Día 32: De aquí en adelante
Disclamer: Los personajes de Hetalia no me pertenecen su dueño es Hidekaz Himaruya.
Nota: Día 32 yei
Aclaración: Perdón por no subir el capitulo hace dos días pero no me sentía muy bien así que mis disculpas ;)
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La habitación del ruso se encontraba en paz y tranquilada, Feliciano abrazaba fuertemente a Alfred, Iván dormía a su lado sin ninguna preocupación rondando en su cabeza en conclusión todo estaba en silencio.
El menor fue el primero en despertar seguido por Feliciano este último encontrándolo a punto de caer de la cama.
Después de que todos estuvieran fuera de sus camas Iván le ordeno a Feliciano ayudar a Alfred a cambiarse y a Katyusha que arreglara la ropa del menor.
—Recuerdo la primera vez que hablaste solo pudiste pronunciar "Feli" y no Feliciano— comentaba el italiano riéndose tristemente —Promete Alfred que nunca me olvidaras— pidió el italiano envolviendo la mano izquierda de Alfred con una venda —Claro que no Feli— hablo el estadounidense llorando.
Al estar listo Alfred y Feliciano bajaron a la planta baja encontrándose con todos. Katyusha le puso una bandolera donde traía su ropa junto sus comics —Toma Alfred— Feliciano le entrego un álbum de fotos junto a un papel que decía "certificado de nacimiento" —Son todas las fotos que te tomamos— tartamudeo el italiano conteniendo las lágrimas Alfred lo abrazo fuertemente.
—Te extrañare mucho Feli— susurro el menor —Yo también piccolo— contesto el italiano besando su cabellera dorada. Al separarse del abrazo fue abrazado por Katyusha llorándole desconsoladamente.
Elizabeta y Bella se despidieron con un fuerte abrazo y Natalia solo le entrego un pequeña daga echa de madera la cual se podía camuflarse como un llavero.
Salió del edificio acompañado de Feliciano el cual sostenía fuertemente su mano, volteo para ver la entrada del recinto sonriendo tristemente. El italiano abrió la puerta del copiloto sentando a Alfred en él, se agacho a su altura sosteniendo sus manos —Alfred quiero que seas fuerte ante todo y recuerda nos volveremos a ver te lo giuro— el italiano beso cuidadosamente la cabellera del estadounidense antes de cubrirlo con un gorro que anteriormente le pertenecía a él; Alfred lloro y abrazo fuertemente a Feliciano y este a duras penas lo aparto de su cuerpo para ponerle el cinturón de seguridad —¡FELI!— grito Alfred al ver como Feliciano cerraba la puerta y se alejaba unos cuantos pasos lejos de auto —¡TI AMO ALFRED!— grito Feliciano observando al auto andar.
Mientras Iván conducía sin emitir ninguna palabra se dignó a hablar —Alfred— llamo con voz seria sin voltearlo a ver, al no recibir respuesta de parte del menor continuo —Sé fuerte— fue lo único que pudo decir era pésimo para palabras de motivación pero aun así debía continuar —Gilbert dijo que porque no te llevaba con él y yo le dije que era mejor que estuviera con su padre— Iván apretó fuertemente el volante intentando encontrar las palabras necesarias por lo que decidió mejor quedarse callado.
En un parpadeo el auto ya había sido estacionado, Iván salió del auto abriendo la puerta del copiloto.
Alfred e Iván caminaban por la calle cuando el menor decidió hablar —¿Usted no se quedara?— pregunto Alfred —No— respondió el ruso apretando su pequeña y delicada mano —¿Alfred qué harás si preguntan de dónde vienes?— cuestiono el ruso practicando —De lejos— contesto el menor confiado.
Iván se detuvo frente a una pequeña barda hecha de cemento agachándose para poder estar a su altura y entonces hablo —Я буду скучать по тебе так много fredka— dijo el ruso abrazándolo fuertemente —Я тоже буду скучать по нему папа Иван— hablo el menor empezando a llorar fuertemente —Veo que todavía tienes esto— el ruso revelo el relicario que se mantenía en el cuello de Alfred.
