Día 6 | Parque de diversiones

Cantidad de palabras: 466
Advertencia: Ninguna

▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀

—¿No fue divertido?— Sam preguntó risueño. Recién acababan de bajar de una montaña rusa de la cual bien sabía que Bucky se había aferrado con todas sus fuerzas. Si de por sí su piel era bastante clara, ahora estaba más pálido que un papel.

—Nunca había estado tan estresado— Mencionó a como pudo. No estaría de más decir que estaba impresionado y aterrado por la experiencia recién vivida. Los sobrinos de Sam no le habían advertido que cada vez las atracciones se volvían más y más "peligrosas" para llegar a sentir la adrenalina.—. Solía ser divertido antes, no tan horrible.

—No seas llorón— Sam seguía riendo, ya que la expresión del otro le parecía divertida. Sabía que en algún momento se le pasaría pero, mientras tanto, detendría a sus sobrinos de querer llevarlos a alguna otra atracción. —. ¿Sabes qué? Creo que sé de algo que podría hacerte sentir mejor...

—Si dices que quieres ir a la casa embrujada, te voy a golpear.

—Por supuesto que no es eso— Sam lo acompañó hasta una banca donde le indicó que se sentara. Los niños, quienes iban más adelante que ellos, se detuvieron para saber qué sucedía. —, ahora regreso. Niños, quédense con él.

Y entonces Sam emprendió su camino hacia algún otro lado mientras Bucky aún esperaba a que sus latidos se regularan y su cuerpo se destensara. Los niños se acercaron a él y se sintió un poco culpable de retenerlos, pero apenas comenzaron a contarle historias de viajes pasados a ferias, una sonrisa apareció en su rostro. De alguna forma le traían recuerdos. Buenos recuerdos.

Nadie fue consciente de cuanto tiempo transcurrió hasta que Sam finalmente llegó y se sentó al lado de Bucky rápidamente.

—¿Por qué no van a jugar un rato por allá? Cualquier cosa que suceda, vamos a estar aquí, ¿de acuerdo?— Los niños se emocionaron cuando su tío los dejó ir a andar por ahí sin su supervisión. En realidad podían cuidarse solos. De todos modos, Sam siempre estaba atento a lo que hacían y procuraría no perderlos de vista. Una vez que estuvieron solos, Sam se dirigió a Bucky: —... Ten. Es para ti.

Y de pronto, entre sus manos sostenía un oso de peluche. Se lo extendió a Bucky, quien lo observó un momento y luego observó a Sam.

—¿Un oso?— Preguntó confundido mientras lo tomaba. Sin embargo, el pequeño detalle hizo que su corazón volviera  a acelerarse. —¿Por qué me darías un oso?

—El estrés. Abrázalo cuando empieces a sentir pánico.— Sam sonrió. Bucky entonces observó el oso un momento. Con su mano derecha lo apretó del cuello ocasionando que el moreno volviera se burlara mientras le decía "Bucky, no".

Bucky entonces tomó al peluche entre sus brazos y lo abrazó fuertemente. Jamás iba a perder ese oso.

▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top