03. sobre alianzas y verdades.
𝐕𝐀𝐋𝐇𝐀𝐋𝐋𝐀 ❗
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💢 ADVERTENCIA de: violencia verbal,
lengua malsonante y muerte explícita
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03. ────
❛ sobre alianzas y verdades ❜
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UNA DIOSA de la Vida y la Muerte, es un ser de inmensurable poder.
Algunos creen, que el propósito de su existencia, es ser la personificación del equilibrio. Manteniendo la vida y la muerte a raya, desde el inicio de los tiempos entre los Dioses.
Ayudaron a los mismos en sus guerras, siempre y cuando tuvieran un motivo esclarecido, que no pusiera en juego el equilibrio.
Capaces de reencarnar, cada mil o cien años. Respetadas por los Dioses, e incluso veneradas por algunas razas.
Seres con grandes poderes, relacionados a dar y quitar la vida.
Pero en las mazmorras de Muspelheim, Ophelia se sentía tan débil como un animal herido.
Su cuerpo seguía en el suelo, extrañamente frío. Latidos débiles. Párpados sintiéndose cual plomo. Y aún así, trataba de quitarse las cadenas aferradas a sus muñecas.
Alzó la piedra que era más grande que ambas de sus manos juntas. Dejándola caer violentamente en los grilletes. Pero solo se produjo un tintineo que apenas las movió, y la roca impactó contra el suelo sin haber hecho efecto alguno.
Exhaló frustrada. Había estado intentando romperlas todo el día, pero no entendía el motivo por el cual eran tan resistentes.
Aferró sus delgadas manos a los grilletes como último recurso, queriendo usar sus poderes para intentar liberarse. Por tercera vez.
Concentró su mente en ellas, sintiendo cómo un calor electrizante no tardó en deslizarse bajo su piel.
Sus manos se iluminaron débilmente, con sus poderes queriendo salir de la punta de sus dedos. Pero en cuanto sonrió triunfante, un pinchazo agudo en las mismas le cegó la mente en dolor.
Se hizo hacia atrás con un quejido abrupto, frotando sus manos para quitarse la sensación dolorosa que le cegó la mente.
Frunciendo el rostro. Las cadenas tenían algo que le impedía usar sus poderes. O ella, había olvidado cómo usarlos adecuadamente.
Ophelia no tenía buena memoria. Al menos, no para las cosas importantes. Pero no recordar cómo usar sus habilidades, era el colmo de todo.
Oyó pasos, haciendo que guardara silencio para oír mejor, creyendo que era uno de los tantos guardias que le había visitado durante el día. Curiosos por su presencia. La de una Diosa.
Notó cómo una sombra se acercaba en su dirección. Pero le sorprendió, la voz del joven príncipe retumbando entre las paredes de piedra de allí.
━━━¿Joven diosa?
No respondió. No tenía ánimos, en realidad.
La debilidad por motivo injustificable se había apoderado hasta de su habla.
De todas formas, no tenía nada bueno para decir.
Divisó la sombra acercarse más, hasta que resultó en una visión completa y semioscura del príncipe de aquel reino. Con la antorcha crispando a su lado, iluminando su rostro fuerte. Tétrico, de alguna forma.
Tenía las mismas ropas de cuando lo vio por primera vez, en el Salón de la Guerra. Aún así, era consciente de que tenía el físico de cualquier guerrero innato como él.
De orbes azulados, electrizantes e hipnóticos. Labios finos. Y un rastro de cicatrices sutiles en sus pómulos.
Un porte intimidante, incluso para ella, que podía matarlo con facilidad si pudiera controlar sus poderes.
No admitiría en voz alta, que tenía su atractivo. Aunque ella era miles de años mayor que él.
El príncipe se acercó más a los barrotes. Con su mirada azulada e incisiva hasta la médula. Como si estuviera viendo a una criatura extraña. Pero ni se inmutó por ello.
Notó cómo sujetaba uno de los barrotes, y tan rápido como hizo aquello, la apartó con un quejido de dolor. Expectante. Divisó un humo apenas legible brotar de la mano ajena; y el dolor reprimido en su rostro.
Sonrió apenas, dándose cuenta de qué significaba aquello. Aunque en realidad era una teoría que tenía de sus encarnaciones anteriores. Los Hijos de las Llamas sí tenían una debilidad.
Una bastante irónica.
━━━Es verdad entonces... ━dijo, dejando que su voz saliera con cierto esfuerzo, ganándose la mirada de compañía al instante━. Los Hijos de las Llamas no toleran ninguna clase de frío.
Adonis dio un respingo, ocultando su mano detrás de sí, uniéndola a la otra. Tenía razón.
Un dato cierto que aún recordaba de sus vidas pasadas. Como la última de su clase, Ophelia tenía un sinfín de información amontonada en su mente.
Información sobre maldiciones, seres, leyendas, dioses, entre otros. Y, una que el príncipe le recordó.
━━━Las cadenas que te contienen están malditas. Por eso no logras romperlas, o usar tus poderes en ellas ━dijo━. "Forbrukere". Cadenas que debilitan, y reprimen los poderes.
Asintió para sí misma, ante la obviedad. Eran cadenas forjadas para debilitar conforme el tiempo pasaba. Los Hijos de las Llamas los usaban para asesinar a sus prisioneros poco a poco.
