Día 13: Baño juntos

Las citas que ambos tenían solían ir muy bien, aunque a veces sucedían cosas que les hacían cambiar los planes, pero nada que saliera tan mal, de hecho, lograban disfrutar mucho todo. Aquella tarde todo fue tranquilo, o al menos la idea principal era que así fuera, pero no todo sale como lo deseas, ¿Cierto?

—Auch...— Alter da un quejido. Él estaba sentado en el sofá, su túnica estaba algo sucia y su novio estaba revisando sus brazos, doblando las mangas de la túnica para poder revisar bien.

—No debiste arriesgarte así, pudiste salir muy lastimado... Mucho más que ahora. — Regañaba Geno con severidad y preocupación, realmente que su adorable novio le daría un infarto si seguía siendo tan bueno.

Esa mañana, durante una cita con Geno, había visto a un pequeño niño cruzar corriendo la calle detrás de su pelota. Un auto que pasaba por ahí estuvo a punto de atropellarlo, pero Alter se lanzó rápidamente y empujó al niño, salvándolo. Sin embargo, el auto alcanzó a golpear al de túnica, pero con suerte no fue tan fuerte, aún así recibió un golpe muy bueno.

—No podía quedarme sin hacer nada, era solo un niño. —Respondió Alter. Claro que el de bufanda entendía sus buenas intenciones, no podía culparlo, pero aún así fue un gran susto el ver como un auto golpeaba a su novio, viendo como aguantaba el dolor solo para que el niño no se sintiera mal.

—Lo sé, solo ten más cuidado la próxima vez. Si te pasara algo grave yo... —Geno no pudo terminar la frase, sus cuencas se llenaron de lágrimas. Aquello hizo que pronto Alter entendiera y recordara una realidad, el temor de su novio, su universo alterno, claro que seguro se sentía muy mal, no quería colaborar a que se sintiera mal.

—Lo siento... Prometeré tener cuidado, no quiero preocuparte más. —

—Gracias...—

—Gracias a ti por cuidarme. —

—Bueno, soy tu pareja, alguien debe cuidarte porque tú no lo haces. —

Ambos ríen luego de eso. Geno había terminado pronto de revisar los daños, pero antes de poder vendarlo para culminar, pensó que sería bueno un baño, después de todo quedó muy sucio. Aunque sería complicado porque apenas podía caminar bien y uno de los brazos de Alter dolía mucho. Al ver cómo le costaba tan solo levantarse, el de bufanda lo ayudó a ponerse en pie.

—Yo te ayudo. —Se ofreció Geno. Llenó la bañera y le ayudó a entrar. Con cuidado comenzó a enjabonarlo, evitando mojar mucho las heridas, o, mejor dicho, frotarlas, aun así, se encargó de limpiar lo suficiente. Alter se sentía un poco avergonzado, pero se dejó consentir. Geno también se desvistió y entró a la bañera con él. Alter se sonrojó, pero no opuso resistencia cuando su novio comenzó a masajear suavemente su cuerpo adolorido. El agua caliente y las caricias de Geno lograron que se relajara mucho, sintiéndose mucho mejor, cerrando los ojos y recostándose contra su gruñona pero dulce pareja.

Al acabar Geno se encarga de envolverlo en la toalla, ayudarlo a secarse y llevarlo a su cuarto para que se vistiera, también ayudándole un poco más, no fue tan malo, ambos disfrutaron ese pequeño momento hogareño, y el temor se disminuyó, simplemente recordando lo mucho que se amaba.

Se acostaron juntos, Alter acurrucándose contra él y permitiéndose el ser abrazado, se sentía protegido y mucho mejor que antes.

—Descansa, yo cuidaré tus sueños. —Le susurró dulcemente Geno. Alter se durmió con una sonrisa, sintiéndose amado y protegido.

Y eso era todo lo que necesitaba.

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