Si había algo que el Rubio adoraba del Español era lo hábil que podía ser con sus manos.
Adoraba sentir como recorrían su piel. Ya sea de forma brusca o suave.

-Ahhh An-nto...n-niio…- gemía Martín mientras sentía las manos fuertes del español masajeando su espalda, cuello y un poco el culo.

-Estas muy tenso- dice el mayor continuando con su trabajo- ¿Qué te preocupa tanto?

-Nn..ada…- contesta, pero en eso recibe un pellizco en uno de los cachete del culo- Ahhggg

-Me estás mintiendo- dice António con tono serio.

-N-no...Agggrrr- se queja de nuevo al sentir otro pellizcó.

-Dime- gruñe mientras dejaba de masajear, para poder hablar mejor- No seguiré hasta que hables.

-Son los demás……- dice por fin el rubio, de verdad necesitaba esas manos sobre su piel- El otro dia luego de una reunión jugamos verdad o reto…. Varias de las preguntas me las hicieron referente a que se rumorea que estoy en pareja con otro país…… Sé que algún día saldrá a la luz pero tengo miedo de cómo reaccionen- se sincera.

Antonio suspira, entendía a su pareja.
Después de todo él también ha tenido que soportar las preguntas de otros países.
Entonces decide colocarse encima del rubio.

-Tranquilo…. Estoy contigo- le dice al oído para después dejar un beso en la nuca y seguir con el cuello y los hombros.

-Y-yo… tam...bien..- dice Martín mientras se relaja bajo los toques precisos y sensuales de Antonio.
En un momento dado Martin se giró para quedar los dos cara a cara y seguir besándose y tocándose con fogosidad y amor.

Antonio dirijo una de sus manos a la cabeza de Martín y agarró a Misiones para comenzar a acariciarlo y a tirar un poco de él, provocando que el dueño de dicha provincia comenzará a gemir mas y mas.
Para vengarse el rubio comenzó a frotar su pelvis contra la del mayor.

-Esto es guerra- dice Antonio.

Luego de eso siguieron provocandose entre sí.
Solo con caricias subidas de tono y besos pasionales.

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Bueno, no quedo como queria pero lo considero medio decente.
Me costo bastante que no terminara el lemon ya que ese es otro día.

Por cierto, me disculpo si Martin quedo muy..... Sumiso.
Pero tengamos en cuenta que las caricias de António lo tiene loco.