Una Utopia Vulgar

   Los ruidos de la ciudad me mareaban cuando trataba de despertarme. Eran las siete de la mañana y mi alarma no paraba de sonar. Desde mi cama observe el otro lado de la ventana y note como el cielo ya se notaba algo naranja. Suspire como lo hacia todas las mañanas y trate de levantarme. Algo se sentia raro, era como si de la nada no pudiera levantarme. Me sentia pesada y con demasiada flojera, pero logre impulsarme hasta poder enderezarme. Mi cama tronó como nunca, y me quede en silencio. Era una chica delgada, nunca habia realmente logrado tronar una cama en toda mi vida. Aún asi lo ignore ya que era probablemente mi imaginación. La noche anterior habia consumido LSD mientras escuche algo de música, asi que tenia sentido que me dieran ligeros rebotes de alucinaciones sonoras. Durante mi viaje psicodelico habia tenido algunos momentos raros, y de hecho hubo un punto en el que llegue a la muerte de mi ego, para los que no sepan que significa esto practicamente olvide quien era y me perdi en un sueño lúcido psicodelico y maravilloso. Fue como ser Alicia. Uno de los momentos más raros fue cuando todo se extendió a mi al rededor, y note miles de ventanas pasando cerca de mi, en cada una habia diferentes personas y diferentes cosas. Me sentía como en una escena de "2001: Una Odisea En El Espacio", pero inmersa de una manera inimaginable. Era comprensible que mi mente estuviera sensible en la mañana, y tambien era comprensible el que me sintiera bastante agotada, pesada y cansada. Camine hacía mi mesa de noche y tome una pastilla para el dolor de cabeza, no utilize agua ya que sabia que prender las luces joderia mi vista al menos por unos veinte segundos. Al tragarme la pastilla puse mi mano en mi cuello, y note algo raro. Mi cuello parecia haber desaparecido debajo de una papada. Me sobe el cuello confundida y luego comenze a bajar mis manos. Senti unos senos mas grandes, unas pronunciadas curvas, lonjas, y un cuerpo demasiado ancho y suave. Me quede en shock ya que no sabia si esto era una jodida alucinación o en realidad habia engordado de una mañana para otra. Comenze a respirar de manera pesada y con pánico. Me acerque a la cama y me senti en esta mientras me trataba de convencer de que esto era solo una prueba de que seguia drogada. En la oscuridad mire mis gordas y gigantes piernas, para luego tocarlas y sentir que estaban legitimamente ahi. ¿Acaso por fin me habia vuelto loca después tanto LSD? No habia otra manera de comprobarlo más que prendiendo las luces y tomar una foto, usualmente las imagenes estaticas me hacian saber si estaba sobria o en ácido. Encendí la luz, me vi gorda en el espejo y tome la fotografia. Al momento de que la tome note que habia fotos nuevas en mi celular. Curiosa observe montones de fotos de una gorda yo junto a montones de otras personas gordas, entre estas podia reconocer a amigas pero ellas lucian gordas por alguna rara razon. Regrese a la foto conmigo y la mire detalladamente. Era yo pero gorda. Tenia mi piel morena, mi nariz respingada, mis lunares en el cuello e incluso mi cicatriz de nacimiento, claramente esa chica obesa enfrente de mi era yo. Grité como nunca lo habia hecho, asustada y confundida. Tenia puesta una pijama que nunca habia visto en mi vida, ni siquiera sabia que habia pijamas para mujeres tan grandes como la de mi reflejo. Alterada corrí hacia el balcon de mi departamento para tomar el aire y tratar de entender lo que estaba pasando. Baje mi mirada y vi uno de los escenarios más surrealistas que habia visto en toda mi vida. Los autos eran flotantes, todo lucía blanco y extraterrestre, y las pocas personas que no andaban en auto eran obesas y circulaban en sillas electricas. Observe a mi al rededor y note montones de espectaculares electricos repletos con publicidad de alimentos chatarra y de ropa con modelos que variaban entre una obesidad extrema y casi la completa inmobilidad. Las mujeres gordas posaban sensualmente en las fotografias, y los hombres gordos dejaban ver sus barrigas como si de su mayor atributo se tratará. Era un escenario imposible y extremadamente surreal, ni mi alucinacion más loca me podria hacer entender lo que veía. Entre a la habitación otra vez y la mire con las luces prendidas. Era claramente mi clásico apartamento, pero habia montones de cajas de comida y fotos de una gorda adolescente y una gorda familia. Baje mi mirada y note mi inmensa barriga, una que practicamente me hacia imposible poder mirar mis pies. Me puse pálida y mis piernas comenzaron a temblar. Todo comenzó a desvanecerse y caí inconsciente en la alfombra.

