¤Día 26¤
El día anterior había sido, sin duda, agotador. Ahora ambos descansaban en el colchón ubicado en el Anti-Void, si alguien los viera de seguro se preguntaría qué tan pesado es su sueño, pues Error, aun en las piernas de Ink, se encontraba con un pie dentro de la boca de este y la cabeza prácticamente tocando el suelo, siendo el único soporte para evitar la caída la mano del pintor, la cual sujetaba fuertemente la suya. La manta había pasado de estar cubriéndolos a estar, prácticamente, ahorcando al guardián, quien seguía sin despertar, pese a estar recibiendo constantes patadas en la boca.
Sin embargo, no todo fue perfecto para estos esqueletos, pues luego de diez minutos, Ink dio un salto algo brusco, provocando que el glitch finalmente choque contra el suelo, acción que lo despertó casi inmediatamente.
-¿Qué? -Preguntó, todavía bastante adormilado, aunque ese efecto rápidamente se le pasó al ver como una de sus piernas se encontraba bien afirmada de la cadera del albino y como la otra estaba en su boca, pero más importante aún, seguía sentado sobre él. -¡No me toques!
Se había desesperado, no recordaba haber llegado por su cuenta a ese lugar, por lo que el simple pensamiento del artista tocándolo donde no debía le aterraba. Comenzó a patalear en un intento por escapar, lo que terminó por despertar al contrario, quien soltó inmediatamente su mano y cadera, ocasionando que caiga abruptamente al suelo. Esta acción no le hizo gracia alguna al de colores negativos.
-¡Qué mierda te pasa, rana abortada!
-¡Tú me golpeaste!
-¡Tú me soltaste!
-¡Me golpeaste primero!
-¡A quién le importa, me soltaste y por tu culpa me pegué en mi precioso rostro! -Al decir eso, señaló su cara, mostrando las horribles heridas que le habían quedado, aunque realmente no se apreciaba nada. -Mira estas horrendas cicatrices, qué vergüenza decir que fue por tu culpa, tendré que recurrir a medidas desesperadas, decir que fue Reaper con su oz.
Ink estaba a punto de recriminarle por estarlo culpando siendo que este no hizo nada malo, no obstante, prefirió mantener la boca cerrada y guardarse cualquier queja, sabiendo que quien saldría perdiendo en esa situación sería él.
-Bueno, al menos puedo saber por qué me golpeaste.
-¡Porque me estabas tocando! ¡No te di permiso para hacer eso!
El guardián sonrió socarronamente, así que se trataba de eso, debió imaginarlo. -Error, dormimos así, tú aceptaste, de hecho fuiste el primero en caer-. Por sus palabras, el azabache le miró completamente ofendido, sin poder creerse tales palabras. Antes de poder pensar en una respuesta que incluyera varios insultos hacia el artista, este estiró su brazo, intentando tocarlo, lo cual lo puso demasiado nervioso, no sabía a dónde se dirigía esa mano. -Recuerda que no te haré nada malo... esto te gustará.
Error estaba a punto de quejarse por esa falsa afirmación, no podía asegurar que lo que estaba a punto de hacer fuera algo que le guste, mas no pudo decir ni una sola palabra cuando la mano contraria ya se encontraba sobre su cráneo, realizando unas suaves y lentas caricias en este. Relajante.
El guardián siguió dándole mimos en su cabeza, escuchando lo calmada que estaba la respiración contraria, observando cómo se acomodaba para lograr apegarse más a él. Verlo de esa forma era fascinante, le encantaba.
Ojalá pudiera ser así todos los días.
Ink suspiró, era un día menos. Debería estar contento, es decir, finalmente podría volver a su trabajo habitual, podría hacer lo que tanto le gustaba sin tener que estar pegado al destructor quien, seguramente, rompería todo a su paso por el simple hecho de ver que se trataba de creación. No obstante, no podía sentirse feliz, ni siquiera satisfecho, había algo que faltaba, veía su futuro cercano con él volviendo a ser el mismo de antes, pero había algo allí que le haría falta. Su futuro se encontraba tan colorido y alegre, pero al mismo tiempo tan gris y desolado.
Dirigió su mirada al esqueleto que buscaba cariño por su parte, sonriendo inconscientemente por la vista que tenía.
Al menos podría aprovechar esos tres días al máximo, era lo único que compensaba esta deprimente situación en la que se encontraba, sabiendo que nada podía hacer para cambiar su destino, sabiendo que era lo mejor, aun si le dolía a él o a Error, su decisión era la mejor de todas, no la cambiaría por nada.
