Las gotas de lluvia golpean el techo del instituto François Dupont y en la entrada de este se encuentra una nipona bajo su paraguas mientras está a la espera del coche que viene a buscarla.

Aunque tenga una mirada sería de que no le importa nada, por dentro está rota; hoy se le había declarado a su enamorado de hace un mes Adrien Agreste.

»Eres increíble y me agradas mucho, de verdad, pero lo siento Kagami, no puedo corresponderte, mi corazón pertenece a otra persona. Además soy gay.«

Fueron las palabras que había usado el zagal antes de darle un abrazo de consuelo.

No había llorado y no quería hacerlo, pero parecía que el cielo está llorando en su lugar.

-Kagami, ¡Hey!

La chica voltea hacia donde la llamó esa voz encontrándose con Marion quien viene de su casa con una bolsa en su mano izquierda mientras la otra sostiene un paraguas.

El chico hacia poco se había convertido su amigo gracias a un juego en el que participaron. Y hace un tiempo también descubrió que es bisexual ya que ambos compartían al mismo amado.

El había estado en la clase de esgrima acompañándolos, pero se fue segundos antes de que se le declarara al Agreste, al parecer leyó sus intenciones.

Pero después de eso, aparentemente él tiene más posibilidades que ella.

Con confusión observa como el chico que ya está a su lado le extiende la bolsa que trae.

-¿Qué son? -Pregunta extrañada.

-Son galletas, para ti -responde con una sonrisa -Estaba mirando desde mi ventana la lluvia y luego te vi salir ¡No es porque te haya estado espiando! -admite nervioso -Pero te noté triste y supuse que no había terminado bien ¿No?

-No -responde la japonesa dejando notar un poco de tristeza.

Con una mirada de consuelo le toma la mano libre para depositar las galletas en esta y la chica se les queda mirando sin ninguna expresión.

-Por eso quise darte esto. Papá siempre dice que una tristeza es más llevadera cuando hay dulces de por medio. Así que creí que unas galletas con chispas de chocolate son la mejor opción. Además, también con ellas viene incluido un amigo con el cual puedes apoyarte -termina de decir dedicándole una expresión tierna.

La joven alza su mirada que sigue sin expresar nada, pero por dentro tiene la curiosidad que decide dejar salir.

-¿Porque lo haces? -Quiere saber.

Con una sonrisa amigable y ojos de consuelo le responde.

-Porque a pesar de que hayas sido mi rival en el amor, eres mi amiga, y eso es lo que cuenta.

Un pequeño sonrojo aparece en las mejillas de Kagami mientras sus ojos continúan conectados con Marion, ambos están en una burbuja, pero con sentimientos diferentes.

Burbuja que se rompe al escuchar el sonido del claxon del auto que viene por la nipona.

Los dos jóvenes voltean a ver el coche para luego volverse a ver soltando una pequeña risa, agarrando con más fuerza las galletas la nipona se despide de su amigo no sin antes de darle un beso en la mejilla –que sorprende al azabache– y agradecerle por su preocupación para luego caminar hacia donde su transporte la espera.

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Semanas habían pasado desde ese día lluvioso el cual una amistad se había hecho más fuerte. Marion invitaba a Kagami a salir un poco más seguido, no quería que la joven pasara su tristeza sola. Y justo ahora los dos jóvenes se encuentran en una banca del parque a la vez que disfrutan de unos ricos macarons hechos por el ojiazul y se dibujan entre ellos.

-¿Lista? -Pregunta el zagal a su amiga.

-Desde mucho antes que tú -contesta mostrando su sonrisa de superioridad.

Ambos artistas dan vuelta a sus hojas mostrando el dibujo de cada uno.

En el de Marion aparece Kagami con un atuendo veraniego junto con una bufanda que es movida por el viento sin ningún fondo en específico y en el de la japonesa sale el chico al estilo manga con un paisaje de flores de cerezo que lo hace ver encantador.

Los dos con una sonrisa se intercambian los dibujos y proceden a disfrutar de los macarons que están entre ellos mientras alzan su vista hacia arriba disfrutando del atardecer que pinta el cielo.

-Oh, casi se me olvida, -rompe el silencio el zagal girando a ver a su compañera -los chicos y yo iremos esté sábado al museo, el padre de Alix va a mostrar una nueva estatua que viene de china, ¿Quieres ir?

La muchacha quien sin apartar su mirada del ocaso, queda unos segundos en silencio analizando la petición.

-¿Adrien irá? -Lanza finalmente la pregunta.

Con una comprensible mirada, su acompañante le responde.

-Alix también lo invitó, pero no estoy seguro de que pueda ir, sabes cómo es su padre, pero -posa la mano en su hombro transmitiéndole apoyo -si él puede asistir, prometo que estaré a tu lado acompañándote en todo momento.

La japonesa voltea a verlo con una sonrisa tierna y un sonrojo casi imperceptible; y posa su mano sobre su hombro dónde está la de él.

