𝔖𝔞𝔡𝔬𝔪𝔞𝔰𝔬𝔮𝔲𝔦𝔰𝔪𝔬
Japón se movía de un lado a otro, estaba comenzando a ponerse nervioso, debía viajar pronto y aun no tenía señales del chileno.
-¿Y si se arrepintió? no creo ya ha venido antes... pero la última vez termino con un hematoma...- estaba a punto de un colapso desde lejos su padre lo veía con desaprobación en su mirada, no dijo nada, solo se alejó marchándose de regreso a su habitación.
Estaba por llamar al chileno cuando el timbre sonó haciendo sonreír al japones. Se apresuro a ir a la puerta, se acercó hasta la puerta exterior abriéndola con fuerza.
-Hola Jap-...- fue jalado con brusquedad al interior del domicilio y solo cuando llegaron a la sala este lo soltó, incluso dejo tirado sus zapatos en la entrada.
-Pensé que no llegarías- lo abrazo sorprendiendo al latino, pero este le correspondió dándole unas palmadas en la cabeza.
-No exageres Japón, solo me tarde unos minutos-
-¡Chile! sabes que debes ser puntual, esto es importante-
-Ya, ya, es que USA me retuvo en el aeropuerto-
-¿Viniste con el?-
-Si, es más, el está afuera esperando en un auto-
Le quedo mirando por unos minutos y luego comenzó a agitar al latino -¡¿porque no lo dijiste?! debo apresurarme- se apartó del chileno y corrió por sus cosas, Chile solo dejo su bolso a un lado y fue tras el japones hasta la entrada.
-¿Tu viejo?-
-Donde siempre, no lo molestes anda de mal humor-
-¿Y cuando no?- rio un poco pero el contrario no lo hizo -hablo en serio, se enteró que seré mediador en las reuniones de USA y China y pues no lo tomo bien.... me has vuelto a salvar-
-Na, me gusta venir a tu casa-
-Me voy, estas en tu hogar, la habitación esta lista, si todo sale bien mañana estaré de regreso-
-Ya po' que te vaiga bien, no te estresi tanto, ahí cuando volvai nos tomamos unos traguitos- este asintió y se marchó, solo esperando que su padre se comportara con el chileno, no le agradaba la idea de perder su amistad por culpa de su mala actitud.
Chile se estiro y luego camino de regreso a la sala por su bolso -dejare esto en la pieza y luego yo cacho que cocinare algo, no creo que a Japón le haya dado tiempo- caminaba por el pasillo en busca de su habitación pero le costaba recordarlo -esta casa es muy grande para dos personas... pero siempre la encontré linda- con cuidado abrió una de las puertas -¡si ctm!- había dado con su cuarto, dejo la mochila y salió. Por un momento pensó en ir donde Imperio Japones, pero desistió, si era cierto lo que dijo Japón, mejor lo dejaría solo por el momento.
Ya en la cocina se puso el delantal del japones, algo de música y se dispuso a buscar que había para cocinar -menos mal aprendí a cocinar la comida de Japón-
En otro lugar de la casa Imperio Japones se encontraban en su habitación, específicamente frente a un armario que mantenía bajo llave -私の美しい桜/ mi hermosa flor de cerezo... escandaloso como siempre -con una sonrisa gutural observaba el interior del armario, con sus dedos tocaba todo, pensando que emplearía primero con su invitado.
-Una bachata en fukuoka~- se movía por el lugar al ritmo de la música -oh que esta pulento... ¿debí preguntarle que comió ayer? - miraba la olla mientras mezclaba los ingredientes.
-No he comido guiso- una voz grave se hizo presente, dio un salto del susto y antes que pudiera darse vuelta una mano rodeaba su cuello y unos labios apenas rosaban su piel.
-Hola Chile~-
-Hola... estoy en casa mi señor~-
-Eres muy valiente, no te presentaste en mi dormitorio a saludar- apretaba de apoco el cuello, se acercó al lóbulo de la oreja mordiendo esta.
