7. En el trabajo

Otro día más en aquella empresa y seguía levantándose a las siete de la mañana.

Ya eran las 7h30 y Third Reich ya se arreglaba el nudo de la corbata.

Arreglando los últimos detalles, siempre debía estar presentable.

Entrando al edificio saluda a todos con un buen "Buenos días" y una media sonrisa.

Debía tener una buena imagen y reputación en todos los ámbitos.

Y aquella imagen continúa al salir del ascensor y caminar hacia la oficina, saludando a todos con gentileza e intercambiando algunas palabras con los pocos compañeros útiles, que le agradaban y que estaban en aquel piso, el último.

- Third!

Paró su caminar y volteo a escuchar su nombre, pensaba que sería alguna señorita de finanzas para preguntarle algo antes de que llegue el jefe.

Pero en su lugar se encontró a los dos idiotas del Imperio Japonés e Italia Facista.

Que a pesar de ser idiotas, los consideraba sus mejores amigos.

- ¿Cómo está la gran mano derecha del jefe?

- Cállate Imperio.

Y Third con una sonrisa burlesca voltea dándole la espalda para llegar a la oficina de su jefe

Cerrando la puerta de la oficina en toda la cara de aquellos dos, en unos minutos llegaba el jefe y debía estar todo listo.

Pero al parecer aquellos dos no lo entendían porque inmediatamente volvieron a abrir la puerta.

- Ohh vamoss Reich! Sabemos que allí pasan cosas.

- Crees que no hemos visto cómo se miran? Se comen con la mirada!

El de esvástica comenzó a ignorar al par, lo que solo aumentó sus comentarios.

Debía encontrar mejores amigos normales.



Ya eran las 9h31am y se suponía que su jefe debía de llegar 8h00am

La hora de llegada de su jefe se había retrasado por mucho y los otros aprovecharon eso para vagar por la empresa.

Cuando los gatos no están, los ratones hacen fiesta.

Sin embargo, mientras los otros hablaban, el adelantaba trabajo.

- Eres aburrido, lo sabes, ¿no? ¿Por qué no vienes a conversar un rato con nosotros?

- Ya va a venir el jefe.

- Aja aja, como si mágicamente fuera aparecer. Acéptalo, ya no va a venir.

Él sabía que no tardaría en llegar y cuando las otras personas que trabajan en el mismo piso comenzaron a sentarse y a hacer silencio, le indicó al Imperio Japonés e Italia Facista que Reich estaba en lo correcto.

El siempre estaba en lo correcto.

- Perdón por la demora Third, buenos días, porque ustedes no están en su respectivo puesto?

- Enseguida nos vamos.

Reich sólo pudo ahogar una risa al ver a sus dos amigos irse despavoridos cada uno a su oficina.

- Bueno, ¿cómo comienza el día de hoy?

El alemán volvió a poner su vista en su jefe, se notaba como algunos cabellos todavía mojados caían por su frente y las grandes ojeras bajo sus ojos.

Detalles que normalmente una persona no notaría pero que si nota Reich.

Reich conocía como la palma de su mano a ese hombre.

Porque para algunos la Unión Soviética podía ser muy intimidante y fuerte, siempre dejándose llevar por su expresión de malote, cosa que Reich no sentía ni veía en URSS al conocer otra faceta del Soviético.

- No tienes nada hasta las 1h00pm, pospuse todas las reuniones de la mañana y las pasé para mañana.

- Menos mal, ahora lo que quiero es descansar, apenas y dormí ayer.

Hablo URSS, recostandose en un sillón junto a su escritorio mientras Reich cerraba la puerta con seguro para que nadie molestara y bajaba las cortinas para un poco más de privacidad.

- Acaso volviste a tomar? Habíamos quedado que no lo volverías a hacer.

- Fueron España y China con unas cuantas botellas de alcohol a mi casa, no podía negarme antes las gratas visitas.

- Antes las gratas visitas de España y China o las gratas visitas de las botellas con alcohol?

- De los dos.

Reich ríe un poco, sentándose a su lado, sobandole los pelirrojos cabellos del ruso, dejando que duerma un poco.

Después vería que hacía respecto a la desobediencia de Unión respecto a la bebida.



Había llegado el mediodía, lo que significaba que había llegado la hora de almorzar.

Reich junto a Unión habían salido a comer juntos, a petición del mismo Unión, una forma de agradecerle lo que hizo por él en la mañana.

