Cantidad de palabras: 372
Advertencia: Ninguna

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Acciones, no palabras. Es cierto que las palabras pueden llevarte a lugares que nunca imaginaste o que te puedan hacer sentir cosas que nunca pensaste que podrías sentir. Pero a veces, las acciones significan muchísimo más que las palabras, porque no solo se habla de lo que se siente, sino que se demuestra.

Bucky sabía cuando Sam tenía un mal día. Sabía que era así cuando llegaba con ojos cansados y se tiraba sobre él en el sofá. Entonces el castaño sabría como tranquilizarlo acariciando su espalda y sus hombros sin decirle ni una sola palabra.

Sam sabía cuando Bucky tenía pesadillas. Cuando notaba que le daba la espalda en la cama, como tratando de ocultar su miedo. Entonces el moreno lo abrazaría por la espalda hasta que escuchara que su respiración se regularizaba.

Incluso cuando era inevitable sentir celos por causa de otras personas. Bucky sería capaz de plantarle un beso en la mejilla a Sam cuando las personas intentaban llegar más lejos. O Sam abrazaría a Bucky por la espalda cuando las actitudes de los otros parecieran sospechosas. Aún si ambos eran inconscientes de lo que sucedía a sus alrededores.

Algunas veces, Sam subiría el volumen de la radio -aún si el manejaba con la radio muy baja- si se daba cuenta que a Bucky le agradaba una canción.

Bucky volvería de la tienda con un paquete de galletas extras que sabía que Sam adoraba.

O también, Sam usaría sus alas para cubrir a Bucky de la lluvia. O Bucky usaría su brazo para detener algo pesado mientras Sam trabajaba en lo que sea que trabajara en su momento.

Cuando Bucky sabía que la mirada de Sam mostraba enojo por alguna situación, y lentamente pondría una de sus manos sobre su hombro para relajarlo. Cuando Sam notaba expresiones inusuales en el rostro de Bucky y detenía lo que hacía para arreglar la situación.

Pero sobre todo, cuando ambos se veían a los ojos y no necesitaban palabras para expresarse lo mucho que sucedía dentro de ellas. Y cuando se sonreían, el mundo exterior no importaba en lo absoluto.

Porque, aunque un "te amo" vale demasiado, la atención y la complicidad podrían ser muchísimo más significativas que dos simples pero grandes palabras.

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