Cantidad de palabras: 500
Advertencia: Ninguna

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Sam no podía aguantarlo más. Había peleado con Bucky y ahora estaban tan distanciados que parecía que no habían estado saliendo por los últimos 7 meses. Eran unos adolescentes inmaduros, ¿qué sabían de madurez? Absolutamente nada.

Pero no se iba a quedar con los brazos cruzados. Se recostó sobre su cama y comenzó a buscar entre las canciones que escuchaba. Pensaba que quizá dedicarle al otro alguna canción podría ser demasiado cursi, pero Bucky era amante de la música y Sam sabía exactamente como llegarle.

Seguro pasó horas viendo las letras en la pantalla de su celular que no se dió cuenta que ya pasaba de media noche. No pensó demasiado y tomó un pequeño post-it junto a un marcador azul. Entonces anotó algo en el.

Al día siguiente, Bucky seguía sin voltearlo a ver en la escuela con su semblante más abatido que de costumbre. Sam aún se sentía un poco culpable al verlo así. Y con más razón, tomó fuerzas para buscarlo después de clases. Sabía que junto a Steve y los demás tenían ensayo para una presentación escolar o algo así. Sam no sabía mucho de ello. Solo le importaba Bucky.

Esperó hasta que estuviera solo, cuando todos se iban y el castaño se quedaba recogiendo el equipo de su guitarra.

—¡Niño bonito!— Sam lo saludó caminando hacia él.

Bucky lo volteó a ver y quiso sonreír al reconocerlo, pero su orgullo lo mantuvo con los pies en la tierra y solo lo miró confundido nervioso. No habían hablado durante días y no tenía idea de que pudiera suceder. No quería pelear de nuevo.

—¿Qué hace un niño tan lindo aquí y completamente solo?— La normalidad con la que dijo aquello sacó a Bucky de sus casillas.

—Sam, fue un ensayo de la banda...

—Fingiré que no te escuché para no arruinar mi discurso— Y con eso, Bucky tuvo que apretar los labios para no reírse. Lo extrañaba tanto... —, bueno, a lo que venía... este... yo...

Bucky levantó una ceja mientras veía como el otro jugaba con sus manos cada vez más nervioso. Supuso entonces que, lo que sea que Sam le fuera a decir, lo tenía premeditado. Y algo en su corazón se derritió con la simple idea de que el moreno había buscado alguna forma de hacer las paces.

—¿Te gustaría tener un baile conmigo, niño bonito?— Y volvió a llamarlo de aquella manera... Sam había apuntado hacia él con sus dedos índices y una mueca en su rostro.

—¿Perdón? ¿Un baile?

—Espero que eso sea un no— Bucky lo miró aún más confundido. —, así puedo darte esto, primor.

Dicho aquello, Sam le pegó el post-it en el pecho y caminó hacia el lado opuesto sin decir nada más. Bucky suspiró y, cuando Sam estuvo lo suficientemente lejos, tomó el papelito y lo leyó.

"Escucha: Stolen Dance -Milky Chance y luego llámame"

Entonces no pudo evitar sonreír. Sabía que enfrentaría cosas así cuando aceptó salir con Sam. De cualquier modo, no se arrepentía.

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