Día 18: Haciendo algo juntos
Con suerte para la feliz pareja, sus días solían ser agradables, muy tranquilos. Claro que, al ser un día tranquilo, debían planear alguna cosa que pudiesen hacer para no aburrirse. Así que Alter, porque obviamente Geno no (Odia a las personas en casa por mucho tiempo), invitó a sus amigos a una cena donde no solo comerían, sino que también podrían charlar y pasar el rato.
Al inicio no sonaba como una buena idea, o al menos una que le gustara tanto al de bufanda roja, pero finalmente aceptó la idea ya que no era tan mala. Ya que aparte de ser los que dieron la casa, también iban a dar los alimentos porque seguro que les encanta comer todo lo que puedan.
Así es como llegan a la situación actual.
Geno propuso que no sería mala idea que cocinaran juntos, ya que así trabajarían mas rápido, aunque el de bufanda no era tan increíble en este ámbito, no significa que no pueda aprender de Alter.
Encendidos con el entusiasmo de la ocasión, se dirigieron a la cocina dispuestos a preparar una velada inolvidable. Revisaron la alacena y la heladera, eligiendo los ingredientes para las diversas recetas que podrían hacer para esta noche. Al principio el de túnica se encargaría de enseñarle, haciéndolo ambos a la vez una sola tarea, pero luego al ver Alter que su pareja estaba bien y no lo hacía tan mal, decidió que podían hacer diferentes tareas al mismo tiempo.
Estaban manos a la obra entre risas y bromas. Preparando todo lo que podían como el equipo que eran. Finalmente, el ultimo platillo fue al horno para hacerse, entonces decidieron brindar con unas copas de vino tinto, celebrando el resultado de su trabajo en equipo. Alter aprovechó para robarle a Geno un dulce beso con sabor a vino y amor.
Muy empalagoso, pero nada que no desee.
—Pórtate bien, ¿Okay?—Dice Alter riendo.
—Lo que diga mi adorable novio.—
El tiempo paso y todo se preparo como esperaban. Prepararon también la mesa y las bebidas, abriendo la puerta cuando uno a uno sus queridos amigos fueron entrando a casa y riendo. No solían tener el mismo grupo social, pero eso no evitaba que se reunieran el día de hoy.
Entre risas y animada charla disfrutaron del delicioso menú preparado con tanto amor. Cuando se despidieron, se llevaron una sonrisa agradecida, con el corazón cálido tras una noche memorable. Esa noche, mientras se preparaban para dormir, Alter y Geno intercambiaron una sonrisa de complicidad. Había valido la pena todo el esfuerzo por ver felices a sus seres queridos, y, sobre todo, por haberlo compartido juntos.
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