♜Cap. 14. "Amenazas inminentes"
Por fin mis mayores deseos se estaban haciendo realidad; por un lado mi bisabuela Alejandra se había dado cuenta de mi identidad mucho antes de lo planeado y mis tías abuelas caprichosas se disculparon conmigo cuando menos lo imaginé siendo esto de gran ayuda para poder salvarlos a todos de su terrible destino el cual en 2 días se llevaría a cabo, sin embargo ahora estaba mucho más tranquila al ver los guardias de Louisa Isabel rondar por el palacio y la seguridad de que parte de mi familia confiaba en mi palabra, por esas razones ahora podía respirar un poco mejor y relajé mi estado de estrés continuo, ya que ahora el siguiente paso sería decirle toda la verdad a mi bisabuelo Nicholás el cual estaba segura y no me creería ni una sola palabra, pues después de la muerte de Rasputín juró no volver a entrometerse con la magia o conmigo, sin embargo hoy era 16 de julio de 1918 y ya faltaba tan solo 1 DÍA para que Lesnik Parazódik, un joven revolucionario tomara el poder y enviara a asesinar a mi pobre familia Romanov sin piedad.
La verdad estaba poniéndome aún más nerviosa en el momento en que ese mismo día al ser las 6 de la mañana una piedra color negra enardecida en fuego desde las afueras rompiera una ventana del palacio quebrantando nuestra paz, pues significaba el inicio de la Revolución más sangrienta del siglo XX temiendo indiscutiblemente por la seguridad de quienes ahora confiaban en mi, así que tuve que decirles la verdad de lo que sucedería cuanto antes, ya que el pobre pueblo ruso estaba empezando a buscar venganza y justicia por su causa debido al exceso de poder, pues después de este maligno intento de lastimar a alguien dentro del Palacio Real el Concejo Imperial se reunió con más de 50 ministros de la corte, 30 parlamentarios y 10 miembros de la Realeza incluyéndome dentro de ellos, sin embargo por órdenes de mi bisabuelo Nicholás, quien no sabía la verdad aún tuve que quedarme callada durante toda la sesión, pues para el mundo aún yo "no" era nadie importante o miembro consanguínea de la familia Imperial.
—¡AHHH!, ¡Nicholás!, amor mío, ¿Qué carajos sucede por Dios Santo?, ¿Ahora qué? —Preguntaba mi pobre bisabuela estando llena de pánico mientras que veía a mi bisabuelo con bastante miedo, pues se ocultó bajo una mesa al las piedras y armas poder lastimarlos.
—De acuerdo, de acuerdo, ¡Iremos ya mismo a sesión de concejo todos juntos! —dijo mi bisabuelo Nicholás encontrándose muy nervioso, pues llamó a toda su familia de inmediato, incluyéndome a mi, ya que en ese momento estaba con mis tías abuelas y corríamos gran peligro.
—¿Padre ella vendrá con nosotros?, recuerda que NO ES NADIE en esta familia o en el mundo. —aseguró mi tía abuela Olga hallándose algo molesta, pues nuevamente me vió con algo de desprecio apesar de que me pidió disculpas días atrás.
—¡Oh, cierto!, Amelia anda, ¡Vete a tu habitación ahora!, pues tú NO eres parte de esto, es solo nuestro problema. —dijo cruelmente mi bisabuelo Nicholás señalándome el camino seguro de regreso a mis acogedores aposentos pues no significaba nada para Él.
—¡Mi amor!, ¡No lo hagas!, anda, ¡Permite que "Amelita" venga con nosotros!, ya que ella sabe mucho sobre política y guerras, vamos, hazlo por mi por favor, además es nuestra invitada y si se hace daño estando en su habitación el pueblo nos culpará por no ponerla a salvo junto a nosotros, ¿No lo crees? —afirmó mi bisabuela Alejandra con un tono de voz seguro y pacífico, pues me defendió nuevamente mientras que me veía discretamente a los ojos en señal de confianza en mi.
—Pero madre tú no...
