Día 30: Dolor
*Limpia todo el lugar repleto de polvo y telarañas.
Disclamer: Los personajes de Hetalia no me pertenecen su dueño es Hidekaz Himaruya.
Nota: Ya han pasado 84 años :"v Bueno espero que se la hayan pasado muy bien :) y que les vaya bien este año :D Suerte **
Nota x2: Disfruten
Advertencia: Contenido un poco fuerte para personas sensibles se recomienda discreción gracias.
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Feliciano preparaba agustamente la comida feliz al poder cocinar algo que él quería: pasta. Llevaba demasiado rato despierto cocinando que algunas veces sentía sus parpados caer y quedarse dormido segundos siendo despertado por el vapor de la comida.
El italiano miro sus manos extrañado estaban más pálidas que de costumbre, tal vez solo necesito descansar pensó el italiano ignorando el color en sus manos y poniéndose a terminar de cocinar.
*
Feliciano metía la ropa en la lavadora aun con el brazo enyesado, Alfred se encontraba sentado en una vieja caja de madera mirando las acciones del italiano.
—¿Hombre robot vendrá otra vez?— pregunto Alfred —Ve~ Alfred que te he dicho de decirle así a Lud— reclamo el italiano fingiendo enojo —Perdón...— dijo el menor —Lud vendrá en unos días— comento el italiano agregando jabón a la lavadora —Otra vez te llevara lejos verdad— susurro Alfred mientras se paraba de la caja.
—¡Ve! Claro que no... Alfred— el italiano volteo a mirar nuevamente al estadounidense viendo que este ya no se encontraba, suspiro pesadamente apretando el botón de la lavadora. Volvió a mirar la caja en la que anteriormente el estadounidense se encontraba sentado y lo noto.
Un sobre reposaba en la caja, Feliciano camino a paso lento hasta coger el sobre sorprendiéndose al leer el remitente y el destinatario.
De: Lovino Vargas
Para: Feliciano Vargas
El mundo del italiano se congelo como agua de un crudo invierno, cayó de rodillas sosteniendo el sobre en su pecho. Abrió el sobre sacando la carta sin ningún cuidado y empezó a leer.
Feliciano.
Soy Lovino maldición, espero que te encuentres bien, nonno ha estado en contacto y ha estado buscándote maldición.
Aquel bambino stupido de nombre Alfred y un extraño alemán de nombre Ludwig me contactaron ¡De la forma más vergonzosa! Aun así... me obligaron a mandarte una carta o a llamarte y... maldición lo lograron.
He quitado mis temores y te escribo esta carta demostrando que no estoy muerto, suerte y ¡No mueras! Que aún recuerdo lo inútil que eres.
Lovino Vargas
P.D si he gastado el dinero en medicamentos y el bastardo de Antonio te manda unos estúpidos saludos.
Suspirando lentamente y limpiando las grandes cantidades de lágrimas Feliciano se paró en busca de Alfred. Entrando de golpe a su cuarto encontrándose con Alfred leyendo uno de sus varios comics, corrió hacia el propinándole un fuerte abrazo —Grazie Alfred grazie— hablaba el italiano besándolo toda la cara del menor.
El resto del día Feliciano mantenía una sonrisa que hacía que más de uno sonriera igual que el italiano.
Era de noche y mientras el italiano se acostaba con otro cliente, Bella esperaba a otro cliente en la entrada y Elizabeta bailaba provocativamente en un tubo Alfred se encontraba profundamente dormido.
La puerta fue abierta mostrando a un desconocido, Alfred seguía dormido sin importarle aquel intruso que se acercaba cada vez más hacia él. Una gran mano acaricio uno de sus muslos despertando rápidamente al estadounidense —¡Oiga!— grito Alfred intentando apartarlo era demasiado tarde, el hombre lo volteo para que quedase boca abajo —¡AYUDA!— grito el estadounidense moviéndose frenéticamente para salir de las garras del hombre.
