23. En la ducha
- ¡Qué emoción que por fin te dejaron quedarte en mi casa!
Con alegría, Weimar llevaba al soviético de la mano a su casa después de un largo día en el colegio.
Después de días, semanas y hasta meses de rogar al Imperio Ruso que lo dejara dormir en la casa de su mejor amigo, lo había conseguido y ellos consideraban que iba a ser la mejor experiencia del mundo.
Y no era para menos, tenían muchas actividades planeadas por todo lo que llevaba del fin de la semana.
- ¡Va a hacer el mejor fin de semana en la vida, mi padre no va a estar, entonces nadie nos estará vigilando!
El soviético lo miró con una ceja alzada, caminando a la par del alemán, la casa quedaba un poco lejos, pero lo suficientemente cerca para llegar caminando desde el colegio.
- ¿Tu padre no va a estar? ¿Nos vamos a quedar solos?
- ¡No dumme! Nos vamos a quedar con mi hermano mayor, es que mi padre tuvo que salir en un viaje y no regresa hasta la próxima semana, pero no te preocupes, casi no vas a sentir que ese imbécil está por la casa.
El ruso rio suavemente, para quedarse en un corto silencio.
No le molestaba que no estuviera el señor Imperio Alemán en la casa, después de todo ese señor podía ser muy intimidante con su propia presencia. De hecho, agradeció que el señor se hubiera ido, así podía estar más cómodo y ser un poco el mismo.
Sin embargo, tenía un presentimiento algo extraño.
Salió de sus pensamientos rápidamente cuando sintió la mirada preocupada de su amigo al no obtener respuesta suya. Lo observo un rato para luego contestar.
- No me malinterpretes Weimar, no me molesta, solo que se supone que mi papá me había dejado venir porque había un adulto responsable en tu casa.
- ¡Está mi hermano, él es mayor de edad!
- Weimar, es 3 años mayor que nosotros dos, tampoco es tanto la diferencia.
- Lo importante es que es mayor de edad.
Weimar río y el río con él, sonriendo más calmado el resto del camino.
Quizás solo era él y sus pensamientos.
___
- ¡Ya llegamos!
Weimar abrió la puerta con su llave, sonriendo mientras dejaba pasar a su amigo.
- Papá no dejó comida, ya mismo salgo a comprar, entonces come lo que encuentres hasta que regrese.
- ¡Reich! ¡Maleducado! ¿No nos vas a decir por lo menos un "buenas tardes"?
El joven acostado en el sillón desvió la mirada que estaba posteriormente pegada a su celular.
Miró a Weimar y dirigió una potente mirada hacia el ruso, mirándolo de pies a cabeza para después simplemente regresar su mirada otra vez a su celular.
"¿Acaso todos los alemanes al cumplir 18 se vuelven intimidantes?" Pensó Unión.
- Buenas tardes, Weimar y... Compañía.
- Su nombre es URSS, te dijo que iba a venir ayer.
- Si como sea, vayan a comer.
Mire como Weimar frunció el ceño ante su hermano para posteriormente agarrarme de la mano y dirigirse hasta la cocina en busca de algo de comer.
- Vámonos, no te juntes con esta chusma.
___
Después de comer (prácticamente picar) alguna cosa que encontramos, nos bañamos y cambiamos de ropa para hacer las tareas que nos mandaron.
Porque podríamos estar en la mejor noche de mi vida, pero siempre debemos ser responsables.
- Entonces, cuando sacas límites al infinito, debes de escoger la x con el exponente mayor y dividirla para todos los términos.
- Aja.
- Divides y reemplazas por infinito, cualquier número dividido para infinito es cero, entonces simplemente pones este número que te quedó y ya.
- Aja aja.
- Ahora ponte a hacer matemática mientras yo hago literatura para terminar más rápido.
- ¿Pero por qué yo matemática? Eso se te da mejor a ti.
- Así prácticas y no solo copias, ponte hacer.
Reí suavemente al ver el pequeño berrinche de Weimar, comenzando tranquilo a contestar las preguntas de literatura. No me estaba desagradando estar en la casa de Weimar, era de hecho hasta divertido.
- ¡WEIMAR!
Un grito pidiendo por Weimar me asustó y levanté la mirada desconcertada hacia mi amigo.
- Lo siento, es mi hermano.
El alemán menor río y desde su posición se preparó la garganta, agarrando aire en los pulmones.
- ¡QUEEEEE!
- ¡PÁSAME LA TOALLA, POR FAVOR! ¡SE ME QUEDO!
- ¡ESTÁ BIEN!
El alemán refunfuño mirando su cuaderno de matemático y los casi 11 ejercicios que le faltaban por hacer.
- ¿Cuántas preguntas te faltan a ti?
- De las 24, me falta 1.
- Me falta más de la mitad de los ejercicios, ¿puedes ir tú a darle esa maldita toalla? Siempre está tendida detrás de la puerta en la habitación que está aquí a la derecha.
El soviético asiente con la cabeza, levantándose de su lugar y caminando brevemente por el pasillo, agarrando la toalla de la habitación que le fue asignada y dirigiéndose hasta el baño, en donde se supone, que debería estar el hermano mayor de Weimar.
Con cada paso el soviético se siente aún más nervioso, quiere creer por lo intimidante que fue ese chico con él cuando llegó.
Llegó frente a la puerta del baño y tocó la puerta.
Vio como la puerta se abrió, mostrando parte del rostro del joven. Todavía se escuchaba el agua caer de fondo y por lo que podía notar, recién se comenzaba a bañar por el cabello parcialmente mojado. Su corazón se aceleró mientras su mirada bajaba al pecho del alemán mayor.
