🇷🇺 𝔄𝔭𝔞𝔰𝔦𝔬𝔫𝔞𝔡𝔬 𝔶 ℜ𝔬𝔪𝔞𝔫𝔱𝔦𝔠𝔬 🇨🇱


Rusia se encontraba fuera de la sala, lucia ansioso esperando por alguien, para él no era cualquiera, se trataba de su pareja, veía a los otros latinos salir, les saludaba de manera rápida. Miraba al interior por sobre el resto distinguiendo al chileno platicar de manera animada con Brasil, el solo verlo hizo que esbozara una sonrisa y más porque parecía estar de buen humor.

-Em Chile-

-¿Si Bra? ¿qué pasa? -

-Creo que esperan por ti- volteo hacia la dirección que el brasileño le apuntaba notando la presencia de Rusia a la distancia quien levanto la mano como saludo, pero Chile en cambio desvió la vista con brusquedad ignorándolo completamente.

Rusia dejo caer sus hombros soltando un pesado suspiro, aquello no pasó inadvertido por Brasil, le extraño aquel inusual comportamiento de la pareja.

-Chile ¿está todo bien con Rusia? -

-Mm más o menos... Bra debo irme estamos hablando ¿ok? -

-Ok, si necesitas algo dime- se despidieron de un abrazo como de costumbre, Chile tomo su mochila dirigiéndose a la entrada.

-¿Que haci aquí Rusia?- el nombrado se tensó ante la voz distante y autoritaria del chileno así como no lo abrazara como en cada uno de sus encuentros.

-Vine por ti-

-No hacía falta- el ruso iba a tomar su mochila para cargarla, pero el chileno se apartó, frunciendo más el ceño- Chile por favor-

-Chile nada, sigo enojado contigo- comenzó a caminar dejando atrás al ruso, chasqueo la lengua irritado -el perla ni disculpas pide y quiere hacer como que no paso nada, es terrible patuo- se marchó dejando al ruso con las palabras en la boca.

Venezuela quien salía de los últimos de la sala fue testigo de toda la escena entre la pareja, se acercó hasta el deprimido ruso - ¿problemas en el paraíso compañero? - levanto la mirada topándose con la expresión curiosa del venezolano -oh hola Vene... no me digas que lo viste todo- este asintió haciendo que el humor del ruso decayera aún más -¿te parece ir por algo de beber? así me cuentas que sucedió-

-¿Y bien? ¿Que hizo enojar así a mi chamo? - Rusia observaba su trago, lo tomo bebiendo todo de una vez, dejo caer el vaso con algo de fuerza y de inmediato pidió otro.

-Wow tranquilo Rusia-

-No sé qué hacer, lo arruine todo... seguro Chile terminara conmigo-

El venezolano bebía con calma, no podía evitar hacerle gracia ver al ruso sufrir por penas de amores -Rusia no exageres, si te concedo que mi hermano es horrible cuando se enoja, pero no creo que fuera algo para terminar su relación, se nota que está enamorado-

Rusia movía el vaso antes de beber la mitad del contenido, sus mejillas comenzaban a sonrojarse producto del calor que el alcohol provocaba.

-¡No exagero!- por un momento miro con molestia a su acompañante pero ese enojo decayó completamente - él tiene todo el derecho de hacerlo, después de todo fui un completo idiota-

-Ok ya tengo curiosidad ¿qué es eso tan grave como para que pienses que Chile terminara contigo? -

Fue necesario dos vasos más antes que el ruso se abriera con aquel latino, no era de contar de su vida o problemas personales, pero sabía que Venezuela era de confianza para el chileno -¡vamos compañero! quizás pueda ayudarte, pero debo saber toda la historia-

-Bien- trago saliva con pesadez, Venezuela tenía razón, podría ayudarlo para conseguir el perdón del chileno.

-Sucede que hace una semana tuve una reunión con Norte, Siria y China-

-Uhm cierto, recuerdo que Siria me lo comento, pero es normal ¿no? ¿es por eso que se enojó? - entrecerró los ojos analizando la situación -¿habrá tenido celos? pero Chile no parece ser de los celosos- se tocó la barbilla intentando recordar haberlo visto actuar así, pero nada se le venía en mente y termino por descartarlo cuando el ruso negaba en silencio.

-Luego de la reunión fuimos a beber, divertirnos un poco -hasta ahora nada le decía al venezolano cual era el real problema, incluso ellos ahora bebían unas copas mientras platicaban -está bien, no es malo compartir con tus amigos-

-No, claro que no lo es... pero si lo es emborracharse y plantar a tu novio, en una cita- Venezuela se atraganto con su bebida, hacia extrañas expresiones ya que el alcohol le quemo la garganta al beberlo tan rápido y un poco casi se le iba por las narices -¡¿eres un mamahuevo o que!?- golpeo el vaso contra la barra, comprendía por qué Chile estaba molesto, llevo la mano a su frente sosteniendo su cabeza -dime que al menos pediste disculpas ese mismo día, de rodillas y espero que con un camión de flores detrás de ti o una dotación de su comida favorita-

Rusia dejo caer su cabeza sobre la barra mirando en dirección al latino -hable con él al otro día-

-¿Es una broma?-

-Y como me dolía mucho la cabeza, no pensaba con claridad así que le dije que no era para tanto que tendríamos otra-

- Que hijo de puta-

-Pero él lo preparo todo el mes porque era nuestro aniversario- Venezuela quedo en silencio, sin cambiar de posición le quedo viendo.