No le sorprendió que el Rey Sigurd la haya puesto ahí.
Elevó la cabeza, reclinándose contra la pared gélida. Exhaló ante las palabras ajenas, mirándole de reojo.
━━━Perfectas para que puedas matarme en este estado. ━dijo.
Sabía que Sigurd planeaba sacrificarla, o tomar sus poderes de alguna manera. No veía otra razón por la que estaba retenida.
Pero jamás podría ayudarlo en su guerra ambiciosa por conquistar los demás mundos.
En sus vidas pasadas, había conocido a seres como el Rey de Muspelheim, y planes de conquista similares.
También era consciente de la rebeldía del joven príncipe. Que de alguna forma, retrasaría los planes de su padre.
No se preocupaba en realidad. O eran las cadenas, que le cegaban del verdadero peligro.
━━━No voy a sacrificarte...
Le oyó, con aquella voz rozando lo grave pero tan débil como la suya, como si temiera de que alguien le oyera. O no era capaz de reconocer lo que estaba diciendo.
Se volvió, obligando a arrastrarse fuera de aquel rincón donde estaba cohibida.
Arrastró su cuerpo con esfuerzo, entre el suelo de piedra que le raspó los brazos y las manos. Manchando su grácil vestido que poco a poco se tornaba de un marrón opaco.
Se quedó a menos de un metro de distancia de los barrotes, moviéndose por última vez hacia la pared a su derecha.
Exhaló con exasperación por el esfuerzo, que en realidad no había sido nada.
Maldijo al Rey de Muspelheim por haberla puesto en aquel lugar.
Elevó sus orbes claros al príncipe, quien aguardaba su respuesta. Bufando con ironía divertida.
━━━¿Esperas que crea eso? ¿Por qué desobedecerías a tu padre de esta forma?
━━━El genocidio de todos los mundos no es algo que quiera apoyar. ━le replicó con lentitud.
━━━Sí, cómo no ━dijo, atrayendo sus piernas contra el pecho, Buscando una posición cómoda para hablarle━. Los tuyos son guerreros innatos. Adoran la sensación que provoca estar en guerra. La adrenalina de enfrentarse a la muerte... ━le sostuvo la mirada━. No quieres ser Rey. Y te rebelas de esta manera en contra de tu padre ━dedujo con facilidad. Obteniendo un ceño fruncido━... ¿Ya sabes a dónde huirás? Puedo sugerirte algunos mundos.
━━━¿Cómo...?
Le interrumpió, ladeando la cabeza.
━━━Eres muy predecible, majestad... O muy estúpido.
━━━No me conoces. ━farfulló. Notando cómo sus ojos chispearon con algo contenido detrás.
━━━No necesito hacerlo. Oí la conversación que tenías con tu padre. Huir es la única alternativa.
Dijo, provocando un silencio abrupto como respuesta.
Le miró por un largo tiempo, como si hubiera deducido también lo que planeaba hacer. Pese a que no le conocía lo suficiente, el príncipe era un libro abierto.
Y Ophelia estaba disfrutando de leerlo con facilidad. Como si no tuviera nada mejor que hacer. De todas formas, el joven era demasiado predecible.
Adonis bajó la mirada, perdido entre sus pensamientos y la realidad. Se obligó a proseguir. Siguiendo el hilo de su impulsividad característica.
━━━¿Qué pasa? ¿Tienes miedo? Ambos sabemos de qué será capaz tu padre si obtiene mis poderes mediante el sacrificio.
El ojiazul se removió en el lugar, cruzándose de brazos al no poder recargarse contra los barrotes. Obtuvo su mirada incisiva.
━━━Ya lo sé... Pero solo quieres que te libere para que no mueras.
Rechistó, con una semi sonrisa.
━━━Pues claro. Que pueda reencarnar no significa que me guste morir.
Silencio de nuevo.
Se sorprendió de cuán cohibido estaba por la situación. ¿Acaso la relación con su padre era tan grave, que no podía siquiera hablar al respecto? ¿El príncipe temía tomar una decisión tan drástica? ¿O solo se estaba tomando su tiempo para ver qué jugada planeaba como Diosa?
Suspiró, con un ápice de frustración.
Podía ser atractivo por fuera, pero su actitud era frustrante.
¿Desde cuándo un Hijo de las Llamas tenía una actitud tan mansa?
Volvió a insistir, tratando de tocar alguna fibra sensible para que hablara más.
━━━Si sabes que tu padre está loco, ¿verdad?
━━━No está loco. Solo quiere vengarse por años de discrminación contra Muspelheim. Y por la maldición ━respondió. Encogiendo sus anchos hombros━. Quiere que venza a ese Dios de la Guerra. Según él, estará en Asgard y Odín lo usará en nuestra contra.
Ophelia frunció el ceño ante eso. Ante las palabras erróneas de Adonis.
¿Qué le habían dicho? Así no era la maldición.
Así no era como debían interpretarla.
━━━¿De qué hablas? Así no funciona la maldición. ━dijo, obteniendo su atención al instante.
━━━... Sí. La vandrende dijo que tu reencarnación anunciaría la llegada del Dios de la Guerra ━dijo━. También a mi familia, y a los Odinson.
Bufó, acercándose a los barrotes. La consternación surcaba su rostro.