-J-Japón dijo que no lo molestara mi señor-
-Tú te debes a mí, a nadie más y eso implica solo obedecerme a mi -introdujo su otra mano por debajo de las prendas del chileno, subió por su abdomen hasta llegar a su pezón pellizcando con fuerza -ah~- su quejido fue callado por la mano que subía desde su cuello hasta su mandíbula. Se acerco más a él sintiendo el sutil aroma a otra nación -apestas a ese imbécil... ¿estas con otro a mis espaldas? -
-¡No!- se giró con brusquedad para ver al contrario, Imperio Japones retrocedió unos pasos mirándolo con superioridad. Chile se arrodillo en un acto de sumisión- mi señor, yo solo le pertenezco a usted a nadie más, así ha sido todos estos años, jamás lo cambiaria... mire, no hay día que no use esto- aparto su ropa mostrando un choker y aunque algunos lo usaban por moda. Ellos sabían el real significado, uno de pertenencia a otro.
Imperio Japones acerco la mano al rostro del chileno, introdujo su pulgar en la boca de este comenzando a explorar cada espacio de esta... simplemente le era excitante lo sumiso que era el latino con él, en contraste al comportamiento irreverente con el resto.
-Aunque te ves delicioso así, no te escaparas de tu castigo-
-Hare lo que desee, úseme como más le plazca- Imperio esbozo una sonrisa dejando ver sus colmillos, estaba al tanto cuando regresaría su hijo por lo que tendría bastante tiempo para divertirse- ve a darte un baño, quita toda pestilencia, ya sabes que debes usar y luego te presentas en mi habitación-
-Si mi señor~- lo tomo de la barbilla invitándolo a ponerse de pie, se acercó tomando su labio inferior entre sus dientes y tirando de esta haciendo que Chile soltara un jadeo por lo bajo -ve~- asintió, apago la cocina, paso por el lado del e Imperio aprovecho para propinarle un fuerte nalgazo haciendo que soltara un gemido avergonzándose y excitando al mismo tiempo.
Imperio se lamia los labios, deseoso de poder saborear nuevamente aquella piel rojiza -mi hermosa joya del pacifico, como te deseo~-
◇◆◇◆◇◆◇◆◇
Chile tallaba cada parte de su cuerpo, retirando todo rastro de aroma ajeno a el -le dije al weon que no me abrasara... ah y este viejo me excita con la pura mirada~- no pudo evitar llevar la mano a su entrepierna al pensar en Imperio e imaginar que cosas harían hoy -pobre Japón, el jura que vengo pa ayudarlo... si supiera que vengo pa que su papá me coja bien duro seguro se muere el pobre- rio por lo bajo continuando con su aseo personal, se estaba emocionando con la idea de ser tocado por su querido Imperio Japones.
Ya envuelto en toallas se apresuró a ir a su habitación, ahí en el suelo había una gran caja con un listón decorándolo. Chile esbozo una sonrisa y con alegría plasmada en su rostro se arrodillo abriendo rápido el obsequio.
No necesitaba nota alguna, sabía que provenía de Imperio Japones, era tradición en ellos y simplemente lo adoraba.
Tomo las prendas extendiéndolas frente a el -espera este es... el kimono de los juegos... ¡el de mi país! - con gozo se levantó, se lo pondría enseguida, aunque quizás no fuera a durarle puesto, pero igual le agradecería el gesto, sabía que esa era señal de amor, ya que Imperio elegia personalmente cada uno de sus kimonos y luego se enteró que exigía fueran únicos y seguro se preocupó que este nadie más lo usara.
Se percato que debajo de la ropa había algo más, se agacho para tomarlo, le daba vueltas delante suyo -cotito~-
Caminaba por el lugar arreglándose la ropa, iba con cuidado ya que no quería arruinar el kimono. Se paro frente a la habitación del contrario, dio unos suaves golpes esperando que el contrario le permitiera entrar.
-Adelante- deslizo la puerta hasta abrirla lo suficiente como para entrar y luego cerrar tras él. Imperio quien se encontraba sentado en el suelo, se levantó -acércate- este obedientemente camino hasta el centro de la habitación.