-No entiendo como sigues con vida, en su lugar ya te habría cortado las bolas y el resto de tu cuerpo se lo lanzo a los tiburones- Rusia se daba leves golpes contra la barra- ¿ahora entiendes porque temo? No quiero perder a Chile, realmente lo amo-

-Amigo, estas metido en un gran problema, deberás hacer mucho mérito para conseguir el perdón de Chile-

-Pero no sé qué hacer, no se me da bien estas cosas-

Venezuela negó ante las palabras, estaba comenzando a pensar que no debía ayudarlo y dejar que Chile lo haga sufrir un poco más. Pero al ver el estado tan lamentable en el que Rusia se encontraba, se apiado de él, creía que estaba genuinamente arrepentido.

-Bien, te ayudare-

-Uhm- Venezuela le sonrió y golpeaba su espalda como consuelo -te daré algunas ideas, claro que tu debes idear la mejor y más romántica cita para mi chamo, también debes pedirle disculpa como es debido, ese es el primer paso-

-¿Enserio me ayudaras?- este sonreía mientas asentía, pero la expresión amigable rápidamente desapareció

-Pero si la vuelves a cagar yo me asegurare que no vuelvas a ver a Chile... y no hablo solo de que terminen ¿entendido? - Rusia se levantó de golpe por la impresión. Trago saliva con pesades- e- está claro- y como si nada el aura oscura desapareció volviendo a ser el tranquilo venezolano - quedados claro ahora debes poner atención, tenemos que planeas una reconciliación-


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El chileno se encontraba en la comodidad de su hogar, precisamente en el balcón que daba a su cuarto, disfrutando de la cálida noche junto con un libro y una copa de vino, debido a la discusión con su pareja no había tenido ánimos de salir o estar respondiendo preguntas de gente chismosa, lo único que deseaba era tener tranquilidad.

-Si ese weon cree que andaré de llorón se equivoca- dejo la copa en la pequeña mesa mientras seguía con su lectura, amaba al ruso a pesar de todo, pero también tenía amor propio como para no dejarle pasar tal desaire -tiene que entender, la relación se construye de a dos-

Por suerte era una noche tranquila, tal parecía que ninguno de sus vecinos hacia alguna fiesta, permitiéndole disfrutar aun más de su calma.

Iba hojeando el libro, estaba concentrado en la historia que no prestaba atención a su alrededor, al menos hasta que el incesante ladrido de su perro termino por desconcentrarlo

-¿Que pasa Copi Copi? ¿porque ladrai tanto? - dejo el libro a un lado para ir con el can a ver que estaba sucediendo, en su mente podía ser por el gato del vecino, pero lo veía mover feliz su cola- que wea te pasa perro loco- le respondió con un ladrido, volteo a la dirección que estaba mirando su mascota -¿Rusia?-

Podía ver al ruso plantado frente a su casa, lucia serio como era habitual, pero parecía atareado con múltiples cosas entre sus manos. Chile se recargo sobre la baranda, con su cola acariciaba el lomo de su perro para calmarlo.

-¿A que debemos tan inesperada visita?- El ruso alzo la vista entre todas las cosas -quería verte, hablar contigo-

-¿Así? ¿de qué? - miraba divertido la escena y como Rusia parecía nervioso mirando a todos lados -¿puedes bajar por favor?-

-No quiero- los músculos del ruso se tensaban, era más que obvio que el chileno no se lo pondría fácil -Chile por favor-

-Ya dime que queri, porque te escuchamos bien desde aquí ¿cierto Copi copi?- este ladro haciendo sonreír al chileno. Bajo la vista hacia todos los objetos que traía entre sus manos, era claras las intenciones del contrario y si quería conseguir su perdón debía hacer el ridículo si era necesario, después de todo el hizo sentirse así cuando lo planto.

Alzo la vista, estaba decidido, conseguiría el perdón de su pareja como fuera, tomo aire mientras Chile miraba atento a su pareja -¡lo lamento! ¡fui un grandísimo idiota insensible! -

Aquellos gritos acababan con la calma del sector, vecinos curiosos se asomaban para ver que estaba ocurriendo sin pasar desapercibido por ambos responsables -¡lamento no llegar a nuestra cita y olvidar nuestro aniversario!- algunas miradas de reproches eran hacia el ruso, otros estaban divertidos con el chisme.

-Prometo compensarlo, dame una oportunidad Chile yo te amo, en serio, me alejare de todos si es necesario con tal de tener tu perdón-

En ese instante la sonrisa del chileno desapareció. Rusia apretaba los dientes, estaba totalmente avergonzado por causar tal espectáculo.

-Yo no te quiero solo para mi- alzo la vista hacia el rostro molesto del chileno -pero chi-

El chileno soltó un suave suspiro -Rusia eso sería toxico, somos pareja, pero no tenemos que estar 24/7 juntos, solo quiero que para nuestros momentos importantes le des la prioridad a lo nuestro como yo lo hago... nunca te pediría que no te relaciones con alguien más ¿lo entiendes? -

El ruso relajo el cuerpo, una vez más debía darle la razón -claro fui precipitado, jamás me pedirías algo así, pero en serio lo lamento, podrías al menos recibir estos obsequios mi amor-

Solo basto ese apodo para hacer que su sonrisa volviera, así como los vecinos conmovidos y otros siendo regañados por no ser así - mi chanchito... sabe cómo ganarme- soltó en un susurro, se alejó de la baranda ingresando a la casa dejando al ruso con la duda, ese era el primer paso, si fracasaba ¿cómo lograría conseguir su perdón? Estaba preparándose para volver a gritar, pero el ruido de la reja lo distrajo encontrándose con Chile frente a el -pasa, mis brazos no son tan grandes, si tomo todo eso se me caerán-

Rusia esbozo una sonrisa, se adentró al hogar bajo la celebración de los chismosos, Chile reía a carcajadas, si habían montado toda una escena.