━━━Espera... ¿En serio todos creen que el Dios de la Guerra no eres tú? ¿Que vendrá de Asgard?
Adonis guardó silencio, torciéndolo poco a poco en una confusión oscura.
Ophelia se quedó quieta en su lugar, viendo cómo el príncipe oscurecía su mirada por lo que dijo. Como si hubiera dicho el peor de los hechos.
Adonis no sabía nada de eso.
━━━¿De qué hablas? ¿Qué...? ¿Qué quieres decir? ━cuestionó, incrementando su tono violentamente━. ¡Explicate!
Tragó saliva, presionando su dentadura para cuidar cómo iba a explicarle la verdad.
La verdad de la maldición.
━━━"Mis palabras contienen verdad. Pero solo yo y el Infinito sabemos cuál verdad". Las Diosas del equilibrio son el Infinito, príncipe ━dijo, manteniéndose aferrada a sus piernas; inconscientemente, para sentirse protegida dentro de la celda━. La maldición de una vandrende es engañosa.
━━━¡Dije que te expliques! ━exigió dando un paso para quedar a escasos centímetros de los barrotes.
Sus ojos relampaguearon pavor, confusión. Palabras envueltas en cólera, dada tal revelación.
Notó que su respiración se tornaba irregular, a medida que pensaba en cómo seguir respondiendo.
Había creído, que sí sabían cómo interpretar tal maldición, por eso Adonis querría huir de Muspelheim.
Pero estaba equivocada.
Negó, recordando cómo estaba interpretada la maldición para las Diosas como ella.
Ordenó las palabras en su mente antes de proseguir, con cuidado.
Sosteniendo la mirada del príncipe.
━━━Una de las condiciones para ser Dios de la Guerra, es ser un guerrero innato. Haber sido instruido en el arte de la guerra. Y tener una sed natural por la batalla. ━dijo, sin detenerse.
Adonis negó al instante. Farfullando sin tardanza.
━━━... Mentiras.
Ophelia negó para sí. Evadiendo su mirada, para descansarla en sus pies lastimados y rebosando de suciedad.
La revelación cambiaba todo.
Si el hijo del Rey Sigurd era el Dios de la Guerra, incrementaba el peligro a niveles catastróficos. Cambiaba su perspectiva de las cosas.
Si el príncipe de Muspelheim era el Dios de la Guerra, y su padre quería provocar un genocidio a todos los mundos, solo se aseguraba la victoria.
Se salió del trance por sí sola. Volviéndose al príncipe, también inmerso en sus pensamientos. El shock y la consternación surcaban ambos rostros.
━━━¿Cómo no pudieron ver los hechos? ━cuestionó, casi irónica por el peligro que representaba todo. Aseveró su tono━. Por culpa de tu padre, tú eres el Dios de la Guerra. Al traerme aquí, a tu mundo. Solo se aseguró de que la maldición se cumpliera.
━━━¡Entonces te llevaremos a otro mundo! ¡La maldición se anulará! ━exclamó, haciendo un ademán con sus manos. Como si aquello fuera la solución evidente.
━━━Así no funciona. Si el Rey me hubiera llevado a otro mundo, otra persona hubiera sido el Dios de la Guerra. Pero me trajo aquí...
━━━No. Tiene que haber una forma de revertirla. De anularla. ¡No puede ser verdad! ━le interrumpió aún con el tono elevado.
El príncipe comenzó a caminar inquieto, como si la respuesta estuviera justo enfrente suyo.
Pero Ophelia sabía, que solo había una alternativa a todo esto.
Suspiró.
━━━No se puede. Solo una vandrende puede revertirla ━Adonis le miró de reojo━. Y hasta donde sé, tu padre y Odín las mataron a todas.
Recordó aquellos hechos. La alianza entre Gormsson y Odinson, que resultó en el genocidio de toda una raza.
Ahora, solo quedaba afrontar las consecuencias de ello.
Miró al ojiazul por completo. Cómo, de la expresión ajena, brotaba epifanía hecha consternación.
Se acercó a los barrotes, sujetándose con una mano de los mismos. Dejando que el frío de los mismos se hundiera en el rostro.
Obtuvo la atención de Adonis por ello. Cuidando el tono de su voz.
━━━Esto cambia las cosas ━dijo. Suave, impostada. Debía hacerle ver la única alternativa que tenía. Que ambos tenían.━. Sabes lo que hará tu padre si se entera que eres el Dios de la Guerra.
━━━No seré Dios... de la Guerra. ¡No quiero! ━exclamó, deteniéndose justo enfrente suyo.
━━━Pues tus caprichos no funcionan con el destino, príncipe. ━replicó, severa.
Adonis le igualó en severidad colérica.
━━━¡No dejaré que mi padre me obligue a ser eso también!
━━━¡Va a usarte! ━dio una exclamación en susurro, temiendo que alguien les estuviera oyendo por la lucha de orgullos━. Tú le aseguras una victoria en contra de Asgard. ¡Va a usarte para conquistar los demás mundos y aniquilarlos!
━━━No. No podría. Sabe que yo... ━se detuvo, exhalando con gesto afirmativo━. Lo convenceré de que no ataque a todos los mundos. Solo Asgard.
━━━¿Y de verdad creés que entrará en razón? ━cuestionó, aligerando su tono finalmente━. ¿Realmente creés... que tu padre te escuchará?
