30. Calificaciones

- ¡Profesor!

Y así un agitado alumno entra azotando la puerta de su aula.

Eso no era algo que él veía todos los días.

- No había necesidad de azotar la puerta de esa manera, pudo haber tocado y entrado al aula con tranquilidad, sin embargo, ¿qué necesita joven Reich?

- Me llegaron mis calificaciones y me faltan dos décimas para pasar en su materia.

El maestro suspiró, terminando por arreglar sus respectivas cosas.

- Algo no debió cumplir con respecto a sus tareas.

- Profesor URSS! Solo son dos décimas.

El ruso suspiro tomando su mochila para ir saliendo del aula.

- Estudia para los exámenes.

- Ni sacando diez en los dos exámenes que me quedan podré pasar sin esas dos décimas.

- Entonces comienza a estudiar, nos veremos en el examen extraordinario, hasta mañana joven Reich.



- Buenos días alumnos, ya comenzó la clase de economía, por favor abran el libro y lean desde la página 34 hasta la 36, en unos minutos haré preguntas.

El soviético suspiro para irse a sentar al escritorio que tenían en el aula, sacando su laptop para seguir viendo notas de otros cursos.

Estaba por culminar el segundo año de carrera.



- Y ya lograste que ese profesor te subiera las dos décimas?

- ¡No! Lo único que me dijo fue que me ponga a estudiar para el examen extraordinario.

Sus amigos se ríen.

- No puedo creer que el malote Third Reich esté rogando por una nota.

- Es que no puedo hacer nada más Imperio.

- Porque no te lo coges?

Imperio Japonés y Third Reich voltean a mirarlo.

¿Qué era lo que su amigo estaba proponiendo?

- ¡No me miren así! Eso hice para no tener rojo el semestre pasado en español.

- ¿Te cogiste a el profesor España? Uigh

Italia Fascista rueda los ojos.

- No fue tan malo, todos ganamos, yo gané lo que me faltaba de nota y el se gano una increíble cogida.

- Eso era algo que no quería saber.

- Ay Imperio, como si tu fueras muy santo, se han escuchado rumores que tu también te acostaste con el profesor de lengua extranjera.

- Eso es solo un rumor.

- Seguroooo? Sabes que no me puedes mentir.

- Ashh! Fue por un problema que tuve con él.

- Ustedes dos están locos.

Hablo Reich, mirándolos, claro que había escuchado los rumores de que ciertos profesores se acostaban con ciertos alumnos, sin embargo, nunca pensó que esos ciertos alumnos eran sus amigos.

- Reich, relájate, no somos los únicos que haces eso, por ejemplo, Polonia más de una vez ha estado envuelto en esos rumores

- Yo también escuche sobre Argentina y Nueva Zelanda y eso es solo por nombrar porque se han escuchado muchos más.

El alemán niega con la cabeza.

Si era cierto que la mayoría de los profesores dentro de la universidad eran jóvenes y tienen su encanto, en especial el de economía.

Pero, aun así, todos parecían muy serios y absortos en su trabajo, nunca imaginó que sucediera algo como eso.



El ruso se levanta, cerrando su laptop para guardarla en su estuche, ya había terminado la clase.

- Bueno jóvenes, cierren los libros terminamos por el día de hoy, prepárense para el examen del día de mañana.

Y así sin más, decidió irse del salón, le tocaba su hora de descanso.

- ¡Unión! Ven para aca, ven a conversar.

Pronto escuchó el llamado busco donde provenía, viendo a sus amigos/colegas.

- Hola, buenas tardes, ¿qué están haciendo?

- Aquí nada, conversando chaval, ven siéntate con nosotros.

Unión rió, sentándose en una de las sillas vacías.

- Y de qué hablan?

- De cómo Francia es un maldito desgraciado.

- Francia? ¿El de arte? Nunca he hablado con él.

- Sisi, el de arte, y mejor que no le hables.

- Pero por qué están tan enojados con él?

España miró a China, diciéndole con la mirada que él le explicara, al español de solo hablarlo le daba rabia.

- Francia se enteró de unos rumores que obviamente son cierto y quiere decirle al director ONU.

- Y de qué rumores exactamente?

- ¿No lo sabes? De eso de que tenemos sexo con los alumnos.

URSS abre los ojos como platos.

¿Cómo que tener sexo con los alumnos?

- Espera, ¿cómo?

- ¡Sí chaval! ¡Nos quiere acusar a nosotros mientras ese mismo gilipollas ha hecho exactamente lo mismo! ¡Literalmente el canjea sexo por exámenes, por exámenes! Ni yo me atrevo a tanto.