Dentro de la casa, Rusia extendía por el sofá todos los obsequios, Chile miraba sorprendido, bolsas de diferentes tiendas, peluches, incluso obsequios para su perro. Era como si el ruso hubiera juntado todas las ideas sobre regalos y lo hubiera traído.

-¿¡Porque tanto Ru!?-

-Porque uno no sería suficiente...aun con todo esto sé que no merezco tu perdón- el chileno volteo a verle para regañarlo, no necesitaba cosas materiales pero el repentino abrazo de su parte lo sorprendió haciendo que quedara con las palabras atoradas en la boca -me equivoque, tienes todo el derecho de estar molesto- el contrario correspondió el abrazo escondiendo el rastro en el hombro del contrario, sus emociones comenzaban a desbordarse, su fachada dura se derrumbaba haciendo que lagrimas finalmente comenzaran a salir.

-C-creí que lo nuestro no era importante para ti-

-Claro que lo es, más que nada en el mundo, lamento hacerte creer lo contrario-

-Esperé mucho por ti... pensé que te había pasado algo, me aterraba esa idea- Rusia hizo más fuerte el abrazo sin llegar a lastimarlo así mismo apegándolo completamente a él.

-Lo lamento, enserio, lo que menos quiero es causarte dolor, eres mi amado Chile, por favor discúlpame, prometo no volver hacer algo que te dañe, así como también prometo compensarlo-

-N-No hace falta... con esto está bien-

Rusia sonrió, acariciaba la espalda del contrario quien soltaba algunos hipidos -no te conformes con tan poco- lo separo de él haciendo que lo viera, llevo sus manos al rostro de chileno secando sus lágrimas.

- Te mereces más, mucho más y yo te lo demostrare- se acercó a él, Chile sabía lo que intentaba por lo que no opuso resistencia recibiendo con gusto un beso de su amado, era suave, cuidadoso, bastante tierno viniendo de su pareja, dejaba que el calor lo envolviera ayudándolo alejar aquellas inseguridades que habían salido a flote los últimos días.

Estaba recibiendo un beso tras otro, sus brazos rodeaban el cuello del ruso en un intento de borrar todo intento de distancia entre ellos, no podía evitar sonreír, extrañaba a su pareja. Otro feliz por ello era la mascota del chileno quien no dejaba de ladrar y revolotear a su alrededor en busca de atención de ambos.


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Los siguientes días, Rusia se encargaba de tener algún panorama en pareja, salían a comer, iban a paseos por la ciudad, ver películas, incluso organizo un día de picnic, a comer helado cuando paseaban a Copi Copi, continuaba dándole obsequios, le decía cuanto lo amaba, no solo eran palabras, se lo estaba demostrando con hechos, hechos que hacían que el chileno se sintiera realmente feliz.

-¿No te quieres quedar? igual ya es tarde-

-Me encantaría, pero paso, aun debo arreglar unas cosas- el chileno no quería separarse de Rusia. Recibió un beso de su parte en la coronilla - ve a descansar, mañana vendré temprano por ti- el chileno se separó un poco viéndolo con duda -¿así? ¿por qué? -

-Es nuestro día libre así que pasaremos todo el día juntos en una cita- Chile movía su cola con ánimo, sus ojos brillaban y sus labios se extendían en una sonrisa -¿lo deci enserio?-

-Por supuesto, tu solo debes preocuparte de usar algo cómodo -Chile dio un salto aferrándose al cuerpo del ruso quien no dudo en sujetarlo para evitar que callera, mientras su pareja lo llenaba de besos por el rostro dándole más motivos para asegurar que todo saliera bien mañana.


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Apenas escuchaba la alarma la apago, se levantó con mucha energía pese a que apenas había descansar por repasar una y otra vez su plan.

Se duchaba con rapidez, debía irse pronto donde el chileno si quería que la primera parte de su día con el resultara.

Se vistió, se apresuró a ir a la cocina tomando varias cosas como también de la sala llevando todo al auto.

Se aseguro de llevar todo, cerro su casa y se subió al vehículo dirigiéndose al domicilio de su pareja.

Chile estaba desparramado por la cama, apenas dormía con un short debido por el calor de la noche, su cabeza estaba oculta entre las almohadas, claramente la reconciliación con el ruso le ayudo a poder dormir.