Adonis le sostuvo la mirada ante ello. Entreabriendo sus labios, y volviendo a cerrarlos con la misma velocidad. Había tocado su fibra sensible.
Sigurd no le escucharía.
No le sorprendió que ni lo hiciera. Por algo habían discutido en cuanto llegó al Salón de la Guerra, y la forma casi despectiva en que Sigurd trataba a su hijo. Era justificado en alguna forma.
Adonis era la rebeldía hecha persona.
Pero ahora, podía servirle de algo aquella actitud.
━━━Solo hay una forma de detener esto. O al menos retrasarlo hasta saber qué hacer... ━retomó la conversación, así como la mirada del ojiazul sobre ella━. Tenemos que huir de aquí.
━━━¿Por qué confiaría en ti? ━dijo.
Al menos no negó su propuesta.
━━━¡¿Por qué bajaste hasta aquí entonces?! ¿Planeabas liberarme al menos, imbécil? ━escupió en un susurro, frustrada hasta los huesos━. ¿Quieres que lo charlemos con unas uvas y un poco de vino?
Su voz chispeó sarcasmo. Pero Adonis eludió su mirada, negando.
Notó cómo cerraba sus manos, estrujándolas en puños cerrados. Como si aquello lograra tranquilizar el tormento que tenía en su mente.
Habló, en un susurro.
━━━Silencio. Déjame pensar.
Exhaló, volviendo a su posición inicial. Con la espalda contra la pared, y las manos sobre su regazo. Percibió que había olvidado el cansancio, notando cómo volvía en sí, cual velo denso cayendo sobre su cabeza.
Negó, susurrando en un hilo de voz neutral.
━━━Los de tu clase sólo piensan a golpes y espadazos ━se detuvo━... Eso sonó muy mal.
━━━Planeaba huir yo solo. Ambos es demasiado riesgoso. ━dijo, finalmente. Mirándole, buscando aprobación. O su opinión al respecto.
Exhaló.
━━━Eres un Gormsson. Tus antepasados desayunaban peligro. No me vengas con ese cuento ━dijo, impostada apenas. Influenciada por el cansancio de las cadenas y la tardanza en tomar una decisión tan importante como huir de allí━. Sabes que si huímos, no hay marcha atrás. ¿Qué otra opción tenemos, eh? ¿En serio quieres quedarte aquí y dejar que tu padre te controle?
━━━Mi padre no me controla. ━le replicó, al instante, entre dientes. Notó cómo sus orbes chispeaban como hace un rato.
━━━Entonces no lo pienses tanto, por amor a Odín. ━susurró, tratando de aligerar en tono de su voz.
Adonis aguardó unos instantes, suficientes para que Ophelia creyera que había tomado una decisión.
Le miró, como descifrando las palabras tras sus ojos. Su voz brotó, aliviándole con brusquedad.
━━━... Nuestra alianza es por un bien mayor y en común. ━dijo. Con su voz en tintes de neutralidad severa.
Le dio un gesto afirmativo. Imitando su tono.
━━━Sí. Y por el bien de todos los mundos, en realidad.
━━━Pero no me interesa que seas una Diosa ━detuvo sus palabras un instantes, poniéndose de cuclillas para estar a su altura━. Si me traicionas, te mataré.
Advirtió en un susurro.
Ophelia sintió un escalofrío subir por su espalda baja, con el príncipe sosteniéndole la mirada.
Solo quería intimidarla.
Encogió un hombro, queriendo demostrar que en realidad, no le tenía ni una pizca de miedo. Burlándose, imitando su tono susurrante de nuevo.
━━━Bien... No me molestaría reencarnar de nuevo de todas formas ━dijo.
Adonis se puso de pie, suspirando. No tardó en hacerle la gran pregunta━. ¿Cuál es el plan entonces?
El príncipe le dio la espalda, comenzando a alejarse de la mazmorra. Pero pudo oír con claridad, su respuesta.
━━━... Salir de Muspelheim con vida.
. . . ( 🌪⚡ ) . . .
Muspelheim.
🌋━━━. Montañas del Norte.
OPHELIA huyó por un pasadizo secreto. Ubicado en las mazmorras bajo el Palacio de los Mil Llantos, luego de que Adonis volviera a hurtadillas; horas más tarde.
Ophelia se arrastró por el pasadizo, como Adonis le dijo que hiciera. Mientras él creaba una distracción. Le advirtió, que le esperara al final del mismo.
Era interminable, estrecho, con aroma a azufre; tan oscuro como las fauces de alguna criatura demoníaca. Arrastrándose entre la tierra, raspando sus rodillas y los antebrazos aún más.
Todo había sucedido a demasiada prisa y abruptamente.
Adonis le había quitado las cadenas tras haber vuelto con la llave. Recuperó el ánimo y el cansancio se esfumó.
Pero el príncipe parecía inmerso en sí mismo, durante todo el proceso. Entendía el por qué de todas formas.
Iba a huir de su hogar. Y le había revelado que era el Dios de la Guerra.
Si fuera él, también estaría disociando la situación.
Cuando salió finalmente, debió seguir caminando. A las montañas del Norte, donde se encontraría con Adonis para huir por el portal.
Unos 5 kilómetros en midgardiano.
