Un día tranquilo como siempre para esta hermosa pareja, mientras Geno fue a la casa de su novio, al entrar notó que Alter estaba actuando de forma extraña, muy emocionado y sonriente, casi sospechoso.

—¡Geno, llegas en el momento perfecto! —Exclamó Alter, abrazándolo con una sonrisa que no le daba nada de confianza al de bufanda roja.

Geno lo miró confundido hasta que vio una caja con curiosas orejas de animales. Eran piezas únicas y solas que Alter había recolectado.

—Mira, con esto podemos disfrazarnos. ¿No sería divertido? —Dijo Alter entusiasmado, probándose unas orejas de gato. Geno soltó una pequeña risa, su novio a veces tenía ideas muy creativas... Y adorables.

Alter insistía en que Geno se probara algunas de esas, diciendo que se vería adorable. Pero Geno se negaba, era demasiado serio y tímido para eso, en el sentido de que no tenía ganas de verse adorable, ¡Quería verse guapo para él!

—Anda, solo pruébate estos de perrito, te quedaran genial. —Rogaba Alter, poniendo carita de súplica. Pero por más que intentó convencer a Geno, éste se rehusaba rotundamente.

Aunque todos sabemos que es imposible negarse cuando su adorable novio le miraba así, realmente Alter era increíblemente insistente. Finalmente, Geno se rindió con su novio y decidió probarse cada par de orejas que había, desde conejo, oso, zorro, hasta lobo. Alter estaba muy emocionado, riendo y dando saltitos, abrazando a su pareja que llevaba esas lindas orejas.

—Me gusta hacerte feliz. —Dijo Geno mientras dejaba que su pareja le pusiera otras orejas. Aquello dibujó una cálida sonrisa en el rostro de Alter.

—Y a mi me gusta verte, siempre te queda todo tan bien.—Responde riendo.

—Bueno, hago lo que puedo para mi persona especial.—

Alter se sienta a su lado, su sonrisa no se desvanece mientras observa a su novio.

—Vaya, ¿Y conozco a esa persona especial?—

—Definitivamente.—Geno toma su mano y besa el dorso de esta.—Es muy adorable, lindo y divertido. Además de cocinar delicioso.—

—Suena a alguien perfecto.—

—Lo es.—

Ambos ríen, finalmente dejando las orejas detrás, guardándolas en su caja para simplemente acurrucarse juntos, aquello fue divertido y Alter se quedará con el recuerdo de la dicha de poder ver tan adorable a su novio.

Si, fue un buen día.