Rusia lo veía con ternura, se acercó a la cama, dejo la bandeja en la mesa de noche se ubicó sobre el apoyando las manos en el colchón, daba algunos besos en el cuello y luego en su espalda provocando algunos quejidos de parte del chileno. Volvió a subir, aparto los cojines se acercó a su oreja dando una mordida -mgh~ ya oh Ru- se separó pensando que había conseguido despertarlo, pero este continuaba dormido, solo que ahora sonreía y un rubor teñía sus mejillas- me encantaría saber que sueñas, pero ya debes despertar-

Daba algunos besos susurrando el nombre del chileno, con una de sus manos acariciaba su cintura. Chile soltaba algunos quejidos, abrió los ojos topándose con los del ruso. Se llego asustar, lo empujo con brusquedad haciendo que callera a su lado, se sentó viéndolo confundido -¡Ru! ¿que haci aquí? - este con tranquilidad se movía para levantarse y volver a estar junto a la cama, tomo la bandeja con el desayuno extendiéndolo sobre las piernas del dueño de casa -te traje el desayuno- beso sus labios y se apartó dándole espacio.

-Gracias...- le quedo mirando mientras acerca la taza a sus labios- estoy casi seguro de que no te quedaste anoche-

-No, no lo hice- saco un juego de llaves del bolsillo haciendo que el chileno reconociera el llavero -la usaste- dejo la taza sobre la bandeja, su cola se movía con alegría a su lado -sí, aunque no se siente bien, es como si invadiera tu espacio- Chile negó, tomo un pan ya listo, lo partió por la mitad pasándole un trozo al ruso sabiendo que quizás no desayuno -eri mi pololo, si yo te pase la copia es porque tengo la confianza suficiente y porque quiero compartir mi espacio contigo- dio un mordisco feliz a su pan, miro a su alrededor notando la ausencia de su compañero -¿y Copi copi?-

-En el jardín, apenas entre me saludo, le di algo de comer y ahora salió a jugar-

-Gracias Ru, fue una linda sorpresa-

-Y no es la única, luego que desayunes saldremos-

-¡Verdad la cita!- de la emoción comenzó a comer con prisa, estaba con bastantes energías y el saber que estaría todo el día junto a su pareja lo emocionaba aun más.

Rusia le insistía en comer con calma al verlo atorarse un par de veces, pero era más la alegría del chileno por lo que no le quedo de otra más que comer el trozo de pan que le dio mientras se aseguraba que no se volviera ahogar.


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-Chile ya debemos irnos-

-Si chanchito, un segundo- este no dejaba de darle mimos a su mascota y este de lengüetear su rostro -mi copi copi lindo pechocho, te portai bien, te deje la tele prendida, tu manta y juguetes en el sillón, el tío Perú va a venir en un ratito más, los papás van a salir- lo abrazo para luego dejar al can en la sala, lo miro antes de salir de la casa cerrando la puerta.

-Tranquilo estará bien-

-Es que... si... ¿pa la otra podemos llevarlo? -

-Claro- beso su frente, le tomo la mano y se lo llevo al vehículo antes que terminaran llevando a la mascota, lo quería, pero esta salida debía ser solo para los dos.

Iban viajando con destino desconocido para el chileno pero poco le preocupaba, confiaba plenamente en su pareja, buscaba una playlist para el camino, ya listo se relajó en su asiento, no podía dejar de ver al ruso con una sonrisa -¿Qué?- miro de manera fugaz al chileno quien ni se sorprendió al ser descubierto -nada, solo pensaba cuanto te amo- eso logro poner nervioso al ruso, era lo que su pareja tenia, con unas palabras conseguía alguna reacción en el -los cabros me preguntaron por que no termine de inmediato contigo, están más molestos que yo-

-Oh ¿enserio? - aunque no lo veía sabía que había asentido -¿y que les respondiste?- tenso un poco sus brazos, ellos no habían sido los únicos con ese pensamiento, él también pensó que terminarían su relación.

-Que teni manso pico y sabi coger bien rico- Rusia se volvió completamente rojo, sus manos apretaban el manubrio evitando perder el control del auto. Chile por su parte estaba muerto de la risa, simplemente le era divertido la expresión del ruso, este no tuvo más que parar a un lado de la carretera, se echó al frente apoyando la cabeza en el manubrio -por favor dime que no dijiste eso- el chileno que se secaba unas lágrimas por tanto reír, le miro acerco la mano a su espalda dándole unos caricias -oh claro que lo dije chanchito~- quería hundirse en la vergüenza, él no hablaba de sus temas íntimos con Chile a sus amigos - ¿por eso me perdonaste?- se giró al ver al chileno, no le gustaba que esa fuera la razón.

Chile se acercó besando su mejilla -no, no fue por eso- Rusia se irguió en su puesto sin apartar la vista- espere por que pese a mi pena y rabia sabía que recapacitarías y harías cualquier cosa para que siguiéramos juntos- tomo sus manos con cariño- Rusia eres increíble como pareja, puedo ver como te tomas lo nuestro enserio y el que estemos tan temprano viajando quien chucha sabe dónde solo me demuestra que quieres estar conmigo-

Rusia aparto sus manos, pero solo para terminar abrazando al chileno, sin duda tenia a la mejor pareja que podría haber pedido -no quiero separarme nunca de ti vales mucho más de lo que puedes imaginar- el chileno correspondió el abrazo. Esperaba que con eso tuviera más presente sobre sus sentimientos.

Apenas se estaciono, Chile bajo ansioso del auto. Estiro todo el cuerpo que se encontraba adormecido, dejando que la fresca brisa acariciara su rostro, respiro hondo esbozando una sonrisa, se giró para ver al ruso que cerraba la puerta del auto.