Sus pies descalzos trastabillaron todo el tiempo con rocas, y montículos pequeños de tierra. Provocando más raspones y que maldijera entre dientes un par de veces.
El calor era infernal, intolerable para alguien que siempre había alimentado su vitalidad interna con aire fresco y naturaleza viva. Pero Muspelheim era un infierno.
A medida que se acercaba a su punto de encuentro, comenzó a pensar en cómo sería crecer en un lugar así. Rodeado de lava, demonios. Forjado para estar siempre luchando.
Pese a que siempre reencarnaba en diferentes lugares, y con apariencia de midgardiano promedio y joven, Ophelia simpatizaba con el príncipe.
Ella también querría huir de un lugar así, luego de una vida en casi cautiverio.
Se sentó en unas rocas, exhalando con brusquedad tras la larga caminata y haber subido una empinada.
Las montañas del Norte estaban desiertas, con un viento tibio golpeando en sus cabellos. Pero tenía una vista perfecta, de varios kilómetros, del Palacio de los Mil Llantos; una estructura monstruosa de oro negro. Alzándose imponente sobre el resto de la "ciudad".
Dándose cuenta, de cómo contrastaban sus poderes con un lugar, que tranquilamente podría ser infértil.
Pensó en las cadenas "Forbrukere", creyendo que esas mismas eran las culpables de que sus poderes no funcionaran.
El motivo por el que no opuso resistencia, cuando los soldados del Rey Sigurd la trajeron a Muspelheim.
Suspiró. Husmeando en sus recuerdos antiguos sobre cómo utilizarlos en realidad. Pero no había nada.
Tomó la iniciativa por su cuenta creyendo que con la práctica, los recuerdos volverían.
Sus rodillas no tardaron en hundirse sobre la arena negra, al igual que sus palmas. Cerró sus ojos, concentrándose en hacer fértil aquellas tierras. En hacer crecer algo con vida.
Pero en cuanto quiso concentrarse por completo, notó cómo una criatura pequeña salió de la arena enfrente suyo.
Se sobresaltó apenas, elevando sus manos para verle mejor por la repentina aparición.
Pequeña como la palma de su mano. Lo asimiló al instante a un topo de Midgard, solo que tan negro como la arena de la que había salido.
La pequeña criatura salió a la superficie por completo. Quedándose quieta frente a ella, moviendo su nariz húmeda con esmero.
Sonrió, acercando su mano para acariciarle.
━━━Hey... ¿Quieres esperar al príncipe conmigo? ━susurró.
Se olvidó por un instante de sus poderes, no dándose cuenta, de la pequeña energía que estaba acumulándose en la punta de sus dedos.
Acarició a la criatura, sintiendo su pelaje extrañamente suave.
La criatura reaccionó al instante, moviéndose a un lado con brusquedad, como si su tacto le hubiera quemado.
Ophelia frunció el ceño, apartándose. Poniéndose de pie a toda prisa, en cuanto la criatura comenzó a retorcerse en la arena.
La criatura soltó chillidos de agonía, revolcándose como si quisiera quitarse algo de encima.
Ophelia miró con horror, cómo la piel del animal comenzaba a caerse en trozos.
Su pelaje, sus músculos, sangre y rostro se desmenuzaron a sus pies. Con un aroma putrefacto esparciéndose en el aire.
Respiró agitada. Viendo cómo en el lugar de la criatura, sólo quedó un cúmulo de huesos y sangre. Y la consternación latiendo en su pecho por lo que había provocado en tan solos unos segundos.
Se volteó al instante, alejándose del cadáver cuanto podía permitirse.
Rodeó unas rocas, con los chillidos de la criatura retumbando en su cabeza.
No recordaba cómo mantener el control de sus poderes. No tenía control de los mismos.
Sus poderes, relacionados a quitar y dar vida.
No recordaba cómo controlarlos.
Oyó pisadas a la distancia, crujiendo bajo la arena. Notó que había estado agachada luego de alejarse, casi escondida tras unas rocas.
Se paró al instante, creyendo que la habían descubierto. Cerrando sus puños, aguardó a que el intruso se acercara lo suficiente para que pudiera defenderse de alguna forma.
Pero la presencia de Adonis, le hizo retractarse de su actitud.
El príncipe estaba envuelto en una capa oscura, con una capucha detrás. Sus hachas enfundadas en la espalda. Y un morral de cuero negro, que se veía generosamente lleno.
Notó que una fina capa de sudor le cubría el rostro, en cuanto se acercó, y tenía la respiración levemente agitada. Había corrido hasta allí.
━━━... Creí que no llegarías. Menos mal que nadie recuerda ese pasadizo ━dijo, con cierto desdén. Por un momento se detuvo, tomándose su tiempo para examinarle━... ¿Estás bien?
Asintió al instante, siendo consciente de que sus manos estaban tiritando. Las cerró, cruzándose de brazos. Forzándose, a ocultar el shock de lo sucedido.
Carraspeó. Presionando su voz, para que saliera con normalidad.
━━━Sí. Estoy bien ━replicó, con gesto afirmativo. Adonis siguió mirándole, no convencido de esa respuesta. Por lo que prosiguió por su cuenta, evadiendo el tema━. ¿Y ese atuendo?
Forzó una semi sonrisa, señalando la capa.
