El pecoso realmente no recordaba exactamente el día en que su vida cambió, pero sí recuerda como

Era una expedición, como cualquier otra, el científico más aclamado del reino, enviado por el príncipe buscaba una flor que hacía falta en su libro, se llamaba flor de fuego, de unos pétalos brillantes y hermosos que solo crecen en lo más profundo del bosque, dónde estaba el territorio de la gente dragón

Ellos no eran para nada amistosos, y Deku particularmente era bueno en el sigilo, o eso creía él, porque sin quererlo, atrajo la atención de una bestia que le tumbó de inmediato, pelear no sirvió de nada y quedó inconsciente

Al despertar notó que no estaba en un suelo con pasto, no siquiera a la intemperie, y antes de notarlo, tenía a solo centímetros su rostro el rostro de un rubio que le miraba fijamente con curiosidad, pasando la yema de sus dedos por sus labios

El grito que dió fue callado de inmediato por el rubio quien le amenazó, sin palabras, solo con la mirada y le entendió de inmediato, y al calmarse, notó por sus vestimentas que era de alto rango, y más tarde fue informado, era el rey de la gente dragón

Encontrado en el bosque le criaron cómo uno de los suyos, y se hizo respetar por todos por su fuerza y coraje, lo que le valió el título de rey a pesar de no ser de su raza, y ahora, acababa de encontrar la "doncella" de la que hablaba su oráculo

Al ser nombrado, la gente dragón tiene una tradición que es ver a través de los ojos del primer dragón, quien le dirá que hacer para el mejor destino imaginable para el pueblo, y para Katsuki, fue encontrar un alma gemela, su alma era descrita como esmeralda, con el rostro marcado con 8 cuentas de obsidiana y un potencial igual al de él, pero en vez de fuerza, es inteligente y gentil, y su próximo deber era contraer matrimonio

Las mujeres le bañaban en leche tibia, admirando su cuerpo por lo femenino que se veía a pesar de ser un potencial guerrero, los hombres del pueblo eran cordiales pero de lejos, nadie quería acercarse en caso de que el Rey fuera celoso

En medio del bosque al lado de una fogata, el rey rubio tomó su mano y le hizo entrega de un medallón con colmillos, besando sus labios y juntando su frente, poniendo sus manos en su corazón, sellaron el pacto que traería dicha al pueblo dragón

Esa noche el peliverde se dió cuenta de que en realidad eran almas gemelas, pudo sentirlo, casi recordarlo, y le hizo aceptar cada beso y devolverlo, sellando así su destino

Los días pasan y mientras el peliverde espera que sus primeros huevos de dragón nazcan, reflexiona sobre como llegó hasta ese punto, acompañado de su marido, rodeado por completo de flores de fuego, que brillaban por su mutuo amor