-Así que vinimos a la playa-

-Si, hace tiempo me decías que querías venir- cerró la puerta con su cola, rodeo el vehículo y se lanzó a los brazos de su pareja - ¡debiste decirme pa' traer un traje de baño! -

-Descuida traje de todo, se cuánto te gusta nadar- este sonrió, aún era temprano para ir al mar por lo que Rusia tomo su mano por el momento recorrerían el lugar.

Al no ser temporada estival no se topaban con muchas personas, los locales comenzaban a abrir, pero lo primero que tenía en mente el ruso estaba un poco más cercano al puerto.

-¿Dónde vamos?-

-Bueno pensé que podríamos dar un recorrido en lancha, por lo que se en esta zona se ven ballenas- el chileno pareciera brillarle los ojos, sin darse cuenta acelero el paso tirando de rusia en dirección al puerto.

Apenas llegaron el ruso se acercó a una taquilla y como algunos lancheros compartían. Chile esperaba ansioso -seguro habrá que esperar- exclamo con algo de pesar al no ver otros turistas era posible tardarían en poder dar el recorrido -Chile ¿qué esperas? -

-¿Uhm?- lo tomo de la mano guiándolo a uno de las lanchas que apenas subieron le entregaron los chalecos salvavidas- no entiendo- soltó entre los choques del agua y el intenso ruido del motor de la lancha -¿sucede algo?- el chileno que miraba a su alrededor y su curiosidad aumento cuando la lancha partió -es raro, estos paseos siempre esperan a llenarse para partir -volteo a verlo confundido, Rusia le sonrió y le revolvió el cabello con una caricia -digamos que me encargue de que solo estuviéramos los dos-

Chile le miro con sorpresa, pero rápidamente frunció el ceño y le dio un golpe suave en la pierna con su cola -ya te he dicho que no andi tirando plata- el ruso se acercó plantando un beso en la frente para luego estar abrazándolo por los hombros -yo lo veo como una inversión cuando se trata de ti-

-Tontito- soltó una risa y se acurruco a su lado.

El chileno era el más emocionado con el paseo, parecía un niño cuando veía algún animal y su emoción aumento cuando las primeras aletas de ballenas sobre salían del agua, grababa y sacaba fotos mientras Rusia lo abrazaba por la cintura evitando que fuera a perder el equilibrio debido al movimiento del mar que movía la lancha.

Apenas regresaron se despidieron y agradecieron el viaje. Chile se abrazó al ruso y se alzó dándole varios besos.

-Si que te gusto el paseo-

-Me encanta gracias, amor-

Continuaron caminando, se veían más puestos abiertos, así como personas paseando por el lugar. Chile era el encargado de sacar fotos de ambos como recuerdos, aunque Rusia también tenía unas cuantas todas eran de Chile.

-¿Te gustaría ir almorzar? -

-Shi ya me está dando hambrita- beso su frente, rodeo su cintura, caminaban juntos a un restaurante donde el ruso ya tenía reservado.

-Weon que linda la terraza, aunque viene un tusunami y cagamos- se asomaba por el balcón observando como las olas chocaba en el roquerío más abajo.

-No seas dramático, no nos pasara nada-

-No soy dramático, soy realista- Rusia rodo los ojos, tomo las manos del chileno para llamar su atención, las levanto y comenzó a besar sus nudillos haciendo que soltara leves risas y su cola no dejara de moverse -¿qué haces chanchito?-

Entrelazo sus dedos sin apartar la mirada del chileno - estuvo mal lo que hice, cualquier otro me habría mandado al demonio y estarías en tu derecho, pero te agradezco me dieras otra oportunidad, no lo desperdiciare, ahora en adelante intentare ser más detallista, hacer cosas más románticas-

-Oh~ mi Ru-

-Buenas tardes, ¿listos para pedir? - ambos un poco avergonzados tomaron sus menús y pidieron para quedar solos de nuevo.

Chile se levantó cambiando de lugar para quedar al lado del ruso, acariciaba el rostro de este hasta acercarse a darle un dulce beso.

-Hasta ahora has sido un gran pololo, no necesitas hacer nada, te amo tal cual eres, me demuestras más con tus acciones y que hayas recapacitado de tu error y querer arreglarlo es suficiente- volvió a besarlo, pero ahora Rusia lo retenía sujetándolo por la nuca alargando lo más posible aquel beso.

Al separarse ambos estaban algo agitados, reían cómplices- ahora quisiera estar solo los dos~- soltó en un susurro, beso detrás de su oreja y luego el cuello chileno quien soltó un suspiro, cuando sintió una mano acariciar su cola es cuando intento alejar al ruso empujando apenas sus hombros.

-Ya Ru para, aquí no mira que prendo con agua- se alejó no sin antes de darle un último beso en los labios y fue justo a tiempo ya que le estaban llegando con sus platos.

-Oye ¿sabi que dicen de los mariscos? -

-No, ¿Qué dicen? - Chile le miro de manera coqueta mientras comía -que son afrodisiacos~- Rusia alzo una ceja esbozo una leve sonrisa, tomo la muñeca del chileno donde tenía un marisco y se lo llevo a la boca sin quitarle la vista la chileno quien se sonrojaba, lo trajo y antes de soltarlo le lamio los dedos -espero sea cierto, aunque no creo que nos haga falta~- el chileno quedo congelado por toda la acción, no esperaba hiciera eso y ver como la broma se la había devuelto con creces.