El príncipe rechistó, emprendiendo camino hacia el frente, aún más al Norte.
━━━Odio los capas. Es solo para cuando salgamos de aquí ━replicó, mirándole de reojo cómo le seguía el paso━. Toda mi vida viví en temperaturas altamente inhumanas. Y como sabrás, no tolero ninguna que se asemeje a tibia o fría ━suspiró━. Si vamos a huir, al menos hay que anticiparse a los cambios.
Asintió, frunciendo sus labios con diversión fingida.
━━━Príncipe, guerrero, Dios y explorador ━se burló, de forma inocente━. ¿Trajiste algo para comer también?
━━━No tenía tiempo para recoger unas uvas para la Diosa ━rechistó en tono burlón, deteniéndose al instante. No se percató de que tenía una capa más pequeña amarrada al morral; camuflada entre su propia capa. Se la extendió, presionando sus labios━. Pero te traje esto.
La tomó. Se la echó sobre los hombros, sintiéndola densa, pero le cubría por completo del calor y era lo suficientemente grande para cubrir sk cuerpo por completo.
Notó que tenía un aroma a miel y carbón, suave mente denso; la fragancia del príncipe.
Asintió, escabulléndose dentro de los ropajes. Retomando la marcha, dándose cuenta que le quedaba enorme, arrastrandolo por la superficie. Pero le daba una sensación de confort abrumadora. Casi haciéndole olvidar, que había matado a una criatura hace instantes.
Miró al príncipe de reojo, dándole una semi sonrisa.
━━━Gracias... Aunque no combina con mis ojos. ━bromeó, provocándole un bufido efímero, envuelto en una leve sonrisa.
Notó entonces que Adonis había detenido la marcha. Casi sobre el inicio de una empinada, hacia otra montaña pero más pequeña. Con una cueva a la distancia.
El príncipe miró hacia la lejanía. Donde se podía ver el Palacio.
Ophelia frunció el ceño, confundida por qué estaba esperando sucediera.
Entreabrió sus labios, dispuesta a reclamarle. Hasta que el suelo se sacudió bajo sus pies descalzos, haciéndole caer de rodillas por la pérdida del equilibrio abrupta.
Adonis le ayudó a ponerse de pie, sujetándola del antebrazo. El temblor continuó, hasta que un estallido de explosión captó su atención. Proveniente del Palacio a la lejanía.
El temblor cesó. Pero Ophelia fue testigo, de cómo una enorme fuente de agua blanca estallaba junto al Palacio de los Mil Llantos.
Se alzaba hasta arriba, con una presión inmensurable.
Pese a que todo se veía como pequeños juguetes desde allí, logró distinguir disturbios junto a la fuente que seguía inundando sus alrededores.
Avistó una semi sonrisa en el rostro del príncipe. Quien veía todo casi orgulloso. Era la distracción.
━━━Qué dramático. ━susurró, volteandose para emprender la marcha nuevamente.
Adonis le siguió.
━━━Las fuentes de Elixir son un recurso natural, pero no deben ser desperdiciados así, según mi padre ━dijo, pero en cuanto mencionó a su padre, su semblante se oscureció.
Notó que mantuvo la mirada al frente, disminuyendo su tono bruscamente━... Los distraerá lo suficiente. Aunque no tardarán en darse cuenta que no estamos.
Le dio un gesto de afirmación. Evadiendo el tema para no incomodarle más de la cuenta. Ella también necesitaba distraerse de todas formas.
━━━¿Sabes por dónde huir?
El príncipe asintió, con sus orbes concentrados en el camino rocoso.
━━━Sí. Hay un portal oculto antes de llegar con los Forjadores de Lava. Puede abrirse en...
Adonis se detuvo, al igual que ella. La voz del ojiazul, fue interrumpida por un fulgor color ónix a dos metros suyo, naciendo del suelo rocoso. Ophelia frunció el ceño en consternación evidente.
El fulgor comenzó a crecer, levantando polvo en jirones en un silencio escalofriante.
Ophelia sintió el mismo escalofrío que le provocó Adonis en la mazmorra, viendo cómo el aura se incrementaba en tamaño, formando un portal; a una velocidad inhumana.
El portal destiló un aroma a azufre y metal, penetrante, obligándole a fruncir el rostro.
Ophelia pudo divisar, apenas, que el portal se abría en un lugar abierto pero demasiado oscuro.
Pero no previno, qué saldría del mismo.
El portal creció hasta tres metros de alto y más ancho que ella y Adonis juntos. El tamaño perfecto, para que una algo descomunal saliera de allí.
Un gruñido gutural emanó del portal. Oscuro, esparciéndose por el silencio tenso que se había creado.
━━━Prepárate para usar tus poderes. ━Adonis susurró, desenfundando sus hachas con un silbido metálico de las mismas.
Le miró de reojo, aguardando a su lado tan tensa como una cuerda.
━━━Creo que deberíamos hablar sobre eso... ━susurró, en un ápice de pavor.
El portal acabó de expandirse. Aún oscuro, pero con ua sombra moviéndose del otro lado.
Entrecerró los ojos, tratando de descifrar qué le estaba viendo del otro lado. Qué era, aquel gruñido gutural.
La bestia que saltó de entre la oscuridad, paralizó sus sospechas en un zarpazo de pavor.