Imperio comenzó a rodear al chileno cual presa, observaba cada parte del chileno, se detuvo frente a él, lo tomo de la barbilla, Chile entrecerró los ojos, sus mejillas estaban oscuras y cálidas. Se acerco a él inhalando profundo, pero luego soltar el alieno haciendo que su piel se erizara- ahora si puedo sentir tu aroma~- se alejó, Chile no podía evitar respirar con pesadez, su cuerpo estaba pidiendo ser nuevamente tocado- pero hay algo que no me gusta-
-¿Eh?- lo tomo por los hombros deslizando parte del atuendo dejando expuesto sus hombros, deteniéndose solo cuando dejaba parte del torso a la vista -si te lo has puesto, eres muy obediente- con el dedo índice nuevamente lo alzo de la barbilla para que lo viera -hare todo lo que me pida mi señor~- tomo sus manos alzándolas a la altura de su rostro, besos sus muñecas y luego las alzo sobre la cabeza del chileno, este no ponía ninguna resistencia, es más, parecía deseoso de lo que ocurriría.
Imperio ya tenía todo listo, desde el techo colgaban unas cadenas que en los extremos terminaban en esposas, puso cada una en las muñecas del chileno, las aseguro, luego se alejó para ir en busca de un control remoto, presiono el botón haciendo que el chileno fuera alzado dejando apenas la punta de sus dedos rozando el piso. Dejo el dispositivo a un lado, miraba con deseo al chileno quien solo respiraba con pesadez. Lentamente se fue deshaciendo de sus prendas siendo su yukata lo último en retirar, se deslizo por su cuerpo hasta quedar en el piso haciendo que Imperio Japones quedara completamente desnudo.
Chile se lamia los labios, movía los pies incomodo debido a la excitación de ver al contrario desnudo, recorría el cuerpo de este con la mirada, los múltiples tatuajes que decoraban brazos, pecho y parte de su cuello, las marcas de múltiples batallas, su cuerpo entrenado, era solo cuestión de tiempo para que comenzara a formarse una erección.
-M-Mi~ señor ¿este será mi castigo? -
-Claro que no mi bella flor- lo tomo por el rostro robándole un beso -tengo planeado mucha diversión para nosotros~- bajo la mano acariciando su cuello, luego su clavícula hasta llegar al torso, pero no se quedó ahí, siguió bajando hasta llegar a parte del traje, quito el obijeme para luego acercarse más a él, rodeándolo con su brazos consiguiendo su objetivo, retirar el obi pero su mirada estaba en los ojos de Chile, sus alientos chocaban, Chile deseaba besarlo pero se abstenía aunque era tentador. De pronto sintió su cuerpo mas libre, Imperio se apartó, tomo el borde del kimono y comenzó a soltarlo permitiendo ver el cuerpo desnudo del chileno apenas decorado con unos arneses, se deleitaba como las correas debajo de su torso le formaban unos pechos, los de sus muslos resaltaban aquellas piernas que tanto le gustaba hacer temblar.
Lo rodeo, movió el kimono para apreciar el trasero del chileno, se acerco con una mano acariciaba su glúteo y con la otra lo rodeo bajando hasta su miembro y apoyando su cabezo en el hombro del latino -¿recuerdas lo que debes decir para detenerme?-
-Sí señor~-
-Haber dilo- tiraba de su miembro haciendo que soltara jadeos, sus pies se movían intentando tocar el suelo.
-白蓮/ loto blanco-
-Bien hecho~- lo soltó para volver a verlo de frente, jadeaba e insistía en moverse en busca de contacto del contrario. Camino hasta el armario, una mirada juguetona se apoderaba del mientras veía entre los objetos frente a él y el chileno.
Tomo un par de cosas volviendo rápido con el chileno- primero inicio colocando pinzas en sus pezones, se unían mediante una argolla al final de unas cadenitas, paso aquella argolla por el pene del chileno haciendo que su erección tirara de los pezones. Luego bajo hasta sus pies amarrando una barra a sus tobillos y luego extendiéndola.