-Ven, salgamos un rato de aquí, es hora de que respires aire fresco-. El pintor tomó las manos del glitch, ayudándolo a levantarse, este no se opuso a aquello. -Vamos a Underswap, ¿te parece? Quizá te sientas más tranquilo ahí, sabiendo que Blue está cerca.
-Underswap, ew. Blue, ew. AU's, ew.
-¿Considero eso como un "sí, Kiki, vamos"?
-Considéralo un "vamos y te golpeo" -. La carcajada fue inevitable, lo que causó que el de huesos oscuros golpeara el piso, en señal de rabieta. -Lo digo en serio.
Ink asintió, tomando su enorme pincel para dibujar una enorme mancha de pintura en el suelo. Sabía que era cierto lo que decía, pero no podía importarle menos. Quería probar cosas nuevas con el destructor y ya tenía un par de actividades en mente.
-Es una ruta post-pacifista. No iremos precisamente al mundo de los monstruos, sino a la superficie, allí hay muchas más actividades que realizar, ¿no te parece? -Acarició las manos del contrario, admirando los detalles de estas, los colores y la posición de sus huesos; "únicos", pensó. -Quiero que hagamos algo nuevo, algo además de caminar, pensaba que hiciéramos algunas actividades típicas de humanos, esas cosas que hacen en las citas, sabes.
-¿Por qué quieres hacer cosas de citas? -Preguntó en voz alta Error, soltando una pequeña risa por eso, pensando que el contrario se había equivocado de palabra, que ahora estaba pasando una gran vergüenza y que podría burlarse de eso, mas la respuesta que le entregaron lo dejó atónito y algo ruborizado.
-Porque es una cita, tonto. Te estoy invitando a una cita, una de verdad-. Ink le sonrió, carismático como siempre, lo cual provocó un azul más grande en el contrario. Al verlo, el pintor se vio en la obligación de sonrojarse también. -Ignora el reto por un momento, sólo seamos tú y yo por hoy.
-¿Enemigos a muerte? -Recibió un beso en su mano por su pregunta, dejándolo algo apenado por la situación, los besitos de Ink le estaban empezando a gustar.
-Por hoy quiero que seamos amigos-. Volvió a depositar otro beso en la zona que tanto le gustaba besar. Se sentía bien hacer eso, podría acostumbrarse. -Amigos con... ciertos derechos. Si eso te gusta más que ser pareja, supongo que está bien, ¿no?
Error se quedó callado, pensando en lo que diría a continuación, si sería lo correcto. El guardián lo miraba esperando una respuesta de su parte, por lo que se arriesgó con todo y, dejando de lado su orgullo, habló.
-Faltan tres días, incluyendo este, ¿no? -Cuando el contrario asintió, comenzó a jugar un poco con la bufanda café de este, mirando al suelo, sin atreverse a mirarlo a la cara. -Seamos pareja hasta el final entonces... no me molesta que nos llamemos así, ya pasamos mucho tiempo, ¿no crees? -Levantó un poco la vista, al encontrar las cuencas de Ink mirarle fijamente se sonrojó. -Pero si tú quieres que nos llamemos amigos, también está bien. Por hoy y sólo hoy te dejo decidir.
El albino se rió un poco, esta parte del destructor que muchos desconocían era una tan adorable, tan linda, que incluso él se veía en la necesidad de repetírselo una y mil veces. Pero eso sólo empeoraría la situación actual, por lo que evitaba cualquier cosa así, aun sabiendo que su escenario ya se encontraba bastante arruinado.
-Pareja está bien. Pareja por tres días más...-Lo último dicho traía un tono algo decaído encima, aunque el glitch no dijo nada al respecto, no era la ocasión para intentar hablar de eso, ni siquiera sabía cómo empezar, por lo que era mejor dejar las cosas como estaban. -Hey, descubrí que no te gustan mis portales de tinta porque te ensucias mucho, ¿qué te parece si nos encontramos allá? -Preguntó, ocasionando una cierta confusión en el azabache, quien sólo se encogió de hombros, realmente le daba igual, es más, sería hasta relajante pasar un tiempo solo, él acostumbraba a tener sus momentos de relajación consigo mismo.
Antes de retirarse, Ink le entregó un papel recién escrito con la dirección a la que el esqueleto de huesos oscuros debía asistir. Además de un pequeño mapa de la zona para que no se pierda en el camino, luego de eso, ambos se fueron por su camino. Por fin un tiempo a solas.
Mientras Error cruzaba su propio portal, caminando con lentitud al lugar señalado, comenzó a pensar en varias cosas, especialmente en lo que ocurriría luego de que acabe el mes. Todavía tenía tantas dudas y el Fandom se había encargado de sacar muchísimas interrogantes que él mismo se hacía a la luz.