Ophelia cayó al suelo sentada, paralizada por la magnitud de la criatura.
Media casi 4 metros midgardianos de alto, pero su volumen físico era demasiado para calcular. Semejante a un león, pero con un pelaje opaco y la melena más densa.
De grandes orejas, y ojos pequeños, que ardían iridiscentes en rojo bermejo.
La criatura rugió, mostrando sus fauces de incontables colmillos; tras el hocico que derrochaba bilis cristalina.
El aroma a azufre provenía de la bestia. Que se mantuvo inquieta en su lugar, tras el portal que desapareció en un suspiro de vapor oscuro.
Ophelia sintió cómo Adonis le ayudaba a ponerse de pie. Sin despegar su vista de la criatura. Como si no pudiera procesar la imagen que tenía enfrente suyo.
De grandes cuernos puntiagudos, sobresaliendo orgullosos de su cabeza. Y alas que superaban su tamaño saliendo de su cuerpo; rojizas, como el Sol de Muspelheim.
Entreabrió sus labios. Dudando de qué decir. Hasta que divisó la montura oscura que portaba la criatura en su espalda. Y el jinete que le montaba tras su gran melena, no tardó en hacerse ver.
Rowena Gormsson.
━━━Te daré diez segundos para hablar ━habló, con una voz diferente a cuando le había visto por primera vez; impostada y severa. Sus orbes estaban incrustados en Adonis━. Y ya pasaron cinco.
Adonis no movió una fracción de sí, teniendo en la mirada a Rowena, en vez de la gran criatura que tenía la respiración irregular.
Acabó exhalando, guardando una de sus hachas. Replicando con neutralidad.
━━━... Soy el Dios de la Guerra.
Declaró, pero el rostro de Rowena no reaccionó como esperaba.
La princesa movió su rostro a un lado, sin dejar de verle.
━━━... Mientes.
Adonis ladeó la cabeza, en gesto de negación.
━━━Ophelia dice que interpretamos mal la maldición. Al traerla a Muspelheim, solo nos aseguramos de que se cumpliera.
Rowena negó. Incrementando su voz. La bestia se removió inquieta en el lugar.
━━━¿Cómo sabes que su palabra es verdad? Te está usando para huir.
Bufó, dando un paso hacia adelante. Captando la atención de la criatura al instante, quien se limitó a gruñir casi gentilmente. Habló.
━━━Las Diosas como yo sabemos interpretar las maldiciones ━dijo, clavándole sus ojos con cierta cólera━. Y si fuera tú, me hablaría con más respeto. Princesa.
Dijo, ganándose una semi sonrisa por parte de la peliblanca.
Se hizo el silencio por unos instantes, en los que Rowena decidió desmontar a la criatura, dando un salto preciso al suelo rocoso. Levantando un suspiro de polvo con sus botas negras hasta las rodillas.
Rodeó a la criatura, haciéndole una seña una vez que estuvo frente a ella.
La bestia se acomodó en el lugar, pero no se sentó, sin quitarle la vista a Ophelia en ningún momento.
Rowena acortó la distancia a pasos concisos. Acercándose a su hermano, con un porte serio.
Adonis habló, una vez que su hermana se detuvo a un metro de distancia.
━━━De todas formas, iba a huir.
━━━¿En vez de quedarte y enfrentar el obstáculo? ━cuestionó━. Por qué no me sorprende que hayas llegado tan lejos con tu egoísmo.
Adonis negó.
━━━No seré el verdugo de Sigurd. Me usará para provocar un genocidio a todos los mundos ━replicó, sosteniendo los orbes de acero de su hermana━. No tengo problema en que sea solo Asgard, pero sé que no se detendrá ahí.
━━━Eres una verguenza. Un egoísta y cobarde ━escupió, teniendo la severidad de sus palabras en su expresión━. Sabía que iba a pasar esto de todas formas.
Rowena dio un paso hacia atrás, y Adonis le imitó. Notó que el ojiazul presionaba el mango de sus hachas, hasta que sus nudillos se tornaron blanquecinos.
Su voz chispeó a la defensiva.
━━━No voy a rogarte para que nos dejes pasar.
Cerró sus propias manos, lista para hacer lo necesario con tal de huir de aquel lugar.
Si podía quitarle la vida a una criatura tan pequeña como antes, podría hacerlo con la de Rowena; o con la princesa misma.
Pero Rowena relajó su cuerpo en el lugar. Alzando su mentón con cierto aire despectivo. Que no era adecuado, a las palabras que le prosiguieron.
━━━No vine a detenerlos.
Dijo, para llevar una de sus gráciles manos al bolsillo de su chaleco oscuro con cierta prisa, que iba a juego con su enterizo al cuerpo; similar a un uniforme.
Rowena sacó de su bolsillo un collar. De cadena plateada, que sostenía en su extremo un pequeño rubí.
Ophelia divisó la joya, y cómo se la extendía a Adonis con lentitud. El ojiazul la tomó en su palma, examinándola unos instantes.
━━━Bonito. ━acotó en un susurro antes que él.
Rowena le ignoró. Dirigiéndose a Adonis con voz neutral.
━━━Si vas a irte de nuestro hogar, al menos lleva algo de tu familia.
Adonis alzó sus orbes azules a la peliblanca. Negando lentamente.
━━━... No lo entiendo.
