-«•Día I•»- Abrazo...
¡Hola a todos! ¡Traigo aquí una nueva historia! Bueno, es el reto de "30 días de OTP" y me lo dejó Axshara
El que esté leyendo esto y sabe que no he estado nada activa en mis otras historias, pues lamento no estarlo. Quizás ya lo haga, pero aun así lo siento. Pero bueno, tuve que hacer este reto y será divertido.
Todo eso habrá en esta historia y no serán tan largos los capítulos. Advierto que esto es un AU, pero si tienen sus mismas personalidades.
No podía creer lo que oí hace unos momentos... Después de varios años ha ocurrido... En estos momentos experimento la felicidad aunque a simple vista no se me nota. Bueno, todos saben que soy una persona reservada; no podría delatar totalmente mis sentimientos hacia él. Bah, en mis pensamientos puedo expresar todo lo que quiera, pero me es dificultoso con las palabras saliendo de mi boca.
"¡Te amo, Vegeta! Te amo desde hace bastante tiempo...— Me había dicho".
"Te amo".
"Te amo".
"¡Te amo...
... Vegeta!".
¡Esas palabras resuenan en mi cabeza! ¡Siento en este instante demasiada adrenalina! Me ocurre lo que se siente en esos momentos especiales... Mi corazón late rápido y dentro de mí, me muero por tales palabras. Por favor, espero no llegar a lo cursi; ¡lo hago y juro que me doy un disparo a la cabeza!
No sé ahorita cómo expresarme; Kakarotto tuvo que atender una llamada. ¡Ese idiota!, ¡debería de estar aquí no con su maldito teléfono! Agh, ¡¿por qué me molesto?! ¡No me importa con quien hable, sino el hecho de que justo tuvo que ser en este momento!
Tengo que calmarme, pero me es difícil viniendo de mí. Golpeo un poco fuerte el cojín del sofá azul en el que estoy sentado y luego aprieto mis puños fuertemente, mi brazo derecho lo cruzo para tomar mi muñeca contraria dando a entender que estoy confundido y molesto. ¡Podría destruir este pequeño departamento si lo deseo! ¡Soy capaz de eso y lo sabe Kakarotto!
— ¿Mm?— Expreso al ver que un gato negro se acurruca en mi tobillo. Ah, sí, su nombre es Tama— Agh.— Lo pateo suave e inmediatamente se aleja; no estoy de humor.
Kakarotto lo quiso cuidar cuando el padre de una amiga de una amiga ya no pudo cuidarlo. A veces ese gato oscuro recibe más cariño de parte de él que a mí. No me molesta y sí quiero a Tama, pero por como soy...
¡Vaya!, ¡esto calma mi enojo!, ¡pero sí que la llamada de Kakarotto es larga! Me estoy impacientando un poco y me aburro. Iba a agarrar mi celular y ver mis notificaciones, pero un par de recuerdos se me cruzan por mi cabeza; me acomodo en el sillón y me quedo viendo como tonto hacia la nada...
FLASHBACK.
Solo empezó la maldita mañana y como costumbre, me levanté de mal humor. Me acomodé en mi cama individual para volver a dormir, pero un ruido hizo que ya no lo hiciera; Kakarotto había entrado a mi habitación.
— ¡Ay!, ¡tonto!, ¡¿qué quieres?!— Lo saludé como siempre lo hago; este siempre entra a despertarme.
— ¡Hola, Vegeta!— Sonrió, pero hoy estaba más contento de lo normal.
— ¡¿Qué?!, ¡¿qué cosa quieres?!— Le dije con mi típico tono de voz— ¡Si es para hacer el desayuno, pues ya voy!— Me levanté e inmediatamente tapé mi parte baja; solo estaba en bóxer.
Era vergonzoso así que me puse un poco nervioso. A mí no me importaría estar así, después de todo estoy en mi hogar y pues él y yo usamos lo mismo. pero solo era para que no pensara que... quiero lucirme o algo por el estilo. Él puede llegar a,... ejem, malinterpretar las cosas aunque parezca públicamente lo opuesto.
Es un adulto no un niño pequeño así que sabe de ese tipo de cosas. No sé porque la gente piensa mal de eso.
— ¡No, Vegeta, justo quería decirte sobre eso!— Mostró sus dientes— ¡Yo haré el desayuno!— Su voz sonaba tan... feliz.
— Según yo, hoy era mi turno.— Dije serio— Pero como gustes.— Me acomodé un poco mi peculiar cabello— Ahora lárgate.
— ¿Por qué no me puedo quedar?— Luego de eso, observó mi habitación y llevó su vista hacia a mí— Aah, ya entendí...— Creo que estaba incómodo— ¡Ya voy a hacerlo!— Se fue finalmente de ahí; suspiré y me avergoncé un poco.
Ya había admitido...
... a mí mismo que...
... me gusta ese estúpido.
