–No te preocupes si no puedes conseguirlo ahora mismo, con algo de práctica podrás lograrlo

Esas palabras, acompañadas de tu suave voz quedaron grabadas en mi mente.

Pero por desgracia, para mí,  no eran suficientes debido a que había estado practicando... Por ya varios días...

Frustrado, decepcionado, enojado... Habían tantas cosas que sentía en ese momento por no poder ejecutar un acto tan simple como el de romper esa roca que doblaba mi tamaño, la paz del agua o tan siquiera elevar mi cosmos un poco...

–Señor... No creo que este funcionando...

–¿Señor? Jeje, pero si soy apenas 5 años mayor que tú, pequeño Shura

No sé exactamente qué fue lo que me hizo olvidar mi frustración... ¿Tu mirada apacible? ¿Tu postura tan calmada pero firme, decidida?... O... ¿Simplemente la ligera sonrisa que me dedicaste por decirte señor?

–Pequeño Shura, por hoy ha sido suficiente, deberías descansar... Te lo mereces después de estar todo el día aquí y esa pequeña roca ha sufrido suficiente

Tomaste mi mano mientras me señalabas las marcas y grietas que había conseguido hacerle, supongo que por mi concentración en romperla por completo no pude ver que había logrado un pequeño inicio.

Otra suave risa me sacó de mis pensamientos, eras tú con una mirada de orgullo y melancolía, como si estuvieras recordando algo de hace bastante tiempo...

–Es hora de irnos, pequeño Shura, Aioros y los demás deben de estar esperandonos en el templo

Diste un pequeño paso y, sólo ahí, note que seguias sosteniendo mi mano, de alguna manera me generaba algo de confíanza y seguridad...

Mientras caminabamos, no pude evitar mirarte... A pesar de ser de noche, tu silueta resalta pacíficamente con la luz de la luna...

Supongo que mi admiración hacia ti me hace notar cosas tan simples pero fascinantes como aquella escena...

~ ★ ~

Abrí mis ojos y lo primero que pude apreciar, fueron esos cabellos azules, mismos que había visto en mi sueño... O mejor dicho, recuerdo. Baje la mirada un poco más y... Ahí estaba, ese rostro calmado que desde hace años me había llenado de paz.

–¿Sabes?... Supongo que esta bien que, aun después de tantos años, sigas escabullendote en mi pieza– tu voz me hizo saltar ligeramente al mismo tiempo que abrías ligeramente tus ojos y me dedicabas una pequeña sonrisa –Pero... Deberías considerar que empecemos a dormir juntos desde el principio, anoche casi me matas del susto cuando entraste por la ventana

Señalaste la misma, que estaba abierta, seguidamente tomaste mi mano para que acercarme a ti y abrazarme de forma suave.

.

..

...

–¡¿Por la ventana?!

Exclamé sorprendido, no sólo porque no estaba en mi habitación, sino también porque había entrado a su habitación por la ventana...

Él, por el contrario, dejó escapar un pequeño gruñido, puso su mano en mi cabeza, sin dejar de abrazarme y me apretó ligeramente contra su pecho en seña de que su intención era dormir un poco más.

No podía moverme mucho, sin embargo, estaba suficientemente acomodado para poder ver la lámpara que suelo usar en las noches para leer un poco, mi armario y otros muebles de mi habitación.

Supongo que el sonámbulo fue alguien más... Pero en realidad... No me quejo, me pregunto si se dará cuenta él mismo....

~ En la noche, mientras ellos dormían~

–Sólo un poco más...

Cierto pelicastaño se encontraba trepado en la ventana del geminiano, estaba a punto de entrar pero alguien más lo jaló del pie.

–Creo que alguien se equivocó de habitación... No sólo de habitación... También de casa... Y calle... Y de persona

–Eh... Ah, hola Kanon... Ah ¿Pero por qué dices eso?... Esta es mi casa pero se me olvidaron las llaves– trató de disimular un poco, pero su nerviosismo por ser descubierto lo delataba –Ahg bien... En realidad quería ver a Saga...

–Aioros... Son las 3 de la mañana...

–Y justo creo recordar que Saga te había pedido no regresar a esa hora...

–Rada no me dejaba ir... Pero esto no se trata de mí, quiero saber ¿Por qué estas aquí?... Su relación terminó hace meses y...

Antes de tan siquiera terminar, su teléfono sonó con su canción favorita. Su cara cambió rápidamente y trató de apagarlo, sabía que era su pareja pero no quería hablar con él o despertar a su hermano, para cuando pudo apagarlo, el pelicastaño había desaparecido por arte de magia.

.
..
...

Por otro lado, en la habitación del geminiano, este último había despertado abruptamente por el sonido de algo cayendo al piso, trató de ver entre la oscuridad pero sólo aprecio una silueta.

–... Debo de estar soñando, sí seguro es eso... Eres un sueño ¿No?....

–.. Sí... Soy un sueño, estas dormido y ahora mismo volverás a acostarte– trató de hacer la voz más gruesa que pudo, ya que sabía lo que sucedería sí el mayor notaba de quién se trataba.

–...... Muy bien, si Kanon regresa a casa tarde: cometelo

En cuanto ordenó eso, tomó sus cobijas y se envolvió en ellas para volver a los brazos de Morfeo.

Aioros, quien intentaba contenerse la risa, avanzó sigilosamente hasta la cama.

–Así que aún sigues soñando con monstruos y pidiéndoles que se coman a tu hermano, que malo eres.

Y antes de que el castaño tan siquiera pusiera un dedo en la cama, Saga desapareció en un dos por tres, dejando al contrario con una sonrisita de frustración.

–¡¡¡Te dije que al poni con alas, no a mi hermano!!! ¡¡Mu!!

–Lo siento Kanon... Pero no puedo ver bien cuando me tomas a la fuerza de la ropa y me sacas de mi cama...– apareció tras el gemelo, tallandose los ojos, aún en pijama y algo adormilado

–¡¿A dónde lo mandaste?!– Ambos gritaron, uno con desesperación y el otro enojado.

–No se preocupen, esta en buenas manos... Pero si les sirve de algo, estaba pensando en transportar a Aioros

Después de eso, simplemente los dejó, poniéndose la gorra de su pijama de carnero y tirando los cuernos de la misma para cubrirse los oidos.

Sin duda, esa noche sólo uno de los dos tuvo éxito, y ese por supuesto fue el gemelo menor quien se evitaría una discusión con su igual.

Por el contrario, el arquero estaba más que frustrado, parece que alguien pasaría toda la noche buscando a su amado.