-Estuvo todo rico, gracias Ru-

-No hay de que, me alegro de que te gustara- ambos subieron al auto, Chile solo se acomodó en el asiento a descansar, tanta comida le estaba comenzando a dar sueño, abrió con pereza los ojos al sentir que apretaban su pierna -¿quieres descansar antes de ir a nadar?-

-Si porfa, solo un ratito, luego vamos a la playita porfa-

-Bien, descansa- se acercó besando su mejilla dejando dormir mientras conducía al siguiente lugar y era perfecto ya que ayudaría a que descansara mucho mejor que en el auto.

Chile se movía a gusto en su lugar, se sentía cómodo además de un calor que le hacía difícil poder despertar, cuando consiguió abrir un ojo noto que estaba oscureciendo y que no se encontraba en el auto, se levantó notando que estaba en una cama y que el calor que sentía era de una manta.

-¿Dónde estoy? ¿cómo chucha llegue aquí? - con cuidado se levantó, noto que incluso no tenía la misma ropa puesta, ahora traía una camiseta holgada y su traje de baño -¿habrá sido Ru? Espero que si-

Salió de la habitación encontrándose en un lugar completamente desconocido para él, siguió por el pasillo llegando a la sala y como había una cocina y comedor -¿es una cabaña? ¿y eso? - se acercó a ver algunas velas encendidas y como estas hacían un camino hacia el ventanal, abrió esta y el camino de velas continuaba junto con algunos pétalos de flores, siguió aquel camino hasta la playa, miro sobre su hombro confirmando que era una cabaña.

-Ya despertaste ¿has podido descansar? - volteo y al final del camino había una de esas reposeras cama y junto a este una mesa con vino y algunas cosas para comer y frente a él estaba Rusia quien solo traía traje de baño y una toalla sobre su cabeza la cual se quitó rápidamente mostrando su cabello desordenado -si... ¿qué es todo esto? ¿dónde estamos? -

Rusia se acercó abrazando por la cintura a Chile no parecía importarle que lo mojara, al contrario, correspondía el abrazo.

-Arrende esta cabaña, como te dormiste te cargue apenas llegamos, ni con eso despertaste- rio mientras daba algunos besos en su cuello -sabi que tengo el sueño pesado, oye no me dijiste que nos quedaríamos... y mi copi copi-

-Tranquilo, hable con Perú, se quedará acompañar a Copi copi ¿quieres ir a bañarte? - bajaba su mano hasta el trasero el latino, este se mordió el labio inferior, bajo sus manos de manera lenta acariciando el torso del ruso -quiero, pero también disfrutar esto que preparaste-

-Podemos ambos- lo tomo por los muslos cargándolo, este rodeo la cintura de Rusia con sus piernas y del cuello y con Chile en sus brazos camino a la orilla hasta tocar el agua adentrándose de apoco hasta que ambos tuvieran parte del cuerpo bajo el agua, Chile inicio unos besos más apasionados, el ruso lo apretaba más contra el y una manos intrusas se encargaban de acariciar su glúteo -Rusia~- soltó sin llegar a separar los labios del contrario.

-Chile no te muevas- ni se había percatado cuando comenzó a mover su pelvis, pero no deseaba detenerse, no cuando comenzó a sentir algo despertar en la entrepierna de Rusia.

Las suaves olas los movía sin llegar a tirarlos, las caricias y besos estaban subiendo de tono -b-bájame-

-Mm no quiero- lamia su cuello haciendo que soltara suspiros -Ru solo un poco y luego-

-¿Y luego que~?- Chile jadeaba levemente, paso las manos por el cabello húmedo del ruso -luego iremos allá y me harás el amor- hizo un gesto con la cabeza apuntando hacia la orilla de la playa.

-Entonces debemos darnos prisa- este esbozo una sonrisa y sin aviso lanzo a Chile al agua quien salió con prisa dando bocanadas de aire.

-¡Por la chucha Ru!¡deja de hacer esa wea!- solo escucho una carcajada y vio cómo se lanzó desapareciendo bajo el agua, miraba donde estaba, pero por la escaza luz no veía bien.

-¡Ah!- Rusia aparecía frente a él, lo tomo en brazos, Chile le daba golpes por la sorpresa y como el ruso solo reía por su travesura.

-¡Me asustaste weon!-

-Disculpa- lo mantenía entre sus brazos mientras eran movidos por el oleaje, acariciaba su cola bajo el agua e insistía en frotar ambas entrepiernas haciendo que ambos soltaran leves jadeos -deberíamos ir a la orilla-

-¿P-Por lo que te dije~?- se abrazaba mas al contrario, su rostro estaba cerca del oído del ruso por lo que este podía escuchar claramente los jadeos del chileno provocando que su erección solo empeorara.

-Si y porque apenas te veo por lo escuro que esta-

-Es verdad~- se abrazó del cuello del contrario mientras sentía que el ruso lo acomodaba entre sus brazos y lo cargaba fuera del agua.

Un leve escalofrió recorrió su cuerpo ante la brisa por lo que se apegaba más al cuerpo de Rusia.

Al llegar a la reposera cama noto que también había pétalos de flores sobre esta -está todo muy lindo Ru-

-Quería hacer algo especial- lo dejo sentado al borde, sirvió las copas de vino entregándole una al chileno, se sentó a su lado y brindado bebieron al mismo tiempo.

