Blitzø, estaba harto de la total falta de privacidad que su jefe le daba, desde el puto minuto en que había aceptado el empleo en su mansión había despertado alguna clase de interés en el Príncipe, al momento de haberse convertido en su guardaespaldas.

Le costaba trabajo creer lo doble cara que llegaba a ser ese hombro al punto de rebajarse engañando a su mujer con su guardaespaldas. Llevándolo en su misma cama, aunque debido a las constantes peleas y desacuerdos de la pareja sin mencionar que su matrimonio no era por amor al otro ambos empezaron a dormir en dormitorios separados.

Joder, había sido un simple acoston debido a la borrachera que ambos tenían pero tal parece que Stolas había aprovechado su follada de aquella noche para finalmente dar a mostrar sus intenciones ante el chico de piel Morena.

Desde aquel jodido momento, el Príncipe no dejaba ir ninguna oportunidad que se le presentase con tal de poder cogerselo.
Hasta cierto punto lo disfrutaba, almenos sabia dar buen sexo salvaje.

— ¿Y encerio no puedo ir?

Preguntó incrédula la Princesa, sin poder creer las palabras de so esposo. Una fiesta para despedir la retira del Gobernador del lugar sería dada y su familia había sido invitada, mejor dicho el Príncipe había sido invitado pero se podía solicitar compañía por su parte.

— Stella, recuerda que tienes unas juntas con las esposas de nuestros asociados. Un acuerdo entre ambos reinos debes dar, no puedes acompañarme.

— Los puedo hacer mañana.

Quiso objetar la mujer algo histérica.

— Las princesas hicieron un viaje de más de tres días para poder asistir a esta plática con nosotros. Yo por este atendido no puedo asistir pero tú si, y no podemos dar tal falta de respeto al dejarlas plantadas. Ya acordamos.

— Esta bien. Solo tengo una pregunta y perdón por la palabras pero ¿porqué mierda vas a llevar a esa decepción como guardaespaldas contigo?

El Goetia solo suspiro.

— Como chófer, Stella.

— Pero si ya tenemos un chófer. Y su nombre lo dice "guardaespaldas", no lo necesitas ahí, están llenos de guardias y gente capacitada que habran de protegerlos. Y sabes perfectamente que no lo despedí solo porque tú no me dejas.

— Stella, ya basta. Yo aquí soy el que tiene la última palabra ante todo, y no hay motivo o razón para deberte alguna explicación ante mis acciones. ¿Yo te las pido al momento de salir de aquí?

— A mi no me engañas, Stolas. Se que algo tienes con ese miserable plebeyo y lo voy a descubrir.

Fue lo último que dijo la mujer para salir histérica y molesta del lugar. El de cabellos azules suspiró pesadamente, estaba cansado de todo ese asunto con su mujer, lo único bueno que había conseguido tener en ese matrimonio arreglado había sido su adorada hija octavia.

— Me mando a llamar, señor.

Pregunto Blitzø desde puerta de la oficina.

— Disculpeme por no tocar, estaba abierto -dijo sin ningún rastro de arrepentimiento, pero para no parecer mal ante los ojos de su superior.

— Blitzy, porfavor entra. Y cierra la puerta~

"Obedeciendo" hizo lo siguiente.

— Ven querido~ siéntate aquí.

Señalo su regazo con la Palma de su mano. El moreno se quedó mirándolo unos breves segundos, para sentarse en una de las sillas que ofrecía la oficina.

— No. Estoy bien. Sea breve porfavor, odio que se anden con rodeos.

Una ligera risa que irritó al menor solto para acercar un poco su cuerpo apoyado en la mesa de su escritorio.

— Esta noche se retirará el gobernador de la ciudad y como despedida se hará una fiesta a la cual fui invitado.

— ¿Y qué con eso?

Inquirio dudoso el de mechones rojos con blancos, otra refinada risa dejo soltar Stolas para levantarse de su asiento y acercarse al que tenía enfrente, tomándolo de la corbata, atrayendolo a él.

— Que tú, mi lindo guardaespaldas, me harás compañía~

— ¿Para qué o qué? No hay razón.

— Te pegará el doble~ -susuro en su oreja causándole un escalofrío a su contrario-

Maldecia en su cabeza una y otra vez el hecho de haber aceptado ser "la compañía" del Príncipe.
De todas maneras, guardaba su espacio, pensaba que el hombre estaría lo suficiente ocupado como para prestarle atención, que equivocado estaba.

— Disculpame querido, ¿pero me harías el honor de aceptar esta pieza?

— Me halaga, pero nose bailar. Es una lástima.

Dijo sarcástico, intentando evadir la propuesta que le solicitaba el Principe.

— Oh, jajaj. No seas tan tímido querido, ven que yo te enseño.

Antes de poder decir un "No" su cuerpo fue pegado al del Goetia, tomado de la cadera mientras sus manos fueron puestas en sus hombros.
Entonces el baile inició, dejándose "guiar" por el mayor.

Parecía ser un Vals lento. Reconociéndolo, empezó a seguir el paso exacto de como se debía.

— Que rápido aprendiste a bailar~

Dijo sutil Stolas, logrando que Blitzø se pusiera algo nervioso.

Palabras: 810

Nota : En mi mente se veía/leía mejor :v jajja.

Pues no es de mis mejores capítulos (en mi opinión) pero como también me gustó el principio le doy un 7 de 10 xd.

Como ni pude encontrar una buena trama para la temática de intercambio de ropa decidí cambiarlo.
Pero si llego a obtener inspiración, escribiré ese capítulo como un especial.

Cuídense uwu