—Oh, eres una perra muy rebelde— hablo el hombre sosteniendo con una de sus manos la cabeza de Alfred para mantenerla pegada a la almohada. El estadounidense junto la fuerza necesaria y pateo al hombre en su entrepierna, siendo liberado por unos momentos Alfred cayo de la cama y empezó a arrastrarse lo más rápido que pudo hacia la puerta. El hombre noto la ausencia del niño sobre las sabanas y volteo encontrándolo a unos cuantos pasos de la puerta salto de la cama y fue hacia él propinándole una fuerte patada aunque a él le doliera su entrepierna.
Se posiciono encima de Alfred escuchando las suplicas del menor, sus lágrimas caían desde sus ojos hasta filtrarse en la vieja y podrida madera, la gran mano del hombre se metió en los pantalones color azul claro acariciando desde los calzoncillos aquellas partes que un día Feliciano le había dicho que nadie podía tocar.
—¡AYUDA POR FAVOR!— suplicaba el menor intentando alejarse del hombre, el hombre apretó fuertemente aquella parte sacando un gemido de parte de Alfred, siguió moviendo su mano hasta que el menor termino dentro de sus calzoncillos.
Las piernas de Alfred que se mantenían dobladas cayeron al piso, Alfred respiro fuertemente sus lágrimas cayeron más fuerte, su boca se encontraba entre abiertos y un hilo de saliva caía de ellos; los gimoteos eran casi inaudibles. El hombre mordisqueo la nuca del menor lambiendo una cicatriz de un día en especial —El hombre que te hizo esto te recomendó— hablo el hombre sacando su mano de los pantalones del menor aun sobándose su entrepierna.
En la mente de Alfred se encontraba en blanco pero aun así logró por segunda vez salir de las garras de aquel hombre y lograr abrir la puerta donde logro mover la manija de la puerta.
El hombre lo jalo fuertemente de la playera a Alfred donde lo llevo a rastras nuevamente hacia la cama, antes de llegar el menor se cayó de rodillas sus piernas se sentían como fideos —Maldito inútil— el hombre piso fuertemente una de las manos del estadounidense sacando un fuerte grito y una grave risa por parte del hombre.
Quiero que alguien venga a rescatarme...
—¡AYUDA!— grito Alfred esperando a su salvador, el hombre lo arrojo fuertemente a la cama quedando boca abajo, bajando los pantalones del menor. Alfred no sabía lo que estaba a punto de pasar solo sabía que nadie vendría a rescatarlo.
Mientras tanto en el primer piso. Feliciano platicaba coquetamente con el quinto cliente en la noche, Bella esperaba a otro cliente y Elizabeta tomaba un descanso muy bien merecido después de casi toda la noche bailar.
—Aquí están sus bebidas disfruten— hablaba Katyusha dejando varias botellas en la mesa cinco se aproximó a la mesa seis donde se encontraba el italiano —Sus bebidas disfruten— la ucraniana dejo la botella de whisky. Después de dejar las botellas regreso a la barra notando como Feliciano se paraba y se dirigía al baño, ella por su parte se sentía un poco mejor lista para trabajar (aunque su hermano le dijera que no).
Suspiro pesadamente agachando la mirada —¿Mala noche sultana Katyusha?— la ucraniana levanto su vista encontrándose con cierta persona muy conocida —Señor Sadik no lo esperaba esta noche— comento Katyusha intentando no aventarle uno de los vasos que se encontraba limpiando —Lo sé pero quería distraerme un rato, tanto trabajo cansa ¿no es así?— dijo el turco tomando un trago de su bebida.
—Veo que aquel italiano no se encuentra en perfectas condiciones— dijo el turco apuntando al italiano saliendo del baño abrazando su estómago, Katyusha camino hacia el preguntándole si se encontraba bien siendo respondida con un solo "estoy bien".