¿Sería feliz? ¿Estaría satisfecho con volver a hacer lo de antes, exactamente como antes? Si bien, la destrucción de AU's era algo que le encantaba, no estaba seguro si podría seguir disfrutando de eso, no mientras sintiera que algo le faltaba, él sabía perfectamente lo que sería ese algo, por más que lo negara, lo sabía. Y le temía a eso.
La situación no era muy distinta con el pintor, quien ya se encontraba en la zona, había llegado directamente para así poder darse el lujo de algunos minutos sin compañía, para poder pensar algunas cosas que necesitaban un serio análisis.
Tal vez estaba cometiendo un error, quizá podría hacer algo al respecto, él mismo sabía que las cosas serían muy difíciles después del reto, pero por el bien suyo, de Error y del Multiverso creía que su decisión era la mejor de todas las posibles, de ese modo todos estarían seguros, a salvo... dolería, pero no tanto como tomar otro rumbo, aunque ahora es cuando realmente comenzaba a cuestionar su decisión, quizá... no, no podía hacer eso.
Con sus mentes echas un caos, sólo una pregunta resaltaba entre todas las demás.
¿Qué ocurriría luego de febrero?
Sin siquiera notarlo, Error llegó a la ubicación señalada en el mapa, había dado algunos giros sin sentido, pero igualmente logró llegar. Sin embargo, había un detalle que no le agradó en lo absoluto, la cantidad de personas y monstruos que caminaban allí, algunas amontonadas sobre otras y, por supuesto, los gritos que había, eso no era algo que pudiese disfrutar bien, odiaba tener tanta compañía, podrían tocarlo por algún error o algo así.
Estaba por dar la vuelta y retirarse, mas fue detenido por un pequeño jalón en la bufanda que traía puesta, aun no recuperaba la suya. Al mirar al responsable, pudo apreciar el rostro sonriente de Ink, quien sostenía un gran algodón de azúcar.
-¿Ya te vas? Pero si todavía no empieza la cita-. Comentó, acercando su mano para besarla y, posteriormente, entregarle el enorme dulce que traía. -Es para ti, no es chocolate, pero quizá también te gusta, pruébalo.
-Hay mucha gente, no me gusta-. Inmediatamente se quejó, no se guardaría ese detalle tan importante. Con cuidado analizó el caramelo que le fue entregado, mirándolo de todos los ángulos posibles hasta que finalmente decidió probarlo. Estaba delicioso, lo que ocasionó un leve brillo en sus cuencas por esta cosa tan deliciosa, a veces lo nuevo era bueno.
"Pero no tan bueno como el chocolate" se dijo mentalmente, sin despegarse del algodón ni por un segundo.
El pintor le sonrió, acariciando su mano para calmar su notable enojo y nerviosismo. -Sé que hay muchas personas, pero en un rato te olvidarás de su presencia, estemos aquí un rato, ¿sí? -Señaló atrás de sí, directo a un parque de atracciones. -Siempre he querido venir a uno con alguien.
-¿Sí? ¿Pues por qué no habías traído a Dream aquí? Él sería muy feliz sintiendo la emoción de estos seres repulsivos.
-Porque quería venir con alguien especial-. Eso fue suficiente para hacer sonrojar al destructor, quien dejó de comer sólo para ocultar la mitad de su rostro en la bufanda. -Da igual, sólo quiero que vayamos a juegos simples, a unos donde no tengamos que interactuar con nadie, ¿de acuerdo?
-...De acuerdo.
El artista tomó su mano con fuerza, acariciándola con cierta emoción, pasaría una tarde con Error y esperaba que fuera divertida, que cumpliera sus expectativas.
Lo primero que hizo fue arrastrarlo hacia el primer juego que vio: un carrusel. Esto no representó un problema para ellos, no tenían mucho conocimiento acerca de las experiencias vividas en este tipo de parques, por lo que posiblemente estarían bien con lo que sea.
Ink se negaba a soltar la mano del azabache, siendo observados por algunos humanos con confusión, estos no lograban descifrar el sexo al que pertenecían, por lo que las miradas se hicieron muy frecuentes, cosa que incómodo demasiado al glitch, quien hacía lo posible para controlarse y no intentar asesinar a todo aquel que se le cruce.
-Ignóralos, mírame a mí-. Pidió el artista, comenzando a acariciar un poco sus pómulos, intentando que el contrario deje la tensión de lado, aunque se puso bastante nervioso con el repentino tacto. Sus cuencas se movían de un lado a otro, mirando a todos como una potencial amenaza. El guardián no quería eso, él quería verlo feliz por subir a ese tipo de atracciones, no así de aterrado.-Error, mírame.