Desde hace un par de años lo admití. No cambié nada con él, solo que en mis propios pensamientos me abrí más. Ahora pienso lo que se me de la gana sobre él o cualquier cosa.
¿Sentirá lo mismo por mí? No es por presumir, sin embargo, hay posibilidad. Alguien me dijo una vez: "Es un idiota con las palabras, en cambio, sus sentimientos se relevan instantáneamente en su rostro". Tiene razón el que lo dijo... Ah, cierto, lo dijo su propio padre.— Había pensando.
Bueno, es que es tan... él y es lo que me gusta... Agh, qué asco.
{...}
El desayuno transcurrió rápido y él y yo estuvimos platicando; obviamente él comenzó la conversación. Hoy parecía más contento de lo normal y por lo que veo, sí es posible que lo esté más. Simplemente, me habló más cariñoso y contento; yo le hablé igual que todos los días.
¿Será que estaba feliz por lo ocurrido ayer? Ayer él había ido con una amiga a cenar por aquí cerca. ¿Hablaron sobre algo realmente importante? Inesperadamente, esa idea se me pasó por mi cabeza haciendo que sospechara de ellos. Un poco de celos me llegaron, pero creo que disimuladamente.
Volviendo a mis recuerdos, todo había transcurrido tan bien: ambos fuimos a pasear por un parque y unos minutos después, decidimos correr; eso siempre lo hacemos cada vez que vamos a un parque. Trotamos y sin darme cuenta, él me ganaba en velocidad así que me detuve por unos segundos y respiré para poder correr más rápido y superarlo.
¡No sé cómo le había hecho, pero él me ganó! ¡¿Cómo demonios lo había hecho?!— Me pregunté y solo me arrodillé en el suelo con el sudor en mi cara. Habíamos corrido 15 km.; fue bastante... Él llegó hacia mí y me lanzó una botella de agua y con éxito lo atrapé, después, me dedicó una sonrisa igual mostrando sus dientes y en el fondo... sonreí tanto. En la vida real no fue así, sino una mirada "molesta".
{...}
— Oye Vegeta...— Me había llamado mientras ambos comíamos en el sillón".
Ya casi me dice... eso.
— ¿Qué?— Le contesté sin mirarlo.
— ¿Cuánto tiempo llevamos viviendo juntos?
¿Por qué de repente pregunta eso?— Pensé.
— Desde hace como unos 3 años.— Continué comiendo mi platillo.
— ¡Ah, cierto!— Se juntó más a mí y pasó su brazo por detrás del sillón rodeándome un poco.
— Hm.— Sin mucho interés expresé— Mejor sigue...— Fui interrumpido.
— ¿Y cuánto llevamos con Tama?
¡¿Por qué me interrumpió?!— Nuevamente pensé.
— ¡Agh!, ¡no me interrumpas!— Le respondí de mala manera— ¡Llevamos 1 año con él!
— ¡Ah, ya! ¡Lo siento, no recordaba!— Dejó su plato en la mesa— ¿Desde hace cuánto nos conocemos?
— Hace como 6 años o más...— Dije sin darle mucha importancia.
— ¿Por cuánto tiempo nos odiamos?— Sonrió de una manera... extraña.
— ¡Agh!— Me desesperé un poco— ¡Solo fueron 2 años más o menos y luego nos hicimos amigos! ¡¿Feliz?!
— Ja, ja.— Se rió casi en mi oído— ¿Y desde hace cuánto crees que siento algo...— Tragó saliva—... por ti?
¡¿QUÉ?!— Es lo que pensé en esos instantes y el estúpido solo se quedó pensando y viendo al techo; mi cara estuvo roja y estuve confundido.
— Mm, creo que te lo pude haber dicho diferente.— Puso una pose pensativa— ¿Más coqueto, algo divertido, sentimental o seriamente?
— ¡¿Pero qué cosas dices?!— Me levanté del sofá— ¡Yo...!— Un poco sonrojado— ¡Eres un idiota! ¡¿Por qué me lo dices ahora?!, ¡¿y por qué así?!
— Ja, ja, Vegeta.— Se rió por mi reacción— ¿Ves por qué me gustas?
— ¡Cállate!— Le grité apenado— ¡Creo que no debiste habérmelo dicho así!— Me crucé de brazos— ¡Una forma más formal, pero tampoco a lo cursi!
No sabía por qué le dije así; si no me hubiese importado, debí de haberlo ignorado, pero sé que no es así. ¡Ese momento fue penoso!, ¡pero lo que me dijo después fue lo mejor! Agh.
— Tienes razón...— Me senté otra vez— Mira, Vegeta, sé que no te gusta mucho lo sentimental así que iré directo al grano...— Dijo más serio.
— Adelante.— Solo lo miré y traté de hacerme el desinteresado; no lo logré.
— Bien, Vegeta.— Suspira— Yo te amo, tú me gustas...— Se sonrojó y lo murmuró.