Su rostro tiñéndose de una gran vergüenza cuando se descubrió a sí mismo queriendo ver más abajo, regresando la mirada hacia arriba.
Solo pudo ver como este sonreía.
- ¿Y Weimar?
- E-Él está ocupado haciendo algo, me mandó para qué te entregará la toalla que necesitas.
Subió su mano en la cual traía la toalla, extendiéndosela al de esvástica.
Lo que no esperaba es que fuera jalado con todo y toalla dentro del baño, cerrando la puerta tras él.
Sintió como fue estampado contra el lavamanos, mientras dos manos tomaban su cadera, mientras unos labios se afirmaban con dureza encima de los suyos.
Siguió el ritmo y cuando los dos ya no podían más, se separaron.
URSS lo paró un rato, colocando su mano en el pecho del alemán, tratando con todas sus fuerzas no mirar más de lo necesario
- ¿P-por qué...?
Reich ríe suavemente, cortando otra vez la distancia entre los dos.
Una vez más, cuando los dos necesitaban aire, se separaron.
- N-No no, eres el hermano de mi mejor amigo, esto está mal, debo irme.
El alemán sonríe lascivo, moviendo las manos a los glúteos del ruso, repartiendo besos y lamidas por el cuello del soviético.
A pesar de que el ruso dijera que debería irse, este no oponía mayor resistencia que sus palabras, siendo aprovechado por el alemán.
Hizo que el soviético enredara sus piernas en su cadera y lo dirigió hasta la ducha.
Cuando el soviético vio esto, rápidamente trató de separarse desenredando sus piernas y alejándose. Tenía todo el rostro rojo, labios levemente hinchados junto a la ropa media desarreglada y una erección visible bajo el pijama que traía.
- D-debo de regresar con Weimar.
Trato de arreglarse un poco, pasando sus manos por su rostro y su ropa. Sin embargo, otro tirón (esta vez a su camisa) y agua tibia caer sobre su cabeza dejándolo empapado lo hizo pararse.
- UPS, ya está mojado, debes quitártelo.
Escuché la voz de Reich mientras le quitaba la camisa y la tiraba a algún lado fuera de la ducha.
Suspiro, tratando de pensar algo coherente, ¿no estaba moralmente incorrecto tener sexo con el hermano mayor de tu mejor amigo?
Me río mentalmente al pensar que todo eso parecía sacado de una porno.
Ya estaba mojado de pies a cabeza y tenía a un universitario guapo compartiendo ducha con él, ¿por qué no divertirse un rato sin medir consecuencias?
___
Un gemido ahogado salió de su boca cuando sintió el pene de Reich adentrarse más en él.
Con ambas manos trataba de sostenerse a la pared mientras el alemán lo penetraba, sosteniendo su cadera con una mano y tapando su boca con la otra.
Normalmente no era tan ruidoso, pero ese alemán le estaba haciendo ver estrellas.
- ¿Te gusta aquí?
Sonríe el alemán, encorvándose ligeramente para darle chupetones a toda la extensión de la espalda del soviético.
Soltó otro gemido que fue callado por la mano del de esvástica, el sonido de las pieles más el del agua era tan excitante, no espero que fuera así de placentero.
Unos golpeteos en la puerta hizo que los dos desviaran su atención de lo que estaban haciendo.
- ¡Reich! ¿Has visto a Unión!? ¡Lo he buscado por toda la casa y no lo encuentro!
Reich me sonrió mientras sacaba su mano de mi boca, sosteniendo mi cadera ahora con ambas manos, aumentando el ritmo.
Mordí mi labio en un intento desesperado de no soltar aquellos sonidos tan comprometedores.
Volteé un poco mi cabeza tratando de verlo por el rabillo del ojo, el maldito se estaba burlando.
- ¡No, no lo he visto! ¡Creo que lo mandé a comprar algo, pensé que eras tú el de la toalla!
Sentí mis brazos ser jalados hasta atrás de mi espalda y sostenidos posteriormente.
Si seguía así estaba seguro de que pronto llegaría al orgasmo.
- ¡Ya lo voy a buscar! Se puede haber confundido de calle.
Se escuchó como el alemán menor caminaba lejos del cuarto de baño y de un portazo cerraba la puerta principal.
Gire levemente para encarar al alemán que solo sonreía de manera socarrona.
- E-eres un imbécil.
- Solo cállate y disfruta cariño.
Le iba a reclamar, pero una ola de espasmos comenzó a invadir mi cuerpo, bajé la cabeza mordiendo mi labio tratando de gemir. Sin embargo, un tirón en mi cabeza hizo que la levantara, logrando que unos cuantos gemidos salieran de mis labios.
- No no, no te contenga, ahora puedes gemir todo lo que quieras.
- E-eres un odioso, Reich.
___
- ¡Reich! ¡No lo encontré!
El alemán menor entra con una cara de preocupación a la casa, cerraron la puerta de un portazo caminando hasta el mueble en donde estaba su hermano.
- Ya llegó Weimar, está arriba.
El menor miró con una cara enojada a su hermano, dándole un pequeño golpe en el hombro.
- Y porque no me dices, animal!?
El alemán solo alza los hombros regresando a su celular importándole muy poco.
Medio frustrado pero con una gran capa de alivio subió las escaleras, sin embargo, una voz desde abajo lo detiene.
- Oye, ¿puedes traer más seguido a tu amigo a la casa? El sí me compra bien las cosas que quiero.
El alemán menor rodó los ojos, terminando de subir las escaleras y adentrándose a su cuarto donde estaba su mejor amigo descansando.
____
Casi dos mil palabras en esta basura intento de smut, aplaudo a quien se lo comió entero.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top