-¿A pesar de que quieras estar con él? -cuestiona ella.

-A pesar de que quiera estar con él -asegura el ojiazul.

El corazón de la nipona bombea rápido ante esas palabras, porque lo que desconoce Marion es que la joven ya había olvidado al chico Agreste hace un tiempo y se había empezado a fijar en alguien más, específicamente en el muchacho que está sentado frente a ella.

Y la razón de su pregunta es que no quería que por el rubio se alejara de ella.

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El tiempo pasó llegando así el invierno a París, la nieve había caído por montones en la ciudad y las personas que están bien abrigadas disfrutan de ella.

Uno de los lugares que cuenta con más nieve son los campos elíseos, lugar en el cual una joven espera a un muchacho de tez blanca y ojos azules como el cielo.

-¡Ya llegué! -Marion llega jadeando al lado de Kagami -lamento llegar tarde -dice después de recuperar un poco su aliento.

-Está bien, no te preocupes -responde su amiga restándole importancia -fueron solo 15 minutos, vas mejorando. -comenta mientras se forma una sonrisa comprensiva en sus labios.

Alegre porque su compañera no se enojó con él, la toma de su muñeca para ir junto a ella a iniciar su diversión.

Durante 3 horas hicieron muñecos de nieve, hicieron una guerra de bolas de nieve e hicieron ángeles de nieve, una tarde bastante divertida para los dos.

Pero tanta diversión los hizo cansarse así que ahora van de camino a comprar bebidas para refrescar su ser. El de ojos cielo va adelante, pero se detiene al sentir como su compañera lo toma de su mano.

-¿Uhm? -confundido la voltea a ver.

-Marion yo, -toma su otra mano y se acerca más a él -la verdad yo pensaba que porque Adrien y yo tenemos vidas similares éramos el uno para el otro.

-Oh.

-Si, pero gracias a ti me di de cuenta de que no es así.

-¿A mí? -Se señala con una mano confundido haciendo reír un poco a su compañera por su expresión.

-Así es, descubrí que tú alma gemela es alguien que te complementa y no que sea tu espejo.

-Entonces... ¿Eso significa que ya no te gusta Adrien? -cuestiona tratando de saber lo que le quiere decir la japonesa.

-No, -con un rictus que el azabache no sabe interpretar, la joven se acerca más a él -hace tiempo dejé de sentir cosas por él, mucho más antes de lo que crees. Ahora mi corazón le pertenece a alguien más, alguien que ha estado para mí y me ha enseñado varias cosas que antes no podía disfrutar.

-Oh, que genial -expresa el chico alegremente -me alegra saber que ya no sufres por un rechazo. Espero que el chico que te gusta te corresponda esta vez, tienes mi apoyo para todo. -aprieta su mano con cariño.

-Pienso que tú también deberías dejar ir a Adrien.

-¿Eh? -Eso lo descoloca.

-Adrien está enamorado de un chico el cual no sabemos quién es y a pesar del tiempo no lo deja ir, no seas como él, -con una expresión amorosa posa la mano que tiene libre en la mejilla de su compañero -no te quedes atascado en un amor que no tiene futuro, deberías mirar a otros objetivos.

Marion baja la mirada y se queda analizando lo dicho por su amiga. Debe admitir que tiene razón, a él siempre le ha gustado Adrien y nunca se atrevió a hacer un movimiento para acercarse más a él y también sabe que Adrien gusta de alguien más –que descubrió que no era Kagami– por lo cual ve que sería mejor opción dejarlo ir.

-Supongo que tienes razón, -admite mirándola -pero de ser el caso, ¿Que otro "objetivo" podría mirar?

No le contesta, la nipona rodea su cuello lentamente y lo acerca hacia ella para finalmente unir sus labios en un tierno beso, dejando sorprendido a su amado quien no se puede mover debido a la sorpresa, no se esperaba que él fuera el chico del que Kagami habla. Y es que la verdad justo ahora tiene sentimientos encontrados. Con cuidado la toma de los hombros sin saber si alejarla o dejar que siga.

Pero mientras Marion está en su duda sentimental a lo lejos la escena es observaba por cierto rubio de ojos esmeraldas con lágrimas en estos, quien al descubrir la identidad de su Lord quiso hablar con él, sin saber que al encontrarlo se hallaría con un panorama que rompería su corazón.

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Palabras: 1603 (One shot)

Creo que acabo de crear un nuevo shipp. ¿Cómo debería llamarlo?
Kagarion? Gamirion? Marigami?... versión Marinette macho?

Bueno me gusta el kagarion :v

Jajaja ahora hay que incluir otra ship a la lista, lo malo de que lo cree es que no puedo leer fanfics de eso *achicopalada*

En fin pude publicar justo a tiempo.

¿Que les pareció?

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Con un silencioso bostezo se despide 🥱

Su lady❤️