Samato miraba fijamente con disgusto a Aoyama Yugo, que no paraba de brillar, para luego mirar al chico que hablaba con animales, para finalizar, vió desde lejos a una chica con cuernos en la cabeza. Esta escuela está llena de bichos raros. Excepto Midoriya, Shōto y Kirishima, ellos son normales si ignoramos sus mañas. Volteó a ver a su amigo Midoriya que estaba con Uraraka e Iida, vió a su Kiri-Chan que hablaba sobre que es y no es de hombres con Denki y Sero. Y luego vió a Todoroki Shōto que estaba leyendo un libro, lo miró fijo por un largo tiempo para luego sonreír de lado aún mirándolo. Lo que no sabía es que Shōto se había percatado de eso y se sonrojó levemente sin poder concentrarse en su lectura. De esto también se percató Eijiro, el cual infló sus mofletes enojado.

—¡Clase A!—La clase B se acercó a ellos.

—Neito—Susurró Samato viendo al rubio, caminó a la adelantera para quedar frente a el— Neito, compañero—Chocaron puños sonriendo de lado— ¿Que los trae por aquí?

—Solo queríamos saludar.

—Hmp, ¿Alguna novedad?

—Hemos oído que van a tener dormitorios propios.

—¡Si! ¡Si! ¡Eso!—Agregó Pony.

—¿Así que es eso? Ne, Neito no te pongas celoso, ya verás que algún día tendrán dormitorios también.

—Eso se verá ya.

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—¿Porque mirabas a Todoroki?

—Es uno de los pocos normales que hay aquí, estamos rodeados de bichos raros.

—¡Hmp! ¡Pero te vi sonreír!

—¿Y?

—¿El te gusta?

—No, es mi amigo al igual que Midoriya.

—¿Ellos son normales?

—Igual que tú.