Cap. 30

-¡Estoy aburrida! –exclama Lauren con su rostro contra la barra de bebidas.

-Hola muñeca ¿Quieres pasar un buen rato conmigo? –le pregunta un sujeto a Zariam, ese tipo está ebrio y tuvo la suficiente valentía para rodear la cintura de la castaña con sus brazos.

Zariam hace un rápido movimiento y lo aleja de ella –No me toques con tus asquerosas manos. –Dice apretando fuertemente sus dientes -¡Largo! -además tiene apoyada la punta de su navaja por el cuello del hombre, este traga saliva y asiente temeroso para alejarse rápidamente.

-Así nunca conseguirás un novio. –habla Amelia acercándose a Zariam.

-Ya tengo uno por así decirlo. –murmura mientras toma un vaso de whisky que ordenó.

-¿Quién es? ¿Es ese Dan? Lamento decirlo pero da miedo. –dice mirándola.

-Yo hablaría de él pero no quiero invocar a la mismísima muerte. –comenta Lauren.

En ese momento, Kea se encuentra en la habitación que estas detrás de esa puerta roja, hay mesas de póker donde las personas apuestan, algo hace que él se dirija hacia la mesa que está al fondo donde está un hombre canoso con traje blanco con sus mujeres.

-Creo que te extraviaste chico. –le dice a Kea sonriendo de costado, él solo guarda silencio y le enseña el manojo de dinero haciendo que ese hombre se interese un poco más, hasta bajó un poco sus lentes un poco oscuros para ver mejor el dinero.

-Me equivoqué, siéntate. –Le ofrece un asiento, Kearrents se sienta frente a él y ese hombre comienza a mezclar las cartas –Vamos a jugar una partida ¿Cuánto apostarás?

-Todo lo que tengo. –contesta Kea mirándolo a los ojos, el sujeto se sorprende un poco pero acepta, las cartas son repartidas y al joven le toca una pésima mano y termina perdiendo todo.

-Uy... mala suerte ¿Quieres la revancha? Sé que puedes conseguir más dinero. –habla sonriendo por la victoria.

-No, volveré a perder.

-¿Cómo sabes si no lo intentas? –pregunta arqueando una ceja.

-Porque haces trampa, no importa quién juegue contra ti, siempre ganas. –habla el castaño haciendo que el hombre canoso baje sus anteojos estando completamente serio, él ordena a sus mueres retirarse y para hablar a solas con este chico que al parecer sabe demasiado.

-¿Quién te lo dijo? ¿Quién eres? –pregunta mirándolo a los ojos.

-Nadie, lo leí en tus ojos y me llamo Kearrents. –contesta inclinándose un poco sobre la mesa.

-¡¿Kearrents?! –Exclama espantado cayéndose de la silla en donde estaba sentado – ¡No te me acerques! –Kea ya sabe que ese hombre es un exiliado por eso actúa con tanto miedo hacia el ángel.

-Quiero saber donde están mis amigos. –dice él poniéndose de pie y caminando hacia el hombre quien se encuentra en el suelo.

-No sé dónde están.

-No, pero puedes enseñarme. –Kea se acerca a él y se agacha apoyando una rodilla en el suelo –Muéstrame en donde están, por favor. –pide, el hombre asiente y coloca su mano en el hombro del joven y ambos cierran los ojos, unos minutos después Kea se aleja -¡Claro! ¿Cómo no se me ocurrió eso antes? –Él toma la mano del hombre y lo levanta de un fuerte tirón y estrecha su mano –Gracias. Luego de eso se despide y sale en busca de las chicas, lo que Kea sentía era a un exiliado que puede saber la ubicación de cada ángel en la tierra y por eso vinieron a ese lugar, ahora él sabe donde está Ariel e incluso Rafa.

Al salir, Amelia se cuelga por su cuello y lo abraza con fuerza –Tengo tanto miedo. –murmura escondiendo su rostro en el pecho de Kea.

-No te volveré a dejar. –susurra él.

Entonces mira a Lauren quien está sobre el mini escenario cantado karaoke, los presentes la aplauden por suerte -¡Gracias mi público! –exclama levantando el micrófono.

Zariam está sobre la barra con sus manos tapando sus oídos –Por favor cállenla. –suplica haciendo una mueca de dolor. Kea le hace señas a la rubia con las manos, ella lo nota y habla por el micrófono.

-Escuchen, lamento informarles que debo irme. –En ese momento todos perdieron el control por así decirlo –No, tranquilos, para que vean que soy muy buena ¡Yo invito los tragos! –ahora la multitud grita pero de alegría, Lauren llega con sus amigos y de van dejando un buen dinero en la barra.

