedido a sus padres que le dieran un año de descanso porque se sentía muy deprimida como para ingresar. Y en esos momentos, el dolor se volvía lejano y parecía que la paz inundaba su día a día. La universidad comenzaría dentro de unos meses, estaba lista para hacerlo.

Jisoo comenzó a tararear una canción mientras terminaba de asear la casa. Y cuando se hizo la hora de ir al trabajo, se duchó y se alistó para salir. En el camino se encontró con Chaeyoung, su compañera del trabajo y ambas comenzaron a charlar mientras se dirigían al lugar.

—Espero que este idiota hoy no se pase de listo con nosotras.—murmuró Chaeyoung haciéndola reir, para luego poner su mejor sonrisa falsa y anunciar—¡Buenos días Jefe! ¡Llegamos!

Su jefe era alguien alto y delgado, pero en su rostro se notaba los años que ya le pesaban encima. No era alguien amable, pero Jisoo tampoco llegaba al punto de odiarlo tal como ya lo hacía Chaeyoung. Sin embargo, había muchas razones para hacerlo aunque ella se lo negara a sí misma.

El tipo era el jefe, pero apenas le prestaba atención al local. Dejaba todo en manos de Jisoo y Chaeyoung. Él solo era la cara de lugar, pero no el esfuerzo y la dedicación del mismo. Jisoo se pasaba días enteros ordenando el lugar y Chaeyoung días enteros moviendo la tierra que se acumulaba. Jungkook era el chico que atendía en la caja registradora, así que nisiquiera para dar una buena presencia servía su jefe.

Jisoo como siempre saludó a Jungkook con un abrazo y le reovolvió el cabello. A pesar de que Jungkook era menor y tímido con las mujeres, sobre todo cuando eran mayores, con Jisoo se llevaba muy bien. Ambos se veían como los hermanos que jamás habían tenido.

—Jisoo hoy tendré una cita.—comentó, Jungkook como siempre era todo un romántico empedernido.

Jisoo alzó las cejas con emoción.

—¿¡De verdad!?

El asintió.

—¿Podrías tomar mi lugar hoy?

Jisoo suspiró. Era una tarea difícil de cumplir, pero lo haría porque le gustó ver ese brillo entusiasmado en los ojos de su amigo.

—De acuerdo. Me debes una.—bromeó cuando el menor atrapó sus hombros en un abrazo.

—Te quiero mucho.—le informó y Jisoo rodó los ojos de forma actuada haciéndolo reir.

—Ya. Vete antes de que el jefe se enoje.

Jungkook sonrío agradeciéndole una vez más, para luego tomar sus cosas e irse.

Chaeyoung se acercó a ella y rió negando con la cabeza.

—¿Otra cita? ¿Acaso este chico no se cansa?

Jisoo se encogió de hombros.

—Parece especial.

—Y tú otra vez pagando los platos rotos de un chico enamoradizo.—comentó señalando la caja registradora, en donde ahora ella debía encargarse esta vez.

—Me hará bien cambiar un poco la rutina.

Chaeyoung sonrió. Admiraba que Jisoo fuera tan amable y positiva. No cualquiera podía ser así ante las circunstancias más inesperadas.

Una vez terminada esa charla Jisoo y Chaeyoung volvieron a sus deberes. Jisoo revisaba y ordenaba los estantes como siempre acostumbraba, pero cada vez que venía un cliente volvía corriendo a la caja y atendía a los mismos. Y aunque fue difícil, sabía que valía la pena porque probablemente Jungkook se la estaba pasando bien.

Las horas fueron pasando y comenzó a anochecer. Para entonces, Jisoo comenzó a descansar creyendo que ya a esa hora no vendría nadie más, ya que las calles estaban vacías. Así que sonrió y se apoyo en el mostrador suspirando.

Vaya día agotador.

Sin embargo, de repente sus pensamientos fueron interrumpidos cuando oyó el tintineo de la puerta al abrirse. Miró confundida el punto en el que el sonido se oía, y de golpe, todo dejó de cobrar sentido.

Jisoo sintió como su respiración se atascaba en su garganta. El libro que estaba leyendo y que tenía en sus manos tembló por la inestabilidad que inundó su cuerpo. Su corazón comenzó a latir tan rápido que sintió por un instante que estaba por salirse de su pecho.

El rostro que tanto le costó olvidar, estaba a unos pasos de ella.

"No puede ser..." pensó Jisoo atónita. El peso del mundo cayó sobre ella.

