Capitulo once : "Cobra Kai nunca muere" (parte 2/2)






Carina no sabía lo que estaba haciendo, pero la hacía sentir bien. Estaba sentada en una motocicleta, con sus manos en el manubrio, al lado de sus antiguos compañeros de Karate, preparándose para embarcarse en un pequeño viaje en carretera en motocicletas alquiladas.

Ella se encontraba entre medio de Bobby y Johnny, este último al lado de Tommy, y al lado de el, Jimmy. Los cinco tenían sus cascos estilo WW2, y sentados en motos negras y clásicas. Los cinco se miraron y sonrieron.

— ¡Hi-yo, Silver! — grita Carina y arranca la moto, siendo seguida de sus compañeros.

En ese momento, Carina se olvidó de todo. De Johnny y Daniel, de Cobra Kai y Miyagi-Do, de Kreese, de todos los problemas que tenía en sus hombros. Se sentía libre.

El viento chocaba contra sus caras, sentían la naturaleza y la tranquilidad, y una buena compañía. Y en ese momento, se sintieron infinitos. Aquel antiguo grupo de karate que no se separaba por nada se había vuelto a reunir, y esta vez no volverían a dejarse nunca.






— Y la identificación falsa de Tommy era malísima, así que nos dieron agua sucia de beber — recordó Bobby. Jimmy, Tommy, Carina y Johnny estallaron a carcajadas.

— Y lo bebí todo porque no sabía como debia saber la cerveza — río Tommy y los demás lo acompañaron.

El grupo de viejos amigos habían hecho una parada en un bar cerca de la carretera, luego de pasar el lago Big Bear. Tomar unas cervezas y recordar viejos momentos estaba siendo lo mejor que les estaba pasando.

— Lo recuerdo — ríe Johnny, tomando de su cerveza. Coors, obviamente.

— Pero luego lo compensamos — les recuerda Jimmy —. Dutch se emborrachó y se robó la diana.

— No, no, no. No la robó, la rompió — le corrige Carina.

A pesar de ser una mujer, ella iba a la mayoría de las reuniones de su primo y sus amigos cuando en realidad tenia que haberse juntado con mujeres. Eran camaradas, hermanos, y eso no lo podía evitar. Recordaba todas esas reuniones y esas fiestas de cuando eran jóvenes. Nunca se había parado a pensar cuanto se había divertido con esos muchachos.

— Así fue al reformatorio por primera vez — agregó Bobby.

— Si, y ese dia había faltado al cumpleaños de Ali — recuerda Johnny.

— Es cierto — asiente Jimmy, y los demás también.

— Si, se enojó mucho ese día — recuerda Carina, tomando de su cerveza.

— Fue peor que eso, ella me dejó.

Los cuatro se quedaron callados al oír a Johnny. Tommy miró a su amigo y encogió los hombros.

— Bueno, ella se lo perdió, ¿no? — trata de ayudar Tommy.

— Bien dicho, Tom — Carina golpea la mesa con su puño cerrado y los cuatro hombres ríen.

— Sabiamos que te caía del asco — le recuerda Bobby, y Carina rueda los ojos.

— ¿Era tan obvia? — los cuatro se ríen de la expresión de la mujer — ¿Que?

— Vamos, Car, cuando ella empezó a andar con LaRusso tú estabas que ardías de los celos — le dice Johnny, empujándole el hombro.

— Mira quien habla, solo lo molestabas porque el estaba con tu ex, tonto resentido — Jimmy, Tommy y Bobby se encogen de la risa al oír a Carina. Esta le muestra el dedo de en medio a Johnny y este ríe —. Ya supérala, Lawrence.

— ¿Como tú superaste a LaRusso? — lo que dice Johnny hace que los demás presten atención.

— Aguarda, ¿como es eso de que no superaste a Daniela? — pregunta Jimmy, curioso.

— Bueno...

— Los tórtolos andan juntos — miente Johnny, y los demás abren los ojos como platos y comenzaron a invadir a Carina de preguntas.

— ¿Como sucedió eso?

— ¿Cuando van a casarse?

— ¿Desde cuando?

— ¿Como es el idiota en la cama?

— ¡Ya, silencio! — exclama entre risas Carina, y se tapa la cara, la cual está roja de la vergüenza — No estoy con Daniel, solo... soy su compañera.

— Que compañera tan dedicada tiene — se burla Jimmy, y Carina le tira unas papas a la cara.

— Ya, en serio. Solo enseñamos Karate, somos compañeros, es todo.

— Si, claaaro — canturrea Tommy, y Carina le pisa el pie — ¡Oye!

— Oigan, en verdad es increíble — dice Bobby —. Es como si todo el pasado estuviera volviendo, es como un deja vú.

— Es cierto — Tommy hace una pausa — ¿Y Dutch sigue en la cárcel?

— Hasta lo que se — dice Jimmy, y Johnny agarra su cerveza y la alza.

— Brindemos por Dutch — dice Lawrence —. Cuando la jueza dijo de cinco a diez...

—... quiso decir de diez a veinte — completó Carina, y los cinco chocaron sus bebidas para luego tomarlas.

— ¿Y qué hay de ti, Johnny? Oí que estabas construyendo — pregunta Jimmy.

— Nada de eso... quizá solo un poco — admite Johnny, y Carina se queda callada. Dejaría que su primo hablara del asunto — Abrí un dojo de karate.

— ¿Que? ¿En serio? — pregunta Bobby, sin creérselo.