Bebían y comían mientras hablaban, de vez en cuando se daban algunos besos, Chile alimentaba al ruso haciendo feliz ver cómo se avergonzaba por ello además de caricias con segundas intenciones.

En un momento se agacho frente al chileno apoyando una rodilla en la arena, introdujo la mano por debajo del cojín sacando una caja -llevamos cinco años saliendo, nunca pensé encontrar alguien que me complementara, hiciera emocionante mi vida, amar tanto alguien hasta que llegaste a mi vida y deseo seguir compartiendo cada momento contigo- tomo la caja abriéndola frente al chileno mostrando un anillo de oro blanco.

-¿Te casarías conmigo?-

Chile no pudo evitar emocionarse, sus labios temblaban, intentaba hablar, pero las palabras parecían no salir. Rusia estaba muy nervioso ante la falta de respuesta pensando que quizás no era el momento -mis cosas...-

-¿Que?-

-¿Dónde dejaste mi mochila?- tenía la vista en el piso, Rusia bajo los brazos cerrando la caja -en la habitación- sin decirle nada se fue a la cabaña, miro todo impactado-yo... lo arruine- una presión en su pecho lo embargaba, no negaría que le entristecía aquel rechazo.

-O-oye Ru- alzo la vista, Chile volvió a sentarse frente a él, parecía agitado como si hubiera corrido -Chile lo lamen-...- ahora era el quien abría una caja con un anillo de plata dentro, lo miro y luego al chileno quien sonreía, pero ahora unas lágrimas caían por sus mejillas.

-Cómo te demorabai mucho te iba a pedir matrimonio en nuestro aniversario -

Rusia abrió de golpe los ojos, se lanzó abrazarlo Chile escuchaba unos sollozos y un lo siento entre susurros -ya, ya... ¿eso es un no? - se separó dejando ver sus lágrimas -es un sí, un rotundo si- le tomo el rostro, Chile levanto una mano secando las lágrimas del ruso -yo también acepto mi rusito loco- ambos soltaron risas de alivio, se daban algunos besos, luego se entregaron sus respectivos anillos luciendo las encantados -pensé que me habías rechazado-

- Es que no podía darte todo el crédito yo lo pensé primero, además te sirvió de castigo-

-Bien, bien lo acepto- poso una mano en su muslo, lo acariciaba hasta ir metiéndola por debajo el traje de baño, Chile acariciaba el pelo del contrario y bajaba al rostro se acercó, ahora sus manos estaban en la cintura, tomo la playera y la iba subiendo al mismo tiempo que él se iba levantando hasta quitarla por completo y tirándola a la arena.

Acerco su rostro lamiendo el abdomen y torso del chileno quien movía las piernas inquieto y soltaba algunos jadeos -Chile te amo tanto-

-Ah Ru y-yo también- se mordía el labio cuando sintió como mordían uno de sus pezones, bajo la vista observando como jugaba con ellos y como lo veía mientras lo hacía -Ru alguien p-podría venir-

-Tranquilo, me asegure que estaríamos solos- se levantó y con cuidado fue empujando al chileno hasta quedar acostado ganándose sobre él.

Chile pasaba sus manos en los hombros de Rusia le acariciaba el rostro -eres tan hermoso parece un sueño que serás mi esposo-

-Para mí también lo es, ya quiero compartir mi vida contigo, despertar a tu lado todos los días- juntaron sus frentes sin apartar las miradas, las manos se movían por el cuerpo del contrario -me encanta esa idea-

Rusia recorría el cuerpo del chileno, repartía besos por donde pasara, el cuerpo de Chile no dejaba de reaccionar ante las caricias haciendo que soltara jadeos los cuales parecían estimular las acciones del ruso.

Tomo entre sus dedos el borde del traje de baño del chileno, este levanto sus caderas permitiéndole quitarse con más facilidad terminando en el piso.

Rusia admiraba el cuerpo desnudo de su pareja y como este desviaba la vista avergonzado, se lamio los labios por la escena frente a él, se retiró su traje de baño arrojándolo junto a la ropa del contrario.

Acerco parte de la cola de su amado dando algunas lamidas y dejando alguna que otra marca, le era excitante ver cómo se movía intentando detenerlo, pero fallaba en el intento y en su lugar soltaba jadeos y cuando este lo soltó, Chile la envolvió alrededor del muslo del ruso.

Se acomodó entre sus piernas, los tomo poniéndolas sobre sus hombros y se acercó tomando el rostro con una mano obligándolo a verlo, pero no dijo nada, en su lugar comenzó a besarlo, introducía la lengua iniciando un jugueteo intensificando el beso, mordía y succionaba sus labios quitando toda posibilidad de aire al chileno quien parecía embriagado por eso, soltó un gemido cuando sintió una presión en el trasero.

Apenas logro una bocanada de aire, el ruso volvía atacar sus labios además de mover sus dedos en su entrada, eran besos muy apasionados y la estimulación, aunque algo molesta en un inicio, ahora era placer, su cuerpo comenzaba a calentarse y apenas lograba emitir monosílabas, se agarraba de los hombros o brazos, clavaba sus dedos sobre la piel del contrario al mismo tiempo que movía sus caderas al ritmo de los dedos intrusos.

