Día 34: Epílogo
*La autora mira el lugar tan lleno de polvo -A trabajar- murmura empezando alimpiar
Disclamer: Los personajes de Hetalia no me pertenecen su dueño es Hidekaz Himaruya
Nota: Llegamos al final :"D
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Feliciano esperaba ansioso en la sala de la casa de los Kirkland Ludwig aunque no lo mostrara también estaba ansioso.
—Que gran casa— murmuro Bella mirando toda la casa, ella junto Elizabeta no tenían dinero para pagar su vuelo pero Feliciano como un gran samaritano les pago su vuelo y su hospedaje. Feliciano apenas en el dos mil diez y siete había cumplido treinta y dos años aún se mostraba optimista junto a Ludwig que había cumplido treinta y siete años.
—Oh gran señor maravilloso la última vez que nos vimos tu tenías apenas treinta años y ahora mírate tienes treinta y nueve y ya se te están notando las arrugas— comento Elizabeta riéndose —Sus bebidas— anuncio Francis con una bandeja en su mano.
Matthew bajo a paso lento mientras un perro Golden retriever lo acompañaba —Buenos días— susurro somnoliento —Matthew porque no me ayudas a servir— pidió el francés —C'est bien— susurro el canadiense yendo hacia la cocina —Це твій син?— pregunto la ucraniana en su lengua natal —Oui, él es mi hijo Matthew— contesto Francis —Su hijo se quedó dormido en la mesa— dijo Natalia apuntando a Matthew acostado en la mesa —¡Mon dieu!— grito el francés —¡Cállate rana estúpida!— grito Arthur también dormido en la mesa.
—¿Y tu novia la liechtensteiniana Natalia?— pregunto Iván tomando un trago de vodka —Oh ella está en nuestra casa— contesto Natalia sonrojada —Eso es bueno— dijo Iván, un gato color blanco y negro camino lentamente por toda la sala hasta que se quedó dormido en el regazo de Feliciano —Que bonito un gatito— comento el italiano acariciando su pelaje.
Otro gato estaba dispuesto a subirse al regazo pero fue detenido por Matthew —Scone que dije de subirte a regazos de otras personas— regaño el canadiense —Ve~ no importa— hablo Feliciano en defensa del gato —Si ellos dos están juntos se empiezan a pelear y te sacan sangre pregúntele a Al el pobre termino con demasiados rasguños— contesto Matthew riéndose —Ve~ a ti también te rasguñaron las muñecas— comento el italiano mirando las cicatrices en las muñecas del canadiense –Sí, rasguños- murmuro Matthew llevándose al gato al segundo piso —¡Al, mira quien quiere visitarte!— se oyó hablar a Matthew —¡Scone no, gato malo muy malo!— grito Alfred despertando abruptamente.
Una gran canción se oyó resonar en la casa
I'm so fancy. You already know —¡Vamos Matt que debemos partirle su madre!— grito alguien afuera —¡Adiós papá, Al y señor Arthur!— grito Matthew corriendo como un rayo hacia la salida junto a su perro —¡Ósea los destruiremos!— se oyó a alguien gritar y el carro arranco.
—¿Y la ternurita de hijo que tenía?— se preguntó Francis saliendo del shock mientras Arthur no paraba de reír como loco —Recuerda... que tu hijo... se metió al hockey y todos salen hechos hombres— dijo Arthur entre risas.
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—Despertara pronto así que nos vamos— comento Arthur con un pequeño bolso en la mano —Vamos rana estúpida— hablo Arthur arrastrando a Francis —Adieu~— y ambos salieron de la casa.
—Tranquilo Feliciano te recordara como el gran intento de padre— hablo Iván riendo bajo.
Pasaron más de quince minutos y Alfred bajo por fin no como el niño de seis años que Feliciano había visto por última vez, no, ahora era un joven de diez y siete años más alto casi como Iván, más fornido un poco menos que Ludwig, su mechón de pelo sobresaliendo como siempre y sus ojos, tan llenos de vida tan característicos de él.
Feliciano intentaba hablar, Bella y Elizabeta tenían la boca muy abierta de la impresión mientras Katyusha lloraba de la felicidad y Natalia junto a Iván tenían abierta ligeramente la boca.
