0

Rose Johnson es enfermera en uno de los hospitales más concurridos de NY. Usualmente su vida consiste en levantarse a las 5:45am para darse un baño, desayunar e ir al trabajo hasta las 15:00hr, comer, sacar a pasear a Dolly, su pastor alemán; realizar algunos pendientes del trabajo, leer o ver alguna serie, alistar su ropa para el día siguiente e irse a dormir.

Su vida es monótona, pues ya son 5 años que pasan de esa forma.

El día de hoy ha salido de vacaciones, 10 días hábiles alejada de todo el caos y actividad que promete una sala de urgencias. Tiempo donde podría hacer cosas nuevas, algo que no parece pasar.

Últimamente le ha llamado la atención leer cosas sin sentido en internet, entrar a un artículo y que este le conduzca a otro, y así, hasta que llegó a uno proveniente del New York Times, escrito por Mandy Len Carton de enero del 2015, en donde narra su experiencia haciendo uso de las 36 preguntas para enamorarse que plantea el psicólogo Arthur Aron.

Le parece algo interesante y mientras lee el artículo se mantiene escéptica, es decir, ¿Cómo alguien se puede enamorar con 36 preguntas y en un tiempo estimado de 45 minutos? ¡No! ¿Dónde quedó el cortejo o las citas?

Es absurdo.

Y con esa idea sale a caminar sola, pues Dolly ya ha salido a pasear por la mañana debido al tiempo libre que tiene.

Rose camina con total pasividad, es relajante no tener que correr (o casi volar) para ir a otro sitio.

Ella llega a un parque concurrido, hay más gente de la que puede contar, le parece un buen sitio y le recuerda un poco al caos dell hospital, con todos esos gritos y personas corriendo.

Se sienta en una banca que es ocupada por un hombre que lee en su celular, lo saluda por mera cortesía. Rose lo observa con discreción, tiene buen perfil, aunque la gorra le oscurece con la sombra la parte superior de su rostro. Parece atractivo.

La idea pasa por su cabeza.

Lo medita una vez más.

Es absurdo, se burlará de ella.

"¡Hazlo!", le grita su voz interior.

Es absurdo puesto que habla con decenas de personas cada día, algunas de ellas que no volverá a ver y con otras que son pacientes habituales. Pero simplemente hablarle a aquel hombre se le dificulta, aunque al final lo hace.

─Hola ─saluda con timidez, reuniendo todo el valor que hay en ella.

─Hola─ le dice él despejando su mirada del teléfono y girándose hacia ella.

¡Bien, ahora o nunca! Tal vez huya, pero lo habré intentado.

─¿Alguna vez escuchaste hablar de las 36 preguntas del psicólogo Arthur Aron? ─cuestiona Rose dando inicio a esta aventura.

Espero leer sus opiniones respecto a esto, es un fanfic pero demasiado diferente a lo que habitualmente escribo. 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top