Tomo una fusta y comenzó a pasarla por el cuerpo del latino provocando escalofríos -ah ~ mi señor~-
-¿Se siente bien?- Dio un primer golpe dando en su abdomen. Chile soltó un gemido, su miembro se movía por la estimulación haciendo que tirara de las pinzas, seguía golpeando distintas zonas del cuerpo del contrario o incluso sobre el kimono, sin llegar a causarle daño, solo era buscar el placer de ambos.
Luego paso a un látigo y nuevamente lo pasaba primero por su cuerpo, movía el kimono para pasar aquel objeto para luego propinarle unos latigazos -mgh~ mi señor~-
-¿Que sucede Chile?-
-Q-Quiero...- bajo su vista posándola en el miembro del japones, este capto esbozando una sonrisa -eres ansioso mi bella flor de cerezo- tomo de nuevo aquel control bajando al latino hasta dejarlo de rodillas, tomo las otras cadenas restantes enganchándolas a las amarras de la barra, volvió alzarlo quedando colgado de manos y pies, lo dejo a la altura de su pelvis y se posiciono frente a el -creo que te he consentido mucho, es hora de atender a tu señor-
-Si~ lo que desee~- lamia el miembro del mayor, deseaba tomarlo entre sus manos, movía su lengua alrededor del pene del contrario. Imperio lo tomo del cabello jalando de este -adoro tu lengua, pero quiero más~- introdujo de golpe su miembro provocándole una arcada al contrario, pero eso no lo detuvo, comenzó a embestir introduciendo todo su pene a la vez que jalaba con mas fuerza de su cabello -eres muy bueno con esa boca~- con su mano libre acariciaba su espalda, avanzaba por debajo del kimono hasta dar con su objetivo, el trasero de este donde le propino algunas nalgadas.
Los gemidos del chileno eran ahogados por el miembro del contrario, movía su lengua y de vez en cuando presionaba sus dientes sin llegar a morder soltando gruñidos, sabía que eso lo excitaba.
Se balanceaba debido a las embestidas que solo aumentaban. Imperio tomo la cabeza del chileno impidiendo apartarse mientras se corría obligándolo a tragar todo - no tienes permitido derramar ni una sola gota- estaba con la mirada perdida intentando tragar todo el semen.
Al terminar se separo permitiendo tomar aire, se agacho y lo beso con lujuria, jugaba con sus lenguas, mordía no solo su labio si no también la lengua. Se separo y fue hasta las piernas de este, con la barra separo más las piernas dejando espacio para acceder a su entrada. volvió a nalguearle viendo como su piel rojiza se oscurecía, se acercó, pero no introdujo su miembro si no que era su lengua y dedos.
-ah~ no sea malo~
-¿Malo? Estoy siendo bondadoso, deberías agradecer que me preocupo por ti-
-S-si lo estoy, pero lo quiero a usted... quiero me coja con su pene~-
-Entonces suplica- siguió lamiendo y moviendo sus dedos mientras escuchaba las suplicas mezclándose con gemidos, simplemente excitante, le encantaba tener el control.
Continúo estimulando hasta que el chileno se corrió. Dejo su entrada para ver como caía el semen y luego al chileno que no dejaba de jadear, un par de lágrimas rodaban de sus mejillas y saliva bajaba por su barbilla.
Chile apenas podía ver a Imperio Japones, su vista estaba nublada, la posición tampoco ayudaba, pero sentía como sus piernas eran liberadas y sintiendo nuevamente el suelo. Debido a la barra continuaba expuesto al mayor, deseaba más, su cuerpo le exigía mas atención, lo deseaba a el -ah~- un nuevo golpe en su espalda, ardía, pero realmente no le dolía, otros le siguieron, su espalda se arqueaba ante aquello.
