Disclaimer: Naruto no me pertenece, todos sus derechos son de Masashi Kishimoto. Los personajes y la historia de “La princesa y el sapo” le pertenecen a Disney.

15. La princesa y el sapo.

El pequeño sapo miraba hacia las estrellas. Las contemplaba embelesada pensando en cómo había terminado en ese apuro y como podía solucionarlo. Surcando el rio en un bote de vapor que se dirigía hacia la fiesta del Mardi Gras.

“Pide un deseo a las estrellas y cosas mágicas pasaran”.

La primera vez en años que le pidió a una estrella un deseo, se encontró con ese sapo, un sapo mágico. Ella siempre supo que pidiéndole algo a una estrella no se iba a cumplir, debía esforzarse para lograrlo, Tenten había tenido el sueño de tener su propio restaurante desde pequeña. Ella había sacrificado muchas cosas en el camino, bailes, reuniones, diversión e incluso amigos. Pero sabía que necesitaba trabajar más duro para su cometido.

Su amiga Ino tal vez siguiera creyendo en cuentos de hadas, porque ella si podía tener lo que quisiera con tan solo pedirlo, había nacido en una familia acomodada, su padre y ella vivían en una casa del barrio francés, el padre de Ino se encargaba de un campo de algodón.

Pero desde pequeñas habían tomado diferentes opiniones respecto a eso; Tenten era de una familia humilde, su madre siempre cosía vestidos para Ino, así la conoció, mientras su padre trabajaba en una lavandería* casi todo el día. Por eso pensaba en una forma más realista las cosas, veía a sus padres esforzarse para que ella no muriera de hambre.

La única forma de tener lo que quería en ese mundo era trabajando duro, un sueño no puede andar si tu no lo haces primero. Por eso ella tenía tres trabajos, se desvivía para conseguir el dinero suficiente y así finalmente comprar ese lugar que siempre quiso que fuera suyo. La bruja Tsunade le había dicho que su padre y ella tenían algo adentro de ellos, seguramente era determinación.

– ¿Lista? Ya casi llegamos –Otro sapo, un poco más grande se le acerco. Ese sapo la había metido en todos esos problemas.

Neji solo quería ser libre, libre de su tío y su mandato. Su tío gobernaba en tierras de oriente, pero todo debía seguir sus reglas, incluso sus hijas se prometerían a algún noble. Nunca creyó que esas historias sobre la magia fueran verdaderas. Y él había caído en la trampa de “libertad” que le ofrecía el hombre sombra. Debió haber seguido el plan desde un principio y haberse prometido con Ino, si se casaba con ella seguramente su tío lo dejaría en paz.

– Si, espera. Quiero mostrarte algo –Tenten mostro con una pata delantera un edificio abandonado cerca del rio, a comparación de los otros que estaban llenos de luces y colores por la fiesta, este se veía viejo y abandonado– Ese es mi próximo restaurante. Ya lo veras, será algo… impresionante.

Neji vio la cara de Tenten, esa pasión por algo que tenía en mente. Su sueño era casi tan real que podía imaginárselo. Hace unos minutos estaba a punto de decirle a Tenten lo que ella significaba para él, quería decirle que todo iba a estar bien, luego vio el entusiasmo de Tenten al hablar de su restaurante y el quería complacerla, pero para eso él debía apegarse al plan inicial. Se casaría con Ino y ella le daría el dinero que le faltaba a Tenten a cambio.

– ¡Yosh! ¡Aquí estaban! –Una voz los llamo– Ya vamos a desembarcar y Lee va a tocar con los profesionales ¡Vamos! –Maito Gai, una luciérnaga que los había ayudado horas antes, los estaba esperando, emocionado por la próxima actuación de la bestia verde. La música de las trompetas empezaba a sonar con ese ritmo de jazz tan característico de la época.

– Bien Neji, como Tsunade-sama dijo: “Debes besar a una princesa” –Tenten siguió a Gai para bajar del barco.

Los cuentos podían volverse realidad, eso solo depende de ti. Ahora. ¿Qué tanto debía trabajar un sapo para tener su propio restaurante?