Cantidad de palabras: 500
Advertencia: Ninguna porque con el título ya saben que hay spoilers de la serie

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¿Han pensado en cómo los niños pequeños tratan de mostrar sus sentimientos hacia la persona que aman sin saberlo? Molestándose.

Sam pensaba que el amor simplemente no era para él o que no sabría cómo amar. Y de pronto no podía sacar a Bucky de su mente. ¿Por qué se había tomado el tiempo de enviarle mensajes si nunca contestaba? ¿Por qué sentía que debía molestarlo diciéndole cosas como que tenía cerebro de robot o que era fácil jugar con su mente y muchas cosas más? Eso podría haber sonado hasta grosero en su momento, ¿no? ¿¡Pero por qué lo hacía!?

De todos modos, Bucky no se quedaba atrás. Aunque él medía sus palabras, sus acciones mostraban su molestia con las acciones del otro, pero ¿por qué le molestaba tanto lo que Sam hacía? Y si estaba molesto con él, ¿por qué trataba de seguirlo como si dependiera de él?

El mar de emociones que habían sentido en aquella sesión de terapia a la que habían sido forzados a compartir había sido innegable. Hasta la terapeuta debió haberse sentido excluida o algo así.

Sam estaba molesto, ¿por qué les hacían tener una sesión como si fueran una pareja? Y verse a los ojos... eso había sido tan difícil. Y luego tener que moverse más cerca y decirse las cosas de frente. ¡Nop! Definitivamente la tensión se sentía tan tensa que fácilmente podría ser cortada con un simple pedazo de papel delgado y listo para hacer sangrar cualquier dedo que tocase la orilla. Tan intenso...

Bucky estaba molesto. Es que no quería hablar de sus emociones y mucho menos con Sam porque sabía que él era responsable del tornado en su estómago aquel momento. Y su rostro pudo haber ardido por rabia -u otra cosa- cuando tuvieron que acercarse y sus rodillas topaban con las del otro. ¿Acaso Sam lo veía como si esperara que abriera las piernas? ¿Así sin más? ¿Y aparte lo jalaba hacia él? ¡Eso era bastante cerca! Ni siquiera quería estar tan cerca de él.

Lo odiaba. Ambos se odiaban. Nada más que odio el uno por el otro.

Hasta que hablaron de cómo se sentían en realidad. Afrontaron sus realidades. Soltaron sus demonios y fantasmas que los atormentaban y, secretamente, se dieron cuenta de lo que sus corazones les hacían sentir. Y entonces el peso del mundo fue menos. Concluyeron que sus conductas quizá habían sido infantiles -como cuales niños enamorados- e hicieron las paces. Y bastó con una sola mirada en aquel solitario espacio dentro del bote. 

Cuando Sam volteó a ver a Bucky y esperó algo en su mirada. Los segundos que sus ojos se encontraron parecieron eternos, pero Bucky intentó ocultarse. Era nuevo para él. Él era quien tenía más sentimientos encontrados y todo dolía. Sam, en cambio, podía aguantar un poco más de aquello. Pero tardara lo que tardara, esperaría a que Bucky y su corazón se acostumbraran al amor. Igualmente, todo aquello era nuevo para él. Y algún día, caminarían juntos.

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