Disclaimer: Naruto no me pertenece, todos sus derechos son de Masashi Kishimoto.

Jarrón feo.

Tenten no era torpe, su domino con las armas y su puntería perfecta eran prueba de ello. Ella podía dar en el blanco diez veces de diez, era ágil y veloz lo que la convertía en una perfecta kunoichi. Con precisión milimétrica podía saber exactamente qué tan lejos estaba un blanco de ella. Entonces ¿Cómo era posible que hubiera roto algo por accidente?

Todo empezó como un día normal, despertó, se vistió y arreglo como siempre, llego a entrenar con su equipo; Lee y Gai-sensei como de costumbre estaban en su propio mundo, lleno de verde, juventud, llamas y tortugas. Busco a su compañero faltante con la mirada, al no encontrarlo decidió ir a buscarlo a la mansión Hyuga.

Una sirvienta le abrió la puerta y la llevo a una habitación para que esperara a Neji, que seguramente estaba ocupado con algún tema sobre el clan. La habitación parecía más un museo de objetos antiguos, lleno de jarrones y pinturas que seguramente costaban más que la casa de Tenten.

Tenten normalmente era impaciente, no podía estar diez minutos calmada a menos que su vida dependiera de ello. Empezó a caminar en la sala, estirando sus brazos hacia todos lados para mantenerse activa y calentar para el entrenamiento al mismo tiempo.

Y ahí sucedió. Un movimiento de su mano fue suficiente para tirar un jarrón de color amarillo chillón que estaba colocado en una mesa auxiliar. Trato en vano de tomarlo antes de que se cayera, pero ni su velocidad pudo contra la gravedad. Solo pudo cerrar los ojos al oír el sonido de ese jarrón rompiéndose en mil pedazos.

Oh dios. ¿Y ahora qué haría? ¿Y si era una reliquia antigua? ¿Qué tal si era la última posesión que tenía Neji de su madre? ¿La mataría lenta y dolorosamente o rápido y silencioso?

Debía hacer algo rápido. Oyó los pasos de alguien acercándose a la puerta, Tenten empezó a sudar frio; tomo todos los pedazos y los metió en una vasija enorme que estaba cerca de la puerta.

– ¿Qué es lo que estás haciendo? –La voz grave de su compañero de equipo la paralizo. Neji la encontró parada cerca de la puerta corrediza, Tenten se tensó y trato de parecer normal.

– ¿Yo? P-pues… ya me iba. Sí, eso –Trato de no sonar nerviosa, rio mientras se rascaba la nuca con una mano– Tardabas mucho.

– Ya –Neji trato de leer su cara buscando que era lo que había hecho, pero no descubrió nada– Vámonos.

Tenten casi suspira de alivio, Neji no se había dado cuenta del jarrón roto. Bien, ahora solo era cosa de evitar la mirada de Neji, él siempre sabia cuando pasaba algo extraño. Pero bueno, tal vez cualquiera podría, Tenten era demasiado expresiva y muy mala mintiendo.

Caminaron por los pasillos de la enorme casa, Neji al frente siendo seguido por Tenten. Pasaron por la puerta y se encaminaron hacia el campo de entrenamiento donde tal vez Gai-sensei y Lee los esperaban. Los Hyuga eran reservados con quien entrenaba adentro de la mansión o tal vez Neji respetaba demasiado la casa de su tío para que no terminara con las paredes de papel deshechas por las armas punzocortantes de Tenten.

Cuando llegaron al campo de entrenamiento, Neji se volvió a encararla, la vio con su mirada más gélida y cruzo los brazos. Dios, Tenten era hombre… mujer muerta.

– Bien ¿Qué rompiste exactamente? –Mierda, se había dado cuenta y ella no podía negarlo, ese ruido al romperse se pudo oír desde afuera.

– Un jarrón –Tenten bajo la vista. Se sentía como una niña siendo regañada– Era amarillo y algo feo.

– Gracias –Tenten levanto la vista y lo miro confundida.

– ¿Ah?

– La junta de hace unas horas era por Naruto. Pidió la mano de Hinata-sama –Neji trato de explicar, pero Tenten seguía sin entender– Trajo como regalo ese horrible jarrón. Desde que lo vi quise romperlo. Era horrible –Tenten sonrió aliviada, iba a vivir otro poco.

– Bien. Ahora, entrenemos –Neji se colocó en su posición de pelea característico preparado para lo que Tenten le arrojara. Tenten solo sonrió aún más e invoco su Bo, le iba a dar una paliza a Neji por haberla preocupado.