—¿Quiénes... son ustedes?— pregunto Alfred extrañado Feliciano corrió hacia él propinándole un fuerte abrazo —Alfred, Alfred, Alfred— repetía sin cesar el italiano abrazándolo cada vez más fuerte —¿Quién es usted?— pregunto Alfred asustado —Soy Feli, Feliciano, Feliciano Vargas— respondió el italiano llorando —Feliciano déjalo respirar da— hablo Iván haciendo que Alfred y Feliciano miraran al hombre.
Iván se levantó de su asiento yendo hacia —Apártate Feliciano— ordeno el ruso y el italiano se separó, la gran mano de Iván saco a la vista el relicario de copo de nieve y lo miro con curiosidad —¿Sabes quién te lo dio?— cuestiono Iván —No— respondió Alfred temeroso —Te lo di yo— contesto el ruso dándole un fuerte abrazo —Viejo me están dando miedo— dijo Alfred separándose del ruso.
—Arthur dijo que no conocería es normal que se comporte de esa manera— hablo Ludwig —Alfred— llamo el alemán —Mande— contesto el estadounidense —¿Que recuerdas cuando tenías seis años?— cuestiono Ludwig serio —Papá dijo que viví en Rusia con mi mamá y después yo lo encontré con Francis— respondió Alfred —Recuerdas esto— Ludwig mostro una foto donde salía él junto a Feliciano, los ojos de Alfred se abrieron como platos saliendo corriendo hacia su habitación.
El estadounidense regreso otra vez a escena trayendo consigo el álbum de fotos —Ustedes son ellos— comento apuntando a todas las fotos.
—Bueno no quería hacer esto da pero es por un bien.
Un fuerte golpe en la cabeza dejo inconsciente al estadunidense.
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"Mátenme" pensaba el estadounidense en su cabeza.
Alfred despertó en una cama que no era suyo mucho menos su habitación. Paredes color coral veía el estadounidense —¿Qué diablos?..— susurro mientras se sentaba en la cama metió su mano en el bolsillo de su chaqueta suspirando de alivio al sentir su celular.
Según el GPS decía que se encontraba en Venecia Italia —¡God!— grito el estadounidense para luego taparse la boca, no deben saber que estoy despierto pensó Alfred.
Visita, golpe, dolor, visita ¿Quiénes eran esos extraños? Se preguntaba el muchacho buscando el número de su casa.
—¿Alfred?— cuestiono el canadiense al otro lado de la línea —Oh Mattie, me tienen secuestrado en ¡Italia!— hablo el estadounidense mientras lloraba silenciosamente —Cálmate Al, el señor Arthur hablo con los que te secuestraron y ellos han dicho que te llevaron de "vacaciones"— comento Matthew —Tengo miedo— susurro el estadounidense —Al puedes salir...— Alfred colgó inmediatamente para rápidamente acostarse en la cama fingiendo dormir.
—Ve~ piccolo— Feliciano entro a la habitación junto a una bandeja que traía comida camino hasta llegar a la mesa de noche donde la dejo cuidadosamente, sentándose en la cama el italiano admiro a Alfred limpiando con su pulgar la lagrima que caía de su rostro —Ve~ no tienes que fingir— hablo; al abrir los ojos Alfred se encontró con los de Feliciano pareciendo un Déjà vu.
—Tus ojos...— susurro el joven sin darse cuenta de lo que acababa de decir —¿Mis ojos?— pregunto curioso Feliciano tocando su parpado inferior —Feli...— y entonces el italiano sonrió levemente —Ve~ ya te acordaste— comento feliz el italiano sonriendo.
—¿Por qué me tienen aquí?— la pregunta que hizo que la gran y hermosa sonrisa del mayor desapareciera por completo —Ve~ estas aquí porque estas de vacaciones— contesto Feliciano monótonamente; Alfred suspiro este hombre le causaba demasiados dolores de cabeza.
—Viejo entiende yo no te conozco.
—Ve~no estoy viejo— reprocho el mayor cambiando de tema. Un fuerte golpe noqueo a Feliciano, Alfred salió corriendo todo lo que sus piernas alcanzaran que fue hasta las escaleras donde un fuerte golpe de parte de la tubería de Iván lo mando a rodar por los escalones rompiéndose ambas piernas.
