Estaban ambos jóvenes adultos abrazados en su cama aprovechando que su bendición se quedo con el amigo del menor, pues ni modo que lo dejaran con una niñera o en una guardería, no señor, Argentina era mas confiable, bueno el soviético de parche era el responsable.

──── ¿Quieres otra ronda, Aí? ────pregunto coqueto el chino mientras el menor hacía figuritas imaginarias en el amplio pecho desnudo de su chinito.

────No hay sombreritos. ────respondió divertido de haberse acabado esa cajita tan necesaria para evitar otra gastritis con piernas.

────No importa, seré cuidadoso.

────Y así nació Alex, ¿verdad que tu hermanito es la cosita mas dulce del mundo? y es más, no gaste mucho para tu regalo de cumpleaños. ────conto China a su hijo mayor, el si era muy desvergonzado al hablar.

────Sin sombrerito no ahí fiesta... ya entendí al tío Argi... 

──── ¡China tu hijo rompió el florero, límpialo! 

────El deber me llama hijo, luego te cuento otra historia.

────No gracias.