—¡Ashh!, ¡De acuerdo!, buen punto, ¡A ti no puedo negarte nada!, ¡Eres el gran amor de mi vida!, así que si, Amelia, vendrás hacia abajo con nosotros pero como te ordené cuando llegaste aquí no podrás intervenir o cambiar mis decisiones en la corte, ¿Es un trato? —Preguntó mi bisabuelo Nicholás estando aún algo intranquilo y dudoso sobre mi, pues bajó las escaleras en silencio, con temor y bastaste desconfianza.
—De acuerdo Nic... Mi Zar, ¡Es un trato!, ¡Yo haré todo lo usted me ordene! —dije hallándome en verdad muy feliz, pues por fin me estaba acercando a su mundo político cada vez más para lograr mi objetivo en esa época, salvarlos de la desgracia.
Al cabo de unos minutos todos los miembros estaban en sesión extraordinaria reunidos después del incidente sucedido en la mañana estando en pánico total, pues NADIE sabía que estaba sucediendo teniendo que acudir con adivinos baratos capaces de resolver la situación, ya que estaban tan ciegos de poder que no podían ver cómo el pueblo ruso estaba sufriendo demasiado, y si, la verdad estaba demasiado tensa por lo que ocurría así que me senté al lado de mi bisabuelo Nicholás sin pensarlo 2 veces pero de inmediato la culpa no me dejaba respirar al saber qué sucedía, sin embargo, como no podía hablar nada estaba muriendo lentamente de impotencia, pues si no hacía nada por ellos 7 mi existencia también sería historia, no obstante, la valentía y algo de coraje me alentaron a por fin dar mi opinión.
Tras nadie, incluyendo a los adivinos saber sobre la situación actual en Rusia acontecida por la nueva amenaza de muerte recibida anónimamente llegó mi turno de opinar a pesar que mi bisabuelo me ordenara claramente no decir nada mientras estábamos reunidos con más personas importantes asustando a todos aún más, pues dije la tan temible verdad por fin.
—Su Majestad, ¡Nosotros no tenemos idea de que sucede!, y mire, debe de ser solo "un juego" del pueblo, no creo que esto llegue a más. —aseguró uno de los adivinos contratados estando realmente asombrado con sus fallos, pues se le veía muy inquieto y con algo de prepotencia.
—¡Pero son adivinos!, se supone y deben saber ya qué sucede con Rusia, ¡Ashh!, de verdad no lo comprendo, ¡Ya me quitaron suficiente poder con el parlamento!, ¿Ahora qué sigue, eh?, ¿Mi abdicación? —exclamó mi pobre bisabuelito Nicholás encontrándose casi a punto de llorar.
—¡No se preocupe su Majestad!, ¡Esto debe ser un juego y nada más!, lo puedo asegurar. —aseguró otro de los adivinos riéndose un poco al ver que les estaba mintiendo, pues en efecto sí sabían lo que sucedía en el país al ser del lado protestante como un espía.
—¿QUÉ?, ¿Un juego dicen?, ¡Pero claro que no lo es!, ¡Ashh!, ¡Ustedes son unos ignorantes de quinta!, ¡Esto es muy serio!, ¡De hecho yo sí se lo que está sucediendo! —dije firmemente segura mientras lloraba un poco tras estar bastante triste y preocupada luego de recordar cómo empezó todo en nuestras vidas, por lo tanto me levanté de mi lugar en seguida para poder desmentirlo tal como sucedió en mi época al defender a mi prima Alondra en la cárcel.
—¿Eh?, ¿Y quién demonios es ella?, ¿Porqué carajos está opinando en esto?, ¿Es una princesa o una Reina por sus joyas?, ¿O es a caso que el querido Zar está malgastando nuestros impuestos en "desconocidos"? —Susurraban todos en la corte poniendo de mal carácter y muy nervioso a mi bisabuelo Nicholás, el cual estaba enfadándose conmigo otra vez.