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   Entre abri ligeramente mis ojos. Me sentia derrotada y completamente apaleada. La televisión frente a mi cama habia sido encendida, y podia sentir la presencia de alguien más en la habitación. Me llegó un intenso olor a pizza, y mi estomago rugió. Aún asi me quede observando la televisión con uno de mis ojos entre-abiertos. Primero vi lo que parecia ser el comercial de un restaurante de comida rápida, aparecia un gordo hombre pelirrojo comiendose una inmensa y jugosa hamburguesa, este acariciaba, dejaba notar su barriga y guiñaba el ojo a la camara. "Para darle más curvas a tu figura", decia un pequeño letrero al lado de la hamburguesa mordida y la barriga desenfocada del hombre. Se cambio de canal. Ahora se veía a una chica gorda discutiendo con un obeso anciano que parecia fumar un puro, ambos se notaba poco saludables y la ropa apretada de la chica la hacia lucir más gruesa y obesa de lo que era. El anciano beso a la chica y ambos se apretaron las lonjas al hacerlo, asi como frotaron sus barrigas. Se cambio de canal. Se sintonizo lo que parecia ser un noticiero, el cual era conducido por dos periodistas obesos que por alguna razón tenian platillos con sobras de comida a su lado. "En otras noticias, trás el Día de la Gran Andrea, diversos cientificos deciden llevar a cabo un censo sobre la población delgada y nos indican que esta esta enfermedad podria traer grandes consecuencias a la salud", no podia creer lo que decian los noticieros. No podia creer lo que veia en la televisión. Esto no era un sueño ni una alucinación, era la jodida realidad. ¿Como habia terminado aqui? Me endereze y note que al lado de la cama habia una obesa mujer sentada en una silla electrica, ella era quien estaba cambiando los canales. "Te despertaste", dijo la mujer y se acercó ligeramente a mi. "Escuche tu grito y te encontre en el suelo. Me preocupaste mucho", le sonreí agradecida por simple cortesia y senti que ese rostro me era familiar. "No estaras bajando de peso, ¿Verdad? Eso hace daño", logre reconocerla, era Maria la chica con la que habia vivido durante mis años universitarios. Se veia más gorda que yo, y claramente no se veia capaz de poder andar sin esa silla electrica. "Ya le hable a nuestro jefe, nos dio permiso de no asistir hoy", no sabia que contestar y me encontraba más confundida que nunca. Giré mi mirada y note una inmensa pizza a mi lado, mientras Maria tomaba rebanadas y las bañaba de queso derretido en una grande caja con diversos condimentos. No me detuve a pensarlo y cuando me di cuenta estaba comiendo una de las rebanadas de pizza. Podia sentir la grasa y el jugo del queso derritiendose en mi boca, un placer que tenia años sin disfrutar desde que habia iniciado una serie de estúpidas dietas. Mis labios se mancharon con la salsa de tomate y la limpie chupandomelos. Tome otra rebanada y esta vez la bañe en queso y en salsa BBQ, sintiendo estos liquidos embarrandose en mi y entrando a mi cuerpo. Me chupe los dedos y goze de un sabor que era incomparable a todo lo que habia comido en mi vida. "Definitivamente no parece que bajaras de peso", ella sonrío, me tomo la mano y me dio un beso en los labios. Nuestros alientos coincidian con la comida. Maria se extendio en su silla y dejo salir su barriga y sus lonjas mientras comia más y más rebanadas. "Se porque te desmayaste", me dijo masticando. "No has estado durmiendo muy bien desde que te propuse... matrimonio", la mire sorprendida ya que parece que en este universo ella era mi pareja sentimental. Mi instinto me indico que me alzara ligeramente y le diera otro beso. "No es eso, he tenido insomnio por cosas del trabajo", salio de mi boca y simplemente regrese a acostarme mientras comia. Maria lo entendio y me tomo de la mano. Sus brazos parecian un conjunto de llantas acomodadas, y su suelta barriga relucia de una manera fenomenal. Desperte dentro de mi y entendi lo que pasaba. Esto no era una pesadilla, esto era probablemente el paraiso. La comida. La libertad de mostrar este cuerpo sin ser juzgada... nunca habia soñado con ser gorda por los motivos sociales y de mi salud, pero parecia que aqui eso estaba distorsionado. La gordura era belleza. La gordura era salud. Lentamente mi levante mientras sostenia una rebanada y comenze a sobarme mi barriga y sentir mis lonjas. No se sentia tan mal como me lo habian hecho creer en mi realidad. Pase mis grasosos dedos entre mis lonjas y senti el sudor de mi gordura, asi como mire a Maria hacer lo mismo. Me le acerque y comenze a besarle su inmensa y gigante barriga. Ambas nos besamos y acariciamos, y a pesar de que no hubo contacto explicitamente sexual, el hecho de acercar nuestras barrigas y juguetear con la gordura me hacia sentir más excitada que nunca. Tras comerme mas rebanadas de la pizza me acoste en la cama sintiendome más llena que nunca. Maria me dio un golpeteo en la barriga que la hizo moverse de manera gelatinosa y visualmente cautivante. Le aprete una de sus lonjas y ella se sonrojo. Tal vez extrañaria mi realidad, pero esto de ser gorda en una sociedad gorda no era tan malo. La gordura solo me sonaba como algo malo gracias a las señalaciones sociales, pero en este mundo el delgado era a quien señalaban. Siempre me habian dicho que la gente gorda era asquerosa y vulgar, pero esta sociedad obesa lucia limpia y decente... era una especie de utopia para gente tan insegura como yo. "¿Quieres salir a pasear?", me dijo Maria y señalo a la esquina de mi habitación, en donde no habia notado que se encontraba mi silla de ruedas electrica. Me sonroje, sonreí y en realidad no le comente nada a Maria sobre lo que estaba pasando, simplemente acepte mi realidad y segui como si nada.

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