Cuando el mencionado finalmente le hizo caso, sintió que ya no podría mirar a otro lado que no sea sus cuencas tan... lindas. Esa vista fue suficiente como para olvidar por completo todos los ojos que le veían fijamente.
Al notar que tenía la completa atención del destructor, Ink procedió a tomar su mano, acariciándola y besándola reiteradas veces, agradeciendo que no se encuentre tan tenso como antes, eso era bueno.
-Vamos al carrusel, ignóralos, si sientes mucha presión, mírame a mí, ¿de acuerdo? -Como la cereza del pastel, añadió- Si te hace sentir mejor, puedes tomar mi mano, me aseguraré de que pases un buen momento a mi lado.
Sus palabras provocaron un rubor en el azabache, quien aceptó a su propuesta, permitiendo que le guíe hacia la atracción mencionada. Al momento de subir se encontró con la sorpresa de que no eran más que imitaciones sin vida de varios animales, pero todos eran horrendos, eran imitaciones espantosas, hacían un buen conjunto con Ink.
-¿A cuál te quieres subir? -Preguntó el artista, paseándose entre todos los animales disponibles, pensando cuál sería el mejor. No recibió respuesta y, cuando menos se lo esperó, Error ya se encontraba sobre un caballito, moviéndolo de adelante hacia atrás, esperando que haga algo. Ink rió por ello.
Sin preguntar, el artista se posicionó atrás del glitch, provocando que este se vaya un poco más adelante para evitar el mayor contacto posible. Ambos terminaron sobre el caballito, el cual comenzó a moverse lentamente, avanzando en círculos, acción que se vio totalmente estúpida por parte del azabache. Este no se molestó en expresar sus pensamientos.
-Este caballo de juguete es igual o más tonto que tú, Ink.
-Sí, así parece...-En ese momento su turno terminó, por lo que inmediatamente bajaron, buscando alguna otra entretención, esta vez menos estúpida que los caballitos.-¡Vamos a la casita del terror! ¡La montaña rusa!
-No sé qué nombres son esos, pero apestan como tú.-El guardián estaba por responder, mas fue detenido antes de que eso ocurriera.-¡No me interesa saber cuándo y cómo fue la última vez que te bañaste!
-¡Ow, casi!-Se lamentó dramáticamente, encaminándose directamente a la casita del terror, pensando que quizá esa si sería una atracción del agrado de su acompañante. Mientras caminaban lo vio algo pensativo, por lo que decidió que sería correcto preguntar. -¿Qué sucede?
-Pensaba en lo lento que era ese caballo. Me traicionó. -contestó sin siquiera pensar en lo que había dicho. Las cuencas de Ink brillaron y eso fue suficiente como para que Error supiera que tramaba algo. -¿Y ahora qué?
-¡Déjame llevarte! -Ofreció, agachándose para que su "pareja" se pudiera subir a su espalda,
-¡Ni de chiste! -Además del posible, y obvio, contacto, eso era un atentado directo contra su orgullo. ¡Sería una vergüenza que le vean así!
El pintor se acercó aún más a él, sonriéndole con calma, con un inmenso cariño. Eso le relajaba, el simple hecho de verlo así era relajante. Por un momento creyó que le volvería a suplicar, mas su respuesta le dejó mucho más que sorprendido.
-Entiendo. Ya llegará el día en el que pueda cargarte, ¿no crees?
Su silencio posterior fue toda la respuesta que Ink necesitaba.
Sin siquiera volver a insistir, estiró su mano, siendo esta correspondida de forma casi inmediata. Ambos avanzaron sin decir palabra alguna, incluso cuando Ink se desvió del camino hacia la casita del terror y se dirigió hacia una zona donde había, más que nada, comida y juegos para ganar premios. Jamás hablaron.
El pintor le indicó al destructor que permanezca cerca de él, pues estaba a punto de ganarse aquel peluche de osito gigante en ese juego, era simple, lanzar una pelota y derribar las latas pesadas, nada que él no pudiera hacer.
Entonces, luego de haber presumido un rato, lanzó la primera bola, la cual atinó directo al centro pero no provocó ni un leve temblor en la montaña de latas, quedó desconcertado por eso. Volvió a intentarlo una y otra vez, y aunque sus tiros eran perfectos, simplemente no lograba que se caigan, eso lo tenía algo frustrado.
Error incluso había aprovechado su demora para llevarse unas palomitas que algunos ineptos dejaron descuidadas sobre una banca.