—... Amelia te dije muchas veces que no hablaras en mi presencia, así que siéntate y cállate. —dijo mi bisabuelo Nicholás tomándome bruscamente del brazo mientras que me torcía los ojos tras estar enserio decepcionado y colérico, no obstante siempre mantuvo su porte y elegancia.
—¡Aaaah!, ¡Ohhhh!, está bien Zar Nicholás, ¡Me sentaré tal como ordenó pero por favor escúcheme primero!, ¡Es muy importante!
—¡Ashh!, a ver muchachita desconocida, dinos entonces que "crees" y está pasando en el país justo ahora, ehm. —dijo una de los miembros de la corte real cediéndome la palabra por fin.
—¡Lesnik Parazódik y Kercey Terkinov junto a su ejército de seguidores del mal!, ¡Ohhhhh!, si, ¡Ellos están detrás de todo esto!, se los puedo asegurar, pues son los crueles líderes de... —dije levantándome nuevamente de mi asiento con una expresión pálida, los labios agritados y el cabello alborotado tras gritarlo como loca mientras que estaba muy ansiosa y llena de miedos inimaginables luego de iniciar a decir todo sobre mi identidad real al mundo de 1918.
—¿QUÉ?, ¿Qué tontería es esa, eh?, ¡Lesnik es un muchacho ejemplar!, de hecho es mi sobrino y no sería capaz de hacer algo así de malo, además ellos 2 "no" son revolucionarios como dices, idiota. —aseguró uno de los tantos miembros de la corte de ministros muy enojado conmigo.
—Señor, ¿Perdón?, ¿Qué fue lo que dijo?, ¿Tan ciegos están ustedes?, ¿Creen que ese par de hombres "no" son revolucionarios?, ¡Qué ridículo es esto!, ¡Hasta tienen la pinta de ser políticos de la contra!, pero de acuerdo, ¿Es que no lo entienden aún!, ¡En 2 días exactos van a ASESINAR a mi... A todos los Romanov en la Casa Monanetsky sin nada más que hacer porque el ejército blanco llegará tarde. —dije nuevamente tras estar demasiado alterada luego de que nadie ahí me defendiera, pues después de todo revelé sobre mi cruda misión.
—¡YA BASTA!, Amelia, justo ahora estás cometiendo una grave falta contra nuestra moral, ¿Quién demonios te crees tú como para decir esas mentiras, ah?, ¿Querías bromear o llamar de nuevo la atención?, ¡Ushh!, ¡Tú eres solo una estúpida niña de campo!, ¿Qué vas a saber de política exterior, de la corte o de nosotros, eh? —aseguró mi bisabuelo Nicholás hallándose en verdad muy enojado con mi actitud, pues se levantó bruscamente golpeando con su puño el lugar donde estaba.
—¿Qué quien me creo?, ¿Es enserio que me estás preguntando eso ahora?, ¡Ashh!, ¡Mírame con esta corona de diamantes puesta sobre mi cabeza y adivina quien soy a ver si eres tan inteligente como dices ser!, ¿O no lo eres querido "Nicky"? —afirmé con un tono de voz altanero mientras que gritaba al estar muy enojada y decepcionada con mi bisabuelo Nicholás, sin embargo no medí las consecuencias de retar a un Zar en presencia de toda una multitud de personas importantes.
—¡Ohhhh!, ¡Amelia!, ¡Tú solo eres una sucia farsante roba identidades!, pues esa corona es nuestra, no tuya porque naciste de obreros ladrones & enfermos así como de mujeres prostitutas las cuales no supieron como educarte bien!, ¡Ashh!, ¡Maldita sea la hora en que llegaste a nuestras vidas en medio baile! —dijo mi bisabuelo Nicholás estando lleno de rabia, ya que Él tampoco supo como medir sus palabras lastimándome aún más.
