♜Cap. 7. "Más mentiras"
Mis ojos se llenaron de infinitas lágrimas al recordar como la vida que me había tocado fue siempre una cruel villana conmigo, pues de verdad extrañaba muchísimo a mi familia, a las pocas amigas que tuve, a mis valientes tías y por su puesto a mi hermanita teniendo poco a poco que ir revelando parte de mi pasado, presente y futuro al punto de sufrir por cada pequeño detalle, recuerdo doloroso, o actitud que Olga hiciera frente a mi a pesar de que ahora fuéramos "amigas cercanas", sin embargo, mis miedos más grandes aparecieron cuando noté como mis tías abuelas estaban comenzando a sospechar de mi cada vez más, pues al contar mis anécdotas se veía que eran reales al llorar cada cierto tiempo mientras pasaban las noches en aquella época de pesadilla donde al final solo era una simple viajera temporal, la cual no tenía asegurada su existencia en ninguna parte del inmenso universo a menos de que los salvara de morir como prometí.
-¡Ay por Dios!, cariño, ¿Pasaste por todo eso tú sola? -Preguntó mi tía abuela María con una expresión de pena y dolor, pues lloró junto a mi al ver que yo no mentía en lo absoluto, ya que mi rostro enmunecido en lágrimas lo decía todo.
-¡Perdóname!, por favor Amelia, es de verdad, no tenía idea de cuánto haz sufrido, pero, ¿Quieres decir que tú si eres una dama de la corte real, como una especie de princesa consorte viuda por tu título de Lady entonces? -Preguntó mi tía abuela Olga estando realmente impactada tras escuchar mis palabras cerca de la chimenea, pues a como pude traté de recuperar la foto de mi hermana pero ya era demasiado tarde al volverse solo frágiles cenizas.
-¡Pues sí!, eso soy ahora, una clase de princesa... Fui madre 2 veces, se el dolor de perder a los hijos por mentir, fui capitana del ejército de paz, estuve encerrada durante mucho tiempo, vi morir a mis amigos, enemigos, familiares, compañeros y sirvientes, sobreviví de la muerte dos veces y ahora estoy aquí, "perdida" como un frágil cordero. -dije aún mintiendo por mi seguridad y la de ellas llorando mucho mirando por una ventana hacia el cielo revelando partes de mi vida real.
-¡Princesa Amelia!, ¡Ohhhh!, nosotras no sabíamos nada de esto, en verdad lo lamentamos mucho, pero, si tu esposo duque murió luchando en la guerra quiere decir que ahora tú eres la... -dijo de pronto mi tía abuela María hincándose frente a mi, pues al final comprendieron de que yo era tan igual como ellas.
-¡Si, así es chicas!, ahora soy la REINA, una mujer la cual está completamente sola sin saber qué hacer, cómo actuar o qué decir, de hecho ahora mismo no tengo ningún poder a cargo, ni tierras ricas bajo mi posesión o joyas lujosas, solo mi espíritu de luchadora incansable y ya, nada más. -aseguré suspirando mientras bajaba la cabeza porque aún estaba mintiéndoles un poco, pero de esa manera tan cruel podría llegar a salvarlas de su trágico destino final en ese maldito siglo de tragedias.
-¡NO!, ¡Alto!, ¡No bajes la cabeza nunca más!, ¡Dios Santísimo!, ¡De verdad no puedo creer esto!, ¡Tú no pareces ser de la realeza!, ¡Eras Lady y terminaste siendo Reina!, ¿Pero por qué no dijiste nada cuando entraste al palacio con nuestra hermanita Anastasia, eh?, ¡Tú tenías todo el derecho de ser recibida por todos nosotros de una manera muy diferente!, ¡Tú eres una monarca de verdad!, y si, ¡Nuestros padres deben saber esto de inmediato!, ¡Aquí debes ser tratata como tal, de hecho por todo el mundo!, porque a partir de ahora ya no serás más la chiquilla olvidada, huérfana y sucia que conocimos en el baile. -aseguró mi tía abuela Tatiana estando realmente asombrada pero impactada, pues trató de correr tras mi bisabuelo Nicholás con gran alegría, ya que esa gran revelación lo cambiaba todo.
-¡Ohhhhh!, si, miren, la verdad no lo se bien, simplemente no dije nada por la seguridad de todos ustedes, y por favor, esto debe ser un secreto entre nosotras, ¡Yo solo soy la Reina de una simple aldea bonita al otro lado del país, no "de Rusia"! -dije temblando de pies a cabeza tras hallarme completamente alterada, pues mi
identidad real se estaba revelando poco a poco sin querer.