El ruso era un desastre, no quería dejar de besarlo aunque no tuviera aliento, los labios del chileno le resultaban adictivos, sentía el cálido interior de este y como sus paredes apretaban pero ansiaba que fuera su miembro en lugar de sus dedos, quería hacerle el amor como nunca antes, ambos lo deseaban, lo sentían diferente, especial quizás por lo romántico que había sido el ruso o por acertar la reciente propuesta de matrimonio, no estaban seguro ni pensaban con claridad, tampoco que estuvieran en la playa, para ellos sus cuerpos exigían atención del otro y sus mentes no había nadie más en el mundo.

Tomo una mano del chileno entrelazando sus dedos, con la otra sujetaba su miembro mientras lo apegaba a la entrada del latino, ambos jadeantes intercambiaron miradas, Chile asintió tragando saliva.

Introducía lentamente el miembro, el cuerpo del chileno se tensaba y algunas lágrimas comenzaron a caer. Rusa se acercó apoyando la mano al lado del chileno, se acercó al rostro lamiendo las lágrimas, luego lamio los labios -¿quieres que me detenga?-soltó un susurro grave, Chile negó a la vez que soltaba gemidos, daba algunos besos mientras continuaba introduciendo su miembro.

Los jadeos del chileno eran callados por el ruso, apretaba la mano del contrario evitando que lo soltara y con la otra la movía por la espalda de su pareja, los besos y caricias le estaban ayudando a poder calmarse y distraerse del dolor en su parte baja al distraerse del dolor en su parte baja al igual que susurros de amor lo distraían pese a que le costaba responder con palabras, eran sustituidos por suaves caricias.

El ruso besaba el cuello y hombro de su amante, tenia la vista fija en el cielo iluminado por las estrellas -esto es romántico-

-¿Qué cosa?- levanto la vista notando la sonrisa del chileno -hacerlo bajo las estrellas es lindo- junto sus frentes haciendo que lo viera - eres la única estrella que deseo ver- podía ver como sus ojos brillaban, volvían a besarse con pasión, Rusia dio un lento movimiento, era estrecho, pero se sentía bien, no escucho quejidos del contrario por lo que dio otra estocada recibiendo un gemido ahogado por el beso.

Se movía sobre el chileno, al confirmar que no estaba lastimándolo, no dudo en moverse con mayor seguridad e ir poco a poco aumentando la velocidad pese que le estaba costando debido a que su miembro era presionado por las paredes del contrario, las olas se contrastaban con el choque de sus pieles.

Los movimientos se volvían constantes, Chile no dejaba de gemir y soltar el nombre de su amado al igual que su sonrisa permanecía pese a que algunas lagrimas caían, no había dolor, no, solo era placer que combinados con aquellos besos apasionados y constantes jugueteos de lenguas, miradas deseosas hacían que el acto fuera simplemente perfecto.

Entre lagrimas observaba el cielo al tiempo que Rusia golpeaba su interior y mordía sus pezones, estaba tan sumido en la lujuria, totalmente entregado a su amado que sentía que estaba en aquel cielo estrellado, pero aún mejor.

Por otra parte, el eslavo estaba hambriento por el chileno, quería poseer cada centímetro de su cuerpo, estaba empeñado no tan solo en que ambos tuvieran tanto placer, también en busca de mostrarle todo el amor que sentía hacia el -Ru~ Ru~ s-sigue más- con mirada perdida y saliva saliendo de su boca, su cuerpo se encorvaba y los gemidos se volvieron más fuertes, él también lo sintió, él estaba golpeando justo en el punto sensible de su compañero, aumentaba las estocadas, llegando a ver como su abdomen se abultaba motivándose a ir más profundo.

-A-amo que d-digas mi nombre, sigue así- jadeante cumplía lo pedido, se acercó atacar el cuello del chileno, tomo el brazo libre y lo llevo a un costado ahora también entrelazando los dedos de esa mano.

-Chi~ no aguanto-

-Y-yo t-tampoco amor- continuaban las entrevistas, estaban llegando al clímax, no lo decían, pero ambos deseaban acabar juntos, tomados de las manos hacían fuerza en el agarre para evitar soltarse y bajo un beso que trasmitía el amor que sentían por el otro.

Chile se corría manchando ambos abdómenes y a su vez Rusia liberaba todo su semen en le interior de su prometido y no importaba la urgente necesidad de aire, continuaban profundizando en el beso.

Lentamente se distanciaba, pero apenas unos centímetros, sus alientos chocaban, ambos sonreían, había sido un momento único, totalmente diferente a encuentros recientes, aunque lo atesorarían igualmente.

Sus pechos llegaban a tocarse ante la urgente necesidad de recobrar el aliento. Volvían a los besos, aunque estos eran más lentos mientras Rusia retiraba el miembro y ganándose al lado del chileno.

Ambos enamorados se acomodaron en el lugar, Chile no pudo evitar temblar, su cuerpo comenzaba a helarse, el sudor se enfriaba, algo que Rusia no pasó inadvertido.

Lo tomo entre sus brazos, la cola de este rodeaba uno de los brazos del ruso, entrando a la cabaña, primero se darían un baño para retirar el agua salada del cuerpo y todo fluido presente.

Finalmente, ambos se encontraban acostados, decidieron quedar desnudos, se acurrucaron entre las sábanas y se mantuvieron abrazados.

-R-Ru te amo tanto- soltó en un gran suspiro -eres todo para mi- este miro de reojo, ambos anillos que soltaban leves destellos debido a la luz de la luna colándose por las ventanas.

-Tu eres mi vida, mi amado chile, y nunca más soltare tu mano-

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