—¡Ohhhhh!, ¿Cómo rayos te atreves a hablar mal de mi familia, eh?, ¡Mi madre no era ninguna prostituta o mi padre un obrero desleal!, ¡Al contrario!, ¡Ah!, si, ¡Con ellos no te metas porque fueron los MEJORES padres del mundo y por eso estoy aquí en este lugar, solo para poder salvarlos a todos!, ¡Ashh!, ¡Eres despreciable de verdad!, ¡No sabes cómo te odio ahora! —aseguré gritando fuertemente mostrando mi lado más oscuro mientras también golpeaba las paredes y me ponía colorada del gran enojo que me causaron, ya que después de todo gracias a ellos 7 fue que yo nací casi 1 siglo después en América.
—¡Gloriana, NO! —exclamó mi pobre bisabuela Alejandra con una expresión de angustia y temor absoluto, pues accidentalmente y en voz alta frente a todos reveló mi verdadero nombre.
—Ale, ¿Cómo fue que la llamaste?, ¿Otra vez nos engañó esta sucia malagradecida? —Preguntó mi pobre bisabuelo Nicholás mientras que se acercaba a mi como un toro enardecido de cólera, ya que me escupió en el rostro en señal de
vergüenza y asco.
—¡Ohhhhh!, ¿Entonces quieren saber toda la verdad ahora mismo, eh?, okey, escuchen con atención, Gloriana, ¡Ese es mi nombre real & mañana los van a asesinar!, ¿Ya?, ¿Están contentos? —exclamé a punto de estallar de ira al sentir sus miradas repulsivas sobre mi otra vez.
—¿QUÉ?, ¿Qué rayos dijiste?, ¿Cómo que mañana nos asesinarán, eh?, ¡Ashh!, ¡Eres una maldita desgraciada! —exclamó mi bisabuelo Nicholás estando completamente impactado, pues creía imposible mi conexión con ellos así como el hecho de que morirían.
—¡Ohhhhh!, ¡Papá ya no tengas piedad con ella!, anda, ¡Envíala a la guillotina ahora mismo!, pues deberá pagar por todo lo que nos he hecho el día de hoy. —dijo mi tía abuela Olga encontrándose igual o más llena de rabia que su padre, pues me veía con desprecio y absoluto desinterés.
—Mira A... Gloriana, nosotros te dimos una segunda oportunidad y nos defraudaste terriblemente otra vez, ¡Tú eras nuestra nueva gran amiga ahora!, así que lo siento, ¡Ya no podré defenderte más cuando te AHORQUEN por traición y difamación hacia nosotros!, ¿Por qué lo hiciste, eh?, ¡Yo tenía fe en ti! —dijo mi tía abuela Anastasia tristemente bajando su cabeza en señal de decepción absoluta, ya que lloró como loca en los brazos de su madre.
—¡Ay Gloriana!, ¿Por qué te inventaste eso tan terrible ahora?, ¡Nadie nos va a asesinar!, ¡Ashh!, ¡Yo sí te creía porque Rasputín nos enseñó a creer en la magia!, ¡Dios!, ¡Me has defraudado también y esta vez tampoco podré seguir defendiéndote!, lo siento pero debes ser castigada gracias a tus ofensas y grandes mentiras. —dijo mi bisabuela Alejandra mientras que lloraba un poco, pues también consolaba a su pobre hija menor Anastasia, la cual no paraba de llorar debido a que "confió en una mala persona".
—... ¿Qué dicen?, ¿Qué no ven que solo trato de SALVAR sus vidas y las de todos aquí, eh?, ¡Todo eso hice desde el principio pero nadie me creyó!, de hecho mañana mismo la Revolución empezará sin retorno alguno hasta llegar a sus muertes como saldo final y luego de eso iniciarán un régimen soviético socialista en manos de Lesnik y Kercey, los cuales acabarán con la poca paz que queda en este país, ¡Yo solo trato de protegerlos pero ya ha iniciado esta dura guerra!, ¡No hay retorno y ya puedo ver como su ignorancia es mucho más grande que todo el universo junto! —afirmé estando realmente convencida de lo que hice y dije, pues me hallaba llena de miedo y rabia a la vez luego de que absolutamente nadie creyera en lo que decía sobre mi sangre con ellos así como de la Revolución únicamente tomándome como una loca.
...
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