De pronto sintió algo rodeaba su cuello, intentaba ver que era, pero fue en vano hasta que sintió un tirón -¿u-una correa?-
-Así es, así aprenderás que solo puedes ser mío- libero sus brazos mientras lo sostenía de la cintura para no dejarlo caer ayudándolo a llegar al suelo de forma segura, de inmediato Chile iba a tocar al contrario, pero este quedo a sus espaldas, le retiro el kimono que aunque lo hacia ver sexy le estaba estorbando, ya librado de la ropa volvió amarrar sus muñecas tras su espalda.
Con Chile arrodillado, lo hizo bajar hasta que su pecho tocara el suelo, totalmente expuesto, sentía como algo era frotado entre sus glúteos, Imperio tiraba del collar haciendo que alzara su cabeza -mi señor~ se lo suplico, quiero ser suyo~- Imperio Japones esbozo una sonrisa, tiro más del collar y de manera rápida introdujo su pene haciendo que el chileno soltara un fuerte gemido de placer.
Dieron rienda suelta a sus pasiones, golpeaba con fuerza el interior del chileno a la vez que jalaba de la correa sin llegar asfixiarlo y lo sabia ya que no dejaba de gemir y decir su nombre.
Sin dejar de moverse se cargó sobre su espalda alcanzando su rostro, comenzó a lamer su mejilla y daba algunos besos por su mandíbula, luego bajo a sus hombros para concluir volviendo a su posición inicial ya que estaba golpeando la próstata del chileno por lo que continuo hasta que el latino nuevamente se corrió, lo noto ya que sus paredes presionaban el miembro estimulándolo y llevándolo a correrse también.
Ambos estaban sudorosos y agitados, sus torsos se movían con pesadez. Imperio salió del interior del chileno. Lo volteo ahora quedando de espalda. Quito las barras y se gano entre sus piernas, de inmediato chile lo rodeo con estas.
El japones retiro el collar, pero en su lugar rodeo el cuello con su mano, Chile trago saliva y una sonrisa se dibujo en su rostro.
Volvió a penetrar al latino -ah~ si por favor~ mas~- este presionaba mas el cuello mientras cumplía con los ruegos.
Pasaron el resto del día encerrados en aquella habitación, los gemidos, golpes y choque de pieles eran audibles desde fuera pero no importaba ya que solo se encontraban ellos dos.
-N-no siento las piernas- intentaba mantenerse de pie, pero sus piernas temblaban por el esfuerzo. Se encontraba de pie contra la pared, Imperio Japones daba algunos golpes en su trasero -¿volverás a permitir que ese imbécil te toque?-
-S-solo ah~ fue un saludo-
-No importa, odio que ese idiota de USA te toque-
-B-bien no lo dejare mgh~- le dio otro golpe, se mordía el labio del placer, el japones se percato de ello por lo que se detuvo y separo sus labios -te harás daño-
-D-desáteme por favor, mi señor~- miro de rojo creyendo que estaba incomodándose por lo que lo desato, pero Chile se abalanzo a el con la poca fuerza, se colgó de su cuello, rodeo la cintura del contrario con sus piernas e Imperio lo sujetaba por los muslos -me engañaste-
-Lo siento~-pero no aguantaba más sin tocarlo- Imperio lo levanto lo suficiente para luego dejarlo caer penetrándolo, Chile comenzó a besar con desespero con al contrario mientras intentaba impulsarse para ir a ritmo de las embestidas.
-Ah~ ah~ mi señor lo amo... lo amo tanto ah~-
Imperio lo miraba de reojo mientras se ocupaba de su cuello para luego morder con algo de fuerza asegurándose de dejar una marca -白蓮!/ ¡loto blanco!- se separó a ver aquella marca, lamio un par de gotas de sangre que brotaban para luego ver al chileno que intentaba hacer un puchero pero le costaba debido a las embestidas.
