Disclaimer: Naruto no me pertenece, todos sus derechos son de Masashi Kishimoto.

Un mal chofer.

Sus dedos tamborileaban en su rodilla, obviamente estaba nerviosa. No todos los días te casas en una boda sacada de tus sueños. Y en parte era así, aunque en su sueño el novio… era otra persona. Pero ese no era el punto. Su futuro esposo era una persona maravillosa a la cual ella quería demasiado.

Volvió a revisar su maquillaje en el espejo de mano. Seguía inmaculado, al igual que su cabello recogido en un elaborado peinado con rizos hechos esa misma mañana. Su vestido blanco era hermoso, una extraña pero detallada cruza entre un cheongsam* con la cola larga del vestido de novias occidental tradicional.

Aun no entendía la finalidad d una boda en una iglesia… ella no era muy creyente que digamos. Pero bueno, uno de sus deseos más profundos después de una espada samurái hecha de puro chocolate, era una boda típica occidental; como esas bodas que había visto en las películas americanas. Cuando expreso ese deseo nadie opuso resistencia, ni sus padres budistas ni el novio.

Y su futuro esposo había complacido en cualquiera de los sueños disparatados de Tenten para ese día tan especial. E incluso cosas que ni ella se había imaginado, como esa bella limusina llena de flores para ella.

La limusina blanca iba a una velocidad regular entre el tráfico de ese día, podría llegar solo unos minutos más tarde de lo previsto. La iglesia que habían conseguido para la boda era demasiado hermosa, algo pequeña pero con detalles que parecían hechos en la era barroca, solo lo parecían ya que la iglesia no tendría más de diez años allí, con esculpidos en las paredes y techo pintados de un dorado cegador.

Si, la iglesia era hermosa. Justo como la que acababan de pasar. Porque esa era la iglesia… y el chofer no se detuvo ahí. Ese fue el instante en el que algo se vino abajo.

– ¡Disculpa! Te has pasado la iglesia –Tenten se acercó cuanto pudo al asiento delantero y bajo el vidrio que la separaba del conductor– La boda es por a…

Detuvo su hablar al ver a su mejor amigo conduciendo la limusina. Llevaba el traje que seguramente llevarían los demás padrinos de su boda.

– ¿Sabes por qué la mayoría de los matrimonios terminan rápidamente? Las mujeres siempre sueñan con el día de su boda, no piensan en el día después de la boda o con quien será. –Hablo Neji sin quitar la vista del camino.

– ¡Neji! ¿Qué estás haciendo?

– Te estoy raptando –Neji siguió manejando, llevándola lejos de la iglesia.

– Tuviste tu oportunidad, me hubieras pedido casarnos y no molestarte cuando alguien más lo hizo. –La voz de Tenten se oía algo resentida.

Se conocieron en secundaria, desde ese momento se volvieron amigos y Tenten se enamoró locamente de Neji. Ellos estuvieron saliendo un largo tiempo, cuando Neji no quiso ir más allá simplemente rompieron pero no dejaron de ser amigos. Luego ella conoció a un hombre y al año él le propuso matrimonio.

-Cásate conmigo.

- ¿Se te soltó un tornillo? Me iba a casar con otro hace casi media hora.

-…

-…

-Cásate conmigo.

- Está bien. Pero muévete, yo conduciré, eres un pésimo chofer.

En otro lugar, lejos de ellos otra pareja se está casando.

–Y es que si hay alguien aquí que se oponga al sagrado matrimonio de estas dos personas, que hable ahora o, que calle para siempre –Finalizo la oración el cura.

Un chico de enormes cejas en traje y con el cabello en forma de tazón corría acelerado hacia el altar. Debía interrumpir esa boda como si su vida dependiera de ello, su amiga se iba a casar con la persona equivocada si no se apresuraba.

– ¡Alto! ¡No te puedes casar con él! ¡Tú no lo amas! –Toda la gente lo vio extrañado. Hasta la novia, que volteo a verlo. No era Tenten, como Lee pensó… era otra persona. Se equivocó de boda. Lee se sintió incómodo y trato de irse lejos de ahí…

*Cheongsam: Es el vestido tradicional chino, pegado completamente al cuerpo.