Una nueva clase, y Deku sentía que se iba a derretir

-De nuevo!!

Amaba esa rudeza con la que le hablaba, sentía que en cualquier momento le iba a golpear, y eso lejos de desagradarle era una idea que le hacía sonrojar

-No me estás escuchando? Firme! Aterriza en Stick!! Te he visto hacerlo!

Pero él lo hacía mal a propósito, porque sabía que después de un rato de gritos venía la mejor parte

-Como puedes ser tan idiota!

Se acercaba a él con fuerza, para corregirlo, y en ese proceso, le sujetaba la cintura para ponerlo en una posición adecuada, y él lo miraba, con admiración y un sonrojo pequeño, sintiendo sus manos en su abdomen

-Firme! Vamos! No eres mal gimnasta! Parece que lo haces mal a propósito

Ahora bajaba su tono y buscaba su mirada, Deku adoraba saber ya el patrón de acciones de su entrenador, porque esa sonrisa que le iba a dar era invaluable

-Deku, por favor... Aterriza en Stick... Puedes?

Rojo asentía, y una vez su maestro lejos, él volaba por los aires y hacia un aterrizaje perfecto, que su maestro aplaudía

Deku tenía una obsesión enferma con él y sabía que algún día su maestro cedería, lo que no sabía era que su maestro no era tonto, y no sabía hasta adónde llegaría su maldito autocontrol