—Vamos ve— Iván deshizo el abrazo empujando levemente al menor hacia la entrada de la propiedad.
Llego hacia la puerta principal tocando ni tan fuerte ni tan bajo, dejaba seis años de su vida en aquel edificio viejo y lleno de tantos recuerdos para ahora vivir con otra familia; la puerta se abrió revelando a un hombre de alrededor unos veinte o más años con una fina barba en su mentón y un pelo sujeto por un listón color azul junto a sus ojos del mismo color muy conocido para Alfred —¿En qué te puedo ayudar petit?— pregunto el hombre —Yo... eh quisiera ver a Arthur Kirkland— contesto Alfred nervioso —Désolé petit pero Arthur Kirkland no está— hablo el hombre a punto de cerrarle la puerta en la cara.
Alfred volteo a mirar a Iván quien se ocultaba detrás de la barda y tomando la suficiente fuerza grito —¡YO SOY HIJO DE ARTHUR KIRKLAND!— la puerta no fue cerrada siendo abierta nuevamente de golpe —¡QUOI!— exclamo el hombre con los ojos muy abiertos —M-mi mamá es Emily Jones— comento el niño nervioso y pronto los ojos del hombre se agrandaron aún más.
—¿De dónde vienes? ¿Alguien te acompaño?— cuestiono el hombre entrando en pánico —Yo vengo de lejos y nadie me acompaño— respondió Alfred apenado —Entra— dijo el hombre moviéndose para que el menor pasara. Antes de entrar volvió a mirar hacia atrás viendo que Iván se marchaba sin él.
—Mattieu tenemos visitas— anuncio el hombre de las escaleras bajo un niño de pelo rubio un tanto largo, ojos violetas que era acompañado por un oso de peluche —¿qui est le papa? — pregunto el niño —Él es...— el hombre empezó a entrar nuevamente en pánico.
—Mi nombre es Alfred— dijo Alfred en forma de saludo —Porque no ven la televisión Alfred Matthiu— comento el hombre cogiendo el teléfono para luego irse al piso de arriba.
*
—Mon cher Arthur ¿recuerdas tu aventura del 99?
—Sí, ¿por qué?
—Ven rápido es una emergencia.
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—A comer niños— anuncio el hombre desde la cocina los dos niños llegaron a la cocina mientras comían el hombre se presentó —Yo me llamo Francis Bonnefoy y él es mi hijo Matthew Bonnefoy — el niño saludo con la mano mientras comía.
Después de comer ambos niños vieron la televisión mientras Francis se encontraba en la cocina limpiando.
—¿Y tú mamá Alfred?— pregunto Matthew al otro lado del sillón —Ella murió— contesto Alfred mirando la televisión —Sabes mi mamá también murió— comento Matthew mirando el rostro de sorpresa del estadounidense.
Era tarde y ambos niños se quedaron dormidos en el sillón, Francis cargo a duras penas a los niños dejando a Matthew en su habitación y dejando al estadounidense en una cama cerca de la suya. Mientras acobijaba al menor noto varias marcas de dientes en su nuca —Dios— susurro el francés deslizando la yema de su dedo sobre una de las marca, al terminar su labor se quedó un buen rato mirando la televisión mientras fumaba un buen cigarrillo y bebiendo una buena copa de vino francés en el momento en el que casi caía en los brazos de Morfeo llamaron a la puerta, camino de mala gana hacia la puerta al abrirla su mal humor fue remplazado por una gran felicidad —¡Mon cher Arthur!— grito el francés dándole un fuerte abrazo —¿Cuál es la emergencia rana?— pregunto el inglés separándose de golpe —Bueno— dijo el francés rascándose la nuca.
—¡UN HIJO!— grito Arthur sentado en una de las sillas —Oui— respondió Francis parado enfrente de él —¿Cómo, cuándo, dónde y por qué?— se preguntaba Arthur sosteniendo su rostro entre sus manos —Lo se mon cher pero yo te dije usa protección y me ignoraste rotundamente al menos yo si use protección con esa belga— hablo Francis conteniendo la risa —¡No te rías!— grito el inglés tirándole un jarrón que tenía a su lado —Mon cher es casi idéntico pero se parece más a la madre y gracias a Dios no saco tus feas cejas— comento el francés aguantando la risa se acercó a él poniendo su mano en el hombro de Arthur —Debes ser fuerte cherí y aceptar pues que tienes un hijo con una prostituta y para acabar fuera del matrimonio— hablo el francés —¿Lo quieres ver verdad?— cuestiono Francis —Yes— respondió Arthur.
