Geno estaba acostumbrado a pasar todo su tiempo libre con Alter, y si, tenía a otros amigos, pero el de bufanda roja no deseaba a nadie más, le gustaba tener a su novio solo para él, abrazarlo, besarlo y disfrutar de su compañía. No sentía la necesidad de visitar a alguna otra persona, pero tal parece que no era del todo mutuo.

Ese día Alter tenía planes para salir con sus amigos Lust, Cross y Swap. Geno no le hacía mucha gracia eso, había ido a visitar a su pareja como sorpresa y este le decía que ya tenía planes, ¿Para qué necesita amigos? ¿No es suficiente con él?

No es que desconfiara de los amigos de Alter, pero a veces sentía muchos celos y se encaprichaba con tenerlo solo para él.

—¿De verdad tienes que ir? ¿No puedes quedarte conmigo? —Le preguntó Geno, usando ese tono de voz lastimero para ganarse el favor de su pareja.

—Amor, ya quedé con ellos, no puedo cancelar a última hora. Volveré en un rato, lo prometo. —Le aseguró Alter dándole un beso de despedida.

Tal parece que su plan no funcionó, y aun así, decidió quedarse en casa del de túnica, planeaba esperarlo y verlo tan pronto regrese a casa. Se sentó en el sofá mientras esperaba mirando a la nada, su pierna derecha moviéndose con ansiedad, de verdad no quería ser tan posesivo, lo habló antes con Alter, pero era difícil. Sabía que estaba siendo irracional, pero no podía evitar sentirse así. De pronto escuchó que alguien tocaba la puerta. Era Ink, que venía a visitarlo.

—¡Hola Geno! Vine a verte porque sé que Alter salió. —Lo saludó Ink con su habitual energía, siempre oportuno. Geno lo invitó a pasar a regañadientes. El pintor notó su cara larga y le preguntó qué le pasaba. Geno le explicó sus celos y deseos de tener a Alter para él solo.

—Eso imaginé, amigo. —Ink rió. —No importa cuánto pase el tiempo, siempre terminas poniéndote celoso, ¿No? Vamos, Geno. Sabes que él te ama más que a nada, no veo quién podría reemplazarte... Bueno, aunque con ese carácter. —

Aquella causa risas, ambos muy satisfechos con la situación, quizás no era tan malo, Ink era un idiota, pero tenía razón, siempre necesita alguien que se lo recuerde antes de que termine saltando a buscar a Alter como si estuviera en algún peligro, ¡Por dios! Estaba con sus amigos, es todo. Luego se puso a contarle chistes y a relatarle historias graciosas para distraer su mente de los celos. Geno poco a poco se fue relajando y riendo con su amigo.

—Tienes razón, no debo ser tan posesivo. Alter merece tener su espacio. —Admitió Geno, dándose cuenta que estaba exagerando. Pasaron una tarde divertida juntos hasta que Alter volvió.

Quizás no fue tan malo, y finalmente ambos se divirtieron mucho, le debía una a Ink. Y a Swap, por contarle, aunque el de bufanda marrón nunca pierde una oportunidad de meterse en algo, pero no era mal amigo.