Sin embargo, sus planes de tener una cena pacífica con el alemán se fueron pico abajo cuando casualmente llegó España, sentándose a un lado del Soviético comenzando una muy extensa conversación.

- Y bueno, ¿cómo asi están solos vosotros aquí?

- Bueno, quería agradecerle por su buen trabajo.

- Osea, vosotros todavía no sois nada?

- Disculpe, ¿cómo que todavía?

Y fue allí cuando el rostro de Unión se prendió en un rojo intenso tomando un poco del vino de su copa, continuando la conversación Third Reich con España.

Agradecia que el alemán hubiera continuado esa conversación, él no aguantaría la vergüenza.

Sabía que el día de ayer dijo algo no estando tan sobrio y que su amigo lo hacía con el fin de exponerlo.



- Con que "vosotros todavía no sois nada", ¿eh?

El soviético enrojeció.

Recién había llegado a la oficina junto a Reich.

La plática había durado horas y para mala suerte de Unión la otra empresa había cancelado la reunión por algunos inconvenientes.

No pudo escapar a la 1h00pm como había estado esperando y tuvo que quedarse otra hora allí, entre burlas de su amigo y risas de su acompañante.

- Cállate Reich.

La estruendosa risa del Alemán se comenzó a escuchar por toda la oficina, al tan solo ver como se puso el Soviético.

- Ya ya, dejo de molestar, ahora comencemos a trabajar, tienes muchos contratos que leer y firmar.

El Soviético sólo atinó a suspirar.

- Ya todos en el edificio se fueron.

- Dios mío, y yo aquí, ya nos podemos ir?

- No URRS, termina eso que tienes allí y nos vamos, ya te falta poco.

- Es demasiado, hasta me duele la cabeza de tantas letras.

El de esvástica suspiró, sentándose en el mueble, haciendo una seña de que se siente junto a él, haciendo que el Soviético se levante y vaya como un perrito obediente.

- ¿Quieres que te ayude a relajarte?

- Si eres tan amable.

Reich sonríe comenzando a acariciarle los hombros, dándole un pequeño masaje en esta zona, viendo cómo Unión se relajaba poco a poco.

Comenzó a pasar las manos por su cuello, bajando a su espalda y volviendo a sus hombros.

Observó un rato a URRS y acercó su boca a su cuello, comenzando a repartir pequeños y suaves besos, escuchando pequeños suspiros por parte del ruso.

Siguió con los pequeños besos en el cuello, hasta encontrarse con la cara del de Oz, besando sus labios y acariciando su cuerpo.

No había nadie en el edificio y no había necesidad de cerrar las ventanas.

Sus manos bajaron adentrándose en la ropa del Soviético, quitándole la camisa, desabrochando los propios botones de la suya.

Observando las marcas que él ya había dejado antes en el cuerpo del Soviético, sintiéndose orgulloso de lo que él creó.

Como un pintor admirando su última obra o un músico oyendo su novena sinfonía.

- Reich...

- No creas que me he olvidado de que no cumpliste con tu palabra.

- Fueron unas cuantas botellas.

- Terminaste ebrio y más encima, también bebiste en el almuerzo.

- Fue una copa de vin-

Fue callado por un brusco y profundo beso, mientras lo despojaron de su ropa, tirándola a cualquier lugar del suelo.

Y cuando quiso volver a decir algo, series de chupetones y mordidas se hicieron presentes por sus muslos, abdomen, cuello y hombros, siendo los pequeños gemidos que soltaba los que ahora no lo dejaban hablar.

Y cuando volvía a pensar, cuando sus neuronas volvieron a funcionar correctamente sin ese gran placer que las mordidas le propinaron, ya estaba boca abajo y con ese gran Alemán encima suyo.

- Tomaste una botella, te observé pequeño mentiroso, y ahora por desobedecer y no cumplir con tu palabra, vas a tener que pagar la ligera consecuencia de tus actos.

Susurro en el oído el alemán a su pequeña presa, adentrándose poco a poco, comenzando un pequeño vaivén.

Para después ir aumentando el ritmo de las embestidas, agarrando con una mano la cadera y con la otra el cabello pelirrojo del ruso.

Y el de Oz no podía estar más satisfecho con eso, no parar de gemir para ese punto, se sentía tan delicioso como lo agarraba y lo sometía de una manera que le encantaba.

Sin lugar a duda, le subiría el sueldo.

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