Caminaron por las escaleras hasta llegar a la habitación donde dormía Alfred —Listo cherí — anuncio el francés abriéndole la puerta; Arthur entro a la habitación totalmente asustado, suspiro, debía afrentar su error como el caballero que era. Miro el pequeño cuerpo cubiertos con un gran cobertor cubriendo totalmente todo el cuerpo asemejándose a una bolita de nieve, con sumo cuidado movió su hombro despertándole en un instante –Hello- saludo el inglés temeroso —Привет— saludo el menor asustado —¿Sabes quién soy yo?— cuestiono Arthur esperando su respuesta —Papá, eres mi papá— contesto Alfred mientras sus ojos se llenaban de lágrimas —Sí Alfred yo, soy, tu papá— dijo el inglés Alfred no espero ni un minuto y se abalanzo para abrazarlo fuertemente, Arthur no se movió solo se quedó ahí pensando que error había cometido.
Pero aun así lo abrazo llorando pensando cada segundo que error había cometido.
*
Era de madrugada y ambas personas se quedaron dormidas mientras Alfred lo abrazaba fuertemente y Arthur el solo quería llorar a mares, oír su música y beber hasta que se desmayara o muriera de cirrosis.
—Mon cheri a desayunar— anuncio Francis tocando la puerta ligeramente, Arthur suspiro debía saber si aquel niño era suyo arrebatando un par de cabellos del menor y un par suyos y salió fuera de la cama para ir a hacerse una prueba de paternidad.
**
—¡NO!— grito Arthur tirando otra botella a la pared, habían pasado cinco días desde que había realizado la prueba y había resultado positivo, el caballero Arthur Kirkland gran empresario y hombre de inmensa belleza tenía un hijo de seis años con una prostituta y para acabar fuera del matrimonio.
Se cayó al piso y lloro como siempre lo hacía, Alfred entro a la gran oficina recordándole mucho a la oficina de Iván —¡VETE!— ordeno Arthur aguantando las ganas de aventarle una botella a "Alfred" este solo camino hacia él propinándole un fuerte abrazo —Papá— susurro Alfred intentando hacerlo feliz —Sabes papá donde yo vivía había un chico y el algunas veces lloraba y yo siempre lo hacía feliz— Alfred todavía seguía abrazándolo y en ese momento Arthur comprendió que debía aceptar su error , que llorar y tirar botellas de licor no solucionaría y aquella personita de nombre Alfred no merecía aguantar sus penas; lo abrazo buscando un hombro con el cual desahogarse y ese hombro era el de su hijo —Yo soy papá— susurro Arthur aguantando sus lágrimas —Tu eres mi papá— dijo Alfred recordando a Feliciano.
Ambos se fueron a bañar porque apestaban a alcohol, el agua de la tina estaba caliente relajando a ambas gentes —¿Conociste a mamá?— pregunto Arthur teniendo a Alfred en su pecho el menor negó —¿Y viviste donde mamá vivía?— volvió a preguntar y el menor asintió —¿Te trataron mal?— Arthur se sostuvo a Alfred de la cintura sintiendo como Alfred se estremecía —No— respondió el estadounidense ocultando su rostro en su pecho, el inglés miro la espalda del menor notado varias marcas bajo su vista hacia sus piernas heridas que contra penas se intentaban cicatrizar.
Se sumergió solo un poco para remojar su cabellera rubia junto a la de su hijo, se limpiaron todo el cuerpo y salieron de la tina ya en el cuarto el teléfono de Arthur empezó a sonar haciendo que el momento padre e hijo se finalizara —Hola— dijo él inglés mientras buscaba su ropa —Vlad, si, es niño, tiene seis— hablaba Arthur Alfred lo miraba sentado en la orilla de la cama —Lo llevare con mi madre, sí, adiós— la llamada finalizo haciendo suspirar a Arthur.