— Asi es. Queda en Reseda, y va bien. Van muchos niños — dice Johnny, con tranquilidad.

— ¿Y como se llama? — la pregunta de Tommy hace que a Carina se le pongan los pelos de punta.

Cobra Kai.

Tommy deja de sonreír. Jimmy y Bobby se miran entre sí, anonadados. Carina no mira a ninguno, solo mira su vaso de cerveza.

— ¿Reabriste Cobra Kai? — Jimmy no podía creerlo.

— Si, y no es lo único que volvió — murmura Carina con enojo, y Johnny la mira con advertencia.

Tommy, Jimmy y Bobby no lo entendían. ¿Por que Johnny querría abrir ese horrible lugar?

— Carina — habla Johnny, con voz de advertencia.

— John Kreese está al mando también — les dice Carina a sus compañeros, y estos suspiran con pesadez y miran con desdén a Johnny.

— Es lo más ESTUPIDO que he oído — dice Jimmy con pesar.

— No es estupido — trata Johnny de calmarlos.

— John Kreese es un maldito. Lo que pasamos al terminar la escuela, ir a mundo con esa mierda de "sin piedad" — lo que dice Bobby hace que Carina asienta.

— A ti te tocó lo peor, amigo, ¿no lo recuerdas? — le pregunta Jimmy a Johnny, con seriedad.

— Claro que lo recuerdo, pero la gente puede cambiar — lo que dice Johnny hace que sus compañeros se quejen más —. Y Cobra Kai puede cambiar también.

— Si, claro — dice Jimmy con sarcasmo.

— Es en serio. Intento cambiar a Cobra Kai.

El grupo de amigos de queda callado unos momentos, hasta que la atención de Tommy se centra en Carina.

— Estuviste callada en toda la charla, Carina. Dinos qué opinas.

La atención de los cuatro se dirigió a Carina. Ella los miró y dejó a un lado su cerveza.

— Estoy de acuerdo con ustedes. Yo no confío en Kreese — Tommy los demás asienten, pero Johnny no la mira —. Ese desgraciado siempre está tramando algo, todos nosotros lo conocemos bien. Casi mata a Johnny, los golpeó a todos y cada uno de ustedes, hasta quiso golpearme a mi — sus compañeros recuerdan aquello. De los peores días de sus adolescencias —. Yo trato de convencer a Johnny de que le dé una patada en el trasero mandándolo fuera del dojo, pero no me hace caso. El en verdad cree que Kreese cambió, pero no es cierto.

El grupo se queda en silencio luego del relato de Carina.

— Pero yo confío en Johnny — lo que dice la mujer hace que Johnny la mire —. Se que Cobra Kai cambiará con el al mando, pero si Kreese se mete en eso, todo va a terminar para mal.

Jimmy asiente, convencido.

— Por eso siempre fuiste la sabia de nuestro grupo — halaga a Carina.

— Se que no lo entienden, pero el es un hombre diferente — Johnny sigue insistiendo en su error. El rubio mira a Bobby — ¿Tu libro no es el que habla del perdón?

Bobby mira para otro lado y niega con la cabeza.

— Lo que yo se, es que todos merecemos una segunda oportunidad — dice Johnny, terminando de tomar su cerveza.

Todos se mantienen callados hasta que Tommy habla.

— ¿Saben lo que yo quiero? Quiero jugar al billar.

Cada uno se levanta de la mesa, y Johnny y Tommy van a jugar al billar, Jimmy y Bobby van a la barra a pedir más cerveza y Carina va al baño. La mujer se mira al espejo y niega con la cabeza. Su primo seguía insistiendo en su puto error.

Dejó de pensar en aquello cuando escuchó ruidos fuera del baño. Salió de ese, llegando al bar y se encontró con una batalla campal. Sus compañeros peleaban contra unos sujetos. Uno estaba por partirle una silla a Tommy en su espalda, pero Carina actuó rápido e hizo una patada giratoria dándole en la cara al sujeto, haciendo que suelte la silla. Tommy miró a su compañero y chocó las manos con ella.

— Como los viejos tiempos — dice Tommy y Carina sonrie.



Toda la felicidad se había acabado en un santiamén. Luego de irse del bar, el grupo de amigos fue al bosque a acampar y hacer una fogata. A la mañana siguiente, Johnny y Carina se despertaron con los gritos desesperados de Jimmy. Los primos y Bobby corrieron hasta llegar a la bolsa de dormir de Tommy, el cual no respiraba. Bobby agarraba a Tommy del cuello de su campera con desesperación, tratando de despertarlo. Carina apartó a sus compañeros y comenzó a hacerle RCP a Tommy con rapidez y fuerza, pero no despertaba. La mujer hacía todo lo que podía, a la vez que lágrimas escapaban de sus ojos. De inmediato llegaron los paramédicos ante el llamado que hizo Jimmy. Los expertos hicieron apartar a Carina y ella era sostenida por los brazos de Johnny, a la vez que Jimmy y Bobby se abrazaban por los hombros. Los paramedicos se dieron vuelta para mirar al grupo de amigos, y negaron con la cabeza.

Se había ido.

Carina cae de rodillas, y Johnny la sostiene de los hombros y la abraza, también llorando. Jimmy y Bobby los imitan, con un gran dolor en el corazón. La mujer no se dio cuenta de que Daniel la estaba llamando por el celular, y tampoco le importaría.

Su antiguo amigo había muerto, y no iba a volver jamás.

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