—¿Ha oído eso?— pregunto el turco dejando su bebida en la barra —No, ¿Qué se oyó señor Sadik?— cuestiono la ucraniana un tanto desconcertada —Un grito— respondió Sadik —Que buen oído tienes— comento Katyusha sin importarle —Lo sé, también tengo muchas cosas buenas— contesto el turco coquetamente.
Regresando a la habitación de Alfred este se encontraba siendo totalmente "montado" por aquel hombre, el dolor en todas las partes de su cuerpo especialmente en su trasero y en espalda baja, sus labios se encontraban entreabiertos temblando y con un pequeño hilo de saliva que llegaba hasta la almohada. Sus ojos estaban totalmente abiertos y sin ninguna luz de esperanza como siempre los tenía.
Ya no podía articular una sola palabra, no tenía las fuerzas necesarias ni inclusive para llorar, su mente estaba totalmente en blanco. Su playera, una de sus favoritas, se encontraba agujereada después de tanto forcejeo de parte de Alfred y el hombre. Sus pantalones y sus calzoncillos se encontraban regados por el piso.
Su cuerpo era un desastre, su piel blanca y reluciente se encontraba repleta de chupetones y mordidas, la marca de una gran mano reposaba en su trasero, cadera y muslos mientras su mano se encontraba casi destrozada, su cabeza palpitaba ferozmente después de ser empujada varias veces y ser aplastada también tantas veces que pareciese que su cabeza seria aplastada como una sandía.
El hombre se levantó un tanto exhausto levantando sus pantalones poniéndoselos perezosamente y sacando su cartera y con ello aventó varios billetes a su cuerpo —Cпасибо, сука— dijo el hombre cerca de su oído.El ruido de la puerta cerrase relajo más a Alfred, suspiro temerosamente y después de todo ese tiempo donde aquel hombre se encontraba pudo gritar...
Un grito despertó a todos.
—Cálmate please—pedía alguien intentando consolarlo, miro el espejo encontrándose con él.
—¿Fue una pesadilla?
—Sí, todo es una pesadilla...
—Mamá...— susurro el estadounidense sin moverse, solo quería descansar y que todo lo sucedido era una pesadilla que Feliciano cocinaría cannolis y que el señor Iván le dejaría ver la televisión.
Feliciano regresaba después de un largo día de trabajo, abrió la puerta de su habitación esperando que Alfred se encontrase dormido, lo primero que noto era un par de pantalones tirados cerca de la puerta los recogió observando que era de Alfred. Mira hacia la cama y su corazón se destrozó en varios pedazos —A-Al-fred— susurro el italiano en shock.
Un grito resonó en todo el edificio.
Que noche más larga y tortuosa.
El italiano reviso rápidamente los signos vitales del menor suspirando de alivio al sentir el pulso, observo las sabanas cubriendo su boca con su mano no dañada. Una gran mancha de sangre cubría la cama, mano enyesada toco la almohada sintiendo humedad de lo que posiblemente eran lágrimas.
Salió de la habitación en busca de ayuda. Que pésima persona eres Feliciano hablaba su conciencia para atormentarlo primero tu hermano y ahora Alfred, Feliciano golpeo la pared por enojo y grito, no un grito de dolor y tristeza al que se había acostumbrado, no, era un grito de esperanza y de fortaleza.
Miro aquel espejo y lo rompió en trizas, deja de mirar el pasado y piensa en el futuro se repetía mentalmente.
**
Termina de limpiar* ¡Sorpresa! *con un matasuegras y un gorrito de fiesta <:D llegamos a los capítulos finales yei *hace sonar el matasuegras* y por eso así sera el final: un capitulo por día :D yei yei**
El que esta así es una cierta personilla del presente :D nwn
Traducciones:
bambino stupido: Estúpido niño en italiano
Cпасибо, сука: Gracias, perra en ruso
Bueno bye***
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