-ALTO!! ALTO EN NOMBRE DE LA LEY!!

-VAYANSE AL DEMONIO!!

El científico Bakugo conducía y a su lado iba una cápsula llena de agua con un tritón, un hermoso sireno peliverde que no entendía la situación pero si dos cosas, que lo amaba, y que estaban en gran peligro, lo miró, y el rubio en medio del caos le miró y le sonrió como pudo

-Ya vamos a llegar... Calma... Por favor no me mires así Deku

Deku... Le puso ese hombre porque era el del árbol de la sabiduría en un libro que había leído, y cuando llegó su sireno a su vida, le otorgó una sabiduría única, los científicos con los que trabajaba no estaban experimentando con el, estaban aniquilando a su raza, y Deku era el siguiente en la línea

El tritón escuchaba aturdido proyectiles impactando el vehículo en el que estaban, hasta que uno de los disparos hizo una grieta en el tubo gigante que le transportaba con agua, desatando el pánico del rubio

-No llegaremos a la playa...

Desesperado miró por dónde pasaban, era de noche así que no estaba claro, pero se veía que iba a ser un acantilado, de repente las sirenas, los gritos, y los disparos se disiparon de su mente, y solo miró la cara de su peliverde criatura, dejando por completo de manejar cuando la camioneta sola se dirigía hacía el final inminente, al notar aquello el tritón le miró con tristeza, pero el corazón de Katsuki estaba en paz

Desde arriba se vió como la camioneta se desplomó y cinco minutos después se hizo una bola de fuego, y decidieron irse al mirar que la explosión fue tal, que era imposible salvarse de ella

Lo que no sabían era que en el impacto antes de la explosión,  el tubo que retenía a Deku se rompió, y en el mar, pudo sacar fácilmente a su rubio, y besarlo, ese beso era el primero que se daban, porque Deku sabía que al hacerlo, le otorgaba branquias permanentes