Capitulo cuatro : "No tienes remedio"
Luego de su pequeña visita a Cobra Kai, Carina fue hasta Miyagi-Do. Saludó a Daniel y caminaron hacia el patio para seguir practicando con sus estudiantes la técnica de la rueda. Robby casi ni le dirigía la mirada a su tía, solo lo hacía cuando Daniel hablaba, ya que ella estaba siempre junto a él.
Habían pasado horas, Robby y Sam habían hecho la técnica a la perfección gracias a la nueva idea de Daniel : que los dos se parasen sobre la madera que está en el estanque, así podrían percibir al otro para poder coordinar la técnica. Y así lo hicieron. Sam y Robby estaban satisfechos, todo el trabajo que les había llevado, luego de las varias caídas al estanque que tuvieron, todo valió la pena. Ahora podrían trabajar mejor en equipo si algún problema se les presentase.
Los dos estudiantes fueron cada uno por su lado para poder secarse. Mientras tanto, los adultos charlaban en el patio trasero.
— Fue buena tu nueva idea para mejorar la técnica — le dice Carina, mirando el estanque.
— No estaba seguro de si iba a funcionar, pero lo lograron — dice Daniel feliz, también mirando el estanque. Dejó de ver aquello para posar su mirada en su compañera y sonrió — ¿Que opinas si...?
Carina miró a Daniel, y este apuntaba con la cabeza al estanque. La mujer se sorprendió.
—No creo que pueda hacerlo, hace años no hago la técnica — quiso excusarse Lawrence.
— Tampoco yo — admite LaRusso, quitándose las zapatillas.
Carina sonrió y negó con la cabeza, a la vez que se quitaba las zapatillas también.
— Tu ganas — escupe ella.
Carina se metió al agua y pegó un salto.
— Tu hija tenía razón, esta congelada — exclama Carina, caminando despacio hasta la madera circular del estanque.
— Bah, no exageres — la calma Daniel, aunque cuando el se metió al estanque, quería gritar de lo fría que estaba el agua.
Los dos, con dificultad, se subieron a la madera, tratando de mantener el equilibrio. Cuando ya se quedaron parados en la madera, los dos se miraron fijo. Como si estuvieran sincronizados, a los dos adultos le llegaron los recuerdos de cuando Miyagi les enseñó la técnica.
— Daniel-san, Carina-san, comenzar.
Una joven Carina y un joven Daniel comenzaron a practicar la Técnica de la Rueda, pero lo hacían en el patio, con un círculo de arena a su alrededor. Los dos hacían los movimientos, pero no sincronizadamente. Luego de muchas horas, Carina se hartó.
— Daniel, jamás vamos a coordinar, ya basta — exclamó la chica, saliendo del círculo.
— Aaah, ahora es mi culpa, ¿no? — se queja Daniel, saliendo del círculo y quedando frente a frente con Carina.
— No dije eso — niega Carina, cruzándose de brazos e ignorando a su compañero.
— Tal vez no somos tan buen equipo — le dice Daniel al japonés.
— ¡No tienes remedio, LaRusso! — Carina se queja, mirando a los ojos a Daniel.
— Mira quien habla — le replica Daniel.
Ella no estaba enojada con el, solo estaba cansada de que la técnica no saliera a la perfección. Además, Carina había visto a Daniel pasar mucho tiempo con Ali Mills, una de las chicas que vivía en las Colinas, aquella porrista del colegio West Valley al que todos asistían. No quería admitirlo, pero Carina se sentía celosa, así que se desquitaba con su compañero sin razón.
— Señor Miyagi, esto es imposible — se queja Lawrence, ignorando a su amigo.
— Nada ser imposible, Carina-san.
Con esa última frase, Carina dejó de recordar y miró a los ojos a Daniel.
— ¿Listo?
— Ahora.
Los dos comenzaron a hacer la técnica, pero tambaleaban cada vez que daban un paso.
— Cuidado, es un paso antes — le avisa Carina.
— Si, lo sentí — Daniel había percibido los movimientos de su compañera gracias al tambaleo de la madera bajo sus pies.
— Vamos.
Daniel y Carina siguieron la técnica, pero aún seguían tambaleando. Al pisar en la madera, Lawrence resbala y cae al estanque, y por consecuente Daniel también cae.
— Carina, ¿estás bien? — Daniel sale a la superficie, acercándose a su compañera, la que también salió del fondo. LaRusso tomó los hombros de la mujer con sus manos de forma protectora.
— Si — es lo único que responde Carina, ya que se quedó quieta cuando las manos de su compañero hicieron contacto con su piel. Al ver que no se movían de esa posición, ella tomó las manos de Daniel y las alejó lentamente —. Volvamos a intentarlo.
— Si, claro — dice Daniel, aún quieto en su lugar. Negó con la cabeza al recordar como ella alejó sus manos y volvió a subir a la madera a la misma vez que su compañera.
Nuevamente intentaron realizar la técnica, ahora con más sincronización. Estaban por lograr la técnica completa cuando Daniel se resbala de un pie, y hubiera caído al estanque de no se por la mano de Carina, la cual sostenía la mano de el. Los dos se quedaron parados allí, haciendo equilibrio, con una mano sosteniendo la otra. Los dos se sonrieron.
— No tienes remedio, LaRusso.
Lo que le dice Carina le hace sonreír. Esas mismas palabras le había dicho ella cuando eran adolescentes y practicaban la misma técnica.
— Mira quien habla — le responde el.
— ¿Papá? — Sam aparece en el patio, ya seca, y se encuentra con esa escena entre su padre y su compañera.
Daniel suelta rápidamente la mano de Carina, y gracias a ese movimiento brusco, los dos tambalearon y cayeron a la fría agua del estanque. Lawrence salió a la superficie tomando aire y acomodándose su cabello para atrás, mientras que Daniel sacudió su cabello con una mano.
— Sam — le habla Daniel a su hija — ¿Que sucede?
— Quería hablar contigo — le dice Sam a su padre, para luego mirar a Carina —, a solas.
Carina sonrió ante la dureza en la voz de Samantha. La chica no tenía filtro. Le agrada.
— No se preocupen por mi, ya me voy — dice Carina, saliendo del estanque —. Voy a secarme.
Lawrence toma sus zapatillas y camina hasta la casa del señor Miyagi para poder secarse. Parecía que Robby ya se había ido. Carina niega con la cabeza. Ya se cansaba de que ese muchacho la ignorase.
— Hey - saluda Daniel entrando a la casa, luego de estar hablando con su hija.
Carina ya estaba cambiada y seca, excepto por el cabello, el cual tenía suelto y ondulado. Gracias al agua, algunos reflejos rubios se notaban en las fibras de su cabello. Y eso Daniel lo estaba viendo.
— Hey - le saluda Carina.
— Oye, quería hablarte de una cosa — Daniel se acercó a ella y Carina se quedó en donde estaba. Daniel aún estaba empapado por el agua del estanque.
— ¿Sobre que? — pregunta Carina, aún estando cerca de Daniel.
LaRusso se quedó quieto en ese instante. Sentía que estaba muy cerca de ella. Negó con la cabeza sobre lo que estaba pensando en hacer.
— Es sobre Robby.
Daniel se arrepintió de haberle dicho eso. No era lo que en realidad quería decirle. Carina suspiró y comenzó a alejarse de Daniel para ir a buscar su mochila. Ella había creído que el...
— ¿Que sucede con Robby?
En ese momento, Daniel la miró preocupado.
Y entonces Carina le prestó atención.
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