— No te oí, Kakarotto.— Solo lo dije para que lo repitiera; sí lo escuché a la primera. ¡Otra vez quería escucharlo!
— ¡Te amo, Vegeta! Te amo desde hace bastante tiempo...— Me tomó de las manos y lo miré.
No sabía como responderle y actualmente no lo he hecho. Estaba nervioso y mi cara tenía ese típico color carmesí; mi orgullo es muy importante para mí así que no tengo respuesta. A pesar de que muchos me criticaron por eso y lo fui dejando un poco de lado, es parte de mí y al que le importo, poco le importa eso. Si alguien deseara cambiar eso, es que es un estúpido.
— Yo...— Le respondí nervioso hasta que un sonido en particular nos interrumpió.
Era la maldita llamada de Kakarotto; me molesté y me crucé de brazos cuando él fue a contestarlo. Ya sé lo que le diré... además... una pequeña idea se me ocurrió; sonreí al instante.
FIN DEL FLASHBACK.
— ¿Y bien?— ¡¿Cuándo terminó su llamada y se puso enfrente mío?!— ¿Por qué sonríes?— Él hace lo que mencionó.
— Por nada.— Vuelvo a mi seriedad y quito mi sonrisa.
— ¿Qué dices, Vegeta?— Me llama nuevamente— ¿Te gustaría ser mi pareja? ¡Oh, espera!, ¡ni siquiera sé si tú me correspondes!— Se ríe.
— Yo...— Estoy pensando en lo que diré— Yo, te acepto.— Tranquilamente le respondí y él puso una cara de emoción.
— ¡¿De verdad?!— Le asiento— ¡Gracias, Vegeta!— Sonríe tiernamente.
El ambiente se torna muy agradable. Él me mira y solo desvío la mirada; se ríe por ello. Inmediatamente, me voy acercando lentamente. Solo me arrastro un poco por el sillón y estoy ya muy cerca de él. Me sonríe y se acerca más a mí quedando ambos pegados.
¿Qué hace? Recibo un abrazo de parte de él, un cálido y fuerte abrazo. Pasa sus manos por mi espalda y lo veo sonreír con mucha felicidad. Gracias a mi tamaño, tiene que encorvarse un poco y quedar a la altura de mi cabeza; yo, me dejo abrazar y recargo mi cabeza en su hombro; quizás no se da cuenta, pero sonrío levemente.
— Es un sí, ¿cierto?— Me susurra casi en el oído. Yo asiento; él, se da cuenta que lo hice por el movimiento— ¿Serás mi pareja?— Se separa para mirarme directamente a los ojos.
— Ajá,... sí, Kakarotto.— Suelto con simpleza y él aprieta más el abrazo.
— ¡Gracias!— Se acerca cada vez a mis labios; sé lo que planea y lo voy a detener...
— Espera...— Sonrío— Oye, estaba pensando en algo...— Hago mi cara un poco pícara.
— ¿Qué pasa?— Parece que todavía no entiende mis intenciones.
— No me beses, hazlo hasta mañana.
— ¿Por qué?— Pone cara confundida— Yo quiero besarte.
— Es que estaba pensando...— Me separo un poco de él para poderme cruzar de brazos, pero todavía viéndolo— Se me ocurrió: ¿qué tal si cada día hacemos algún acto diferente a uno que suceda en un día?
— No te entendí.— Se nota en su cara.
— O sea, que un día me abrazas, otro me besas, otro nos dormimos juntos, etc. Así, aumentando de nivel...— Sonrío— Cualquier cosa que se nos ocurra en los días... durante, mm,... 30 días.— Sigo manteniendo mi sonrisa.
— Como quieras.— Me ve con una cara contenta— Pero sólo te daré un beso aquí.— Me besa en la mejilla.
— Kakarotto, solo no hagas tantas cursilerías.— Me avergüenzo un poco.
— Digo lo mismo para ti, Vegeta.— Me dice un poco burlón— ¿Qué tal si llegas a decirme cosas sentimentales? Podría pasar así que no me lo niegues.
Agh, ese maldito. Me dedica una sonrisa para después levantarse de ahí y me quedo acostado en el sillón. Veo hacia el techo mientras pongo mis manos tras mi nuca y cierro los ojos. De eso, siento que Tama se posiciona en mi abdomen y se queda dormido.
Sonrío, inconscientemente, al recordar cómo es que Kakarotto conoció a Tama... Vaya, creo que menciono mucho el nombre de él; ¿es extraño?
— ¡Vegeta!— Justo me interrumpe el de mis pensamientos— ¿Qué cosas planeas hacer durante esos 30 días?— Me grita desde la cocina y yo pongo una cara pervertida.
— Oh, ya verás, Kakarotto... Pronto entenderás mejor...— Hm, no creí que fuera tan pícaro y el contrario solo se ríe por lo que dije.
Bueno, esto será interesante...
Fue corregido el 15/10/20.
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