Estaba igual que hace un año atrás, solo que el cabello lo llevaba rubio y tenía una barba de unos días. Seguido de unas ojeras prominentes bajo sus ojos.

Jisoo tragó duro angustiada. No sabía si por su aspecto, por haberlo visto luego de tanto tiempo o porque solo en ese momento se dio cuenta de cuanto lo había extrañado a pesar de todo.

Taehyung tenía una capucha en la cabeza y caminaba impacible hacia el frente. De hecho, no parecía siquiera haberse dado cuenta de la presencia de Jisoo. Caminó cabizbajo hasta que sus pies chocaron con el mostrador y entonces, habló.

—Me gustaría comprar cumbres borrascosas por favor.

¿Cumbres borrascosas?

Su pecho se contrajo. Ese libro era el que ella había leído cuando estaba junto a él. A Jisoo le gustaba que fuera una relación ambientada en una época antigua y en la toxica pero salvajemente emocionante relación que tenían Heathcliff y Catherine. Sin embargo recordó que el final la decepcionó un poco. ¿Por qué querría comprar ese libro?

¿Acaso lo compra para recordar...?

No. Eso no podía ser posible. Había pasado un año. Solo era una coincidencia cruel.

—¿T-taehyung?

El levantó la mirada y de repente en sus ojos se vió un brillo de vida. Pero este brillo no fue de emoción, ni de sorpresa. Fue casi de puro terror al notar lo que tenía en frente.

—¿Jisoo...?—susurró, parpadeó y la miro una vez más. Comprobando que no era un sueño.—¿Qué haces...?

—Trabajo aquí.—las palabras salieron rápidas de su boca. Se rió de puro nerviosismo—¡Dios mío Taehyung! Hace tanto que no te veía...—informó. Contuvo las ganas de abrazarlo y decirle cuando lo había extrañado.

—Yo también...—murmuró Taehyung. De repente parecía que la boca se le había secado.—yo... de verdad no puedo creer que nos hayamos encontrado así.

—¿Qué estás haciendo por aquí?—Jisoo a pesar de que se encontraba tan aturdida y nerviosa, decidió hablar--¿Cómo está todo en...?

—Jisoo, lo siento pero... debo irme. Olvida el libro, lo vendré a buscar otro día. Fue un gusto verte.

La pelinegra sintió como si hubieran golpeado su estómago con fuerza. Sus palabras tan directas y carentes de emoción... le resultó algo difícil de diferir.

Taehyung se dio media vuelta y casi huyó de ahí dando zancadas. Jisoo no podía creerlo. Su corazón se estrujó.

—Taehyung...

Cuando Jisoo regresó a su casa, saludó a Jin, vieron películas y pasaron tiempo juntos. Jin intentó hacerla pasar una noche especial y decidió que al menos por un rato, ningunos dormirían. Jisoo si bien agradeció el gesto porque la hizo sentir un poco querida, no le fue suficiente para despejar de su mente el rostro de Taehyung y los sentimientos que volvió a traer en ella. No podía decirle a Jin que lo había visto. Si lo hacía, el terminaría por enloquecer.

Jin se durmió en la cama luego del acto sexual y Jisoo se quedó despierta un rato largo . Pensando, dándole vueltas a cosas que en realidad no tenía respuesta. Luego de un rato sus ojos comenzaron a pesar, y cayó en los brazos de Morfeo.

4 a.m. Jisoo vió el reloj cuando se dio cuenta no solo que se había despertado de su profundo sueño, si no también que el teléfono sonaba sin parar de nuevo. Suspiró con hastío y observó a Jin. Seguía profundamente dormido.

Se incorporó y tomó el teléfono. La idea de no responder le resultó tentadora, sin embargo algo le dijo que no lo hiciera. Así que atendió sin más.

—¿Quién es?

Silencio.

Jisoo comenzó a enojarse.

—No llames más a este número. No volveré a contestar.

Silencio.

Jisoo iba a colgar totalmente rabiosa por la situación, pero de repente algo del otro lado la hizo paralizar.

—Jisoo...

Esa voz.

Jisoo se tapó la boca.

¿Acaso era...?

—¿T-Taehyung?

—Solo quería... solo quería escuchar tu voz una vez más. Lo siento mucho, no quise molestar...molestar-te...

Su voz sonaba arrastrada... y torturada. No le hizo falta más a Jisoo para darse cuenta de que estaba ahogado en alcohol.

—Taehyung, yo...

Y de repente, otra vez se cortó la llamada.

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perdon si hay errores, lo corregire en cuanto pueda gracias por leer <33 las amo mucho

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