Día 26: Casandose

Geno sabía que había llegado el momento de dar el gran paso con Alter. Llevaban saliendo varios años y no podía imaginarse la vida sin él. Estaba decidido a pedirle que se casaran. Claro que quería hacer algo especial, no una simple propuesta, necesitaba un regalo que demostrara la seriedad de su compromiso. Así que se la pasó buscando en todos los universos alternos algún obsequio verdaderamente digno de Alter.

Recorrió tiendas exclusivas, joyerías elegantes y distritos comerciales. Vio muchas cosas bellas, pero ninguna lo convencía del todo. Alter merecía algo realmente único y valioso, tan valioso como el, lo cual lo hacía cada vez más difícil, de verdad que hubiese apreciado algo de ayuda de amigos, pero no es por decir que alguno tenga experiencia en este ámbito.

Casi se da por vencido, hasta que en un remoto bazar encontró lo que buscaba: Un par de relucientes brazaletes de oro blanco con incrustaciones de diamantes. Eran finos, discretos y elegantes. ¡Perfectos! Geno no dudó en comprarlos, sin importar el precio. Sabía que ese sería el regalo ideal para simbolizar su amor. Los brazaletes eran iguales, representando la unión que esperaba formar. Guardó la caja de terciopelo azul oscuro en el bolsillo interior de su chaqueta. Ahora, solo faltaba crear el momento justo para la propuesta. Quería que fuera mágico e inolvidable. Así que planeó una salida romántica: Lo clásico, una cena a la luz de las velas, paseo bajo la luna, música suave de fondo. El escenario perfecto para abrir su corazón. Estaba nervioso, pero emocionado.

Durante la velada Alter no sospechó nada, creyendo que se trataba de una cita más. Hasta que, llegado el punto culminante, Geno se arrodilló sosteniendo la caja de terciopelo. Las manos le temblaban ligeramente.

—Alter... mi amor, mi vida. ¿Me harías el grandísimo honor de casarte conmigo? — Dijo con voz queda, mirándolo con ilusión. Él se quedó de piedra, totalmente tomado por sorpresa. Sus ojos se llenaron de lágrimas emocionadas. Balbuceando, extendió su mano para que el que estaba de rodillas le colocara el brazalete.

—¡Sí, sí, mil veces sí! Nada me haría más feliz que ser tu esposo. — Exclamó Alter.

Se fundieron en un abrazo, riendo y llorando de alegría. El brazalete lucía espléndido en la muñeca de su amado esposo. Geno se colocó el suyo, admirando cómo brillaban juntos. Era la mejor decisión que jamás hubiera tomado. Compartieron un dulce beso, llenos de ilusiones por el futuro. La vida a veces reserva sorpresas maravillosas para aquellos que se atreven a soñar en grande. Esta noche, el amor de Geno y Alter había alcanzado nuevas alturas.

Una boda grande no era exactamente lo que deseaban, así que solo fue algo pequeño al día siguiente, una reunión pequeña con solo seis invitados, algo especial y para ellos, no necesitaban nada más que hacerle saber a sus amigos que no eran diferentes seres, ahora eran uno.

Esposos.

Disfrutando más que nunca el decir que si.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top