La cara del de oz era un poema, estaba tan confundido.

Y claro que sus amigos notaron.

- No sabías nada de eso?

- No, no sabía absolutamente nada.

- Y me imagino que nunca lo has intentado.

- ¿Ni una sola vez, eso no es anti-ético?

Sus dos compañeros se ríen.

- Puede ser, pero a nadie le importa.

- Todos los de aquí han tenido sexo con algún alumno, bueno... Menos el coordinador académico, Unión Europea, a ese nadie lo quiere.

- ¡Y yo! No te olvides de mí.

El español ríe.

- Sisi, y tú, pero no por mucho. ¿Por qué no lo intentas? Es muy divertido.

- España tiene razón, si escoges al alumno indicado puedes pasar una muy buena noche además, tienes 24 años, estás en la flor de la juventud.

- Estoy en la flor de mi juventud, si, pero valoro mi trabajo.

- ¡Ay vamos Unión, es muy divertido! Mira, para comenzar puedes intentarlo con tu alumno ese, Third Reich, ayer te fue a ver porque necesitaba dos décimas, ¿no? Dile que se las das a cambio de que te acompañe a tu apartamento.

- Uno, no voy a hacer algo como eso y dos, ¿cómo sabes lo de las dos décimas?

- Superpoderes.



- Vamos Reich, tú puedes, consigue las 2 décimas.

Hablo Italia Fascista para reír saliendo del aula, la jornada escolar había terminado y ojalá él también pudiera irse.

Sin embargo, de verdad, necesitaba esas dos décimas.



- Profesor, ¿puedo hablar con usted?

- Si claro joven Reich, me alegra que por fin aprendiera a tocar la puerta.

URSS ríe al ver la cara de molestia su alumno.

- Es una pequeña broma, ¿qué necesita?

- Es sobre las dos décimas que necesito.

- El día de ayer creo que fui claro respecto a eso, esa es la nota que usted se ganó, solo habría una forma para poder cambiar eso y esa sería, volver en el tiempo.

Sentía la mirada de su alumno repasar su ser, como si pensara.

¿En qué tanto estará pensando?

- Seguro profesor que solo hay una forma, ¿no habría otra forma?

Y allí lo entiendo y debo admitir que no le desagrada la idea.

Por primera vez escucharía a España en lugar de a su conciencia.

- Tal vez sí que hay otra forma, pero eso tendríamos que conversar fuera.

Unión mordió su labio cuando el alemán se acercó a él acorralando su cuerpo contra el escritorio con una pequeña sonrisa coqueta.

- ¿Dónde nos vemos?

Sonrió, separándose un poco para agarrar un pedazo de papel de su libreta, escribiendo su dirección en el papel, entregándolo a Reich.

- A las ocho de la noche te espero en esa dirección, no llegues tarde.

Y así, sin más, agarró sus cosas y se fue, no sin antes lanzarle una pequeña mirada cómplice.

Tenía sus dudas de si habría tomado la decision correcta, pero en ese momento, sí que deseaba tener sexo con ese alemán.



- Wow, que puntual.

Third río.

- Supongo que sí.

- Vamos a mi departamento, está en el último piso.

Reich sonrió siguiendo a su profesor.

- Por el ascensor, es más rápido.

El alemán entró al ascensor junto al ruso, sin embargo, apenas las puertas se cerraron este se lanzó a besarlo.

Primero solo era un beso apasionado, uno necesitado, pero poco a poco se fue tornando uno más lujurioso.

Las manos se movían queriendo explorar y tocar.

- ¿Y ni un vino o un café primero?

- Sabes para qué viniste, ahora cállate y cógeme.

El ruso volvió a atacar la boca del alemán, volviendo a tener aquel beso lujurioso.

La temperatura y las ganas subían.

Y cuando las puertas del elevador por fin se abrieron de nuevo, el soviético arrastró al alemán a su departamento, abriendo la puerta rápidamente para cerrarla con la misma rapidez.

Esta vez el alemán fue quien atacó sus labios, los dos estaban siendo cegados por la lujuria y consumidos por la pasión.

Mordiscos, chupetones y gemidos.

Poco a poco fueron despojando sus ropas importándole poco en que parte de la sala terminaran.

Esa noche disfrutaron como ninguna otra.




- Mañana a la misma hora?

- Si, mañana a la misma.

- Está bien, pero mañana ven sin cenar, vamos a cenar juntos. 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top