Una vez fuera, deciden cambiarse sus vestimentas -¿Y? ¿Qué pasó Kea? –pregunta Zariam.

-Sé donde esta Ariel y Rafa, todos los ángeles de esta zona se están reuniendo para algo muy especial y yo también debo estar ahí. –les explica pero las chicas no entienden muy bien que digamos.

-¿Qué cosa especial? –pregunta Lauren estando un poco emocionada, tiene ganas de ver a Ariel para matarlo.

-Debo ir a la montaña más cercana. –ellos miran a su derecha y en una gigantesca montaña, hasta tiene nieve en su cumbre.

-¿Para qué? –pregunta Amelia.

-Está prohibido que los humanos presencien de cerca este acto especial y no debería llevarlas. –habla con un tono serio.

-Pero eres Kea. –menciona Lauren sonriendo.

-Exacto. –asiente él mientras comienza a caminar hacia la montaña.

-¿Por qué no vuelas? –dice Amelia curiosa mientras camina a su lado, Lauren y Zariam también los acompaña.

-No quiero dejarlas solas, además hay tiempo, debemos llegar a la cima para media noche. –habla sonriendo.

-¡¿Caminaremos hasta allá?! –exclama la rubia abriendo los ojos bien grandes.

-No hay de otra. –contesta comenzando a caminar, las chicas comenzaron a quejarse en apenas 10 minutos.

-Estos zapatos cuestan más que un auto último modelo ¡Y se están ensuciando! –chilla Lauren.

-Mis pies duelen ¿Podemos descansar? –pregunta la castaña.

-¡Cállate rubia, sólo son unos zapatos muy costosos! –dice Zariam molesta.

Ellas siguen discutiendo hasta que hartan a Kearrents -¡Ya basta! –Exclama él haciendo que ellas lo miren un poco asustadas –Vamos a hacer algo, escuchen... voy a llevarlas una por una a la cima ¿Sí? –dice con calma, ellas asienten y Amelia es la primera en subir hasta que todos están en la cima.

-¡No me sueltes! –exclama Zariam asustada cuando Kea aterriza.

-Ya llegamos. –la tranquiliza él cuando la deja a salvo en el suelo.

En ese momento escuchan un sonido extraño cerca de ellos, Kea les ordena a las chicas que se oculten entre los arbustos –Pero mi ropa se llenará de hojas –se queja Lauren haciendo una mueca.

-Muévete. –Zariam le da un empujón haciendo que la rubia caiga de cara entre los arbustos y luego ríe en voz baja.

-¡Zariam! –la regaña Amelia.

-¡Shh! –Kea las calla y ven cómo más ángeles se acercan a la cima, hay un poco de nieve y rocas donde termina el bosque.

Es un grupo numeroso y allí también están Rafael y Ariel -Voy a acercarme, ustedes quédense aquí. –le ordena Kea a las chicas, entonces sale de un escondite disimuladamente y camina hacia los demás.

-Hola Kea, pensé que no vendrías. –dice Rafa sonriendo –De hecho, esperaba que no. –agrega haciendo que Kea frunza el ceño.

-¿Qué haces aquí Rafael? No deberías...

-Soy un ángel otra vez y debo estar aquí. –le interrumpe.

-No peleen ustedes dos, tenemos algo muy importante que hacer. –habla Ariel rodando los ojos y cruzándose de brazos.

-Espera. –Rafa se sobresalta y mira a Kearrents -¡¿Dejaste a Lía sola?! –exclama furioso.

-No la dejé sola, no soy como tú. –contesta el castaño mirando a un lado.

-¿Entones? -Ariel arquea una ceja mientras mira a su mejor amigo.

-Bueno... vino conmigo. –confiesa Kea sonriendo nervioso –También Lauren y Zariam porque te estaban buscando Ariel. –agrega.

-Ay, esto me pasa por no decirles que vendría. –se dice a sí mismo el rubio mientras aprieta el puente de su nariz.

-Yo no se lo dije a Lía porque supuestamente estabas tú para protegerla. –habla Rafa lanzándole una mirada fulminante a Kea.

-¡Cállate!

-¿Por qué te interesa tanto Amelia? –pregunta el castaño serio.

-Soy su protector y ángel guardián. –responde mirando a un lado.

-Pero ¿Por qué te importa tanto? No tienes nada que ver con ella, la conoces hace poco. –dice Kea confundido, Ariel sólo se dedica a mirar la discusión en silencio.

-Ariel sabe muy bien por qué. –Rafa finaliza la discusión y se aleja para tomar la rama de un árbol al igual que los demás ángeles.

-¿Qué sabes Ariel? –Kea insiste pero su amigo sólo niega con la cabeza –No debe haber secretos entre nosotros.

