Aquella noche la feliz pareja estaba terminando de arreglarse, dando los últimos toques a sus disfraces basados en el cuento de caperucita roja. Lust había dado la invitación a Alter de ir a una fiesta que se haría, cosa que emocionó al de túnica larga ya que deseaba participar en algo así, pues la idea de combinar disfraces como pareja le encantaba a pesar de que sabia que Geno no estaría nada contento al respecto al inicio.

—Vamos, te ves adorable. Además, combinaremos. — Insistió Alter. Geno suspiró, esto no era nada a lo que tenía en mente cuando su novio propuso ese cuento para usar los disfraces, esto debía ser una cruel broma realizada para hacerle sufrir.

Claro que al final aceptó, lo que sea por su amado.

Al llegar a la fiesta, Alter estaba completamente metido en su papel, gruñendo y enseñando los colmillos tratando de parecer amenazador, ¡Había decidido que él sería el lobo feroz! Pero la verdad es que se veía muy tierno disfrazado de lobito, para nada intimidante. Por otro lado, Geno estaba bastante avergonzado con su vestido rojo, medias blancas y caperuza.

—No puedo creer que me convencieras de esto. —Murmuró tan pronto como entraron a la fiesta, y para mala suerte de Geno, llegó el dueño del sitio.

—Pero miren qué linda caperucita y lobito tenemos aquí. —Lust dijo tan pronto como les vio, riendo levemente mientras veía más que todo a Geno, que mantenía un rostro como si deseara no estar allí e irse lejos o enterrado bajo tierra.

Alter aulló juguetonamente mientras Geno se ruborizaba. A pesar de la vergüenza inicial, Geno se fue soltando con unos tragos y se divirtió interpretando a la inocente caperucita asustada del feroz lobo Alter. Incluso se unieron a la competencia de disfraces y para su sorpresa y emoción de Alter, lograron ganar. Al final de la noche, ebrios y con los premios en brazos, salieron de la mano riéndose del inesperado giro de los acontecimientos.

—Admite que te gustó el disfraz de caperucita. —Dijo Alter dándole un codazo amistoso mientras caminabas y reian.

—Está bien, está bien. Fue más divertido de lo que pensé, gracias por convencerme. —Admitió Geno con una sonrisa, no es que amara estar disfrazado de caperucita, pero la felicidad que Alter tuvo cuando ganó y los halagaban por su brillante idea de cosplay junto solo logró darle menos ganas de quejarse, ver a su pareja feliz era todo lo que necesitaba.

Se dieron un tierno beso bajo la luna y volvieron a casa, donde el lobo feroz se convirtió en un cachorrito acurrucado en los brazos de Geno. Definitivamente había sido una gran idea para unirlos más.