Luego de correrse ambos estaban completamente agotados, con Chile aun entre sus brazos lo llevo hasta su futón donde lo acostó, salió de su interior y se acostó a su lado cubriéndose ambos. Chile se giró y lo abrazo -¿porque me mordiste así?-
-Solo me aseguro de que sepan que tienes un dueño-
-¡Pero no era necesario! Ya dije que era suyo- Imperio beso su frente y luego sus labios -sí, pero eres joven y no pasara mucho para que alguien mas se interese en ti y te alejes de mi lado-
El chileno comenzó a acariciar el rostro del mayor -eso no pasara porque... - se levantó apoyándose en el torso del contrario y sus rostros cercas -僕の心はあなたのです/ mi corazón te pertenece- lo beso y luego se recostó sobre su pecho soltando un bostezo-me encanta las cosas que hacemos, no las haría con nadie más-
-私の輝く星/ mi radiante estrella- lo abrazo con fuerza- te amo Chile, mas de lo que puedes imaginar- esperaba por la reacción del chileno, era primera vez en todos estos años que se lo decía directamente pero no hubo respuesta. Lo aparto solo para darse cuenta de que se había quedado completamente dormido, con cuidado retiro un mechón de su rostro -descansa bella flor, lo has hecho excelente-
Con pereza abrió los ojos, su cuerpo estaba resentido por el dolor, con cuidado se sentó observando a su alrededor -aun estoy en su pieza- ya todo estaba ordenado, no había rastro alguno de las cosas que hicieron, sus mejillas ardían al ver que tampoco traía puesto aquellos arneses, tampoco encontró su kimono y menos la presencia de imperio -no se que hora es... debo regresar a mi pieza- con dificultad se puso de pie, se cubrió con el cobertor sus piernas temblaban, deslizo la puerta encontrándose con Imperio Japonés -has despertado-
-S-si lo siento me dormí- bajo su vista notando la bandeja con platos con comida -perdón ¡usted tenia hambre! Debió despertarme y le hubiera servido- Imperio dejo la bandeja en el suelo, le arrebato el cobertor lo cargo sobre su hombro regresándolo al futón y tapándolo, luego fue por la bandeja y se ganó a su lado.
-No eres mi empleado, eres mi pareja y no debes hablarme así todo el tiempo, solo cuando tenemos relaciones- acerco el plato con la comida, tomo una cuchara y se la ofreció al chileno quien algo avergonzado acepto -yia she- trago para recibir otro bocado -pero me gusta... tampoco es necesario me des de comer-
-Permíteme consentirte-
-Oye y tu ¿no vas a comer?-
-Ya lo hice, no pude resistirme a tu comida, esta deliciosa- Chile solo dejo consentirse era quizás un lado de Imperio que solo el conocía, ni con su hijo era así.
Tras terminar lo llevo al baño donde ambos tomaban un baño juntos, imperio se recargaba en la bañera mientras chile lo hacia en su torso -estas muy callado, sucede algo
-No, nada dolo disfruto cada momento contigo amorcito, cuando Japón vuelva yo tendré que irme- el mayor lo rodeo entre sus brazos y solo se limito a darle algunos besos -oye ¿qué paso con mi kimono? -
-Lo envíe a lavar, descuida lo tendrás de regreso como nuevo-
-Qué bueno, me gustó mucho... oiga creo que debemos salir-
-¿Por qué?-
-Porque quedaremos arrugaditos como pasas y porque no puede exponer tanto tiempo al calor sus heridas del bombardeo- se puso de pie, pero perdió el equilibrio por suerte Imperio lo atrapo -cuidado Chile, podrías hacerte daño-
-Perdón, mi cuerpo aun no responde, que bueno que todavía tiene wenos reflejos mi amor- soltó una leve risa haciendo que japonés soltara un suspiro.
Regresaron a la cama solo para volver a dormirse y pesar el resto de la noche abrazados.
◇◆◇◆◇◆◇◆◇
-Por suerte logre escapar de ese caos, que ONU se encargue a la próxima- se encontraba en la entrada de la casa quitándose los zapatos, estaba feliz de estar de regreso y no tener que seguir soportando los gritos y discusiones de aquellas dos potencias.
-Solo espero que mi padre se haya comportado con Chile- fue hasta la sala donde encontró una caja con el nombre de su padre encima- ¿qué será? Es extraño que el compre algo...Mejor se lo entrego- dejo el bolso y en su lugar tomo la caja.