-Esto sólo le incumbe a Rafael y a Amelia. –murmura sin mirarlo. Si lo hace puede que Kea lea sus ojos y descubra la verdad.

-Pero...

-Basta, las chicas están aquí y van a ver lo que haremos, terminemos rápido para poder irnos. –dice Ariel tomando una rama y Kea una roca para lanzarla.

El gran grupo de ángeles se dividen en dos, un grupo se prepara para batear teniendo las ramas y el otro lanzará las rocas.

-No entiendo lo que van a hacer. –dice Amelia confundida, no es la única que esta así, Lauren y Zariam tampoco entienden.

Ellos se ponen en posición para batear y los otros lanzan las piedras fuertemente y las piedras son lanzadas hacia el suelo oscuro y desaparecen. Luego de eso, los ángeles abandona el lugar para regresar con sus protegidos ya que todos son ángeles guardianas.

-¡¿Sólo vinimos para que lancen unas piedritas!? –exclama Zariam molesta saliendo de unos arbustos. Las otras la siguen y se acercan a los ángeles que quedaron en el lugar, Kea, Rafael y Ariel.

-¡T-Tengo fri... frio! –dice Amelia temblando y frotando sus brazos. En ese momento Kearrents se acerca con los brazos abiertos hacia ella pero Rafa rápidamente cubre a la muchacha con una chaqueta -¿Mejor? –le pregunta él sonriente.

-Gracias. –contesta Amelia devolviéndole la sonrisa, entonces todos los presentes notan la rabia en los ojos de Kea, él quería abrazarla y el frio era una excusa para no soltarla.

De repente Lauren camina a paso decidido hacia Ariel y le pega una fuerte cachetada, el rubio ni siquiera lo sintió aunque fue realmente fuerte pero sí está sorprendido -¡¿Por qué no me dijiste que tenías una ex novia?! –exclama ella molesta.

-¿Estás celosa? –pregunta él arqueando una ceja.

-¡No! Estoy molesta por lo que tú le hiciste, le cortaron las alas por tu culpa. –murmura sin mirarlo, Ariel al fin entiende lo que sucede y toma la mano de Lauren con cuidado cambiando su actitud seria y fría a una más cálida y tierna aunque no sea lo suyo.

-E-Estás lastimada. –susurra mirando la mano de la chica, la cual está roja y le duele.

-No cambies de tema. –Lauren intenta permanecer seria y molesta pero con la mano del ángel sosteniendo la suya, estar molesta es imposible.

-No debiste golpearme, además te iba a contar todo, a ambas. –habla mirando directamente a los ojos azules de ella, Lauren no puede apartar la mirada, los ojos de Ariel son muy hermosos y perfectos, su color verde los hace únicos.

En ese momento, Ariel se acerca a ella y roza sus labios, deteniéndose inmediatamente para pensar si debe hacerlo o no, no quiere ser como Kea que siempre rompe las reglas, Ariel las respeta demasiado –Lo siento, no debí... -murmura él mirándola a los ojos, ninguno dice nada en ese momento. Lauren decide acercarse para besarlo pero no está segura de que Ariel se deje, muchas veces lo ha intentado y él solo ser burlaba de ella y la dejaba sin su beso, pero... ahora corresponde. Ambos se besar con ternura como si sólo existieran ellos dos en ese momento haciendo que el beso dure mucho.

Unos minutos antes Amelia les hizo señas a los demás para que dejen a los tortolitos solos para que puedan aclarar sus mentes y pensar con claridad, cosa que no pueden hacer si están juntos, eso está claro.

-To... do e-está muy lin-lindo pero... yo me es-estoy muriendo de frío. –dice Zariam tiritando, en ese momento una estrella fugaz atraviesa el cielo.

-¡Miren! –habla Rafa haciendo que Lauren y Ariel al fin se separen, ambos sonríen y él la abraza mientras se acercan a ver el increíble espectáculo.

-Es para esto que vinimos. –dice Kea sonriendo y le indica a Amelia que observe el cielo, él aprovecha que Rafael está distraído y la abraza con amor. Del cielo comienzan a caer millones de estrellas fugaces, de hecho es una lluvia de meteoritos, pero se trata de las rocas que los ángeles lanzaron.

Rafa mira atentamente el cielo pero nota que Zariam está temblando y sus labios están tomando un color muy pálido por el frio, además Ariel está muy ocupado para darse cuenta, entonces se acerca a la castaña y coloca una de sus alas sobre ella. Zariam lo mira seria por un momento pero se lo agradece mucho ya que estaba muriendo de frío, Rafa sonríe en respuesta y todos se concentran en la lluvia de estrellas.

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