-¡Esta es la mía! -Gritó el artista, lanzando con todas sus fuerzas, sin lograr derribar las latas. Era su veinteavo intento y el glitch ya se comenzaba a aburrir de ver siempre la misma rutina.-La siguiente es la buena.
¡¿Siguiente?! Suficiente.
Error invocó sus hilos con cuidado de no ser descubierto, mucho menos por el pintor y, con precaución, se dirigió hacia las latas, arrastrándolos por el piso para evitar levantar sospechas. Una vez ahí, comenzó a moverlas muy despacio, sin lograr que estas se muevan ni un poquito. Al parecer alguien las había pegado al suelo para que nadie gane en su estúpido juego. Bueno, eso estaba a punto de cambiar.
El azabache sujetó las latas con mucha fuerza, esperando el siguiente lanzamiento del guardián para así poder derribar toda esa torre sin que se vea sospechoso.
-¡Aquí voy! -Ink lanzó su pelota una vez más, levantando el rostro lleno de ilusión cuando el sonido de algo cayendo se hizo presente, lo había logrado. ¡Lo había logrado!- ¡Error, lo hice!
El mencionado lo observó estupefacto, ¡cómo se atrevía a decir eso! ¡Él había hecho todo el trabajo! Estaba por reclamarle y decirle la verdad en la cara, mas ver su rostro lleno de felicidad, lleno de... Sentimientos... Fue suficiente como pata detenerse en cualquier estupidez que pudiese realizar.
-Sí, sí. Lo hiciste...-sonrió inconscientemente al verlo sonreír de esa manera, levantando el oso de felpa como si fuese el trofeo más grande de la vida. Quizá a veces era bueno guardarse algunas verdades.-supongo que no eres tan inepto como creí.
De la nada sintió un peso suave y cómodo frente y sobre él. Aunque le tomó algunos minutos, se sonrojó con fuerza al notar la situación.
El oso se encontraba al medio de ambos, siendo este abrazado por Ink, cuyas manos sujetaban las suyas para que así parezca que correspondía su extraño, pero agradable, abrazo.
-Es un regalo para ti, Error...-Susurró, mirándole con una gran sonrisa en el rostro, lo suficientemente grande como para ser correspondida casi de inmediato.
El oso pronto pasó a manos del de huesos oscuros, quien ocultaba parte de su rostro en él para que así no vean lo avergonzado que estaba. Ink rió por su actuar, acariciando su mano cada vez que podía, entonces, al momento en el que se preparaba para besar esta, se le ocurrió una gran idea.
Bajo las protestas ddl glitch, le arrebató el peluche recién regalado, posicionándolo adecuadamente sobre su espalda. Error dejó de quejarse al entender lo que quería.
-Sólo una vuelta, lo juro. ¡Mira, no te tocaré!
-¡P-Pero sabré que estás ahí!
-Podría gustarte.-Fue lo que dijo, lo que hizo que pensara su propuesta de forma adecuada.-Prometo que si no te gusta, te bajo inmediatamente, ¿sí?
El azabache lo pensó unos segundos, pasando su mirada sobre el peluche, luego sobre Ink y así sucesivamente.
-No hará falta que me bajes...-murmuró, acercándose al contrario para subir a la espalda del oso, cuya textura se encontraba increíblemente cómoda.
El guardián estaba por preguntar algo, mas al sentir unas falanges acariciar su cráneo con delicadeza, calló. Error no era de hacer ese tipo de muestras, él solía ser quien las recibía, si se daba el caso, no darlas. Esa había sido una sorpresa bastante... Preciosa.
Ink avanzó unos pasos, con un oso de felpa gigante en su espalda y el glitch recostado en este, admirando con calma las personas a su alrededor. Los toques en su cráneo jamás se detuvieron.
Pero nada podría describir su emoción cuando, por cosas del destino, el glitch se acomodó más, inclinándose para posicionar su propia mano sobre la boca de Ink, dándole a entender que le acababa de dar un beso indirecto. Él no pudo ver el rostro azulado de Error por realizar esta acción, así como este fue incapaz de ver como el albino pasaba a transformarse en un arcoiris por el rubor que explotó en su cara.
Aquel besito le provocó un revoltijo en su estómago, impidiéndole saber lo que sentía, así como también le provocó una cierta rabia, un enojo consigo mismo que no sentía capaz de mejorar.
El tiempo estaba corriendo para ellos.
Sólo dos días más.
✿❀✿❀
Perdón lo feo, a mitad del capítulo me dio sueño ; ; ;
(Y debí escribir con celular, meperd0n as¿)
『✿-Cxnni-❀』
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top