Alfred buscaba entre sus cosas ropa ni dándose cuenta que una foto se había caído —¿Y esto?— pregunto Arthur recogiendo la fotografía en donde se apreciaba a Alfred con un muchacho pelo castaño, ojos color avellana y un extraño rizo sobresaliente junto a un hombre alto, fornido, cabello rubio y ojos azules, expresión seria mientras el de ojos avellana una expresión feliz —¿Ellos te cuidaron?— cuestiono el inglés mostrándole la foto a Alfred —Solo el de pelo castaño— respondió Alfred asustado —¿Y dónde está él?— volvió a preguntar —Trabajando— contesto el menor Arthur suspiro y le dejo la foto al menor. Termino de vestirse y se acostó en la cama esperando a Alfred quien solo le faltaba la chaqueta de su madre.
El menor se recostó a su lado para luego rodar cerca de Arthur —¿Esa chaqueta era de mamá?— cuestiono Arthur —Si— respondió casi al borde de caer a los brazos de Morfeo Alfred —Sabes, mañana veremos a la abuela— comento Arthur riendo bajo —¿Abuela?— Los ojos de Alfred se agrandaron y lo abrazo fuertemente.
En la tarde del siguiente día Arthur, Francis, Matthew y Alfred tomaban su vuelo para Londres, Alfred miraba desde la ventana del avión como este despegaba y empezando a llorar dijo —Adiós— se recargo a la ventana y lloro como siempre lo hacía.
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—Mom él es Alfred... mi hijo— pronuncio Arthur sosteniendo su mano con la de Alfred, la señora Kirkland tiro su taza de té y abrió la boca para hablar siendo interrumpido por el hermano mayor de Arthur —Dame una buena explicación rata inmunda antes de que un golpe en la cara lo haga— Scott Kirkland solo trono sus dedos.
Habían pasado varios días desde que la familia Kirkland había conocido a su nuevo integrante, fue fácil convencer a la señora Kirkland pero Scott Kirkland solo se mantenía callado al ver al niño cerca de él.
—¡¿Violación?!— la señora Kirkland casi se caía de la silla cuando el doctor dijo eso —Señora el niño muestra varios signo de violación, desnutrición, maltrato y anemia por lo que le recomiendo que hable con el padre— anuncio el doctor entregándole el informe. Llegando a la casa de los Kirkland Alice Kirkland hablo con su hijo sobre la situación de su nieto y Arthur casi manda a matar y quemar todo Moscú. —Qué tal que viva en Estados Unidos— propuso su madre sentada al lado de su hijo —Buena idea madre— contesto Arthur.
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—Abre los ojos Alfred— ordeno el inglés al abrir los ojos Alfred se sorprendió al notar una gran casa color blanco —¿Te gusta cherí?— pregunto el francés —¡SÍ!— respondió Alfred muy contento —Debes ver el patio Al— comento Matthew también feliz.
Y aquí el gran niño de seis años Alfred Frederick Kirkland Jones pudo cumplir su sueño después de haber soportado como el gran héroe que era. Así el hijo de una prostituta y un hombre rico pudo vivir realmente una vida aunque claro no todo fue color rosa ya que las secuelas de su pasado lo atormentarían.
—Y así viví en un prostíbulo en Rusia— término Alfred de relatar mientras miraba a su psicólogo anotar en una libreta —¿Y cómo te sientes?— cuestiono el psicólogo.
—Libre...
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Falta el epilogo y varios extras que escribí :D y si Feliciano vera a Alfred creo...
Si tienes una duda y no te quieres esperar al epilogo eres libre de hacerlo ;D
Traducciones:
Te lo giuro: Te lo aseguro en italiano
Ti amo: Te amo Alfred en italiano
Я буду скучать по тебе так много fredka: Te extrañare mucho fredka en ruso
Я тоже буду скучать по нему папа Иван: Yo tambien lo extrañare mucho papá Iván en ruso
Désolé petit: Lo siento pequeño en francés
qui est le papa?: Quien es papá en francés
Mon cher: Mi querido en francés
Привет: Hola en ruso
Bueno bye**
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