-Obviamente querida... Mis padres son los gobernantes de Rusia, no tú, desde luego, pero debemos llegar a un acuerdo Amelia, pues debes vestirte y actuar como la Reina que eres porque al haberte casado con un heredero al trono eres de sangre real, ¡Ven conmigo, amiga!, te cambiaremos ese look tan espantoso ya que al final eres mi dama real y debes estar a la altura de la Reina que eres, no como el de una simple aldeana. -aseguró mi tía abuela Olga amablemente llevándome a su habitación junto a sus otras hermanas, pues saltaba de felicidad al finalmente tener a una amiga que estuviera a su mismo nivel.
A los pocas horas gracias a trabajo arduo de las sirvientas de mis tías abuelas lograron hacer que por primera vez en muchísimo tiempo me viera y sintiera como la Reina que era al final; una mujer la cual estaba a punto de cambiar sus destinos y el del mundo a causa del amor y el miedo, 2 sentimientos que cada vez me dominaban mucho más que antes al estar acercándome a la gran masacre del siglo XX cada vez más rápido, la cual debía impedir a como diera lugar, pues de ello dependía mi propia existencia y la de toda mi familia en el mundo.
-¡WOW!, parece como si tú fueras la auténtica Reina de este país y no de un aldea, ¡De verdad luces espectacular!, pues ya nadie más podrá pisotearte o humillarte como... Como nosotras. -afirmó mi tía abuela María encontrándose en verdad muy feliz de verme renovada y con más fuerza que antes, pues se inclinó ante mi con respeto como debió ser desde un inicio.
-¡Ohhhhh!, ¡Gracias chicas!, en verdad muchas gracias, ¡Dios!, ¡No tengo cómo pagarles esto!, y no se preocupen, no pienso cambiar y volverme egoísta por nada del mundo, pues sigo siendo solo una campesina con un antiguo título de Lady, ya que solo fui Reina por unos meses así que yo... Yo no se nada sobre como gobernar o liderar un país entero y me aterra la idea con solo pensar de que algún día lo sea de verdad, ¡No sabría como hacerlo!, ¡Moriría de miedo! -aseguré estando muy nerviosa tras verme al espejo con mi nueva apariencia de Reina, pues lloré mucho mientras sentía mil nudos atorados en la garganta, escalofríos y fuertes raíces atándome al suelo como si de ahí no pudiera salir en mucho tiempo.
-¡Para eso nos tienes a nosotras que al parecer somos amigas de una bellísima Reina!, y no, ¡Tú no te presentarás como una dama cualquiera!, vamos, confía en nosotras, pues deberás decir quien eres ante todos, ¡Ese es tu deber como un miembro de la realeza! -afirmó mi tía abuela Olga estando realmente feliz de verme cambiada, pues me puso perfume y unos aretes de diamantes preciosos.
-¡Ohhhh!, ¿Quiere decir que ya son amigas después de todo?, ¿Amelia, eres tú? -Preguntó mi tía abuela Anastasia de pronto llorando de felicidad, ya que finalmente nos estábamos llevando bien.
-Anny, ¡Tú debes descansar!, y si, somos amigas ahora y pronto todo "nuestro" sufrimiento será borrado de este mundo, se los juro, ¡Nada malo les sucederá si yo estoy con ustedes, de verdad! -dije firmemente segura de lo que decía con miles de nudos atados en la garganta, pues me puse de pie mientras le sonreía a mi hermosa tía abuela menor.
-¡Me hacen tan feliz!, ¿Lo sabían?, ¡Por fin mis oraciones fueron escuchadas!, ¿Y por qué Olga le dijo "Reina" a Amelia? -Preguntó mi tía abuela Anastasia estando aún confundida por lo sucedido, ya que aún no sabía sobre mi mentira.
-¡Porque ella es una Reina de verdad, hermanita!, pues era la esposa de un joven Lord pero Él murió en la guerra y por tanto ella se convirtió en la líder real de su pequeña aldea luego de tener a su segundo hijo por su automática pertenencia a la corte, pero tú no puedes decir nada por ahora, es nuestro gran secreto... -dijo mi tía abuela Tatiana diciendo parte de la verdad acerca de mi, pues reía de felicidad mientras me retocaba el maquillaje y ajustaba los hermosos zapatos de plataforma color azul que me habían dado.
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