—Por el amor a las hamburguesas— susurro el estadounidense aplastado en el piso.
*
—Este es el colmo Alfred— regaño Ludwig mientras se movía a derecha e izquierda ante la mirada del estadounidense ahora en silla de ruedas —Te trajimos a Italia para que recordaras no para romperte ambas piernas, golpear a Feliciano y gritar en medio hospital que te secuestramos.
—¡Me tienen secuestrado!
—¡No es cierto!
—¡Si lo es!
—¡No lo es!
—¡Si te conociera fuera como un hombre robot!
—¡Por el amor a Dios tu viviste en un prostíbulo entiende!
Ludwig se calmó mirando la expresión que mantenía el estadounidense atónito —Yo, Alfred lo siente no era mi intención...
—Yo... viví en un... prostíbulo, todas las noches que no dormí por esas terribles pesadillas ser la burla de mis compañeros de juego cada maldita vez que veían mi cuerpo.
—Alfred la situación en la que viviste no fue la peor realmente Feliciano te cuido y realmente no sufriste tanto como Feliciano o los demás.
—¡Y mis piernas maltratadas por una fusta, la anemia que casi me mataba a los seis, que me rompieran los dedos de una de mis manos, que me hicieran una cicatriz en la nuca, golpearme con una tubería y me obligaran a beber vodka, encerrarme un día entero en una habitación, que me violaran a los seis por el incumplimiento de un estúpido tipo que me tenía que cuidar!
—¡No le hables así a Feliciano!— ordeno el alemán tan enojado como Alfred este solo murmuro algo inatendible cruzándose de brazos sin darse cuenta que ya había recordado.
—¡Me hubieran matado cuando era un bebé así no tendría que vivir tan traumado!— soltó Alfred empezando a mover su silla de ruedas hacia el gran espacioso patio lleno de diversas flores de diferentes flores y una gran piscina en el medio.
El estadounidense se desvistió y entro a la piscina dejando la silla de ruedas en la orilla junto a su ropa y celular. ¿Qué podía decir del agua? Era tan relajante y cálida que podía dormir a cualquiera —Ve~ ¿me puedo unir?— pregunto Feliciano llegando de improviso —Es tu piscina que está en tu casa no sé porque preguntas— contesto el estadounidense sosteniéndose de la orilla para no hundirse -Ve~ pero la privacidad existe.
Feliciano hizo un intento de clavado salpicando todo a su alrededor incluyendo al estadounidense —Lud no quiere ofenderte Alfred solo quiere abras los ojos— comento el italiano nadando alrededor de Alfred —Al menos ya recordé lo que viví hace doce años atrás— respondió Alfred hundiéndose en el agua —Ve~ eso es bueno ¿no recuerdas los buenos momentos?
—Solo recuerdo un hombre encima de mí.
—Ve~ yo recuerdo cuando eras un bebé y te cargaba por todo el edificio inclusive Iván me tenía envidia de la mala por cargarte demasiado o cuando vimos el espectáculo de Natalia bailando ballet.
Feliciano se acercó hasta estar cerca del estadounidense propinándole un fuerte abrazo —Mi piccolo ha crecido tanto hasta pareja tiene— hablo tan débil pero tan feliz —Yo también te extrañe Feli.
Cuanto amaba los reencuentros.
Junto a los finales felices.
*
—Alfred Frederick Kirkland- llamo el hombre en el podio, Alfred se paró vestido con su toga y su birrete mostrando la gran sonrisa característica de él.
Arthur junto a Feliciano lloraban de la felicidad mientras Francis, Gilbert, Iván y Ludwig aplaudían junto a la multitud; el estadounidense sostuvo su certificado saludando a cada uno de sus maestros.
¿Qué más podemos decir?
Un niño de seis años que soñaba con salir de aquel oscuro lugar en Rusia lo logro y ahora tiene un final feliz aunque claro los recuerdos siempre prevalecen.
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Llegamos al final! Muchas gracias a mis lectores que soportaron milenios en actualizaciones a los que votaron a los que comentaron a todos *3*
Alguna duda que les quedo son libres de hacerla :D
Traducciones (Las ultimas):
C'est bien: Esta bien
Це твій син?: ¿Es su hijo?
Gracias***
Atte... Lydynwn
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