—Wow... Esto... Realmente no salio como esperaba...

Dijiste con cierta gracia en tu voz mientras observabas la cocina...

—Te lo dije... Soy un desastre Saga... Por eso no me acerco a la cocina, apenas toco una sartén y todo el lugar arde en llamas...

Mencione levantando aquel objeto de metal que tenia en mi mano y con la otra revolví mi cabello con frustración... Ahora estoy bastante seguro de que dirás algo así como... "Te lo dije" o "¿Ni siquiera para hacer un simple huevo eres bueno?" o quizás... "Realmente eres un inútil Kanon..." ... Sé que estas enojado... Tu ceja derecha levemente levantada... Tu sonrisa torcida... Tu espalda un poco encorvada... Tu mano izquierda posada en tu cadera y la derecha en tu nuca...

Incluso puedo apostar en que me pondrás a limpiar todo este desastre que hice...

—Sólo tienes que practicar más... De todos modos, es entendible que tus habilidades en la cocina no sean tan buenas, pues soy yo quien esta siempre metido aquí... Ven, limpiemos este desastre.

Lo sabía... Sabía que él... Espera...

—¿Cómo?...

Cuestione con cierta sorpresa en mi rostro... ¿Por qué simplemente no me regañaste?...

—¿Hum?... Dije que me ayudes a limpiar— repetiste mientras amarrabas tu cabello en una coleta y lo sostenidas con aquella liga en tu muñeca —Hmph... No todos son buenos para cocinar o para nadar... Siempre hay algo que nos falla y eso es porque nadie es perfecto...

Y con eso me quede callado... Sentí un pequeño pinchazo en mi pecho, una sensación nada agradable, eso fue por recordar cuando te caíste a la piscina de la escuela... Ha pasado tanto tiempo que no sabía nada de ti...

Recuerdo que en ese momento tenías puesto tu uniforme de fútbol, lo primero que hiciste fue patalear y luchar con desesperación para salir...

No sabías nadar...

Para cuando Sorrento te saco de ahí... Yo simplemente me burle de ti, en ese momento me sentía tan avergonzado de que fueras mi hermano gemelo... Ignorando la forma en la que tomabas aire desesperadamente... Ese día no me dijiste absolutamente nada, sólo te limitaste a tranquilizarte e irte de ahí con los ojos al borde del llanto...

Luego me enteré de que estabas ahí para avisarme que Milo se iría a Francia por su beca, que fue Julian quien te empujó a la piscina y amenazo para que no me dijeras nada... Y tú...

—Listo... Ahora...— cuando reaccione la mesa estaba llena de pastas y algunos ingredientes extras, hiciste un ademán con la mano para que me acercará —Kanon, ven aquí, ya que en unos días volveré a Grecia, me gustaría al menos enseñarte a cocinar.

Eso me tomó por sorpresa, sabía que volverías... Pero...

—Pensé que regresarías en un mes... Además... ¿A qué viene todo esto?... Me refiero... ¿Por qué me quieres enseñar a cocinar?...

—Porque cuando llegue a tu departamento estaba lleno de cajas de pizza y demás comida rápida por todos lados... ¿Sabes lo difícil que fue limpiar todo el lugar?... Además... Necesitas comer bien, en una semana estarás en la etapa final de natación y sé lo mucho que deseas ganar la competencia...

Se cruzó de brazos, sin dirigirme la mirada...

De alguna forma me sentí... Desanimado... Saber que sólo tendría unos efímeros días para estar contigo...

No dije nada y sólo hice lo que me indicabas en silencio...

Al final preparamos espagueti con albóndigas y de postre algunos de esos deliciosos pastelillos que solo tú sabes hacer...

...

Todo estaba delicioso, aún conservabas ese toque al cocinar...

—¿Lo ves? No fue nada difícil, sólo es cuestión de práctica— te levantaste y llevaste tu plato al lavadero, yo hice igual y tú te hiciste a un lado para recargarte y mirarme con... Orgullo..

—Saga...— te llame por lo bajo, a lo que mi miraste con atención —yo... Hmm... Aquel día... Cuando caíste a la piscina... Julian te dijo algo antes de que yo llegara... ¿Qué te dijo?...

Deje los platos ya limpios y me dedique a mirarte, tú simplemente miraste al piso mientras tu mano se posaba en tu barbilla... Al final cerraste los ojos y suspiraste cansado.

—Nada importante... Sólo me dijo que no me acercara a ti y no te dijera nada acerca de Milo, o me haría la vida imposible

Yo, me en silencio un momento... —¿Y por qué corriste sin decirme nada después?...— cuestione confundido, a ti realmente no te importaba que te amenazaran o algo... Mucho menos te distanciabas de mí por eso...

Otro silencio se apodero del lugar...

—... Je... Fue por la forma en la que me miraste...

—Ese maldito, te juro que... ¿Qué?... No entiendo...

—... Tu mirada... Estaba tan llena de... Vergüenza... Desprecio... Odio... Era la primera vez que me mirabas con odio... Y eso fue suficiente para que algo dentro de mí se rompiera... Ese día... Juraría que ese día algo dentro de mi ser murió...

Tu mirada... Tu expresión... Tu aura... Todo en ti cambio por completo.. Te veías tan diferente...

Me arme de valor y apreté en mi mano, sin que lo vieras, aquel anillo que me diste de pequeños...

—Y... ¿Aún conservas ese viejo anillo?

Dirigí mi mirada a tus manos, la izquierda para ser preciso... No estaba ahí... Rápidamente mire a tu cuello... Ni siquiera tenias esa cadena que te regale en nuestro ultimo cumpleaños juntos, antes de aquel día en la piscina... Al no encontrarlo levante más mi mirada...

Tus ojos estaban perdidos en mi mano derecha... Estabas viendo mi anillo...

—No... No lo tengo...

Respondiste con voz fría y apretando tus manos... Tus labios también se tensaron...

Eso significaba... ¿Lo habías perdido?... Acaso...

—No, no lo perdí, si eso piensas... Lo guarde... Y no lo usare...

Luego de eso te enderezaste y caminaste fuera de la cocina... Escuche la puerta principal abrirse y cerrarse... Mi habías dejado solo...

¿Acaso ya no te importaba?...

Acaso..

¿Ya no me amas?...

... Después de un rato... Mire mi mano y acerque el anillo a mis labios, lo coloque en mi dedo y cerré los ojos...

Esperaba que aparecieras mágicamente junto a mí y me abrazaras... Acariciaras mi cabello y dijeras "era sólo una broma" para que después me besaras, como lo hacías antes...

...

..

.

Pero no fue así...