━━━Tenemos nuestras diferencias. Pero no creas que no me preocupo por ti ━dijo, casi a regañadientes. Encogió un hombro━. Respeto tus decisiones estúpidas ━continuó, mientras Adonis guardaba el collar en algún bolsillo bajo la capa gruesa.
Rowena suspiró━. Pero no te equivoques... Haré lo que mi padre me diga, por el bien del Reino ━recalcó━. Incluso si me pide darte caza.
━━━Me parece justo ━respondió el mayor, al instante.
Adonis carraspeó, recuperando su tono neutral. Y su porte con la barbilla alta━. Sé que puedes cuidarte sola. Pero de todas formas...
━━━Está bien. Solo... ━se detuvo al interrumpirle, haciendo un ademán con una mueca con desdén, y su voz baja━. No lo arruines.
Adonis sonrió de lado, pero Rowena casi volteó los ojos por ello. Como si le avergonzara mostrar algo de sentimentalismo.
Pero no tenían tiempo para eso.
━━━Bonita despedida familiar, pero me inquieta cómo me mira tu gato gigante. ━intervino Ophelia, ganándose las miradas de los hermanos Gormsson, a la par que señaló a la bestia detrás de Rowena con la cabeza.
━━━Ádis está aquí para activar el portal. Como ya debes saber, los portales de Muspelheim los creó él ━replicó hacia Adonis, quien hizo una mueca━. Será fácil encontrarlos al mundo que vayan.
Ophelia asintió lentamente, entrecerrando sus ojos hacia la peliblanca.
━━━Un gato que abre portales. Típico de Muspelheim.
Rowena suspiró.
━━━No es un gato. Es una sub raza de los Demonios de Fuego. El último de su especie ━dijo━. El único que Adonis no puede controlar.
La de cabello rubios ladeó la cabeza.
━━━Un gato mágico y demoníaco.
Rowena suspiró con un hilo de frustración, mientras Adonis reprimía una sonrisa efímera. Divertido.
Pero Rowena cortó la diversión de raíz.
━━━Deben irse. Las fuentes de Elixir estallando no son distracción suficiente.
━━━Fue bastante distractor para mi ━replicó Ophelia. Pero no tardó en inclinar la cabeza hacia adelante, en un último saludo hacia Rowena━. Fue un placer entonces...Princesa.
Rowena le dio un asentimiento, inclinando apenas la cabeza. Ophelia se encaminó a detrás de la criatura. Dándole un momento a solas a los hermanos. Debían irse cuanto antes.
Adonis suspiró, volviendo sus orbes a su hermana, pero imitó a Ophelia.
Se colocó junto a "Ádis", pasando una de sus fuertes manos por el hocico. Acariciándole con suavidad.
La criatura ronroneó apenas, entrecerrando los ojos ante el tacto del príncipe. Moviendo su larga cola, terminada en punta.
━━━Cuídalo por mí. ━dijo finalmente, mirando de reojo a la ojigris.
Rowena enmarcó una de sus cejas.
━━━Es mi criatura.
━━━Sí, bueno. No eres del tipo dueña cariñosa.
━replicó el joven, apenas divertido. Rowena se limitó a rodar sus ojos ante ello.
Hubo un silencio casi incómodo por instantes. Donde Adonis no sabía bien qué decir, cómo actuar. Iba a abandonar su hogar. A su hermana.
No quería decir demasiado. Ni tenía tiempo para hacerlo.
Siguió los pasos de Ophelia, quien aguardaba con semblante decaído.
Rowena suspiró, colocándose junto a su criatura, quien se había volteado hacia Adonis y compañía.
La joven princesa susurró algo a la bestia. Susodicha, alzó la cabeza, tensionando su cuerpo descomunal.
La criatura rasgó una de sus patas contra la superficie rocosa. Rasgando con sus garras la misma. Luego alzó su hocico, acabando por saltar un rugido violento y gutural hacia el frente.
Algo silbó en el aire. Y frente a Ophelia y Adonis, comenzó a nacer un portal oscuro.
No tardó en abrirse frente a ellos, levantando una brisa inquietante a su alrededor.
Ophelia le sonrió a Rowena, y cruzó su primera. Fundiéndose en la oscuridad del otro lado.
Adonis estuvo apunto de imitarla.
━━━Esto tendrá consecuencias. Sugiero que te prepares... ━habló Rowena. Tono impostado. Frío. Una advertencia━. No puedes huir del destino, Adonis.
Adonis se detuvo frente al portal, volteandose una última vez hacia su hermana.
━━━Lo enfrentaré cuando llegue la hora.
Dijo. Atravesando finalmente, hacia la oscuridad.
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VALHALLA ©
vodkxhansson ; (⚡)
✨ N/A:
AJUA CAP 3 AAAAA
ahora sí se viene lo chido🤠🤠
prepárense para los próximos
caps que aparecerá Thor AAAA
¿qué consecuencias creen tendrá todo esto? qué les pareció la introducción de Ophelia? 👀
y el nacimiento de su amistad con Adonis? 👀
y la revelación de que Adonis es el Dios de la Guerra? 👀 dea
cuenten que los leoo 🖤
tengo alto hype prdon jajsaj
✨ nos leemos pronto ✨
🖤 no olviden votar y comentar 🖤
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(🍎)
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