-Qué raro, pensé que Chile estaría con su música... quizás mi padre lo regaño- al llegar al cuarto del mayor, toco la puerta esperando una respuesta. Esta se abrió dejando ver al contrario con su yukata algo desarreglada -hola, padre-
-Japón, volviste muy pronto- lo miraba sin expresión, el mas joven solo bufo -sí, no te emociones tanto, ten esto estaba en la sala- recibido la caja y como no lo había visto en mucho tiempo este esbozaba una sonrisa, dio media vuelta juntando la puerta -mi bella flor, tu kimono esta aquí- el menor escucho aquello, no pudo evitar sonrojarse avergonzado además de estar molesto, su padre volvió a salir -oh, aun estas aquí hijo-
-¡A quien carajos trajiste a la casa anciano pervertido!-
-No me faltes el respeto, soy tu padre y hasta donde recuerdo soy dueño de esta casa- el menor hacia unos gestos con las manos, era el colmo, intentaba no gritar, pero su padre no cooperaba -has traído a una prostituta estando Chile aquí ¡¿no te da vergüenza?! Ten algo de decencia hacia nuestro invitado-
-¿Quién dijo algo de una prostituta? - ladeo la cabeza, estaba siendo bastante paciente con su hijo -la que tienes adentro... ¿sabes qué? me da igual, mejor no saber- se marcho dando fuertes pisadas, iría a disculparse con el latino.
-Chile... Chile ¿puedo pasar? - abrió un poco la puerta, se asomó, pero para su sorpresa no lo encontró -oh no, no, seguro no me ayudara más- cayo de rodillas lamentándose, daba por hecho que se había marchado.
Sin embargo, se encontraba un poco mas atrás, lo observaba con culpa y remordimiento -amorcito... no quiero seguir mintiéndole-
-¿Lo aprecias tanto como para contarle?-
-Si po' es mi amigo y sé que tú también amas a tu hijo, aunque no lo demostri-
-Seguro hará un alboroto, se comporta como un niño-
-Uno que tuvo que madurar antes de tiempo... ¿puedo? - el mayor asintió dándole paso al chileno quien camino hasta Japón, con cuidado se agacho, toco su hombro llamando su atención -¿uh? ¡Chile! - lo abrazo y se disculpaba de manera incesante -oye ya cálmate weon-
-Es que mi padre... seguro fue incomodo, lo lamento- se apartó notando el atuendo que llevaba el latino -Chile ¿Por qué llevas un kimono? Eso lo llevan las mujeres creí haberte explicado-
-B-bueno...- desvío la vista avergonzado -a... a mi pareja le gusta que los use-
-¿Tu pareja?- alzo la vista y tras el chileno estaba Imperio Japones mirando con reproche a su primogénito -así es, y aun le debes una disculpa a Chile por tratarlo de prostituta-
Japón se apartó completamente observando a la pareja, estaba desconcertado, su cabeza iba a explotar
Imperio tomaba la mano de chile ayudándolo a ponerse de pie -¿el torpe de mi hijo te lastimo mi hermosa flor de sakura?
-No tranqui y no lo trati así- Japón no daba crédito, estaba sin palabras era tanto por procesar que termino sufriendo un colapso. La pareja lo vio al sentir un ruido, se había desmayado -uhm lo tomo mejor de lo que pensé-
-¡Que weas deci! Hay que ayudarlo- iba a ir con él, pero era retenido de la cintura.
-Estará bien, por ahora vamos a dar un paseo por el jardín, los cerezos están hermosos este año... claro que tú eres la flor más hermosa, ya habrá tiempo para responder sus dudas- sin mas fue arrastrado por el mayor, miraba de vez en cuando hacia atrás a su amigo inconsciente, pensando en que debió dar la noticia de otra forma pero lo hecho, hecho esta, ya habían dado el primer paso haciendo que Japón se enterara, solo faltaba el resto del mundo pero no había prisa, aun deseaban disfrutar de su privacidad y aquellos encuentros furtivos que hacían más emocionante la relación.
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